Capítulo 5: Reencuentro con el personal de Hogwarts.
Llegaron las 6:30 de la mañana y las protecciones de su dormitorio avisaron a Elvira de que era la hora de levantarse. Se estiró perezosamente después de una noche de sueño profundo y reparador, hace tiempo que no dormía tan bien ni tanto… y además el tacto de esas sábanas era una auténtica delicia contra su suave y pálida piel. Se sacudió la pereza y vio por su ventana que hacía un día muy agradable, sus habitaciones estaban en las mazmorras pero su ventana había sido encantada para que se viera el exterior en lugar del fondo del lago. Se levantó y fue al baño, se dio una agradable ducha, esta vez no fue una ducha corta como antes de ir a dormir, se lavó cuidadosamente el pelo y al salir, se envolvió en su esponjoso albornoz negro y se secó el pelo usando magia, cuando volvió al dormitorio escuchó un crujido y aparecieron 3 elfos domésticos, uno de ellos Dobby, que la miraba con adoración.
-Buenos días, señorita Elvira, el señor director le dijo a Dobby que necesitaba el tocador y la silla que estaban en esta habitación y Dobby ha ido con Tuky y Punk a buscarlos y aquí los hemos traído.
Dijo Dobby haciendo una pequeña reverencia, los otros dos elfos la miraban con curiosidad y un poco tímidos aún, Elvira se agachó para hablar con ellos.
-Buenos días, chicos, gracias por traerme el tocador, el espejo y la silla, son ideales, por cierto, encantada de conoceros Tuky, Punk, gracias por ayudar a Dobby. - Les acarició la coronilla a los elfos que estaban alucinando con su amabilidad. - Ahí donde lo habéis puesto está perfecto, gracias, será mejor que termine de arreglarme o llegaré tarde a desayunar.
Los elfos aún se mostraron tímidos así que Dobby respondió:
-Por supuesto, señorita Elvira, si necesita algo más, llámenos, para lo que sea, estamos aquí para ayudar.
-Gracias chicos, sois adorables, yo os avisaré cuando os necesite.
Los elfos sonrieron satisfechos, se despidieron y desaparecieron con un chasquido.
De verdad que eran un encanto de criaturas, cuando se fueron sacó su neceser de su baúl, la noche anterior lo había puesto a los pies de su cama, encogió y guardó dentro sus maletas, después de sacar su neceser y ordenar en un momento su tocador con magia, sacó un pequeño maletín donde guardaba su televisor, su vídeo VHS y su colección de películas de la Hammer y otros títulos de terror clásico, realizó un hechizo para poder verlas sin usar electricidad y las películas estaban encantadas para que no se rompan con el uso…y era algo muy necesario porque las veía una y otra vez. Instaló su televisor y sus películas en la sala de estar, las películas fueron a las estanterías y el televisor con su mesa, en un ángulo donde pudiera verla bien desde el sofá. Volvió a su dormitorio se peinó con su cardado habitual, se maquilló, se pintó los labios con su rojo pasión favorito, había encantado ese pintalabios para que no se borrara al comer o beber…y para que no se le gastara. Decidió pintarse los ojos sólo con delineador…por ahora. Se aplicó colorete y fue a vestirse, se cambió de braguitas y cogió uno de sus vestidos y una de sus nuevas capas de trabajo, pensándolo bien cogió el vestido y lo transformó para que mostrara menos escote, sabía que iba debajo de la capa, pero si por algo se abría y se veía algo, sobretodo si ocurría delante de algún alumno, seguro que pasarían las clases de pociones distraídos tratando de ver algo…y si algo grave ocurría por eso, Severus se pondría furioso y seguro que la echaría…así que le quitó un poco de escote, cerró la abertura que subía hasta su cadera y lo acortó para que quedara por encima de sus rodillas pero no demasiado estrecho, había olvidado las endiabladas escaleras de Hogwarts y sus suelos de piedra…no quería pisarse el bajo sin querer y acabar en el suelo, también pensando en eso hechizó todos sus tacones para que no se rompieran y no resbalaran. Se puso unas medias de seda con un liguero, todo a juego con sus braguitas y sujetador. Se probó su vestido transfigurado y la verdad no estaba nada mal… se veía sexy sin ser demasiado atrevido…le gustó más de lo que imaginaba, sólo se le había olvidado arreglar las mangas, las hizo cortas, un poco más arriba del codo, las originales no eran cómodas para ayudar a Severus a preparar pociones.
Una vez preparada alguien llamó a su puerta, le extrañó a las 7:30 de la mañana, supuso que serían Severus o Albus.
-¿ Quién es? - Dijo Elvira.
-Soy Albus. Elvira corrió a abrir.
-Buenos días tío Albus. - Dijo, haciéndolo pasar a su sala de estar.
-Buenos días, querida. ¿ Qué tal has descansado? ¿Te parece cómoda la habitación? Oh, veo que ya estás arreglada, estás preciosa.
-Gracias, cariño. Pues he dormido maravillosamente bien, es una habitación estupenda, muy cómoda, lo único es que voy a tener que poner alfombras antes de que llegue el invierno, es que me gusta caminar descalza. Por cierto, me encontré a Dobby cuando dejó aquí el tocador, los elfos domésticos de Hogwarts son encantadores.
-Lo sé querida, me lo contó hace un rato, creo que has encandilado a todos los elfos del castillo, fui a las cocinas para preguntarles si podrían preparar el almuerzo de profesores de vuelta de vacaciones y sólo hablaban de la amable nueva profesora, vas a ser su niña mimada este curso. - Albus le guiñó un ojo.
-¡Oh, qué encanto de criaturas! Bueno, ¿habías venido a por algo más o es sólo una visita de cortesía para ser buen anfitrión? - Albus se empezó a reír.
-Se te están pegando las "buenas maneras" de Severus, no mujer, sólo venía a buscarte para ir a desayunar al comedor en unos 10 minutos estará servido, ¿Recogemos a Severus y vamos?
Elvira cogió su varita y su túnica exterior y se la puso, se miró en el espejo del armario… le quedaba realmente bien. Salieron de la habitación, Elvira puso unas protecciones que se activaban en cuanto ella salía de su habitación y que cuando estaba dentro la avisaría de intrusiones indeseables.
En cuanto salieron Albus habló:
-Por cierto, ¿Qué es ese extraño aparato que tienes en tu sala de estar frente al sofá? - Lo miró un poco extrañada.
-¿No has visto nunca un televisor? Es un aparato muggle, el que yo tengo sólo lo uso para ver películas de terror clásicas, que son las que me gustan, el cine lo conoces, ¿Verdad? - Albus asintió. - Es como un cine pero dentro de casa, ya te invitaré a ver alguna película y comer golosinas, si quieres. - Albus se río.
-En cuanto pueda te tomo la palabra.
Llegaron a la puerta de Severus, llamaron y escucharon su voz diciendo que pasaran, no muy amablemente… Severus había tardado en conciliar el sueño, Elvira lo había dejado descolocado, no estaba acostumbrado a recibir besos de sincero cariño, ni antes ni después de la guerra, antes de la caída de Voldemort los únicos besos que tuvo fueron falsos besos, en noches de sexo sin sentido, por parte de mujeres seguidoras de ese maldito psicópata que sólo buscaban ascender en las filas de los mortífagos…y después de la guerra, cuando su nombre se limpió, las únicas mujeres que lo besaban eran Minerva y Poppy, y porque las dos ancianas lo conocían desde pequeño y le tenían cariño…pero sobretodo porque les gustaba chincharlo, como le pasaba a Albus, si no fuera porque Hogwarts le brindaba privacidad y podía mantener alejadas a las fans enloquecidas, se hubiera ido al terminar la guerra, pero mientras no encontrara la cura a su dolencia era mejor estar allí, para investigar. Al abrir la puerta vio allí a Albus acompañado de Elvira, ambos riendo y bromeando.
-Buenos días, Severus. - Saludaron ambos alegremente.
Ella ya estaba arreglada con su ropa de trabajo, estaba preciosa.
-Buenos días, ¿ Qué hacéis aquí tan temprano.
Elvira entornó los ojos.
Venimos a buscarte para ir a desayunar al comedor, murciélago, veo que ya tienes tu capa puesta, ¿Estás listo?
-Sí, no era necesario que me vengáis a buscar, conozco el camino.
Elvira enlazó su brazo con el de Severus, él le permitió hacerlo, no se sentía cómodo pero no la apartó, después de todo es un caballero. Caminaron entre bromas al comedor con un Severus callado y taciturno que disculpó su actitud diciendo que el dolor del cuello le molestó esa noche, prefirió ocultar que una serie de fantasías sobre la mujer que colgaba de su brazo habían atormentado sus escasas horas de sueño.
Llegaron al comedor, allí los esperaban Minerva y Poppy que habían llegado muy temprano, habían dejado sus maletas en sus habitaciones y fueron directamente al comedor. Cuando los vieron llegar ambas ancianas fueron a saludar a su viejo amigo Albus y a Severus, se sorprendieron al ver la espectacular mujer agarrada del brazo del profesor de pociones.
-Buenos días, Albus, Severus… ¿no nos vas a presentar a tu amiga querido Severus? - Tomó la palabra Minerva, mientras se acercaba a Severus lo agarró de la capa y lo besó en ambas mejillas incomodando al mago como solía y mientras miraba a Elvira con malicia… Elvira sonreía, recordaba a Minerva de aquel curso en Hogwarts, le caía bien, contestó por Severus.
Buenos días, estoy encantada de volver a verla, profesora creo que no me reconoce, soy Elvira, soy familia lejana de Albus, vine a cursar un año en Hogwarts hace años, estuve ese curso en Slytherin, este curso seré la nueva ayudante de Severus. - Elvira y Poppy se mostraron de pronto entusiasmadas.
-Por supuesto que te recuerdo querida, tenías locos a mis cachorros y no les hacías ni caso a ninguno, todo el día pegada al murciélago éste…yo creo que se metían con él porque estaban celosos, sigues estando preciosa querida, vas a desatar pasiones.
Todos se echaron a reír, Minerva en este punto le guiñó el ojo maliciosamente a Albus y Severus se sintió incómodo. Poppy recordaba vagamente a Elvira, pero ella no pasaba mucho por la enfermería. Se sentaron los 5 a desayunar, un abundante y delicioso desayuno, los elfos a cada momento le ofrecían bollos y dulces a Elvira, ella los atendía amablemente, Minerva se dio cuenta y le preguntó a Albus por ello, le contestó que en menos de 12 horas Elvira se había ganado el cariño de todos los elfos del castillo… Severus seguía hablando poco, en su línea habitual. Cuando terminaron Poppy y Minerva fueron a terminar de reinstalarse. Antes de irse Minerva le dijo a Elvira:
-Querida, cuando esté aquí el resto de profesores, desde que cayó Voldemort, antes de comenzar cada curso escolar el personal femenino nos juntamos en mi habitación y montamos una pequeña juerga "sólo para chicas"… hablamos de las vacaciones, nos conocemos mejor si hay alguien nueva…y todo regado con grandes cantidades de whisky, solemos hacerlo una vez al mes durante el curso para desestresarnos y, por supuesto, estás invitada. - Minerva le dedicó una mirada maliciosa.
-Minerva, por supuesto que iré, no me lo perdería por nada del mundo, quizás una de esas reuniones podríamos hacerla en mi habitación, como te he dicho, tengo un televisor y podríamos ver alguna de mis películas antiguas, podría ser divertido. - Minerva estaba entusiasmada por la idea.
Quedaron en hablarlo más adelante a ver qué opinaban las demás. Se despidieron hasta el almuerzo, Albus fue a su despacho a seguir con el papeleo. Severus y Elvira fueron a que él le enseñara su lugar de trabajo, Severus seguía taciturno y evitaba mirarla… Elvira decidió esperar a que se quedaran a solas para hablar con él. Así caminaron en silencio hasta el aula de pociones. En cuanto entraron al aula Severus empezó a hablar:
-Bien, como puedes ver ésta es el aula donde trabajaremos… - En ese momento Elvira lo interrumpió.
-Muy bien Severus, éste es el aula de pociones, ahora me vas a decir qué demonios te pasa conmigo. - Severus se sorprendió y tragó saliva antes de contestar.
-No sé de qué me hablas. - Elvira estaba exasperada.
-¡Oh, vamos! Hace tiempo que no nos vemos pero te conozco lo suficiente, además hasta que nos despedimos anoche estuviste encantador conmigo, dentro de los límites de tu encantadora personalidad, y cuando nos encontramos por la mañana te he notado incómodo conmigo, ahora mismo me vas a contar qué problema tienes conmigo y después ya hablaremos del tema laboral.
Después del pequeño discurso, Severus se dio cuenta de que no podía engañarla, ella lo leía como un libro abierto…aunque normalmente él era inescrutable. Snape suspiró, se pasó una mano por el pelo y le dijo:
-Lo siento, como dije anoche no dormí bien y no fue por el motivo habitual, normalmente cuando no descanso por las noches es porque me duele el cuello o he tenido una pesadilla…lo que me impidió conciliar el sueño esta noche fuiste tú.
Elvira lo miró sorprendida, sus ojos azules estaban abiertos como platos, lo miró a los ojos y comprendió que no estaba de broma, cuando consiguió hablar dijo:
-Severus, ¿Qué he hecho que te moleste tanto?
Él la miró, ella parecía desconcertada y un poco aprensiva.
-Tranquila, no hiciste nada malo, soy yo, que soy idiota, cuando te dejé en tu habitación me besaste y no me lo esperaba, sé que suena estúpido, pero no recibo constantes muestras de cariño y no estoy acostumbrado a ello. Me desconcertó. Sabes que nunca he sido muy efusivo y que tampoco he tenido muchas ocasiones de dar o recibir cariño, supongo que debería haberme acostumbrado, has visto como me han besado Minerva y Poppy cuando me han visto, pero lo hacen porque saben que me incomoda y eso les divierte… Albus y ellas se portan a veces como críos. - Elvira sonreía y le dijo:
-Vaya, yo sí que soy tonta, no había pensado en eso…tranquilo no te he besado para fastidiarte, sabes que te tengo cariño, de verdad, así que no te preocupes que limitaré mis muestras de cariño a los momentos en que estemos a solas, para no incomodarte. - Severus sonrió tímidamente.
-Entonces, ¿seguirás besándome y abrazándome cuando estemos a solas? - Elvira sonrió de manera pícara.
-Sólo si te portas bien y eres tan encantador como ayer…- Dijo mientras se acercaba a él y lo besaba en la punta de la nariz dejándolo, otra vez, completamente desconcertado. Severus tragó saliva, de nuevo, y volvió al tema del trabajo.
-Bueno…ya aclaramos todo, ahora te explicaré dónde está todo.
Estuvieron ahí casi toda la mañana, para que Elvira empezara a familiarizarse con la organización de sus armarios, almacenes, archivos, etc… tenían aún dos semanas para reabastecer sus almacenes de los ingredientes que faltaban y sustituir los materiales que estaban deteriorados. Después fueron al laboratorio y almacén privados de Severus, a Elvira le impresionó.
-¡Qué maravilla! Éste es un laboratorio increíble, ojalá tuviera uno igual.
-Gracias, el único motivo por el que no me he ido aún de aquí es porque no puedo encontrar una casa donde vivir a la que pueda trasladarlo completo, no me he esforzado durante años para montar todo ésto para que lo disfrute el idiota al que Albus y Minerva busquen para sustituirme. - Elvira lo miró sonriente.
-Te entiendo perfectamente, yo también haría lo mismo en tu lugar. - Le guiñó un ojo y Severus siguió enseñándole lo que debía ver allí.
Después fueron a las habitaciones de Severus a buscar unos libros que él le había mencionado por si ella pudiera encontrar allí algo para ayudarle a solucionar su problema, él estaba ocupado buscando en otros libros, de esa forma tardarían menos y sería bueno tener otro punto de vista, sobretodo de otro maestro de pociones. Estuvieron allí un rato, como la tarde anterior, charlando y rememorando su época escolar. En un momento dado, Elvira le preguntó por los Merodeadores, Severus se tensó:
-Los recuerdas, ¿eh? ¿Qué quieres saber de esos idiotas? - Elvira dijo:
-Nada en especial, sólo saber si por fin habéis crecido y habéis dejado de pelear? - Severus suspiró, respondió con calma:
-Dejamos de pelear porque todos están muertos, aunque nunca hicimos las paces, ni yo los perdoné por hacer de mi vida escolar un infierno ni ellos me pidieron nunca perdón. - Elvira se quedó un poco sorprendida.
-Vaya, supe de la muerte de James Potter en su momento, de la suerte de los otros no tenía ni idea…aunque no puedo decir que me dé pena eran unos memos que te trataban fatal y además eran unos babosos, se me insinuaron un montón de veces, uno de ellos, no recuerdo cuál, en un pasillo me preguntó qué te veía de especial, le solté que tú no eras un idiota y que más quisiera él ser la mitad de hombre que tú, dándole a entender que me refería al tamaño de las "joyas de tu familia". -En ese momento Severus se quedó sin aliento.
-¿Por eso se me insinuaron algunas chicas de Gryffindor a mitad de ese curso? Seguro que ese bocazas le contó a los de su casa lo que le dijiste sobre mis "atributos"…no es que sea del todo mentira, pero esas memas podían ser muy pesadas, menos mal que no me fiaba de ellas…-Elvira le contestó.
-Además, le dije que era tu novia, ¿Qué clase de Slytherin serías si fueras desleal a tu novia?
-En serio ¿le dijiste que eras mi novia?
-Claro, así me dejaría en paz, por temor a que lo atacaras, además, por si lo has olvidado, recuerda que estábamos siempre juntos y yo solía abrazarte y besarte en público, por eso me sorprendió que te sentara mal que te besara anoche.
-De nuevo, siento esa estupidez por mi parte, es que no era lo mismo cuando éramos unos colegiales, ahora somos adultos y… - lo interrumpió Elvira.
-Sí, somos adultos, pero seguimos siendo buenos amigos y yo aún siento por ti mucho cariño.
-Yo también te tengo mucho cariño Elvira, de verdad.
Severus cogió su mano, la acercó a sus labios y la besó suavemente, se miraron por un momento a los ojos y sintieron un cosquilleo muy poco relacionado con la amistad… en ese momento, Severus consultó el reloj sobre su chimenea, era hora del almuerzo. Ya había llegado el resto de personal y era hora del almuerzo de bienvenida.
