Capítulo 44

Cuatro meses después…

-…y por el poder que me confiere el Estado, los declaro marido y mujer – Dijo el hombre frente al altar acomodando sus gafas – Puede besar a la novia.

Percibí como los ojos tanto de Eriol como de Tomoyo se iluminaban al mismo tiempo que él la abrazaba por la cintura atrayéndola hacia su cuerpo para besarla en los labios, haciendo que todos los invitados aplaudieran por la reciente unión.

Limpié unas solitarias lágrimas de emoción que bajaron mis mejillas para luego unirme a los aplausos, no había sido hasta este momento en el que caí en cuenta de lo real que esto era: una de mis mejores amigas estaba casada con alguien que la amaba, y viceversa.

Escuché a alguien hipando a mi lado y al girarme me di cuenta como Meiling esto le estaba afectando incluso más que a mí, ya que estaba evitando a toda costa que aquello arruinara su maquillaje.

-Se casó – Dijo Meiling hipando – Juro que mis lágrimas son de felicidad.

Solté una ligera risa ante esto y terminé por limpiar rápidamente mis ojos, por suerte habíamos procurado usar máscara de pestañas a prueba de agua, y debía admitir que fue nuestra mejor decisión – No eres la única, esto también me pone feliz.

-Ustedes son patéticas – Se unió Akiho a la conversación mientras desviaba la mirada, aunque se mostrara ruda con los temas amorosos, yo estaba segura de que estaba tan emocionada como nosotras por la boda.

-Somos damas de honor – Defendió Meiling – Uno de nuestros deberes como tal, es llorar en la ceremonia.

-Y también lo es sonreír para las fotos – Dijo Rika señalando al fotógrafo que nos apuntaba con su cámara.

Procuramos que nuestro maquillaje estuviese en su lugar y seguido de eso sonreímos a la cámara, me costaba creer que hayamos podido organizarnos como damas de honor considerando que llegamos a Osaka la pasada noche, por lo que prácticamente las pruebas de aquellos vestidos morados y el ensayo de lo que haríamos durante la ceremonia fue casi improvisado.

Por suerte, todo había salido bien.

Luego de un par de fotografías con los recién casados, estos se quedaron en la zona del altar recibiendo felicitaciones y haciéndose más fotos, mientras que nosotras habíamos decidido unirnos al resto de los invitados en la fiesta.

El Jardín Shirokita Shobu era un escenario precioso y creo que fue el más acertado para la boda, ya que las áreas verdes abundaban tanto como las hermosas flores que adornaban todo el lugar, por lo que prácticamente el reciento estaba decorado naturalmente. Habíamos arribado a Osaka la pasada noche, por lo que, a excepción de nuestro hotel y el aeropuerto, este era el primer lugar que conocíamos de esta ciudad, y honestamente creo que era un buen comienzo.

- ¿Pueden creer que nuestra primera vez en Osaka sea para una boda? – Dije captando la atención de mis amigas.

-Apestamos como amigas – Respondió Rika bufando – Tienen que admitir que debimos visitar a Tomoyo antes de que se casara.

-Si, pero ¿sabes lo complicado que es organizar tantos horarios de trabajo? – Dijo Meiling tras un resoplido – ¡Tuvimos que tomar el vuelo nocturno precisamente porque era complicado que todos saliéramos a la misma hora del trabajo!

-Tienen que admitir que fue un vuelo divertido dentro de todo – Agregué sonriéndoles mientras nos encaminábamos hacía la otra parte del jardín donde se podían apreciar unas cuantas mesas y mucho más invitados que, así como nosotras, venían de la ceremonia.

- ¡Que hermoso lugar! – Dijo Rika emocionada.

-Andando, debemos encontrar a los chicos – Respondió Meiling mientras se disponía a pasar la vista por los invitados.

-De seguro están en la mesa que nos toca – Contestó Akiho mientras lideraba al grupo entre las personas – Mi lógica me dice que tiene más sentido verlos ahí que buscarlos entre tanta gente ¿no creen?

Por suerte, Akiho había tenido razón ya que cuando divisamos nuestra mesa nos dimos cuenta de que, en efecto, los chicos se encontraban esperándonos y ellos sonrieron al ver al grupo, aunque honestamente, yo sabía que sonreían por ver a sus respectivas novias.

Vi como los ojos de Kenji se iluminaron al encontrarse con Meiling y de inmediato se levantó de la mesa para besarla, tuve que desviar la mirada de inmediato porque no quería importunar, sin embargo, lo encontré como un gesto adorable. Por su parte, Terada le sonrió a Rika y también se levantó para besarla rápidamente en la mejilla y luego sacar su silla para que ella se sentara, gesto que encontré caballeroso.

Me costaba creer que hace casi dos años desde que Rika y Terada se habían conocido y la cantidad de altos y bajos que habían tenido gracias a la diferencia de edad entre ambos, sin embargo, aquí estábamos y ellos se veían más enamorados que nunca. Y ¿qué decir de Meiling y Kenji? Sin duda juzgué muy mal a mi amiga en el pasado considerando que no creía demasiado en las relaciones hasta que conoció a Kenji y esta perspectiva la cambió por completo.

De nuevo, el amor me demostraba que trabajaba de una forma misteriosa, pero efectiva, y me hizo llevarme a la incógnita que siempre golpeaba contra mí y que desearía poder borrar de mi cabeza, especialmente después de los pasados meses.

¿Cuándo sería mi turno?

No era la primera vez que me preguntaba esto y estaba casi segura de que no sería la última y, tenía que admitir que por un momento durante el último año pensé que esta pregunta finalmente dejaría de perseguirme y atormentarme, que finalmente había llegado mi turno, sin embargo, los pasados meses había tenido que hacer un esfuerzo enorme por evitar que esto me afligiera más de la cuenta.

El tiempo no había pasado en vano, y así como hacía dos años que Rika y Terada habían estado saliendo, era exactamente el mismo tiempo en el que Syaoran había entrado a mi vida y que esta "historia" había dado comienzo, sin embargo, a diferencia de la de ellos, la mía había tenido su cierre en una habitación de hospital y palabras duras.

Y vaya que no me gustaba ese final, pero después de cuatro meses había aprendido a aceptarlo.

Había sido duro enfrentar las salidas con amigas que incluyeran a sus parejas, ya que después de todo, yo era la única que no contaba con una, por suerte, Akiho se había mantenido junto a mí en cada una de ellas, y la boda no había sido la excepción, ya que para nada puso queja en que compartiéramos la mesa con las chicas, incluso si nosotras no teníamos una cita.

-Hasta que al fin encuentro a mi cortejo – Dijo una voz conocida.

Todos nos giramos para encontrar a Tomoyo, quien a pesar de haber estado rebosante de alegría solo un rato antes lucía un poco estresada, y no la culpaba… estábamos en su boda después de todo.

-Ya te ves como una señora casada – Bromeó Meiling mientras Kenji la abrazaba por la cintura.

-No estoy de humor para bromas – Dijo la amatista – Necesito ir al baño y con este vestido es imposible. Se lo pediría a mamá, pero unos familiares la tienen retenida con un montón de preguntas sobre Eriol y yo ¡como si no tuviéramos años saliendo!

El comentario nos causó gracia, ya que era una pieza de ropa hermosa y hecha completamente a su medida, sin embargo, no todo podia ser perfecto y yo no estaría mucho mejor si estuviera en el lugar de Tomoyo.

-Puedo ayudarte con eso – Me ofrecí levantándome de la mesa – Es parte de las tareas de dama de honor sostenerte el vestido mientras orinas.

Las chicas rompieron en risas y ese simple detalle me dio familiaridad y calmó un poco la ansiedad que estaba manejando solo unos momentos antes. Sonaba egoísta, pero a veces deseaba que volviéramos a ser aquellas chicas solteras que una noche simplemente salieron a cenar porque una de ellas se mudaría a una ciudad nueva.

-Eres mi dama de honor estrella, Sakura – Dijo Tomoyo casi en tono suplicante.

- ¡Oye, yo sostuve tu ramo y el mío durante toda la ceremonia! – Replicó Meiling celosamente.

Tomoyo rodó los ojos y se dirigió a mí – Andando, no puedo aguantar un minuto más.

Seguí a mi amiga a través de los invitados, quienes trataban de retenerla para una foto o cualquier pregunta a la que por supuesto yo sabía que ella no tendría la paciencia necesaria para responderla justo ahora considerando que su vejiga estaba por estallar, por lo que fue la excusa perfecta para tomarla de la mano y llevarla rápidamente entre los invitados hasta que llegamos a la pequeña habitación que se le había proporcionado para que pudiera cambiarse y guardar sus cosas, definitivamente aquel lugar había pensado en todo.

Tomoyo y yo nos dirigimos al pequeño baño y como pudimos levantamos el vestido de novia. A decir verdad, quedé en una posición tan incómoda y con gran parte del vestido cubriéndome la vista, pero supuse que esa era la mejor posición ya que el ruido de Tomoyo haciendo sus necesidades me lo confirmó.

-Esta es la situación más extraña que hemos vivido juntas – Dije soltando una risotada al encontrar todo esto ridículamente divertido – Y hemos pasado por un montón de ellas considerando que nos conocemos desde que nacimos.

Tomoyo bufó – ¿Olvidaste que cuando éramos niñas solíamos ir al baño de la escuela juntas porque temíamos que apareciera el fantasma del que todos hablaban?

-No orinamos a solas hasta que fuimos a la secundaria – Recordé entre risas sin moverme un solo centímetro porque lo que menos necesitábamos era un accidente en aquel blanquecino vestido –Así que esto es pan comido.

-Acabas de salvarme la vida – Respondió mientras empezaba a acomodarse el vestido, por lo que yo podía volver a mi posición habitual – Y en definitiva no es la situación más extraña que hemos vivido… ¿recuerdas aquella noche con Hiro y su hermano?

-Jamás podría olvidarla – Dije resoplando – Cuenta como uno de los días que más he estado asustada en la vida… ¡pero por suerte no te casaste con él!

Tomoyo se rio ante esto mientras ambas caminábamos hacía la habitación donde ella empezó a retocar su maquillaje levemente – Sigo lamentando mucho esa noche… Hiro era un buen chico, aunque su hermano no tanto.

-Ya te he dicho un millón de veces que no fue tu culpa – Respondí mientras me acercaba al espejo con ella para retocar mi labial y acomodar mi cabello – ¿Cómo te sientes?

-Siento que estoy sudando por todos lados – Contestó ella tras una risa nerviosa – Ni siquiera sé por qué ¡amo a Eriol y él me ama a mí!

-De seguro esos nervios son normales – Dije tratando de aligerar su notorio nerviosismo – No te casas todos los días.

Tomoyo detuvo la brocha de rubor y se giró para mirarme, su expresión era seria y empezaba a preocuparme, por lo que me adelanté a hablarle – ¿Está todo bien?

-Soy yo quien debería preguntarte eso – Respondió tomándome de las manos – Anoche fue tan ajetreado y hoy que no habíamos tenido tiempo a solas, y no he tenido la oportunidad de preguntarte como te sientes con todo lo que sucedió.

Ni siquiera existía la necesidad de que Tomoyo tuviera que aclarar a que se refería, ambas sabíamos de qué se trataba y me conmovía mucho que ella se haya tomado el tiempo de preguntarme sobre aquello incluso si ya habían pasado tantos meses.

Sin embargo, no tenía una respuesta demasiado concisa.

Levanté los hombros y luché porque las lágrimas no aparecieran en escena – Simplemente terminó, no lo he visto desde el accidente.

-Eriol y yo lo invitamos, pero no confirmó si vendría o no – Respondió ella resoplando – Y debo admitir que esa es otra cosa que me hace sentir culpable… yo los presenté después de todo.

-Y así como lo otro, esto tampoco fue tu culpa – Dije seriamente, lo que menos quería es que esto se volviera un concurso de culpabilidad entre ambas – Jamás podrías haberte imaginado lo que sucedería, solo pasó.

-Desearía que todo hubiese sido diferente – Tomoyo lucía triste y eso no me gustaba – Merecías que las cosas salieran diferentes.

-Simplemente fue algo no correspondido y que terminó en muchos malentendidos – Respondí restándole importancia – No quiero que te entristezcas en tu boda por algo que ni siquiera tiene que ver contigo… ¡se supone que debemos celebrar que te casaste con el cuatro ojos!

Tomoyo se sonrojó ante la mención de su esposo, sin embargo, eso no deshizo la expresión de preocupación – De cualquier manera, sé lo mal que la pasaste y me da gusto verte aquí y que lo estes llevando lo mejor que puedes.

-Gracias – Me limité a responder sintiendo mi garganta arder.

Tomoyo no dijo nada al momento, simplemente se acercó y me abrazó con fuerza y tenía que admitir que no sabía que necesitaba este abrazo hasta que llegó a mí. Era un gesto sincero y desinteresado, y es que asi siempre se había sentido mi amistad con Tomoyo, por lo que al conmoverme no pude evitar soltar un par de lágrimas.

-Me hubiese gustado estar en Tokio para el momento que todo pasó y poderte abrazar, pero al menos puedo hacerlo ahora – Dijo la amatista sin soltarme – No te rindas, sé que la persona ideal esta por ahí en alguna parte, solo no era el momento.

Me causó curiosidad que mi amiga dijera que no había sido el momento y no la persona. Por mucho tiempo yo pensé que él era mi persona, pero suponía que a veces lo que pasa es mejor de lo que esperamos, incluso si dolía todo lo que a mí me dolió asimilarlo.

Tomoyo y yo nos separamos y ella me dio una de sus cálidas sonrisas – Espero que la próxima vez que nos encontremos en un baño juntas, tu seas la que esté usando un vestido de novia que no la deja orinar.

Encontré aquel comentario gracioso y adorable en iguales proporciones, y para nada pude sentirme mal al respecto, especialmente cuando los meses anteriores había visto con ojos de desprecio todo lo que se relacionara con el amor, pero en este caso, pude hacer una excepción porque me resultó una visión agradable.

-Creo que ya deben estar preguntándose donde estamos, tengo que lanzar el ramo y Eriol y yo bailaremos el vals ¡y la banda de Yamazaki ya debe estar lista para empezar! – Dijo la amatista tomándome de la mano – ¡Andando! Apuesto a que puedes ganarle el ramo a Meiling y Rika.

Reí ante esto – ¿Se te olvidó que en la escuela era la peor en educación física? No cuentes con ello.

Tomoyo y yo caminamos entre risas de vuelta a la fiesta que recién empezaba, separándonos justo en la pista, donde Eriol la estaba esperando, sin embargo, antes de poder dirigirme de regreso a mi mesa para servirme un trago, Meiling y Rika me arrastraron junto con Akiho hacia la pista, donde Tomoyo ya les había hecho señas acerca de la tradición en que la novia lanzaba su ramo.

Tenía que admitir que en este caso las tradiciones apestaban, especialmente por la cantidad de mujeres que se aglomeraban para este evento que se volvía prácticamente una recreación de los Juegos del Hambre.

Tomoyo nos dio la espalda y empezó a balancearse hasta que finalmente lanzó el ramo por los cielos, ni siquiera estoy segura de qué fue lo que me impulsó, y puedo jurar que ni siquiera puse demasiado esfuerzo, ya que me dio la impresión de que el ramo vino hacia mí y de un momento a otro, había aterrizado en mis manos.

Vi como Tomoyo dio un brinco de emoción al igual que Meiling y Rika, sin embargo, yo estaba en una especie de shock, especialmente por el poco esfuerzo que le puse a aquello… ¿quién lo diría? Quizás no era tan mala en deportes después de todo.

La iluminación del lugar cambió ligeramente a una más tenue, muy acorde al atardecer que estábamos experimentando y seguido de aquello una voz melodiosa se pronunció a través de los micrófonos – Damas y caballeros, el señor y la señora Hiragizawa bailaran su primer vals como esposos, son bienvenido a acompañarlos si gustan.

Vi como Eriol ofrecía su mano a Tomoyo y ella aceptaba gustosa, y para nada pasó desapercibido para mí la forma en que él la miraba y sonreía mientras bailaban, ya que era precisamente el tipo de mirada que esperaba que la persona indicada me diera algun día, y no solo el día de mi boda, sino todos los días de mi vida.

Me sentía cursi, pero era un pensamiento que me llenaba de emoción.

Vi como Rika y Meiling se levantaban para bailar con Terada y Kenji, respectivamente, dándome de nuevo aquella sensación de querer encontrar a ese alguien que me mirara de aquella forma tan especial. Estaba feliz por mis amigas, sin embargo, no podía evitar experimentar aquella sensación de que a mí me faltaba algo.

Y sin previo aviso, ahí estaba él.

Por un momento pensé que estaba alucinando o era un efecto de las luces, incluso pude echarle la culpa al alcohol, sin embargo, ni una gota de esto recorría mi cuerpo. Rodeando la pista de baile y dirigiéndose directo hacia mí, estaba aquel portador de ojos marrones, cabello desordenado, pero que había logrado manejar para la ocasión y lucía un traje en el que jamás lo había visto.

Pude jurar por un momento que esto se trataba de uno de mis extraños sueños que no eran más que eso, sin embargo, en mis sueños no podía percibir con tanta certeza como latía mi corazón tan fuertemente como ahora, dejándome saber que esto tenía que ser real.

Él llegó a mi mesa y yo me quedé estática viéndolo por primera vez en meses que se habían sentido como décadas y creo que no podía mover el cuerpo ni articular alguna palabra, o por lo menos hasta que él extendió su mano hacía mí y me habló sacándome del hechizo en que yo misma me había puesto.

- ¿Quieres bailar conmigo, Sakura? – Preguntó Syaoran en aquel tono que hizo que mi piel se erizara de inmediato.

Y creo que fue una de las jodidas decisiones más difíciles que he tenido que tomar hasta el momento.

oOo

N/A: ¡Hola a todos! Espero que estén teniendo bonitas fiestas.

Por aquí les dejo este capítulo nuevo donde finalmente hemos llegado a la boda de Eriol y Tomoyo, estaba emocionada por traerles los pensamientos de Sakura acerca de este evento después de todo lo que ha pasado, y me parecía justo que ella ya hubiese avanzado un poco más y estas cosas de amor ya no les causen rechazo.

Además, creo que toda la escena con Tomoyo en el baño era clave para demostrar lo mucho que Sakura avanzó y creció durante esta historia, donde esas incógnitas, aunque sigan ahí, ella ya no sienta tanta ansiedad de ellas como al comienzo.

Y bueno, no íbamos a dejar a Mr. Brightside por fuera cuando estamos cerca del final, asi que sí, este es su regreso y como pueden ver, ha ido directamente hacia Sakura.

Espero que les haya gustado y les agradezco a todos los que han estado durante este año apoyando la historia y viviendo el paso a paso. La próxima semana traeré el capítulo final.

Les deseo a todos por aquí una feliz navidad llena de mucho amor y felicidad, y espero que puedan compartirla con quienes mas aman, incluso a la distancia.

Les mando un abrazo enorme.

ACLARATORIA: Esta historia es de mi autoría, no existen colaboraciones con nadie y en el caso de que las hubiese se le darían sus respectivos créditos. Esta historia solo es publicada a la fecha en las plataformas FanFiction, Wattpad y AO3; si está en alguna otra es porque no está autorizada por mi persona y se considera plagio. No se permite la copia y/o adaptación de esta historia.