La boda había pasado hacía un par de días ya, desde hacía días que el mundo entero habían hablado de la mejor de las celebraciones incestuosas del mundo, y la única por celebrarse en mucho tiempo más. Pese a no haber sido un gran detonante mundial en pro a los derechos de los deseosos de incesto consensuado, el asunto fue todo un cataclismo para los vocaloids.
Len y Rin seguían en el éxtasis de la dulce boda que habían celebrado, recostados uno junto al otro, con las piernas juntas y alternadas una sobre la otra, durmiendo sobre el sofá después de que el día entero, Rin se la hubiera pasado acomodando los regalos de los invitados y decorado parte de la habitación que suponía, sería para el esperado nacimiento del bebé.
Cerca de ellos, los demás vocaloids habían decidido dejarlos un rato solos, absteniéndose de intervenir de manera directa con lo que tuvieran que hacer. Principalmente, porque debido al embarazo, y a l consumo constante de medicamentos, habían dudado demasiado acerca de tomar vacaciones para una luna de miel, y había sido tanto el retraso de esto, que finalmente no habían hecho nada, pero Len tenía la idea de darle un viaje a algún lugar tranquilo y relajante a su hermana y esposa.
Las únicas personas que estaban cerca de ellos, eran los tres hermanos, el sacerdote, el médico, y el representante, sentados en la mesa de la cocina que tenía continuidad directa con la sala, quienes habían estado toda la mañana discutiendo de lo que les depararían los meses venideros mientras compartían una botella de ron, o al menos todos menos el sacerdote.
—La empresa está feliz con la explotación de la boda, salió en todas las noticias, y ganamos una millonada con las exclusivas, sin tener que molestar a los gemelos con paparazis— comentó Salta mientras que se sentaba con tranquilidad y estiraba los brazos —Sin duda veré un asenso en mi posición, o cuando menos, una oportunidad de embolsar la mayor parte del dinero que se generó— presumió mientras que trataba de mascar un poco más de tabaco, resultando este en el mismo destino que el resto de los trozos antes mascados, el bote de basura, en donde llevaba acumulados todos sus intentos fallidos por adoptar gusto por dicho producto.
—Ha sido un gran negocio, y debo de admitir que fue una boda buena, definitivamente deberemos de agradecer a Miki por todo el esfuerzo que se tomó en el asunto— dijo alegremente el médico mientras que se giraba a ver a su hermano el sacerdote —Me imagino que tú también has podido hacer un gran negocio con todo esto— golpeó el hombro del sacerdote un poco —O como quiera que le digan a lo que hacen las iglesias para seguir dilapidando el dinero de las personas— criticó débilmente mientras que Salta se burlaba con una risa sarcástica.
—Quieras saberlo o no, la iglesia consigue su dinero por donaciones, donaciones de personas quienes desean seguir una fe de manera propia y sin que se les haya obligado— intentó esforzarse en dejar de lado dicho estigma tan postergado durante siglos, pero se dio por vencido al recordar la manera de pensar de su hermano —De cualquier forma, quizá no ha habido una gran mejora para la forma de ver a la iglesia en este país, no ha habido ningún aumento en la cantidad de feligreses ni seguidores en ningún grupo religioso, pero he visto suficientes entrevistas y programas acerca del tema como para entender que al parecer el incesto ha tenido una mejor en su manera de ser visto— se alegró de decir eso último, a sabiendas de que a sus hermanos quizá no les alegraría tanto.
—Entiendo, que este apoyo se presenta siempre que la relación sea del tipo consensuada— agregó Salta a lo que su hermano había dicho, quizá con la mera intención de molestarlo —Pero lo entiendo, tal parece que fue realmente algo polémico, pero mientras que las acciones a favor superen las de oposición, no deberemos de preocuparnos— se sentó cómodamente aclarando lo que pensaba de aquel tema relacionado con la polémica del incesto.
—Así que eso es todo, esta ha sido la gran función que logramos sacar a flote, y si debo de decirlo, ha salido mejor de lo que pensé— opinó Mikhail mientras que buscaba más interés en el tema en el fondo de su vaso de ron.
—Suena como si no fuese suficiente para ti, o como si de alguna manera pensaras que ha sido una pequeñez— señaló su hermano el clérigo, comprendiendo la voz como una forma de burla conformista que buscaba menospreciar el asunto de la boda, y consecuentemente, el esfuerzo de Len y Rin por hacer que todo funcionara.
—Déjalo, de seguro él sólo está interesado en saber si es que su receta sale bien del horno o le estalla todo en la cara— hizo aquel sutil señalamiento el Maestro mientras que señalaba a Rin con un dedo mientras apoyaba el puño sobre la mesa —Lo que pase en el proceso, no le es de gran interés— sirvió un poco de ron en una de las botellas que habían estado sin usar, con el objetivo de borrar el sabor a tabaco crudo de su boca.
—Puede que me interese más en lo que se relaciona al resultado entero del experimento, en lugar de a los procesos— siempre había pensado de esa manera, siendo la clase de personas quienes no podían disfrutar el viaje, sino más bien el destino y su pronta llegada —Pero a lo que me refiero es a que… pese a que hayamos hecho todo esto, a que la hayamos armado realmente grande en este caso, ganado un montón de dinero y llamado la atención millones de personas, el mundo sigue siendo el mismo, habrá crisis económicas que acaben con cientos de miles de familias, carnicerías y masacres en medio oriente, guerras civiles en Europa del este… no sé si me explique, pero no ha sido la gran cosa— intentó dejar de objetar mientras volvía a agotar su bebida.
—Si intentas denigrar el evento solamente porque no ha traído la paz mundial, entonces te darás cuenta de que casi nada de lo que puedas hacer hará un verdadero cambio en la vida de la población mundial— defendió el asunto con un tono claro de haberse ofendido con lo dicho, pero de cualquier manera, seguiría en un estado de ánimo lo más neutral posible.
—Me parece que si quisieras que todo eso cambiara, podrías simplemente mover tu culo obeso e ir a solucionar cada problema por ti mismo, pero probablemente eres demasiado egoísta para eso— ahora fue quien Salta quien argumentó contra él, enfureciéndose un poco ese tipo de actitudes de gente pesimista que no puede hacer más que criticar por la mera razón de criticar.
—De acuerdo, quizá no me expliqué bien— finalmente intervino el médico —Lo que quiero decir es que, incluso con la cobertura mundial que le dimos al asunto, y al cambio en todo el asunto del incesto y su percepción ante el público… realmente todo lo que hemos hecho no importaría si el bebé no nace de manera segura— cuidó ahora de decir aquello de manera baja, sin molestar a Len y Rin, quienes parecían haber quedado dormidos mientras que ellos tres hablaban.
—Tienes razón… todo esto podría quedar derrumbado si es que el bebé no nace de manera… correcta— miró a los hermanos Kagamine, quienes se movían un poco más, incomodados quizá por mantenerse en esa posición todo el tiempo —Pero creo que hemos cambiado algo, al menos para un par de personas, hicimos posible algo que, en cualquier otro escenario, hubiera sido completamente imposible, darle la posibilidad de que tengan una buena familia, y una unión verdadera— sintió un poco de orgullo elevándose con la pronunciación de esas palabras, al poder confirmar que había hecho su trabajo de manera correcta.
—Si claro, somos los mejores ángeles guardianes del mundo, me vas a hacer llorar de alegría— respondió de manera sarcástica el Maestro mientras que se apoyaba con los codos en la mesa y entrelazaba sus dedos y colocaba sus manos frente a su cara —Lo importante ahora, es planificar lo que ocurrirá en los siguientes meses— volteó a ver a los dos de manera atenta —Con la boda ya hecha, y con las pruebas presentadas a favor de la unión de los gemelos, que se supone, ayudarán a entender a los legisladores que el incesto no es siempre dañino, creo que se acerca la hora de planificar su futuro, y con eso me refiero, a su futuro lejos de aquí— indicó ahora con menor sutileza mientras se apoyaba en el respaldo.
—No te preocupes, tengo mis planes para dentro de unos meses, solamente tengo que esperar a ver los resultados del embarazo— intervino rápidamente Mikhai, oponiéndose a su retirada pronta —Como entenderás, es parte de mi deber como médico saber la salud de mis pacientes antes de poder irme a otro campo de estudio— explicó de manera delicada, sin darse cuenta de lo que podría simplemente suponerse de sus palabras.
—Igualmente, creo que esperaré hasta que su bebé nazca, no podría irme y dejarlos solos, y recibir las noticias más tarde de manera remota— contestó ahora Thel, sintiéndose más seguro que su hermano el médico —Después de todo, Yuto tiene ya algunos cuantos planes posteriores, entre ellos, cabe la posibilidad de que salgamos como misioneros en dirección a medio oriente, más que nada, porque planeamos peregrinar a las ciudades santas más representativas en la vida de Jesucristo— se explicó amablemente, mientras veía a Salta inclinarse en su silla.
—De acuerdo, entonces está completamente decidido, yo me quedaré aquí, planearé algunos cuantos conciertos, y pasado el nacimiento del bebé, espero que se logre la popularidad necesaria para iniciar un proyecto de Vocaloid en fase tres— bajó mucho más la voz, casi sin importarle si era escuchado o no.
—¡¿Una fase tres?!— exclamó Mikhail con emoción mientras que abría los ojos de par en par, para después girarse y ver a Len y Rin mientras que su hermano mayor lo silenciaba.
—Entonces seguirás explotando jóvenes, como siempre, pensé que toda la experiencia con Len y Rin y los demás te había hecho renunciar a esto, dar un paso atrás en el proceso— Thel expresó cierto punto de vista negativo, más que nada, en base a los propios comentarios de su hermano.
—Por supuesto que jamás dije que me retiraré— aclaró el representante —Yo siempre he dicho que la única razón por la cual uno debe de dar un paso atrás, es para tomar impulso y llegar más lejos— sintió su voz llenarse de inspiración.
—Al parecer estamos viendo a un nuevo Salta— no pudo evitar en médico burlarse un poco de la forma en la que había hablado, pro alegrándose sumamente de que se fuese a continuar algo como el proyecto Vocaloid —Entonces me imagino que ahora todo será mucho más grande, espectacular, con más talentos musicales— comenzó a explorar las posibilidades de manera mental, todo lo que aquello podría traer.
—Más personas a tu cuidado… no has demostrado que eso sea muy buena idea— gritó su cabeza de un lado a otro mientras que miraba a su hermano con un poco de desaprobación.
—Obviamente eso no le importa a los principales productores, les importa que su producto esté entregado— se burló Salta un tanto por la continuidad del concepto que le había funcionado desde hace mucho tiempo —Claro que, tendrá que pasar mucho tiempo antes de lograr la aprobación proyecto, pero estaré preparado para eso en cualquier momento— volvió a burlarse tan solo por haber visto la expresión de horror de su hermano, siempre tan calmo y agradable.
—Bien, entonces me parece que por ahora no hay nada más que discutir— trató de concluir el tema el médico , acomodándose en su asiento mientras que se servía un poco más de ron, intentando alcoholizarse un poco.
Sus otros dos hermanos se ocuparon en sus propios asuntos, mientras que veían a Len y Rin lentamente levantarse del sofá tras haber estado dormidos por un par de horas ya desde el inicio de la tarde. Los dos se tomaron de la mano y subieron al cuarto con velocidad, sin siquiera despedirse de los tres hermanos quienes se quedaron sentados en las sillas alrededor de la mesa. Los Kagamine tendrían su pequeña noche de vuelta a la luna de miel.
De todos los invitados, la mayoría se habían retirado satisfechos, sintiéndose altruistas al haber asistido a la boda de un par de personas que se podía decir, representaban un amor puro. Por supuesto, el ambiente de romanticismo logro contagiar a la mayoría de los compañeros de la casa.
De manera similar, Mikhail y Thel habían adoptado perfiles más bajos por los días siguientes, Thel teniendo que regresar a conversar con Yuto de ciertos detalles de la administración de la iglesia que había dejado, y de una buena vez, planeando la celebración eclesiástica de la natividad de Cristo. Mientras que Mikhail se iba a tomar unas vacaciones de todo el asunto en lo que se recibía el veredicto final acerca del asunto de la legalización de la boda de Len y Rin.
—Entonces… recapitulemos— dijo Meiko mientras estaba sentada en el sofá de la planta baja de la casa, habiendo pasado ya algunas semanas desde la boda. Frente a ella, en el sofá doble, se encontraba sentada Miku al lado de Kaito, ocupando un mismo espacio del sofá mientras que al lado de ellos estaba incómodamente sentado Gakupo, quien se negaba a dejar su lugar pese al acaramelamiento de los otros dos debido a que creía su derecho de antigüedad el poseer ese asiento. A su lado, en el sofá triple, estaba sentada Gumi junto a Lily a la par, sin mayor contacto que el que el reducido espacio les obligaba, y al lado de ellas dos, estaban Miki y Piko, quienes solamente tomaban sus manos mientras sus dedos se entrelazaban de manera poco notable.
—Creo que Mikuo y Luki terminaron realmente juntos, si es que entiendes a qué me refiero— dijo Gumi de manera pícara mientras se giraba a ver a Miku, quien seguía sentada en las piernas del peli azul —Me parece, si lo que me contaron es verdad, que buscarían la forma de volver a estar juntos, con todo lo que eso implicaría— volvió a dar un pequeño giño mientras decía todo aquello.
—Me parece… me parece perfecto, no tengo absolutamente nada en contra de las uniones del mismo sexo, y es todo lo que diré— se apresuró a contestar la peli verde, indignada por el hecho de que todos esperaran una reacción intolerante de su parte.
—Sí, de hecho, a Miku no le importa que su hermano sea un sodomita, ni que se crea una linda mariposa— se burló el peli azul mientras que tomaba a su prometida de la cintura, riéndose altamente, a lo cual la peli verde no pudo hacer más que soltar un fuerte codazo en el área de su estómago, acabando con sus risas de una manera repentina.
—Continua con esas estúpidas bromas, y verás lo buen esposa que puedo llegar a ser— sujetó un mechón de cabello azul entre sus dedos y lo jaló con fuerza, con su voz más amenazante posible.
—Y ustedes dos, pequeños tortolitos— Meiko se refirió a aquella pareja mientras entrecerraba sus ojos —¿Cuándo van a hacer valer el compromiso que se hicieron?— miró como aún se tomaban de las manos con los anillos de plata en sus dedos correspondientes.
—Eh… no hemos planeado ninguna fecha todavía— contestó Kaito con nerviosismo mientras que movía incómodamente sus piernas y chocaba sus talones.
—Nos casaremos el próximo año, en el mismo día de mi cumpleaños— adelantó Miku a anunciar sin poder dejar que su novio elevara la voz para defender su opinión respecto a la planeación de la boda.
—Me alegro mucho, y espero que me consideren a mi como su planeadora de bodas— elevó ahora la voz la joven Miki —Recuerden que trabajo con un presupuesto razonable, pero soy sumamente efectiva en cuanto a lograr perfeccionar las fantasías de boda de la infancia— continuó anunciándose mientras se inclinaba en dirección a los dos, moviendo su mano de manera circular.
—¿Len y Rin te pagaron algo?— preguntó Piko curioso mientras que hacía que ella se girara para verlo.
—Piko, este asunto es mi pasión, siempre que no tenga que pagar nada, y que pueda disfrazar las facturas para mis gastos personales, todo estará bien— le susurró al oído mientras se molestaba por tener que hablar de esas cuestiones en medio de sus amigos.
—Creo que preferiría simplemente llamar a una verdadera profesional, señorita Miki— indicó Miku un tanto despreciativa ante el ofrecimiento de su amiga, enfatizando claramente sus palabras, con respecto a la veracidad y a la profesionalidad.
—Si bueno, es entendible…— la peli rosada trató de no sonar por completo ofendida ante aquellas palabras —Pero espero que cuando menos pidan a un verdadero profesional al momento de tratar de solucionar el problema de la esterilidad de Kaito—pronunció lo más rápidamente para después cubrir disimuladamente su boca, a lo que los demás solamente respondían con una cara boquiabierta ante la manera la ruin forma de responder aquello.
—Bueno… y hablando de matrimonio igualitario…— salió Meiko de la zona de incomodidad a la que se había metido la situación —Gumi… falta que tú nos cuentes acerca de lo que pasó entre tú y Lily en la cocina de la recepción— le llamó de manera pícara mientras que entrecerraba los ojos, dando a entender que sabía algo que probablemente, a la peliverde le daría pena contar.
—¡¿Lily y yo?!— soltó el grito de sorpresa mientras daba un pequeño brinco en su propio lugar.
—Por favor, Gumi, todos sabemos lo que ocurrió algo ardiente entre ustedes, el Maestro nos dio bastantes pistas acerca de eso— Miku argumetó mientras que levantaba las manos para evitar que la peli verde siguiera pretendiendo locura —Bueno, en su defensa, sólo nos dijo que no fuéramos "Homofóbicos con ustedes"— levantó los dedos para hacer las comillas, no creo que fuera imprudente de su parte.
—Digamos… que lo que pasa en la carpa de postres, se queda en la carpa de postres— dijo Lily con cierta presunción, estirando los brazos y alcanzando con uno de ellos el cuello de su novia, y la jalaba hacia si misma, dándole medio abrazo mientras que ella solamente reaccionaba cubriendo toda su cara sonrojada con completa pena por si misma.
—Al parecer todos terminamos con pareja… que lindo— expresó Miki mientras juntaba sus manos y las apoyaba en su mejilla.
—Excepto… Kiyoteru… le dieron veinticinco años sin posibilidad de libertad condicional— recordó Piko mientras levantaba la mano, como pidiendo el turno para hablar.
—Es un criminal, él no cuenta, además de que su contrato con Vocaloid fue cancelado al finalizar el juicio— recordó Miki, intentando probar de nuevo su punto —Y antes de que digas algo más, creo que Yuki y Ryuuto son ahora mejores amigos que antes, a solo un paso de ser pareja, así que ellos también cuentan— elevó ahora ella su dedo, como para silenciar al peli blanco.
—Iba a recordarte la existencia de VY1 y VY2, o por sus nombres de pila, Mizki y Yuma— habló de manera lenta, tratando de comportarse más educadamente que su novia —No creo que ellos dos tengan pareja, a menos de que quedaran entre ellos dos, lo que ambos sabemos que sería ilógico— expresó con claro don de superioridad deductiva sin imaginar lo que ocultaban los dos primos.
—Oh… ¿No lo sabes?— preguntó intrigada Miku con un poco de seriedad en su mirada.
—El Maestro dijo que Yuma y Mizki ahora son pareja— dijo Kaito con el mismo tono discreto y serio, como si estuviera revelando uno de los grandes secretos del universo.
—Comenzó a soltar el rumor hace unos días… parecía que quería burlarse de Yuma y Mizki a sus espaldas, aunque no sé si ellos sepan que nosotros sabemos— Informó ahora Gakupo compartiendo el mismo tono sombrío de sus amigos.
—Sabemos que es cierto porque los empezamos…— Dijo Miki, tratando de hablar de una manera un poco más leve, incluyendo a todos al inicio de su corto discurso —bueno, yo empecé a fijarme más en lo que hacían en como se comportaban, y estoy un noventa y cinco porciento segura de que son pareja— aseguró como si hubiera una clase de cálculo relacionado con el asunto —creo que Mizki se enamoró al cuidar a Yuma de manera tan atenta… ya sabes, desde lo del secuestro— admitió que aquella era solo una teoría, pero algo sumamente factible, en especial desde que el peli rosado no podía ni siquiera caminar y tenía que ser llevado en silla de ruedas a casi cualquier lugar.
—Bien… creo que al menos no es tan malo… al menos así tendrán que llegar a entender la situación de Len y Rin— pensó Piko en voz alta mientras que salía des desconcierto de enterarse de tal ironía.
—A mi me parece que es simple hipocresía— opinó tajantemente Gakupo —Se la pasaron odiando el incesto por completo todo el tiempo, y al final tenían que darle una probada para que les gustara— dijo de manera menos agresiva, pero manteniendo la irritación.
—Eso no es una hipocresía— defendió Mieko a la pareja ausente —Hipocresía, hubiera sido incitar a Rin a que hiciera un aborto y luego haber brindado en honor al bebé durante la boda— fue ahora la castaña la que levantó la voz —Tal y como hizo Luka—
—¡Eso lo hiciste tu!—contestó Gakupo indignado por la difamación de su novia peli rosada.
—No es por ofenderle, Gakupo, pero mientras que casi todos han logrado perdonar a Len y Rin, ella hizo su pequeño "dramita" en la boda— habló Kaito con el obvio deseo de ofender a Luka —Honestamente, me sorprende que sea tan infantil, en lugar de simplemente aprender a ser una persona civilizada y convivir— declaró con una madurez tal que sorprendía a todos los presentes.
—Ustedes no la entienden… ni siquiera su hermano lo hace, solo pocas personas la podemos entender—'replico nuevamente sin dejar de sentirse ofendido por lo que decían a de ella a sus espaldas.
—Quizá no necesites entenderla… ella es la clase de personas que necesitan estar un poco más solas que el resto— le dijo Meiko mientras le dedicaba una mirada sincera. Gakupo pareció conectarse con él durante unos instantes, justamente antes de girar la mirada y voltear a ver a otro lado.
—Tal parece que al fina, todo esto se hizo posible gracias a la forma en la que nos obligaron a estar juntos— opinó Miki, atrayendo de nuevo la atención del grupo —Creo que… por raro que suene, esto fue a causa del Maestro— se sorprendió al alcanzar esa conclusión lógica.
—Quizá este fue su plan todo el tiempo… quizá fue su idea que todos termináramos en parejas— llegó Piko a lo absurdo con su contribución a la construcción lógica de Miki.
—O tal vez sea sólo un tacaño, degenerado y sociópata esa es mi teoría— compartió ahora Lily con un tono definitivo, dándole un punto de cierre a la conversación.
Por parte de Len y Rin, los dos comenzaron a llevar más pesadamente la verdadera parte trabajosa del embarazo. Pese a que tenían ya todo preparado para la llegada del bebé, refiriéndose a lo que se requería con los objetos físicos que lo rodearían a su nacimiento, pero realmente les faltaba acondicionarse.
De tal manera que durante los siguientes meses, estuvieron atendiendo a terapia de parejas, en donde se irían preparando física y mentalmente para la llegada del bebé. Desde ejercicios de respiración, hasta una serie de trabajos en los cuales tenían que prepararse en caso de cualquier clase de emergencia que pudiera tener un recién nacido.
Atendían a estas clases a diario y pedían consejo a cuanto especialista pudieran contactar, sabiendo que quizá no sería un nacimiento normal. Terminaban algo agotados al final del día, pero financieramente estaban bien, aquello se había convertido en una especie de trabajo, y el Maestro les había concedido el tiempo libre que necesitasen para sus necesidades.
Desafortunadamente para Len, hubo un periodo en el que a Rin no le apetecían las relaciones sexuales tanto como al inicio, aproximadamente al segundo trimestre del embarazo, pues ella describía sentirse "descompuesta" durante casi todo el día, teniendo que descansar casi todo el tiempo en el que no estaba haciendo una actividad relacionada con el bebé.
Aquel periodo fue de los más incómodos para Len, pues tenía que satisfacer constantes antojos de su hermana, y estar al tanto de ella las veinticuatro horas del día, dormir abrazándola de lado para que no aplastara su propia panza, y acompañarla en cada baño que se daba para asegurarse de que no ocurriera ningún accidente.
Así vivieron esos días de intermedio, de entre la boda y en nacimiento del bebé, pero hubo un día en el que tuvieron que visitar a sus padres. El único detalle existente en aquella visita, es que fue por las temporadas invernales, los dos tenían que viajar bien abrigados, y por supuesto, con todas las medicinas necesarias. para esas fechas, la pancita de Rin había crecido bastante, pese a que el resto de su cuerpo se miraba todavía algo esbelto.
Llegaron para el día veintitrés de diciembre a las puertas de su antigua casa.
—No puedo olvidar pensar en lo que hicimos la última vez que estuvimos aquí— dijo Rin con un tono tranquilo, tomando a su hermano de la mano mientras a su alrededor, por efecto de la nevada de la noche anterior, todo estaba cubierto de nieve blanca.
—¿Te refieres a…? —Intentó deducir Len mientras se giraba a verla, tras haber tocado el timbre —Ah… ¿Te refieres a concebir al bebé?— preguntó con una sonrisa bastante burlona.
—Si… fue una noche algo loca…— dijo Len con un sonrojo mientras se movía incómodamente en su mismo lugar —Fue culpa de papá y mamá por haberse ido— comentó con una voz algo amarga, tan solo para escuchar el sonido de la puerta abriéndose.
—¡Hijos míos!— gritó el padre de los gemelos, Tobi Kagamine, provocando que las caras de estos dos pasaran de estar enrojecidas a estar completamente pálidas.
—¡Papá!—gritaron los dos al unísono, viendo como este abría los brazos, los dos se abalanzaron a abrazarlo juntos. se había dejado crecer bastante la barba, y usaba su abrigo de piel, con una bufanda azul con blanco y negro.
—Tal y como cuando eran pequeños, hablando como si fueran uno solo— comentó alegremente Tobi, al notar la manera tan perfecta en la que sus voces se habían sincronizado y por la forma en la que se habían coordinado automáticamente para dar el abrazo como lo hacían de chicos.
—Gracias por recordarnos eso— dijo Rin con sinceridad, pero a la vez sonando sarcástica, como sintiendo que su padre decía esas cosas a propósito para recordarles que eran hermanos.
—Oh, lo lamento mucho, Rin— se disculpó su padre —Ahora debería de tratarlos no solamente como adultos, sino también como la pareja de casados que son— dijo su padre adivinando la molestia de su hija.
—Padre, frente a tus ojos y los de nuestra madre, nosotros seguimos siendo tus hijos, eso nada lo podrá cambiar— habló Len con responsabilidad, empujando a su hermana para que entrara por la puerta —Solamente que ahora Yo soy tu hijo y tu yerno y Rin sigue siendo tu hija y mas ahora es también tu nuera— explicó con la elocuencia característica de si mismo, casi como si hubiera planeado decir eso desde hace mucho tiempo atrás.
—Si, claro que eso lo mejor todo, hijo mío— Contestó Tobi de manera un poco sarcástica, cerrando la puerta tras de si mismo. El espacio era algo apretado dentro de la casa, como siempre lo había sido. Directamente frente a la puerta estaban las escaleras que subían a los cuartos, del lado izquierdo una pequeña sala con una mesa en medio y una salida a un jardín reducido, en donde Len y Rin solían jugar, y del lado derecho la sala en donde había un juego de sofás alrededor de una televisión de la decada pasada, comprada cuando Len y Rin eran adolecentes.
—Todo sigue como antes— comentó Rin al olfatear el dulce aroma navideño de los viejos adornos que, por tradición familiar, solían conservar cada año para volver a colocar el siguiente.
—Incluso la misma televisión— comentó ahora el hijo— Creo que las pantallas LED no cuestan demasiado como para que no se ajusten una con lo que ganan— señaló a la televisión apagada, sin siquiera darse cuenta de que su madre estaba cómodamente sentada en el sillón que daba directamente a la entrada a la sala.
—Tu madre y yo casi no la vemos, y hablando de ella— agregó su padre mientras que pasaba junto a ambos —Quizá sería más amable que la saludaran antes de criticar nuestras decisiones adquisitivas— se acercó entonces a su esposa Kara, quien estaba leyendo desde el inicio de la tarde.
—¡Mamá!— gritaron los dos con la misma sincronía de antes mientras se acercaban a grandes pasos hacia ella, apenas permitiéndole que se levantase antes de que fuera abrazada por ambos.
Pero fue entonces cuando Rin, al hacer un poco más de presión con su panza.
—Disculpa— dijo Rin mientras se separaba a la par de Len —Se siente raro moverse con el bebé dentro— rió un poco mientras que su madre se acercaba a Tobi, tomándolo de la mano y besándolo rápidamente en la mejilla.
—Lo entiendo muy bien, hija— dijo ella mientras que miraba rápidamente hacia abajo, observando el embarazo tan progresado de su hija, y pensando en si misma a la vez.
—Bueno… me alegra que todos los cuatro estemos de nuevo juntos, en especial en estas fechas— comentó Len sintiendo un poco pesado el ambiente, para despues notar algo que le parecía ligeramente diferente en su madre con respecto a la boda de unos tres meses atrás —Mamá… me parece que estás… subiendo de peso— sin siquiera poner cuidado en herir sus sentimientos.
—Parece que has engordado, pero solo poquito— intentó Rin disculpar a su hermano mientras ella misma notaba el cambio en su madre.
—Creo que… es algo que nosotros ya sabemos— contestó ella sonrojándose un poco, a lo cual su esposo le tomó por la cintura.
—Espera… he visto esto antes— Len frunció el seño tras decir aquello, ahora tratando de hacer memoria de manera más apropiada —¡Espera!— gritó fuertemente —¡Estás embarazada!—
—¡No puede ser!— exclamó Rin de manera similar mientras que se percataba de que estaba en lo correcto, de que su madre estaba en estado de gestación.
—Así es… dentro de poco tendrán un par de nuevos hermanitos o hermanitas— respondió amablemente, dando a entender que serían gemelos.
—¡¿Pero cómo puedes estar tan tranquila?!— preguntó Rin elevando la voz sin siquiera premeditarlo.
—Es algo demasiado serio, y demasiado delicado para que lo tomen con tanta delicadeza— completó Len con un volumen menor, pero con un tono tan preocupante como el de su gemela.
—¡Tienes casi cuarenta años, esa clase de embarazos son tan problemáticos!— volvió a gritar Rin, terminando el regaño que estaban arrojando a sus padres.
—Ahora son ustedes quienes se sienten con el derecho de decirnos a nosotros, lo que es arriesgado y lo que no— se indignó su padre mientras que levantaba las manos, como si deseara exponer la enorme ironía que encontraba en ese instante.
—Nosotros tenemos justificación, somos jóvenes, en cambio es la segunda vez que ustedes pasan por algo como eso— Respondió Len con la pura intensión de no sonar demasiado inmaduro.
—¿Cómo se les ocurrió que sería una buena idea?¿No pensaron en lo arriesgado que sería?— siguió Rin exaltándose, quizá demasiado para su condición, pues sintió casi de manera instantánea como si su cuerpo entero se cansara.
—Sabemos todos los riesgos que hay, sabemos que este es un riesgo enorme— contestó la madre de los jóvenes elevando un poco la voz —¿Y saben una cosa? No es la primera vez que nos ocurre esto, el de ustedes, también fue un embarazo arriesgado— dijo muy para la sorpresa de ambos —Yo tenía dieciséis años cuando quedé embarazada de los dos, imagínate a ti misma, Rin, hace cuatro años, embarazada, sin dinero para tener todos los médicos al alcance de la mano… no estaba completamente desarrollada, mi cuerpo no estaba preparado para eso— pronunció entristecida al recordar como en aquellos tiempos solamente tenía a una persona la cual le apoyara.
—¿Pero… entonces porque arriesgarse de nuevo?— preguntó Rin mientras que su hermano se quedaba en silencio tras esa revelación.
—¿Y quieren que hagamos? ¿Quieren que desechemos a los bebés solamente porque hay riesgo?— preguntó de nuevo Kara, intentando darles a entender el problema a sus hijos, esperando un poco más de empatía por parte de ellos, quienes habían pasado por algo tan peligroso de primera mano.
—No… pero…— Ahora Rin se silenció por completo, dejando que su padre tomara la palabra rápidamente.
—Miren… sabemos a lo que nos atenemos, no se preocupen… pase lo que pase, esos niños, o niñas, estarán bien— aseguró Tobi mientras alzaba la mano como para defender a su mujer.
—Supongo que ahora nos entienden mejor…— Dijo Len de la nada —Ya saben, toda la presión con un embarazo que se puede complicar…— dijo Len sin querer sonar cruel, pero lógico.
—Siempre los entendimos, lo que no entendíamos, era de donde había salido el incesto— repuso el padre de los jóvenes mientras que sonreía —Eso nos costó un poco más tiempo en digerir— pero incluso con ese comentario, siguió sonriéndoles, mostrándoles que no era demasiado serio.
—¿Dijeron que son bebés?— habló Rin ahora, queriendo salir de la sombra de la conversación —¿Ya confirmaron que serán dos?— preguntó con bastante interés.
—Si, fuimos con el mismo médico que los atendió a ustedes, dijo que nos haría un descuento en el tratamiento especial con el que nos ayudaría a detectar problemas… pero estamos buscando opciones más económicas— explicó rápidamente Kara con algo de desagrado.
—Nos hubieran dicho desde antes… les habríamos ayudado a pagar cualquier cosa desde antes, tenemos mucho dinero gracias a los conciertos y otras cosas— contestó Len.
—No creo que sea apropiado que los hagamos pagar por nuestras cosas— replicó el padre de los chicos, intentando no sonar demasiado orgulloso, pues eso ya era algo que le había costado mucho antes en su vida, y no pensaba retomar.
—Ustedes y nuestros hermanitos no se tendrán que preocupar por nada relacionado con el dinero— exclamó Rin sin consideraciones a dicho orgullo.
—Está bien… pero solo los gastos del doctor…— acordó Kara mientras que le sonreía a su esposo y le daba la mano.
—Pero eso será solamente, si nos aclaran más el asunto— insistió Rin, dejando de nuevo la sonrisa de lado, y elevando la voz —¡Dijeron que son gemelos!— se exaltó ahora con alegría.
—¡Si, es asombroso!— ahora Len compartió la alegría —¡Dos pares de gemelos, no puedo esperar a ver como serán!— caminó en dirección de sus padres y puso sus brazos alrededor de sus cuellos, pidiéndoles que les contaran hasta lo último que sabían, y mejor aún, lo que esperaban.
y después de eso, comenzaron a hablar animadamente acerca de lo que esperaban para sus hermanos, o lo saludable que podría salir en realidad, siempre dando comentarios positivos.
El día de navidad llegó, y fue de hecho, celebrado como cualquier otra navidad, pese a que habían carecido de dicha celebración durante un par de años en el pasado. Y como en todas sus otras celebraciones de esa clase, no hubo regalos, pues sus padres siempre acostumbraban a darles sus regalos el día de sus cumpleaños.
La Noche Buena se reservaba a los rezos típicos realizados en espera de la Natividad de Jesucristo. Y al siguiente día, aparte de los cantos, y de ir a la iglesia, realmente no hubo más celebraciones. Esas eran las costumbres que tenían.
Para el día de sus cumpleaños, fueron a recoger a su abuela a la estación de tren, y ella confesó que sabía del embarazo de Kara desde hace mucho tiempo más que los gemelos, prácticamente, desde que los padres se lo habían contado, el mismo día en el que se habían enterado.
El verdadero día de celebración, fue el veintisiete de diciembre, el cumpleaños de los gemelos, aunque de nuevo, ese día Rin se sintió sumamente enferma, por lo que prefirió quedarse en la cama hasta tarde, con Len sentado a su lado y tomándole la mano todo el tiempo mientras algunos familiares entraban a verlos. Pero una vez que pudo levantarse, bajó junto con su hermano a la sala, en donde fueron recibidos por su pequeña familia, más un par de invitados que sus padres querían llevar para que los vieran, pues esas personas, que no eran más que un grupo de cinco personas de la localidad que conocían a los gemelos, fueron los únicos que entendieron el amor que se sentía, y no criticaron de mala manera su unión incestuosa.
Esa fue la última gran entretención que tuvieron hasta el mes de marzo, cuando nacieron sus hermanas, de manera prematura, y tuvieron que permanecer en incubadora, según el médico, más a causa de edad de la madre que por otra cosa, y a la vez, se dieron cuenta de que ellos también habían sido puesta en una. Tuvieron un par de niñas, de ojos color verde silvestre, como los de su abuela, y cabello un poco más oscuro que el de los gemelos, algo anaranjado.
Exactamente dieciocho días después de eso, nació el bebé de Len y Rin, sobrino de las pequeñas. Estos son de manera general, los detalles que habría que agregarse.
