Advertencia:Los personajes de Bang Dream le pertenecen a la compañía Bushiroad.

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Capítulo III: Tokyo – Parte I

Mansión Tsurumaki

Todas estaban en la mansión. Las niñas jugaban en el amplió jardín que tenían los Tsurumaki. La llamada de urgencia realizada por la asistente y mano derecha de Kokoro alertó a todas. Si ha habido esas clases de llamadas hacia el resto de las chicas, pero fue hace diez años atrás, cuando todo fue un caos con la salida de Chisato y el posterior secuestro de Chihiro. Ahora, esa llamada las estaba llevando hasta ese punto de partida donde nadie sabía nada, y tampoco podían definir el futuro.

Era como volver al pasado, pero siendo adultas y con familia.

Un hecho que se marcó hace diez años, no sólo que dejó cicatrices a todos, sino que dividió la línea del tiempo en un antes y un después que sería imposible olvidar. La última en llegar fue Hina, ella aún había estado en la oficina de su trabajo cuando recibió la llamada de Aiko diciéndole que Kokoro las necesitaba a todas en la mansión de manera urgente. La situación era más delicada de lo que se podía imaginar, lo que no dijo es que también estaban llegando al país era nada más ni nada menos que Chisaro Shirasagi y Kaoru Seta con una pequeña niña, hija de ambas.

Las chicas no eran las únicas que estaban ahí en la mansión, los padres de la mayoría también estaban ahí, y se evidenciaba en sus rostros lo preocupados que estaban por todo lo que estaban sucediendo. Arisa estaba viendo a sus hijas y sobrinas jugar en el jardín y las palabras que le había dicho Kasumi tiempo atrás no se le iba de la cabeza. ¿Acaso Kasumi sabía algo más que las demás no? ¿Acaso Kasumi…?

—Quisiera saber que está pasando, porque esta llamada así de la nada… —Sayo habló por primera vez desde que llegó a la mansión desde su oficina en un estudio jurídico donde trabaja. Para ella, esta llamada significó revivir lo que por diez años quiso olvidar. Aunque ella e Hina se volvieron hablar, sentía que todo lo que habían ganado durante su adolescencia se había acabado para siempre. Odiaba ese tipo de sentimiento. De sensaciones que le llevaban a sentir que no tenía control en sus manos, y ella era alguien que sentía seguridad teniendo control de la situación, a pesar de que a medida que se iba relacionando con las demás, en su trabajo, en la universidad, con la banda, ella fue aprendiendo a ir soltándose de a poco.

—Nadie sabe que ha pasado. Sólo que nos han llamado debido a que se suscitado un problema y que nos requerían aquí a todas —O-Tae habló tratando, al igual que Sayo, encontrar una explicación. Todas estaban ahí en la mansión y la sala había sido arreglada de tal manera que todos pudieran entrar sin ningún problema. Los Shirasagi aún continuaban en la mansión cuando les notificaron de la reunión.

—Hina-san, finalmente llegó. ¿Trajo lo que Kokoro-sama le ha solicitado? —todas observaron como entraba Hina con dos sobres en su mano derecha. Lo que nadie sabía es que, en la espalda, en la porta arma, tenía guardada su Pistola Desert Eagle color turquesa con detalles plateados y escrito en negro su sobrenombre "Genius". Esa llamada de Kokoro de manera inesperada no le gustó nada, e intuía que la situación ameritaba que estuviese prevenida, porque conocía a su amiga y sabía que ella no hacía nada ni ordenaba algo si no fuera porque el escenario que se presentaba lo requiera de esa manera.

—Sí. Aquí está toda la documentación, Aiko-san. Pero ¿por qué llamar a las demás? Se supone que…

—Porque esta situación es diferente a lo que vivimos hace diez años, Hina —la voz de Kokoro se hacía presente y todas se giraron para ver como entraba acompañada de Misaki, quien llevaba dos maletas.

—¿Fuiste a Londres por negocios o…? —y la pregunta quedó en el aire en el momento en que más atrás entraban cogidas de la mano Kaoru, quien llevaba a su hija en brazos adormitada sobre su hombro, y Chisato. La sorpresa en el rostro de los presentes era genuina. Incluso Hina se quedó sin palabras. ¿Qué carajos estaba pasando?

Misaki puso las maletas por las escaleras, que llevaba hacia las habitaciones de la mansión en las plantas dos y tres. Kaoru y Chisato miraron a todas con una expresión cansada. Nadie decía nada, porque si eran sinceras, no tenían palabras para expresar lo que estaban viendo en ese momento; y, aunque Hina quería descargar todo su coraje contra Chisato, sabía que la exactriz no tenía la culpa de nada después de haber escuchado la historia por parte de Aya.

Aún había cabos sueltos, y si Chisato estaba ahí con Kaoru, significaba que ella tendría que terminarlos de unir, ¿no? Pero la realidad era que ni ella misma podía completar aquellos vacíos que quedaron esparcidos hace diez años.

—Esto sí que es una sorpresa. ¿Cuánto te costó encontrar a Chisato y a Kaoru, Kokoro? —preguntó Eve con cierta curiosidad.

—El dinero es lo de menos, Eve. Ahora estamos frente a una situación bastante más compleja de lo que pasó hace diez años.

—Pero… —quiso decir algo Maya con cierto recelo, pero prefirió quedarse callada. Después de todo, ambas eran sus amigas y eran buenas personas.

—Kaoru-chan, ¿y esa pequeña que llevas en tus brazos…? —preguntó la madre de Chisato con cierta curiosidad. Si lo que dijo Aiko es verdad, entonces, ¿cómo?

—Se llama Hana Seta. Es nuestra hija… —la voz de Kaoru era firma y no admitía ni una réplica, pero no había hablado con Chisato sobre el apellido de la pequeña, pero por lo visto, Kaoru se haría cargo de la bebé. Después de todo, era su hija, también.

—¡Es imposible que sea tu hija, Kaoru! —exclamó Hina. Sentía que estaba dolida por haberle ocultado algo tan delicado como eso. Ella y Kaoru solían hablar, y a veces Kaoru le pedía que le hiciera aceites de lavanda o perfumes de ese olor, y durante ese tiempo, jamás mencionó que se haya visto con Chisato, o que haya formado una familia con ella. Se sentía traicionada…

—No. No lo es, Hina… —habló por primera vez Chisato. Sentía que necesitaba calmar a las dos. Los nervios estaban haciendo estragos en todos los presentes.

Hina se acercó a Chisato echando furia por sus ojos, pero Kaoru se puso delante de su amiga de la infancia y del amor de su vida, protegiéndola. La señal era clara: Kaoru jamás dejó de amar a Chisato, y haría lo que fuera por cuidarla, incluso de sus propias amigas.

—Hina, por favor cálmate. Todo tiene una explicación. Deja que Kaoru acueste a la bebé, y todos tomemos asiento, porque lo que se va a hablar aquí es más de lo que tú, Kaoru y yo pudimos imaginar alguna vez. Deja que Chisato de su versión de los hechos… —Kokoro estaba siendo la voz de la razón en esos momentos.

—Chisato hizo lo que hizo hace diez años, y a mí me costó la vida, Kokoro. Acepto que Kaoru y ella tuvieran una relación a escondidas, y era lógico por nuestros contratos…

—¡Agari quería que firmara contrato con productoras de pornografía! —listo. Chisato lo dijo, llorando, cansada de todo. Cansada de que se la culpe por un hecho que no cometió.

—Eso es imposible, Chisato-san —habló por primera vez Sayo. Como abogada sabía que aquello era ilegal a menos que…

—No. No lo es…

Todos los presentes estaban estupefactos, menos Kaoru, Kokoro, Misaki y ¿Kasumi?

—Hina… —habló por primera vez Kasumi después de ver la interacción de las recién llegadas —Agari uso el nombre de Chisato para separarnos. Hablaré lo que callé por diez malditos años, y fui cobarde y culpable de ese hecho, de que tú y las demás chicas de PasuPare tuvieran una idea errónea de Chisato. Kaoru y tú no fueron las únicas extorsionadas. Kaoru sufrió el ataque que casi pierde su mano izquierda además de… —en ese momento se quedó callada pensando que, si decía lo que venía, no todas estarían preparadas para escucharlo. Prefirió mantener solamente el ataque donde Kaoru casi pierde la mano. Era, por decirlo de alguna manera, más sutil —. Sufrí el atentado de coche-bomba en el Ryuuseidou y que le costó la vida a Mami Ichigaya-san, la abuela de Arisa. Aún no me perdono la muerte de ella… porque ese ataque iba dirigido a mí como advertencia.

El silencio reinó por varios minutos.

Kokoro miro a Kaoru, y con la sola mirada le indicó lo que tenía que hacer. Unos de los empleados de la familia Tsurumaki coloco sillas extras para las recién llegadas. Kaoru llevó a su hija al cuarto de estudio de la mansión para acostar a Hana en el amplio sofá que había ahí, para luego sacarse su chaqueta y ponérsela encima de su pequeña.

¿Qué fue lo que dijo Kasumi?

¿Qué ella e Hina no fueron las únicas extorsionadas?

Si era así, Agari pagaría por todo el daño que ha hecho. Y se juraba que lo haría con sangre, pero no sin antes hacerlo sufrir como él les hizo padecer. Ahora entendía las palabras de Misaki cuando la llamo para decirle que iba de camino a verla: "No hay mucho que hablar. Necesito verte urgentemente. Las cosas no han estado bien por acá." Se preguntaba desde cuándo las cosas se complicaron, si fue con la salida de Chisato, o la de ella o…

Cuando salió al vestíbulo desde el cuarto de estudio, se encontró con una escena dolorosa: Hina tenía abraza con fuerza a Chisato, y sobre ambas estaban las tres integrantes de PasuPare. Ellas, al igual que el resto de las bandas, eran muy unidas y que, por ese mal entendido, por esa duda sembrada hayan tenido que separarse así. Le dolía mucho en el alma porque no se merecían aquello. No se merecían sufrir. No de aquella manera.

Y luego estaba Kasumi con aquella confesión. Eso la dejó con un sin sabor en la boca. ¿Y si Chisato era una víctima más? Era lo más probable. Ella jamás hubiese tomado esa decisión como la que tomó de esa manera tan ligera, si en verdad hubiese estado involucrada. La conocía muy bien desde que eran unas tiernas infantes. Sí hubiera sido así, ella hubiera seguido con su carrera en ascenso sin importarle nada. Pero no. Chisato pudo haber sido fría en su momento contra ella, cuando la encontró nuevamente después de cinco años de separación y no comprendía el porqué de su comportamiento todo principesco y cabeza hueca… Y cuando la vio en su departamento en Londres, no era la Chisato que conocía desde siempre, al contrario, era una mujer que se sentía perdida tratando de llevar una vida de lo más normal que podía.

Una mujer que había decidido renunciar a todo, incluido sueños y objetivos.

La pregunta que se hacía era: ¿por qué también atacó a Kasumi? En esos momentos la mente de Kaoru iba hacia todas las direcciones, pero ninguna la estaba llevando hacia una posible respuesta, y si a todas esas inquietudes se le suma la teoría de Kokoro, entonces el que faltó a su palabra fue Agari. Sin embargo, el haber presionado a Chisato a que hiciera ese tipo de escenas pudo haber provocado, tal vez, un quiebre definitivo en él y sus acciones contra las demás. Aquello pudo haber sido el determinante para que la exactriz decidiera cerrar definitivamente su carrera actoral lejos de Japón. Si sumaba todo, entonces era el coctel perfecto para decidir hacer un ataqué aún más fuerte, atentando contra la vida de las demás como represalia.

Pero ¿Acaso Agari tiene el poder suficiente como para destruir a Chisato y a las demás? ¿O tal vez él…?

—PasuPare lo era todo para mí. Mi hogar. Finalmente había encontrado un lugar, cuando ni siquiera sabía hacia donde iba… —la voz rota de Hina despertó de los pensamientos a Kaoru. Posó su mirada en el centro del vestíbulo. Todas miraban con atención hacia su amiga. Silenciosamente caminó hasta donde Chisato y se puso a su lado — Al inició quise negar todo lo que estaba pasando, pero cada vez se acentuaba, y todo parecía venir de Chisato, o eso creía en ese entonces. De las cinco, ella era la que más ganaba, y la que más visibilidad tenía. Pero ahora… Los primeros dos años después de nuestra ruptura definitiva, quise continuar tocando guitarra, pero simplemente no pude más…

Hina mirada hacia un punto fijo y en blanco. Era el momento de hablar, de sacar lo que había guardado por mucho tiempo. Iba abrir su corazón finalmente. Iba a sincerarse incluso con su esposa ahí presente, porque Aya no sabía los detalles de lo que detonó dentro de la mente y del alma de Hina para que cayera en las adicciones.

—No era sencillo avanzar sin que te detuvieran a cada minuto a preguntar si sabía dónde se pudo haber ido Chisato, del porqué PasuPare se separó, que sí Kokoro encubría a Kaoru, que sí la relación de Kokoro con Kaoru era cierto y por eso la encubría de sus abusos violentos, que sí yo tocaría canciones de PasuPare, que sí… que no… que pasó… porqué aquí… porqué allá. Todo fue demasiado para mí. El señalamiento de los fans, las teorías de que yo estaba enamorada de Chisato, y que la encubría, que todo era fanservice con Aya, que somos famosas y mentimos, que la industria aquí… y la industria allá —la genio rio amargamente al recordar por qué terminó en drogas y alcohol —. Y un día, harta de todo, fue cuando consumí mis tres primeras líneas de cocaína para apaciguar el dolor que tenía en mi alma. Maya y Eve se fueron de Japón también, Aya se mudó de ciudad y yo… simplemente me quedé estancada en un lugar donde ya no era bienvenida, y tuve que irme de la ciudad. No pude salir de las drogas y alcohol hasta tres años después que me reencontré con Aya. Aya y Kanon fueron las únicas que creyeron que Chisato era inocente —Haruko Hikawa estaba impactada de la confesión de su hija. Incluso Sayo no tenía palabras para describir lo que acaba de escuchar de la boca de su gemela menor, eso significaba por qué dejó de tocar la guitarra. Pero conociéndola como la conocían tanto su madre como ella, intuían que había algo más en la vida de Hina para que tomara esas decisiones tan radicales. ¿Podía incluirse con lo que escuchó en ese entonces cuando Roselia estaba de gira?

—Hina… —Chisato empezaría hablar, con las emociones a flor de piel y con la tristeza de los sucesos que se dieron hace diez años. Pero fue Kasumi quién habló adelantándose a Chisato. Era el momento de zanjar todo y empezar a moverse hacía adelante. Tenían que ir hasta las últimas consecuencias de todos aquellos actos.

—Hace ocho años… —la voz de Kasumi inundó el vestíbulo de la mansión. Estaba rota, apagada —No sabría decir que fue lo que ocurrió exactamente, sólo recuerdo que estaba en el Ryuuseidou acomodando las cajas que habían llegado, ya que Mami-san hizo un pedido de nuevos artículos para la venta. Entre ellos, había objetos antiguos y otros hechos de manera artesanal. Lo último que me dijo fue: "Kasumi-chan, si algo me llega a pasar, sigue adelante. Y en el proceso, ayuda Arisa a que también siga adelante. Cuídala mucho, porque ella es un tesoro" —Kasumi hizo una pausa. Ya no lloraba porque no le quedaba lágrimas —. Lo siguiente que escuché fue una explosión. Salí a ver que sucedía y ahí estaba. Mami-san acostada en el suelo ensangrentada y sin vida, un auto ardiendo en llamas. Llamé rápido a emergencias, pero todo fue tarde. Dos semanas después del velorio, estaba en el departamento con Arisa cuando recibí un correo electrónico. En él, me decía que debía presentarme en la fiscalía por el atentado del coche-bomba. Quien firmaba el correo era el fiscal Hiroto Miyamoto….

—¿Cómo dices, Kasumi-chan? —Nara estaba sorprendida al igual que Kaito. Ellos conocían de primera mano a Hiroto, y un mal presentimiento y una idea se le vino a la mente de la mamá de Kokoro.

—Que el fiscal me…

—Eso lo escuchamos claro, Kasumi-chan. Reformulo mi pregunta. ¿Por qué te mandó un correo pidiéndote que te encontraras con él por el asunto del atentado? ¿Te declaro sospechosa de algo?

—Esa pregunta siempre me ha perseguido durante todos estos años, Nara-san. Cuando llegué a la fiscalía, me recibió el abogado Yusei Iwai-san, y al explicarle el motivo se lo vio realmente sorprendido. Recuerdo que me llevo a una oficina aislada, y me hizo una serie de preguntas. Le comenté que recibí un correo del fiscal Miyamoto que deseaba verme por el tema del atentado. Recuerdo, también, que le enseñé el correo al abogado y su expresión no me gustó para nada. Fue ahí que caí en cuenta que las cosas, tal vez no irían bien.

—Y no se equivocó, Toyama-san —hacia aparición de manera sorpresiva Yusei Iwai, quién fuera fiscal encargado de la nación hasta la aparición de otro fiscal que le sucedería hasta que posteriormente le daría paso a Miyamoto, con una mujer que no la conocían —. Perdón por venir de manera sorpresiva a su casa, Okusawa-sama. Pero es necesario que estemos aquí…

—La verdad es que sí es muy sorpresivo, fiscal…

—Exfiscal, Okusawa-sama —interrumpió Iwai a Kokoro, dejándola sorprendida realmente. Si era así, entonces las cosas estaban tomando otro rumbo, y eso le generaba cierta intranquilidad. Sin embargo, no iba a demostrar aquellas emociones para no preocupar a los demás, pero su madre intuía lo que podría estar sintiendo su única hija. Iwai observó que Kokoro y las demás estaban dudando de sus verdaderas intenciones y tenía que intervenir antes que se hagan una idea errónea de él y de su compañera.

—Soy la detective Mai Oshima, y la razón del porqué estamos aquí es debido a que el abogado Hiroto Miyamoto ha regresado al puesto de fiscal de la nación hace una semana. A mí me despidieron hace un mes con el argumento de que la investigación que estaba llevando, no era adecuada y estaba cometiendo algunas irregularidades. Y que esa no era la orden asignada para mí. Lo mismo pasó con Yusei, pero no en la misma magnitud como conmigo. Estábamos en el aeropuerto cuando las vimos y ambos discutimos si era adecuado venir hasta aquí…

—Eso suena a que necesitan de mi ayuda, ¿verdad? —Kokoro había aprendido a lo largo de su vida empresarial a leer en detalle el lenguaje corporal de sus interlocutores, observaba detalles y tono de voz al dirigirse a ella o cualquiera de sus amigas o a sus padres.

—Y no se equivoca, Okusawa-sama. Todo empezó con la investigación de la detective Oshima estaba haciendo sobre la desaparición de Takumi Seta…

—¿Está hablando de mi padre? —preguntó Kaoru de manera incrédula. Sabía que su padre andaba en algo oscuro, pero jamás se imaginó a que nivel. Primero su madre es una sin hogar y luego su padre…

—Temo decirle que hablo de Takumi Seta original…

—Deje ver si entendí… Takumi Seta, ¿quién es mi padre biológico y que me atormentó durante mi infancia, con su violencia y abusos está desaparecido y a su vez hay otro Takumi Seta?

La detective Oshima no sabía cómo abordar el tema. Por lo que veía Kaoru no estaba del todo informada. Este caso se "archivó" hace más de veintidós años. Nadie investigó el hecho de aquella desaparición, y puede que esté relacionado con el caso actual de los Tsurumaki y de los Shirasagi. La desaparición de Chihiro Shirasagi se dio en circunstancias similares al de Takumi Seta, salvo por un pequeño detalle: hubo suplantación de identidad en el caso de Seta. Para la detective, el Takumi Seta que conoció Kaoru no era su padre biológico, sino uno falso.

—En realidad no, Seta-san…

—Es mejor que empiecen a explicar bien porque me siento perdida y no me gusta esta clase de juegos.

—Kao, por favor, cálmate, cariño. Déjalos explicarse, pero dales tiempo, porque se ve que no es fácil lo que tienen que decir —Chisato intervino de manera sutil cogiendo el brazo de Kaoru para tranquilizarla. Conocía tan bien a Kaoru, que cuando algo no le gustaba o le incomodaba, tendía a perder un poco la paciencia y pasaba a estar enojada e incómoda. Y Kaoru que siempre fue débil ante esos hermosos ojos violetas de Chisato se controló muy a su disgusto.

—Gracias, Shirasagi-san. Como bien dijo, esto no es fácil porque no tenemos todos los elementos más que sospechas —la detective Oshima empezó hablando con cautela. Ella y Yusei necesitaban de manera urgente el apoyo de los Tsurumaki y para ello necesitaba explicar un poco desde el inicio de la investigación —. Todo empezó con la desaparición de Chihiro Shirasagi…

"…Hace diez años después de que Chisato-san se fuera, al mes desaparece su hermana menor. Las condiciones de su desaparición fueron similares al de Takumi Seta-san hace como veintidós años atrás. Mientras iba investigando, empecé a notar que ciertas situaciones eran muy parecidas. Entre ellas estaba que Seta-san trabajaba para la corporación Tsurumaki en el área tecnológica, pero no como empleado de planta, sino como agente externo, pero no tuve como comprobarlo porque me sacaron del caso. Chihiro-san es la hermana menor de Chisato-san quien es amiga de la infancia de Kaoru-san quien a su mismo tiempo es amiga cercana de Kokoro-sama. Eso nos llevó a pensar que tal vez, el objetivo pudiera ser Kaoru-san, pero tenemos nuestras dudas.

Las siguientes fases de la investigación quedan inconclusas por falta de pruebas y falta de sospechosos. Bueno, tampoco es que nuestra ley nos ayude mucho, y a eso se le suma que desde las "altas esferas políticas" ordenaron archivar los casos. Ahora, la duda de que si el objetivo fuese Kaoru-san nace porque tiempo después descubrí que ella había sido emboscada en su casa, en donde provocaron un atentado en forma de advertencia contra su vida con violación incluida…"

Chisato miró al amor de su vida con mucha preocupación. Eso ella nunca lo supo, y ahora no sabe que sentir o pensar —Kao ¿Te…?

—No lo recuerdo, sinceramente —contestó finalmente Kaoru haciendo un esfuerzo por no recordar aquel día, pero si ello iba ayudar a seguir armando ese gran rompecabezas, lo haría, aunque le generase malestar e incomodidad—. Sólo tengo en mi memoria aquel día, en que me tendieron una emboscada. Era de noche y sabía que no estaría nadie en casa, así que mi plan era entrar, coger una maleta con lo más necesario e irme al departamento que Chisato y yo alquilábamos. Pero, al llegar, vi la puerta apenas abierta y eso me alertó. Con cuidado la terminé de abrir, y al entrar, sentí un empujón por la espalda haciendo que cayera al piso. Luego sentí con claridad que alguien me cogió del cuello de mi camisa y me arrastró hasta la mesa que había en la sala, poniéndome ahí boca abajo. Luego, una persona cogió mi brazo izquierdo extendiéndolo por todo el largo de la mesa, ubicando la palma de la mano hacia abajo, y luego sentí como me clavaron un cuchillo en toda la mitad del dorso de mi mano. La voz de Agari sonó por toda la casa. Su risa sarcástica. Su furia. Empecé a forcejear para liberarme, puesto que pensé que esa acción era innecesaria, ya que cumpliría mi palabra, pero… —Kaoru bajo la mirada, y guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón de tela color azul marino. Aquella noche, ella perdió algo más que su dignidad.

—Pero Agari no confiaba en nosotras. El tipo estaba desquiciado en su totalidad —siguió Hina con el relato —. A mí no me llegó hacer nada, pero sus constantes llamadas, sus extorciones, sus amenazas me tenían fastidiada y al borde de querer matarlo…

—Entonces, esa debió haber sido la razón por la cual Tsuru… Okusawa-sama creó al grupo de mercenarios —dijo el abogado Iwai perdido en sus pensamientos, sin percatarse que los demás lo escucharon.

—Kokoro… dijiste que contrataste a los…

—Papá, sé lo que dije —habló Kokoro por primera vez. Ahora tendría que ser ella quien explicara el motivo real, y por qué sabía lo que sabía de Kaoru más allá del resto. Kokoro había ocultado algunos detalles, pero uno en especial fue el que reservó y hubiese querido que fuese para siempre —. La verdad es que no contraté a ningún mercenario, yo los cree a raíz de mi encuentro con el abogado Hiroto hace diez años en el hospital…

—¿Te enfrentaste a Hiroto Miyamoto? ¿Qué es lo que pasó realmente, Kokoro? Y no quiero que nos mientas más o te guardes las cosas, por favor —Nara estaba preocupada. Conocía a Hiroto desde su época de estudiante universitaria, y él era el hombre que no dejaba ir tan fácilmente a alguien, cuando le ponía sus ojos encima. Él era lo opuesto a Hiroshi, su amigo desde el instituto o su esposo, Kaito.

Kokoro empezó a caminar hasta ponerse al frente del grupo. Todos la miraban con una mezcla de emociones. Si eso era cierto, entonces la heredera…

Pov's Kokoro

Ahora me encontraba en una encrucijada.

Hablar con el cien por ciento de la verdad de aquellos sucesos o hacerlo en un cincuenta por cierto de verdad y el otro de mentira. Tenía que hacerlo, pero no sabía cómo.

Tenía que hablar sobre el suceso que hubo hace diez años en el hospital que es de mi familia. Por aquel entonces, mi madre había adquirido el mayor porcentaje, 90%, de las acciones del hospital pasando a ser la dueña de este. Eso con la finalidad de que yo lo asumiera apenas cumplido la mayoría de edad. Pero esa noche, esa fatídica noche tuve que apersonarme en el lugar y dejar en claro que yo era la dueña. Por lo tanto, habría ciertos cambios en la parte administrativa y médica, porque, obviamente, teníamos el consejo de médicos quienes aprobaban ciertos tratamientos, ciertas cirugías y, sobre todo, ciertos trasplantes de órganos, claramente autorizado por el donante o un familiar de la persona fallecida.

Y, por ironías de la vida, fue ese suceso de Kaoru, lo que terminó de motivarme a estudiar psicología. De por sí ya tenía en mente hacerlo, por la banda. Hello, Happy World!, no sólo era una banda que llevaba sonrisas alrededor del mundo, sino que, su objetivo principal era entretener y dar cierto optimismo a las personas enfermas con enfermedades catastróficas. Siempre dábamos conciertos en orfanatos, hospitales infantiles, hospitales normales y asilo para adultos mayores. Ver como sufrían esas personas o sus familiares, provocó un sentimiento de ir un paso más allá y de estudiar la licenciatura en psicología para luego estudiar una maestría en psicoterapia. Sin embargo, por mi condición de genio, no sería la única carrera que estudiaría, sino que lo llevaría a la par con la carrera de administración de negocios, por el emporio empresarial de mi familia y el mío propio.

Después de terminar una de las dos carreras, tomaría la carrera de leyes.

Miré a cada uno de los presentes en la mansión y las caras que tenían iban desde la preocupación hasta la angustia. Y yo no era la excepción, porque en lo personal me tocó vivir demasiadas cosas que terminaron por formar mi carácter. Nunca perdí el optimismo y la sonrisa, pero empecé a ser aún más cautelosa, observadora y analítica. Recuerdo aún cuando formé a Hello, Happy World!, y los comentarios que tenía en la Academia Hanasakigawa, las estudiantes, sobre mí eran de todo. Y por todo, me refiero a que me catalogaban como rara, cabeza hueca, estúpida...

Mejor no recordar aquello.

Cuando estábamos a punto de finalizar el año escolar, hubo una situación que provocó que actuara como la digna heredera del emporio Tsurumaki. Unas compañeras del instituto me habían observado, y al lunes que nos habían citado a la academia Hanasakigawa, era una semana de charlas y esas cosas, todas me miraban de una manera diferente. Recuerdo que Kanon me dijo: "las chicas te tienen miedo y respeto. Pensaban que tú tal vez…" Y no siguió porque la corté de una manera sutil…

—Hace diez años… —empecé tratando de acomodar la línea del tiempo de tal manera que me pudiesen entender. Cuando era niña, recuerdo que había escuchado sin querer una conversación entre mis abuelas sobre Hiroto. No era nada bueno, incluso se viene a mi memoria la frase que dijo mi abuela materna: "Hiroto podrá tener dinero, pero no es una persona confiable, leal y de buenos sentimientos. Habría que ver si ese dinero fue de un trabajo honrado y no obtenido de manera ilegal y sospechosa" —. Era el último año de Kaoru, y ya habíamos hablado para que se fuera de manera silenciosa en unos de los jet privado que alquilaría para no usar los de mi familia…

Flashback

—¿Estás segura, Kokoro? En serio te hablo. No quiero causarte más problemas de los que ya…

—Basta ya, Kaoru. No causas ningún problema. Tú y yo sabemos muy bien quién está detrás de todos esos rumores, lo mejor es que te vayas de Japón para calmar las aguas. Yo me encargo del resto desde aquí. Estaríamos en contacto ambas, y ese nuevo número de teléfono úsalo para hablar conmigo, con gente de la universidad, allá y con compañeros de trabajo cuando lo consigas.

—Está bien. Lo haré. Te mandaré mi nuevo número apenas lo consiga. ¿Crees que Grecia sea un buen país para irme a iniciar una nueva vida?

—En estos momentos, cualquier país es bueno para que inicies desde cero, Kaoru…

Kaoru se fue para su casa a recoger algunas pertenencias, y de ahí se iría al departamento que alquilaba con Chisato para vivir el poco tiempo que le quedaba en Japón. Sin embargo, tuve una punzada en el corazón que no me gustó para nada y decidí ir detrás de ella en el Dodge Durango SRT Hellcat color negro metálico con Horacio, el chofer de mi familia que ha estado con nosotros durante muchos años. Creo que desde que nací. Pero ese no es el tema, ahora. H, como cariñosamente lo llamo, es un hombre nacido y vivido durante unos años en Estados Unidos; vino a Japón en búsqueda de paz y tranquilidad, de aprender un poco de nuestra cultura, y aprovecho un intercambio estudiantil, fue cuando conoció a mi papá. Papá le dio un trabajo, primero como jardinero, y luego, con los años, se convirtió en el chofer de confianza de la familia.

Había decidido quedarse a vivir aquí, y seguir trabajando para la familia Tsurumaki. En el trayecto hacia la casa de Kaoru, no podía dejar de sentirme preocupada. Algo me inquietaba, pues la conversación con Kaoru no me había gustado nada, sobre todo, porque fue cuando me enseñó los cheques de la extorción y le dije que no los cobrara. Además, vi ciertas heridas en ciertas partes de su cuerpo que no tenía antes, y ahora estaban más acentuadas. Ambas acordamos en que yo los tendría y cuando se fuera para Europa, le daría la suma de los cheques que Agari le había dado.

—Kokoro-san, mire…

La voz de H me trajo a la realidad, despertando de mis pensamientos. H con el pasar de los años, con la confianza establecida y porque de alguna manera influí en su decisión, empezó a llamarme Kokoro-san y no Kokoro-sama, Tsurumaki-sama u Ojou-sama. Aquello me estresaba de sobremanera. Fijé mi mirada hacia donde dijo H, y fue cuando vi que la puerta de la casa de los Seta estaba totalmente abierta y con una luz totalmente baja.

—Apaga el aire acondicionado, y baja la ventana apenas para que puedas escuchar cualquier sonido. Necesito que estes en alerta, H.

Ni esperé a que me contestara porque él sabía, al igual que el resto de mis empleados, que cuando digo una orden directa, lo hago sin esperar a que me digan nada. Me baje del auto y camine de manera apresurada hacia la casa de Kaoru. Lo que vi me dejó en shock completo: Kaoru estaba arrodillada con el torso sobre la mesa de madera, el uniforme rasgado en su totalidad había moretones en su espalda y sangre. Al terminar de acercarme hacia ella, la sola imagen que se presentaba ante mí me tenía horrorizada: Kaoru tenía la mano izquierda totalmente destrozada, cortada como si hubiesen cortado la carne en filete.

Eso era mutilación por donde se lo mire.

Grite tan fuerte el nombre de H que vino corriendo hacia mí y él también quedó en shock al verla en ese estado. Le pedí que se apresurara en coger a Kaoru mientras yo le hacía presión con una toalla de cocina en la mano. Sentí que alguien entraba a la casa, dándome un susto porque podría ser alguien que regresaba a terminar "el trabajo", pero era Kasumi. Kasumi estaba impactada por la escena que se le presentaba ante sus ojos, pero nos ayudó inmediatamente. Le hablaba a Kaoru, pero ella no me respondía y yo tenía que pensar rápido que pasos tomar a continuación.

Para ese momento, le pedí a Kasumi que solamente coja la maleta que Kaoru había preparado para emprender su salida de Japón y la llevara al hospital. Que llame inmediatamente a Hina y a Hagumi para encontrarnos en el hospital en Emergencias. Vi que Kasumi sacó su móvil del bolsillo de su pantalón y supe que haría primero las llamadas. H empezó a manejar a alta velocidad para poder llegar al hospital TMC (Tokyo Metropolitan Central Hospital). Mientras, yo hacía mucha presión en la mano de Kaoru, y rezaba para que pueda ser salvada. Me importaba cuánto habría que invertir en reconstruir su mano; su vida estaba en esa delgada línea entre seguir viva o morir.

Y yo no iba a dejar morir a mi mejor amiga.

Esto estaba tomando un camino que no me hubiese seguir. ¿Por qué atacarían de esta manera a Kaoru? Ella no ha hecho nada malo, y siempre fue una chica ejemplar y con un noble corazón. H manejaba lo más rápido posible, mientras yo seguía haciendo fuerza con la toalla deteniendo el flujo de sangre. Por la forma en que encontré a Kaoru, semi-inconsciente, supuse que el ataque había terminado hace unos minutos. Y estaba más que segura que Dai Agari estaba detrás de todo esto. Pero ¿sólo por la carrera actoral de Chisato? No. No lo creía y estaba empezando a pensar que se trataba de algo más que una simple representación de su actriz estrella.

Él quería algo y tenía que averiguar qué mismo era.

Al llegar al hospital, H se bajó para llamar a un enfermero o enfermera de turno de emergencia. Cuando me di cuenta, estaba la puerta del auto abierta y algunas enfermeras para sacar a Kaoru. La cara de asombro de las enfermeras era única, pero hicieron su trabajo de manera eficiente. Tomé nota mental. Y lo primero que tenía que hacer era observar el desempeño de los trabajadores del hospital TMC (Tokyo Metropolitan Central Hospital). Tenían que ser impecables, eficientes y eficaces. Personas totalmente profesionales, pero con un grado de empatía y sensibilidad. Si no poseían aquellas cualidades, era mejor que se vayan despidiendo de seguir trabajando en el hospital.

Al llegar a emergencias, salió un doctor, supongo que para hablar con algún familiar de algún paciente y al hacerlo, el doctor Hayashi se sorprendió de verme ahí. A la heredera del emporio Tsurumaki ahí, quiero decir. Y si estaba ahí a esas horas de la noche, era porque yo lleve a mi mejor amiga a que sea atendida, pero eso no debía saberlo nadie más excepto el médico que haya acogido a Kaoru, H, Hina, Kasumi, Hagumi y yo.

Después de los eventos que hemos venido teniendo, nosotras cinco nos volvimos más cerradas y desconfiadas. Todo lo que hacíamos o íbamos hacer, nos lo comunicábamos en clave morsa que diseñamos entre nosotras y nadie podría entenderlo. Gracias a Hina que no sólo es una genio innata como yo, si no que su cerebro trabajaba de una manera brillante cuando se trataba de tecnología y creación de clave morsa diferente de la tradicional y de la que todo el mundo conoce.

—Tsurumaki-sama…. ¿Sucede algo? —preguntó un poco preocupado el doctor y era entendible. Me despertó de los pensamientos al escuchar su voz. Así que lo observé lo necesario como para determinar que estaba en realidad asustado de verme ahí, y no fingí ninguna emoción. Y es que era muy raro que la heredera del emporio se apareciera en un hospital a esas horas de la noche, donde se supone que debería estar en casa durmiendo. Pero tenía que ser clara y directa. El tiempo corría y la salud de mi mejor amiga estaba entre la vida y la muerte.

—He traído a mi mejor amiga a urgencias. La encontré…

—¿Seta Kaoru es la persona que está en urgencias?

—Sí.

—La paciente…

—Doctor. No quiero ser grosera, pero la vida de ella está en peligro y quiero que sea atendida.

—Tsurumaki-sama… vera, la paciente tiene antecedentes de abuso y…—comprendí por cuál línea se dirigía el doctor: no manchar su reputación y su nombre por atender a una persona "abusadora y violenta". Pero…

—Sé lo que dicen de ella, doctor. Estoy muy consciente de ello. Pero aquí, ella es la víctima. Fue violada y mutilada, ¿dejará morir a una paciente sólo por un rumor sin fundamentos? ¿Dónde queda su ética como profesional? Seré clara —no sé qué mirada habré puesto, pero observe que el doctor se puso aún más nervioso de lo que estaba, y hasta perdió color. Estaba pálido por donde se lo mire. Cruzo una línea delicada entre su profesión y su humanidad. Y eso no lo iba a tolerar. Todos me conocían, pero pocos sabían quién realmente era —. Usted no atiende a mi mejor amiga, la deja morir y yo personalmente me encargaré de quitarle la licencia profesional y que cualquier otro hospital no lo contrate más. Le haré un pequeño recordatorio por si se ha olvidado, o le daré un aviso por si no lo sabe, depende de cómo este su memoria, doctor. Pero este hospital me pertenece. Soy la dueña absoluta del mismo y yo mismo me voy a encargar de todos los procesos de cada área y si veo lo que estoy presenciando en estos momentos, tomaré cartas del asunto personalmente. ¿Nos vamos entendiendo, doctor Hayashi?

—En estos momentos, procederé a enviar a que hagan exámenes médicos al laboratorio, le suministraré sedantes y calmantes vía suero. Mañana a primera hora será operada la mano. También…

—Haga lo que tenga que hacer, doctor. Sálvele la vida.

Observé que el doctor Hayashi salió corriendo para atender a Kaoru. Pero me dio la impresión de que salió así porque lo asusté. Pero si no me mostraba de esta manera, ¿qué clase de líder seré cuando asuma la herencia del emporio de mi familia?

—Lo asustó, Kokoro-san. Pareció una leona a punto de comer a su presa.

—Horacio, como futura heredera del emporio debo ponerme al tanto de todo. Y si dejo pasar esto, estando una persona entre la vida y la muerte, ¿qué clase de persona soy si lo permito? No pondré en riesgo el nombre del hospital, y de mi familia, de la vida de un ser humano sólo porque alguien ha esparcido un rumor en contra de Kaoru. Y esto me ha puesto en alerta, porque significa que alguien la quiere muerta.

—Pensé lo mismo, Kokoro-san. ¿Qué hará cuando su madre se entere de lo que ha estado haciendo? ¿O su padre?

—Asumiré la responsabilidad de mis acciones. Por ahora, me preocupa Kaoru…

Decidí sentarme en una da las sillas que había en la sala, hasta poder calmarme. La imagen de ella en ese estado lo tenía vivo en la memoria y sabía que sería difícil que pudiese irse sin que me atormente día y noche. Por esto, es el principal motivo para que estudie psicología, derecho y administración casi al mismo tiempo. También debo planificar muy bien y con cuidado la situación que se ha presentado.

Kasumi me llamó y me dijo que iba a casa, su madre la había llamado y sintió que sospechaba algo. Pero si podía averiguar algo en el camino, me lo comunicaría inmediatamente. Hagumi me mandó un mensaje diciéndome que no podía salir de casa. Sus padres estaban hablando del rumor de Kaoru, y tomó la decisión de quedarse a escuchar, aunque siempre sus padres se mostraban distantes de ella y su hermano mayor apenas y si se daba cuenta de su existencia. E Hina…

—Vine apenas pude desocuparme de la agencia —era Hina quién llegaba a urgencias jadeando —¿Cómo están Kaoru?

—El doctor no la quiso atender por el "rumor". A estas alturas, el rumor ya está esparcido por toda la ciudad.

—Kokoro-san lo asustó con quitarle la licencia de médico e informar a los demás hospitales de su negligencia médica para que no lo contraten más. Parecía una leona a punto de comer su presa… —H, para ese momento de mi vida, se llevaba muy bien con mi grupo de amigas cercanas y en algo con mi banda. Le cogió cariño a las demás y ellas le habían dado la confianza para que él se expresara de manera abierta, incluida yo.

—¿Hiciste eso? Bueno, no sé de qué me sorprende. Eres capaz de eso y de más. A veces das la impresión de que, si tuvieses un grupo de mercenarios, parecerías una Yakuza profesional —no mentiré, esa frase de Hina me puso a pensar, y empecé analizar opciones viables. Por como estaban las cosas, aquello prácticamente sería un hecho. Tenía que ser cuidadosa en todos los sentidos…

Fin de flashback

—¿Por qué no recuerdo esa parte, Kokoro? —preguntó Kaoru y era esto lo que más me temía. Porque no sabría que decir o como explicarle lo que pasó en el hospital al día siguiente a primera hora de la mañana. Ella seguía en urgencias porque de ahí pasaría inmediatamente a la sala de operaciones. Una vez terminada la operación, pasaría a la habitación que pertenece a mi familia para cuidado y atención más privada.

Me quedé silencio con una mira fija en un punto. Mi mente organizaba las ideas, y por más que acomodaba, no había una sola frase que se adecuase y no fuera dolorosa. Me llevaba hasta ese día, y me hacía sentir exactamente las mismas emociones que sentí, hace diez años.

—Kokoro Okusawa, ¿por qué no recuerdo esa parte de mi vida? Quiero saber la maldita verdad y es mejor que…

—Kao… por favor, deja que ordene las ideas. Esto no es nada…

—¿Sencillo, Chisato? Sé que nada de esto es sencillo, pero no puedo quedarme aquí parada sin saber parte de mi historia. Recuerdo haber despertado en la habitación del hospital desorientada con dos detectives ahí vigilándome como si fuese una criminal. No podía hablar, ni moverme. Sentir que me harían algo me dio el sentimiento de temor que jamás sentí en mi vida. Y ahora, Kokoro sale con esta parte de la historia que no recuerdo nada. De hecho, mi memoria llega hasta cuando sentí con claridad que alguien me cogió del cuello de mi camisa y me arrastró hasta la mesa que había en la sala, poniéndome ahí boca abajo. Luego, una persona cogió mi brazo izquierdo extendiéndolo por todo el largo de la mesa, ubicando la palma de la mano hacia abajo, y luego sentí como me clavaron un cuchillo en toda la mitad del dorso de mi mano…

—Kaoru, eso ya nos lo dijiste hace un momento… —comentó con cuidado Kanon. Observé bien a mi mejor amiga, y aún tenía sus manos en los bolsillos de su pantalón, y agacho la cabeza, moviéndola con delicadeza de manera negativa. Lo sabía. Ella quería recordar que pasó después, pero eso sería imposible…

—Estuviste muerta por tres minutos en el cubículo de emergencias antes de ir a la sala de operaciones, Kaoru —se me salió así sin más. Ya no podía lidiar con ello. La noticia de que ella había estado muerta por tres minutos, y que regreso a la vida, fue casi un milagro en medio de los minutos de mucha angustia. Le volvieron hacer exámenes y aún tenía hematomas en su cuerpo, su parte intima inflamada. El recuerdo de aquel día…

—Fue todo un caos, Kaoru. Los doctores iban y venían, y el laboratorio prácticamente se cerró para atender tus exámenes. Necesitabas esa operación de manera urgente. Recuerdo que un médico de la unidad de cardiología salió volando hacia dónde estabas, dando órdenes para hacerte exámenes del corazón… —me giré por inercia y vi que llegaba Lisa del hospital. Al final ella terminó estudiando medicina. Nunca supimos el motivo. Tal vez… —Ese día yo estaba en el hospital haciéndome exámenes, cuando paso todo. Y fue lo que me motivo a estudiar medicina y no Chef pastelera o negocios. Alcancé a escuchar a alguien que Kaoru Seta entró en coma. Supe de inmediato que tu ataque era más serio de lo que pensé…

—¿Cómo supiste del ataque de Kaoru, Lisa? Nadie, excepto Kokoro, Kasumi, Hagumi, Horacio y yo lo sabíamos —vi que Hina se tensó por completo, pero Aya inmediatamente la abrazo por la cintura para calmarla. Hina fue la más afectada de todas.

—Por la misma Kokoro. Pregunté en la recepción cuál era la habitación de Kaoru y me presenté como la bajista de Roselia que iba a visitarla. Me dieron la información de inmediato, porque una de las enfermeras me reconoció y sabía que era amiga de Kokoro. Me llevó personalmente hasta donde ella, y lo hablamos a solas en el despacho de la presidencia del hospital, una vez que estabilizaron a Kaoru en el cubículo.

De nuevo todas las miradas recayeron sobre mí. Sabía que si Hina se enteraba no iba a reaccionar bien, pero fue mejor así, en ese momento. Yo iba a cargar con toda la responsabilidad de mis acciones. Y no quería que haya más personas involucradas en esta situación, pero…

—Kokoro se mostró renuente y distante al inicio. Tuve que amenazarla para que lo hiciera. Después de todo, yo pertenezco al mundo Suburbano del mundo Gyaru fashion, y la mayoría hablaban en susurros sobre Kaoru. Casi la mayoría de las chicas estaban a favor de Kaoru, y pensaban que esos rumores no tenían peso. Después de todo, había chicas de ese mundo que son fans de PasuPare, sobre todo de Chisato y habían seguido la vida de ambas, e incluso las llegaron a ver cogidas de la mano y hablando con normalidad…

—¿Estás diciendo que había gente que no creía en esos rumores? —la declaración de Lisa nos cogió por sorpresa. Eso no me dijo ella en ese entonces. ¿Por qué me mintió? Tal vez por comprobar que todo…

—Sí. El problema se dio por nuestras Academias. Resulta que había ciertos políticos que estaban dando mucho dinero como donación tanto a Haneoka como a Hanasakigawa, y… ¿adivinen quién era el principal promotor de esas donaciones?

—¿Agari? Aunque no lo creo. Él no es político, pero de él puedo esperar cualquiera cosa —la respuesta de Hina con acidez me removió el corazón. Ella jamás va a superar esa etapa de su vida. Y me daba mucho miedo que vuelva a recaer en sus antiguas adicciones.

—Bueno fuera Agari, Hina. Pero ese muerto de hambre no tiene absolutamente nada. Ni siquiera tiene tumba propia para ser enterrado… —esa declaración de Lisa me llamó la atención. ¿Cómo es qué…? —Si se preguntan cómo lo sé, es porque trabajo en el hospital, pero antes de llegar ahí, estudie en la mejor universidad de Japón la carrera de medicina y mi mentor fue el Dr. Hayashi, quién estuvo a cargo de la salud y recuperación de Kaoru. Además, sé cómo obtener información cuando lo necesito. Kokoro no es la única aquí, déjenme decirles.

—Tú nunca me dijiste nada de esto, Lisa —la encaré. No estaba ni molesta ni decepcionada. Estaba era sorprendida. Pensé que lo había ocultado bien —. Recuerdo que me amenazaste con decir al resto de la familia de todo lo que pasaba sino era sincera contigo. También recuerdo que me dijiste que había alguien en el hospital merodeando por saber la habitación de Kaoru, pero que…

—Sé lo que dije, Kokoro. Lo recuerdo muy bien. Te lo dije sin saber realmente nada de lo que pasaba. Sólo supe que habían atacado a Kaoru en su casa, porque unas de las chicas de las Gyaru Fashion pasó por ahí en el momento del ataque. Escuchó los gritos, hombres jadeando, pero no podía hacer nada. Observó que los autos estacionados eran de la fiscalía…

—Por eso había fluidos corporales de Miyamoto en la casa de Kaoru…—susurró Kasumi, pero fue escuchada de todas formas.

—¿Qué acabas de decir, Kasumi? —no puedo creer todo lo que estoy escuchando, diez años después. La verdad, es que esto ha destapado la olla de grillos[1] de una manera que jamás me imaginé que pasaría. Lo bueno de haber creado al grupo de mercenarios, ¡qué gran consuelo!

No quise hacerlo, pero ante la situación de aquel entonces, me vi obligada a tomar aquella decisión.

Viéndolo ahora, no me consuela, pero tampoco estamos desprotegidos.

"Una vez que la ley está hecha, la trampa también", escuché decir a mi profesor de derecho constitucional cuando estudiaba en la universidad. Ahora lo entiendo perfectamente.

—Le dije a Arisa hace un par de noches atrás, que ahora saldría toda la verdad de lo que pasó hace diez años. Que había más gente implicada de lo que podíamos imaginar —Kasumi camino hasta ponerse frente a mí. Sabía lo que diría. Lo ocultó tanto, pero ¿por qué hacerlo? —. Me ordenaste que sacara la maleta de Kaoru y cerrara la casa. Pero no lo hice. Revisé cada rincón de la casa. Tenía guantes quirúrgicos, así que no quedaría ninguna huella mía mientras la requisaba. Resulta que el padre de Kaoru no es su padre. Es un impostor. Su nombre verdadero es Kosei Matsui. Él ha usado el nombre de Takumi Seta —vi que Kasumi miró por un momento a Kaoru pidiéndole disculpas por lo que estaba diciendo, y por lo que seguiría diciendo— para estafar y… violar.

Esto no podía ser cierto.

Si esto era así, entonces esta información que Kasumi tenía sería el motivo del ataque del coche bomba en el Ryuuseidou.

—Kasumi, si te dije que hicieras eso, era por algo. ¿Por qué arriesgarte a quedarte y requisar la casa? Fuiste valiente y todo, pero… —no tenía palabras para expresar lo que sentía en esos momentos —¿Pensaste que esa acción tendría consecuencias en el futuro?

—Se lo pedí yo, Kokoro —la voz de Himari resonó por todo el lugar. Kami-sama, ¿de qué más nos vamos a enterar?… Himari empezó a caminar hasta donde estábamos nosotras. Me olvidé de que nuestros padres estaban ahí también. Mi cabeza daba vueltas —. Yo mentí hace diez años. Seré sincera ahora.

—¿Por qué ahora, Himari? ¿Por qué no en ese momento? —la voz de Ran sonó ante el silencio. Estaba un poco molesta con su amiga de la infancia.

—Siempre dije que tenía trabajo de medio tiempo…

—Eso lo sabíamos desde siempre. Tú nunca nos dijiste en qué consistía ese trabajo tuyo —ahora era Tomoe quién hablaba algo molesta. Y era difícil de verla a ella en ese estado, ya que siempre fue alguien relajado. Como Moca, Hina, Kaoru o Kasumi. Me doy cuenta de que esta situación ha afectado a todas de alguna manera u otra. Directa o indirectamente.

—Soy detective. Seguí los pasos de mi padre. Mi padre era Renji Uehara…

—El detective Renji Uehaera, el mejor detective que tuvo la policía de Tokyo, y que se enfrentó con valor y justicia a la parte corrupta que empezaba a implantarse dentro de la comisaría —viré el rostro hacia la voz profunda y ronca que venía de mi lado izquierdo y vi aparecer a un hombre de la edad de mi padre, con porte elegante siendo apoyado por un bastón de madera fina.

—¿Hiroshi? — la pregunta de mi madre me descolocó por completo. ¿Lo conocía? ¿De dónde?

—Tanto tiempo sin vernos, Nara…

—No puedo creer que este aquí Hiroshi Abe, el líder Yakuza de la zona este de Tokyo —oí decir al abogado Iwai.

—¿Cómo es que eres un líder Yakuza, Hiro? —escuché preguntar a mi padre con asombro. ¿Ambos lo conocía?

—Cuando Hiroto me arrebato a la mujer que amé y a mis hijas, decidí convertirme en Yakuza. Buscaría la verdad por mis propios medios. Por cierto, Kaito, tu hija es preciosa —vi que se dirigió a mamá para hablarle —, espero que no haya sacado ese carácter necio-terco como una mula de tu marido.

Mamá se rio moviendo la cabeza de manera negativa. Sentí que estaba fuera de lugar. ¿Quién era él, en realidad? También observé que papá se relajaba y se reía.

—Bueno, Kokoro saco la terquedad en estado puro de Kaito. Es más fácil volarle la cabeza que la idea. Para muestra, un botón. Acabas de escuchar todo lo que hizo mi hija, ¿no?

—Escuché una parte, no todo. Pero me hago una idea, la verdad —vi que se giró hacia mí, y camino hasta ponerse a mi altura. Luego me lo dijo —. Tus padres y yo estudiamos juntos en el instituto. Luego, fuimos a la misma universidad, pero a diferentes facultades. Tu madre y yo fuimos a la facultad de derecho, mientras que tu padre fue a la de negocios. Fue en la facultad de derecho que conocimos a Hiroto, para nuestra mala suerte.

—Siempre estuviste enamorado de Nara, Hiroshi. Pero decidiste ayudarme a conquistarla, ¿por qué? —¿él era el primer amor de mamá? Sinceramente, me siento fuera de lugar en esa conversación entre ellos. Hiroshi-san se volteó para ver a papá y decirle—. Kaito, es verdad que siempre estuve enamorado de Nara, pero siempre supe que no era correspondido. Valoro mucho la amistad por encima de la relación, así que tomé la decisión de conservar la hermosa amistad que cree junto a ustedes cuando éramos adolescentes. No iba a perder lo más valioso que Kami-sama me puso en el camino.

Luego vi que curvo un poco los labios hacia arriba, y supe inmediatamente que Hiroshi-san saldría con algo cómico o alguna gracia. Me preguntaba el porqué. Pero lo iba averiguar a continuación, porque miró a mamá con esa sonrisa burlesca, a papá lo vi con el ceño fruncido y a mi madre con una sonrisa moviendo delicadamente la cabeza en negación. Bueno, ellos se conocen de casi toda la vida, algo así como nosotras.

—Kokoro-chan, ¿alguna vez tus padres te contaron como fue que se enamoraron? —sentí la mirada tierna de Hiroshi-san sobre mí y yo, de manera automática miré a mis padres. Mamá seguía sonriendo y papá seguía con el ceño fruncido. Yo suelo tener el mismo gesto, fruncir el ceño, cuando no logró entender lo que sucede a mi alrededor —Bueno, la historia de amor entre tus padres sucedió de una manera… un tanto peculiar.

¿Peculiar? Bueno, mi padre siempre ha sido alguien especial y único. A veces solía salir con alguna cosa extravagante, que mamá tenía que intervenir para que no fuera mayores. Y… yo heredé esa pequeña parte de él, como la terquedad en esencia pura.

—¡No te atrevas, Hiroshi Abe! —papá bramo de manera fuerte. Pero qué…

—Como sabes —Hiroshi-san empezó la narración ignorando el estado en que estaba papá. Eso era nuevo, realmente—, tus padres tienen el arte y el deporte en la sangre. Nara tenía por costumbre llegar antes de las 06:00 a.m., a veces 06:15 a.m. Tu padre era un poquito de llegar con las justas, eso en otras palabras significa que Kaito siempre llegaba cuando el instituto ya estaba por cerrar las puertas del edificio. Pero un día, en nuestro penúltimo año, tu papá fue atrapado por la flecha de cupido. Así que…

—¿Así qué, tío Hiroshi? —me salió del corazón llamarlo así. Siempre, en mi tierna infancia, escuchaba a mis papas hablar de un gran amigo que tuvieron cuando eran jóvenes y estudiaron juntos en el mismo instituto y luego en la misma universidad, pero diferentes facultades. Entonces, siempre hablaron de él. De hecho, él mismo lo acaba de decir. Observé que papá puso una expresión de espanto y mamá se reía muy relajada.

—Un día, tu padre tuvo una gran idea. La mejor de todas…—escuché hablar a Ryoma-san, padre de Yukina.

—Era viernes. Lo recuerdo como si fuera ayer, de hecho, es el recuerdo más hermoso que aún conservo. Tu padre llegó al instituto antes de las 06:00 a.m. …

—¡Vestido de Oso polar con un ramo de flores exóticas traídas de Centroamérica! —hablaron al unísono Hiroshi-san y Ryoma-sa. Por instinto mire a mi padre con los labios entreabiertos. ¿Qué carajos?

—Y eso no es todo. Tu papá llevo a cinco coristas y a unos mariachis de México que contrató para la ocasión.

—Hiroshi… Ryoma… ¡Cállense! —papá no sabía dónde meterse. Eso no sabía. Y juro que no sabía cómo controlar la risa. Estaba a un punto de estallar en carcajada, porque me estoy imaginando toda la escena y me parece de lo más cómica del mundo.

—Y los coristas éramos Hiroshi, tres compañeros más y mi persona —siguió diciendo Ryoma-san. Entonces, Ryoma-san, padre de Yukina, estudió con Hiroshi-san y mis padres en el mismo instituto. No estaba preparada para escuchar la siguiente frase —¡Vestidos de pingüinos! —dijeron al unísono Hiroshi-san y Ryoma-san. Kami-sama, papá…

—Tu papá dijo que el nombre de la banda era: ¡Osito polar y los pingüinitos! —y sin poder evitarlo, estallé en carcajada.

—¿En serio, papá? ¿Osito polar y los pingüinitos? ¿No se te ocurrió otro nombre… no sé, más creativo? —no pude evitar hablar. Luego miré a papá que estaba rojo de la vergüenza, a mamá muerta de la risa, Misaki estaba con una cara de no entender nada, y los demás muriéndose de la risa. Pero vi que Hina estaba con la mirada fija en Misaki y supe que ella se uniría al juego cómico de Hiroshi-san y Ryoma-san… Dame paciencia, señor. Te lo ruego.

—Ahora entiendo cómo es que Misaki se ganó el cariño inmediato de Kaito-san —dijo Hina de lo más fresca y confirmé mí sospecha de que no había vuelta atrás. Hina seguiría el juego de Hiroshi-san y Ryoma-san.

—¿A qué te refieres, Hina? —Oh, no. Hagumi, por favor, no te involucres.

—Bueno… Si Kaito-san es un Osito polar, ¡Misaki es una Osita Grizzly! —y enseguida estallaron en carcajadas todos. No pude evitar reírme y sentí la mirada penetrante de mi esposa. Sólo la miré mordiéndome los labios para contener la risa. Pero es que esto era surrealista por dónde se lo mire.

—Y eso que los Osos polares no existen en Japón —Kasumi también intervino. Señor, dame paciencia, señor.

—Misaki, en serio. Estás muy conectada con tu Osa interior

—Y, a todo esto. Jamás supimos que raza era Michelle… —comentó Tae como quién no dice nada. Oh, señor. La que armó Hiroshi-san y Ryoma-san con mi papá de protagonista de un Stand-up comedy de la juventud de tiempos mozos.

—Bueno. Michelle es una Osa rosada… De seguro llegó al mundo real de su tierra natal, Barbieland. Se perdió en el camino que dividía entre ambos mundos, y no supo cómo regresar a su tierra. Y HaroHappy la adopto dándole cariño y amor—contestó Hagumi de lo más tranquila. Decidí caminar hasta ponerme a lado de mi esposa para aplacar su mal genio, que ya debe estar saliendo.

—En el mundo de los Osos —escuché la voz de Hina imitando a un narrador de documentales de la vida salvaje en voz en off de National Geographic o Discovery Channel —, estos pueden ser agresivos si se acercan demasiado y se sienten amenazados. Los Ositos polares son unos salvajes por naturaleza… cuando los molestan o se acercan demasiado, pero los más salvajes, fuertes y agresivos, son los Ositos Grizzly, debido a su personalidad territorial. Pero hay dos mujeres valientes que supieron dominar ese carácter de los Ositos. Nara Tsurumaki y Kokoro Tsurumaki. Madre e hija comparten la misma pasión por la dominancia de Ositos. De hecho, ambas vienen de familia de domadores de Ositos…

Escuché el gruñido marcado tanto de papá como de Misaki. En serio, no podía aguantarme la risa con toda esta escena.

—¡Gruñen en Oso! —exclamaron Hina, Hagumi y Kasumi estallando a carcajada limpia. Pobre de mi papá y de mi esposa.

Después de unos minutos que nos logramos calmar de la risa iniciada por Hiroshi-san y Ryoma-san, mi cabeza tenía más dudas, más preguntas que respuestas. Sabía que me pedirían la explicación a detalle de aquel encuentro con Hiroto, pero no estaba segura si podría hacerlo. Después de lo que dijo Kasumi sobre el padre de Kaoru, siento que, si sigo hablando, mi mejor amiga va a terminar… en realidad no sé cómo va a terminar sintiéndose ella o que acciones hará.

Me daba temor que pudiese cometer alguna locura. Lo demostró en Londres, pero también estaba Chisato con nosotras y por lo que veía, ella siempre lograba calmar a Kaoru con palabras precisas o con la mirada. Eso me generaba un alivio. Aunque…

En realidad, todo hubiese sido más sencillo si Agari no se hubiera obsesionado con Chisato, pero ¿en realidad Agari estaba actuando solo o tenía un cómplice? Siempre tuve esa duda porque cuando me sentaba en el despacho del estudio de la mansión a trabajar, me ponía a reflexionar sobre los eventos llamándome la atención pequeños detalles como por ejemplo los cheques sin fondo que les entregaba a Hina y a Kaoru. O el acoso que hacía cada vez que podía hacia Kaoru para que se aleje de Chisato. Pero lo último, lo que dijo Chisato en la habitación del hotel en Londres mientras esperábamos a que el Jet privado estuviese listo: "que ella participara como actriz principal en una película para adultos", siendo ella menor de edad. Eso era ilegal por dónde se lo mire, y en eso estaba de acuerdo con Sayo.

Mi mente trabajaba a una velocidad impresionante buscando más detalles que tal vez pudieron pasarse por alto. Hace diez años todas éramos una adolescente que estaban experimentando el cambio de vida, la transformación de la adolescencia propia hacia la juventud adulta. Nos estábamos convirtiendo en adultas… pero la forma en que lo tuvimos que hacer, tal vez no fue la adecuada, pero…

Hace diez años, actúe de manera silenciosa ocultando situaciones para no llamar la atención y también para aplacar la situación que se había presentado en contra de Kaoru e Hina. Los rumores tomaban cada día más fuerza, y la sociedad se dividía en comentarios a favor y en contra. Lo que no sabía esa misma sociedad, es que la ley que se supone debe protegernos, en realidad estaba protegiendo a un determinado grupo de personas con mucho poder político e influencia. Yo no estaba dispuesta a rendirme sin dar pelea, así que decidí moverme entre las sombras y, no voy a negarlo, sobornando para obtener información confidencial y verídica.

Estaba jugando con fuego, pero había aprendido hacerlo desde siempre por la carga y el peso de mi imagen. Soy la heredera del emporio Tsurumaki y se esperaba de mí que sea digna sucesora de mi padre. Otro detalle viene a mi mente, y era el silencio de Chisato. En ese entonces, Chisato no salía al ojo público, y nadie le preguntaba, cuando le hacían entrevistas, sobre sus papeles en el mundo actoral. Y cuando lo hacia el reportero, enseguida Agari intervenía dando por zanjado el asunto, y el rostro de una Chisato aparentemente tranquilo, mostraba una furia contenida.

¿Agari tenía miedo de lo que pudiese decir Chisato? ¿Por qué? ¿De quién tenía miedo? ¿Qué ocultaba en realidad Agari?

—Es el arma de papá —escuché la voz de Himari que me trajo a la realidad. Observé en su dirección y estaba ella acariciando el arma. Cuando Misaki nos confesó que tenía un arma y que siempre la portaba cuando salía conmigo, me generó mucha inquietud y angustia. De sólo pensar en un disparo accidental… o de un disparo a conciencia por defensa propia, mi cuerpo reaccionaba con un escalofrío que recorría toda mi columna vertebral. Pero tuve que acostumbrarme, no sólo por Misaki, sino por las gemelas Hikawa, las hermanas Udagawa, Kasumi, Hagumi, Kaoru…

—Tu papá era un hombre entregado a su familia y a su profesión. Heredaste aquello de él, Himari-chan. Deberías rendirle un último tributo…

—Tiene grabado "Little Cherry Bomb". Él solía llamarme así de pequeña... —vi que Himari puso la porta arma con el arma en la pretina del pantalón —Trabajaré con la detective Mai. Mañana, si ella puede, nos podemos reunir aquí en la mansión con todo lo que tengo de la investigación que realicé cuando trabajé con papá. Claro, si…

—Por mí no hay problema que vengan a la mansión a trabajar en el caso —hablé por inercia. Necesitaba controlar mis emociones, y mi mente.

—Y eso nos lleva a… Kokoro-chan, aún no nos has contado como fue tu encuentro con Hiroto. Debió haber sido un duro golpe a su ego —Hiroshi-san habló recordándonos que todavía no había explicado cómo fue aquel encuentro, sólo expliqué el motivo de ciertas acciones mías en el hospital cuando Kaoru fue atacada. Y la verdad, si tengo miedo de decirle, pero, si no lo hago, seguiremos estancadas donde estamos y repetiremos la historia de hace diez años. Lo grave de la situación actual, es que tenemos hijas. Hemos creado nuestra propia familia. Otras personas han salido afectadas por las acciones de los implicados, no sólo fue Chisato y Kaoru con la indirecta de Hina, podría decir que también las demás, incluida yo misma.

—Kokoro… —la voz profunda y preocupada de mi padre llamó mi atención, y lo supe. Tenía que hacerlo. Porque ahora, no estábamos solas como hace diez años.

Sentí la mirada penetrante de Kaoru y de Hina sobre mí, así como los demás. Estaban expectantes de lo que diría. Aunque me obligaba a sólo decir a medias lo que sucedió en ese entonces, algo dentro de mí me llevaba a narrar tal cual fueron los hechos. Sobre todo, el cómo logré convencer a los dos ex detectives para que fueran los fundadores de los mercenarios. Y si lo analizo a detalle, no fue tan difícil. El error de Hiroto fue haberse metido donde nadie lo llamó, pero si lo hizo fue movido por un motivo de peso. Y con la ley a su favor, lo podía hacer sin ningún problema. Entonces, yo fui la piedra en su zapato en ese entonces.

Y si lo pienso mejor, no será que Hiroto y Agari…

—Kaoru estaba en la habitación privada que pertenece a mi familia. Yo misma ordené que apenas saliera de la operación, fuese trasladada hasta ahí…

Flashback

—Doctor Hayashi, ¿cómo observa a Kaoru?

—Tuvimos que sedarla a nivel general para poder operarla. Aún le falta, siquiera dos operaciones más y luego una buena fisioterapia para que pueda volver a usar su mano. Pero… —vi que el doctor estaba pensando en cómo explicar lo siguiente. Estaba consciente de que tal vez Kaoru no pueda volver a usar su mano, y decírselo a ella va a costar un mundo, porque para ella sería el fin de la actuación y de tocar la guitarra. Aunque con esto…—Va a necesitar de mucha fisioterapia, pero también de terapia psicológica. Los daños causados por el ataque fueron severos y graves, Tsurumaki-sama.

—Entiendo… —mi mente empezó a trabajar en diversas posibilidades, y hasta ese momento tenía una buena opción, pero necesitaba más por cualquier eventualidad.

—Tsurumaki-sama… Le pido disculpas por cómo me comporté cuando vino Seta-san a urgencias. Tenía razón en decir que no estaba haciendo mi trabajo. La verdad, tuve miedo de que mi nombre sea manchado por salvarle la vida…—eso me llamó la atención y lo miré directamente a los ojos. Pude ver que se puso nervioso —No me mal entienda por favor…

—Entonces explíquese mejor. Tal vez así lo pueda ayudar, porque veo que detrás de sus disculpas existe un deseo de pedir un favor, o un deseo de pedir ayuda. ¿Hay algo que yo no sepa, doctor?

—Antes que llegara Seta-san vino el fiscal de la nación preguntando por ella, y advirtió que tendríamos problemas si pudiésemos atenderla…

—¿El fiscal de la nación?

—Sí, Tsurumaki-Sama….

—Gracias por avisarme, doctor. Estaré pendiente de…

—Tsurumaki-sama. El fiscal es alguien poderoso y…

—El fiscal está cometiendo un delito grave. Yo me encargaré personalmente de él en caso de que vuelva a venir. Usted, sólo enfóquese en tratar a mi mejor amiga y de salvarle la vida.

Vi partir al doctor hacia algún lugar que tendría que estar mientras me quedé sentada en una de las sillas que había en el pasillo cerca de las habitaciones. Mi mente trabajaba a una velocidad impresionante y por primera tuve la noción de que la situación que estaba atravesando Kaoru era más que delicada. Lo que me llamó la atención era de quién sería el abogado que estaría ocupando el cargo de fiscal general de la nación. Pero, sea quien sea, me voy a parar de frente y lucharé por lo que es justo. Kaoru no se merecía estar ahí empotrada en la cama debatiéndose entre la vida y la muerte.

El fin de semana pasé yendo a visitarla para ver su evolución. El sábado tuvo otra operación en la mano. La reconstrucción sería lenta y dolorosa, no sabía cómo podría soportarlo ella, o en qué estado estaría su mente para aceptar esta nueva vida. Me preocupaba la reacción cuando ella recupere por completo la noción de todo lo que está viviendo y de lo que podría vivir en el futuro. Jamás me imaginé que esto pasaría, que a ella le tocaría vivir la peor parte de la vida, ¡somos adolescentes por Kami-sama! Deberíamos estar comiendo helados o una hamburguesa con cola mientras hablamos de las cosas que pasan en nuestras Academias. Pero no. Estamos viviendo una pesadilla llena de dolor, angustia, e incertidumbre.

Decidí que iría el lunes a primera hora de la mañana a ver a Kaoru, ya que el domingo, aunque estuve en el hospital, no obtuve información actualizada. Todo se mantenía, y el doctor Hayashi me comunico que, Kaoru no despertaba desde el sábado en que fue operada. Intuía que tal vez, para ese momento Kaoru estaba en realidad en coma, y esa idea me asustaba mucho. La estarían observando cada hora para su evolución. Regresé a casa, al llegar mamá me preguntó si todo estaba bien, le dije que sí, pero tenía que ser convincente porque mamá es muy observadora y su intuición es muy filosa. Incluso más que el de papá. Me quedé conversando con ella de varios temas sin importancia, y hasta nos reímos de algunas anécdotas de la familia o de cuando yo era pequeña. Tenía que mantener la calma en todo momento y tener, sobre todo, la mente en el presente y no mandarla a pensar en el futuro o estar diseñando algún plan.

Necesitaba descansar mentalmente…

—Kokoro… —la voz de mi madre me trajo a la realidad, y cuando justo había decidido irme a mi cuarto. La miré expectante —No te voy a obligar a que me digas que está sucediendo porque te conozco muy bien, y sé que vas a reaccionar igual a tu padre, sólo te pido, como tu madre, que, si en verdad estás pasando por algo difícil o algo te está perturbando tu tranquilidad, me lo comuniques. Tal vez pueda ayudarte con un consejo.

—Gracias, mamá —tenía que cuidar mucho mis palabras. Como dije, mamá es mucho más intuitiva y perspicaz que papá y puede presentir que algo no va bien conmigo —. En serio te digo que no hay nada de qué preocuparse. Todo está bien, sólo que estoy abriendo horizontes. El próximo año estaré en tercer año, seré una senior y debo ya ir viendo a que Universidad debo aplicar y las carreras…

—¿No vas a seguir la carrera de negocios?

—Aparte de esa carrera, estoy viendo si tomo una carrera en paralelo. Estoy por psicología o leyes. Estoy tomando muy enserio mi obligación como futura heredera del emporio, mamá. No quiero defraudarlos ni a ti ni a papá, quiero que se sientan orgullosos de mí y de mis logros.

—Ya estamos orgullosos. Creaste una banda que reparte sonrisas en medio del dolor. Hacen conciertos para jardines de infantes y asilos de ancianos, también para ciertos hospitales.

—Lo sé, mamá. Sólo quiero empezar a crear mi propio camino.

—Veo que no quieres que te sigan viendo como la "heredera", ¿verdad?

—No es eso. Es sólo que quiero que, si me van a reconocer, que sea por mis propios logros, mi esfuerzo. No que digan que lo he conseguido por ser una Tsurumaki. Soy KokoroTsurumaki, y soy la que consigue los objetivos que se propone con arduo trabajo, mamá. Soy yo, soy Kokoro Tsurumaki. No la hija de los Tsurumaki o la heredera del emporio Tsurumaki.

Vi que mamá asentía en silencio. Había captado mis palabras. Terminado de decir aquello, me retire a la habitación a descansar. Tenía que idear el siguiente plan para el lunes. Ese día tenía que estar temprano en el hospital y me quedaría ahí durante la mañana. Lo bueno es que la asistente de mamá está de mi lado y me está ayudando con todas las gestiones necesarias. Ella sabía de mi plan, y de lo que estaba a punto de hacer; la tranquilice diciéndole que, si en caso de que llegara a pasar algo, o si mis padres se llegaran a enterar de lo que hemos estado haciendo, yo asumiría toda la carga de responsabilidad. Y era verdad.

Fui yo la que inicié esto, y sería yo quién la continuaría hasta llegar al final.

Misaki me escribió al móvil, pero recién había leído el mensaje, y sentía algo de culpabilidad por mentirle. Por actuar como la tonta o la rara, o la cabeza hueca. Pero era necesario esta actuación hasta sacar a Kaoru de Japón y poner a las demás en un lugar seguro. No tenía otra opción, esto era, por el momento, el único camino que se me presentaba. Y, si lo pensaba bien, este comportamiento lo empecé a tener cuando la gente me miraba como la heredera del emporio Tsurumaki, y esperaban a que cumpliera las expectativas que se habían formado en su mente, ¡ah, cosas de adultos!

The Crazy Universe Chat

Ka-Chan, The Crazy Mint, Charismatic star, Hagu, Smiller girl

[Smiller girl, 11:00] Chicas. Les comunico que acabo de llegar del hospital, y Kaoru sigue sin despertar desde ayer. Y ayer le realizaron una segunda operación. Mañana iré a primera hora de la mañana al hospital a ver el progreso de ella.

[The Crazy Mint, 13:30] Espero que esos hijos de puta se pudran en el infierno.

[Charismatic star, 14:00] Hina… Debemos conservar la calma y actuar con cabeza fría. Hagámoslo por Kaoru. Ella nos necesita en estos momentos duros.

[Smiller girl, 14:05] Kasumi tiene razón, Hina. Sé lo que sientes, y no eres la única. Kami-sama hará su trabajo cuando tenga que hacerlo, y nosotras haremos el nuestro. Por lo pronto, tenemos que conservar la calma, y seguir actuando como si todo estuviera bien delante de las demás. Si alguien llega a obtener información que nos sea beneficioso, pueden decirlo.

[Hagu, 14:18] Estoy de acuerdo con Kaa-Kun y Kokoron, Hina. Hasta ahora, los rumores se mantienen. Mis padres han hablado muy superficialmente sobre ellos, pero no le dan la importancia. Y algunos clientes de la carnicería dicen entre murmullos, que esa versión no tiene fundamento porque han visto a Kaoru y a Chisato muy unidas e incluso dándose muestras de afecto de algo más que amigas.

[Smiller girl, 14:20] ¿Estás segura, Hagumi?

[Hagu, 14:18] Sí. Mañana veré si puedo averiguar algo más en la academia con Kaa-kun.

[Charismatic star, 14:23] Cuenta conmigo, Hagu. Debemos idear un buen plan para distraer a las demás, sobre todo a Sayo, Arisa y Misaki. Ellas intuyen algo.

[The Crazy Mint, 14:30] Yo trataré de averiguar en mi academia, también. Pero hasta ahora, el rumor se mantiene. Y Kasumi, ten cuidado con mi gemela. A ella no se le escapa nada, y puede dar algún tipo de aviso a las demás. Extraño mucho a Kaoru.

Ese era el chat de nuestro grupo. Entre al chat grupal donde estamos todas, pero no vi nada y eso me llevaba a pensar que tal vez estuviesen hablando por interno. Aunque me preocupaba, ese no era mi enfoque en ese momento. Decidí darme una ducha, revisar material de la academia, y leer un libro. Mañana estaría en el hospital y mandaría un mensaje convincente a Misaki del porque he faltado a clases, no quiero que me esté buscando por todo el instituto o en el club de astronomía, aunque sólo soy yo la que está ahí.

El lunes a las 7:00 a.m. estaba en el hospital. No fue difícil haber tomado el camino que me llevaba al hospital, pues se había dado la orden que mientras estudiara en Hanasakigawa, iría en tren caminando. Mis padres fueron lo que dieron la orden después de haber escuchado mis argumentos del motivo que no quería que me fueran a dejar ni con chofer ni guardaespaldas. Quería ser una persona normal en todo el sentido de la palabra, pero era inevitable que apenas me vieran me asociaran con ser la heredera universal de la familia Tsurumaki, y empezaran a tener miedo. Obvio, mi familia no sólo es billonaria, sino que tiene una alta influencia en muchas esferas del país.

Le dejé un mensaje a Misaki de que no asistiría a la academia por motivo que me encontraba haciéndome chequeos médicos. Obvio, y como era de esperar, ella me devolvió el mensaje un tanto preocupada. Le calme diciéndole que todo estaba bien, que simplemente eran exámenes de rutina, pero que prefería tomarme el día después de aquello. Obvio, y conociéndola, Misaki no lo tomó tan bien, pero lo terminó aceptando. Para ese entonces, aún era reacia a mi presencia y aún me veía como la "rara", pero estábamos teniendo una relación a escondidas de todo el mundo. Así que no le di mucha importancia, y deje pasar algunas señales sin saber lo que pasaría después.

Al llegar al hospital, salude a todo el mundo. Para ese momento todos sabían que yo era la dueña del hospital. Bueno, lo era mi madre, pero yo heredaría las empresas de mi familia, y tendría algunas acciones en algunas empresas de mamá. Al menos, esa era la idea. Al llegar al último piso donde se encontraba la habitación exclusiva para algún miembro de mi familia, me tope con dos detectives que estaban custodiando la habitación.

Eso no me gustó.

Cuando iba a entrar a la habitación el detective que estaba sentado al lado de la puerta se paró inmediatamente bloqueándome el paso. Lo miré lo más tranquila que pude y pregunté porque no podía pasar. Me contestó que tenía una orden del fiscal de la nación de vigilar a la paciente que se encontraba en el lugar. Perfecto. Entonces daría el primer golpe…

—Detective…

—Detective sir Akiro, señorita…

—¡No puede pasar! —escuché el grito a media voz de un hombre a mis espaldas. Perfecto. Esto va a ser muy emocionante, porque para ese momento ya tenía información del abogado Hiroto Miyamoto — Se está vigilando a una…

—Abogado Miyamoto… —vi que el detective se sorprendió ante mis palabras. Mi voz era suave pero firme —Por fin nos podemos conocer en persona —me giré lentamente para quedar frente a él y vi una cara de sorpresa. Sonreí para mis adentros sabiendo que ganaría tiempo.

—¿Usted es…? No importa. No puede desobedecer la ley, señorita…

—Tsurumaki, abogado. Soy Kokoro Tsurumaki, dueña de este hospital. Supongo que debe conocer quiénes son los Tsurumaki, ¿verdad? —tensó su mandíbula y lo supe. Lo sabía y los conocía. Lo bueno de haberme criado un poco con mis abuelas y haber escuchado algunas partes de sus memorias sobre mi madre, sus amigos, su juventud y sobre él —La persona que está dentro de la habitación es mi mejor amiga…

—Tsurumaki-san, ella ha cometido un delito y estamos esperando a que se recupere para…

—Detective sir…

—Yuuto. Detective sir Yuuto, Tsurumaki-san. Sólo hacemos nuestro trabajo… —no escuché lo que siguió diciendo el detective porque me enfoque en mirar cada gesto corporal de Miyamoto, y el muy… sonrío sabiendo que yo tenía una desventaja. Pobre pendejo.

—Detective sir Yuuto. Sé lo que se esfuerzan porque se cumpla la ley y se la respete. Pero, aquí existe una equivocación muy grande, ¿verdad abogado Miyamoto?

—Tsurumaki-san, con todo respeto, usted es una adolescente jugando a ser adulta. Deje en manos de la justicia…

—Miyamoto-san. No estoy jugando a nada, pero usted sí. Y le recuerdo que no le conviene jugar el juego que se ha inventado —me giré para ver a ambos detectives y les pregunté —¿Han hecho la investigación del ataque a Kaoru Seta en su propiedad?

El asombro de los tres hombres era evidente. ¿Quería jugar Miyamoto? Yo le enseñaría como se juega.

—Kaoru Seta no sólo es la guitarrista de mi banda, también es mi mejor amiga. Estuve presente cuando observé llegar carros de la fiscalía y luego escuché gritos, jadeos y gemidos no de un hombre, sino de varios —Miyamoto estaba pálido. Le hice perder el color y la arrogancia en segundos. Como dije, pobre pendejo—. Llamé a mi chofer una vez que vi que se fueron los hombres. Entré a la casa, y la encontré a ella arrodillada, golpeada, mutilada y violada. Su uniforme estaba rasgado por todos lados y usted ordenó que se la vigile por… por favor, refrésquenme la memoria, ¿cuál fue el delito que dijo que cometió?

—¿Usted estaba ahí, Tsurumaki-san? —preguntó el detective Yuuto.

—Así es. Yo iba llegando a la casa de Kaoru. Por lo general no suelo andar con mis guardaespaldas y suelo caminar. Habíamos quedado en reunirnos en su casa para un nuevo tema de la banda que sería sorpresa para los demás miembros.

El silencio que se produjo fue incomodo, pero no lo demostré. Así que proseguí con mi declaratoria, obviamente parte de esta fue tomada por ciertos comentarios que había escuchado sobre los carros de la fiscalía en la zona, sobre todo porque estaban parqueados frente a la casa de los Seta. No necesité de más para imaginarme lo que había pasado en la casa, porque con sólo mirar como estaba, supe inmediatamente que aquello fue hecho por más de una persona.

— Logre esconderme detrás de uno arbustos que había a un costado de la casa, en el callejón. Esperé y esperé. Cuando vi que los carros se fueron, fue cuando empecé a moverme. Yo misma traje a Kaoru al hospital, y como dije, soy la dueña de este —vi por el rabillo del ojo que el doctor se acercaba. Mantuve mi compostura, Miyamoto dudaba de mi versión y yo sabía que estaba mintiendo descaradamente ante la autoridad. Pero si la autoridad es corrupta, no me pidan que sea transparente y sincera.

—Buenos días, señores detectives, señor fiscal, Tsurumaki-sama.

—Buenos días doctor…

—Doctor, sobre la paciente que está tratando, ¿alguna novedad? —Miyamoto se contuvo. Porque la pregunta no era esa, sino que iba a ser una advertencia como la primera vez, pero al estar yo ahí, tuvo que controlarse.

—Temo decirles que Seta-san entró en coma y será difícil saber cuándo despierte. No ha resistido…

—¿Qué está diciendo, doctor? Cuando vine el otro día, me dio otra versión y…

—Le dije, fiscal, y repito mis palabras: "la paciente presenta un cuadro grave debido a múltiples lesiones en espalda, costillas, cabeza. También la pérdida de sangre y de oxígeno ha afectado su correcto desarrollo antes y durante su tratamiento. Su mano izquierda estaba tan destruida que necesitaría de dos a cuatros operaciones para su reconstrucción. Su parte intima presentó inflamación por la fuerza de la violación." El sábado se realizó la segunda operación de reconstrucción, y desde la operación no ha despertado. Estuvo "parada" dos veces: la primera fue cuando estuvo en emergencia y no se la trató inmediatamente por tres minutos aproximadamente y el día de ayer, al medio día por dos minutos y medio.

—¿Tiene…? —el doctor no dejó ni terminar al detective que le entregó copias legales de los resultados de los exámenes que se le hicieron a Kaoru, y la copia del registro de atención que se le ha dado a Kaoru desde que ingreso.

—Temo que pediré una…

—Fiscal Miyamoto, le pediré sólo una cosa —hablé con una frialdad que asombró a los detectives y al doctor, pero a él no —. Usted pide una orden de nuevos exámenes para Kaoru sabiendo en el estado que está y saltándose todos los protocolos establecidos dentro del marco legal, y junto a mi familia tomaremos acciones drásticas.

—Como dije anteriormente, Tsurumaki. Usted es sólo una adolescente jugando a ser una…

—¿Puedo saber que está pasando aquí? —la suerte me sonreía. El primer ministro estaba en el hospital, y eso debió haber sido obra de la asistente de mi madre. El domingo por la tarde recibí un mensaje de ella de que este preparada para la llegada de un alto funcionario al hospital por asuntos de concursos de salud para el convenio con el Estado.

—Primer ministro, un gusto tenerlo aquí en el hospital —hablé con frialdad y seriedad que requería el caso. Él se asombró y supo que algo delicado estaba pasando.

—Señor primer ministro…

—De nuevo, ¿puedo saber que está sucediendo? He venido porque tenía una reunión con Tsurumaki-san sobre el concurso de convenio con el Estado. Y hasta ahora todos los procedimientos que se lleva manejando en este hospital están dentro de los requisitos que el gobierno ha pedido. Los otros hospitales también están a un nivel aceptable, pero este en específico tiene una tecnología única. ¿Se debe tal vez a que parte de los negocios del emporio Tsurumaki son tecnológicos?

—Gracias por sus palabras, primer ministro. En parte sí. Buscamos siempre la excelencia en nuestros productos y servicios, y hemos decidido que con la tecnología que hemos desarrollado, sea no solamente para ayudar al servicio de seguridad y seguridad nacional, sino que también sea unificado con la ciencia. Buscamos, en otras palabras, salvar vidas y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Eso debe primar sobre cualquier otro asunto —hice una pausa. Tenía que dejar pasar unos segundos antes de soltar la noticia. Y el cómo, es lo que va a provocar que Miyamoto se frene en sus intenciones.

—Me alegra escuchar eso. Y por eso el gobierno le ha puesto mucho interés en este hospital. No cabe duda alguna que la familia Tsurumaki siempre ha servido para el bienestar de esta nación…

—Muchas gracias, señor primer ministro. Sus palabras me halagan bastante y estoy segura de que, al transmitírselas a mis padres, también tendrán la misma emoción con las que he recibido yo. Sobre su pregunta de qué está pasando, seré directa. Encontré a mi mejor amiga, Kaoru Seta, en su casa, herida de gravedad. Estaba arrodillada con el torso sobre la mesa de madera, el uniforme rasgado en su totalidad había moretones en su espalda y sangre. Al terminar de acercarme hacia ella, la sola imagen que se presentaba ante mí me tenía horrorizada: mi mejor amiga tenía la mano izquierda totalmente destrozada, cortada como si hubiesen cortado la carne en filete. Y eso, primer ministro, es mutilación por donde se lo mire…

"…Como les comenté a los detectives y al fiscal, estuve presente cuando observé llegar carros de la fiscalía y luego escuché gritos, jadeos y gemidos no de un hombre, sino de varios. Tuve que escuchar todo el ataque contra mi mejor amiga con lágrimas de impotencia y dolor, y al entrar a su casa… para al final encontrarla en el estado en que la encontré… ¿cómo cree que me sentí? Traje a Kaoru al hospital, y resulta que no la quisieron atender en los primeros minutos cruciales porque "un fiscal" vino preguntando por ella por unas supuestas denuncias de que ella era una abusadora y violenta persona. ¿Resultado? Tres minutos muerta, primer ministro. Y ayer, volvió a estar muerta por unos minutos, y ahora está en coma. Ahora, dígame usted, ¿es correcto usar fondos públicos pagados por todos los ciudadanos para que estén aquí dos detectives de la policía vigilando la puerta de la supuesta victimaria cuando claramente es la victima? ¿Qué hacían los carros de la fiscalía en el domicilio de mi mejor amiga?

Seré clara, primer ministro. Si esto sigue así, hablaré con mis padres sobre nuestras aportaciones al gobierno, tanto con la tecnología que tenemos convenio con las fuerzas armadas de Japón, como con los pagos de impuestos no solamente de las empresas, sino también de manera individual. Estados Unidos de América nos ha contactado para que le vendamos nuestra tecnología y estoy más que segura que el gobierno y usted no querrá que nosotros nos vayamos del país pagando las penalidades necesarias que están dentro del marco legal, ¿verdad?... "

—Por supuesto que no, Tsurumaki-san. Estoy seguro de que tal vez ha habido un error. Los detectives investigarán el caso, dejando en este momento la guardia de la habitación. Y lo estoy ordenando yo. No quiero que esta situación escale a más y tengamos un problema más serio de lo que ya tenemos —vi que miró a los detectives y al fiscal. Pobre pendejo si pensó que me intimidaría —Miyamoto, es una orden. Abre un expediente de investigación para quienes han usado bienes públicos en horas no laborables e investiga quienes ha provocado este ataque atroz.

—Señor primer…

—Nada de Señor, Miyamoto. Es una orden y si la desobedeces, tendré que solicitar juicio político contra ti y te vas retirando de la carrera como fiscal de la nación —el primer ministro se giró hacia mí para comunicarme lo siguiente —. Lamento todo el calvario que ha pasado usted y Seta-san. Me aseguraré de que el fiscal cumpla con la orden mía y Seta-san en el estado que está se quedará aquí, por su seguridad.

—De hecho, el fiscal iba a solicitar una orden de exámenes nuevos en otro hospital y… ¿cómo piensa que se va a mover a una paciente en total estado de coma? Kaoru se quedará aquí y yo pondré a mis guardaespaldas a que custodien la habitación. Una vez recuperada, yo misma llamaré a los detectives para que vengan a tomar su declaración y recojan evidencias. Quiero ser lo más transparente en este caso, pero, sobre todo, quiero justicia.

—Tiene mi palabra, Tsurumaki-san. Después de esto, temo que nuestra reunión quedará postergada para una nueva fecha.

—Estaré esperando por parte del gobierno y de las entidades correspondiente una nueva reunión, primer ministro. No se preocupe.

Observé como el primer ministro se retiraba después de haberse despedido de nosotros. Miyamoto estaba que echaba fuego de las iras que tenía. Así que, si me quería seguir tratando como una adolescente queriendo jugar a la adulta, pues que vaya viendo que yo no soy una adolescente tan normal y que no me ando con juegos cuando se trata de este tipos de temas.

—Tsurumaki… —me giré a la voz del fiscal. No estaba nada contento —le advierto que si…

—Fiscal Miyamoto, le diré una cosa más. Y espero que lo recuerde siempre: lo que pasó hace años atrás con mi madre y usted, queda en el pasado. Mi madre eligió a mi padre, y decidieron formar una familia. No mezcle asuntos personales con su trabajo, porque, por lo que veo, no está siendo objetivo.

—…

—Ahora, ¿puedo pasar a visitar a mi mejor amiga? Será unos momentos…

Fin de flashback

El silencio del lugar me estaba incomodando un poco. Mentí, sí, y si volviera a pasar todo ese calvario, lo volvería hacer. Nadie se mete con las personas que más quiero en mi vida ni con mi familia; lo son todo para mí.

—No tengo palabras para expresar lo que hiciste, Kokoro. Eso fue…

—Vamos, Kaito. Tu hija tuvo los ovarios bien puestos, y le paró el carro a Miyamoto.

—No digo lo contrario, Hiroshi, pero aquello…

—Eran unas niñas que les estaban haciendo crecer de golpe, Kaito. Ellas no debieron pasar por eso, pero…

Mi mente se desconectó mientras escuchaba a lo lejos la interacción entre papá y tío Hiroshi. Recordar aquello me ponía de la peor manera. Es verdad lo que dijo tío Hiroshi: éramos unas niñas que nos obligaron a crecer de una manera rápida. Nos obligaron a estar más prevenidas, más alerta y cuidando de no toparnos con funcionarios públicos corruptos.

"Guste o no, una vez que la ley fue creada, intrínsicamente fue creada la trampa. Si analizamos cualquier ley en el mundo, siempre existirá un vacío, porque la hicieron políticos que se beneficiarían de la misma. Ellos se cuidan mucho de no ser descubiertos, pero la mentira en cualquier momento será descubierta y para cuando eso pase, habrá que ver si la ley se podrá aplicar o no." Esas palabras jamás se me fueron. Mi profesor de derecho penal me enseñó más de lo que enseñó en clases. Me sentí mal cuando me enteré de su muerte abrupta por el cáncer al pulmón, pero suponía que aquello era parte de la vida.

Y estuve en su sepelio.

—Kokoro… Kokoro…

Haber ocultado mis acciones de mis padres tal vez me pese en la conciencia por un par de años. Lo llegué a entender cuando fui madre. Quiero que nuestra hija tenga la confianza plena tanto con Misaki como conmigo para decirnos lo que siente, piensa. Pero si yo no lo hice…

—Kokoro… Kokoro…

Nunca me repuse de ver a Kaoru empotrada en la cama del hospital llena de tubos, con una mascarilla de oxígeno luchando por su vida. Su cerebro se inflamó que tardó varias semanas en desinflamar, y en recuperar conciencia. Aunque sus heridas físicas iban sanando, no estaba segura de como estaría mental y emocionalmente. En todo este tiempo, procuré no contarle la verdad sobre ese episodio de su vida para no alterar el curso de la historia, y porque pensé, ingenuamente, que no volverían para terminar lo que no terminaron hace diez años. Que Miyamoto volvería a ser fiscal después de su retiro.

Yo estaría aquí esperándolo. En el fondo de mi alma, no me arrepiento de haber hecho lo que hice. No quise preocupar a mis padres, tampoco quise ponerlos en alerta porque el ataque era bastante fuerte, y no teníamos pruebas para poder defendernos. Tuvo que pasar el ataque a Kaoru para poder frenar un poco las intenciones de Miyamoto, y desde ese entonces, me pregunté por qué. ¿Por qué tenía interés en Kaoru Seta?

—Kokoro…

Desperté de mis pensamientos cuando sentí la mano de mamá en mi hombro. Cuando me percate, estaba soltando unas cuantas lágrimas. El recuerdo de hace diez años, mis acciones, jamás las pude sacar de mi mente. Me enfoque en mi carrera profesional, y luego en mi hija junto a Misaki. Pero…

—¿No volveré a recordar algunas partes de mi vida verdad? —volvió a preguntar Kaoru, tal vez con la esperanza de que si logre tener algún recuerdo. Pero tendré que ser directa. No quiero que alimente falsas esperanzas.

—Kaoru. Tu estado en aquel entonces fue muy crítico. De hecho, es un milagro que estés viva y eso lo debes agradecer cada día nuevo. Así tengamos la tecnología más avanzada, como ahora, la mente humana sigue siendo un misterio, no sólo en cómo funciona, sino porque funciona diferente —aguarde unos segundos antes de sentenciar la idea que tal vez no logre convencer a mi mejor amiga —. Estuviste muerta dos veces y aún sigues aquí. Entonces, ¿por qué recordar un hecho que te marcó para siempre? Nada va a cambiar lo que te hicieron. No olvidaste tus recuerdos más preciados: tu infancia, con Chisato, con nosotras, con la banda. Cierra ese capítulo y sigue. Ahora tienes una hija con la mujer que tanto amas, y ese debe ser tu enfoque ahora.

—Kokoro…

—Han sido unas horas largas y cansadas. Deberíamos ir a descansar. Mañana será otro día.


[1] Frase coloquial muy común en Ecuador.


Nota: Tercer capítulo de esta historia. Cada vez más se pone dramático, pero aquí una escena de humor que simplemente salió de un momento de inspiración natural, espero que disfruten de la lectura y de las escenas. Nos vemos en el mes que viene con nuevo capítulo, que será un extra dedicado a este mes de fiesta navideñas y año nuevo. Cuídense mucho.