Hola amigos, soy Yuzu Araki.

Hoy es 24 de diciembre, día de Navidad, donde las familias festejan las fiestas con mucho pavo relleno y regalos por montones y como niña buena que fui este año a pesar de algunos tropiezos les traigo para ustedes un one shot apropiado para estas fechas.

Este one shot se la dedico a quién prácticamente es mi mejor amigo en este sitio pues llevamos más de dos años teniendo una muy bonita amistad... Aunque claro, no estamos exentos de tener discusiones, incidentes y peleas en los cuales ambos quedamos afectados pero de alguna manera seguimos manteniendo nuestra bonita amistad.

Espero que leas esto, amigo, porque luego de lo que pasó a inicios de este mes, te lo mereces.

Espero que este one shot les guste.

Pero si tienen muchas ganas, empecemos...

Yuzu y fuera...

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25 de diciembre, Navidad

Centro Residencial Otonokizaka

Barrio Kanda, Edo

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Un muchacho alto de entre 16 y 20 años estaba caminando rumbo hacia el centro residencial, lugar donde vivía la joven reina Yoshimune en calidad de chica mágica. Era día de invierno por lo que nevaba un poco pero eso al joven no le importaba. Vestía una camisa manga larga color blanco con rojo oscuro, un pantalón azul y tenis, su color de ojos era café claro, su piel era blanco profundo y su color de cabello era rojo.

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Amigo de Yoshimune en Kishu

Yoshiro "Joe" Sawamura

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El joven desde hace algunos días vino desde su natal provincia de Kishu a visitar a su vieja amiga quien ahora ostentaba el título de Shogun en el reino de Edo. La misma Reina le concedió el derecho de quedarse en la capital el tiempo que quisiera a lo que el joven agradeció pero al igual que Yoshimune era alguien que no se quedaba de brazos cruzados por lo que se puso a trabajar en empleos varios a la par que se ganaba el afecto de la gente.

Luego de un pesado día de trabajo, el joven acabó temprano su labor y decidió descansar merecidamente por sus esfuerzos y disfrutar la noche de Navidad con su mejor amiga de toda la vida. El hombre como dijimos al inicio de la historia, estaba caminando directamente al edificio donde radicaba Yoshimune cuando de pronto sonó su teléfono móvil.

El joven con un poco de dificultad sacó el móvil de su pantalón y contestó la llamada.

-¿Sí? ¡Hola Nicky!... Sí, estoy de vuelta en el hotel... Estaré en tu habitación en unos minutos... ¡Bien! ¡Voy a estar esperando!

El joven de una vez emprendió su camino hacia el edificio, notificó al portero y fue a la recepción y de ahí fue al departamento donde habitaba Shino Tokuda, que era la identidad de chica mágica de la Shogun. El pelirrojo llamado Joe abrió la puerta con la llave y finalmente entró en el lugar, estaba temblando un poco de frío a lo que fue hacia el kotatsu y programó la temperatura.

El joven sentado en el suelo se sentía cómodo en la mesa-cama con calefacción mientras esperaba a su mejor amiga en aquellos viejos tiempos en Wakayama. Pero con el tiempo decidió acostarse en la cama-mesa no sin antes acomodar su cabeza con una almohada y se dispuso a dormir.

(...)

Horas de la noche

Una joven pelirrosa de cabellera larga y dos pequeñas coletas, usando un saco azul oscuro, bufanda roja, falda azul a cuadros y calcetines negro hizo acto de presencia en el pequeño apartamento. Llevaba una bolsa de centro comercial en su mano derecha. Se dirigió hacia la sala mientras llamaba a alguien.

-¡Feliz Navidad, Joe!

-...- Silencio era lo que había

-Lo siento, llego tarde, pero es que...- La joven notando el silencio repentino decidió ir en busca del pelirrojo- ¿Joe? ¿Dónde estás? ¿Estás dormido?

-...

-Más te vale que no estés en mi habitación

La joven fue hacia la pequeña sala donde estaba su televisor y el kotatsu. Ahi estaba durmiendo el pelirrojo quien por su rostro descansaba plácidamente en la mesa-cama. La joven se acercó y hizo un silbido, el joven abrió lentamente los ojos dando con la pelirrosa que vestía como si estuviera estudiando.

-Joe, ¿Estabas dormido?

El mencionado se limpió los ojos para ver claramente a la joven Reina.

-Ah, eres tú, Nicky.

-Feliz Navidad, Joe- La joven dijo entre risas- ¡La reina sin cadenas vino con regalos para su buen amigo Joe!

-Feliz Navidad, Nicky.- Sonrió el pelirrojo- ¿Luego no tenías planes en el palacio y con Nikogoro?

-Decidí usar a mi confiable doble para atender la cena navideña de este año mientras que me la pasé en grande con Niicchan y los demás.

-¿En serio?

-Sí, tuvimos una muy bonita fiesta. Fue muy divertido.

-Me alegra oír eso, ¿No me digas que Nikogoro se emborrachó como siempre?

-Esa es la parte que no me agrada de mamá pero así es ella- La pelirrosa miró el bolso que estaba llevando- ¡Ah! Mira, es algo del pastel que quedó, jeje. Asegúrate de comértelo todo hoy.

La joven sacó del bolso lo que parecía ser un buen trozo de pastel envuelto en un empaque plástico a lo que el muchacho pelirrojo se quedó asombrado de ver el platillo.

-¡Vaya, se ve delicioso! ¿Podrías guardarlo en la nevera por mí? Es que tengo mucho frío, jeje.

-No me digas, ¿estuviste esperando en la sala todo el tiempo?

-¡Claro que sí! Pero es que está haciendo tanto frío afuera y me quedé en el kotatsu para refrescarme un poco.

-Ya veo. Entonces guardaré el pastel.- La joven fue a la cocina a guardar el pastel en la nevera hasta retornar al kotatsu.

-Vaya, Nicky, tu depa está más limpio de lo que pensé.

-Jaja, ¡Oh vamos, Joe!- Se rió la shogun- Puede que incluso esté más limpio que el tuyo.

-¡Eso no es verdad, Nicky!

-Ah, cierto, se me olvidó colgar en el gancho. Ya vuelvo.

La pelirrosa se dirigió al pasillo de entrada para quitarse la bufanda y el saco largo y colgarlos en el desván.

-Oye, Nicky, ¿Siempre te pones esa ropa?

-Claro, si debo ver como marchan las cosas en el Reino debo ser una más de la gente.

-Ya veo- El muchacho miraba desde la ventana una vista panorámica del gran castillo donde gobernaba su amiga- Vaya, ver el castillo desde aquí se siente relajante o algo.

-¿De verdad?

-Sí, y en parte te ves bien con el uniforme que usó tu mamá.

-¡Oh, Joe! ¡No me hagas sonrojar!

-Pero es verdad, me recuerda a cuando vivías en Wakayama. Pocas veces te veía con esas ropas puestas.

-Porque estaba siendo enseñada por los sabios y conocedores del reino- La joven se sentó cerca del joven quien no dudó en estrechar su mano con la de la reina de Edo.

-Joe, estás algo fresco.

-Y tan cálida, Nicky.

La joven reposaba su cabeza sobre el hombro del muchacho quien agradaba del calor y la compañía que le proporcionaba estar con su querida amiga pelirrosa quien estaba sonriente por pasar tiempo de calidad con él. El pelirrojo miraba de reojo la vestimenta escolar de la joven, en especial, la falda.

La joven se puso a contar de un tipo corrupto que hacía de las suyas a inicios de mes y como siempre investigó y dio con el sujeto y sus colegas y se encargó de ellos con ayuda de sus confiables guardianes, Sukehachi y Osono. El joven a pesar estar impresionado por las hazañas de su amiga de alguna manera no podía de enfocar su mirada en la falda y en las piernas de la shogun.

"Debo admitir que no le queda nada mal el uniforme de prepa, pero... ¿Esa falda no es un poco corta? ¿De verdad es este tipo de faldas que usan las chicas de Edo? Puede que sea la shogun y eso pero, pareciera que estoy con una chica de prepa en Navidad. Es como un deseo que se ha hecho realidad."

-Joe...

-...

-¡Oye, Joe!

-¿Eh?

-¡Te dije que oye!

-¡Oh, Nicky!

La joven acercó su rostro al del pelirrojo haciendo liguero contacto visual.

-Joe, ¿Me estás escuchando?

-C-Claro que estoy escuchando, Nicky- El muchacho no evitaba sonrojarse.

-Tus ojos se pusieron en blanco, ¿Estás bien?

-Ah... No, estoy bien, no es nada, jajaja.

-¿Estás enfermo?

-¡No, no! De verdad estoy bien.

-No lo creo...

-Nicky...

La joven se sentó en las piernas del pelirrojo mientras con sus manos tomaba las mejillas del chico.

-Nicky...

-Déjame calentarte aún más...

Los dos jóvenes no esperaron más y unieron sus labios comenzando a besarse de manera muy apasionada, a medida que los besos y el calor se estaban aumentando, el joven sentía que algo vibraba en su pantalon y chocaba contra la entrepierna de la reina como si quisiera querer y sentir más ese agradable sensación de calidez entre ambos. Una mano agarró la cintura de la shogun hasta casi rozar el trasero de la joven.

Ambos quedaron acostados, Yoshimune estaba sobre el caliente pecho del joven mientras éste hacía contacto con el trasero de la reina pues quería alzarle la falda.

-Nicky... Lo siento, no lo aguanto más.

-Joe...

-Quiero hacerlo...

-¿Qué? ¿Ahora?- La pelirrosa no evitó ruborizarse- Pero si apenas son las seis de la tarde.

-Se que planeamos esperarnos hasta la noche pero ya no me puedo aguantar...- El joven se rió- Jejeje, ese uniforme que usas es increíble.

-Muchas gracias por el elogio- sonrió pícara la chica dejando que el joven alzara la falda mostrando unas bragas azules y rozara con dos dedos la entrada femenina y luego trazara la raja de su trasero.

La joven no evitó sacarse un gemidos mientras se aferraba con los dedos al saco que usaba su amigo.

-También quieres hacerlo, ¿No, Nicky?

-No es como si no quisiera...

-Pero que si te digo que tu regalo de navidad es solo algo pervertido

-Pero no tengo mucho dinero ya que pagué la renta y los cajeros están cerrados... Si gustes, yo voy a...

-No, no...- Negó con la cabeza- No hay mejor regalo que este, la verdad.

-Bueno, supongo que está bien entonces.

-Eres adorable, Nicky- susurró el pelirrojo a la chica.

Nuevamente los dos amantes unieron sus labios, Yoshimune agarraba de la camisa de Joe como si la quisiera desgarrar mientras que el pelirrojo no dejaba de explorar su dedo en el sexo de la reina. La pelirrosa gemía por momentos pero no conforme con los rosantes besos usaba la lengua para hacer más llevadera la experiencia.

-Mmm... Se siente bien...- decía la pelirrosa quien estaba emocionada de sentirse domada mientras que los dedos ajenos exploraban su interior hasta que finalmente las paredes apretaron y mojaron los dedos ajenos con un pequeño gemido.

Los jóvenes soltaron sus labios mientras un grueso hilo de saliva los mantenía.

La shogun sonrojada y con una mirada nublada de pasión abrió la cremallera, notando al instante la erección que tenía el joven, bajó el bóxer para admirar el grueso como fuerte miembro masculino, la joven no dejó de impresionarse por el tamaño de esa katana de piel.

La joven tomó delicadamente el inicio de la punta mientras hacía una pequeña mirada coqueta.

-Bueno, entonces hagamos muchas cosas pervertidas hoy.

-Parece que algo de ti se encendió... Igualmente no te quita lo adorable.

-Tener a un chico tan encantador y travieso como regalo ya me tiene encantada- La chica con su mano derecha comenzaba a masturbar al pelirrojo quien no evitaba sentirse muy a gusto- Vaya, este amigo está duro.

-Ah, Nicky

-Te voy a lamer muchísimo.

La joven decidió quitarle el saco al joven mostrando un fornido y marcado cuerpo masculino, a medida que masturbaba al pelirrojo comenzaba a lamerle los abdominales de una manera golosa como si fuera un lindo animal que disfruta de lamer la carne antes de saborearla.

La joven finalmente se dirigió a los pectorales, al estar Joe sin camisa empezó a acariciar los fuertes músculos del pelirrojo que a ella la volvían loca. Ella paro sus caricias un momento, se separo y empezó a morder los hombros de su amigo enloqueciéndolo.

Yoshimune luego bajo hasta su barriga y empezó a lamerla y besarla con delicadeza. Luego empezó a darle pequeños pero deliciosos mordiscos en la misma zona. Ella subió hasta el pecho de él y empezó a besar, lamer, y acariciar los músculos de Joe. Luego empezó a hacerle a las tetillas del pelirrojo, morderlas, acariciarlas, lamerlas, y succionarlas.

-¿Se siente bien, Joe?

-Mierda... Se siente demasiado bien

El pelirrojo hacia lo imposible por no gemir pero le era infructuoso debido al placer que le daban las caricias de la shogun. Tanto el trato a sus tetillas como la masturbación lo hacían sentir muy bien. Por parte de la joven reina, la chica no dejaba de frotar el endurecido miembro de su amigo el cual estaba a punto de estallar hasta que sintió el caliente como pegajoso tacto del liquido preseminal.

La joven al ver el endurecido pedazo de carne se relamió los labios.

-Voy a lamer también aquí... También te estás congelando aquí- La joven dio un sutil beso a la punta roja que hizo estremecer al pelirrojo hasta que terminó de manera lenta introduciendo el grosor dentro de su boca.

-¡Ah!... E-eres asombrosa, Nicky- El muchacho entre jadeos disfrutaba de la calidez de la mamada de la shogun quien no dejaba de mover su cabeza disfrutando el grosor del miembro en su boca.

Joe agarró los cabellos de Yoshimune para subir más el nivel de la diversión mientras la pelirrosa no paraba su acción, no quería perderse cada gramo y centímetro de ese brotante y palpitante miembro viril el tiempo que quisiera.

Luego de unos minutos que parecían una eternidad, el pene del pelirrojo ya estaba comenzando a convulsionar en la boca de la shogun quien ya tenía en su poder todo el grosor de la katana de piel.

-¡Mierda! ¡Nicky! ¡Me voy a venir!

La pelirrosa de inmediato sacó su boca con tal de disfrutar lo que venía ahora mientras nuevamente frotaba el miembro.

-Está bien, dámelo todo.

-¡Ah! ¡Sigue, sigue, mami! ¡Me vengo!

Finalmente el joven explotó su liquido blanco salpicando un poco la cara de la joven quién rápidamente cubrió con su boca buena parte de la explosión de semen hasta terminar tragando el espeso y caliente liquido de hombre.

-Oh sí... Sí... Venirse es lo mejor.

La joven sacó el miembro de su boca hasta que finalmente comenzó a hablar pero mostrando a medias rastros del semen que ingirió.

-Mmm, Joe... Te viniste demasiado. Es muy espeso... Como gelatina.

-En estos momentos estás haciendo una cara sexy.

-Idiota...

Ambos jóvenes se echaron a reír hasta que finalmente decidieron reposar.

-Nicky...

-¿Si?

-¿Continuamos?

-¿Quieres hacerlo?

-Sí.

-Jajaja, ¿No tienes prisa? Está bien- La pelirrosa decidió despojarse de sus ropas hasta quedar como Kamisama la mandó a este mundo, cosa que emocionó al pelirrojo y más aún- Igualmente yo también quiero hacerlo.

-¿Y ese tatuaje?

-¿Ah? ¿Eso?- La joven se refería a un pequeño tatuaje de un corazón con cara de gato, dos cuernos y una cola de diablo ubicado en su espalda baja- Es que me pareció muy lindo y me lo hice. Dolió un poco pero valía la pena, de hecho, eso lo hice por ti, ¿Qué opinas?

-Para serte franco, es hermoso, Nicky.

-Gracias

Yoshimune estaba de espaldas a lo que decidió frotar su vagina contra el persistente miembro de Joe.

-Yo me voy a mover, así que relájate.

-Bueno... Haz lo que tengas que hacer.

-Lo haré.

La pelirrosa comenzó su acción mientras que el pelirrojo aprovechó para tomar uno de sus cabellos y darle una pequeña olida.

-Ese shampoo que usas huele genial y ese jabón... Me encanta tu aroma, Nicky.

-Es que compro Tío Nacho.

-Pero si esa cosa es para hombres.

-Pero me parece mejor que cualquier shampoo del montón.

-Jajaja, eres rara, pero no dejo de amarte, Nicky... Bien, hagamos que tu vagina se ponga húmeda y agradable.

El hombre tomó las cinturas de la reina quien no paraba de hacer su shibari hasta que finalmente ambos órganos nuevamente ya estaban empezando a mojarse.

(Nota de la autora: Shibari es el término que usa al frote entre genitales, generalmente entre los órganos reproductivos masculino y femenino)

-Bien... Parece que ya te la puedo meter- Joe lentamente ponía su miembro dentro de Yoshimune hasta que finalmente el arma viril entró de golpe haciendo que la pobre pelirrosa quedara en pequeño shock.

-Ah, Joe... Me lo... Metiste todo... Ah... Ya no puedo más...

La joven decidió moverse al sentir lo que podía ese grueso como duro trozo de carne mientras que el muchacho trataba de relajarse pero no podía evitar sentirse emocionado al ver a su chica cabalgando por cuenta propia su miembro.

-Ah, Joe... Ah, tu verga... Se siente bien... Ah- Decía entre jadeos la pelirrosa que se tomaba los senos con tal de amplificar su placer

"Ah... Estoy teniendo sexo con Nicky en Navidad... En serio no podría estar más feliz".

-Ah... Ya no... Puedo más...

-Está bien... Relájate...- El pelirrojo envolvió sus brazos alrededor del cuerpo ajeno como si no la dejara ir a ninguna parte, una mano tomaba su seno derecho mientras la que tenía libre comenzaba a estimular el clítoris lo que para Yoshimune era la punta del iceberg

-¡Ah! ¡No! ¡Mi clítoris! ¡No!

La shogun se dio de vuelta, ahora estaba abrazando del cuello al pelirrojo mientras no paraba de moverse desenfrenadamente sobre el miembro viril, las nalgas de la reina chocaban y sonaban incesantes contra las piernas del pelirrojo.

La pelirrosa miraba con su rostro lleno de placer a su pareja que estaba del mismo modo, no evitaron besarse apasionadamente mientras dejaban que sus cuerpos hicieran sus respectivos trabajos. Estaban haciendo el acto amatorio bajo el kotatsu, sin pensar en nada, solo juntando sus cuerpos, uniendo y fundiendo sus almas y esencias.

Yoshimune y Joe estaban llegando al clímax donde desatarían el máximo a que podían llegar con su placer y su amor al máximo. La joven no paraba de abrazar fuertemente al muchacho quien mantenía sus manos sobre las caderas de su reina.

-Joe... ¡Se siente tan bien! ¡Ah! Me voy a venir pronto...

-Yo igual, Nicky... Véngamonos juntos...

-Sí, juntos...

Los dos muchachos unieron sus bocas con tal de contener su placer, las manos del pelirrojo abrían y sostenían el trasero de la shogun quien no paraba de cabalgar sobre el miembro que ya estaba a punto de explotar su poder.

-¡ME VENGO!

El pene del joven empujó hacia el útero y explotó todo su fuego dentro de la shogun, un grito sonoro que emitieron al unísono daba a entender que ya habían consumado la primera de tantas rondas que tendrían a lo largo de la nochebuena. El miembro expulsó una llamarada la cual era tan grande que salía en pequeños goteos dentro de la cueva de la joven reina.

Los dos jóvenes cayeron rápidamente, Joe quedó recostado contra la almohada mientras Yoshimune se dejó tumbar sobre su pecho varonil, ambos chicos estaban tratando de ganar aire luego de su acto.

"Si me puedo sentir así de bien, puedo morir aquí mismo", pensaba el pelirrojo que optó por acariciar el cabello rosado de su reina sin cadenas, "Esta seguiría siendo una verdadera navidad"

Luego de unos cortos minutos, el pene de Joe se enblandeció hasta que salió de la vagina de Yoshimune dejando grandes rastros de semen entre ambos órganos dando a entender que se vino demasiado.

-Joe... Aunque es la segunda vez que te vienes hay demasiado.

-Jajaja, me vine demasiado, ¿No?

-Como todo un toro... ¿Ya estás caliente?

-Ya estoy mejor...

Los dos jóvenes se echaron a reír mientras estaban tomándose un pequeño rato de reposo.

-Nicky, deberíamos descansar un poco, ¿No te parece?

-Sí, buena idea.

En eso sonó las tripas del pelirrojo el cual se rió de manera nerviosa.

-Caray, me dio hambre.

-Cómete un poco del pastel

-¡Oh, buena idea!

-Voy a traerte un poco

-Ah, gracias, Nicky

La shogun se puso de pie y se fue a la cocina mientras el pelirrojo quedaba atontado por la buena vista panorámica de su trasero como del tatuaje ubicado en su espalda baja, de alguna manera encendía nuevamente las llamas de pasión dentro del joven de Kishu.

(...)

Más tarde...

-¡Oh sí, Joe!

-¡Ah, Nicky!

Ambos jóvenes estaban en el futón, estaban acostados de lado y estaban siguiendo arduamente su acto amatorio. El pelirrojo alzaba una pierna de su princesa quien no paraba de gemir incesantemente, sumida en el placer carnal.

-Ah... Nicky... Tu vagina... Cada vez... Se pone más... Apretada.

-Es... Ah... Por que... Me sigues... Embistiendo... Con tu verga...

Los pechos de Yoshimune se sacudían a lo que las manos ansiosas de Joe tomaron los senos y comenzó a frotarlos y moverlos dándole más éxtasis a la pelirrosa que estaba contenta como excitada ante el actuar de su pareja.

-También voy a... Hacer que te... Sientas bien... Aquí arriba... Nicky

-¡Ah! Mis pechos... Se sienten... Tan bien...

(...)

Yoshimune estaba tumbada bocabajo sobre el futón mientras que Joe no paraba de embestirla como si fuera un animal salvaje y con una furia abismal. La joven apretaba y mordía fuertemente su almohada pero le era infructuoso debido a la fuerza imparable que ejercía el muchacho dentro de ella.

Joe estaba con una sonrisa extasiada al ver una vista panorámica del cuerpo de su reina, cada vez que presionaba contra su cérvix, su cuerpo temblaba mucho... De alguna manera, su amiga de la infancia era sexy, demasiado ante sus ojos.

La joven en medio de sus gemidos y jadeos abrazaba fuertemente la almohada mientras el pelirrojo seguía sin parar sus empujes salvajes hasta que finalmente ambos estaban más cerca del orgasmo.

-¡Ah, me vengo, me vengo!

-¡Dámelo! ¡Dámelo todo!

Joe empujó de nueva cuenta su pelvis contra la intimidad de Yoshimune hasta que finalmente desató su orgasmo dentro del útero de la shogun quien gritaba al sentir la caliente explosión en su interior pero aún así el joven no paraba su labor.

-Todavía no... Hemos acabado... Voy a hacer... Que te vengas... Como loca, Nicky

-¡Ah, no! ¡Ah! ¡Me voy a romper!

El joven no paró de empujar su miembro contra las paredes de la shogun que lo estaban apretando hasta que la joven se vino junto con la explosión masculina del pelirrojo.

Finalmente se separaron para luego besarse y dar rienda suelta a otra ronda de amor.

(...)

Ahora Joe estaba abrazando fuertemente a Yoshimune mientras besaba apasionadamente el cuello y orejas de la shogun, una mano estaba jugando con su clitoris mientras que la fémina acercaba una mano con tal de sentir los besos de su hombre sobre su piel. Aquello se sentía demasiado bien para ambos, querían embargarse en esa sensación para siempre pero como nada dura para siempre, una vez más ambos llegaron al orgasmo pero callaron sus gemidos en un apasionante beso.

Una vez más, Joe se vino con mucha fuerza dentro de Yoshimune la cual se sentía llena pero no lo suficiente a lo que atrapó los labios del pelirrosa y nuevamente empezaron a besarse de manera bastante apasionada hasta que separaron sus labios del otro.

-Joe...- Una mano tocaba el rostro del pelirrojo- Más... Tengamos más sexo...

-Nicky...

-Sigamos haciendolo por un rato más...

-Sí...

(...)

Joe y Yoshimune prosiguieron su noche de pasión haciendolo de muchas maneras y en el mismo cuarto, en la cama, en el kotatsu, contra la pared y en el suelo. No habia una sola parte donde ambos dejaban una huella de su amor en aquel pequeño departamento.

(...)

Yoshimune estaba tumbada sobre la cama matrimonial, sus rosados cabellos coloreaban las sábanas blancas mientras sobre ella estaba su hombre quien no paraba de hacerla más mujer que nunca, dando una y otra vez el néctar de su ser dentro de ella mientras le alzaba lo más alto sus piernas. Ambos cuerpos estaban sudorosos pero manteniendo en llama viva la fogata de su amor.

-¡Joe! ¡Me vengo, me vengo!- La joven apretaba la almohada con tal de intentar resistir la descarga de placer que invadía cada gramo de su cuerpo hasta su mente

-Nicky... Me voy a... Venir

-Dentro... ¡Vente dentro!

Una vez más, los dos jóvenes de Kishu unieron sus labios de manera apasionada, la princesa abrazaba fuertemente la espalda fornida de su pelirrojo pero no conforme con eso atrapaba con sus piernas la cintura del joven con tal de aferrarlo dentro suyo y no soltarlo.

Y siguieron y siguieron hasta que llegó el amanecer...

-¡Nicky, me vengo!

-¡Sí! ¡Dámelo todo!

-¡Me vengo, me vengo!

Y una vez más, Joe dejó su semilla dentro del útero de Yoshimune hasta que se tumbaron cansados sobre la cama.

La pelirrosa estaba acostada mientras que el pelirrojo envolvía el cuerpo de su reina con sus fornidos brazos.

-Mierda, no puedo mover ni un músculo...- Echó un vistazo a su amada- Oye, Nicky... ¿Nicky?

-...- La joven estaba durmiendo plácidamente sobre su pecho, juraba que estaba sonriendo.

-¿Estás dormida?- El joven se echó un bostezo- Yo también voy a dormir- El pelirrojo cerró los ojos y se sumió en el mundo de Morfeo mientras no dejaba de abrazar el cuerpo de su amada reina.

"Esa fue la mejor Navidad que he tenido. No puedo esperar al otro año..."

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A la mañana siguiente...

Joe abría lentamente sus ojos al sentir los primeros rayos del sol, sin dudar se movió de la cama dando con el reloj despertador de Yoshimune, eran alrededor de las nueve de la mañana. El joven miró al otro lado, Yoshimune con su cabello suelto estaba durmiendo tranquilamente como si fuera una niña, cosa que enternecía al pelirrojo.

"Vaya... Lo hicimos hasta desmayarnos. Nicky estuvo increíble anoche, no es de extrañar que todavía esté dormida".

El joven de manera sigilosa y sin hacer tanto ruido se levantó de la cama, se puso sus bóxers y aprovechó para ir hacia la sala, exactamente al pasillo de entrada para buscar en su mochila dando con una pequeña cajita envuelta en una cinta roja.

"Bien, es hora de sacar a relucir el "¡ya sabes qué!"

El joven sigiloso como gato fue hacia el cuarto y se acostó cerca de su amada quien permanecía dormida.

-Nicky, amor... Despierta.

-Mmm...- La joven se movió hasta abrir los ojos dando con su amado pelirrojo- Ah, buenos días, Joe.

Ambos se dieron un beso hasta que la chica se limpió los ojos para ver bien.

-¿Qué es eso, Joe?

El chico se rió un poco.

-Simple, por ser una niña buena este año y por ser una gran shogun... Este fiel plebeyo te da este regalo de Navidad

-Esto... ¿Es para mí?

-Claro... Tuve que trabajar mucho para ahorrarlo

La joven tomó la cajita y desenvolvió la cinta hasta abrir la tapa del pequeño obsequio.

-¿De verdad es para mí?

-Sí- asintió el chico con una sonrisa- No se si pueda ser un lindo obsequio pero espero que te guste.

La joven dio con un anillo de plata y con una pequeña inscripción a su alrededor. Yoshimune no evitó derramar unas lagrimas al ver el hermoso regalo de su amado pelirrojo.

-Joe... Esto es lindo... ¡Me encanta!

-Me alegro... Si me lo permite, su Majestad- El pelirrojo no dudó en colocarle el anillo sobre su dedo indice de su mano derecha a lo que la pelirrosa miró enternecidamente su anillo.

-¿Y? ¿Te quedó bien?

-Me gusta... Muchas gracias, Joe.

-Sabes que quería darte algo bonito.

Los dos jóvenes volvieron a acostarse sobre su futón matrimonial hasta arropándose en la sábana blanca.

-Nicky, como todavía son las 9 de la mañana, ¿quieres volver a dormir? ¿Quizás comer algo?

-No lo sé, ¿Tu que harías, Joe?

-No lo sé... ¿Tú que harías, Nicky?

-No lo sé... ¿Podría preparar el desayuno?

-Mmm...- Ambos jóvenes estaban mirando el techo de la pequeña habitación- Vamos a ver... ¡Reflexionémoslo en la cama por ahora!

La joven reina no evitó reírse ante la ocurrencia de su amante.

-¡Jajaja! ¡Me lees la mente, Joe!

La reina como su plebeyo favorito nuevamente se abrazaron y de esa manera siguieron estando en el mundo de Morfeo, no les importaba si despertaban hasta la tarde o la noche, ambos pasaban la mejor navidad de sus vidas y luego de eso vendrían muchas siguientes.