Interrumpimos la programación para traerles un especial de navidad de mi parejita favorita uwu
¿Por qué?, no lo sé, simplemente lo creí justo y necesario jeje
Espero que lo disfruten y también que pasen una linda Navidad.
La canción utilizada en la historia es: ¿Sabes una cosa? de Luis Miguel.
¡FELICES FIESTAS!
Había llegado la víspera de navidad, la plaza era alumbrada por las múltiples luces de colores colocadas en la decoración navideña.
Por los alrededores se encontraban algunas casitas simulando ser casas de jengibre. Asimismo, en el centro de la plaza un enorme árbol de navidad decoraba el panorama.
La gente caminaba tomándose fotografías aprovechando la bonita decoración. Este también era el caso de ese par de amigos que habían salido a divertirse.
—Mira, ahí luciría muy bien una foto —propuso el joven.
Él tomó la mano de su amiga caminando junto con ella hacía unos puestos de dulces que estaban decoradas como pequeñas cabañas de madera.
Ambos tomaron la cámara fotográfica programada con un temporizador de cinco segundos. El flash se disparó dando a entender que la fotografía había sido capturada.
Los dos miraron la fotografía. Sonrieron al notar esta muy similar a la primera foto que se habían tomado hace años, cuando recién empezaban a ser amigos: Athena sonriendo a la cámara haciendo con sus dedos la seña de amor y paz, Kyo abrazándola por la espalda y sonriendo al igual que ella.
La mirada de Kyo se trasladó de la cámara fotográfica a la chica que estaba con él. No podía evitar sentirse agradecido por seguir teniéndola a su lado después de tantos años, no se imaginaba una vida sin ella.
Una sonrisa de ternura se dibujó en sus labios. Podía asegurar con total certeza que esa navidad era la mejor que había celebrado; al lado de ella todo se volvía especial.
"¿Sabes una cosa?…
Tengo algo que decirte y no sé cómo empezar a explicar
Lo que te quiero contar
¿Sabes una cosa?…
No encuentro las palabras, ni verso, rima o prosa
Quizá, con una rosa te lo pueda decir"
—Bueno, ya que hemos caminado bastante creo que es momento de sentarnos a descansar, ¿no lo crees? —preguntó Athena mirando a Kyo con una dulce sonrisa.
—Si, podemos ir a echar un vistazo a la calle 11, hay pequeños restaurantes ahí, podemos sentarnos en las mesas de afuera mientras pedimos algo, ¿que te parece?.
Athena asintió.
Mientras se ponían de acuerdo en qué lugar visitar, los dos caminaban hacia la famosa calle 11 de la gran plaza.
Durante esa caminata, Kyo empezó a recordar aquella ultima conversación con Yuki antes de terminar su relación. Todo se sentía tan reciente, incluso hasta el momento era un poco difícil de procesar.
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—Por favor Kyo, ya deja de negarlo, es demasiado obvio que te gusta Athena —afirmaba la jovencita mientras se acercaba a Kyo, él le daba la espalda.
—No digas eso —suspiró hondo —Ya deja esas tonterías.
—No voy a dejar ese tema, no puedo hacer como si nada pasara —tiró de su brazo haciendo que él se volteara quedando ahora de frente a ella —Ya no quiero comprometerme contigo…
—¿Que estás diciendo ahora?.
—¡Que no quiero comprometerme contigo! —dio un pisotón mientras sus brazos se tensaban con fuerza, estaba enojada.
Kyo no dijo nada, no encontraba las palabras adecuadas para esa situación. Lo único que pudo hacer fue quedarse en silencio esperando que ella se tranquilizara, esperaba que su pequeña rabieta fuese algo fugaz.
Minutos después Yuki parecía estar un poco más tranquila, entonces volvió hablar ante la falta de palabras de su novio.
—M-mírame a los ojos y dime que no sientes algo por ella…
La joven lo miró a los ojos esperando una respuesta de él. Temblaba un poco pues tenía miedo de lo que él contestaría, estaba nerviosa.
Kyo también la miró y no pudo evitar sentirse culpable. Yuki tenía razón…
Hacía un tiempo que había notado como sus sentimientos hacia Athena se habían vuelto más fuertes. Todo había empezado siendo una amistad inocente y sincera, los dos tenían muchísimas cosas en común por lo que fue demasiado fácil entenderse.
Pero… ¿desde cuando esa amistad se había convertido en algo más?.
Ahora tenía tantos deseos de cuidarla, de protegerla, de estar con ella todo el tiempo. Además tenía que admitir que era una mujer preciosa, era encantadora y tenía un corazón lleno de hermosos sentimientos. Al estar lejos de ella no podía encontrar a nadie que llenara el vacío de su ausencia, nadie… ni siquiera Yuki.
Le costaba admitir esa verdad, pero también le parecía difícil intentar disimularlo. Estaba enamorado de Athena, desde hacía ya mucho tiempo no dejaba de pensar en ella.
Él dejó de mirar a Yuki, no podía seguir enfrentando su mirada, tampoco pudo decir nada. Para la jovencita esa fue suficiente respuesta.
—Ya entendí Kyo… —murmuró decepcionada, en cierta manera aún a estas alturas tenía la esperanza de que Kyo negara sus acusaciones, pero no fue así.
—Perdóname Yuki, te juro que nunca quise que las cosas se dieran así —se lamentó.
—Ya olvídalo, creo que es más que obvio que terminamos… —dictaminó severamente —De igual forma entiendo tu sentir, después de todo ella te entiende mejor que yo…
—Yuki…
—No digas nada, no tiene caso… espero que sean felices —musitó un poco molesta.
Kyo suspiró y volteó a verla mientras ella le daba la espalda. Minutos después la joven empezó a caminar alejándose de él.
En ese momento todo entre los dos había terminado.
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Pese a que habían pasado meses de aquello, Kyo no podía evitar sentirse un poro culpable por todo. Aún a estas alturas le parecía un poco difícil procesar lo que había pasado, no solo la ruptura sino también los sentimientos que tenía hacía Athena.
Mientras reflexionaba los dos tomaron asiento en unas sillas, frente una pequeña mesa que estaba afuera de un café.
Athena detuvo su sonrisa al notar a Kyo bastante pensativo.
—Kyo… ¿qué tanto piensas?, ¿hay algo que te preocupe? —ladeó su cabeza mientras inspeccionaba la expresión de su rostro.
Kyo volvió en sí y negó con la cabeza mientras sonreía.
—No es nada Athena, solo pensaba en la fotografía, me hizo recordar viejos tiempos… en aquel entonces empezábamos con nuestra amistad y hemos permanecido juntos hasta la fecha —su voz era suave pero alegre, esos recuerdos lo ponían feliz.
—Es verdad —sonrió —Me gusta mucho estar contigo Kyo…
Sus miradas se conectaron por varios segundos. Ese contacto fue interrumpido por un vendedor de rosas que al ver a la bonita pareja se acercó a ofrecerles una de ellas.
Kyo compró una rosa para Athena sin pensárselo dos veces. Él se la dio y ella la tomó en sus manos mientras intentaba ocultar ese intenso rubor que se había apoderado de su rostro.
"¿Sabes una cosa?…
No sé ni desde cuando llegaste de repente
Mi corazón se puso a cantar
¿Sabes una cosa?…
Te quiero, niña hermosa, y te entrego en esta rosa
La vida que me pueda quedar"
Kyo miró el bello rostro de la chica que tenía enfrente. En este punto él estaba totalmente seguro de sus sentimientos hacia ella, pero ¿cómo decírselo?.
¿Cómo iba a confesarle de repente que desde hacía mucho tiempo estaba perdidamente enamorado de ella?, ¿Y si eso arruinaba su amistad?…
¿Sería lo correcto?.
—Kyo, eres muy dulce por haberme regalado algo tan lindo —Athena susurró estando aún sonrojada, ni siquiera podía mirar a Kyo a los ojos.
Él acarició su cabeza tiernamente.
—Te mereces eso y más —le dijo totalmente convencido.
[…]
Algunos minutos después una camarera llegó a pedirles su orden y los dos pidieron unas rebanadas de cheesecake.
Mientras esperaban que les llevaran lo que habían ordenado, los dos estaban hablando sobre la bonita decoración de la plaza.
Cada una de las casas de jengibre, las pequeñas cabañas adornadas con luces así como el gran árbol de navidad le daban un aspecto muy acogedor a todo el lugar. Los colores de las luces le daban más vida a los alrededores.
—Esa casita me da la impresión de estar hecha de caramelos —señaló Athena divertida hacia una pequeña casa llena de distintos colores y un techo que simulaba ser una galleta.
—Se ve deliciosa, ¿no es así?.
—¡Si!… —sonrió —Estoy feliz de haber venido aquí contigo, me alegra que a pesar de ser navidad el clima se sienta muy agradable.
—Tienes razón, tuvimos suerte —sonrió también.
[…]
En ese instante la camarera llegó con su orden.
—Aquí tienen su pedido chicos, que lo disfruten —dijo la mujer al mismo tiempo que colocaba los platos con las rebanadas de cheesecake sobre la mesa.
—¡Muchas gracias!.
La mujer se retiró dejando a los dos jovenes solos una vez más.
Athena le dio una pequeña mordida a su rebanada de cheesecake. No pudo evitar poner ambas manos sobre sus mejillas mientras cerraba los ojos disfrutando su sabor.
Kyo por otra parte, ni siquiera había probado aún su rebanada pues estaba distraído mirando a Athena, se veía muy tierna disfrutando su dulce platillo. Él notó cómo ella se había ensuciado un poco la comisura de sus labios; no pudo resistirse a sujetarla del mentón haciendo que volteara su rostro hacia él.
Ella empezó a sonrojarse al notar que Kyo la miraba con demasiada atención. Su corazón empezó a latir con fuerza mientras él la sujetaba cuidadosamente.
—K-Kyo… ¿qué haces?…
Él retiró con su dedo esa pequeña mancha en su rostro. Sonrió enternecido viendo cómo ella se sonrojaba por sus acciones.
—Te ensuciaste un poco, bonita —le dijo con una voz suave mientras sonreía.
—Ah… g-gracias… —musitó ella nerviosa.
Kyo no podía resistir más esos sentimientos que lo enloquecían. Últimamente cuando estaban cerca no podía evitar sentir unos incontrolables deseos de besarla, de demostrarle ese amor que sentía por ella… pero, ¿cómo hacerlo?.
Él sabía lo importante que era Athena en su vida, lo tenía demasiado claro. Desde el momento en que se conocieron hasta la fecha los dos habían formado un lazo muy fuerte y él estaba agradecido con el destino por haber cruzado sus caminos.
Pero, ¿ella sentiría lo mismo?.
"Doy gracias al cielo
Por haberte conocido
Por haberte conocido
Doy gracias al cielo
Y le cuento a las estrellas
Lo bonito que sentí
Lo bonito que sentí
Cuando te conocí"
—Athena… —susurró él mientras continuaba sujetando su rostro con delicadeza. Se estaba preparando mentalmente para confesarle por fin esos sentimientos que guardaba en su corazón.
—D-dime… —contestó ella tartamudeando.
Kyo respiró profundo dejando que el aire llenara sus pulmones, después simplemente dejó salir ese aire intentando liberarse de la presión ejercida en su pecho.
—Me gustas mucho… —confesó él por fin.
Después de decir eso se había liberado de un enorme peso sobre sus hombros.
Athena cubrió su boca con una de sus manos al encontrarse sorprendida por esa confesión, el rubor en su rostro empezó a hacerse más evidente.
No podía creer que Kyo estuviera diciendo algo así.
Eso significaba que los sentimientos de ella hacia él eran recíprocos…
—Kyo yo…
Ella se preparaba para hablar, deseaba confesarle lo que también guardaba en su corazón desde hacía ya mucho tiempo. Quería que él supiera que ella sentía lo mismo por él.
En ese momento el gran reloj de la catedral frente a la plaza empezó a escucharse indicando que eran ya las 12:00 a.m.
Todas las familias y las parejas que caminaban en la plaza empezaron a abrazarse y a desearse una feliz navidad.
Athena y Kyo se miraron con una sonrisa y también se dieron un fuerte abrazo. Este era un momento especial para los dos.
—Feliz Navidad Athena… gracias por haber aceptado acompañarme —susurró el joven mientras continuaba abrazándola.
—Feliz Navidad para ti también Kyo —se separó un poco de él para poder mirar sus ojos —Fue un placer para mí acompañarte… y también… —bajó la mirada mientras sus mejillas se coloreaban de un rosado intenso.
Kyo la tomó del mentón para poder apreciarla completamente. Deseaba escuchar lo que ella tenía que decirle.
—¿Si?…
—Quería decirte que tú también me gustas… —su voz era suave y tímida, sus ojos brillaban con ilusión —Me gustas y… te amo… —mordió un poco sus labios al darse cuenta de lo que había dicho.
Por fin había confesado lo que realmente sentía, no había marcha atrás.
Kyo no pudo resistirlo más y le plantó un profundo y dulce beso en los labios a Athena. Todo había resultado incluso mejor de lo que alguna vez se imaginó.
Ella dejó descansar las manos sobre su pecho mientras correspondía el dulce beso. Sus labios se dedicaban a satisfacerse de su sabor y de la esencia de su alma.
El viento templado se encargaba de acogerlos mientras unos fuegos artificiales empezaban a vislumbrarse en el cielo nocturno.
"¿Sabes una cosa?
Tengo algo de decirte
Y no sé cómo empezar a explicar
Lo que te quiero contar
¿Sabes una cosa?
Te quiero y te venero
Te adoro y te deseo
Cariño, ven y déjate amar"
Al terminar el beso los dos unieron sus frentes, sus miradas permanecieron conectadas por largos segundos mientras los dos intentaban recuperar el aliento.
[…]
—Yo también te amo —confesó Kyo con una sonrisa, sus mejillas estaban ruborizadas y su respiración aún un poco agitada.
Athena sonrió. No dijo nada, sin embargo se acercó a robarle otro beso al chico… a ese chico de quien siempre estuvo perdidamente enamorada.
Sus labios se unieron como si quisieran fundirse para la eternidad, el latir de sus corazones se sincronizaba a la perfección, como si se tratase de un marcapasos configurado con patrones específicos.
Sus brazos se aferraban fuertemente del otro, con firmeza. Los dos disfrutaban profundamente el calor que se compartían.
Y mientras la parejita de enamorados se profesaba su amor, un grupo de músicos empezó a tocar una bella melodía acompañando sutilmente ese momento especial…
"¿Sabes?…
¿Sabes una cosa?
Que yo te quiero
Que sin ti, me muero
Si estás lejos…
¿Sabes una cosa?,
¿Sabes una cosa?.."
.
FIN.
Felices fiestas a todos n_n
