Cayendo en el Pecado

Ibara estaba paseando por el baño del tercer piso de la UA luciendo nerviosa, revisando constantemente el lugar para asegurarse que nadie la viera. Luego, la chica cumplió entrando apresuradamente a los baños.

"No puedo creer que esté haciendo esto" pensaba la peliverde dentro del lado de mujeres de los baños.

Ibara estaba tratando con todas sus fuerzas de no desmayarse por el nerviosismo. La llevaron hasta aquí una mezcla de preocupación y justa ira, o eso se dijo a sí misma. Quizás sea más curiosidad que otra cosa. Eso explicaría por qué no se fue tan pronto como vio ese agujero de la gloria en la pared.

Escuchar a Kendo advertirle a Setsuna con que dejara sus juegos en este baño lleno a la siempre correcta y pura chica religiosa de pecaminosa curiosidad. Ella no se movió y su sonrojo no desaparecía, sin embargo, algo la mantuvo en su lugar a pesar de que su cerebro le decía que se fuera. Todo lo que podía hacer era sentarse en ese cubículo en completo silencio, mirando ese agujero como si estuviera esperando que sucediera algo.

Esos breves segundos que transcurrieron parecieron horas para la pobre niña.

Incapaz de soportar más el incómodo silencio, Ibara decidió mirar más de cerca a su alrededor. El puesto en sí estaba sorprendentemente limpio y libre de escritura grafitera, quizá para que los profesores no se enterasen de esto y lo clausuraran. Luego, intentó mirar dentro del agujero, queriendo vislumbrar el otro lado, pero fue en vano. Sólo podía ver oscuridad, o podría haber algo cubriendo el agujero desde el otro lado.

Sin saber qué hacer a continuación, Ibara respiró hondo y exhaló ruidosamente. Una vez más, no tenía idea de por qué decidió revisar el puesto, su mente nunca se dio cuenta de sus acciones, pero no podía negar que se sentía decepcionada en ese momento.

Eso fue hasta que vio algo por el rabillo del ojo y levantó la cabeza. De la nada, una verga perdida surgió del agujero en la pared, tal como dijo su amiga. La primera que Ibara vio en persona, lo dejó sin aliento tan pronto como lo vio. Siempre ha sentido curiosidad por saber cómo se veían, se preguntaba sobre su forma y tamaño, por lo que no pudo evitar mirarlos durante un largo rato.

Ibara tenia su boca abierta en estado de shock mientras sintió que la bulbosa cabeza de ese miembro anónimo rozaba su mejilla desde un lado, dejando a Ibara sin palabras. mientras todavía se estaba recuperando de la sorpresa de que tuviera una enorme verga frente a ella.

"¿¡So-son todos así de grandes ahí abajo...!? y-y esto es un Agujero de la Gloria, ¿no? ¿¡Dios, el espera que yo!?" Ibara pensó con frustración y una mezcla de confusión y excitación al sentir la gran verga de un extraño pinchando aún más su mejilla con un poco de impaciencia.

El extraño parecía impacientarse, empujando su verga aún más hacia donde empujó la cabeza de Ibara hacia atrás. La chica tenía el rostro rojo escarlata y miraba a ese monstruo gigantesco con el ceño nervioso hasta que se tragó el nudo en la garganta, se echó hacia atrás parte de su cabello verde enredadera detrás de la oreja y decidió... continuar con el acto. dándole lo que quería; una mamada.

"Si me niego, podría intentar verme… no tengo elección" Pensó antes de acercarse y separar los labios con un resoplido de aliento cálido que le hacía cosquillas en la carne de su glande antes de comenzar a cerrarlos alrededor del cuello de su carne completamente grande.

–Mmmnnnnnn...*¡Schluupp!*... mmnnn– Los labios de la peliverde se deslizáron suavemente por el miembro viril más y más, tomando gran parte de su engrosada carne dentro de la caverna viscosa de su boca.

A Ibara le pasó por su cabeza una infinidad de pensamientos caóticos en este momento mientras engullía más y más de la considerablemente enorme virilidad de este extraño en su boca. Sintió un extraño presentimiento de lamer la mayor cantidad posible a pesar de gritarse a sí misma que solo estaba haciendo esto para mantenerse a cubierto.

"¡Oh Dios, ayúdame!... No hay otra manera… es hora de hacer todo lo posible... y prodigar la... masculina y pecaminosa verga de este desconocido con mi lengua" Pensó Ibara para sí misma, sintiéndose extrañamente humillada y emocionada a pesar de las circunstancias en las que se encontraba. Inclinó la cabeza un poco más hacia atrás y comenzó a estrangularla hacia adelante con los labios chupando con fuerza todo lo que había en el suelo.

–¡Gughh...! *Schluupp..schluk...sllpp..schlurppp..slchuupp..schluppppp!* ¡Mmnghmm! ¡Ggguunghgh!– Sus labios se apretaron en un sello hermético al vacío, permitiendo que su lengua subiera y rodara lánguidamente alrededor de la carne carnosa desde adentro mientras empujaba su rostro hacia su entrepierna.

El chico en el otro extremo de la pared le pareció divino porque sentía la lengua de la chica curvándose por todas partes mientras sus labios acariciaban el centro de su eje durante repetidas succiones. Era como si estuviera follando un coño real y eso le daba una razón para usar esa sonrisa tonta en su rostro ahora mismo mientras empujaba sutilmente contra la pared, hundiendo su cintura en la superficie un poco más mientras sus bolas golpeaban ruidosamente en la abertura anillada donde estaría el agujero, no sabiendo que la chica que estaba del otro lado estaba gimiendo internamente de desesperación mientras lo tragaba.

–¡Mmnghgmmhhhh! Mnhmm..mnghmm..mmnghm..mmnghmm...mnghmm! *Schloopp..shclupp..schlupp..schluppp..schlop..shcluopppp!* ¡Mnnghmmm!– Ella gruñó fuertemente en el agujero, tomando mas de su abultada longitud hasta donde empujó hacia la parte posterior de su boca y se acolchó sobre su lengua para que ella lo probara.

Quería llorar a mares en este momento por tener que hacer esto en primer lugar, pero Ibara mantuvo una mentalidad disciplinada mientras devoraba su verga mientras estrangulaba su cara con entusiasmo contra el área de la pared. Tenía los ojos entrecerrados y concentrados mientras sentía la carne del desconocido llenando la capacidad de espacio de su garganta y poco a poco se sentía excitada.

"¡Esto es por no ser descubierta, nada más!... ¡Necesito mantenerlo tranquilo hasta que esté satisfecho y se vaya!... ¡Glugh! ¡Ooooh... Dios! ¡Ahora él también está creciendo! ¡Uf! ¿¡Está… a punto de correrse ahora mismo!?" Los pensamientos de Ibara se nublaron por la confusión y el disgusto cuando comenzó a sentir que la longitud del desconocido comenzaba a abultarse y a hincharse con pequeñas venas apareciendo por toda la superficie de su eje cuanto más duraba esto.

Sus labios se enroscaron ruidosamente alrededor de su longitud repetidamente, probándolo y untando saliva sobre cada centímetro mientras él ahora empuja enojado en el agujero en la pared con la esperanza de salir pronto.

–¡Gah, ya voy a venir!– gritó el desconocido por primera vez mientras retiraba su pelvis solo para empujar todo nuevamente a través del agujero, hacia la boca expectante de Ibara, donde siente la liberación de alta presión de su semen brotó a través de su eje.

Sus bolas se tensaron y comenzaron a palpitar espesamente, enviando grandes cantidades de sustancia directamente a la garganta de Ibara, donde una mirada aterrorizada y de sorpresa apareció en el rostro de la joven una vez que golpeó sus labios.

"¡Dios! ¡H-hay... tanto... tanto... derramándose en mi boca! ¡Es como si tuviera literalmente un barril lleno de esperma dentro de esas bolas suyas! ¡Dios! ¡No puedo tragarlo todo!" Pensó Ibara, inclinando su cabeza hacia arriba nuevamente para bajar el pasaje de su garganta y alinear mejor un camino para que fluyera la semilla hasta su estómago.

Se estaba obligando a engullir la mayor cantidad posible, sintiendo la absurda cantidad de esperma casi ahogándose. Varios hilos de semilla espesa salieron de su boca. Siguieron fuertes ruidos al tragar mientras la hermosa chica religiosa de uno tragó y bebió cada onza de semen que produjo.

*¡Glup... Glup... Glup... Glup... Glup!*

Sintiendo la espesa oleada de semen cayendo un poco más por su garganta, Ibara reunió la energía para sacar sus labios de ese objeto de pecado con un estallido resbaladizo de saliva que emanaba de entre sus labios cubiertos de esperma. Rápidamente se levantó de esa parte de la pared y se puso de pie, tosiendo como una tormenta porque todavía le salía una cantidad de semen de la boca que le costaba tragar.

Luchó para no dejar que su voz atravesara los ruidos de náuseas que estaba haciendo y observó, con un ligero horror y asombro, que la virilidad había permanecido más dura que una roca a pesar de correrse un barril de semen en ese momento. Honestamente, Ibara le tenía miedo, casi tanto como estaba empezando a sentirse atraída por la verga de un extraño de una manera casi primitiva, casi como si fuera inevitable.

"¡¿Cómo?! ¡Oooh Dios!... *Cof...cof*... ¡mnghmm! Eso...debería... *Cof...cof*… haber sido… suficiente ¿No?... Pero aún está rígido" Se pregunto la chica mientras el sujeto presionaba su ingle más contra la pared, haciendo que su miembro sobresaliera completamente hasta donde Ibara podía incluso ver sus bolas y su ingle parcialmente con vello púbico verde.

La fémina miró la enorme virilidad con una mirada confusa y aprensiva en su rostro. Estaba empezando a respirar cada vez más rápido, su corazón latía con suma excitación mientras constantemente intentaba razonar consigo misma que debía irse ahora mismo.

"Yo... podría hacer una escapada, correr antes de que se dé cuenta de lo que está pasando, ¡Ni siquiera debería estar haciendo esto en absoluto! ¿¡Dios, qué debo hacer!? Nunca esperé estar haciendo este tipo de cosas pecaminosas... y mucho menos que me llenaran la garganta y el estómago... con semen ¡Ooooh... se siente como si me hubiera bebido un montón de batidos de frutas!" Ibara debatió internamente consigo misma, apretando suavemente su estómago mientras miraba la verga que sobresalía para llamar su atención. Su tamaño quizá eclipsaría con creces el de cualquier varón adulto en la UA.

Verlo en toda su forma inmaculada, rigida y poderosa a pesar de correrse casi sin parar dentro de su boca hace unos momentos hace que Ibara se sienta en conflicto en este momento. Lo correcto era salir corriendo, regresar a los dormitorios y olvidar que ella alguna vez vio esto mientras rezaba doce rosarios. Lo incorrecto fue continuar con esto aún más y... dejar que se la folle, mantener el disfraz y dejarse llevar por un subidón sexual que no ha tenido nunca en su protegida, joven vida. Ibara evaluó sus opciones y decidió intentar escabullirse del puesto antes de que fuera demasiado tarde.

Sin embargo, con su cuerpo quieto y la chica notando que su sexo se sentía increíblemente húmedo incluso dentro de su ropa en ese momento, sintió que ya no era una opción. La necesidad sexual se sentía incluso a través de sus bragas después de haber chupado una verga de tal tamaño excitó a la alguna vez pura chica y la dejó fascinada por ella. Hasta el punto, no podía dejar de mirarlo con una expresión de intriga en su rostro. Ibara se tragó el nudo que tenía en la garganta, junto con algo de semen que persistía en su tráquea, y decidió ceder.

"Dios... nos creo... cómo dos… hombre y mujer… para amarnos y… poblar la tierra…– pensaba con la vista nublada en la enorme hombría que parecía estar llamándola –… Solo seria parte del gran plan del Señor ¿verdad?– Razonó débilmente consigo misma, sintiéndose acalorada y sudada bajo el cuello mientras comenzaba a abrir apresuradamente la camisa de su uniforme con una expresión roja en su rostro.

Ibara respiraba más rápido por la emoción mientras abría su camisa por completo, revelando su gran conjunto de tetas que medían de copas CC vestidas con un sujetador de encaje verde que rápidamente se desabrochó y dejó en el suelo. Debido a una mezcla de aire frío y sus altos niveles de lujuria, sus pezones rosados estaban endurecidos y puntiagudos. Ibara se desabrocho su falda y la derramó en el suelo para mostrar su voluptuosa parte inferior del cuerpo en toda su forma maravillosamente ajustada y curvilínea. Agarrando los costados de sus bragas verdes Ibara comenzó a bajarlas para revelar su sexo fuertemente humedecido en todo su esplendor juvenil. Tenía un modesto mechón de enredaderas como vello púbico, pero no hacían nada para ocultar la brillante cúspide aterciopelada de su feminidad dolorida por la necesidad. Dejándolos deslizarse por sus tobillos hasta que se quitó la ropa por completo con excepción de sus zapatos y calcetines, y se dio la vuelta para poder montarse en reversa contra el agujero en la pared.

Pero cuando Ibara estaba a punto de presionar su trasero y sus muslos contra la pared tuvo un momento de claridad y razón.

"E-espera, yo... no debería estar haciendo esto. Este es un comportamiento pecaminoso e inmoral. Yo... No he hecho un voto de castidad ni nada pero... No puedo perder mi pureza por un extraño cualquiera… porque... esto es tan, tan malo... y siempre pretendí llegar virgen al altar... será mejor que me retire de esto y salga de aquí" Ibara pensó con el ceño fruncido y comenzó a alejarse del agujero y de la pared en general.

Pero, antes de que pudiera escapar, sintió que sintió unas manos que agarraron cada lado de la cintura y la tiraron hacia el agujero donde la verga anónima esperaba impaciente, provocando alarma en Ibara porque la fuerza en sus brazos era grande y logró jalar a la chica. Volvió a bajar a su lugar donde su verga empujó hacia adelante en la jugosa hendidura de sus pliegues, penetrándola con cada centímetro engrosado al mismo tiempo.

–¡N-no...! Ee-espe…!–

*¡Squeeeecchh!*

–KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH– Ibara gritó en dolor-éxtasis, sintiendo la inmensa circunferencia de la verga del desconocido empujando a través de las paredes resbaladizas de su coño mientras le arrebataba su virginidad.

Sus entrañas se sacudieron de éxtasis y sus cámaras vaginales más internas se llenaron con la carne viril llenándola hasta el borde. Cada micra de carne vaginal sensible quedó amortiguada por su carne, apretaba sus entrañas y hacía que Ibara sintiera oleadas de placer que nunca había sentido. Tanto es así que volvió a soltar un gemido lujurioso de éxtasis mientras echaba la cabeza hacia atrás, con una sonrisa ahegao en su rostro que mostraba su lengua fuera. Tenía los ojos casi en blanco mientras abrazaba el placer prohibido, sintiendo cómo llenaba el vacío que había estado vacío durante algún tiempo.

"¡Taaaaaaaaaaaaaan... graaaaandeeee! ¡Oooooooooh! ¡Dios! ¡Mmmnnnnh! ¡Mmmnh! ¡Dios mio! ¡Aaaah!" 'pensaba' Ibara sintiendo una euforia alucinante derritiendo el último bastión de razonabilidad dentro de su mente. La religiosa había sucumbido completamente a la sensación mientras presionaba su culo contra la pared, empujándose hacia atrás con ondulaciones de sus caderas para que más de su verga pudiera hundirse así en la apretada y fértil caverna de su útero.

Dentro y fuera, sus pliegues se aplastaron, apretando la longitud del desconocido mientras se deslizaba hacia atrás hasta la punta hasta que él la volvió a colocar en una serie de embestidas animales. Ella comenzó a renunciar a todo tipo de restricciones y comenzó a golpear su trasero contra la pared aún más rápido para igualar el ritmo del sujeto, follándolo tan febrilmente como él la estaba follando a ella y amándolo hasta el punto de que ya no podía pensar en nada más. No hay consecuencias para estas acciones y nada más que más lujuria dirigida a montar la verga de un completo desconocido como si no hubiera un mañana.

–Uuuh, uuuh, uuuh, uuuh, uuuh, uuuuuh, ¡Uuuuuuh!– Ella gritó de nuevo, manteniendo los ojos en blanco. mientras su lengua seguía fuera de su boca como una puta cualquiera. Ibara estaba positivamente encantada de éxtasis al sentir su forma rígida y demasiado larga deslizándose por su interior con la punta empujando la parte posterior de su útero como un martillo neumático. Cada empujón de su entrepierna enviaba sacudidas por su columna vertebral y hacía que su coño se aferrara aún más al miembro viril.

"E-esto es tan... tan malo... ¡Pero se siente TAN bien! ¡Mételo muy dentro de mi! ¡No dejes de follarme!"

Juntos, la pareja anónima continuó haciéndolo. Él gruñó y saboreó el resbaladizo alivio de sus entrañas apretándose a su alrededor, ignorando todo lo demás mientras movía sus bolas hacia adelante y se aseguraba de enterrar cada centímetro dentro del tembloroso coño de la mujer. Dentro y fuera, introdujo su pelvis, sintiendo a la mujer rebotar su trasero contra la pared y ocasionalmente moviendo su trasero de lado a lado para asegurarse de que más de su verga entrara dentro de su útero en espera. Estuvieron así por un tiempo hasta que…

–¡Uuuh, aah, aaah, aaaaah! ¡Sí, sí, más, más, más! ¡Uuuuuaaaaah!– gritó Ibara, casi jadeando como un perro mientras sentía la verga anónima perforarla enérgicamente hasta que comenzó a sentir que su coño estaba siendo estirado. Podía decir que vendría pronto por lo mucho que palpitaba su miembro y lo fuerte que sus paredes apretaban ese eje después de que empujó dentro de su útero como si él estuviera tratando de embarazarla.

–¡Gnghh! Me voy a correr ahora, ¿de acuerdo? Ultima advertencia– Advirtió el desconocido, cuya voz le resultaba familiar, manteniendo su pelvis bombeando rítmicamente el coño de la chica desde atrás mientras sus manos seguían tirando de su cuerpo hacia él con un fervor animal que golpeaba la piel a punto de llegar a su final.

Ibara estaba tan mentalmente ahogada en la lujuria que no podía pensar con claridad ni recordar si era un día seguro o no para recibir un creampie, todo lo que sabía era que quería que el desconocido siguiera bombeando su coño como lo estaba haciendo ahora. Al escucharlo, envió sus enredaderas a través del agujero y envolvió las muñecas y cintura del desconocido, impidiéndole retirarse, y gritó contra la pared con desesperación.

–¡N-no! ¡Correte dentro! ¡Llename! ¡Quiero que me des todo! ¡No te atrevas a sacarlo! ¡Bendice mi útero con tu semilla bendita!– Ella bramó, con el rostro sonrojado y sobresaliendo sus caderas aún más rápido.

Él no pudo responder cuando sintió el repentino tirón de los músculos vaginales de la chica hacer su trabajo, llevándolo al clímax al hacerlo sucumbir al placer y haciéndolo empujar cada centímetro de su vara hacia adentro cuando finalmente liberó su carga en su coño desprotegido. Ibara sintió la el torrente de gruesos chorros de semen surgiendo dentro de su útero sin piedad y llenándolo hasta el borde con cada contracción del pistón carnoso que tenía encajado.

–¡Oooaaaaaaaaaaaaah! ¡Uuuuuh! ¡Mmnnnnnnh! ¡Hay tanto... Ooooh! ¡Dios! ¡Siento como mi útero está siendo bautizado con tu semilla caliente!– gritó Ibara, arqueando su espalda contra la pared y dejando escapar un suspiro de alivio cuando sintió que su cuerpo retrocedía en el orgasmo al mismo tiempo que su pareja desconocida.

Sus entrañas ordeñaron y succionaron la fuerza de su verga, absorbiendo la mayor cantidad de semen posible mientras ambos disfrutaban de la liberación orgásmica juntos con solo una pared entre ellos. Su cuerpo se contrae repetidamente, haciendo que sus tetas se balanceen con cada movimiento ondulante que estaba haciendo y esto continuó durante al menos unos minutos más hasta que comenzó a sentir que el chico finalmente se suavizaba. Estaba sin energía y estaba a punto de desmayarse cuando sintió que la verga se había deslizado fuera de su coño a través del agujero en la pared.

Ibara se desplomó hacia adelante y todavía estaba consciente, solo para ver como su puerta de abría, dando paso a un peliverde que ella conocía.

–¿Mi-Midoriya-San?– preguntó una Ibara muy confundida.

–Oh Shiozaki-San… ¡realmente lo siento! Nunca esperamos que de todas las chicas fueras tu la que vendría. Espero que no te haya parecido traumatic…–

*Muach*

Deku detuvo su perorata cuando Ibara le dio un beso a su verga, aún al aire y cubierta por los fluidos de ambos. Mientras le lanzaba una mirada sensual con corazones en sus ojos.

–Mmnnn, Dios me ha bendecido al permitir que mi virginidad la tuviese un chico gentil y bueno como tu, Midoriya-San– decía la peliverde mientras usaba sus lianas para empujar a Izuku al WC, sentándolo, mientras envolvía sus senos alrededor de su miembros, otra vez duro –Mmnnnn, tengo que agradecerle a Dios– dijo con picardía antes de cerrar sus ojos y juntar sus manos, presionando su miembro con sus tetas.

–Querido Dios, me he sentado en tu mesa toda mi vida. He sido la mejor persona posible. Por favor...– Oro mientras que Izuku empujaba su verga, follando sus tetas –… Dame hoy la verga que yace delante de mi y deja que me complazca como nadie más me ha complacido. Deja que me llene con toda su viril y caliente semilla y que está eche raíces en mi vientre. Amén– Ella termino justo a tiempo para recibir un bukake que solo le permitió abrir un ojo y miro a Deku con una sonrisa con renovada lujuria.

Un Mes Después

Izuku se dirigía a abrir la puerta de su habitación.

–Oh guau– Deku se quedo de piedra al ver a Ibara en la puerta.

Ella estaba igual que siempre, pero en su cabello de enredaderas ahora habían florecido varias rosas. La chica parecía muy feliz.

–Izuku-Kun ¿Recuerdas lo que te dije lo que significaba cuando la peculiaridad de mi madre, que también es la mía, hace esto?– dijo acariciando tiernamente sus flores.