29. Celebraciones

Inicialmente, este capítulo habría de ser publicado el segundo día domingo del mes de Mayo, correspondiente al diez de ese mismo mes, fecha en la que se suele celebrar el llamado día de la madre, y como complemento especial, se agregaría la segunda parte el tercer domingo de Junio, correspondiente al día 21 de ese mismo es, referente al día del padre. Pero el tiempo me apretujó un poco en las cercanías de ambas fechas, y decidí juntarlos ambos drabbles para publicarlos juntos, como día de la madre/día del padre. Disfruten.

Era el día de la madre. Len y Rin, como todos los años, habían planeado simplemente mandarle un regalo prefabricado a su madre con la esperanza de que ella les mandara algo similar durante sus cumpleaños, pero debido a la superación de muchos de sus problemas intrafamiliares, y la aceptación tanto de la relación incestuosa, como del embarazo de su madre, habían prometido mayor cercanía. Y ahora, siendo mayo, y al acercarse el día de la madre, sus padres habían recibido uno de los mejores regalos posibles, que era poder recibir tener a sus hijas en brazos, fuera de la incubadora en la que habían estado tanto tiempo. por las complicaciones del embarazo.

—¡Len, apúrate!— gritó Rin mientras que estaba en la sala cargando a su bebé en brazos abrigado con una manta de color azul. Estaba vestida con un vestido de color amarillo claro, con un chaleco amarillo fuerte, y una falda blanca. comenzaba a dar pasos de un lado a otro mientras movía sus brazos, meciendo a su hijo.

—Ya casi estoy…— Dijo Len lentamente mientras salía del baño, ajustándose una corbata del mismo color que la de su hermana —Va a ser solamente una reunión familiar, no entiendo porque ir con tanta formalidad, bien podríamos ir con nuestros uniformes de vocaloid— dijo bastante molesto cuando su hermana lo estranguló un poco con la corbata, tratando de ponérsela bien.

—Porque nuestras hermanitas acaban de salir a la incubadora… es la primera vez que las vamos a ver, y quiero que todo sea perfecto— contestó mientras terminaba de atar bien la corbata, algo que le había resultado imposible hacer por si mismo a su hermano.

—De acuerdo… pero ciertamente no creo que ellas vayan a fijarse en que traemos puesto— contestó fastidiado mientras se ponía su suéter —Quiero decir, mira a Vigo, el lleva más tiempo en el mundo real y todo lo que hace es quedarse viendo a la nada hasta reírse o llorar— señaló a su hijo mientras este se quedaba viendo la luz del techo atentamente con el chupón en la boca a punto de caérsele, justo antes de ponerse a llorar.

—Deberías de saber que es su forma de descubrir el mundo— dijo ella molesta mientras se acercaba a ayudar a su bebé a tranquilizarse.

—Al menos podemos saber que piensa en algo— dijo mientras recogía el chupón y se lo ponía en la boca —Apuesto a que nuestro pequeñín será el mejor alumno de toda su clase— lo besó ligeramente en la frente y presionó su mejilla con sus dos dedos.

—De acuerdo, tenemos que irnos rápidamente, no queremos llegar demasiado tarde— dijo sarcásticamente al ver la hora que era.

Ambos salieron de la casa y se subieron a la limusina con el Maestro plan sería llevarlos a la estación del tren, desde donde podrían tomar el tren hasta la casa de sus padres. Sería un viaje largo, pero por suerte, llevaban todo preparado en el más desastroso de los casos en los que el bebé se pusiera a llorar o tuvieran que cambiar los pañales.

—Tienen suerte de que sus vacaciones continúen, de otra manera, estarían encadenados en el sótano hasta que se pusieran a cantar de nuevo y armaran todo un álbum nuevo— les dijo a los dos mientras que ambos se molestaban, pero lejos de volver a decir algo más ofensivo, se concentró en seguir conduciendo mientras que ellos solamente se concentraban en hacer el viaje cómodo para el bebé.

Después de descender del vehículo, se dirigieron a la estación del tren, y tras cambiar el pañal del bebé en el baño de la estación, los dos se dirigieron al tren, en donde pasaron las siguientes horas hasta llegar a la prefectura de donde eran natales.

Entraron a la casa de forma distinta a cuando estaban llegando en los días cercanos a la navidad, pues esta vez, a Len no se le había olvidado la llave. Notaron una enorme diferencia en la iluminación de la sala en cuanto dieron los primeros pasos, habían hecho reparaciones y mejoras en las ventanas y en los focos, añadiendo un par más. Al parecer querían todo perfecto para las gemelas, y Vigo no percibió el cambio, había quedado dormido tras haber llorado durante el inicio del viaje en tren.

—Len… Rin…— les llamó su padre con un susurro. Parecía haberse vuelto más viejo en sólo un par de meses, pues ahora casi veían en su cara una década más, apenas para los cuarenta años a los que ni siquiera llegaba en realidad. Vestía su camisa con las mangas retraídas, unos lentes, y parecía que no se había rasurado desde el invierno. —Me alegra mucho que vinieran— susurró de nuevo, acercándose a ellos y abrazándolos.

—A nosotros también nos alegra haber venido— dijo Len mientras sentía el fuerte abrazo de su padre.

—En cuanto supimos que iban a salir para el día de hoy, tuvimos que planear nuestra visita— Dijo Rin mientras levantaba a su hijo para su padre lo viera.

—Muchas gracias… de verdad apreciamos que hayan venido y que hayan traído a nuestro nieto— sonrió y dejó de hablar en susurro —Hola pequeñito— le dijo a Vigo mientras lo cargaba en sus brazos y le besaba la coronilla del cabello —Es más pesado que Len a su edad… quizá es porque nacieron los dos prematuros— reflexionó mientras que hacía que lo siguieran y entraban a la sala.

En aquel recinto la televisión había sido removida unos metros junto con los muebles, y ahora una gran cuna anaranjada se encontraba en el espacio que se había logrado despejar. Recargada sobre aquella cuna se encontraba Kara, vistiendo una blusa larga y rosada con un suéter anaranjado, viendo hacia adentro de esta y estirando sus manos, acariciando a las pequeñas que se encontraban dormidas adentro.

—Amor, mira quien vino a visitarnos— le anunció Tobi, provocando que esta se levantara y tan pronto como lograra girar, viera a su nieto adormecido en los brazos de su esposo.

—Pero si es mi pequeño Vigo— dijo con una voz chillona y alegre, prácticamente arrebatando al bebé rubio en cuanto lo tuvo a su alcance —Ha crecido machismo, ahora en un bebé grande y fuerte de casi dos meses— dijo mientras provocaba que se despertara pero de una manera un tanto más tranquila de lo que sus padres habrían temido.

—Nosotros también vinimos con el bebé…— dijo Len de manera sarcástica saliendo de por detrás de su padre, acercándose a ella sin preguntar y saludándola con un abrazo y un beso de manera simultanea.

—Queríamos ver a nuestras hermanitas… sólo para llenarnos más del clima de nacimiento ajeno— dijo alegremente mientras que intentaba tomar a su bebé, quien comenzaba a mover sus brazos y a estirarlos tras haber tenido su siesta, pero siendo alejado de nuevo por su madre.

—Está bien… si quieren pueden verlas… están dormidas— Contestó Kara mientras que tomaba la manita de Vigo y jugaba moviéndola, mientras sus dos hijos veían a sus hermanitas.

Las dos pequeñas estaban adormecidas en mantas de su tamaño que les cubrían todo menos las caritas, acostadas en posición fetal, viéndose la una a la otra, respirando con tanta ligereza que apenas era posible notarlo.

—Vaya… son muy chicas…— dijo Rin asombrada mientras que le daba el aroma a bebé, pero un tanto distinto al de su propio hijo, algo que quizá sólo ella notaría.

—Apenas salieron de la incubadora— le susurró Len al oído —Pero se ven más sanas que antes, ahora no me preocupa que respiren— sonrió mientras que acercaba su mano y acariciaba la carita de una de ellas.

—Ya pesan suficiente…— llegó Tobi por detrás de ambos mientras pasaba sus brazos y recargaba sus manos en sus hombros —Nos alegró muchísimo tenerlas en nuestras manos, pero a decir verdad, me dado un poco de miedo cargarlas— admitió suspirando.

—A mi también, pero cuando estoy seguro de que no se me va a caer, es sensacional tenerlo en mis manos— Opinó Len mientras reía de lado.

Rin permitió que su padre y su hermano se quedaran platicando frente a las gemelas mientras regresaba a la sala y veía a su madre con el bebé sentado en sus piernas mientras lo sostenía del torso.

—Lamento mucho haberme alterado tanto cuando supe la noticia— dijo Kara mientras veía al bebé a los ojos, quien parecía mirarlo con admiración, para después soltar una pequeña risa y moverse alocadamente, siendo detenido por un abrazo de su abuela.

—Ya te has disculpado por eso, y entendiste porque… ahora todo está bien— dijo Rin mientras acariciaba la cabeza de su hijo.

—Si, pero creo que era más que nada el miedo a que este pequeño naciera enfermo lo que me afectó— Habló la mayor mientras suspiraba —Por eso adoro tenerlo aquí en mis brazos, y sentirlo vivo y sano—

—Y yo me alegro bastante de que mis hermanitas hayan salido bien— comentó Rin para complementar la conversación —Si debo de decirlo… lo más hermoso de todo el embarazo, fue cuando lo sentí moverse por primera vez— dijo como al aire, recordando con alegría esos momentos de paz.

—Es lo mejor de todo…— corroboró su madre —Para mi, era que podía sentir como seguía vivas dentro de mi, aunque fue menos tiempo del que esperaba— Recordó que el embarazo duró solo siete meses.

—Si debo de admitirlo… me siento algo asustada ahora, no sé si podré ser una buena madre— ahora fue Rin la que sentía el temor que hacía un tiempo había seguido a Len.

—No puedo asegurarles que serán buenos padres— dijo Kara con una sonrisa que le molestó bastante a Rin —Pero para mi, ustedes dos fueron casi como un solo chico, hacían todo juntos, les gustaba lo mismo..— sonrió de lado, besándole la mejilla al bebé antes de entregárselo a su hija.

—Siento que eso sería más fácil… si lo hacemos de manera natural— intentó decir sin presionarse mucho, o sin tratar de buscar una respuesta clara a la cuestión de cómo ser una buena madre.

—Si su matrimonio está bien, podrán con uno o dos hijos… recuerden que es un trabajo en conjunto, y ustedes dos son compañeros en eso— vio como Rin lo mecía suavemente —Si pueden recordar sus papeles, lo que hacen por sus hijos, les irá bien— cerró los ojos mientras le daba un beso en la frente a su hija y se levantaba.

—Muy bien, es hora de comer— avisó su padre mientras hacía que todos fueran a la cocina.

—Espera, creo que las bebés están a punto de despertar— dijo Len mientras las veía moverse de manera algo lenta, pero que iba cada vez más en aumento, como si se fueran moviendo más y más, dándose cuenta de sus limitaciones.

Rin se acercó rápidamente a verlas a las dos, aún cargando a Vigo, despierto y activo, a que las viera. Entonces lograron ver como eran las dos, con poco trabajo, abrían sus ojos verdes a la par, viéndose primero la una a la otra de manera débil mientras bostezaban.

—Me gusta tanto verlas moviéndose… ahora parecen frágiles, pero no era nada en comparación de como se veían cuando nacieron— mencionó Tobi mientras que esperaba a que su esposa las recogiera.

—¿Creen que haya problema si… hacemos que los bebés se conozcan?— propuso Len mientras que giraba a ver a su hermana.

—Sería buena idea— concordó Rin mientras cargaba más a su hijo, quien se entretenía moviendo su cabello —Digo, seguramente las gemelas ya lograron conocerse bastante bien, pero me agradaría que Vigo viera a sus tías casi de su misma edad de cerca— comenzó a ver más de cerca a su hijo, quien ahora trataba de jalonear su cabello.

—De acuerdo… no creo que se lastimen— Kara se sintió cómoda con la idea mientras que su esposo dudaba un poco —Tampoco es como si fueran animales salvajes o algo así— mencionó al ver a su esposo con cierta duda.

Colocaron al bebé tuvo al lado de las dos pequeñas de cabello anaranjado, casi entre ellas dos. Las vio de medio lado y se giró, y Rin le ayudó a que se sentara un poco. Tan pronto como las vio, giró su mirada a una de ellas, a la que estaba a su lado derecho, que vestía un mameluco de color negro que la diferenciaba de su hermana. Luego, el bebé rubio se giró y vio a la otra, intentando comprender que eran aquellas cosas raras que se movían con tanta debilidad y carencia de elegancia, a diferencia de sus padres, a quienes se había acostumbrado.

Durante un instante pequeño, su cerebro logró comprender que aquello era otro ser humano, y quizá hasta entendió que aquellos eran seres humanos como él, es decir, de su edad y de su condición, recién nacidos. Pero en ningún punto lograba entender como es que uno podía estar en dos direcciones distintas a las que volteaba.

No se dejaba engañar, y con el poco cerebro que había desarrollado en aquel instante, quiso probar si es que aquella era la misma bebé que veía en ambas direcciones. Entonces, estiró los brazos, como las veces en las que intentaba tocar la cara de su padre o cuando lograba palpar las hebras del cabello de su madre, de manera tan torpe así, que terminó golpeando a las dos gemelas a la vez.

Y por supuesto, incluso con ese débil golpe, que fue tan solo una reacción, las dos comenzaron a llorar de manera instantánea, y eventualmente, esto puso a llorar a su pequeño sobrino.

—De acuerdo… quizá le hace falta un poco más de coordinación— dijo Len mientras tomaba a su hijo y trataba de tranquilizarlo.

—Si, creo que mejor dejamos que crezcan un poco antes de ponerlos juntos de nuevo— razonó Kara mientras tomaba a sus hijas y las tranquilizaba, moviéndolas de arriba hacia debajo de nuevo, tratando de recordar lo que sabía de tratar a un par de bebés a la vez, aunque hubieran pasado ya veinte años desde la última vez que lo hacía.

Aquella fue la primera interacción que tuvieron los hijo de ambas parejas, y no sería la más violenta, desgraciadamente.

El resto del día estuvo mucho mejor, y más tranquilo. Len y Rin tuvieron la oportunidad de cargar a sus hermanas, y Vigo pudo sentarse y gatear sin problemas a que alguna mujer adulta desconsiderada lo pisara.

Luego de comer, decidieron quedarse adentro de la casa, jugando y cuidando a los bebés. Antes de que terminara el día, los gemelos decidieron quedarse de nuevo a dormir en la casa, dejando a su hijo en la antigua cuna que ellos solían usar.

El día del padre fue un poco diferente en comparación.

El padre de los gemelos había sido invitado a una comida en un parque por parte de su empresa, para que todos los trabajadores convivieran y sus hijos se conocieran. Por supuesto, debido a que Tobi se la pasaba hablando de sus hijas, como la gran alegría de su vida (Y un poco de su nieto, nunca lo olvidaba), era obvio que quería ir a mostrarlas como un hermoso trofeo de la vida frente a sus compañeros, quienes tenían hijos mayores.

Len y Rin hicieron un apartado especial para ese día, pero Salta les detuvo. La causa: Un especial de un canal nacional que quería captar a las estrellas en convivencia con sus padres en ese día de celebración. Y se habían interesado especialmente por la familia Kagamine, pues la opinión general deseaba saber como se comportaba a quien llamaban "El padre más sexy de todo Japón".

—No te caería mal ese título— les explicaba el Maestro lo referente a ese nombramiento a los dos mientras los tenía sentados frente a su escritorio tras haberles negado la salida y hablado del protocolo que se aplicaría ese día —Y lo tendrás si logramos convencer a todos de que eres un padre atento y responsable— aseguró sin atender a lo que estaba diciendo y lo mucho que ofendía al rubio —A las mujeres les encantan los hombres que se llevan bien con los bebés— acabó su discurso provocando una gran ofensa ahora en Rin.

—Pues espero que esas mujeres entiendan que Len sigue teniendo una esposa que es la madre de su hijo— Contestó Rin de manera posesiva, usando una de sus manos para recargar a su hijo en sus brazos y la otra para tomar la mano de Len.

—Para que no te sientas mal, te diré que subiste en el rating de las mujeres más sensuales de Japón, todo desde que te vieron sosteniendo a tu bebé en las fotografías filtradas— agregó Salta en un intento para poder hacer sentir mejor a Rin, logrando asquearla en su lugar.

—Dejando eso de lado, no creo que sea correcto usar a Vigo en un truco publicitario, preferiríamos solamente ir con nuestros padres al día de campo— intervino Len antes de que la furia de Rin pudiera alterar la paz de su hijo.

—¿Quién es Vigo?— Preguntó extrañado Salta, sin siquiera esforzarse en recordar el nombre del bebé que tenía frente a sus ojos.

—Es el nombre de nuestro hijo— pronunció Rin mientras levantaba al bebé sosteniéndolo de por debajo de los brazos, manteniendo ella una sonrisa de exasperación en frente del Maestro.

—Si debo de ser honesto, si no puedo producir dinero de manera directa con él, no recordaré su nombre— admitió mientras que se levantaba —Ahora, prepárense para la entrevista, los maquilladores llegarán dentro de una hora, quiero que ese bebé esté lo menos apestoso posible y Rin lo más callada posible ¿Entendido?— les ordenó mientras les hacía salir y el se dedicaba a fumar un puro.

Los gemelos salieron de la oficina y bajaron por la escalera con el mismo cuidado que siempre tenían. Al llegar al final, encontraron que allí estaba Miku junto con su padre, un hombre bastante maduro de cabello verde como el de su hija. En sus vidas lo habrían visto una o dos veces los gemelos.

—¡Len, Rin!— les gritó Miku mientras que comenzaba a moverse en dirección de los gemelos, llevando a su padre de la mano hacia ellos.

—Buenos días, Miku, señor Hatsune— saludó Len a los dos mientras que les daba la mano a los dos.

—Es un agrado verlo de nuevo, lamentamos que no haya podido venir a la boda— dijo Rin colocando de lado un poco de su enojo por el rechazo de la invitación desperdiciada en él.

—Si… debía de mantener una apariencia en la empresa, ustedes entenderán, no podía simplemente apoyar el matrimonio incestuoso como si fuera algo normal— contestó de una manera presuntuosa el señor Hatsune, dueño de una de las mayores empresas de distribución de puerros del país, con cinco subsidiarias en el extranjero.

—Si… creo que no— respondió Len con molestia, recordando que la inteligencia de Miku era de hecho heredada por parte de su padre, aunque no podía a asegurar que su madre hubiera sido una genio, pero de algún lugar debió sacar Mikuo su inteligencia.

—Y veo que su hijo nació mejor de lo que Miku dijo— mencionó mientras que miraba a Vigo atentamente, llamando la atención de los gemelos la forma en la que había dicho aquello.

—Así es, y cuando llegue el momento de su bautismo, yo seré la madrina— presumió Miku mientras que ofrecía sus manos para cargar al pequeño, siendo esta vez un poco más pacifico de lo que lo había sido la última vez que lo había levantado en sus brazos —Él lo sabe, por eso permite que su madrina lo cargue…— pero detuvo la oración al sentir cierta humedad en el brazo en el que recargaba al pequeño.

—Oh rayos… olvidé ponerle los pañales extra absorbentes— exclamó Len sin una verdadera muestra en su voz de que le importara, tomando rápidamente a su hijo en brazos mientras Miku se debatía entre liberar todo su desayuno allí mismo o guardárselo para cuando estuviera en el baño.

—Vamos a cambiar a nuestro pequeño— dijo Rin dando un giño a padre e hija en lo que se distraían de nuevo y se iba a su cuarto de nuevo.

Así pues, pasaron el resto del tiempo restante hasta la entrevista con aquella televisora. Len se había encargado de limpiar a su hijo y en poco tiempo estaba sentado en el sofá de la sala, con un suéter azul y una camisa blanca que dejaba sobresalir el cuello. Rin estaba a su lado, jugando con Vigo mientras que jugaba este con un pequeño peluche en forma de animal esférico.

Frente a ellos, de manera un poco más aliterado, se encontraba Kaito, intentando llamar por teléfono a su padre para que atendiera la entrevista, pero parecía estar batallando bastante con su propia madre.

Miku estaba sentada junto a él, y el padre de esta había salido a dar los últimos arreglos a su apariencia al darse cuenta de lo próxima que era la entrevista.

—Muy bien, todos preparados— dijo el Maestro mientras entraba a la sala, caminando a pasos agigantados —Le dije a la gente del noticiero que hicieran una entrada dinámica para el inicio de su sección, así que espero que no se vean demasiado repulsivos para las cámaras—

—Maestro…— le habló Kaito en cuanto lo vio acercarse —Mi padre, parece ser que no podrá venir el día de hoy…— se escuchó el peli azul demasiado entristecido, casi como si su preocupación se debiera a un tema verdaderamente terrible.

—Kaito, no te preocupes por eso— le dijo tomándolo del hombro como con verdadera empatía —No me interesa si tu padre iba a venir o no, el noticiero solo nos dio tiempo para tres entrevistas, e iban a ser las entrevistas correspondientes a Miku, Luka y los Kagamine— señaló a Len y Rin, a Miku, y luego a un sofá vacío en donde se suponía que debería de estar Luka —¿En dónde está Luka?— preguntó alarmado, buscándola con la mirada

—Se fue, Maestro, dijo que no pensaba traer a su padre desde estados unidos para eso— pronunció con voz bastante severa —¡Por eso le di los boletos para que su padre viniera desde hace quince días!— gritó ahora enojado.

—Y a nosotros nos avisó hasta hace tan solo unas horas— le susurró Len a su hermana con enfado.

—Debido a que ella se fue, pensé que le parecería adecuado que mi padre fuera quien ocupara el lugar de el padre de Luka para la entrevista— explicó Kaito a un Salta bastante enfadado.

—Kaito, no creo que al noticiero le importe tener el testimonio del reconocido drogadicto que es tu padre— le habló con autoridad al Shion, a lo que este solamente reaccionó ofendiendose.

—¿Reconocido?— dijo Rin extrañada —¿Qué tan adicto tendrías que ser para ser "reconocido" por drogarte?— preguntó con algo de gracia, sin fijarse en que aquello continuaba acumulando la ofensa para Kaito.

—Conociendo de drogas por aquí, deberías de meterte la mitad de Colombia por la nariz cada fin de semana para pasar de ser un simple adicto a tener el nivel del padre de Kaito— respondió el Maestro sin formular demasiado lo que decía.

—¡Mi padre no es ningún drogadicto!— Rompió Kaito con ira después de unos instantes —¡Lleva años limpios!— exclamó en defensa mientras elevaba la mano.

—¿Y por qué no puede asistir a la entrevista?— dejó el Maestro de lado su molestia con Kaito para ser objetivo.

—Está en rehabilitación— contestó casi sin querer decirlo —Pero fue por alcohol, no por drogas— se apresuró a aclarar, todavía defendiendo a su padre.

—De acuerdo, ignoremos a Kaito por ahora— Dijo el Maestro dandose la vuelta —En cuanto los entrevistadores lleguen, espero que hagan un buen trabajo, yo iré a buscar a Luka con la esperanza de encontrarla— aclaró el Maestro en lo que se decidía a tomar su saco y aproximarse a la salida.

—¿Y qué hará cuando la encuentre?— preguntó Len realmente curioso por saber que sentido tendría buscarla.

—Tengo un plan en reserva para todos los casos— dijo con un poco de orgullo mientras cruzaba y salía de la casa, siendo detenido solo por una pregunta de Rin, ahora con una intención un tanto menos inofensiva.

—Entonces espero que ustedes

Los que quedaron dentro de la sala se mantuvieron hablando un rato del padre de Kaito y de cómo el Maestro lo había conocido, y salió a relucir que de hecho, él había sido uno de los clientes personales y más comunes de Salta.

Pese a la lástima que sentía por Kaito, no podían dejar de pensar en que sería mejor si es que su padre se mantenía fuera de la entrevista. Y aunque la manera en la que ellos miraban al peli azul no empeoró tras enterarse en la clase de vida que llevaba su padre antes, y después de haberlo tenido a él y a sus hermanos, no se comparaba con lo que el padre de Miku, opinaba.

En cuanto salió del tocador, el adulto de cabello verde se dirigió a su hija —Miku, amor, ¿Ya es hora de la entrevista? Detestaría que nos dejaran plantados después de que me molesté en viajar tanto hasta venir aquí— dijo de una manera un tanto prepotente que había logrado molestar a Kaito, más que nada, por la forma tan cariñosa en la que se había referido a Miku.

—Buenos días, señor— se acercó Kaito a saludarle, realizando un señalamiento extra en lo que podría indicar la elevada edad del adulto.

—Buenas tardes… joven— contestó bajando un poco el tono de su voz el señor Hatsune —hace mucho tiempo que no te veía…— dijo sin poder recordar bien cual era el nombre del conocido frente a él.

—Kaito… papá, él es Kaito, mi prometido, te lo había mencionado por teléfono cuando te mandé los boletos— contestó Miku con dificultad para superar la mala memoria de su padre.

—¿¡Quieres decir que estabas hablando en serio!?— preguntó enojándose de un instante a otro, tan pronto como le había dejado de dar la mano a Kaito.

—Claro que era en serio, papá— contestó Miku sin levantar la voz, sino más bien mostrándose preocupada de aquella reacción —Nosotros dos nos amamos— tomó la mano de su prometido mientras que para este era un gran placer que ella le dijera esas palabras a su manipulador padre.

—¡Pensé que era un simple truco publicitario!— volvió a elevar la voz el adulto mayor de cabello verde —¡No puedo creer que de verdad quieras casarte con este desperdicio de ser viviente!— llamó de la peor de las maneras al Shion.

—¡No te atrevas a decirle así a Kaito!— fue Miku la que respondió ahora con un grito.

—¡Le diré como quiera a ese engatusador!— respondió a su hija gritándole de una manera mucho más grave.

—¡No se le ocurra levantarle la voz a mi Miku!— ahora Kaito intervino, comenzando a comportarse de manera sobreprotectora con su novia.

Y Len y Rin… prefirieron quedarse quietos y silenciosos, y curiosamente, incluso su bebé, en lugar de complicar las cosas, comenzaba a ver atento a la conversación mientras chupaba sus propios dedos.

Fue justamente en ese instante, mientras la conversación entraba en un nuevo acaloramiento tras haber mencionado el nombre de Mikuo, como si se tratarse de una mecha que encendía la segunda fase de explosivos, que la puerta se abrió, dejando ver a un grupo de personas con cámaras y equipos de grabación, liderados por una reportera de apenas unos veinte años, con un elegante chaleco de color amarillo y de razgos orientales definidos, quien estaba recitando un discurso rápido acerca de la trascendencia de los vocaloids en la sociedad japonesa.

—Para este caso, nos han permitido visitar a la famosa agrupación, como parte del especial del día del padre, para que compartan con nosotros la convivencia de padres e hijos que tienen el día de hoy— decía con elegancia al micrófono, justamente cuando daba un cuarto de vuelta, sin darse cuenta de la discusión que se estaba llevando a cabo.

—¡No has hecho más que controlarme toda mi vida, ni siquiera querías dejarme cantar, fue Mikuo el que me ayudó en todo esto!— gritó Miku al momento de ser enfocada por la cámara.

—¡No metas a tu hermano, él es solamente una decepción para mi, igual que como tu lo serás si es que te casas con ese fracasado!— respondió su padre en lo que la cámara volteaba a verle a él.

—Disculpe— intervino Kaito en lo que se acercaba al equipo de filmación —¿Podemos hacer otra toma?— le preguntó preocupado en un instante en el que se silenciaban padre e hija.

—Esto es en vivo— contestó la conductora, viéndole como si fuera un gran idiota. pero ella era una persona un tanto perspicaz, y si bien, fracasaba el hecho de iniciar la entrevista, al apariencia ordenada de la familia Kagamine atrajo la atención de la presentadora.

—Disculpen, son ustedes la pareja Kagamine ¿Verdad?— preguntó meramente por cortesía.

—Si… lamentamos mucho que ahora mismo la entrevista con Miku sea imposible…— se disculpó Rin mientras veía que padre e hija seguían gritándose en cámara.

—No hay problema, esto era el mejor de los escenarios posibles, nuestra audiencia necesita algo de morbo, y nada mejor que exponer un problema familiar— se rio de manera completamente sínica.

—Eso no me parece correcto…— dijo Len sin sonar demasiado dispuesto a permitir semejante aprovechamiento de las dificultades paternales de su amiga.

—Bueno, desde que la señorita Hatsune anunció su boda, la gente ha tomado una represalia en su contra, y ahora desea verla caer— aseguró si tomar en consideración cualquier clase de protesta por parte de los gemelos —Escuchen, mi intensión es solamente obtener material interesante, planeábamos hacer unas tomas de convivencia paternal, y más adelante, un par de preguntas, pero como sus otras dos coestrellas están ocupadas, parece ser que sólo serán ustedes— les informó de una manera bastante brusca, como si no le importara la contestación.

—¿Convivencia? ¿Eso quiere decir que tenemos que hacer lo que haríamos cualquier día?— preguntó Len rascando su nuca mientras volteaba a ver a su hijo que estaba mirando a como se movían los Hatsune, llegando a la violencia física en contra de Kaito cuando este intervino.

—Obviamente, se trata de una convivencia referente a la celebración del día del padre— contestó sin mucha paciencia la conductora.

—Ese es el asunto, mi bebé no puede hacer mucho más que reírse o llorar, aparte de comer… y de sus necesidades, así que no sé lo que intentarían filmar— comenzó a incomodarse con toda esa idea.

—Pues hagan algo simbólico— contestó de manera vaga —Su representante dijo que ustedes darían un espectáculo como lo "saben hacer", y honestamente, no podría esperar más que algunas tomar "inocentes" con su bebé, que era por lo cual los queríamos, y se suponía que sus compañeras serían lo principal de la entrevista, ustedes solamente un complemento— aclaró sin mantener una actitud fría con ellos tres.

—Bueno, al parecer es lo único que le queda, a menos de que trate de hacer que esos dos se lleven bien— dijo Rin mientras señalaba a donde estaban Kaito y el padre de Miku discutiendo ferozmente mientras la chica de colas verdes se iba llorando.

—Bien, regresaré un rato tras arreglar las cosas con mi equipo, y tendré una "charla táctica" con su representante— y tras decir esto, se volteó con los camarógrafos, quienes apuntaban las cámaras a un furioso Kaito mientras veía al padre de Miku salir caminando de la sala tras dedicarle una mirada de odio.

Durante los siguientes veinte minutos, Len y Rin se encargaron de alimentar con leche materna a su hijo, leche materna que Rin había lactado con anterioridad y que habían almacenado y recalentado para el bebé, todo por el mero temor de que una cámara escondida grabara el momento del amamanto.

Al final, Len terminó sentado en su cuarto, sobre la mecedora, mientras Rin se recostaba en la cama, intentando hacer que el bebé se durmiera en sus brazos, cuando la puerta fue golpeada por el equipo de cámaras del canal.

—Es hora, ¿han hecho algo interesante?— preguntó la conductora siendo la primera en asomar la cabeza tras haber tocado.

—Si quiere, puede filmar algo con Len— dijo Rin mientras encontraba esa como la única posible resolución, pasándole el bebé a Len a sus brazos y volviendo a sentarse en la cama.

—¿Esa es su celebración del día del padre?— preguntó la conductora a Len, viendo que al parecer seguía abrazando a su hijo.

—Pues, soy su papá… estoy con él, supongo que si— respondió con poca complicación Len mientras lo sentaba en sus piernas.

—Bien, comencemos— ordenó la conductora mientras el camarógrafo entraba junto con el encargado del audio, ambos apuntando a Len mientras que su jefa comenzaba a hablar —Preparados, en 3… 2… 1…— dio la cuenta regresiva antes de que la cámara comenzase a documentar.

Len se sentó de manera seria mientras que sostenía a su hijo, sosteniendo su espalda para verlo de frente como si tratara de ver lo que pensaba, concentrándose en los ojos de azul más oscuro que el azul de sus propios ojos.

—Otros artistas dentro del medio musical celebran el día del padre de manera distinta, en este caso, el asombroso Len Kagamine, convive con tranquilidad con su hijo recién nacido, Vigo— mostró la cámara a padre e hijo, viéndose fijamente, justamente para que después de unos segundos, el menor comenzara a soltar una risa típica de los recién nacidos, sumamente aguda y continua, que contagió a su padre en cuestión de segundos.

—Lo siento… lo siento— se disculpó Len mientras que trataba de mantener la compostura. Intentó calmar a su bebé, pero tan pronto como sus miradas volvieron a cruzarse, el pequeño volvió a reír, y su padre le siguió el juego, riendo a su propio estilo agudo. —Perdón, no puedo evitarlo… su risa es contagiosa— y una tercera vez, volvió a sentarlo, como para lograr una toma profesional, pero tal parecía que su hijo veía algo gracioso en su cara, pues al igual que en las veces anteriores, comenzó a reír con fuerza, y sin importar cuanto esfuerzo puso en no deformar sus labios a una sonrisa, Len terminó por volver a reír.

—Se nota que son padre e hijo— comentó Rin rápidamente mientras veía como lo abrazaba más cariñosamente mientras reían los dos. todo aquello fue transmitido de manera directa, y pese a la calidad de la improvisación fallida, realmente logró agradar al público, en incluso las tomas de la risa del pequeño Kagamine se hicieron virales, al menos dentro del tópico de bebés risueños.

Aquella fue la primera vez que Vigo se había reído con tanta emoción y con tanta fuerza, y Len no pudo evitar sentir que le regalaba eso por el día del padre, aunque eso lo expresó más tarde solamente a Rin. Permitieron después que vieran como hacían para jugar con el bebé, primero con un par de juguetes plásticos hechos para desarrollar sus movimientos y habilidades motrices, y más tarde con un enorme peluche de perro que alcanzaba su tamaño.

Cuando terminaron de jugar, y por lo tanto, las tomas se detuvieron, Len finalmente se sentó en la orilla de la cama con su hijo entre sus brazos mientras la cámara lo captaba y comenzaba a hablar un poco. El inicio de la grabación mostrada en la televisión en ese momento, daba inicio tras que la conductora hubiera hecho la pregunta inicial, simplemente pidiéndole que describiera lo que pensaba de ser padre a esa edad.

—Mi padre era cuatro años menor que yo cuando nos tuvo a mi hermana y a mí, y desde siempre entendí que para él había sido lo peor que le podría haber pasado, el final de su vida, pues tuvo que ponerse a trabajar mientras estudiaba, romperse el lomo todo el día, todos los días para poder tener algo de dinero para nosotros— se puso algo serio mientras trataba de mantenerse serio —Por eso, cuando finalmente me di cuenta de que tendría un hijo propio, lo primero que hice fue asegurarme de tener lo económicamente planeado para cuando llegara el bebé, no tener dificultades, concentrarme en tenerlo…— sintió que comenzaba a dar demasiada información, de tal manera que no resultaba entretenido para al audiencia.

—¿Cómo ha sido la experiencia de afrontar la posibilidad de un problema por culpa del nacimiento incestuoso? Esa es una parte de la cual nos pudimos enterar en el juicio, pero de lo cual nunca nos adentramos— explicó de manera delicada la conductora.

—Sólo tratar de describir lo que era esa preocupación me sería imposible… realmente no puedo describir todos los pensamientos que me atacaban todo el tiempo por pensar en esa posibilidad— dijo comenzando a mortificarse un poco por solo ese recuerdo, bajando la mirada y viendo como su bebé se dormía —realmente, solo puedo estar divinamente agradecido porque haya nacido sano— expresó elevando de nuevo a la mirada

—Pero ahora puede garantizar que todo está bien, ¿Se siente completamente preparado para confrontar la paternidad a la par de mantener su carrera como artista musical e ídolo masculino?— la presentadora buscó buscar algo que tuviera un poco más de trascendencia en el contexto con la fama de los gemelos.

—Por supuesto, que desde un inicio tenía bastante temor de todo esto de ser padre, ¿Cómo podría no tener miedo? Realmente me mortificaba tanto no saber cómo sería ser padre, saber que no existe una guía de ningún tipo para criar a los hijos— suspiró, comenzando a animarse —Pero ahora todo lo siento bastante diferente, desde que lo tuvimos, tenerlo en mis manos y jugar con él, es algo emocionante y divertido cada día, y honestamente estoy sumamente emocionado de que crezca, de verlo desarrollarse, que comience a caminar, y enseñarle todo lo que sé y más— expresó comenzando a levantar un poco su voz, como describiendo una gran alegría —Creo que de verdad quiero ser padre— y dicho esto simplemente acarició a su hijo de la mejilla mientras Rin casi no podía contener una enorme sonrisa por ver a su hermano tan alegre con todo aquello.

—Bien, agradecemos mucho su tiempo, señor Kagamine— dijo la conductora para después pasar a describir más cosas acerca del día del padre y de los padres primerizos, saliendo de la habitación de los dos.

—Me alegra saber que al menos no te até la soga a cuello— se burló un poco Rin mientras que se sentaba a su lado y le besaba rápidamente en los labios.

—No entiendo a que te refieres— dijo Len algo ofendido por esa supuesta alegoría.

—Ya sabes, me alegra saber que te emociona ser padre, o que al menos no es una tortura— y tras decir aquello volvió a tomar a su hijo, ahora dormido, y lo colocó en la cuna, volviendo después al lado de Len.

Ese mismo día, Miku terminó largando a su padre de la casa, prácticamente empujándolo hasta la salida de la casa, y finalmente pudo hablar con Kaito para llegar al acuerdo de que estarían juntos sin importar lo que pasaran. Más tarde, Luka llegó acompañada del Maestro, pero los entrevistadores del canal se habían ido al terminar la entrevista con Len y haber grabado un poco más de la pelea de Miku con su padre. Cuando le preguntaron al Maestro que cual era su idea tras ir a buscar a Luka, reveló que planeaba hacerse pasar por su padre, de ser necesario.

El programa, tal y como se transmitió, les fue regalado en edición especial a los gemelos y a los demás vocaloids que estuvieron en la entrevista, pero sólo Len y Rin lo guardaron. Decidieron que lo mantendrían como recuerdo, del primer día del padre de Vigo.