Era ciertamente, una mañana amorosa, transcurriendo a lo largo de un día lunes nublado y azulado, tanto que apenas y se alcanzaba a distinguir la salida del sol.
Podía sentir como mis mejillas se ruborizaban con energía, mientras que mi vista se nublaba a causa del vapor que salía del agua corriente en la bañera al lado de la cual estaba sentada, podía seguir divisando a través de esta a aquella persona quien tanto interés despertaba en mi.
De manera inexplicable se había creado una situación de entre mil millones, en la cual tenía la oportunidad de complacer mis deseos más bajos al observar a mi hermano gemelo sin ninguna prenda en su cuerpo, tal y como al venir ambos al mundo. Su postura era encorvada, aún no se disponía a mostrar su cuerpo en todo su esplendor, no podría culparlo, era nuestra primera vez.
Ella me miraba de manera intrigante, como intentando penetrar hasta lo más profundo de mi ser, para poder mesclar sus emociones y sus pasiones con las mías, y yo estaría dispuesto a que eso ocurriese, estaba más que dispuesto de hecho, estaba deseoso de poder entregarme a ella en un arrebato de lujuria.
—¿Estas lista, Rin?— pregunté amablemente, notando como mi voz se agravaba al momento de terminar de decir su nombre, provocando una inconsciente severidad en mi voz que realmente no deseaba aparentar con ella.
—Claro que si, de verdad no quisiera hacer esto con nadie más que contigo, Lenny— Me contestó con su angelical voz, rompiéndose un poco al final, pero sin perder toda la confianza que tenía todavía dentro de sí, mirándome con unos ojos llenos de una ternura angelical, y una sonrisa jovial que se ocultaba ligeramente tras el notable sonrojo que pintaba su rostro de izquierda a derecha.
Juntó sus manos frente a su pecho en una última muestra de nerviosismo y emoción simultanea, justo antes de que yo comenzara a acercármele, sin que ella siquiera retrocediera, pude sentir como mi masculinidad oscilaba con el movimiento de mis caderas conforme daba paso tras paso hacia ella.
Todo esto había empezado como una simple muestra de curiosidad, como un juego que hacíamos el uno con el otro para provocarnos mutuamente, un simple juego, eso era todo.
Pero mientras que él colocaba sus manos alrededor de mis hombros, y yo palpaba su rostro con la punta de mis dedos, y nos acercábamos hasta lograr un beso con una profundidad ceremonial, me daba cuenta de todo lo que habíamos pasado, y cómo jamás había pensado en que terminaríamos haciendo esto como dos hermanos gemelos.
Un par de hermanos gemelos que sabían que se amaban.
Nuestros labios se separaron tan repentinamente como se habían juntado, mientras que yo la seguía sosteniéndola de los hombros, bajando de manera progresiva mis dedos por su delicada figura hasta llegar al ensanchamiento de sus caderas, en donde reforcé mi agarre para poder acercarla a mí.
Mirándonos de manera directa, sabíamos lo que seguiría. Ella comenzó a palpar de la misma manera mi pecho, haciéndome sentir como el más potente de los adonis en su rito de impresión de su pareja.
—Aquí voy— le dije con quietud, inclinándola suavemente contra la orilla de la bañera sobre la cual teníamos planeado entrar en unos instantes.
—Estoy lista— respondí mientras que abría lentamente mis pierna y permitía que el acercara sus caderas a las mías, permitiendo que su virilidad viajara en línea recta hasta sumergirse lenta y plácidamente en mi virginidad, rompiéndola para siempre.
—No lo hagan…—
Sabíamos que aquello que hacíamos era incesto, sabíamos que era un sentimiento prohibido para todos, y no obstante, nada nos detenía del sumo regocijo carnal del que gozábamos en ese momento.
—No pueden hacerlo…—
Viendo el pasado, sonreíamos con tristeza al darnos cuenta de que ya nada sería como antes, pues a partir de aquel encuentro pasional que tuvimos en el baño, aquella melosa mañana del más azulado de todos los lunes, nos convertimos en algo más que simples hermanos. Nos convertimos en amantes de toda la vida.
Sobre todo por aquello que resultó concebido por aquella relación pasional…
—No pueden hacerlo, ustedes dos son hermanos— gritaba con fuerza Megurine Luka, quien se levantaba de golpe de su pesado sueño en el cual había caído durante su vuelo en avión. Se encontraba completamente agitada, sentada en su asiento de primera clase con terciopelo fino, cubierta hasta la cadera de una manta pequeña de color rosado. Levantaba su mano en el aire, por encima del asiento de enfrente. Todas las personas de su alrededor se quedaban mirando a su extraña expresión, guiadas a extrañas suposiciones con respecto a su extraña frase de de hermanos.
Ahora Luka se daba cuenta, de lo extraño que había sido aquello. De verdad, había tenido un sueño en donde Len y Rin se unían de manera incestuosa, logrando así una de las mayores aversiones de la peli rosada.
Una azafata se acercó a ella, y tocándole ligeramente el hombro, y llamando la atención de la chica, provocando que volteara con bastante sorpresa, temblando un poco y dirigiendo una mirada desconcertada.
—¿Está bien, señorita Megurine? — preguntó de manera atenta, tal como era su encargo a tratar a aquel pasajero, y recibiendo un simple movimiento de la cabeza de arriba hacia abajo, que demostraba su bienestar —¿Desea algo de comer, o algo de beber?— preguntó de nuevo sin molestarse en indagar más en el tema.
La peli rosada sólo negó sin mucha atención a la misma pregunta, sólo esperando a que la se fuera aquella molesta servidora.
Al retirarse, Luka miró alrededor, esperando a que con su mirada, las personas quienes continuaban observando se ahuyentaran y volvieran a sus asuntos, funcionando a la perfección. Volvió a recostarse en su lugar, mirando en su regazo, un libro de pasta rosa y letras doradas las cuales se podrían traducir a: "No puedo creer que me haya acostado con mi hermana gemela", una lectura que había inducido su último sueño con los Kagamine como protagonistas. Aunque más que un simple sueño, la peli rosada encontraba esto como una terrible pesadilla.
Cubrió el libro con su mano derecha y volvió a guardarlo de la vista por debajo de la manta que estaba en su regazo.
Aquel libro era uno que había sido de su interés, debido a que, supuestamente, era un libro que hablaba acerca de un sujeto quien había logrado tener relaciones consensuadas con su hermana gemela, aunque después se enteró de que era más bien un simple libro de ficción erótica. No obstante, seguía con la lectura de este curioso escrito, debido a su creciente interés en el tema del incesto.
Digamos que debido a cierto incidente ocasionado en su mayoría por el Maestro, terminó encontrando que la relación incestuosa de Len y Rin era una realidad. Una realidad que resultaba más que repugnante para la peli rosada, una causa más que explicita para un verdadero castigo de proporciones bíblicas.
Aunque más que intuir en el asunto para descubrir aquello, los propios gemelos se lo habían dicho sin ningún solo arrepentimiento en sus palabras.
Era difícil de explicar, pero había terminado enterándose de todo el asunto sin siquiera haberlo querido, aunque sabiendo que en parte, era causa de algunas de sus decisiones erradas.
Quería intentar averiguar lo que provocaba el sentimiento incestuoso en los gemelos, que clase de daño emocional durante sus infancias los habría mandado a encerrarse en su relación fraternal hasta el punto de no permitirle a ninguno de los dos salir de esta, y llevándolos a tener que recurrir al incesto como una forma de lograr satisfacer sus deseos sexuales.
Pero no lo lograría leyendo ficción erótica.
Ahora, la verdadera razón de su viaje era algo confusa. Para empezar, su excusa primaria, era la de visitar a su padre durante su cumpleaños, quien vivía de manera adinerada y hasta cierto punto, poco integra en una enorme mansión en el condado de Los Ángeles California, junto con el hermano menor de la peli rosada, Luki.
Es decir, a su verdadero padre, un hombre viejo de casi ochenta años con el que su madre, de quien, al igual que su hermano menor, había heredado el pelo rosado y el apellido, habría contraído matrimonio en un intento de obtener beneficios monetarios, concibiéndola a ella en el proceso. Lo visitaría durante una semana entera, intentando atender de mayor manera a su sentido de la compasión por su propio padre.
Sería la primera vez que le visitaría de manera voluntaria, pues las veces anteriores en las que le había visto, habían sido días en los que su trabajo le habían hecho ir hasta la ciudad. La razón por la cual huía, era porque intentaba escapar de manera disimulada de Gakupo, a causa de las tensiones que se había provocado en su relación.
Solo para simplificar el problema, Gakupo quiso atreverse a dar el siguiente paso, por así decirlo intentó hacerle a Luka "la gran pregunta" con la cual ambos podrían unirse de por vida enfrente del estado. Considerando eso, tenía sentido pensar que la chica se había saltado la semana entera y había extendido sus vacaciones a un mes entero, mientras que en Japón, de manera simultánea se descubría la relación de los Kagamine, tanto frente a los Vocaloids, como frente a los medios de comunicación.
Pero un día, decidió simplemente regresar a Japón, a causa de cierta noticia internacional que se extendió como la llama sobre el alcohol.
Era de mañana, mientras su padre había salido de la casa, dejando a Luka casi por completo sola, a excepción de la compañía de alguna cuanta servidumbre y de su hermano menor. La peli rosada ya ni siquiera se molestaba en cambiar de ropa, al contrario, se la pasaba la mayor parte del día despeinada y vestida con su pijama rosa de todos los días, y si es que requería algo del mundo exterior, prefería pedirlo por encargo o por envío.
En fin, esa mañana recién bajaba de su habitación, que se le había instalado en el último piso de la casa, y encontró a su hermano Luki recostado en el sillón grande de la sala, vestido con una sudadera, un gorro grises y unos pantalones vaqueros de color más oscuro.
Normalmente, por ser de mañana, Luka habría ignorado toda presencia humana en la casa, a excepción de la de la cocinera, hasta que hubiera obtenido algo de alimento, pero justamente antes de doblar la esquina de la pared que conectaba la sala con la cocina, su hermano le llamó.
—Oye Lukita— le llamó de esta manera sabiendo que detestaba los diminutivos personales —Mira quien está en la televisión— comenzó a subir el volumen del aparato con el control remoto.
—No me interesa lo que digas, sólo necesito algo de comida y regreso a mi cuarto— dijo para distraerse de lo que le decían, ignorando por completo el sonido que comenzaba a ascender.
—Pero no es de todos los días que tus amigos Vocaloids salen en las noticias internacionales— aquello llamó lo suficiente la atención de la chica para que diera la vuelta y mirara de manera directa la enorme televisión instalada en la pared de la sala, desde donde alcanzó a percatarse por completo de lo que era esa noticia.
Sus ojos se abrieron de manera repentina, al observar las palabras que salían en la primicia que se anunciaba en la parte baja de la pantalla, mientras que se de manera principal, se mostraban imágenes de Len y Rin caminando juntos por un escenario durante uno de sus conciertos.
Aquello que decía en la parte de abajo, estaba siendo leído decenas de veces por la peli rosada, sin poder creer aún lo que se estaba colocando como noticia. Decía claramente:
"SE DESCUBRE RELACIÓN ABIERTAMENTE INCESTUOSA ENTRE ESTRELLAS MUSICALES JAPONESAS"
Y Luka intentando convencerse de que su inglés era lo suficientemente correcto para entender cada una de las palabras, aunque sería imposible confundir la palabra "Incesto" en inglés.
—Sabes hermanita… jamás me dijiste que ellos dos eran esa "clase" de hermanos— le dijo desde el sofá el joven Luki —Aunque admito que cuando te visité siempre pensé que eran tan raros que de seguro tenían algo así entre manos— comenzó a reír los bastante burlesco como para perturbar la quietud de la casa, pero no la concentración de la chica.
—Esos… malditos… imbéciles— dijo apretando los puños al ver una nota escrita en un muro de una de las páginas de redes sociales en donde Len había afirmado el rumor del embarazo. Pronto la ira de la peli rosada le provocó un aumento en la rapidez de su respiración, comenzando a marearse un poco.
Para cuando la nota terminó, y se anunciaba un declive repentino en las ventas y en la popularidad de Vocaloid en general a causa de la polémica que habían causado los gemelos, Luka ya había tenido que sentarse en una de los sillones para no caer al suelo.
—Pensándolo de otra manera…— agregó el chico peli rosado mientras que se movía a un lado del sofá —Me parece algo lastimoso, pero a la vez ligeramente conmovedor, es que de seguro ustedes, me refiero a ti y a todos los Vocaloids, los apoyaron a los dos en su relación— se burló aún más mientras se acercaba a ella, aún anonadada —Pues todos ustedes son una familia "tan unida" que no les importó el incesto de ellos dos, sino que fueran felices— le agraciaba la idea de que se comportaran como una familia ideal.
Comenzó a burlarse mucho más de lo que decían en el noticiero, cuando enfatizaron la parte del embarazo, ahora burlándose de cómo su hermana trataría a aquel producto incestuoso como a su "sobrino" y demás cosas por el estilo.
Fue cuando la risa del muchacho se volvió demasiado fuerte, que comenzó a perturbar la quietud del pensamiento consternado de la chica, provocando que esta volteara llena de ira a verlo.
—Luki…— le llamó, provocando que su hermano se volteara de nuevo con ella para mirarla de frente con mayor claridad —Yo jamás he defendido… ¡Ni defenderé el incesto!— le gritó mientras le tomaba de la camisa, y lo acercaba para que le escuchara con la mayor claridad posible —¡Ninguno de nosotros los apoyó en ningún momento!— siguió gritando mientras el chico intentaba soltar su agarre —¡Y déjame agregar, que no me importa que sean ellos quienes lo hacen, el incesto sigue siendo un asqueroso crimen— finalmente los soltó, arrojándolo de nuevo sobre el sofá y levantándose de su asiento, para salir caminando para la cocina de nuevo.
—¡¿Y por qué me gritas eso a mí, y no a los medios de comunicación?!— le gritó de vuelta, pero sin comenzar a enojarse.
Luka se detuvo justamente en la entrada de la cocina, volteando a ver a su hermano de nuevo, esta vez asustándose el chico y volviendo a esconderse tras el sofá —No, de hecho tienes razón, es mejor que se lo diga a todos antes de que lleguen a conclusiones tontas— dijo con más serenidad, y continuando su camino a la concina, pero no sin antes detenerse un poco a pensar.
—Pues… para eso deberías de regresar a Japón— le recordó con algo de pesar el joven Luki, como si temiera que su hermana se fuera de nuevo.
—Es cierto…— concluyó la peli rosada —Entonces… comienza a avisar a nuestro padre que me voy cuanto antes— fue todo lo que dijo antes de caminar por la puerta, pensando en su próximo movimiento para tratar con ese problema.
—Espera…—dijo rápidamente Luki, —¡Si te vas a Japón entonces yo voy contigo!— le gritó antes de levantarse de su asiento y comenzar a caminar a la cocina. La razón por la cual se quería ir con ella, no sólo era a la falta de entretenimiento que tenía en la casa de su padre, sino que el mismo se consideraba algo como un "amigo" de Len, aunque el rubio lo considerara nada más que un buen chico.
Len y Rin se encontraban sentados en el sofá de una de las habitaciones de descanso, Len usando un suéter azul y unos pantalones holgados oscuros, y Rin vistiendo una blusa de color verde con una playera negra de manga larga por debajo, junto con unos pantalones cortos y unas medias negras que cubrían sus piernas casi por completo.
Los dos miraban las escenas de la entrevista de repetición que Luka había concedido a un noticiero moderadamente prestigioso. Miraban con cierto desprecio, más que nada por las palabras de la rosada que por las malas interpretaciones de la mujer que estaba haciendo las preguntas.
Ella estaba vestida con sus ropas habituales de Vocaloid, sentada en un enorme mueble circular amarillento, en el cual la persona debería de acomodarse a su peso especifico, justo enfrente de otra chica de unos veinticinco años, vestida con un extravagante vestido rojo con poco escote, sentaba en un asiento con algo más de consistencia, todo esto mientras a su espalda, un tema rosado y meloso brillaba por toda la pared con arreglos luminiscentes y una enorme pantalla plana de los patrocinadores mostraba imágenes de Luka.
—Creo que ya he hablado suficiente de mi— decía con una sonrisa la Megurine, tras haber terminado de dar algunos cuantos detalles de su viaje —Ahora quisiera comenzar a hablar acerca del verdadero tema que me ha traído a tu honorable noticiero— Alagó un poco antes de levantar la mano para indicar que la cosa se pusiera seria.
—Es cierto, mis disculpas— dijo la chica —Tu misma dijiste que la razón de tu regreso era la de corregir ciertos rumores que han estado surgiendo alrededor del caso de los Kagamine—Recordó la entrevistadora, tornándose un poco más seria su mirada.
—Así es, y es que es necesario que alguien aclare las cosas tras la "confesión" que hicieron esos dos— definió de manera algo despectiva a los chicos —Ya sabes, esa carta que ha provocado tanta polémica— agregó tan solo para que no quedara duda.
—Sí, creo que todos en el país, por no decir en el mundo, estamos al tanto de lo que fue publicado por los gemelos— mostraron entonces en pantalla un par de capturas de la página de Vocaloid en donde se veía lo que escribió Len, remarcando de color diferente lo referido al embarazo.
—Bueno si, debo de admitir que cuando la leí por mí misma, ni siquiera podía creer lo que habían escrito— dirigió una mirada perpleja simulando la manera en la que había reaccionado a manera de mera broma.
—Creíamos muchos, que había sido una decisión unánime entre los Vocaloids el haber escrito y publicado aquello— supuso la entrevistadora.
—No, para nada— contradijo Luka —El Maestro permite que cualquiera de nosotros escriba cosas en la página sin siquiera revisarlo antes, sin que ninguno de nosotros pueda revisarlo antes— intentó aclarar lo mejor que pudo.
—¿Estás entonces diciendo, que no estabas al tanto de lo que ocurría?— dedujo la chica, comenzando a abandonar un poco su sonrisa tan carismática que le había llevado a ese puesto.
—Por supuesto, y es eso lo que vengo a exponer— los Kagamine se pusieron tensos al escuchar aquello —Muchos creen que los gemelos tienen una especie de acuerdo con los vocaloids, y con Crypton— señaló con ligereza a la chica, como si le indicara que ella era de esas personas.
—Sí, de hecho muchos pensamos en aquello, debido a que… bueno, era lo más probable— intentó justificarse la mujer, sin intentar sentirse apenada.
—Pues no es así— contestó secamente la peli rosada, provocando un poco de impresión en la entrevistadora —Len y Rin, son un par de personas desequilibradas y con muchos problemas— los gemelos dejaron salir un par de bufidos que tenían acumulados desde antes —Y ninguno de nosotros los Vocaloids justificamos, disculpamos, apoyamos y ni siquiera toleramos lo que ellos dos hacen— eso que dijo era una traición, no solamente a los Kagamine, sino a aquellos vocaloids quienes los habían apoyado también.
—¡Vaya! Que eso ha sonado una declaración muy constatada— se sorprendió la chica de la seguridad con la que Luka dedicaba tanto odio a los Kagamine — ¿Supongo entonces que el incesto que ellos dos realizaban nunca quedó entonces al descubierto hasta el momento de que se reveló la carta?— intentó adivinar, aunque estaba de más decir que sus deducciones estaban siendo guiadas por un mal camino.
—Precisamente, ellos dos siempre se ocuparon de ocultarlo todo— garantizó la primera verdad de la entrevista —Ninguno de nosotros supo nada hasta que el tema del embarazo salió a flote— quizá lo que más molestaba a los gemelos, era el hecho de que ella no estuvo cuando dijeron eso a todos los vocaloids de manera obligatoria, a causa del Maestro.
—Y entonces cuando lo revelaron, ustedes los repudiaron, ¿o no?— indagó la conductora del programa.
—Tal y como lo he dicho, ninguno de nosotros no estábamos dispuestos ni siquiera a intentar comprender lo que pasaba por sus mentes— intentaba aclara aquello para poder deslindar cualquier clase de culpa que la gente pudiera poner sobre ella o sobre sus compañeros —Si hubo un rechazo generalizado, que fue producido tras un terrible shock en todos nosotros— Aquello que relataba era parte de lo que le había contado Meiko.
—¿Y qué fue lo que dijeron? ¿Los atacaron, los criticaron, los intentaron inducir a que dejaran de hacer eso…?— preguntó intentando pensar en las otras cosas que podrían haber hecho.
—Las reacciones fueron mixtas, pero hubo cierto momento en el que todos nos pusimos de acuerdo en que ellos dos deberían de dejar de hacer incesto— aseguraba la chica sin presentar duda alguna —Incluso en algún momento, logramos hacerles dudar acerca de su relación, y hacerles considerar el abandonar toda esa tontería acerca del incesto— con aquello, tanto Len con Rin se levantaron inauditos, lanzando una maldición y más en contra de la peli rosada.
—Pero de haberlo logrado, y perdóname si llego a sonar muy impertinente…— intentó situarse la chica en una posición que le permitiera compartir su duda —Ya estaba hecho el embarazo, es decir, que ya lo han concebido, eso quiere decir que ¿Ellos hubieran tenido que… abortar?— pretendía a la vez no tener que decir mucho acerca de ese tema, pero era una idea que simplemente no podía sacarse de la cabeza.
Luka suspiro con algo de quietud, como presuponiendo la reacción ante aquella pregunta y la respuesta que iba a darle de vuelta —Sabemos muy bien lo que ocurre cuando se produce la endogamia, y con lo que se concibe de esta, y no es nada bonito— dijo bajando un poco la mirada, pero sin siquiera sentir nada de pena en realidad —La pérdida de un humano defectuoso no habría causado tanto pesar, eso era algo que nos constaba a todos nosotros— volvió a asegurar como si ella hubiera estado tan siquiera en el lugar y en el momento en el que ocurrió aquello.
Esta vez, el impacto que tuvo aquella declaración en los Kagamine fue del todo negativo. Ella estaba, no solo negándolo todo, sino admitiendo su odio al producto del amor que ellos mantenían con tanto gusto y orgullo, tanto como para considerarlo desechaba, como un experimento o una prueba que salía mal y que sólo necesitaba ser arrojada a la basura. Y para Len y Rin, eso era algo bajo, realmente muy bajo.
—Está de más decir la dureza con la que esto habría sido tomada por los gemelos—la entrevistadora se había realmente interesado en el tema que estaba presentando, pese a que sabía el poco tiempo que le restaba a Luka durante el programa.
—Y de hecho, creo que esta es la razón por la cual decidieron continuar con todo el incesto que llevan, pero aún eso está por verse— añadió la peli rosada, aún sin resentirse en ninguna de sus palabras.
—Crees que ellos dos puedan reconsiderar sus decisiones tomadas últimamente— la reportera sabía que aquello ya no era tan concerniente, pero ya no le interesaba tanto.
—Pues… ellos han sido hermanos gemelos toda la vida, y como ya lo había mencionado, los dos son personas algo inestables— regresó a ese mismo tema —El incesto que practican, es la consecuencia de su situación emocional, en la cual, al sentirse abandonados de las atenciones necesarias que brindaría una madre o un padre— era sabido por todo fanático con dedicación de Vocaloid la historia de trasfondo familiar que cargaban los Kagamine —Buscaron un refugio emocional el uno en el otro, para de esta manera, poder satisfacer sus atenciones necesarias el uno con el otro— aseguró de nuevo —El problema, es que los dos se privaron tanto, que al momento de tener que complacer sus necesidades amorosas y sexuales, no permiten que nadie más entre al refugio que ellos dos habían construido, dando como resultado su incesto— una cosa para los Len y Rin, era que ella inventara cosas acerca de la casa entera de los Vocaloids, pero otra peor, era que comenzara a intentar analizarlos a los dos.
—¿Entonces los dos deberían de separase de sus lazos fraternales tan fuertes para poder dejar su obsesión incestuosa?— preguntó la entrevistadora, intentando obviar la respuesta.
—Así es, esta sería la única cura que podrían tener, separase de una manera que fuera sana para ellos dos— siguió insistiendo —Es decir, ni siquiera se separaban un solo momento durante el día, de inicio a fin estaban juntos— aquello quedaba muchas veces como un mero rumor entre fanáticos, pues algunos más pensaban que ellos dos ni siquiera eran hermanos gemelos y que se separaban al terminar sus conciertos y grabaciones.
—De acuerdo Luka—san, has sido muy amable de tu parte el haber aclarado todas esas dudas que teníamos los fanáticos— agradeció mientras que un grupo de productores también daban aplausos a la chica peli rosa, quien levantaba la mano en recibimiento de la gratitud.
—Sólo quería evitar que se le siguiera implicando alguna culpa a el resto de los Vocaloids del incesto de ellos dos— añadió Luka justo mientras que Len tomaba el control remoto —Y espero también que se desechen las teorías de una campaña publicitaria por Crypton…— eso fue lo último que se alcanzó a escuchar justo antes de que Len apagara la Televisión.
Los dos se sentaron unos momentos sin emitir palabra alguna, pues al fin y al cabo, ya no quedaba nada más que decir de lo que habían expresado durante la entrevista, ya que ambos se sentían sumamente indignados.
De pronto, una de las puertas se abrió, dejando entrar al joven Piko al lado de Miki, ambos bastante apresurados, aunque Miki estando más enfurecida, mientras que el chico estaba más que nada consternado.
—¡Ya vieron lo que esa maldita dijo!— gritó intentando alcanzar el control, remoto para sintonizar la entrevista.
—Lo sabemos, vimos su entrevista hace unos momentos— dijo Rin apresuradamente mientras que cruzaba sus brazos alrededor de sus pechos.
—¡¿Y no van a decirle nada?!— les preguntó con la misma ira que antes, dejando algo perplejo al chico albino.
—¿Y qué podemos decirle?— preguntó Len siendo sincero —Lo que dijo ya se convirtió en un hecho, independientemente de si es cierto o no…— comenzó a decir, pero fue callado por Rin.
—¡Al carajo, quiero gritarle a esa puerca rosada!— exclamó Rin mientras se levantaba y caminaba hacia la puerta, guiada a la sala de estar por Miki, de una manera energética, y seguidas de cerca por un consternado Piko y un preocupado Len.
Antes de terminar de bajar las escaleras, los cuatro se detuvieron a causa de los sonidos de gritos que llegaban desde la planta baja, y asomándose con sigilo, observaron a Gumi y a Lily discutiendo con una muy apaciguada Luka, quien prefería simplemente no prestarles atención a las dos.
Antes de que pudieran realizar la siguiente acción, ya fuera irse de la escena, o caminar en sentido de la discusión, la rubia mayor lo divisó con la mirada
—¿Por qué no les dices todo a ellos dos?— los señaló la rubia mientras que los gemelos se adelantaban al paso de Miki y lograban bajar hasta la sala de estar, para poder encarar a la peli rosada.
—¿Qué pasa?— preguntó cínicamente la Megurine, cruzando más firmemente los brazos.
—¡¿Cómo mierdas se te ocurre hablar así de nosotros dos?!— gritó Rin enfadada, a punto de salir de sus cabales.
—Rin, modera un poco tu lenguaje— le intentó recomendar Len, pero sus palabras cayeron el oídos sordos.
—¡Tú nunca estuviste alrededor cuando les contamos a todos la verdad!— exclamó — ¡Y ni mucho menos puedes saber lo que nosotros pensamos!— volvió a vociferar —¿Cuál es tu puto problema?— le preguntó asertivamente.
Luka la retiró con la mano, colocándola sobre su vientre para presionar con ligereza y provocar el retroceso de la joven.
—¿Por qué dijiste todas esas cosas?— Le preguntó ahora el Kagamine, atrayendo a su hermana y sujetándole de la mano.
—¿Están intentando culparme por defender a todos de sus estupideces?— sonó su voz con un tono acusador — ¿Es decir, después de que han jodido las cosas, me vienen a decir que no puedo intervenir ni siquiera un poco?— volvió a preguntar ofendida.
—¿Y esa es tu manera de intervenir?— preguntó ahora Miki — ¿Poniendo palabras en la boca de todos nosotros, pese a que ya habíamos aceptado el incesto de Rin y Len?— ella también usaba un tomo más que agresivo con la Megurine, pese a que en el pasado le había guardado el más fortalecido de los respetos.
—¡¿Aceptado?!— exclamó Luka, ahora siendo ella la indignada, levantándose —¿Sabes tan siquiera lo que piensan todos de este par de incestuosos?— los señalo con desprecio —Por si no lo sabes, ellos se han convertido en un carga innecesaria para todos— afirmó con toda la razón que poseía.
—Eso no es verdad, nosotros los apoyamos, aunque al principio no nos pareció lo más correcto del mundo— le refutó Lily, pareciendo que lo habría dicho varias veces en la anterior discusión con Luka.
—No, no es verdad, ustedes no son todos— le contradijo a la rubia —Los directivos de Vocaloid, los encargados de publicidad de Crypton, todas las personas quienes les han ayudado a llegar a ser algo en el mundo del espectáculo, incluyendo a los mismo fanáticos, se han sentido traicionados por aquellas cosas que ustedes publicaron de manera egoísta— volvió su cabeza para mirar a Len y a Rin y decirles aquello.
—¡Pues eso es una lástima!— exclamó Rin —Nosotros ya nos hemos esforzado demasiado en darles perfección durante los últimos seis años, y no tenemos por qué ser ningún jodido modelo de rectitud o de moralidad que ellos quieren que seamos— clamaba por su libre albedrio.
—Suenas como una idiota diciendo eso— dijo Luka con desesperación mientras que colocaba la palma de su mano en la frente —Puedes hacer lo que tú quieras como tú quieras, eso lo sabes— quitó su mano para mirarla con ira señalándola con el dedo firme frente a su cara —Pero si tus acciones, o de las de tu hermano, terminan dañando a los demás, no esperes aceptación ni reconocimiento de nadie, sino todo lo contrario, porque a nadie le gusta que un par de mocosos incestuosos— le aseguró con severidad, resistiendo sus ansias de recurrir a la fuerza física para desahogar su ira.
—¡Pues pueden quedarse con su aceptación si lo quieren!— esta vez fue Len quien intercedió por Rin, tomando el dedo de la peli rosada y apartándolo de la cara de su hermana.
—Además de que esas personas no importan— intervino de repente Gumi, entrando por primera vez a la conversación desde que los gemelos habían llegado —Esas personas son unas interesadas, que sólo desean obtener algo de ellos y de nosotros— lo decía como si no fuera algo evidente —Lo importante es que nosotros, quienes vivimos en esta casa, toleremos lo que ellos hacen y les puedan apoyar en lo más mínimo— por supuesto, que dejaba fuera a todos los que no estaba de acuerdo con ellos, es decir, Kiyoteru, Yuuki, Mizki, y Yuma.
—Ustedes son tan ignorantes…— se exasperó la peli rosada —Que no se dan cuenta de que están lastimando también a aquellas personas quienes los protegen— dijo entre dientes, soportando su propia ira —Quizá ustedes no se hayan dado cuenta de eso— le indicó a Gumi, Lily, Miki y Piko —Pero deberían de saber que Miku, Kaito y Meiko ya no están dispuestos a poner las manos al fuego por ustedes, porque se han dado cuenta de lo ridículo que es su simple deseo— les indicó a manera de reproche.
—¡Eso no es verdad!— refutó Rin —¡Ellas nos siguen apoyando!—
—¿Entonces porqué Miku no se ha atrevido a decirle a todos sus fanáticos que les apoya a ustedes dos en su difícil situación, tal y como lo prometió?— con esa pregunta dejó callados a los dos gemelos, al igual que al resto de los Vocaloids, quienes no se habían enterado plenamente de todo aquel asunto del abandono de Miku, lo cual significaba también el abandono de Kaito.
Sin mencionar que Meiko, al momento de contar todo aquello a Luka, estaría colocándose de su lado de manera discreta.
—Ya lo hará— aseguró Rin —Sólo necesita tiempo para hacer las cosas bien— intentó convencerse a sí misma, ignorando lo absurdo que resultaba imaginarse a Miku rompiendo las reglas de por una vez, como si nada le importara más que el bienestar de ellos dos.
—Claro que si, di eso cuanto quieras— despreció Luka su pobre credibilidad —Sólo espera un tiempo más y te darás cuenta de cómo todos empiezan a notar la pesada carga que ustedes provocan, y terminan abandonándolos a los dos— reprochó de manera sumamente certera. Miki intentó contradecirle, pero Rin la Kagamine le ganó la palabra.
—¡¿Entonces cuál es tu puta solución?!— preguntó Rin llegando a su límite de tantas acusaciones y declaraciones malintencionadas de la peli rosada —¡Todo lo que has hecho desde que llegaste, ha sido insultarnos y empeorar las cosas!— gritó con fuerza —Pero no he escuchado ninguna solución— Len se acercó más a ella, después de que su mano hubiera sido apretada por la chica.
—Rin, tranquilízate un poco— le dijo con preocupación en una voz muy pasiva —Vas a lastimarte a ti y a nuestro bebé…— intentó seguir diciendo, pero notó que la chica no se tranquilizaba.
—Saben muy bien cuál sería la única solución, y no es algo que estén dispuestos a hacer— les dijo a ambos —Dense cuenta de lo mucho que ya han jodido las cosas y dejen de vivir en ese tonto mundo de fantasía que tienen— justamente después de eso, caminó por entre los dos, y continuó su camino hasta subir escaleras arriba.
Lily y Gumi se quedaron incrédulas de la actitud tan filosa de la peli rosada, pues pareciera que ella estaba presente para representar a todos lo que odiaran al incesto de una manera pura. Miki no esperó nada más y tomó a Piko de la mano, para alentarlo a caminar también escaleras arriba, destinada a continuar con la discusión y seguir insistiéndole a la Megurine de lo errada que estaba su suposición, con solo algunas lágrimas saliendo de sus ojos a causa de la ira que tenía contra ella, y por lo mucho que deseaba que sus palabras lograran cambiar algo de verdad en el destino de sus amigos.
Y los gemelos. Ella solamente se sentó en el sofá, al lado de Len, quien no podía evitar sentirse extremadamente acongojado por aquellas cosas que había dicho su supuesta amiga, sintiendo que le había fallado a su amada prometida al momento de tener que protegerla.
—Rinny… no te preocupes por nada…— intentó tranquilizarla, aún sin saber que decir, pues ni siquiera él creía en sus propias palabras. Y antes de siquiera terminar una falsa apología, su querida hermana rompió a llorar, soltando un sonoro y continuo llanto desconsolado.
Len la abrazó como pudo, acariciando su cabeza con toda la ternura y delicadeza que le quedaba, comenzando a sentir como sus propios ojos se llenaban de lágrimas de dolor compartido con su hermana.
¿Por qué le había afectado tanto aquello que había dicho Luka? No era nada que no pudieran imaginar después de todo.
Más bien era el completo y total sentimiento de pérdida que les traía aquello que decía. Y es que, aunque en un principio, no se habían preocupado por nada más que el bienestar de su hijo o hija, ahora se daban cuenta de que ya nada sería como antes, todo el embarazo se había vuelto un proceso irreversible de sus vidas, y todo indicaba que las cosas irían de mal en peor, tanto para ellos dos, como para su futuro retoño. Y el problema era, que tan mal llegarían a estar, y si ya era demasiado tarde para intentar mejorar las cosas.
¿Acaso ya todo estaba perdido?
