CONSERVADORA

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Historia hecha sin fines de lucro.

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Akane se miró en el espejo revisando que todo su aspecto estuviera en orden, desde el cabello hasta el modesto brillo labial le resultaron agradables a su gusto, así, inspirando con nerviosismo decidió salir del baño público. Ranma la estaba esperando fuera y no quería hacerlo esperar.

Al salir, caminó algunos metros hasta la zona cercana a la dulcería del cine y lo vio sentado echándose a la boca una palomita de maíz descuidadamente, cosa que le provocó un revoloteo en el estómago de felicidad, apenas podía creer que estuvieran teniendo una cita, una cita de verdad, y eso que no era la primera vez que ocurría.

Desde hace meses las cosas en su relación habían venido cambiando poco a poco, una sonrisa por aquí, un pequeño contacto de manos por allá, después uno que otro beso en la mejilla que terminó derivando en un contacto de labios consentido por ambos; a partir de ahí todo había fluido con más rapidez, como si fuesen una linda pareja de novios, aunque ciertamente, todavía no lo hacían público a excepción de algunos amigos cercanos y Kasumi, quien se había enterado por mera casualidad.

Ranma justo consultaba su reloj de mano cuando levantó la vista y la vio acercarse, inevitablemente dibujó una sonrisa boba, como si no la hubiera visto hace menos de diez minutos; se levantó sosteniendo su maletín y las palomitas con la mano izquierda y tan pronto tuvo frente a sí a la chica, la tomó de la mano y caminaron hacia la sala de proyección indicada.

- ¿Dónde están nuestros asientos? - Preguntó ella al entrar a la sala, las luces del lugar aún estaban encendidas y pudo ver que a esa hora y día no había mucha genta ocupando lugares.

- Veamos… - Revisó los tiquetes y dijo. - Por allá. - Comenzó a caminar hacia la parte alta de la sala.

Las alarmas de Akane se encendieron, si bien no estaban en la última fila, tras ellos no había nada de gente en esas dos hileras sobrantes, tampoco en las delanteras.

- Se ve bien desde aquí, ¿no? - Indagó cuando se sentaron al centro de la línea de butacas seleccionada. Akane solo asistió con la cabeza, sin emitir palabra alguna.

- "Elijan las filas de atrás, así podrán disfrutar la película" - Habían dicho entre risas sus amigas al despedirse a la salida de la escuela. - No, no, no. Ranma no es esa clase de chico. - Se dijo intentando relajarse.

- ¡Que tonto! no compré refrescos. - Se levantó y le entregó las palomitas a ella. - Iré rápido y… - Antes de acabar la frase, las luces se apagaron y comenzaron los anuncios publicitarios.

- No te preocupes, así está bien. - Le contestó ella apretando un poco la mano que sostenía la suya, Ranma sonrió y se quedó en su asiento.

Cuando la película comenzó Akane notó que el chico movía su pie sin cesar y se sintió algo culpable, tal vez a él no le parecía tan interesante aquella trama de fin del mundo y solo había aceptado por insistencia de ella, pasados algunos minutos y al ver que Ranma no estaba poniendo realmente atención, estaba dispuesta a decirle que podían salir de la sala si quería, pero antes de que pudiera decir algo, él bostezó, se estiró y le pasó el brazo por encima de los hombros.

Akane se sonrojó al instante y contuvo la respiración durante un segundo intentando no hacer evidente su sonrisa enamorada.

Sin embargo…

" Akane, debes darte a respetar". Fue como si su hermana mayor le hubiese susurrado al oído y sin proponérselo dio un sobre salto.

- ¿E-estas… bien? - Preguntó de inmediato Ranma, su voz sonaba insegura, si a ella le molestaba aquel gesto, bien podía alejarse, no importaba que lo hubiera estado practicando toda la mañana, desde que habían empezado a salir oficialmente había notado que ella tenía ciertas restricciones y estaba más que dispuesto a no presionarla a nada.

- Si… - Arrastró la palabra. - Solo es un simple abrazo… no pasa nada, Ranma nunca ha sido aprovechado. - Pensó

- Bien. - El muchacho sonrió complacido pensando que sería cosa de la película y con más confianza levantó el reposabrazos que separaba los asientos entre ambos, automáticamente el abrazo garantizó que sus cuerpos se juntaran un poco más.

Akane sonrió de nueva cuenta, le agitaba el corazón las muestras de afecto de su prometido.

"Eres una señorita de familia, piensa en lo que haces." Nuevamente la voz de Kasumi atosigó su cerebro lo que hizo que inconscientemente tratara de poner espacio entre ellos.

- ¿Pasa algo? - Preguntó en susurros y a ella no le quedó de otra que hacer señas en la oscuridad como si algo con su asiento estuviera mal. - Ven, cambiemos de sitio, de todas maneras no hay nadie.

Akane se puso aún más nerviosa cuando Ranma los movió hasta el extremo de la fila, un lugar aún más apartado de las miradas. En ningún momento había dejado de abrazarla y cuando se sentaron de nueva cuenta, lo hicieron de forma ladeada para "ver mejor la pantalla", quedando aún más cerca, como si Ranma intentara servirle de reclinatorio a ella para que viera más cómoda la proyección, lo que provocó que él pudiera también abrazarla con ambos brazos desde atrás, reposando así sus brazos sobre las clavículas de ella, quien, por unos instantes se dejó llevar.

" Recuérdalo Akane, el hombre llega hasta donde la mujer le permite."

Sin poder evitarlo Akane se enderezó de pronto y se sentó de forma correcta en la butaca, las palomitas que hasta el momento había sostenido fueron a parar al suelo.

- ¿Qué pasó? - Susurró Ranma acercándose al oído de ella.

- Na… nada… veamos la película. - Intentó sonar segura y para disimular le tomó la mano.

Ranma asistió con un gesto curioso, también terminó por sentarse bien en el asiento y por un rato observó la proyección sin intentar nada.

- Oye… - Susurró de rato el chico. - ¿Tienes frío?

- ¿Ehh? - No podía decir que no, aún llevaba el uniforme y una chamarra poco abrigadora.

De cualquier forma, él no espero respuesta, volvió a abrazarla.

" Los hombres son listos cuando quieren algo, cuidado y les hagas confianza."

Akane apretó los ojos tratando de sacar ese pensamiento de su cabeza, todos los hombres podían ser como decía Kasumi, ella misma había comprobado por mucho tiempo lo pervertidos que pueden ser, pero Ranma no era esa clase de chico, Ranma había llegado a su vida salvándola de toda esa bola de adolescentes hormonales que buscaban acosarla.

Soltando el aire que no sabía que estaba reteniendo, se relajó y siguió viendo la película con una sonrisa.

- Akane… - La llamó de nuevo, ella dirigió su mirada hacia él y repentinamente lo tenía pegado a su boca.

"Aprovechará cualquier oportunidad para intentar algo"

Con esos pensamientos en mente, Akane decidió hacer caso omiso, era Ranma, era su prometido, el chico del que había estado enamorada desde hace casi tres años, Kasumi no le iba a arruinar esto, además, él no era ese tipo de hombre.

Contestó el suave beso, con cada toque de labios el chico cerraba otro poco la distancia y estuvieron jugando y probando aquello por un buen tiempo; el nivel del beso, después de varios minutos, comenzó a subir y…

"Si te quiere debe respetarte."

De nuevo oyó la voz de Kasumi y el ambiente comenzó a ponerla intranquila, ¿y si los veían los otros espectadores del cine?, ¿y si algún empleado se daba cuenta de lo que estaban haciendo?, ¿y si… Cualquier otra duda pasó a segundo término cuando Ranma la apretó más fuerte de la cintura.

"No porque sea tu prometido, no significa que no debas ponerle límites, a él más que a cualquiera porque definitivamente intentará tarde o temprano algo."

Akane abrió los ojos, de verdad quería dejarse llevar, pero los pensamientos intrusivos seguían ahí.

- Ra… Ran… Ranma… - Intentó alejarse.

- ¿Qué pasa? - Preguntó confundido, si bien se habían besado antes esto no se comparaba y no quería parar de hacerlo.

- Es que… no… no es… correcto… - Susurró.

- Esta bien. - Fue lo único que dijo para intentar tranquilizarla antes de besarla de nuevo.

Akane se echó hacia atrás para hacer espacio, Ranma estaba tan entretenido que se dejó ir hacia adelante para no separarse de ella y en el movimiento, terminó por apoyar su mano izquierda sobre el muslo de la joven.

"Todos quieren lo mismo, aprovecharse de tu castidad. Si no hay matrimonio de por medio, todo es un juego."

- ¡¿Qué haces?! - Se puso de pie de un salto, las palabras de su hermana la hicieron dar un paso atrás. - ¡Pervertido! - Tan pronto soltó la palabra se sintió culpable, si bien era un insulto que solía decirle en desquite cuando sus prometidas eran unas arrimadas, era más que consciente que él no era realmente ese tipo de hombre, siempre la había respetado.

- Lo… lo… lo siento Akane… ehh… yo… - Ranma lucía tan confundido y a la vez tan culpable.

- Es que… - El conocido sentimiento de culpabilidad la invadió haciéndola querer correr lejos. - Lo… lo siento… - Susurró ella dando otro paso hacia atrás. - Debo…

- Akane, espera… - Se levantó ante la mirada de varias personas de la sala.

Y entonces ella se echó a correr, huyendo como si la vida se le fuese en ello.

Respiraba agitada cuando llegó a un parque cercano, se sentó en una banca sin saber que hacer, por supuesto que quería avanzar en su relación con Ranma pero por alguna razón las palabras de su hermana las llevaba grabadas en la mente, cada que su prometido intentaba avanzar un poco más ella se retraía sintiéndose culpable, como si estuviera haciendo algo mal a pesar de amarlo con toda su alma.

- Akane… - La llamó desde atrás, ella se tensó, ni siquiera ella podía resolver sus propias dudas y no sabría cómo responder las de él, y lo peor es que era consciente de que Ranma podría un día cansarse de sus niñerías y mandar todo al demonio.

- Yo… - No lo miró a la cara, sin embargo, él se puso en cuclillas frente a ella y le habló tranquilo.

- Lo siento, no quería hacerte sentir incómoda. - Le levantó el rostro hacia él. - Yo prometo que respetaré el ritmo que quieras llevar en esta relación, y…

Akane se lanzó a abrazarlo, él era tan amable.

- ¡Ranma Saotome, te mataré! - El grito hizo que se separaran de inmediato, Ranma alcanzó a bloquear los golpes que Kuno hacía con su espada y en minutos lo hubiera dejado KO si no fuese porque el resto de prometidas y pretendientes apareció, volviendo todo en una persecución.

Tiempo después, entre huidas y peleas, llegaron al dojo Tendo el cual se volvió epicentro de la batalla.

- ¡Shampoo estar harta! - Enfurecida lanzó un ataque de energía dirigido a Akane, aún estaba en entrenamiento y no podía controlarlo muy bien, lo que lo hacía más peligroso. Tendo intentó esquivar sin lograrlo del todo, dejándola medio inconsciente sobre la tierra.

- Mi querida Akane. - Mencionó Kuno antes de tomarla en sus brazos del suelo. La chica no estaba en sus cinco sentidos, todo le daba vueltas y lo único que pudo hacer fue desviar su rostro cuando el kendoista quiso besarla.

- ¡Akane! - Oía a la distancia como gritaba su prometido, pero como los oídos le zumbaban no estaba segura de que tan lejos estaría.

De pronto, algo los golpeó y ella fue a dar de nuevo al piso, y de nueva cuenta alguien la tomó en brazos.

- ¿Estás bien Akane? - Preguntó Ryoga.

- Si... eso creo... - Dijo calmadamente, cuando el muchacho la colocó sentada en la duela que daba a la entrada del comedor.

Mientras Akane más recobraba el sentido, más era consciente de que el chico del colmillo, con o sin intención, aún tenía sus manos en su cintura y mientras se movía con la clara señal de que la soltara, tuvo la sensación de que mientras Kuno la sostenía segundos atrás, también había aprovechado la situación para toquetearle las piernas y cerca del seno.

La furia comenzó a subirle desde el estómago cuando levantó la mirada y vio a Ranma furioso dejando inconsciente a Tatewaki, luego avanzaba a paso rápido hasta donde ella estaba, comenzando una pelea con Ryoga, que en poco tiempo también salió volando. El resto de combatientes ya estaban o inconscientes o habían huido, como Shampoo, que al ver el daño había sentido pánico a lo que haría Ranma.

- ¿Estás bien? - Preguntó al extenderle la mano, ella la tomó sin dudarlo sin esperar que él la iba a abrazar a su cuerpo sin importarle que miembros de la familia los estuvieran mirando.

- Si... estoy bien. - Respondió abrazándolo de vuelta, sentir el cuerpo del muchacho cercano a ella la envolvía en un halo de paz y protección.

- Hay que curarte. - Se separó él de la joven, ella se dio cuenta que sus rodillas escurrían sangre, que su uniforme estaba roto en muchos lugares de su cuerpo. Akane asistió e intentó avanzar, pero Ranma sin preguntar siquiera, la cargó y esta vez la chica se sostuvo con tranquilidad de su novio.

- ¡Akane! - Lloraba Soun, también estaba lleno de tierra pues había terminado involucrado al igual que Genma. - ¿De verdad estás bien? - Siguió a Ranma que ya la llevaba escaleras arriba.

- Si papá, nada grave, estoy bien. - Contestó sin despegarse del pecho de Ranma.

- ¿Quieres que llamemos al doctor? - Preguntó preocupado Ranma.

- No, estoy bien. - Le sonrió cuando él la colocó en la cama y se acuclilló frente a ella.

- ¿Estás segura? Shampoo te...

- Si, lo sé, pero te juro que solo me aturdió, solo fue el impacto pero nada más. - Aseguró, no solo porque el médico no fuera necesario, sino porque había una situación complicada con su hermana y todos lo sabían.

- Esa amazona se las va a ver conmigo luego... - Dijo enojado pensando en cómo desquitarse.

- La curaré de inmediato. - Apareció Kasumi con el botiquín de primeros auxilios. Comenzó inmediatamente con las rodillas, Ranma estaba parado tras la mayor con Soun aun lloriqueando mientras lo tomaba del brazo; en la puerta Nabiki observaba la escena.

- Veo que estás muy preocupado cuñado. - Saotome de inmediato enrojeció.

- Pe-pensé que... que esta tonta no resistiría el ataque, es todo. - Se soltó de Soun y salió de la habitación para evitar más burlas, aunque Nabiki inmediatamente fue tras él con indirectas bien directas.

- Hay que quitarte el uniforme. - Anunció la mayor y Soun asistió, le acarició la cara a Akane y salió del cuarto cerrando al irse.

Lentamente le quitó el saco, desabrochó la pechera del uniforme y la ayudó a quitarse el enterizo, también le quitó los zapatos y calcetas, al final quedando solo en ropa interior.

- Mira nada más... - Kasumi puso alcohol en un algodón y comenzó a pasarlo por las múltiples raspaduras de la piel de su hermana. - Akane, ¿cuándo comenzarás a alejarte de los problemas?

La menor de las Tendo suspiró, sabía lo que venía, a Kasumi nunca le había parecido correcto que tomara "el camino de la violencia", y cada que tenía oportunidad se lo recordaba.

- No es que yo busque los problemas, ¿sabes? - Respondió lo más neutra posible, a pesar de que le disgustaba el tema.

- Igual no has dejado las artes marciales.

- Auch... - Farfulló cuando la mayor le pasó especialmente rudo el algodón por una herida más abierta. - No voy a dejar las artes marciales, ya te lo he dicho muchas veces, no voy a cambiar de opinión.

- Pues deberías, pronto estarás casada y con Ranma representando el dojo es más que suficiente, tú deberías de dedicarte a otra cosa, tus estudios, la casa, aprender alguna actividad hogareña, hay muchas cosas.

- Número uno, no creo que me vaya a casar pronto, aún soy muy joven; número dos, aunque me casara mañana, a Ranma no le molesta que me dedique a las artes marciales, ¿sabías? - Cuestionó con sarcasmo.

- Yo no estaría tan segura.

- ¡Kasumi! - Se quejó cuando limpió sin cuidado otra herida. - Ranma no es esa clase de hombre.

- Puede ser que ahora no, pero después querrá que hagas lo correcto. Las artes marciales no son para mujeres Akane, basta ver cómo te dejaron... entre otras cosas.

- ¿Entre otras cosas? ¿eso que significa? - Preguntó molesta pero ingenuamente, debía de haber sabido que su hermana mayor últimamente solo traía entre ceja y ceja un tema, más específicamente desde que por casualidad había visto a los prometidos abrazados en el dojo hace más de un mes.

- Nadie te respeta. - Soltó de pronto sin mirarla a la cara, mientras seguía curando las heridas. -

- ¿Cómo que nadie me respeta? Si lo dices por el ataque que me lanzó Shampoo, yo...

- No, no hablo de eso. Hablo de que te tratan como a una... - Dejó al aire.

- ¿De... de qué estás hablando? - Esta vez cuestionó incrédula.

- Siempre he notado como ese chico Kuno aprovecha cualquier interacción contigo para intentar "cosas", tú lo sabes muy bien. No sé de qué te sorprendes.

- ¿Estás intentando decirme que porque me meto en peleas es una razón para que él se comporte de esa manera? - Habló aún sin creerse a donde se estaba dirigiendo la conversación.

- Digo que, si te retiraras de esas ocasiones de pelea, él no tendría razones para tocarte de manera indebida. - Akane confirmó en ese momento que el kendoista había aprovechado su momento de vulnerabilidad cuando la sostuvo en brazos.

- ¿Me estás culpando a mí? Eso es lo que dices.

- No es que te culpe, simplemente que ese ambiente se presta para...

- Si lo estás haciendo. - La acusó. - Yo no tengo la culpa de que él sea un pervertido, y por si no lo has notado, sé defenderme muy bien y...

- Si, se notaba... y dime, ¿qué hay de Ryoga?

- ¿Ryoga?

- Si, también él actuó de manera alevosa, y por lo que veo, ni siquiera lo notaste. ¿Eso que dice de ti?

- Yo... yo no... - Ese último comentario hizo sentir a la chica que ella realmente era una inútil para cuidar de sí misma.

- ¿Entonces que crees que pensará Ranma de eso?

- ¿Por qué me dices esto Kasumi? Lo que insinúas es...

- Solo es la verdad. ¿Crees que Ranma querrá casarse una chica que no sabe darse su lugar? ¿por qué crees que eres a la única chica que le ha prestado atención de verdad de sus prometidas? Todas han sido unas desvergonzadas y lo sabes.

Akane guardó silencio, lo que decía su hermana la reducía a ser la chica "menos descarada" y a la vez también a una muchacha sin dignidad que se dejaba "irrespetar". Estaba muy consciente de que Kasumi estaba lastimada porque Tofu la había dejado, por eso se contenía de decirle algunas cuantas cosas, pero eso no justificaba que le hablara así-

- Ranma me eligió porque me quiere, porque me conoce y sabe que todo lo que insinúas es mentira.

- Tu no entiendes Akane, los hombres, solo se quedan hasta que les conviene quedarse. - Levantó la vista hacia su hermana menor, ya había terminado de curarla. - Pero tu sabrás lo que haces. Por cierto, al menos espero que decidas seguir mis consejos y no le des más de lo debido.

- Él no es así Kasumi, ya te lo dije, él me quiere.

- Haz lo que quieras entonces, deja que tras pase el límite de la relación casta del noviazgo si es lo que deseas, solo que después, cuando te rompa el corazón tal como lo hicieron conmigo, no vengas llorando. Mírate en mi espejo Akane. - La tomó de los hombros en un último intento para hacerla "recapacitar" - Yo también amaba a Tofu, también creía que él me amaba a mí, también hubiera metido las manos al fuego jurando que él era diferente, y mírame ahora, sola.

- Hermana, el doctor Tofu no es malo... si inte...

- Veo que tu y yo nunca vamos a pensar igual. - La interrumpió soltándola. - Yo solo trato de que seas una señorita decente por tu bien.

- ¡Yo soy decente! - Se defendió.

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- Estúpida Nabiki. - Suspiró, no entendía como su usurera cuñada podía ser tan insistente y peor aún tan astuta. Le había tenido que prometer un gran pago en efectivo y de favores para que guardara silencio ante sus padres y los demás locos sobre su relación con Akane.

Se acomodó en el techo de la habitación de Akane escuchando el eco de la conversación que mantenían las hermanas dentro, no les estaba prestando atención hasta que oyó el reclamo de su prometida.

- ¡Yo soy decente! - Se levantó enseguida y se colgó de la cornisa hasta asomar la cabeza, las cortinas estaban cerradas al igual que la ventana, pero desde ahí alcanzaba a oír la conversación.

- A mí no me lo parece. - Fue la contestación de Kasumi que lo dejó helado.

- ¡¿Por qué eres así conmigo Kasumi?! - Akane soltó el llanto. - No he hecho nada malo.

- No, pero tampoco has hecho nada por frenar ese tipo de situaciones donde los pervertidos se aprovechan de ti, para mi esa clase de chicas no son decentes y tienen un nombre.

- Tú no eras así hermana... sé que nunca te ha gustado que esté involucrada en actividades rudas, pero nunca me habrías llamado así.

- Todos cambiamos...

De pronto la ventana se abrió y Akane por instinto tomó la cobija que cubría su cama y se tapó. Kasumi no se inmutó, solo se le quedó viendo a Ranma, luego a su hermana.

- Así que... esta clase de confianza se tienen.

- No... no es lo que piensas... - Intentó defender Akane, por mucho que le lastimaran los comentarios de Kasumi, no podía evitar querer estar bien ante sus ojos, había sido su única imagen materna durante muchos años.

- Si, esta clase de confianza nos tenemos, ¿algún problema? - Respondió Ranma de inmediato poniéndose frente a la mayor y Akane supo que estaba muy enojado.

- Solo es un malentendido. - Dijo Akane, pero ninguno de los dos le prestó atención.

- Se te ha dicho muchas veces que tienes que respetar a mi hermana hasta el matrimonio, ese es el problema.

- Yo la respeto... - Contestó casi con soberbia no porque estuviera a la defensiva, esto era malo.

- Ranma, ya... - Lo tomó de la manga del suéter que usaba. - Kasumi no...

- Que no te quepa duda de que yo la respeto, pero lo que no entiendo es porque la estás hostigando hasta el punto de hacerla sentir mal. - Dio otro paso hacia Kasumi. - Hasta el punto de insinuar cosas desagradables de ella.

- Es por que... - Ni siquiera la dejó hablar.

- Mira Kasumi, yo a ti te tengo aprecio, pero si en tu siguiente oración no hay una disculpa para ella, créeme, vamos a tener un problema.

- Ranma, no es necesario... por favor... - Insistió la menor.

- No me voy a disculpar, ella... - Saotome se le acercó tanto que la hizo retroceder, por poco la toma de los hombros, pero se controló.

- Ella es mi prometida, nadie le falta al respeto sin una consecuencia. ¿Entiendes eso verdad?

- Pe...

- Sabiendo eso, entenderás que para mí es imperdonable que sea quien sea la lastime, de cualquier forma; porque nunca, ni en un millón de años eso va a ser aceptable para mí. - La acorraló aún más y Kasumi ya no pudo decir nada.

- Ranma, ya, no pasa nada. - Akane lo sostuvo de nuevo, esta vez logró hacerlo hacia atrás y se interpuso entre ellos, pero nada lo detuvo de seguir hablando.

- Todos sabemos que lo que sea que pasó con Tofu te ha vuelto bastante amargada, pero no te desquites con Akane, con ella no.

Kasumi se quedó rígida en su lugar.

- Ranma, suficiente. - Su prometida Intentó que se callara.

- Sabes que para ella eres como una segunda madre, que nunca se le ocurriría contestarte como debería ante tus ofensas, así que si quieres pelear con alguien, ven y dime a mí cualquier cosa que tengas en nuestra contra, yo no tengo problemas en enfrentarte si tú no tienes problemas en oír la verdad.

- ¡Ranma! - Lo amonestó y Kasumi salió corriendo de la habitación. - ¡Ranma, ella estaba a punto de llorar! Es un tema muy delicado para ella.

- ¡¿Y qué querías que hiciera?! ¡Poco le faltó para llamarte...

- Ya lo sé... - Dijo sin ánimos.

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- ¿Kasumi? Preguntó Soun al verla entrar en la cocina corriendo. La siguió y al entrar la encontró llorando.

- ¿Qué pasó? - Preguntó desconcertado. - ¿Peleaste con tu hermana?

- Pasa que... ¡pasa que Ranma es un grosero! ¡pasa que yo solo intento ayudar a mi hermana y él termina interviniendo siempre!

- ¿Ranma te hizo algo? - Aún más confundido, sin creer aquello, la tomó de los hombros para mirarla de frente, Ranma para la única que tenía palabras desagradables era para Nabiki y con justa razón, pero ni aún con ella que era una aprovechada le había hecho un desaire tan grande para hacerla llorar, Akane por su lado era otro asunto.

- Es que yo solo intento ayudarla. - Repitió, ahora con más calma, pero con la cabeza gacha, aun llorando.

Tendo intentó serenarse, solo se le ocurría una razón por la que Ranma pudiera haber agredido a su hija mayor, por Akane, su único punto débil de paciencia.

- ¿Quieres contarme que hay detrás de esa ayuda "desinteresada"? - La abrazó por los hombros conduciéndola a una silla alta. Esperaba dentro de todo, que por fin su hija confiara en él, la única que sabía una versión resumida de la ruptura con Tofu era Akane, pero a ella el doctor era quien le había dicho poco o nada, Kasumi por su lado no había querido hablar y desde entonces no era ella misma, estaba triste, amargada, sin ganas de nada más que de amonestar a quien se dejara, especialmente a sus hermanas, aunque ciertamente Nabiki no tenía pelos en la lengua para responder cada regaño, Akane era mucho más blanda que eso.

- No puedo... no puedo decirte... te vas a decepcionar de mi...

- Te prometo que sea cual sea la historia eso no pasará.

Tras unos segundos de silencio Kasumi empezó.

- No fui suficiente para él... pensé que el amor sería suficiente, pero... no. - Tendo contuvo la respiración al escuchar aquello, en verdad era sobre el asunto con el médico por fin. - Él tiene metas altas para mí, desarrollo profesional y expectativas concretas de su futura esposa, pero yo no encajo en ello.

- Pero ¿cómo puede ser eso posible? - Su padre la observó dolido. - Eres una mujer muy bonita, amable, bondadosa, acomedida, muy talentosa para la cocina y otras actividades de la casa, inteligente... no lo entiendo. - Kasumi negó.

- Yo... yo lo veía en su mirada, su decepción al comprobar que yo solo era un cascarón bonito, mientras él es un médico preparado, nada comparado con una muchacha que apenas terminó la preparatoria. Yo quería ser perfecta para él y me esforcé más y más hasta el punto de ahogarlo de atenciones, pero él no estaba contento con eso, me pedía cosas que nunca había hecho...

- ¿Cómo... cómo qué? - Preguntó respirando profundo, como se enterará que Tofu había obligado a su hija a algo, lo mataría con sus propias manos.

- Primero me sugirió que le ayudara en el consultorio y que si quería podría enseñarme sobre los pacientes y la clínica, pero eso me da miedo... yo puedo curar raspones, cosas menores, no atender enfermos, sería una irresponsabilidad. - Soun asistió con alivio, sin embargo, no creía que Tofu le fuese a dejar a Kasumi una carga de trabajo y responsabilidad inadecuada para su experiencia, aun así, guardó silencio y esperó a que continuara. - Después me dijo que si lo que me gustaba más era cocinar... que podía ayudarme a ingresar a una escuela para aprender más sobre el tema... - Entonces guardó silencio.

- ¿Y? ¿qué le dijiste?

- Que no... papá, hace tanto que no estudio... no, no podía... eso no es lo mío... yo no necesito eso... - Las palabras de la chica eran inseguras.

- ¿Qué pasó después?

- Me insistía mucho en que encontrara una pasión y la explotara, pero yo no tengo pasiones, yo solo quería ser la esposa perfecta... y yo... ¡intenté demostrarlo! Tú lo veías papá, lo temprano que me iba, hacía el aseo de su casa, lavaba y reparaba su ropa, hacía su comida, mantenía todo en perfecto orden... pero él no estaba cómodo con eso... comenzó a evitarme y se pasaba más tiempo en la clínica. - Ella lloró más fuerte.

- Dime Kasumi, hay algo más...

- Yo... yo creí... yo creí que... si... si... él y yo... tú sabes... - Dijo sonrojándose.

- Si, si, lo entiendo... - Cortó de tajo, aunque supiera de que era la referencia, no quería oír decir a su hija explícitamente que había tenido intimidad con su pareja, era algo que un padre nunca estaba preparado para saber.

- A pesar de todo lo que creía y lo que le inculqué siempre a mis hermanas, en contra de mis principios y la educación que tú me disté... lo hice, me entr...

- Si, lo entiendo hija... - La interrumpió.

- Por un tiempo funcionó... pero... un día me dijo que lo asfixiaba, que más que una novia me comportaba como un felpudo y dijo que cuando estuviera lista para dejar de actuar así, estaría esperando. A pesar de todo... me dejó. ¡A pesar del esfuerzo que hice en todo me dejó! - Reclamó llorando.

Soun lo meditó durante un tiempo.

- La verdad, creo que está bien si lo que quieres es ser solo una esposa, hay muchas mujeres que es lo que hacen, se dedican a la casa y a los hijos y están bien, tu madre fue así, al menos la mayor parte del tiempo porque también le gustaba ayudar de vez en cuando con los números del dojo.

- ¿En verdad? No sabía que a mamá le gustara eso.

- Pues sí, no siempre, pero si, y después con tres niñas ya era más complicado ayudarme, el punto es que si esa es tu vocación está bien, creo que hiciste bien en no cambiar solo porque Tofu te lo pedía. - La muchacha asistió conforme con eso. - Sin embargo, si solo lo haces por miedo a lo desconocido, si no quieres hacer cosas por temor a no saber cómo hacerlas o para no fracasar, entonces agradezco a Tofu por intentar motivarte.

- Pero... papá... - Ella bajó la cabeza sin saber que decir.

- Se de primera mano que nunca fuiste apasionada por los estudios como tus hermanas, pero tampoco tuviste otros pasatiempos que no fueran relacionados al hogar, y la verdad creo que para mí fue muy cómodo que así fuera, tal vez debí incentivarte más a involucrarte en algo diferente porque no era tu responsabilidad ocuparte de esta casa las 24 horas.

- ¡Pero a mí me gustaba hacerlo! - Replicó

- Lo sé hija, pero eso no significa que no te gusten otras cosas, ¿verdad? ¿Recuerdas cuando eras niña y te gustaba ayudar a todos los animalitos heridos? en ese entonces pensé que serías veterinaria o algo así. En algún otro momento pensé que serías modista o diseñadora, ¡oh! también pensé que serías dueña de tu propia casa de té.

- ¿Mi propia casa de té? - Sonrió al escuchar aquello.

- Bueno, siempre hay un mundo de posibilidades. Pero todo está en ti y en lo que quieras hacer, igualmente si decides hacerlo por tu cuenta o con alguien que quiera apoyarte, hombres que quieran que los atiendas a cuerpo de rey van a sobrarte hija, pero algún inteligente caballero que quiera lo mejor para ti desinteresadamente, pocos.

El hombre la abrazó antes de preguntar.

- Dime Kasumi, ¿cuál fue el problema con Ranma? - Ella bajó la cabeza apenada y comenzó a contarle.

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- ¿Estás enojada? - Preguntó Ranma minutos después, había salido para darle privacidad para vestirse, ahora ella llevaba su típico pijama amarilla de manga larga.

El chico Saotome miró a su prometida, tenía un gesto indescifrable y después de haberse calmado, admitió para sí mismo que, tal vez, se le había pasado un poquito la mano con Kasumi, no se arrepentía, pero... sus pensamientos se cortaron cuando Akane lo abrazó con fuerza.

- Gracias, gracias por defenderme. - Susurró en su oído.

- De nada... - Le regresó el gesto tomándola de la cintura.

- Perdóname Ranma.

- Pero... ¿por qué?

- Yo... me dejé influenciar por mi hermana a pesar de saber que tú no eres del tipo de hombre capaz de usarme.

- ¡No! ¡claro que no! ¡tú lo sabes bien!

- Si, lo sé. - Lo tomó del rostro y lo besó suavemente. - Quiero que esto funcione.

- Pero... - Él sonrió. - Está funcionando. - Agregó sin comprender aún.

- Pero quiero... que funcione... más... avanzar...

- Ahh... - Dejó salir en un sonido que terminó por convertirse en un gran. - ¡Oh! ¡eso! - Ranma carraspeó poniéndose rojo. - Pero... es decir... no tienes porque sentirte presionada... yo... puedo esperar... si tú... - Ella volvió a besarlo, luego se separó, retrocediendo hasta la cama.

- Apaga la luz. - A pesar de sus palabras, él lo hizo de inmediato, ya era de noche y la oscuridad invadió el lugar.

- Akane... en verdad... - Comenzó a tantear para llegar a la cama, Akane lo alcanzó del cuello lo jaló hasta dejarlo recostado sobre ella.

- ¡Ranma! ¡Akane! Dice Soun que ordenaremos comida del negocio de yakitori, ¿quieren algo?

Ambos comenzaron a carcajearse ante la interrupción. Ranma terminó por contestar resignado.

- Si, pide lo que quieras, para nosotros está bien.

- De acuerdo. - Los pasos de Genma se alejaron por el pasillo.

- Supongo que...en esta casa... no nos van a dejar en paz, ¿verdad? - A penas le veía las pupilas a su prometida en aquella oscuridad.

- Te amo Ranma. Gracias por ser todo, por ser un caballero. - Dijo antes de que él se echara hacía atrás de la impresión cayendo al piso, siempre imaginó que él sería el primero en decirlo. - ¿Ranma? ¿estás bien? ¿si es por lo que...

- ¡No! ¡si! ¡quiero decir yo también! - Contestó desde el piso, lo siguiente que supo es que Akane había vuelto a encender la luz, tenía una bonita sonrisa en la cara y le extendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie.

- ¿Vamos a cenar? - Preguntó ella dejando el tema por ahora, así era su caballero de brillante armadura, un poquito lento para acostumbrarse a algunas cosas.

- Si, vamos. - Contestó al ponerse de pie. - Pero... - Comenzó a decir cuando avanzaban por el pasillo. - Si... Si... si vamos a... a... avanzar... luego... después de cenar... ¿verdad? - Cuestionó mirando al techo con un tono casi fluorescente en toda la cara.

- Lo que se pueda en esta casa de locos, si... ya no me importa lo demás... - Le besó la mejilla, luego le susurró al oído cuando bajaban las escaleras. - Si, avanzaremos todo lo que quieras, al diablo la postura conservadora.

- ¡¿Pero que fue eso?! - La familia se asomó para ver como Ranma y Akane se habían caído por las escaleras.

FIN

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Para el 14 de diciembre. No perdamos esperanzas jajaja.

Sobre la trama, pues si, el lado de Kasumi quedó un poco abierto, aunque creo que eventualmente ella volvería con Tofu, al cual espero haberle dado la explicación adecuada de su punto de vista. No es que no quiera a Kasumi, solo que ella esta tan inmersa en solo ser una perfecta esposa que decepciona a Tofu, él sabe que ella puede hacer más que eso. Pero bueno, lo dejo a su criterio.

Gracias a todos por seguir aquí, en especial a:

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· Akanelink, Ánimo en esta nueva etapa de tu vida, un abrazo fuerte.

De este lado del internet, AkaneMiiya.