Capítulo [9] "Estadia Extendida"
(...)
Arian Schneider era la presa más escurridisa que Izuku tuvo alguna vez. Incluso, tuvo el dudoso honor de haberse convertido en el objetivo que le había quitado más tiempo en su vida en una búsqueda. Dejando en claro que tenía todas sus esperanzas depositadas en ese hombre.
Desafortunadamente, Izuku se dió cuenta que a veces las cosas no salían como uno quería.
—¡MIERDA!—dijo Izuku en un ataque de furia descontrolada, mientras hacia destrozos de la habitación especial con la que Arian queria refugiarse del ataque.
El cadaver de Arian estaba destrozado e irreconocible en el piso de mármol del lugar, mientras que el de su socio y dueño de la mansión donde se refugio, se hallaba justamente a su lado. A diferencia del primero, el segundo tuvo una muerte más piadosa.
—¿¡Cómo pude ser tan idiota!?—se reclamó así mismo, mientras tiraba un librero y lo destrozaba en el acto.
Schneider era un noble corrupto del Reino de Prusia, y bastante poderoso. Tenía negocios con el algodón, la pólvora, el acero, entre otras cosas. Además, también poseía una larga lista de contactos internacionales que lo sacarían de cualquier problema que hubiese. Desafortunadamente para el, Izuku fue quien se encargó de eliminar cualquier ventaja para que escondiera en un tiempo más extenso. Cómo por ejemplo, no estuvo más de una semana en la frontera del Imperio.
La razón por la que Izuku lo tuvo en la mira, fue por qué el hombre era un afamado coleccionista en el bajo mundo. Coleccionando objetos valiosos, raros y antiguos de toda la región. Muchas veces obtenidos por medios barbaricos.
Poco antes de escapara de Prusia, Arian logró obtener un producto sumamente raro y especial de un sacerdote anciano de la iglesia de Aris. Según varios rumores que llegó a confirmar el propio peliverde, el sacerdote vivía en una región remota del Reino llamada Alsacia. Las cuales afirmaban que ese hombre llegó a conceder a los locales, "Milagros". Que consistian en la mejora de la vitalidad, curar enfermedades, entre otros efectos variados e impredecibles.
Dentro de la nobleza del Reino, entre ellos Arian, comenzaron a sospechar que estos supuestos "milagros" eran producto de una Teigu. Uno de los artefactos
divinos que ayudo al Imperio a alzarse cómo la potencia máxima del mundo, antes de su declive político.
Evidentemente, el noble en su avaricia quiso obtener este artefacto para su preciada colección. Por lo que envío soldados de su ejército privado a masacrar varios pueblos humildes de la región en la búsqueda del sacerdote. Dejando un rastro de violaciones, mutilaciones y muerte en el lugar. Desgraciadamente, no tardaron en encontrar al sacerdote y a su familia, quienes desafortunadamente perecieron en una forma violenta.
Poco tiempo después, se confirmó que era un alto sacerdote en el imperio y se había confirmado su misteriosa desaparición décadas atrás. Desde ese entonces, también una teigu se confirmó desaparecida. Para la desgracia del bienestar de la gente de esa región, este artefacto terminó acumulando polvo en una estantería de la mansión de dicho noble.
Izuku creía fielmente que el artefacto cumplía con las características de la Teigu que buscaba. La misma que al fin cumpliría su deseo y lo regresaría a su hogar. Esto lo llevo a qué Arian fuera su próximo objetivo.
Afortunadamente, el solo hecho de ser miembro del "El círculo de la Rosa", le daría enorme satisfacción a unas amigas del pasado y al propio Izuku de matarle. Por lo que está meta de búsqueda le parecía atractiva en un principio.
Así, esto llevó a Izuku a vivir los eventos recientes que tomaron lugar. Para luego culminar en una enorme decepción para el chico. Resultando que este especial artefacto, no es uno más que un pequeño frasco de maximo 500 o 700 mililitros. Cuyo contenido en el frasco, apenas abarcaba la mitad del propio envase.
Izuku desconocia varios de sus efectos inesperados y a la vez conocia sus milagros. Aunque, también se enteró de sus enormes defectos. Tales como el rechazó del líquido "milagroso" en el cuerpo humano si este era consumido más de un par de gotas. Para la desgracia de esas personas infortunadas, la deshidratación fue una agonia y la muerte por falta de líquidos en el cuerpo se hacían evidentes con cada caso fallido de ese sacerdote.
Incluso, el hombre llegó advertir que el propio artefacto es quien elige a quien dar su "milagro". Una clara desventaja a quien requiere ayuda en algunas ocasiones. Pero al fin y al cabo, ayudo a quienes si fueron aceptados.
Después de interrogar a Arian antes de su arrebato de ira, logro saber que esta Teigu se hacía llamar "tears of heaven" y era una de los artefactos más importantes para el imperio en cuestión de salud para el emperador en turno. Después de eso, le informo lo que ya sabía y no era lo que el buscaba.
Al cabo de un rato, Izuku se calmó un poco y decidió inhalar y exhalar para recuperar la compostura. Después, decidió sentarse en una silla cercana y pensar un poco.
—Tal parece que tendré quedarme durante un tiempo aquí...¿¡Dónde estará esa maldita cosa!?—dijo bastante frustrado.
El mismo reconoció que no tenía muchas opciones de ataque ahora, pues el tiempo óptimo para utlizar sus habilidades se estaba acabando y apenas tenía lo suficiente para escapar de las autoridades de respuesta. Quienes se oían a la distancia, derribando el portón de la mansión para poder entrar. Al parecer, antes de morir había hecho un llamado de auxilio por medio de un mensajero.
Afortunadamente, la general Esdeath se encontraba aplacando la rebelión de las tribus del norte. Ahora no tenía ganas de arriesgar su vida contra lo equivalente a un villano de clase SS de su mundo.
La única opción era largarse a descansar en la posada donde se hospeda. Aunque, estaba tentado a tomar un trago en la taberna del primer piso y ver un poco los "encantos" de la camarera.
Era un hombre después de todo y a veces no podía evitar mirar.
—bien, es hora de irme—dijo Izuku levantándose de dónde estaba para luego dirigirse a una ventana cercana de la habitación de seguridad.
Mientras tanto, Sia trataba de reconfortar al chico. A su manera.
"¡Calma niño! Lo obtendrás y cumplirás tu promesa conmigo. ¡Recuérdalo!"
"Cómo olvidarlo, jamás dejas de decírmelo. Creeme, no valdrá la pena conocer Europa y comer en KFC"
"¡Oh vamos! ¡Vi tus recuerdos! Es más bonito y seguro que este mundo podrido. A veces te envidio por comer ese delicioso pollo frito"
Dijo Sia con mucho antojo desde hace años.
"¡Cómo sea! Hay que salir de aquí. Necesito limpiar este traje, también mi capucha. Las viceras y el líquido craneoencefálico son difíciles de quitar al intentar lavarlos sin el cloro de mi mundo"
Izuku al estar aquí llego a respetar a los criminales de su mundo, puesto que también es un trabajo laborioso hacer la limpieza, entre otras cosas. Incluso, a veces el mismo hubiera querido pedir consejos a Toga-chan.
Al final, solo tuvo que saltar por la ventana y escapar lo más rápido posible de ahí. En el cielo, solamente los testigos pudieron declarar que solamente vieron un rayo verde aparecer y desaparecer en cuestión de segundos.
(...)
—¡Atrapenlos!
La mansión de la familia Windsor recientemente había entrado en alerta máxima. Como cualquier familia noble, contaban con un ejército privado encargado de actuar como seguridad en la extensa propiedad y los inmuebles que poseían. Además, tenían otras funciones, como resguardar a los "juguetes" de la familia.
En ese momento, dos de los recién llegados juguetes habían escapado del edificio de juegos, ubicado en la parte más alejada del terreno. Para escapar, mataron al guardia con los grilletes que les habían puesto. Con las últimas fuerzas que les quedaban, también mataron a los otros dos guardias que custodiaban el edificio, utilizando las mismas herramientas con las que les habían torturado.
La gran desventaja para los soldados era que el terreno era muy extenso y densamente vegetado, lo que sumado a que era de noche, dificultaba aún más alcanzar a los fugitivos.
—¡Matenlos!, ¡La señorita los quiere muertos!
Los disparos continaban sin cesar, y los fugitivos corrían con todas sus fuerzas. Eran una chica, quien era ayudada por otro chico, ya que la primera fue alcanzada por una bala en su hombro derecho.
—¡Hay que divertirnos con la chica!—dijo unos de los soldados con una sonrisa sádica.
—¡Sigan corriendo!, ¡Al final no tendrán fuerzas!
Mientras tanto, las piernas comenzaban a fallarle al chico, quien tenía una pequeña capucha de tela, que se robó de uno de los guardias.
—¡Podemos hacerlo!, ¡Podemos llegar al centro de la capital!
Por el otro lado, la voz de la chica se oía entre cortada y cansada.
—¡Déjame aquí!, necesitas vivir.
—¡No seas tonta!, ¡Estos idiotas no nos alcanzarán!
Afortunadamente para los fugitivos, había un pequeña pendiente que daba cobertura a ambos chicos, debajo de un árbol. Las raíces gruesas también fueron un excelente camuflaje para la ubicación.
Para cuando llegaron los soldados, no los habían localizado inmediatamente. Muchas veces, pudieron haberse asomado en las raíces del árbol, pero afortunadamente no lo hicieron.
—¡No pueden estar lejos!, ¡Busquen bien!
Tuvieron que pasar algunos minutos hasta que las linternas de los guardias se alejaron lo suficiente de su ubicación, permitiéndoles hablar en un tono de voz bajo y dándoles un poco de alivio.
La chica sangraba profusamente debido a una herida de bala que la había atravesado completamente. Las heridas que había recibido en las horas previas no ayudaban a su ya complicada situación. Había perdido su ojo derecho para siempre y solo le quedaba un agujero en su lugar. Con dificultad podía sostenerse por sí sola y sufría de náuseas constantes.
Por otro lado, el chico era quien podía soportar mejor la situación. Desafortunadamente, su hermana era la favorita de esa mujer y la había torturado más. Por lo tanto, sufría más y durante más tiempo.
—¡Déjame!—dijo ella con voz entrecortada— La hemorragia me está acabando. Tú debes salvar a ese idiota...
Ella estaba desnuda, cubriendo apenas su piel con una manta que habían robado en algún momento. La sangre de sus heridas cubría la mayor parte de su cuerpo. Con dificultad podía sostener la mano de su hermano y su respiración era difícil.
—No lo haré. Eres mi hermana, no morirás por mi culpa...yo...¡Te salvaré! —respondió el chico con firmeza.
De repente, las emociones abrumaron al chico y las lágrimas brotaron en demasía. Sabía sin duda alguna que su hermana estaba muriendo. La culpa lo consumía ya que habían confiado en la persona equivocada y el había insistido en que su hermana aceptara la ayuda de esa mujer. Ahora, los dos habían sido sometidos a un infierno que nunca habían imaginado.
La peor parte es que su torturadora les informó que su otro hermano había sido recogido en la calle por ella justo el día anterior. En este momento, estaba en el centro de la capital junto con ella, cenando luego de un día agotador de compras.
Evidentemente, ellos sabían el destino que le esperaba a su hermano, por lo que hicieron un esfuerzo inhumano por escapar, con el fin de advertirle sobre los horrores que le aguardaban.
Ahora, heridos y perseguidos por una guarnición de soldados, su esperanza de salvar a su hermano se apagaba cada vez más.
—No llores, hermano... —dijo ella con las comisuras de su boca ensangrentadas —. Al menos logré amar a alguien...Yo también tuve una familia contigo y Tatsumi. Puede que no haya vivido mucho, pero con lo poco que logré vivir, puedo irme al valle de las almas en paz.
Ella seguía sosteniendo su mano, lista para partir. Aunque hubiera deseado crecer más, casarse con el hombre de sus sueños y que su maestro la llevara al altar, sabía que esos sueños nunca se cumplirían. Sin embargo, solo imaginando que podrían suceder le reconfortaba.
— ¡Hermana, no digas nada! —exclamó el hermano, pero fue interrumpido por un grito que les ordenó detenerse.
—¡Alto!
De repente, tres soldados los encontraron acurrucados debajo de un árbol, apuntándoles con sus armas.
El primero habló directamente.
— ¡Hijos de perra! La señorita Aria cortará la cabeza de alguno de nosotros si se entera de que casi escaparon. Ella guarda celosamente sus juguetes —dijo el soldado mientras sostenía una espada en su mano.
El segundo soldado, con un rifle en sus manos, les dijo:
—Adiós al bono de navidad al custodiar los juguetes de la señorita —comentó frustrado.
El tercer soldado miraba lascivamente a la chica, que estaba parcialmente desnuda y con la sangre brotando de su cuerpo. A pesar de su estado, aún le parecía estimulante.
—Desde que te vi, señorita Sayo, eres una belleza —dijo un soldado corpulento, lamiéndose los labios— Si te hago sufrir al quitarte la virginidad antes de morir, tal vez la señorita Aria me perdone la vida. Quizás tu hermano Leyasu se excite al verte gritar...
Sin previo aviso, algo cortó su garganta a una velocidad inimaginable. La sangre brotó en el suelo y sus quejidos se escucharon antes de que cayera al suelo.
Después, un rayo verde apareció y los que apuntaban sus armas a los hermanos recibieron su castigo. El segundo fue partido por la mitad como si fuera mantequilla y el primero fue atravesado en el pecho con la cruda mano del salvador. Al hacerlo, pudo agarrar el corazón del soldado, que cayó al suelo boscoso en tiras de sangre.
Luego, retiró su brazo y destrozó el corazón en mil pedazos. La furia del peliblanco se hacía notar en el lugar, con constantes y bruscas exhalaciones, como si fuera un toro furioso.
—¿Izuku? —dijo Leyasu, aún en el suelo, sosteniendo a una débil Sayo en sus brazos.
—Izu... —dijo Sayo con sus últimas fuerzas al ver también al peliblanco.
Volteó rápidamente a ver a Leyasu con una expresión de horror en sus ojos, al ver el estado de sus amigos al borde de la muerte. Tenía que hacer algo.
Lo último que dijo antes de tomar acción fue:
—¡Tenemos que irnos!
Para cuando llegaron los otros soldados, solo vieron los cadáveres de los que fueron masacrados en ese lugar. Esa noche en especial, un nuevo sanguinario hombre llegó a la ciudad y llamó la atención en todas partes. Incluso del primer ministro. Poco después, ese asesino se haría llamar "The Green Death"
Continuará...
sugerencias para el haren? Soy todo oidos.
