Ginny estaba sentada en el sofá de su salón, acurrucada bajo una manta, con una taza de chocolate caliente. Miraba el fuego de la chimenea, un poco perdida en sus pensamientos, cuando la voz de Lily llegó desde el pasillo.
— ¿Mamá?
— En el salón. Hay chocolate en la cocina.
Al cabo de dos minutos, su hija entraba con una taza y un plato con bizcochos.
— ¿No has cenado? —le preguntó mientras Lily dejaba todo en la mesa y se sentaba junto a ella, robándole un trozo de manta.
— Eso ha sonado a la abuela Molly.
Ginny rió entre dientes y golpeó el hombro de su hija con el suyo.
— ¿Qué tal tu cita? Has vuelto pronto.
Suspiró, recuperando su taza.
— Buen comienzo, mal final. ¿Y tú? ¿Dónde andabas? Dean me dijo lo del fuego.
— Nos mandaron a todos a casa hasta el lunes, así que acompañé a Lorcan a una exposición.
— ¿Has visto a Luna?
Lily mojó un bizcocho y cerró los ojos, complacida, al llevárselo a la boca.
— Está más animada con Lysander en casa.
Guardaron silencio las dos, aferradas a sus tazas calientes. La mirada de Lily se posó en la foto sobre la chimenea, tomada el año anterior en el cumpleaños 45 de su madre. Ellos tres la rodeaban, ella sonreía ampliamente.
— ¿Estás orgullosa de nosotros? —preguntó abruptamente.
Su madre le pasó el brazo sobre el hombro, acercándola a ella hasta que apoyó su sien en el hombro envuelto con un grueso jersey Weasley, como hacía cuando era pequeña.
— Estoy muy orgullosa de vosotros.
— No te gustó que James se dedicara al quidditch —apuntó Lily.
— No me gustó que no estudiara.
— Tú no lo hiciste.
— Y como madre quiero algo mejor para vosotros. No estudié, y eso limita ahora mis opciones profesionales al quidditch, cuando mi carrera de entrenadora termine, mi única opción es el periodismo.
Lily dio un sorbo, rumiando la información.
— Lily, cargais con dos apellidos muy conocidos. Eso puede ser un arma de doble filo y a mi lo que me preocupa siempre es que caigais del lado malo del filo. James es un gran jugador, se ha hecho un nombre por sí mismo y estoy orgullosa de él. Salvo cuando mi equipo juega contra el suyo —ironizó.
Su hija soltó una risilla.
— ¿Y Albus?
Inevitablemente, soltó aire con algo de fuerza.
— Reconozco que Albus es el más difícil de entender. Renunciar de esa manera a ser mago…
— Ellos no han renunciado a ser magos, mamá. Solo han elegido no depender de la magia en su vida. Y en parte puedo entenderlo, con su historia.
Albus y Scorpius lo habían pasado mal en la escuela. Sus padres eran también sus profesores. Y eran pareja. Y no cualquier pareja. James había explotado la situación como el Weasley que era. Lily había quedado en Gryffindor, como su hermano mayor, y como él había sabido salir adelante, protegida por un ejército de primos. Pero Albus había quedado en Slytherin. Y eso lo había alejado de la familia y acercado a Scorpius y los Malfoy.
Ginny tenía una relación cordial con Harry y Draco, pero toleraba muy poco al resto de la familia Malfoy. Le había molestado profundamente que su hijo mediano se sintiera más cómodo veraneando en Francia con Lucius y Narcissa en lugar de con su familia los últimos veranos. Y luego le había desconcertado la decisión de vivir en el mundo muggle y estudiar carreras no mágicas.
— Albus es tan parecido a tu padre y a la vez tan diferente…
Lily sonrió, porque era cierto, esa era la paradoja con Albus. En una ocasión, su padrastro le dijo que Albus era como habría sido Harry si hubiera estado en Slytherin sin la influencia Weasley. Su padre había reconocido que la decisión de Albus de alejarse es la que él habría tomado si sus lazos con su familia política no hubiesen sido tan fuertes.
— Ellos están bien, son felices con la vida que tienen ahora, mamá.
Enternecida por la férrea defensa de su hermano, le abrazó por los hombros y la atrajo hacia ella.
— ¿Y tú eres feliz, Lily? ¿La academia de aurores es lo que esperabas?
Meditó un momento su respuesta, acurrucada contra su madre, disfrutando del momento de conexión madre-hija.
— ¿Te preocupaba que la eligiera por papá y el tío Ron?
— No creo que recuerdes a tu padre siendo auror.
Negó con la cabeza. Su infancia era sobretodo la Madriguera, hasta que se fue a Hogwarts. Su padre solía visitarles allí el fin de semana y su madre aún era jugadora profesional, así que vivían con los abuelos.
— Me gusta la academia, pero no voy a negarte que hay días que me gustaría llamarme de otra manera.
— Las expectativas pueden ser incómodas —observó Ginny con suavidad.
Negó con la cabeza.
— No es eso. —Dio un sorbito de chocolate y le dio un toque con su varita para calentarlo un poco más— Papá vive muy aislado y parece que la gente necesita saber. A veces creo que todo el mundo nos ve como patrimonio, ¿sabes? El héroe y su familia son de todo el mundo mágico. Puedo entender a Albus queriendo perderlos a todos de vista.
Ginny liberó su abrazo ligeramente para acercarse a coger su taza de la mesa.
— Nunca lo había visto así, la verdad —admitió Ginny, recostándose de nuevo—. Supongo que ya he superado eso porque llevo mucho tiempo separada de tu padre.
— ¿No lo echas de menos? —preguntó curiosa.
— Llevo más tiempo sola que el que pase con él. —La miró fijamente para evaluar su reacción a la siguiente pregunta— ¿Es raro para ti que no eche de menos ser una familia?
Lily rio un poquito.
— Hemos sido una familia, extraña, pero familia igualmente, mamá. Creo que era demasiado pequeña para echar de menos estar los cinco juntos, igual James te diría otra cosa.
— James… —suspiró su madre— ¿qué tal con Lorcan entonces?
No pudo evitar girarse a mirar a su madre, sorprendida por el cambio de tema.
— Mi mente ha saltado de James a Lysander y de ahí a Lorcan —respondió Ginny con un pequeño encogimiento de hombros—. Luna insiste en que no seríais buena pareja.
Esta vez fue una carcajada, muy parecida a las que le gustaba escuchar en su madre, la respuesta a la poca sutilidad del comentario.
— No tenemos ningún interés romántico el uno en el otro, mamá. Ni sexual, que te veo en la cara la pregunta.
— Es un buen chico.
— De nuevo hablas como la abuela. Y sí, es un buen chico, un buen chico muy gay.
Las dos rieron, porque era cierto.
