Los derechos de las obras originales pertenecen a Kugane Maruyama, Noboru Yamaguchi y Hasbro respectivamente, esta es una obra con el fin de entretener y de ser posible sacar una sonrisa, agradezco nuevamente a 'The Hat Man', por haberme dado permiso de usar material de su historia en la mía, y no, lo siento, esta vez ya no aparecerá Turing Test, en esta historia ya no trataré su trabajo, pero algunos elementos prevalecen dada la línea argumental formada en la historia anterior, solo haré referencias, pero se las recomiendo es una historia bastante buena.

NOTAS

EEA = Eight Edge Assassins, (abreviaré porque es un gorro escribirlo cada vez Xd)

DK = Death Knight

SD = Shadow Demon

SE = Supresor emocional de no muerto.

Hola a todos mis queridos lectores, me disculpo mucho por la tardanza con los capítulos, pero sinceramente no estoy seguro de que le hice a la vida que me está tratando tan cruelmente, salí de vacaciones fuera del país y era mi intención clavarme en generar capítulos y el HDD de mi laptop se murió en seco los primeros días, cuando regrese me toco cambiar mi equipo de escritorio por daño eléctrico al poco tiempo y cuando completé este primer capítulo me quede sin internet por un largo tiempo por problemas ajenos a mi control.

Pero en fin, ya basto de lloriquear en recompensa, les he traído dos capítulos juntos, ¡feliz navidad a todos!


Capítulo 26

Zero y la Traición Parte 2

El sonido de combate salvaje llenaba las calles de Romalia, sin embargo, pese a ser superados vastamente en número, el pequeño grupo mixto de mosqueteras y cabaleros de Ondine estaban logrando un avance claro.

El terreno cerrado de las calles y callejones de la capital de Romalia en conjunto con la superioridad de las armaduras y armas del grupo permitieron que lograran llegar hasta los muros exteriores del castillo/catedral sin ninguna baja y las pociones se habían encargado de mantener a todos en condición de luchar, mas ahora un nuevo reto estaba frente a ellos.

Entre su actual posición y la entrada principal de la catedral se interponía una gran cantidad de paladines y tras estos, una multitud de arqueros.

"Al parecer las noticias lograron llegar antes que nosotros." –dijo uno de los caballeros de Ondine que se posó junto a una de las ventanas del local-

"Eso o ya esperaban que todo resultara en combate; cruzar el claro va a ser casi imposible con tantos arqueros apuntándonos, hay casi unos 50 Mails entre estos comercios y la entrada principal." –comentó una de las mosqueteras que espiaba por otra de las ventanas cerradas del local-

"¿Cómo estamos de suministros Sargento Reynald?" –preguntó el Overlord disfrazado-

"Tras el último combate se nos agotaron las pociones de sanación, de las tarjetas para incrementar la resistencia solo queda un puñado desperdigado entre todos y las de resistencia mágica queda por lo menos una o dos por cada uno."

"Pelear dentro de la catedral será mucho más fácil para nosotros, el número de paladines no significara nada en los angostos pasillos interiores." –agregó una de las mosqueteras-

*SHIGH* "Eso es totalmente cierto, no importa que, debemos de entrar preferentemente antes de que amanezca o será aún más difícil entrar sin ser notados." –contestó Ainz- "¿Aun no regresa la caporal Bridget?"

Reynald estaba a punto de contestar cunado la caballero mencionada entro corriendo.

"¡Capitán, Capitán!"

La joven de cabellos castaños entro corriendo y cubierta de sudor luchando por recuperar su aliento.

"¡Un hueco!, *ghasph* ¡Encontré un hueco! *Heee fuuuu Heee fuuu*

"Tranquila caporal, recupere el aliento." –dijo Satoru calmando a la joven-

*HEEEEE FFUUUUUU heeeeee fuuuuuu* "Encontré un hueco capitán, la vigilancia es débil por el ala oeste, consiste de solo algunas patrullas no esperan un ataque a través del muro, logré subir a una azotea cercana, detrás del muro parece haber un patio de uso exclusivo para los jinetes de Romalia, sin embargo, de momento está totalmente vacío."

'Ahhhh, como extrañaba esto, planear incursiones en calabozos, organizar los equipos, si bien es cierto que fácilmente podría atravesar la puerta principal por mí mismo, ¡no había manera de que dejara pasar esta oportunidad!' –Pensaba eufórico el Overlord-

"Bien, esa será nuestra entrada, aquí se quedará una escuadra de mosqueteras junto con la segunda y tercera escuadra de Ondine, su trabajo será atraerá la atención de las tropas en la puerta, pueden atacar a discreción, pero recuerden, su objetivo no es romper el cerco, esperen 20 minutos tras nuestra partida antes de iniciar la operación."

Escuchado las instrucciones de su capitán los cabos primeros y el sargento Reynald dieron un saludo, lanzándose de inmediato a organizar sus escuadras.

"El resto seguiremos al caporal Bridget, ingresaremos por el punto débil del cerco y atacaremos por la espalda las fuerzas en la entrada permitiendo que entre el resto de nuestras fuerzas y tomen control de la entrada principal, prepárense todos, nos movemos en cinco."

"¡SI!"

-O-

En el parapeto del muro oeste dos paladines y un puñado de escuderos patrullaban.

"Escuche que los caballeros de Tristain ya habían alcanzado la entrada principal." –dijo uno de los paladines a su compañero mientras caminaban-

"De hecho creo que están intentando atravesar la entrada principal en este momento, cuando me enviaron aquí me pareció escuchar que solicitaban refuerzos en la entrada." –contesto el otro-

En ese momento la conversación fue interrumpida de improvisto, el escudero al lado de ellos tenso la cuerda de su arco y apunto a uno de los callejones aledaños.

Los escuderos habían sido equipados con arcos y carcaj, siendo desperdigados a lo largo de la corta muralla en intervalos equidistantes, mientras que los paladines patrullaban a lo largo.

"¿Qué sucede?" –preguntó el primer paladín-

"Me pareció ver algo moverse en el callejón señor."

De inmediato ambos paladines se acercaron al parapeto mirando hacia el callejón al que apuntaba el escudero.

"Yo no logro ver nad-" *pumm*

Las palabras del segundo paladín se cortaron de golpe con el retumbar de ocho tiros disparados casi al unísono, siete cuerpos cayeron, dos escuderos y el segundo paladín cayeron a la calle por estar inclinados hacia adelante mirando la calle, el resto se desplomaron en su sitio quedando sobre la muralla a excepción del primer paladín al cual el tiro le había dado en el hombro haciéndole dar un grito de dolor.

"¡GAAAHhh!, *heee fuuu heee fuuu* debo sonar la alarma, nos atacan!"

Levantándose como pudo comenzó a correr agachado hacia la puerta que conducía hasta el patio, mas no pudo llegar a esta.

*CRASH* "¡GHHAAA!"

El impacto le causo una fuerte punzada de dolor proveniente de su herida en el hombro haciéndolo caer de espaldas al suelo.

En cuanto el dolor comenzó a menguar abrió los ojos ignorando el dolor para tratar de ver con que había chocado.

Frente a él se encontraba un guerrero enfundado en una armadura negra con detalles en oro, este sostenía un espadón en su mano derecha.

*Sshink* *Splat*

-O-

En la entrada principal a la catedral, el ataque había comenzado finalmente.

La primera andanada de fuego disparada por las mosqueteras tomo completamente por sorpresa a los paladines protegiendo la entrada, matando a dos que se encontraban en la primera línea, formando parte del muro de escudos, uno fue impactado en la garganta, prácticamente decapitándolo, el segundo recibió el impacto en el escudo justo por encima de donde se encontraba su brazo detrás de este, por lo que el tiro logro atravesar su peto y una de sus arterias, muriendo desangrado rápidamente, uno tercero murió por un tiro que paso entre una pequeña abertura dejada entre dos escudos, rozando el brazo de un paladín en la segunda fila, atravesando finalmente el abdomen del que estaba detrás de este, el cual sostenía una lanza en la tercera línea, la última víctima fue un escudero que se había acercado a entregar información urgente al capitán tras la tercera línea, el joven había llegado corriendo desde el ala oeste y antes de que pudiera decir una palabra tras recuperar el aliento, el tiro que fue desviado por el casco de un Templario en la primera fila le atravesó la frente matándolo al instante.

La sorpresa del ataque rápidamente fue disipada por las órdenes gritadas inmediatamente por el capitán que se encontraba liderando la defensa de la entrada.

"¡NOS ESTAN ATACANDO!, ¡TODOS ATENTOS!, ¡USEN SUS HECHIZOS DEFENSIVOS!" –Gritó de inmediato al ver caer al escudero a su lado-

¡Esos malditos infelices!, ¿Qué no se supone que estaban lejos de aquí todavía?, los infelices lograron matar a tres de mis hombres, ¡pero eso no será suficiente para derrumbarnos! –pensó al capitán sin siquiera voltear a ver al joven abatido-

El capitán siguió formando su resistencia con convicción, sin saber que el no haber podido escuchar lo que tenía que decir el joven que acababa de morir a su lado sellaría su destino y el de sus hombres.

-O-

Tras haber despejado por completo el parapeto, dio una señal y el resto de sus tropas subieron rápidamente usando cuerdas con ganchos para escalar el muro.

Una vez todos reunidos descendieron de inmediato al jardín e ingresaron a la catedral sin encontrar resistencia o eso parecía hasta que una de las mosqueteras al final del grupo se detuvo y vio algo tirado en el piso junto a la puerta.

"¡Maldición!, ¡capitán, capitán!, ¡tenemos un problema!" –gritó de inmediato al ver la ración recién preparada regada en el suelo-

"Que sucede Amelia."

"Hubo un testigo del ataque, junto a la entrada hay tirado lo que parece ser la ración de un oficial, probablemente se trate de un escudero que venía a entregarla."

"¡Rayos!, debió ver el cuerpo que cayo dentro del jardín." –pensó en voz alta el Overlord- "No hay de otra entonces, hay que avanzar rápido, no podemos perder el factor sorpresa, ¡Eliminen a cualquiera que oponga resistencia, si se rinden simplemente déjenlos inconscientes!, ¡VAMOS!"

"¡SI!"

*Shigh* Bueno, es una lástima que nos descubrieran de inmediato, pero al final no tiene importancia, pronto iniciara el ataque de distracción, además, estoy seguro que hay pocos paladines dentro de la catedral, el ataque de Gallia menguó masivamente las fuerzas de Romalia. –pensaba Ainz mientras corrían por los pasillos de la catedral-

-O-

El salvaje sonido del choque de metal contra metal se podía escuchar reverberar incluso hasta el interior del atrio.

El combate por la entrada de la catedral era fiero y había constado una vasta cantidad de heridos y algunos muertos para el lado de los paladines, lo que motivo al capitán a pedir refuerzos, viniendo a su rescate una compañía de Templarios con escudos pesados.

Para el lado de los atacantes el costo no era tan grave, a menos que se contara como parte del total y no solo el número de caídos, afortunadamente aun no sufrían ninguna muerte, pero tenían dos mosqueteras fuera de combate a causa de hechizos oportunos lanzados desde la parte trasera de la formación enemiga, mientras que tres caballeros de Ondine habían sufrido heridas serias en las sucesivas escaramuzas que les impedían totalmente seguir formado parte del ataque.

"¡Esta es nuestra oportunidad!, ¡están debilitados!, ¡ATAQUEN!"

Los gritos del capitán de las fuerzas que defendían la entrada se escucharon reverberar en el aire.

¡Ahora si los tenemos desgraciados!, ¡me han dado muchos dolores de cabeza, pero finalmente acabare con ustedes! –Pensaba el capitán de las fuerzas combinadas, furioso mientras enviaba a sus hombres a asaltar la posición enemiga-

Mirando como sus tropas se abalanzaban sobre el enemigo el capitán sonreía bajo su casco, quedándose atrás con solo un puñado de arqueros y dos tercios de la compañía de Templarios defendiendo la puerta.

*BRRAANNG*

Los paladines en carga apenas habían cubierto la mitad del camino hasta las edificaciones del mercado cunado una andanada resonó, en un abrir y cerrar de ojos, una tercera parte de las fuerzas que se quedaron resguardando la entrada a la catedral cayeron abatidos sobre sus rostros.

*BRRAANNG*

La sorpresa y el shock de lo que acababa de suceder se disipo cuando una segunda andanada diezmo lo que quedaba de los Templarios y una parte de los paladines arqueros que estaban con él, dejándolo solo con menos de diez hombres a su mando.

-¡¿Desde la retaguardia?! ¡¿COMO ES ESTO POSIBLE?, ¿POR DONDE DEMONIOS ENTRARON?! –Gritaba en su mente desesperado el capitán de los paladines mientras se daba vuelta hacia la entrada a su espalda-

Parados en la entrada se encontraba dos escuadras de mosqueteras en formación, tres hincadas y tres de pie detrás de las primeras, a la izquierda de ellas se encontraba de pie Satoru enfundado en su armadura oscura que le daba un porte amenazador, al mismo tiempo, un caballero de Ondine se encontraba a su izquierda y dos más estaban a la derecha de las mosqueteras, todos con escudos y espadas equipados.

"Fuego."

Esa fue la última palabra que el capitán Lorenzo Fregoso, líder de la defensa de la entrada principal de la catedral y cuarto hijo del duque de Florencia, Alessandro 'el inamovible' Fregoso pudo escuchar en su vida.

-O-

Tras la caída de las fuerzas en la puerta, los paladines y Templarios que intentaban atacar a las fuerzas frente a ellos, fueron masacrados rápidamente al quedar atrapados en el ataque de pinzas orquestado por los caballeros de Tristain y las mosqueteras, tras esto, con rápidas ordenes de Satoru, se organizaron para continuar con el rescate.

Ainz, tomando la escuadra de Ondine de la cual Chloe formaba parte y una escuadra de Mosqueteras, se adentraron en el templo, mientras que el resto se quedaba atrás para defender la entrada principal para ganar tiempo.

El caporal Ernest, hijo de un noble menor de un territorio del norte de Tristain, portaba en sus manos un objeto mágico que emitía 'Luz Negra', permitiéndoles seguir las indicaciones marcadas en las paredes con tintura especial por Chloe en su exploración previa, por lo que rápidamente alcanzaron el punto donde el camino se dividía.

"Ernest y yo seguiremos el rastro dejado por Chloe, el resto de ustedes sigan el rastro de la reina y asegúrenla, mantengan su posición si la oposición que encuentran es demasiada y yo los alcanzaré tras rescatar a Louise, de lo contrario nos reuniremos aquí nuevamente antes de reunirnos con el resto." -instruyó a sus acompañantes el Overlord disfrazado-

"¿Y qué hacemos sobre las sirvientas que acompañaron a su alteza?" -preguntó el cabo primero Adrián-

"¿No las vamos a abandonar a su suerte, ¿O sí?" -pregunto preocupada una de las mosqueteras-

"Ellas tenían sus instrucciones sobre qué hacer en caso de algún percance, si no las encontramos antes de escapar lo más seguro es que hayan sido ejecutadas, le preguntaremos a Chloe si sabe algo de ellas cuando nos reunamos." -contesto Satoru con un rostro serio-

Sin más preguntas, las mosqueteras, en compañía de Adrián y Harvar de Ondine, dieron un saludo y se separaron siguiendo el rastro de sangre dejado en el suelo, mientras que Ernest y Ainz partieron por el pasillo de la derecha.

-O-

Mientras que los preparativos para el rescate se llevaban a cabo, en la habitación que Louise era retenida, la joven maga se encontraba mirando furiosamente la prenda colgada en un gancho frente a ella mientras recordaba la conversación que tuvo con el papa.

FLASHBACK

Mientras se hacia la dormida, Louise escuchaba a Vittorio conversar con el hombre que le acompañaba.

"Ya veo, así que es por eso que aún está atada."

"Es correcto su santidad, es la primera vez que veo algo así, normalmente ningún mago se rebajaría a luchar con los puños, pero ella así lo hizo."

¡Ahora lo recuerdo!, cuando desperté la primera vez no estaba atada y logré defenderme antes de que todo se volviera oscuro nuevamente. -Pensaba la peli rosada-

"Afortunadamente uno de los paladines pudo someterla con un puñetazo en la nuca después de que se quedó perpleja por un instante al ver el cuerpo del hombre que acababa de matar." -continuó la voz del hombre-

"¿Cuánto más tardara en despertar?" -preguntó el papa-

"Como esta vez fue un golpe y no el agua del sueño no estamos seguros su santidad."

"Ya veo, y en cuanto a sus artefactos, ¿Qué hicieron con ellos?" -preguntó Vittorio con interés-

"Fueron resguardados en otra habitación; dada su habilidad para el combate cuerpo a cuerpo, decidimos que sería lo más prudente de hacer."

"Buen trabajo, quiero examinarlos cuanto antes, guíame hasta ellos de inmediato."

"Por supuesto su santidad, sígame por favor."

En el momento en que se acercaron a la puerta, esta se abrió de inmediato, dejando entrar a un paladín sin aliento.

"¡Su santidad! ¡Traigo noticias urgentes!"

"¿Qué ha sucedido?"

"La emboscada fallo, estaban preparados para ella, se inició la persecución, pero se les perdió de vista hace poco."

"Entiendo," -aun cuando respondió calmadamente, por dentro le hervía la sangre a Vittorio, todo parecía salirle mal ese día- "avise al capitán Lorenzo Fregoso que bloquee todos los accesos al templo y que resguarde fuertemente la puerta de entrada principal."

Con una reverencia el paladín dio por aceptada la orden del papa y salió a toda prisa de la habitación, mientras que Vittorio se preguntaba en silencio como era posible que una fuerza de ese tamaño simplemente desapareciera.

"Jejeje, ¿Cree que eso será suficiente para detener a Satoru?" -irrumpió la voz de la joven maga, llamando la atención del rubio- "nada de lo que haga servirá, mi familiar nos rescatará sin duda alguna."

"Hooo, así que ya despertó señorita Louise." -habló Vittorio casualmente-

"No sé por qué hace esto, pero no solo me capturo a mí, también se atrevió a encarcelar a la reina de Tristain, le aseguro que este insulto tendrá consecuencias." -reclamó con furia la joven maga-

*Shigh* "Es una pena, ¿sabe?, entristece profundamente mi corazón que uno de los elegidos para recibir la gracia de nuestro señor Brimir haya extraviado su camino y se alejase de su luz." -declaro el papa infundiendo su voz con un tono afligido-

"Tal vez hasta hace poco habría tomado sus palabras con devoción, pero este ataque finalmente ha disipado la última de mis dudas, nada de lo que diga hará que vuelva a poner mi fe en un falso dios tras haber visto la verdad con mis propios ojos y haber podido atestiguar el poder de un verdadero ser divino."

Al escuchar las firmes palabras de la joven maga, el papa Vittorio chasqueo los dientes mientras que la miraba con desaprobación y respondió con desprecio.

*Thsk* "Puedo ver que esta oveja esta tan descarriada como la otra, pero eso no importa, en cuanto encontremos al cuarto discípulo me hare cargo de hacerle reconocer nuevamente la gracia de nuestro señor Brimir y entonces abrazara su luz con todo su corazón sin dudar."

FIN DEL FLASHBACK

El sonido de la puerta abriéndose saco a la peli rosada de sus recuerdos, alejando su vista del atuendo de monja que colgaba en un perchero, al pie de la cama a la cual se encontraba atada, tratando de mantener algo de su decencia, sacudió su larga cabellera intentando que cubriera su pecho desnudo mientras intentaba cubrir sus partes íntimas apretando las piernas y contorsionando su cadera.

Anteriormente, cuando se despertó la primera vez ella aún tenía su uniforme puesto, pero después de la visita del papa había sido despojada completamente de sus ropas y amenazada que de no aceptar ponerse el hábito de monja se quedaría desnuda hasta que lo hiciera.

Dirigiendo miradas algo lascivas en su dirección, los hombres que entraron al cuarto comenzaron a conversar entre ellos ignorando la mirada agresiva de la joven atada.

"Es cierto lo que dijo Louigi, si bien no tiene casi nada de pecho, sus piernas y cadera lo compensan bastante bien, ¿no crees hermano?"

Escuchando como discutían sobre su figura como si no estuviese presente ja joven maga se sonrojo ligeramente.

'Malditos depravados, pagaran por esto, no me importa cómo, estoy segura que lo pagaran, ¡mi señor no condonara esta afrenta!' -pensaba avergonzada y furiosa Louise- 'porque tenían que crecer tanto mis caderas precisamente en estos últimos meses ¡y ni siquiera me di cuenta!, de no ser por Siesta que me informo que ya me había ordenado nuevas faldas y blusas del uniforme para sustituir mis viejas prendas yo habría seguido usando las mismas ¡y hubiese terminado enseñado todo por detrás sin darme cuenta!' -refunfuño avergonzada en su mente-

"Reconozco que es linda para su edad, pero la que está en el calabozo es mas de mi gusto, yo prefiero figuras más desarrolladas."

'¡Que asco me dan!, ¿y se supone que estos son hombres de fe?, ¡no son más que cerdos vestidos en prendas finas!, cada cosa nueva que estoy descubriendo de la 'santa sede' me convence de la falsedad de sus palabras.' -Pensaba con disgusto Louise-

Tras un rato de escuchar comentarios despectivos de los hombres que estaban con ella en la habitación, un comentario en específico la alarmo fuertemente.

"Quien sabe, tal vez pronto tenga mi oportunidad de probarla, escuche rumores que nos dejarían 'castigar' personalmente a la hereje por sus pecados a todo el que quisiera por las noches, según escuche algunos de los soldados que pidieron la primera oportunidad llevaron una mesa a su celda y planean atarla a ella."

"No lo sé, personalmente eso de las ataduras jamás me ha inspirado de esa manera."

"¡Como se atrevan a desgraciar a su majestad me asegurare personalmente de hacer caer la furia de mi señor sobre todos y cada uno de ustedes malditos cerdos!" -grito con furia la joven maga, mientras forcejeaba desesperadamente-

Antes de que los capellanes pudieran responder la puerta se abrió nuevamente, entrando cinco figuras, una era el papa mismo mientras que las otras cuatro eran paladines que cargaban los objetos que le confiscaron a la joven maga.

Con una seña, Vittorio dimitió a los capellanes que se retiraron sin decir palabra tras hacer una reverencia, tras lo cual los dos paladines que no portaban nada se colocaron en la puerta haciendo guardia dentro.

"Veo que aún no ha aceptado el regalo que ordene para usted señorita Louise."

"Preferiría morirme de frio en la calle antes que ponerme ese insulto a mi señor, ¡no me pondría esa basura aun si fuera la última prenda del mundo!"

"Ya veremos si mantiene esa opinión mucho tiempo, aunque por el momento estoy más interesado en otra cosa, tengo varias preguntas y si me responde adecuadamente puede ser bueno para usted." -dijo con seriedad el papa mientras sacaba de sus ropas una varita que de inmediato reconoció Louise-

"Así que vamos a hablar primero sobre esto."

-O-

Siguiendo las pequeñas marcas de sangre en el piso que cada vez se volvían más escazas, el grupo de mosqueteras y caballeros llego a la entrada del calabozo, donde dos guardias apostados en la entrada de inmediato se prepararon para hacerles frente, sin embargo, antes de que pudieran marcarles el alto, uno se volvió contra el otro y le atravesó el cuello con su espada, dejando atónito al grupo de rescate, cuando el 'soldado' se retiró el casco un sonido de sorpresa escapo de todos.

*GHASPH*

"¡Ya era hora!, ¡hay que apresurarnos me temo que esos desgraciados están a próximos a abusar de su majestad!" -exclamó la joven mientras arrancaba las llaves de uno de los guardias para abrir la puerta-

"¿Huh?, ¿Que hace una de las sirvientas de su majestad vestida de paladín?" -pregunto anonadado Adrián-

"Yo estoy más interesado en saber cómo es que una sirvienta pudo hacerse pasar por un paladín?" -Dijo Harvar con sospecha-

"¿Qué no tenía antes el pelo largo?, ¿Cómo se lo corto tan rápido?" -dijo una de las mosqueteras-

*GRRRRRHH* -gruño la sirvienta disfrazada- "¡Dejen las preguntas estúpidas para después, no hay tiempo que perder!"

Sin perder el tiempo los cuatro irrumpieron en el calabozo guiados por la sirvienta, esta de inmediato les indico la celda al final del pasillo era en la que tenían a la reina encerrada.

Sin detener su carrera Adrián y Harvar activaron una tarjeta con el hechizo [Lesser Strength] y cargaron contra la puerta de madera solida sin pensarlo.

-O-

Dentro de la celda, Henrietta se mantenía desafiante contra sus captores, desde que la trajeron al calabozo y la despojaron de todo lo que traía encima a excepción de sus medias, la habían estado insultando, abofeteando, escupiendo y muchos más actos de crueldad, sin embargo, aún no la habían lastimado realmente.

Sin embargo, el temor estaba comenzando a filtrarse en su corazón.

Hacia una hora que habían traído una mesa a su celda y ella no comprendía su objetivo, hasta que hace diez minutos un hombre entro con cuerdas de apariencia áspera y sólida.

Entre varios hombres la obligaron a inclinarse bocabajo a lo largo sobre la pequeña mesa rectangular y mientras dos la retenían en su sitio, otros se ocupaban de atar sus brazos a las patas de la mesa de manera forzada y en una posición bastante dolorosa que la obligaba a mantener el torso algo separado de la superficie, mientras que otros ataban sus piernas una a cada pata restante, dejando su zona inferior totalmente expuesta a la vista de todo el que quisiera.

No fue hasta que los hombres con ella comenzaron a quitarse los pantalones que comprendió realmente lo que estaba a punto de pasarle, estaba por ser violada por todos ellos.

'No, nono, nonononono, por favor no, todo menos eso, ¡no quiero que ningún hombre me toque más que mi amado! ¡Por favor mi señor Ainz Ooal Gown líbreme de este cruel destino!, ¡se lo suplico!' -rogaba desesperadamente la monarca mientras apretaba los ojos rogando con todas sus fuerzas-

Mientras el primer hombre comenzaba a tocar descaradamente su zona íntima, otros su espalda, glúteos, así como toda área expuesta y otros manoseaban sus pechos tan duramente que seguro quedarían las marcas de los dedos sobre ellos, Henrietta repetía sus suplicas con fervor, en el momento en que sintió algo caliente y duro alineándose con su entrada, una lagrima rodo por su mejilla.

'Perdóname Wales.'

*CRAKOOM*

Un horrendo estruendo interrumpió las acciones de todos, pedazos de la puerta salieron volando violentamente por el tremendo impacto y uno de los hombres que se encontraba cerca de la puerta fue empalado en el pecho por una de las cintas metálicas que daban solidez a la puerta.

El instante siguiente fue una absoluta masacre, los hombres dentro estaban desarmados y sin sus armaduras, además, dada la escena que encontraron nadie tubo el más mínimo interés de tomar prisioneros, ver a su reina desnuda y atada a una mesa de tal manera hizo hervir la sangre tanto de los caballeros como las mosqueteras, dos tiros resonaron como si fuera uno solo perforando la cabeza y el corazón del hombre que se encontraba preparado para penetrar a Henrietta.

Al mismo tiempo la sirvienta dio un paso al frente blandiendo su espada a su derecha decapitando al segundo hombre más cercano, Adrián siguiendo el mismo pensamiento arremetió contra el más cercano a la izquierda.

La habitación se inundó de gritos de dolor y forcejeos.

Mientras los demás se ocupaban de lo que parecía ser una docena o más de hombres en la celda, Harvad se lanzó de inmediato a cortar con su daga las cuerdas que ataban a Henrietta.

"Ya está todo bien su alteza, estamos aquí para liberarla, no se preocupe pronto dejaremos este horrible lugar."

Las lágrimas de alivio brotaban a borbotones de los ojos de la joven reina, mientras deba gracias constantemente en su cabeza a su dios de todo corazón.

La masacre fue tanto sangrienta como rápida, en el tiempo que le tomo al caballero liberar a Henrietta y cubrir su modestia con su propio manto, el combate ya había terminado, las mosqueteras no perdieron tiempo buscando la ropa de la reina se encontraba obviamente esparcida en girones por todo el suelo, mientras que el báculo de cristal de la reina yacía hecho añicos en una esquina.

Harvar tomo a la reina en sus brazos y comenzó a correr de regreso rodeado por los demás, Adrián que iba corriendo al frente junto con la sirvienta intento conversar con esta última.

"Este humm…"

*Shigh* "Elisa, mi nombre es Elisa, ¿qué sucede?" -contesto la sirvienta que antes tenía una larga cabellera oscura y ahora usaba un corte de paje, suspirando y girando los ojos-

"Oh, este… solo quería preguntar que paso con tu compañera, ¿se disfrazó igual que tú?"

"No, ella se suponía debía preparar de inmediato el carruaje para escapar en caso de una emergencia."

"Oh ya veo, bien entonces hay que apresurarnos al punto de reunión, estoy seguro de que pronto nos alcanzara el Capitán también, si es que no está ya esperando por nosotros."

Mientras todo esto sucedía, la batalla en la entrada principal se encontraba completamente estancada.

-O-

La ventaja de estar apostados en la estrecha entrada principal era absolutamente benéfica para los caballeros de Ondine y las mosqueteras.

Gracias al alcance superior de los revolver mágicos, los arqueros enemigos no podían hacerles mella nuevamente y la posición adentrada en la que se encontraban permitía a los nobles ayudados por los efectos de sus armaduras, a desviar o contra arrestar los hechizos lanzados contra ellos con cierta facilidad.

*BANG*

*BANG*

Dos tiros resonaron en el pasillo y dos figuras cayeron fuera de la catedral, un arquero que intento hacer un tiro largo desde detrás de la formación defensiva tras la caída del paladín frente a él, que se había asomado por encima de su escudo por curiosidad.

En respuesta dos de los paladines dispararon lanzas de hielo a la formación, pero estas simplemente se hicieron añicos al hacer contacto con los escudos encantados de los caballeros de Ondine.

"¡Resistan!, ¡Y estén preparados para movilizarse en cualquier momento!" -Gritó Reynald, Sargento de la segunda compañía, mientras pensaba para sus adentros- 'Estoy seguro que falta poco para que nos retiremos, ya falta poco para que se cumpla el plazo que el Capitán Satoru me ordeno esperarle antes de movernos.'

Cual si sus pensamientos y palabras fueran proféticas, del pasillo tras ellos se escucharon pasos apresurados; de inmediato una escuadra de Ondine, reforzada por una de mosqueteras se formaron para recibir posibles atacantes, afortunadamente la acción fue innecesaria, no se trataba de más enemigos como anteriormente, sino más bien aquellos a quien esperaban.

Las mosqueteras se sintieron profundamente aliviadas y a su vez preocupadas al ver a la reina Henrietta en brazos de Harvad, la cual obviamente no traía zapatos a juzgar por sus pies cubiertos solo con medias maltratadas y a juzgar por la falta de abultamiento bajo la capa que la cubría, su estado era menos que modesto.

"¡SU MAJESTAD!" -gritaron las mosqueteras-

"¡Tranquilas!" -gritó Chloe a las mujeres que rompieron formación de inmediato- "Babette logró evitar que pasara lo peor, pero no es momento para charlar hay que dirigirnos cuanto antes al carruaje, ¡Son órdenes del Capitán Satoru!, ¡hay que abandonar de inmediato la ciudad!, ¡SIGANME TODOS!"

Sin siquiera pensarlo, todos se movieron rápidamente y como una sola unidad, retrocediendo sin demora hacia los establos, siguiendo a Chloe.

Ya en movimiento Reynald notó que faltaba una de las figuras importantes.

"Ernest, ¿Dónde está el Capitán?"

El caporal plebeyo que cargaba en sus brazos a una Louise inconsciente cubierta solo por la capa del mismo, miro con remordimiento a su argento antes de contestar.

"Se quedo atrás, al rescatar a la señorita Louise las cosas se pusieron feas demasiado rápido, se quedó con el fin de comprarnos tiempo."

Estas noticias dejaron mudo al sargento, la única que pudo decir algo al respecto fue la reina.

"¡Esperen!, ¿Qué pasara con el Chevalliere Satoru? ¿lo van a dejar así nada más?" -preguntó enojada Henrietta-

Al ver que los ojos de Reynald inquirían por más detalles, el caporal agregó algo inesperado.

"No había otra manera, dentro de la habitación oculta, nos encontramos con el papa y su guardia personal."

'¡Mierda!' -pensaba preocupado el joven caballero-

Sin embargo, no pudo elaborar ningún plan para rescatar a su Capitán, un grito de sorpresa al frente llamo su atención.

En unos momentos se encontraba al frente nuevamente y vio que la sirvienta disfrazada revisaba un cuerpo femenino que había sido decapitado, se trataba de una sirvienta, había marcas de combate en las paredes del pasillo.

*TSK* "Es mi compañera, al parecer alguien la tomo por sorpresa, solo espero que haya podido terminar su tarea primero."

Encarando a Reynald, Elisa puso una cara seria.

"Sargento, en cuanto salgamos de los pasillos perderemos la ventaja de cobertura, creo que se cómo asegurar el escape de los objetivos."

"Habla rápido, no creo que los Paladines tarden mucho en alcanzarnos."

"Propongo que me permita hacer de carnada con el carruaje, y cuando lo destruyan ustedes no se detengan, continúen cabalgando sin detenerse."

"Aun así necesitaríamos ocultar a ambas, y no hay modo de hacerlo si las llevamos en las sillas con nosotros."

"Permiso para hablar sargento." -irrumpió Chloe-

"Concedido."

"Me queda una tarjeta de [Invisibility], si la usamos es posible ocultar completamente por lo menos a una de ellas."

"Puede ser, pero nos faltaría una, además, si hay sirvientes o alguien más afuera y no nos ven subirlas al carruaje no funcionara."

"Yo me ofrezco como carnada." -dijo sin dudarlo una de las mosqueteras- "La reina puede usar mi ropa para disfrazarse y con la tarjeta escondemos a la señorita Vallière, la reina y yo somos aproximadamente de la misma estatura, debería funcionar, yo abordare el carruaje en su lugar y podemos usar el cadáver del paje que encontramos como si fuera D' la Vallière, si algo sucede no importa, aun si muero, mientras mi arma este conmigo estoy segura de que no habrá problema."

"¡No! ¡de ninguna manera Sophie!, ¡no te dejare aquí!" -exclamó la reina-

Reynald estaba por oponerse también a dejar alguien más atrás pero el sonido de pies marchando a lo lejos por los pasillos no se lo permitió.

"¡Maldición!, ¡no me importa cómo, pero te aseguro que los rescataremos a ambos!, así que… mantente con vida." -Dijo el joven noble mirando con seriedad a la mosquetera-

Viendo esto Henrietta guardo silencio mordiendo sus labios con rabia y suficiente fuerza para que sangraran.

Sin perder más tiempo se colocaron frente a la puerta que daba al establo donde mantenían tanto caballos como pegasos, y antes de salir al aire libre, los hombres hicieron guardia en ambos sentidos, mientras que Sophie, la mosquetera, se desnudó entregando sus ropas a la reina y con ayuda de las demás, vistió rápidamente a Henrietta, mientras que ella se cubría solo con la capa de Harvar, asegurando su revolver entre sus pechos, lo mejor oculto posible por su atadura, Ernest uso una de las tarjetas de invisibilidad sobre Louise y para simular que subirían a Louise en el carruaje, usaron la capa de otro de los caballeros envolvieron el cuerpo de un paje aprendiz de paladín que habían encontrado con el cuello roto en el establo, este seguramente había sido eliminado por la sirvienta decapitada cuando llego para preparar los caballos, antes de retirarse del lugar tras verse sorprendida.

Antes de que cualquier otra cosa pasara, la reina se dio vuelta y miró firmemente a su mosquetera.

"Mantente con vida Sophie, que la gracia de mi señor Ainz Ooal Gown te proteja." -rogo por su bienestar la reina-

Con los preparativos listos patearon la puerta y salieron corriendo hacia los caballos que ya se encontraban ensillados dentro del establo, fuera el carruaje estaba preparado para partir.

Sin perder un instante más, Elisa abrió la puerta para que entraran las 'rehenes', de inmediato se escucharon gritos de varios escuderos que las vieron y cargaron contra el carruaje, sin embargo, antes de que pudieran alcanzarlo, los caballos que salieron a toda prisa del establo los arrollaron.

El Caporal Gastón de Ondine se lanzó con su caballo hacia la entrada reforzada de la muralla que fungía como puente levadizo sobre el pequeño rio al lado este de la catedral y corto los contrapesos permitiendo que esta cayera, liberando el camino para el carruaje.

Las flechas empezaron a caer sobre ellos por lo que salieron al galope y escaparon a toda prisa, aprovechando las calles laterales hasta alcanzar un área libre del amplio camino principal para después aprovechar el hueco en la muralla exterior dejado por el reciente ataque del golem que aún no habían sido reparado del todo.

Tras unos pocos minutos de haber dejado atrás las murallas de la capital, la silueta de los jinetes de dragón y Pegaso se comenzaba a ver acercarse a ellos desde lo alto.

"¡Acaben con los herejes!" -se escuchó al poco el grito de sus perseguidores-

"Demonios, esperaba que tuviéramos algo más de tiempo antes de que nos alcanzaran." -se quejó Babette tras mirar sobre su hombro-

Hechizos de fuego y viento comenzaban a llover a su alrededor, las ordenes de Reynald no se hicieron esperar.

"¡Los pegasos son nativos de Romalia y tan rápidos como un dragón de viento!, ¡Pero no importa son solo un par de compañías aun podemos lograrlo!, ¡Mosqueteras!, ¡devuelvan el fuego!, ¡Ondine nosotros somos el escudo!"

"¡HOOO!"

A partir de ese momento la persecución se intensifico, el intercambio de hechizos y disparos era bastante intenso, durante los primeros minutos cuatro jinetes de dragón y dos de Pegaso fueron derribados por la sorpresiva precisión de las mosqueteras, dos jinetes muertos y cuatro tras caer por heridas a sus monturas, tras lo cual los jinetes comenzaron a evadir de manera más abrupta evitando el mismo destino, cuando llegaron a una curva del camino un hechizo {Bola de fuego} que exploto al lado del carruaje estuvo a punto de volcarlo.

Un par de minutos más tarde, Elisa ya no fue capaz de evadir el hechizo {Viento cortante} lanzado sobre el lado izquierdo del carruaje, que despedazo parte del techo y una buena parte de ese lado.

Para ese momento la persecución ya se había extendido casi quince minutos y siete jinetes más habían sido incapacitados o eliminados por las mosqueteras, el cansancio comenzaba a hacer mella visible en los caballos, pero a lo lejos entre los árboles del bosque circundante se comenzaba a divisar el puerto de Cittadella donde había anclado su navío.

'Bien ya casi lo logramos,' -pensaba Reynald- 'según Elise, su compañera debió notificar al capitán del barco que se alistara para partir discretamente vía [Messagae], por lo que debería estar listo para partir en cuanto abordemos.'

Tres jinetes de dragón más fueron derribados mientras el sargento pensaba esto, sin embargo, un horrendo estruendo seguido del quejido de caballos helo la sangre de todos.

*CRACKOOM* **Hiiiii* *Hiiii*

El carruaje ya no pudo soportar más el castigo de los ataques ni la vibración causada por el terreno disparejo que cruzaban, el eje delantero se partió causado que el carruaje perdiera su rueda derecha, lo que causó que pivotara sobre la esquina arrojando al conductor que aun sostenía las riendas de los caballos por los aires, el carruaje viro de lado y comenzó a rodar salvajemente, el primer impacto dañó fuertemente los tirantes, permitiendo a los caballos romperlos, pero no pudieron evitar caer y rodar debido al tirón de las riendas causado por el peso del conductor que había salido volando por el accidente, acabando este último debajo de los caballos.

Dando varias vueltas el carruaje termino de despedazarse dejando ver dos cuerpos entre los escombros, ambos sangrando profusamente por las heridas causadas al ser empaladas por esquelas de los escombros.

"¡MALDICION!, ¡RETIRADA!, ¡TODOS RETIRADA!"

El grito de Reynald se escuchó dejando atónitos a los jinetes restantes, que cesaron su persecución para revisar el accidente, para cuando retomaron el cielo tras haberse dado cuenta del engaño, el capitán de escuadrón restante ordenó detener la persecución, no contaban con los hombres necesarios para atacar un buque armado, decidieron tomar como rehén al único sobreviviente del accidente, una mujer que vestía solo una prenda intima inferior y vendajes sobre el pecho, mientras se cubría solo con una capa como prenda exterior, esperando que tuviera algo de información para ellos.

"No se puede hacer nada al respecto, hay que volver e informar al papa, los herejes lograron escapar."

"¿Qué hacemos con los otros dos cuerpos capitán?" -pregunto uno de los jinetes-

"Recojan al escudero, hay que darle le debida sepultura por su valor y servicio, en cuanto al otro cadáver, despójenlo de la armadura de paladín y déjenlo para que lo devoren las criaturas del bosque, un traidor no tiene cabida en la paz de Brimir."

Dando un saludo, los paladines procedieron de inmediato a cumplir las órdenes de su capitán.

-O-

Cuando Ainz y Ernest alcanzaron el lugar donde tenían a Louise, Chloe se revelo atacando por la espalda al guardia con su daga, degollándolo y evitando que cayera al suelo de golpe.

"Capitán tengo malas noticias, el enemigo recibió refuerzos poderosos." -dijo la joven cabo en voz baja, que de inmediato continuó al recibir una indicación de Satoru par que lo hiciera- "Dentro se encuentran el papa y su guardia personal, una compañía de Templarios, la elite de la elite en Romalia, además de los paladines que estaban con ellos, son más de una docena en total."

Escuchando esto, el Overlord disfrazado se quedó pensativo por un instante.

"¿Aun te queda alguna tarjeta de [Invisibility]?" -pregunto a la joven caballero-

"Si capitán, me quedan dos."

"Dale una a Ernest para que la use, yo entrare atrayendo su atención mientras él se cuela hasta Louise y la saca de ahí de inmediato sin que los vean."

"Entendido." -contesto Ernest recibiendo la tarjeta que Chloe extrajo de su bolsillo-

"Chloe, tú te quedas afuera procura que no te vean, deberás proteger a ambos cuando salgan si es que alguno de los paladines o templarios adentro se me escapa y trata de perseguirlos."

"Entendido, ¿lo esperamos en el punto de reunión?"

"No, reúnanse con el resto de inmediato, tomen a las dos VIP y salgan cuanto antes de la ciudad, yo les comprare tanto tiempo como me sea posible, ya me las arreglare para escapar por mí cuenta."

"Pero, capitán."

"Es una orden." -asevero con voz seria Ainz-

"Entendido."

-O-

Dentro de la habitación, Vittorio llego finalmente a la conclusión de que solo podría regresar a la luz de Brimir a la peli rosada cuando encontrara al cuarto discípulo.

'Bueno, realmente me queda una última opción' -pensaba el papa mirando un adornado espejo pequeño que había traído con él y descansaba sobre la mesa a su lado-

En cuanto coloco una mano sobre la caja la puerta del cuarto exploto en esquelas y en el marco se encontraba Satrou con la pierna levantada, haciendo obvio lo que acababa de pasar.

"Siento interrumpir la fiesta, pero me temo que esa señorita está sobrepasando su toque de queda, estoy aquí para regresarla a su dormitorio." -dijo Ainz mientras bajaba la pierna y daba dos pasos dentro-

Tal como Chloe le había informado había aparentemente entre catorce y dieciocho personas dentro del cuarto en total, era difícil decir el número exacto por lo cerca que estaban uno del otro.

Los habitantes del cuarto estaban tan sorprendidos por la repentina entrada del caballero de oscura armadura que no se habían movido para nada.

"Mhhn, Sabia que a los pedófilos les gusta esconderse en instituciones religiosas, pero no pensé que encontraría tantos en un solo lugar." -agregó, al ver que Louise estaba desnuda y atada a la cama-

Esto finalmente provocó una reacción iniciando el combate, Ainz desenvaino sus espadas cortas y se lanzó contra los paladines.

El sonido de metal contra metal resonaba fuertemente en la habitación.

Vittorio veía con terror y furia la fuerza del hombre vuelto familiar, el jamás se habría imaginado que fuera realmente tan fuerte.

'Espera, algo no está bien.' -pensó de pronto el papa y tras unos segundos se dio cuenta de lo que estaba pasando- '¿Porque no está tratando de avanzar?, ¿Qué no dijo que su intención era rescatar a la maga del vacío?'

En el instante en que este pensamiento cruzo la mente de Vittorio, vio como uno de los paladines logró rodear al enemigo para intentar atacarlo por la espalda, dio un paso hacia atrás para entrar en una postura de arremetida, sin embargo, antes de que pudiera atacar, Satoru se volvió hacia él y con un rápido movimiento lo degolló.

'No, ¡no puede ser cierto!, ¡ES EL QUIEN ESTA IMPIDIENDO QUE SALGAMOS NOSOTROS!'

*GHASPH*

Pero ya era demasiado tarde, cuando finalmente entendió que estaba pasando, se giró a toda prisa preparando un hechizo de ataque, el Gandalfr estaba fungiendo como distracción, el verdadero objetivo era la maga del vacío.

"¡¿Qué?! ¡Imposible!" -exclamo en voz alta Vittorio-

En la cama donde debería estar su rehén, solo había sogas cortadas, de inmediato tomó el espejo de la mesa y comenzó a voltear por todos lados, no podía encontrar como había desaparecido de su lado la joven maga.

Ainz, que podía ver perfectamente a través de un hechizo de tan bajo nivel, sonrió al ver que su subordinado había logrado su objetivo, libero a la maga peli rosada y la estaba escondiendo temporalmente con él bajo su manto, mientras caminaban lentamente hacia la salida siguiendo lo más posible el borde de la habitación.

'Excelente, descubrir ese dato curioso sobre ese hechizo fue inesperado, lo único lamentable es que acorta dramáticamente la duración del mismo, bueno, es hora de que me ponga más serio, ya he matado a cinco, en cuanto el hechizo falle barrere con los demás y vere si puedo encontrar la sala que mencionada en los reportes de inteligencia antes de alcanzarlos.' -pensaba victorioso el Overlord disfrazado-

Lamentablemente ningún plan funciona realmente como uno lo desea, justo cuando Ernest estaba por llegar a la puerta, el efecto de [Invisibility] termino, revelando al caballero de Ondine, la repentina aparición llamó de inmediato la atención del papa que apuno el espejo hacia la puerta.

Al ver esto Ainz dio un corte horizontal con fuerza para liberarse de sus adversarios, cortando a dos paladines por la mitad y abriendo el vientre de un tercero, para de inmediato interponerse entre el espejo que comenzaba a brillar y Ernest que tomo a Lousie en sus brazos comenzaba a correr.

Satoru estaba seguro de que su gran defensa mágica le permitirá salir vivo de cualquier tipo de ataque que pudiera lanzar dicho espejo, por lo que intento cubrir el ataque cruzando sus espadas cortas frente a él a modo de defensa.

Al atravesar la puerta y girar al pasillo, Ernest pudo ver de reojo a su Capitán siendo cubierto por una fuerte luz algo azulada, sin embargo, él estaba seguro de que si alguien podría sobrevivir a cualquier ataque seria su capitán, por lo que no se detuvieron ni por un segundo, él y Chloe salieron disparados mientras Louise gritaba.

Sin embargo, Ainz había cometido un grave error, ciertamente su alta defensa mágica le habría protegido de cualquier hechizo de ataque, siendo precisamente ahí donde nació su error, el espejo no lanzo un ataque exactamente.

Cuando la luz menguó, Satoru se encontraba en su posición defensiva aun, pero tras un segundo las espadas cortas que sostenía se resbalaron de sus manos, un instante después el Overlord cayó de rodillas al suelo y finalmente sucumbió completamente a la gravedad quedando tirado boca abajo.

-O-

Tras haber abordado el barco, partieron sin demora, los pocos caballeros de dragón que intentaron hacerles frente al cruzar la frontera no fueron problema para el bien armado y remodelado buque interceptor 'Licorne en Colère'.

Cuando finalmente estuvieron en espacio aéreo sobre Tristain y las heridas de Henrietta ya había sido atendida por uno de los magos de agua abordo, se puso presentable con ropa de su camarote y ordeno a uno de los marinos que resguardaran apropiadamente la que se había quitado, después de todo pertenecían a una persona heroica, tras lo cual ordenó que se presentaran en su camarote Chloe, Ernest, Babette y el capitán de Ondine Reynald.

"Ahora que contamos con calma suficiente, quiero saber exactamente que paso, en la batalla por liberarme a mi querida Louise y a mi persona, quiero todos los detalles, y sobre todo quiero que me expliquen exactamente porque fue necesario, ¡dejar al Chevalliere Satoru Suzuki a merced de Romalia!" -exclamó furiosa Henrietta-

El primero en hablar fue Reynald, meticulosamente describió la trampa tendida por Romalia para alejarlos de la catedral y como se percataron de ello, su combate urbano del cual salieron victoriosos gracias a múltiples tácticas practicadas por Ondine que fueron hechas aún más efectivas gracias a la presencia de las mosqueteras, lo que les permitió alcanzar la catedral sin bajas o heridas mayores, después elaboro sobre como sortearon el lado oeste para atrapar en un ataque de pinza a la guardia de la entrada principal y como se dividieron después para la misión de rescate.

"Para ser honestos su alteza, de no ser porque el capitán Satoru nos ordenó ir siempre armados y los amuletos [Ceremonial Parade] que ocultaban nuestras espadas mientras no las estuviésemos manipulando, el resultado hubiera sido una total victoria del enemigo, estaban bastante preparados para nosotros." -Finalizó Reynald-

Al recibir palabras y un gesto aprobatorio de la reina, que implicaba que no encontró nada que pudiera criticar en su narración, dio la palabra Babette.

"Ya veo, así fue como burlaron la prohibición del porte de armas de Romalia, bien hecho."

La mosquetera de inmediato aunó en detalle de cómo le hicieron para encontrar donde tenían aprisionada a la reina, así como las batallas breves que sostuvieron ocasionalmente por el camino y finalmente como irrumpieron en la celda, evitando oportunamente que la reina fuera profanada por los supuestos hombres santos.

"Un momento, ¿me estás diciendo que mis sirvientas en este viaje eran realmente infiltradores entrenados?" -preguntó al final Henrietta-

"Así es su alteza."

"¿De dónde eran?"

"De eso…. No estamos totalmente seguros su alteza, Elisa no lo menciono," -viendo la cara de molestia e incredulidad en Henrietta, rápidamente se apresuró a agregar más- "d-dado que el Capitán Satoru sabia sobre ellas y q-que tenían sus tareas asignadas en caso de emergencia, creemos que se trataba de agentes del Imperio Hechicero."

*Shigh* 'Eso significa que tendré que averiguarlo por mi cuenta y compensar al imperio por su perdida en caso de que sean agentes de Ainz-sama.' -pensaba abrumada la reina-

Con un gesto dio por terminada la conversación con la vice-capitana de sus mosqueteras y clavó su mirada sobre la segunda mujer en la fila.

La siguiente en hablar fue Chloe, esta explico cómo se infiltró con invisibilidad en la catedral, tras separase del grupo principal después de que Satoru tuviera sospechas sobre la situación, así como informó de la excesiva actividad militar en la ciudad a su capitán.

También hablo sobre como recuperó los artículos confiscados a Louise, de manera similar a lo que hizo Elise por la reina y finalmente explico las ordenes que recibió de su capitán antes de cargar dentro de la habitación y su puesto como vigía fuera de esta.

'Otra cosa más que agradecer a los agentes del Imperio Hechicero.' -pensó al escuchar como recuperaron sus objetos de valor-

Tras agradecer por la recuperación de sus preciados objetos, dirigió una mirada inquisitiva a la última persona en la fila.

Ernest de inmediato comenzó a relatar la feroz batalla dentro de la habitación en la que su capitán retuvo a más de una docena de hombres altamente entrenados, matando a cinco que él pudiera confirmar y sobre cómo aprovechó que toda la atención estaba en el combate para liberar a Louise, también hablo sobre como casi logran salir sin ser vistos, cosa que sorprendió un poco a la reina, finalmente describió el resplandor azulado de la magia que pudo ver de reojo al salir de la habitación.

"Tras dejar la habitación, Chloe y yo comenzamos a correr de inmediato para reunirnos con el resto, sin embargo, considero que va a ser bastante difícil que el Capitán pueda regresar a nosotros en una pieza."

"¿Porque crees eso?" -Pregunto con angustia Henrietta-

"En cuanto nos comenzamos a alejar, me pareció escuchar caer dos espadas y el golpe fuerte de un hombre en armadura contra el piso, creo que de algún modo fue derrotado."

"¿Y que le sucedió a Louise?, ¿por qué ella esta inconsciente aun?"

"Eso, no lo sé su alteza, ella estaba gritando que no podíamos dejar al capitán y de pronto perdió el conocimiento, desde entonces no ha despertado, tal vez se deba a algo que le dieron mientras la tenían cautiva." -contestó Ernest preguntándose lo mismo internamente-

"Es posible, su vida no parece estar en ningún tipo de riesgo, pero lo mejor será que la examinen a profundidad en cuanto lleguemos a Tristain." -hablo Henrietta mientras miraba a la joven peli rosada en su cama-

En cuanto abordaron, la reina decidió no dejar sola en ningún momento a su amiga y ordeno que la recostaran en su camarote y ahí atendieran a ambas, cuando el mago de agua se retiró, Henrietta vistió por sí misma a Louise en una de sus prendas personales de dormir, era lo menos que podía hacer por ella tras ponerla de nuevo en peligro.

"Me pregunto si el supuesto milagro de dios que me convocó para presenciar y no pude ver fue solo una carnada o se trataba de algo real…" -hablo Henrietta a solas en su camarote mientras acariciaba el rostro dormido de Louise- "aunque al final no importa, son solo engaños de un dios falso, probablemente el papa solo quería quedarse contigo Louise, de seguro te quería como peón para su plan en tierra santa." -dijo después de un momento con molestia-

-O-

Louise quería gritar con todas sus fuerzas a su familiar, quería agradecerle con todo su corazón por venir a rescatarla, las lágrimas de alegría rodaban por su rostro, más no pudo expresar su profundo agradecimiento al caballero que enfrentaba múltiples enemigos para liberarla, antes de que pudiese decir nada, sintió una mano posarse firmemente en su rostro, cubriendo su boca con cierta fuerza, sin embargo, no podía ver de quien se trataba.

"Tranquila señorita D'la Valliere, guarde silencio por favor, estoy aquí para rescatarla, soy Ernest, caballero de Ondine, no se mueva, cortare sus ataduras." -escuchó susurrar una voz en su oído-

Asintiendo levemente con la cabeza, demostró que había entendido.

'Ahora lo entiendo, Satoru está distrayendo a todos para que Ernest pueda liberarme sin que nadie se percate.' -pensaba la joven maga mientras miraba con atención al papa-

Ernest cortó primero las ataduras en los tobillos de Louise, teniendo especial cuidado de no cortarla accidentalmente y procurando no mover las cuerdas de manera visible, ya que Vittorio se encontraba apenas un paso por delante del pie de la cama y estaba totalmente sumergido en la batalla frente a él.

Una vez terminado este primer paso, cortó sin miramientos las cuerdas que fijaban las muñecas de la joven maga a la cabecera de la cama, sin embargo, como no podía perder más tiempo, simplemente las corto por el centro y más adelante la retirarían de las muñecas de la joven.

"La voy a jalar lentamente fuera de la cama, en cuanto sienta mi peto en su espalda le pediré que recoja sus piernas de inmediato, no se preocupe, la cubriré con mi manto para salir sin que nadie la vea, pero tendrá que mantener absoluto silencio sin importar lo que pase, ¿comprendió?"

Louise escuchó nuevamente la voz susurrante al mismo tiempo que sentía que era tomada por las axilas, rápidamente asintió para expresar que comprendía el plan a seguir.

La maniobra fue completada sin que nadie se diera cuenta, la joven maga casi grita al sentir el frio peto del caballero en su espalda, afortunadamente evito el aspaviento cubriendo inmediatamente su boca con ambas manos.

Rodear el combate resulto más fácil de lo que ella esperaba, lamentablemente justo cuando estaban por alcanzar la salida, el hechizo [Invisibility] falló finalmente, revelando al caballero que cubría algo con su manto.

"¡Están en la puerta!, ¡no dejen escapar a la prisionera!"

Gritó fuertemente Vittorio mientras les apuntaba con un espejo, de todas las cosas posibles.

Ernest había sido bien entrenado y no perdió un solo segundo, en cuanto el papa termino la primera frase, él ya había cambiado su agarre sobre al joven maga a una postura de princesa y sus piernas bombeaban a toda velocidad hacia la salida.

Su velocidad de reacción no quedo sin apremio, en cuanto dejó el marco un hechizo errático de viento pulverizó la parte alta del mismo, dejando huellas en la piedra del muro.

'Espera, ¿qué pasa con Satoru?' -pensó Louise alarmada-

"¡¿Qué están haciendo?!, ¡no podemos dejar a Satoru atrás!" -gritó mientras miraba un resplandor azulado muy intenso, proveniente de la habitación que acababan de dejar-

"Lo siento señorita, pero son las ordenes que nos dio el capitán Satoru." -Respondió amargamente Ernest mientras corría-

Al instante siguiente, cunado la luz detrás de ellos se desvanecía, Ernest trastabilló y casi tira al suelo a la peli rosada, cuando esta, de pronto perdió el conocimiento y su cuerpo comenzó a imitar a una muñeca de trapo.

"WUUHOOOOOAA"

"¡¿Que sucede?!" -gritó alarmada Chloe al ver a su compañero casi caerse-

"¡No lo sé!, ¡la señorita Louise se desmayó de pronto!"

"¡Maldición! ¡no podemos retrasarnos o podrían alcanzarnos los paladines!, ¡échatela al hombro, no podemos perder la ventaja que nos dio el capitán!" -respondió Chloe-

-O-

Desde la perspectiva de Louise, estaba gritando hacia el pasillo que dejaban, cuando de pronto la luz azulada le causo fuerte somnolencia.

Cuando finalmente la somnolencia desapareció, solo podía ver frente a ella manchas de colores y formas borrosas, como si estuviese viendo a través de una densa neblina, tampoco se encontraba en brazos de nadie, ni moviéndose, simplemente estaba parda, mirando frente a ella.

"¿Eh? ¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? ¿Por qué suena así mi voz?" -se preguntaba desorientada al escuchar el eco extraño causado por sus palabras-

Lo segundo que notó es que en vez de estar desnuda como había estado hace unos momentos, ahora vestía extrañas y muy escasas ropas, en la parte inferior parecía estar usando unas pantaletas algo grandes o una especie de short escandalosamente corto y una especie de botas arcaicas de cuero que llegaban hasta sus muslos, en la parte superior se encontraba usando una especie de camisa sin tirantes o camisola corta, aunque parecía más bien un corse, que no llegaba a su ombligo, unos guantes largos sin dedos, similares a los que usaba Tiffania y una gargantilla metálica con figuras y lo que se sentía como gemas incrustadas.

"¿No soy un tanto más alta que antes?, no solo eso, tampoco mi cabello es igual que antes, ahora es rubio y corto, incluso mis pechos se ven un poco más grandes que antes, ¿Qué está pasando?, lo último que recuerdo es que Ernest me llevaba cargada en brazos mientras corríamos por los pasillos del templo mayor, después vi una luz fuerte inundar el pasillo y entonces…. Desperté aquí." *gahsph* '¡¿Por qué mis orejas son tan largas?!'

Las cavilaciones de Louise sobre la discordancia entre las ropas, la gargantilla y su nueva imagen, fueron interrumpidas abruptamente, el cuerpo le estaba dejando de responder y comenzaba a moverse de forma independiente de sus deseos, incluso su boca dejo de emitir palabra y pudo sentir como su rostro se fruncia en una expresión seria.

La niebla comenzó a disiparse poco a poco a su alrededor, observó que parecía estar saliendo de un bosque, de pronto todo se aclaró tras pasar un último árbol, sobre el cual se recargó.

Un segundo después, no podía creer le que estaba viendo frente a sus ojos.

'*GHASPH*'

-O-

La luz cegadora menguaba lentamente, Ainz podía sentir como su conciencia regresaba poco a poco, esto lo hizo pararse abruptamente.

Tomo una pose defensiva de inmediato, y se dio cuenta de que no tenía consigo ninguna de sus espadas, intento crear uno de sus espadones discretamente, pero también le fue imposible.

'¿Que rayos está pasando aquí?, ¿por qué no puedo convocar ningún arma?' -Se preguntaba con preocupación a si mismo el Overlord mientras estudiaba su entorno- 'Parece que estoy en una especie de pradera, mmhn… ahí hay una especie de colina, tal vez desde ahí me pueda ubicar mejor.'

Mientras caminaba, Ainz intento usar múltiples hechizos y el resultado fue preocupante, ningún hechizo de ataque, sin importar el nivel, se activaba, en cambio, toda magia de soporte y refuerzo se ejecutaba sin ningún problema.

'Esto es muy extraño, no se trata de ningún tipo de ilusión, de lo contrario no tendría problemas con ningún hechizo y tampoco tendría problemas para equipar armas.' -pensaba el Overlord mientras caminaba hacia la colina cercana-

Mientras se acercaba, noto que al pie del árbol grande que dominaba la meseta de la colina se encontraba una persona, esta se encontraba de perfil desde su punto de vista, por lo que aún no lo había visto, sin pensarlo dos veces activó [Perfect Unknowable] y siguió caminando hacia el hombre.

Al estar a unos metros, apenas distancia suficiente como para hablar sin gritar, el hechizo de Ainz falló, dejándole al descubierto y causando una gran sorpresa para el Overlord.

"¡¿Qué demonios?!" '[Silent Magic 'Time Stop']' *Buzz buzz*

Su exclamación atrajo la mirada del joven rubio y piel clara que se encontraba mirando a la distancia sobre la colina, este al escuchar su grito, se volvió hacia él, clavando sus cálidos ojos celestes sobre Ainz.

'¡Imposible! ¿[Time Stop] falló?' -Pensó Ainz alarmado-

Sin embargo, no alcanzo a intentar ningún otro hechizo, la atención del rubio ya estaba sobre él.

"¡Hola extraño! ¿Qué lo trae por estos peligrosos lares?" -exclamó animadamente el joven-

SE "Errr…" 'Cuando menos parece que no es hostil, ¿Qué respondo?' -pensó calmándose un poco por la respuesta amable- "a… decir verdad no estoy del todo seguro, simplemente desperté no muy lejos de aquí."

"¡Ha! ¡casi lo olvido! ¿Dónde están mis modales?" -exclamó de pronto el joven- "Mi nombre es Brimir Nidabelio, du Remettre Yeux Virée Vécu Vaudrai."

"¡EEEEEEEEHHHHHHHHH!"