Contraparte
Segunda parte: Satoru Gojo
Era un día templado, perfecto para estirar las piernas y tomar el sol, lástima que tendría que arruinarlo para ponerle algunas cosas en claro al vejestorio de Kyoto.
Sabía que los peces gordos no tenían reparos para disponer de las vidas de los hechiceros y estudiantes con tal de mantener su posición y beneficios, pero haberse aliado con maldiciones para lograrlo era bajo aún para sus estándares y sobre todo peligroso para todos ¿Qué demonios tenían en la cabeza? Después de años de lidiar con ellos, no dejaban de sorprenderlo y sacarlo de sus casillas; tendría que recordarles una vez más quién tenía la última palabra.
Odiaba pensar en la posibilidad de convertirse en uno de ellos, realmente no quería acabar como Gakuganji, verse en ese espejo le recordaba el motivo por el cual había trabajado todo este tiempo protegiendo a sus alumnos y a todo aquel que necesitara su ayuda, para formar compañeros independientes y capaces de formar sus propios ideales que lo ayuden a romper el sistema corrupto que los había sometido por siglos.
Había lidiado con los peces gordos casi desde que tenía memoria por ser la joya del clan Gojo, el portador de los seis ojos y el sin límites. Estuvo acostumbrado siempre a mandar y obtener lo que quisiera, al principio le parecía divertido, pero pronto se dio cuenta que aquello tenía un precio: días enteros de estudios de diferentes materias, si se aburría o dominaba alguna siempre había una nueva que la reemplazara por más que hiciera lo posible por complicar las cosas, su inteligencia y capacidad eran una maldición que lo llevó a completar la etapa escolar a temprana edad. A la par llevaba un entrenamiento riguroso para controlar y optimizar su poder con diferentes técnicas, nunca les puso las cosas fáciles a sus tutores, pero con los años se terminó dando cuenta que jamás podría tener una vida normal como los demás niños de su clan, porque él era especial, no sólo porque se lo dijera su familia, sus maestros o subalternos, sino por esos ojos que le devolvían la mirada en su reflejo y el cansancio indescriptible y la molestia que sentía si trataba de mantenerlos abiertos como las demás personas.
Al final, la sumisión y presteza de su clan terminó jugándoles en contra ya que sólo reforzaron la confianza y rebeldía que tenía por naturaleza. Apenas llegó a la adolescencia desestimó a los consejeros y tutores que lo habían controlado por tantos años y decidió asistir a la escuela de hechicería de Tokyo, tenía que confirmar por sí mismo si no había nadie más con un talento como el suyo, estaba harto de ser tratado como un objeto, que sólo apreciaran su poder y no a él como persona.
Por 3 años creyó que por fin había encontrado a sus semejantes, le daba igual que sus consejeros insistieran en su regreso al clan bajo la excusa de que no había alcanzado el máximo nivel de su poder, con Geto y Shoko a su lado ¿que podía pasar?
Así como la sumisión de su clan les jugó en contra, pasó lo mismo con su confianza, dio por hecho que su mejor amigo seguiría sus pasos como siempre lo hacía, dio por hecho que se esforzaría tanto o más que él para no volver a fracasar, dio por hecho que su buen juicio y sus valores eran tan fuertes como él; su confianza hizo que alcanzara la cúspide de su poder, pero le cobró a su mejor amigo y le recordó una vez más que estaba sólo en esto tal y como cuando llegó a la escuela. Acostumbrado a ser siempre el centro de atención jamás aprendió a cuidar de los demás, si hubiera sido más incisivo ¿habría logrado evitar que esa idea consumiera la mente de su mejor amigo? No… la decisión final residía en cada uno, ni su poder abrumador, ni la curación de Shoko podrían haber recuperado lo que se quebró en la mente de su amigo luego de aquella misión. Con el mismo fervor que alguna vez defendió el deber de proteger a los débiles, ahora acababa con su familia para perseguir el sueño de un mundo exclusivo.
La pérdida de Geto sería la salvación de otros muchachos, futuros alumnos a los que entrenaría, les mostraría su talento como ejemplo y con los que usaría sus recursos para darles la vida libre y "normal" que el no pudo tener.
Después de terminar sus estudios y ser reconocido oficialmente como el hechicero más fuerte, regresó a su clan, tomó las riendas para sí mismo y los dejó fuera de las decisiones a futuro para evitar estorbos, aunque no fue del agrado de algunos que deseaban mantener las costumbres antiguas, no tuvieron más remedio que aceptar al ver que la técnica y el don estrella del clan alcanzaban a un nuevo nivel. Si su maldición era su poder al menos lo aprovecharía para cambiar todo lo que estaba mal y reescribiría el mundo por mano propia, soportaría la soledad, pero trabajaría para contrarrestarla, buscaría compañeros fuertes y capaces que lo ayudaran a construir una historia diferente. Con el tiempo dejó de importarle que lo vieran sólo como un símbolo de poder y a veces hasta lo disfrutaba; otras, añoraba ser uno más, pero mantenía la esperanza de que en el futuro dejaría de estar sólo en la cima.
Estar con los viejos era agobiante cuando menos y los seis ojos empeoraban todo, aparte del olor que desprendían podía sentir y ver su energía espesa invadiendo el aire, como si estuviera en un pantano. Sería lo más breve posible y saldría de ahí para entrenar a Yuji.
Estaba preparado para soportar el hedor de Gakuganji pero cuando abrió la puerta, sintió algo distinto, el ambiente era pesado pero no tanto como solía serlo, sentía como una brisa fresca en medio del sopor, le pareció curioso que al ver que provenía de una joven de cabello cian ¡pobre! Al viejo petulante le gustaba denigrar y hacer perder el tiempo a jóvenes estudiantes y asistentes haciéndolos jugar al guardaespaldas, como si no supiera que a pesar de su edad era más que capaz de defenderse por sí sólo.
- El director Yaga tardará en llegar. Le dijeron mal la hora de la reunión. Gracias por lo del otro día director Gakuganji.
- ¿Por qué, no sé a que te refieres.
- No te hagas el tonto, viejo. Hablo de lo de Yuji Itadori. Como líder de los conservadores fue cosa tuya ¿no? – ¿A quién creía que engañaba? Él y todos los demás ancianos habían peleado como nunca para eliminar a Yuji al punto que tuvo que ceder por primera vez en mucho tiempo y aceptar el acuerdo de ejecución a largo plazo, aunque él ya tenía un plan para que el muchacho pudiera vivir una vida relativamente normal.
- Santo cielo, los jóvenes de hoy en día ¿es que no tienes modales? – Siempre buscando importancia, presionando a sus jóvenes acompañantes a defenderlo pero sin nunca tener resultado, la fama del hechicero más fuerte imponía demasiado sobre los demás.
- Nunca has tenido mi respeto. A los viejos les encanta hacerse los importantes ¿eh?
- Oye, no ignoraré tus faltas de conducta. Se las reportaré a las autoridades pertinentes. – Si no fuera por la venda hubiera parpadeado varias veces, quedó sorprendido porque en todos esos años nadie de menor rango que él se había atrevido a ponerlo en su lugar. Volteó a verla con detenimiento, lo peor es que era una mujer joven, esbelta y muy bonita jamás una mujer de ese tipo lo había tratado así y mucho menos amenazado, que rayos estaba pasando ¿es que acaso no sabía quién era? ¿o era él que estaba perdiendo gracia? ¿sería que realmente respetaba a Gakuganji? ¡De ser esto último qué desperdicio!
Sin embargo, la sensación que captó cuando entró se intensificó, era como estar en medio de un bosque bajo la sombra de los árboles respirando el aire fresco o como estar en medio de un campo de flores, la energía pesada de Gakuganji parecía disiparse con la corriente ligera que emanaba de ella ¿sería posible que sólo estuviera fingiendo o era acaso parte de su técnica para atacarlo? Ni siquiera podía identificar si esa sensación era parte de su energía maldita o era el aroma que desprendía, lo malo de estar vendado era que si quería detalles debía estar muy cerca del objetivo. Lo agarró con la guardia baja y por estar cavilando de más se le fueron de las manos todas las respuestas mordaces que podría haber dado, la curiosidad y la sorpresa habían podido más y por esta vez lo dejaría pasar con una respuesta sincera.
- Haz lo que quieras. No pienso quedarme mucho tiempo – fue lo único que atinó a decir, al ver el rostro serio de la joven, volteó hacia Gakuganji de nuevo, a pesar de que le hubiera gustado seguir examinándola - Anoche me atacaron dos espectros de categoría especial sin registrar.
- Qué lástima.
- No me malinterpretes. Que me encuesten en la calle me causaría más molestias. – su parte confiada y vanidosa había sido herida por aquella joven y su regañina, nunca le había sentado bien el rechazo de alguien y tenía que recuperarse de alguna manera para recordarles con quien estaban hablando - Eran espíritus capaces de entablar conversaciones y de seguro tienen más aliados igual de fuertes. Esto no se limita a nuestros enemigos, Hakari, Okkotsu y Toudou, el nivel de los alumnos también dio un salto brusco. El año pasado tuvimos el incidente con Suguru Geto y hace poco apareció un recipiente de Sukuna.
Seguiría hablando con el viejo y dejaría clara su advertencia, pero después de verla le estaba costando concentrarse, sobre todo porque sentía como esa sensación de frescura variaba por momentos, a veces era intensa y otras muy suave, como si fuera una radio mal sintonizada. Le gustaría un momento a solas para poder estudiarla mejor… ¿era sólo curiosidad o un rechazo mal aceptado?
- Es todo lo que quería decir, así que me largo de aquí. – Salió de la habitación y al pasar junto a ella sólo sintió un aroma suave y dulce, ¿había imaginado todo eso? Cómo su energía podía variar tanto ¿qué era esa sensación que lo había inundado? Tenía que llamar su atención, era experto en eso, se dio la vuelta antes de dar un paso más, se puso detrás de ella lo más cerca posible para agarrarla por sorpresa - Por cierto, el director Yaga llegará en un par de horas ¡Nos vemos!
En una situación normal hubiera salido lo más rápido posible para buscar algún dulce que le quitara el mal sabor, pero esta vez, se tomó su tiempo y se fue caminando lo más despacio posible para ver si ella venía a él, mientras pensaba en lo que había sucedido.
Dejando de lado la reprimenda, en el fondo le había gustado que alguien fuera sus superiores lo tratara como un igual, era demasiado irónico que viniera de una muchacha tan bonita y tan débil al mismo tiempo. Al final no había detectado una técnica en ella y su infinito no la había reconocido como una amenaza, pero esa sensación que desprendía quemaba su curiosidad, su don de los seis ojos le permitía ver y sentir la energía maldita de los demás como una vista infrarroja, variaba con cada persona como una huella digital, al provenir de emociones negativas no era algo muy agradable sobre todo si venía de los viejos, pero con los jóvenes como Toudou, Yuji y Nobara era distinta: ágil y vibrante como llamas, con Megumi, Toge y Panda era serena pero firme, pero con esta joven era tan agradable…
Escuchó sus pasos, había venido a él - Disculpe, Gojo Sensei ¿tendría un momento por favor? - estaba expectante a lo que diría, era hora de quitarse la curiosidad, pero primero le devolvería el golpe - ¿Qué pasa, vienes a arrestarme por mi mal comportamiento? Soy una persona muy ocupada y no prometo hacer las cosas fáciles – lo consoló saber que venía a disculparse, pero lo siguiente que dijo sobre Gakuganji lo decepcionó al pensar que realmente apoyaba al viejo, una copia de Utahime ¡que desgracia! sobre todo por lo bonita y agradable que parecía…
- … asi no esté de acuerdo con el director es una obligación en mi trabajo y para futuras recomendaciones, no sé si usted me entiende… sé que ni siquiera debería opinar y aunque no estuvo bien hablarle así al director, puedo comprender su molestia y comparto su sentir por haber atentado contra su vida, defenderse y defender a sus alumnos no debería ser motivo de un reporte, pero quizás debería tener cuidado con las represalias – se había precipitado al juzgarla, no podía creer lo que estaba escuchando, no había atinado con ninguna de sus suposiciones; quien era esa muchacha que le daba la razón y le decía que se cuide ¿él? Desde cuando alguien coincidía con él ¿cuidarse? El era el hechicero más fuerte, el no se cuidaba, eran los demás quienes debían hacerlo… se levantó la venda, tenía que verla con sus propios ojos: la piel blanca, las pestañas largas, los labios rosados y el cabello cian brilloso ¿sería tan suave como se veía? No pudo contenerse y mientras le respondía puso su mano sobre ella aunque la retiró rápidamente como si su suavidad lo hubiera quemado.
Ahora que la tenía enfrente y la había visto sin la venda se dio cuenta por fin de su energía maldita si la energía de Hakari era áspera y la de los viejos pesada, la de ella era suave y agradable, como un mar tranquilo al atardecer, la paz y la calma que transmitía era relajante para su vista continuamente sobre estimulada, la brisa fresca que había sentido era su energía a la que ni siquiera estaba seguro de llamar energía maldita. Sin embargo, había algo ahí que interrumpía su flujo y que quizás era el causante de las variaciones que sintió en la sala.
Le parecía curioso y quería ayudarla a desbloquear su potencial, quizás no estuviera al nivel de sus alumnos, pero era algo tan raro de encontrar así como el color de su cabello, aunque por el momento su prioridad era Yuji y en paralelo llevaba las clases de la escuela y las misiones, buscaría una excusa en el reporte que mencionó para mantener el contacto y obtener información, seguiría el juego que había iniciado hace un momento - Ah! Cuando envíes el reporte trata de no ser tan severa si? suficiente con los lloriqueos de Gakuganji ¿Podrías hacerme ese favor? A veces Yaga exagera demasiado con sus sermones y hay algunas tiendas nuevas de repostería que me gustaría visitar.
Le gustaba esa sensación de paz que le transmitía a su cerebro sobrecargado - Mmmm no debería… pero ha sido tan amable conmigo… - ¿amable? Ella era amable, muy diferente al personal de Kyoto, que parecían estar siempre de mal humor, era la primera persona en ese lugar que lo trataba con respeto, sus ojos brillaban y su voz no podía esconder la emoción ¿solamente lo admiraba? Las palabras que le había dicho, cuidarse de las represalias, entender sus motivos, era mera cortesía o realmente lo creía? - Te lo agradezco mucho este… ¿cómo te llamas?
- Disculpe por no haberme presentado, soy Kasumi Miwa, asistente y…
Miwa, "la que sigue modas" en japonés, pero no veía en ella nada de eso, empezando por su uniforme riguroso, el corte de cabello extraño, su rostro al natural sin maquillajes ni accesorios, por su comportamiento y forma de pensar mucho menos, no podía ser más distinta al plantel de Kyoto, la oveja negra de su institución y además mientras todos parecían fastidiados o cansados de él, ella parecía disfrutar de su presencia tanto como él al sentir su energía… una palabra resonó de aquellas horas interminables de estudios cuando era niño, en su clase de idiomas, Miwa significaba "amable" en lengua eslava, eso sí que iba con ella, lo dijo en voz alta sin pensarlo interrumpiéndola - ... ibas a decir algo?
La notaba un poco ansiosa, parecía buscar algo, la ayudaría un poco con un par de bromas, eso nunca fallaba y de paso la invitaría a Tokyo, sería el mejor lugar para poder analizarla un poco más, quizás si coincidía después de alguna misión le ayudara a sosegar sus sentidos. Quizás su habilidad era similar a una técnica regenerativa o de curación, eso sería interesante, no habían muchos con ese don y era algo muy necesario.
- No tienes por que y no te disculpes tanto, no soy como el viejo o si?
- No Gojo Sensei, es todo lo contrario, usted es muy agradable y divertido – ¿Agradable y divertido él? quién en su sano juicio diría algo así si todos huían de él, pero al ver su sonrisa y su mirada podía ver que era sincera, parecía verlo a los ojos como si su venda no estuviera de por medio, sintió algo cálido en el pecho que lo obligó a pasar saliva y nuevamente lo golpeó esa sensación de paz, tenía que decir algo para no quedar atrapado en esas palabras y esa mirada que lo hacían sentir como un chiquillo, las bromas eran un refugio seguro, siempre lo eran y de una vez le haría la invitación a Tokyo como lo había pensado, se llevaría bien con los demás - si deseas podrías venir a la escuela de Tokyo alguna vez para cambiar de aires y canalizar mejor tu energía, además los chicos son muy agradables en especial Yuuu… – ¡demonios! que rayos le pasaba, estuvo a punto de meter la pata al mencionar a Yuji, esa sensación lo afectaba demasiado, menos mal ella no parecía haberse dado cuenta. Lo mejor sería salir de ahí pronto antes de seguir poniéndose en evidencia - bueno, si te animas me puedes contactar y hablando de ellos tengo que ir a supervisar su entrenamiento…
- Me encantaría, muchísimas gracias Gojo Sensei, me prepararé para estar a la altura y si no es mucha molestia, ¿podría tomarme una foto con usted antes de que se vaya por favor? – le dice mientras saca su teléfono - Es que… he escuchado de usted por mucho tiempo… y me alegra por fin conocerlo en persona – era sincera, lo podía ver en el brillo de sus ojos azules que le recordaban una noche estrellada, ella había escuchado de él, sabía de sobra todos y cada uno de los defectos que los demás no se cansaban de repetir, los rumores, verdades a medias y exageraciones todo lo negativo que veían en él, y a pesar de eso, ella no sólo no parecía creer en las habladurías, había mantenido la ilusión de conocerlo y podía ver que era verdadera al decir que estaba feliz de conocerlo, sintió esa calidez en el pecho de nuevo acompañada de unos latidos más fuertes y un cosquilleo en el estómago como un abrazo viniendo desde su interior. Así que era eso lo que la había tenido ansiosa había venido a él por una foto, muy bien, le daría algo más que también era conveniente para ambos, pues él también quería esa paz y calidez que ella le hacía sentir.
- Claro, por que no? Me parece un trato justo a cambio del pequeño favor que te pedí – tomo su celular y aprovecho para rozar sus manos, mientras escribia su nombre con un emoji al final siguiendo con su número mientras le pedia que le envíe la foto, no sólo como excusa para tener su número, sino porque el también deseaba guardar un recuerdo de esta joven y las emociones que removió, emociones que pensó había olvidado hace mucho tiempo - ¿te parece bien si me paro aquí?
Cuando se acerco se relajo nuevamente, la sensación de frescura y dulzor se sentian más intensos, pero ya no le asustaba ni le preocupaba decir algo de más, ella le inspiraba confianza, era una mezcla de su energía, su amabilidad y sinceridad… y encima era tan bonita… su presencia le recordaba la calma que transmite un atardecer en la playa con aguas tranquilas, sus ojos le recuerdan las noches claras llenas de estrellas.
– ¡Muchísimas gracias!
- No hay de qué – se dio la vuelta, él no puede ver la sonrisa que ella tiene al darse la vuelta, pero es igual a la que él tiene, puede sentir su energía vibrando mientras se aleja.
¿Quién hubiera dicho que el viejo le iba a poner en el camino a alguien así? Había ido preparado para un disgusto y en su lugar había conocido a alguien que lo admiraba y respetaba a pesar de las habladurías. Ahora dependía del empeño que ella pusiera, sabía que el anciano y Utahime no le pondrían las cosas fáciles, pero esperaba que lo lograra, había sido capaz de escaparse bajo las narices del viejo para ir con él.
Ya no se trataba sólo de ayudarla y estudiar su energía, sino que una parte de él disfrutaba de las sensaciones que ella le hacía sentir, aquella parte de sí mismo que había enterrado volvía a la vida con ese soplo de esperanza de un futuro menos desolador.
Nota de autor: aproveche el punto de vista de Satoru para hacer un pequeño resumen de lo que imagino puede haber sido su infancia, ya que cuando era chiqui se le ve serio y aburrido.
En cuanto a Miwa, la escribi pensando en el tema del aura y la energia que desprendemos, no solo pensando en la energia maldita, sino un todo, tipo las "vibras" que sentimos cuando conocemos a alguien y me gusto mezclarlo con el tema de los seis ojos, que sería un equivalente a nuestro sexto sentido.
Quisiera dedicarle esta parte a Ina porque gracias a ella pude conocer mas personas que aman esta ship y por la paciencia ante mis lloriqueos con el 236 T_T
Espero que haya sido de su agrado y disculpen los errores. Sugerencias, sonsejos, criticas constructivas son bienvenidos. Perdonen la cursileria jajajaja no la uso en la vida real asi que busca la manera de escaparse xD
Pd. maldicion de perro chino al que copie y lo aplique en otra ship xD
Feliz Navidad!
