Hola, felices fiestas. Como verán este será mi primer intento de Two Shot. Si no sabe cómo funciona esto. Ambos capítulos están conectados.
Algo de mis ships favoritos. ( Y referencias a otros ships ).
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Caía la nieve en Bahía Aventura. Y los Paw Patrol iban a tener la mejor navidad que habían organizado. Todos los miembros del equipo estaban invitados.
Todos estaban emocionados. Todos menos Skye
Skye miraba por la ventana con desgana. La nieve caía con fuerza, cubriendo todo de blanco. A ella no le gustaba la nieve. Le recordaba a algo que prefería olvidar. Un accidente que cambió su vida para siempre.
Ryder estaba sacando los útiles de decoración para repartir los trabajos de preparación para la fiesta de navidad que estaba organizando. Ryder no era un ignorante, sabía que Skye estaba triste por algo. Se acercó a la cachorra. "Skye ¿Estás bien?"
Skye se sobresaltó al oír la voz de Ryder. Se giró y le sonrió con timidez. "Sí, estoy bien, Ryder. Solo... me siento un poco sola".
Ryder se sentó a su lado y le acarició la cabeza. "No tienes que estar sola, Skye. Tienes a tus amigos. Y a mí". Le dijo con dulzura.
Skye sintió un cosquilleo en el estómago. Ryder era su mejor amigo, su líder, su padre.
Ryder se acercó más a ella y la miró a los ojos. "Skye, veo que está deprimida". Dijo Ryder mientras acariciaba a la cachorra.
"Es que... no me gusta la navidad". Confesó Skye con voz temblorosa. "Me recuerda a mi infancia. A mi mamá y a mis hermanos".
Ryder sintió un nudo en la garganta. Quiso consolarla, abrazarla, protegerla. "Oh, Skye, no estás sola, Skye. Yo estoy aquí para ti. Yo te quiero, Skye. Te quiero como una hija".
Skye levantó la cabeza y miró a Ryder con sorpresa y gratitud. Ryder le quería como una hija. Ryder era su padre. Skye se lanzó a sus brazos y lo abrazó con fuerza. "Te quiero, Ryder". Le dijo con emoción.
Ryder le devolvió el abrazo con ternura. "Y yo te quiero, Skye. Eres mi hija, mi princesa". Le dijo con cariño.
Se quedaron así, abrazados, sintiendo el calor de su amor. Ryder le susurró al oído. "Skye, ¿quieres decorar el árbol de navidad? Podemos poner las luces, las bolas, y la estrella. Será divertido".
Skye asintió con una sonrisa. "Sí, quiero. Quiero pasar la navidad contigo, Ryder. Quiero hacer nuevos recuerdos felices".
Ryder le sonrió. "Vamos, entonces. Vamos a por los demás cachorros para organizar la fiesta".
"Iré con Chase a organizar la fiesta navideña". Dijo Skye mientras se alejaba. Sin embargo Ryder la detuvo. "Lo siento Skye, pero Chase está en la montaña encargándose de un caso de asesinato. Pero Marshall está disponible para que trabaje juntos".
Al instante Ryder convocó a todos los cachorros de Paw Patrol para repartir los trabajos de decoración en toda la bahía. Menos a Chase y Everest. Aparentemente su investigación se había intensificado.
Skye se sintió decepcionada al saber que Chase no estaría en la fiesta. Chase era su mejor amigo, su compañero, su amor. Skye estaba enamorada de Chase desde hacía mucho tiempo, pero nunca se atrevió a decírselo. Temía que él no sintiera lo mismo por ella, o que su amistad se arruinara.
Skye suspiró y se resignó a trabajar con Marshall. Marshall era un buen cachorro, pero muy torpe y distraído. Skye sabía que tendría que estar pendiente de él para que no causara ningún desastre.
Ryder les asignó la tarea de decorar el exterior de la torre de control. Tenían que colgar guirnaldas, luces, y adornos por toda la fachada. Ryder les dio una caja con todo el material y les deseó suerte.
La nieve continuaba cayendo mientras Ryder y Skye se dirigían a sus labores. Skye se sentía reconfortada por las palabras de Ryder, pero aún tenía un dejo de tristeza en sus ojos.
Marshall, entusiasta como siempre, estaba listo para ayudar en la decoración. "¡Hola, Skye! ¿Listos para hacer que la bahía brille con luces navideñas?"
Ella sólo asintió con la cabeza.
Skye y Marshall salieron al frío y se pusieron manos a la obra. Skye tomó la iniciativa y le indicó a Marshall lo que tenía que hacer. Marshall asintió con entusiasmo y trató de seguir sus instrucciones.
Todo iba bien hasta que Marshall se tropezó con un cable y se cayó al suelo. Al caer, tiró de la caja y todos los adornos se esparcieron por la nieve. Skye se acercó a él y le ayudó a levantarse. "¿Estás bien, Marshall?" Le preguntó con preocupación.
"Estoy bien, Skye. Lo siento, soy un desastre". Se disculpó Marshall con vergüenza.
"No te preocupes, Marshall. No ha sido nada. Vamos a recoger todo y a seguir decorando". Le dijo Skye con una sonrisa.
Skye y Marshall se agacharon a recoger los adornos. Pero al hacerlo, sus cabezas chocaron y se miraron a los ojos. Skye se sonrojó y apartó la mirada. Marshall se quedó embobado y le sonrió. Skye retrocede mientras Marshall también lo hacía avergonzado. Sin embargo esa cara desapareció cuando vio la tristeza en la cara de Skye.
"Skye, ¿estás bien?" Le preguntó Marshall, acercándose a ella con preocupación. Él era su amigo, y un de los primeros que tuvo. Y no le gustaba ocultarle algo. No obstante la reputación de chismoso que tenía Marshall no lo hacía fácil en darle un secreto sin que fuera público al siguiente día.
"Sí, claro, estoy bien" Mintió Skye, forzando una sonrisa. "Solo estoy un poco cansada"
"No me engañas, Skye. Sé que algo te pasa. ¿Tiene que ver con la nieve?" Preguntó el dálmata
Skye bajó la mirada, sin responder. Marshall suspiró y la abrazó con ternura. Y otra vez estaba esa sensación. La sensación que estaba haciendo algo mal. Skye no podía seguir ocultándole el secreto a uno de los que consideraban mejores amigos. Al menos uno ya sabía de qué trataba el secreto.
"Skye, no tienes que sufrir en silencio. Puedes contarme lo que quieras. Yo estoy aquí para apoyarte."
Skye se dejó abrazar, sintiendo el calor y el cariño de Marshall. Él era el único que la hacía sentir que la vida se puede llevar con humor por muchos golpes que te lleves. Pero también era el único que no sabía bien su pasado pese a hacer unos de los primeros miembros de Paw Patrol.
"Marshall, yo..." Empezó a decir Skye, pero se interrumpió al oír un ruido.
"¡Hola, chicos!" Exclamó Ryder, entrando en la habitación con una sonrisa. "¿Cómo va la organización de la fiesta de Navidad?"
"Hola, Ryder" Saludó Marshall, soltando a Skye. "Pues la verdad es que vamos un poco retrasados. Skye no se encuentra muy bien."
"¿Qué te pasa, Skye?" Preguntó Ryder, preocupado.
"Nada, nada, solo un poco de dolor de cabeza" Se excusó Skye, evitando la mirada de Ryder.
"Bueno, espero que se te pase pronto. La fiesta es en pocas horas, y tenemos que tenerlo todo listo. Los demás cachorros están esperando con ilusión."
"Sí, lo sé, lo sé" Dijo Skye, intentando sonar animada. "No te preocupes, Ryder. Nosotros nos encargamos de todo."
"Estoy seguro de que sí. Son un gran equipo, Marshall y Skye. Les tengo mucha confianza".
"Gracias, Ryder" Agradeció Marshall, sonriendo.
"De nada, chicos. 'Bueno, os dejo que sigáis trabajando'. Dijo Ryder con acento Español mientras se reía. Tenía que dejar de ver contenido en ese doblaje. "Nos vemos luego en la fiesta".
Se despidieron Marshall y Skye.
Ryder salió de la habitación, dejando a los dos cachorros solos de nuevo.
"Skye, por favor, dime qué te pasa". Insistió Marshall, mirando a Skye con sinceridad.
Skye suspiró y se sentó. Marshall se sentó a su lado y le tomó la pata.
"Está bien, Marshall. Te lo contaré. Pero prométeme que no se lo dirás a nadie"
"Te lo prometo, ¿Cuando te he fallado?" La cara de seriedad de Skye hizo que Marshall realmente pensara lo que no haría. Aunque inmediatamente su cara cambio a una de compasión y confianza.
"Gracias, Marshall. Eres muy bueno conmigo".
Skye respiró hondo y empezó a hablar.
"Cuando era pequeña vivía en una granja. Era la más pequeña. Nunca conocí a mis padres ni tuve hermanos biológicos. Lo único que sabía que estaba ahí en la granja siendo la más pequeña". Lágrimas comenzaron a caer a través de su mejilla mientras recordaba y contaba los sucesos. "Un día, decidí escapar. Cuando ví a Ryder montado en la cuatrimoto. Sin dudarlo fui alcanzarlo para que me llevara lejos de ese lugar. Desde entonces, la Navidad siempre me recuerda a aquellos días oscuros. Aunque estoy agradecida por haber encontrado a Ryder y a los demás, la sombra de ese pasado sigue persiguiéndome. La nieve despierta esos recuerdos dolorosos".
Marshall escuchó con atención la historia de Skye, sintiendo empatía por su amiga. "Skye, lamento mucho lo que pasaste. Pero ahora estás con nosotros, en Paw Patrol. No estás sola, y siempre estaremos aquí para apoyarte."
Skye rompió a llorar, sollozando sin consuelo. Marshall la abrazó con fuerza, sintiendo un nudo en la garganta. Juntos, decidieron seguir la decoración navideña con renovado ánimo. La nieve que caía ya no parecía tan amenazante, y la luz de la esperanza comenzó a brillar en los ojos de Skye.
"No te preocupes, Marshall. No es tu culpa. Nadie lo sabía.
Nadie me quería. Todos me veían como una pobre perrita. Me sentía sola y triste. Hasta que un día, Ryder me encontró. Él me dio una oportunidad, me adoptó y me trajo a la Bahía. Me presentó a los demás cachorros. Desde entonces, mi vida cambió. Ryder y los demás cachorros se convirtieron en mi nueva felicidad. Me hicieron sentir querida y feliz. Sobre todo tú, Marshall. Tú fuiste el primero que me habló, el primero que me hizo reír, el primero que me hizo sentir especial. Tú eres mi amigo, Marshall.
Skye se detuvo, sin atreverse a decir lo que sentía.
"¿Y también...?" Animó Marshall, mirándola con curiosidad.
"Y también... te quiero, Marshall. Te quiero."
Skye se sonrojó y bajó la cabeza, esperando la reacción de Marshall.
Marshall se quedó sin palabras. Él también la quería, pero no sabía si ella sentía lo mismo. Ahora que lo sabía, no podía ocultar sus sentimientos.
"Skye, yo también te quiero."
Marshall levantó la cabeza de Skye y la besó con dulzura. Skye le devolvió el beso, sintiendo una explosión de felicidad en su corazón.
Los dos cachorros se besaron durante unos minutos, olvidándose de todo lo demás. Solo existían ellos dos, y el amor que se tenían.
"Te quiero, Skye" Susurró Marshall, acariciando el rostro de Skye.
"Te quiero, Marshall" Susurró Skye, abrazando el cuello de Marshall.
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Espero que te haya gustado.
Sé que es romance leve. Créame cuando digo que es difícil crear química entre los dos.
