Capítulo 7: De paseo por Hogsmade.

Elvira se despertó en cuanto le avisaron sus protecciones, entraba una deliciosa y suave luz por la ventana y se estiró en su cama, esas sábanas eran una auténtica delicia…cualquier día llegaría tarde sólo por estar unos minutos más sintiendo esas suaves sábanas. Se levantó y fue al baño a ducharse, se secó el pelo, se vistió, había transfigurado otro de sus vestidos habituales (tenía muchos parecidos) para que tuviera el aspecto del que se puso ayer, había descubierto que Polly se había llevado el vestido del día anterior para lavarlo, esa elfa era demasiado escrupulosa, la llamó y llegó a un acuerdo con ella, sólo debía lavarse lo que estuviera en la cesta del baño, lo que estuviera fuera del armario no era para lavar a no ser que tenga alguna mancha o huela mal y hubiera olvidado ponerlo en la cesta, la pobre Polly se disculpó y casi empezó a golpearse contra la pared, pero Elvira la paró y le dijo que eso era algo de lo que ella debería haberle avisado, que no tenía importancia, que tenía muchos vestidos, abrió su armario y se los enseñó, Polly miró y vio que eran todos iguales pero no se parecían al otro.

-Pero señorita Elvira, éstos son distintos, el que se llevó Polly era diferente.

-Lo sé, no te preocupes cariño, el otro lo transfiguré a partir de uno igual que éstos, había planeado transfigurar 2 o 3 más por si los necesitara, y no te preocupes, amor, no me quitará tiempo en unos segundos estará listo. - Delante de Polly sacó 3 vestidos, los transfiguró en unos segundos y le dijo a Polly:

-Ves pequeña, ya están listos, no has hecho nada malo, ¿estás más tranquila? - La elfa la miró con adoración y asintió. - Muy bien, eres muy buena chica, gracias, cariño.

-Polly está muy contenta de ayudar a la señorita Elvira, llame a Polly siempre que la necesite.

-Por supuesto, ¿a quién voy a llamar si necesito ayuda? Eres mi elfa favorita. - La pequeña elfa se emocionó casi hasta las lágrimas, la miraba como si fuera una diosa y Elvira le dijo:

-Ve a descansar cariño, voy a desayunar en el comedor con el resto del personal, pasa un buen día.

-Gracias señorita Elvira, que pase un buen día señorita. - Desapareció con un chasquido.

Elvira se vistió rápidamente y se peinó y maquilló. Había cogido su bolso mágicamente expandido y metió dentro los libros que le dio Severus y las notas que tomó antes de ir a dormir, se estaba poniendo su capa cuando llamaron a la puerta, fue a abrir esperando que estuviera Albus o Minerva, que sentía mucha curiosidad por su televisor, pero se sorprendió al ver a Severus. Parecía un poco tímido.

-Buenos días, Elvira. ¿Qué tal tu mañana? - Elvira lo hizo pasar mientras se ponía la capa para que no esperara en el pasillo.

-Buenos días, Severus. Estoy muy bien, ¿Y qué tal estás tú esta mañana? ¿Cómo es que has venido tan temprano a mi puerta?

-Estoy bien, no te preocupes, no he venido a quejarme ni nada de eso…pero como esta noche no podré traerte aquí de vuelta, he pensado en acompañarte al comedor. - Elvira sonrió y le dijo:

-Vaya Severus, eres un caballero muy atento…cuando no te portas como un cretino. - Ambos se echaron a reír.

-Vaya, si prefieres a mi "yo cretino" puedo irme sin ti. - Elvira le dijo:

-¡Ja! Ni de broma te vas de aquí sin mí, murciélago, además aunque me gusten tus "encantadores modales habituales" esta faceta tuya también me gusta mucho.

Elvira le guiñó un ojo, se acercó a él y le besó suavemente la mejilla. Se sonrieron dulcemente y Elvira cogió su bolso, lo colgó de su hombro y agarró el brazo de Severus. Cuando llegaron al comedor volvieron a crear conmoción, todos sabían del carácter de Severus y cada vez les sorprendía más que tolerara la cercanía de otro ser humano. Tomaron un delicioso desayuno y cuando terminaron le dieron a Pomona la lista de lo que necesitaban de los invernaderos.

-Por supuesto que tengo de todo en los invernaderos, que os parece si venís dentro de un par de horas a recogerlo, o mejor, le diré a Neville que os lo lleve al aula de pociones. - Neville estaba allí cerca y dijo:

-Claro que sí, profesor, yo le llevaré todo a su aula y, si lo necesita puedo ayudar a ordenar y guardarlo todo. - Severus dijo:

-Limítate a traer los ingredientes al aula, aún no me fío de lo que puedas hacer en mi aula y mis almacenes, Longbottom. - Elvira le dio un ligero golpe a Severus en su brazo:

-¡Severus! No seas desagradable con el chico, es un encanto, de todas maneras, esas cosas las iba a ordenar yo, así que, Neville, si quieres ayudarme estaré encantada.

Severus se sorprendió y se quedó muy callado con cara de malas pulgas. Neville se ruborizó hasta las orejas y le dijo:

-Por supuesto, señorita, yo le ayudaré.

-Neville, puedes llamarme Elvira, como todos los demás. - Le guiñó un ojo y Neville se ruborizó aún más. Pomona se echó a reír y le dijo a Elvira que dejara de avergonzar a su aprendiz…el pequeño grupo reía, Neville muy tímidamente, y Severus seguía un poco enfurruñado. Elvira y Severus fueron al despacho de Severus, allí en su escritorio estuvieron investigando, Elvira siguió leyendo los libros que llevaba en su bolso y tomando algunas notas y Severus en los que dejó de lado la noche anterior, pero seguía enfurruñado. Pasado un rato, Elvira estaba cansada de su actitud.

-¿Se puede saber qué diablos te pasa? - Sin levantar la vista del libro, Severus dijo:

-Nada.

-Seguro… a mi no me engañas Severus, estás molesto por haberte regañado después del desayuno.

-Si lo sabes por qué preguntas.

Elvira se levantó de su silla se sentó en la esquina del escritorio al lado de él cruzando sus piernas lo que hizo que casi se viera el borde de sus medias que llegaban casi a la mitad de sus muslos. Severus casi no levantó la cabeza pero se quedó mirando medio atontado sus piernas.

-Vamos Severus, no te regañaré cuando seas grosero con los alumnos delante cuando empiece el curso, pero cuando estemos a solas o con el resto de compañeros no te prometo nada…como te he dicho, me gusta tu personalidad, pero ese chico estaba siendo amable y fuiste un desagradecido, mira no te enfades conmigo…además, tú eres mi chico favorito aquí, no te pongas celoso si soy agradable con el pobrecito Longbottom…a mí me gustan los hombres, no los niños, por favor, intenta ser un poco menos desagradable con los demás, sólo un poquito. - Elvira sujetó su barbilla y le hizo levantar la cabeza y mirarla a los ojos.

-Además esta tarde tenemos que ir a Hogsmade y no quiero ir contigo estando enfadado conmigo. - Severus se quedó mirándola y tragó saliva.

-Está bien, intentaré controlarme, sólo espero que los demás también intenten ser menos idiotas… además, yo no estoy celoso de Longbottom.

-Eres incorregible, debo ser masoquista porque a pesar de tu "encanto natural" no me repeles. - Ambos se miraron un momento. Severus dijo:

-¿Ya está todo bien?

-Por el momento… - Dijo Elvira.

Siguieron revisando sus libros, estuvieron alrededor de una hora trabajando en un cómodo silencio cuando sonaron unos golpes en la puerta. Era Neville cargando una caja enorme con todo lo que se necesitaría ese curso, le había puesto un hechizo para que fuera más ligera. Elvira le dijo a Severus que siguiera con el trabajo y que revisara las notas que ella había tomado, que ella y Neville lo ordenarían todo. En aproximadamente una hora Elvira y Neville terminaron su tarea, él le iba pasando los ingredientes y ella los colocaba. Cuando ya quedaba poco por organizar, Elvira le dijo al chico:

-Neville encanto, ya me encargo yo de lo que queda, falta poco para el almuerzo, ve a ver si Pomona te necesita. - Elvira estaba subida a un taburete colocando uno de los últimos botes.

-¿Estás segura, Elvira?

-Claro, Neville, muchas gracias, me has ayudado mucho, eres un encanto. - Le sonrió y Neville se ruborizó ligeramente.

-De nada, hasta luego, Elvira. - Neville, recogió la caja que trajo con él y se fue, en el despacho estaba Severus que lo vio salir de la puerta del almacén y se le quedó mirando con su expresión agria normal. Neville superó su timidez por un momento y dijo:

-Profesor, yo ya he terminado de ayudar a Elvira, me ha dicho que ya termina ella de ordenar los últimos ingredientes. Hasta luego.

-Está bien, gracias por su ayuda Longbottom, hasta luego.

Neville se quedó tan sorprendido por lo que le dijo su antiguo profesor que salió disparado del despacho sin poder articular palabra. Severus se levantó y fue al almacén a ver cuánto tiempo le quedaba para acabar. Vio a Elvira subida al taburete, él se quedó mirando su trasero que estaba casi a la altura de su cara. Elvira lo llamó sin darse cuenta de que ya estaba detrás de ella:

-¡Severus! ¿Puedes venir un momento? - Cuando se dio la vuelta y lo vio allí tropezó ligeramente y estuvo a punto de caerse, Severus la sujetó por la cintura, Elvira se quedó quieta por la sorpresa y la excitación que sintió en ese momento. La ayudó a bajar del taburete, cuando recuperó el habla, aún sin soltar la cintura de Elvira, le dijo:

-¿Para qué me llamabas? ¿Querías algo?

-No era para nada importante Severus, sólo quería saber si estaba ordenado a tu gusto. ¿Quieres que cambie algo de sitio? - Severus soltó su cintura y miró alrededor.

-Sí, está todo perfecto, tal como te dije.

-Ok, ya es casi la hora del almuerzo, ¿Qué te parece si vamos ya al comedor? después del almuerzo tenemos que ir a Hogsmade y sería buena idea que vayamos lo más pronto posible.

-Sí, además esta noche tenemos molestos compromisos sociales que atender? - Dijo Severus con cara de fastidio. Elvira sonrió.

-Habla por ti, a mi me apetece mucho la noche de chicas… - Severus entornó los ojos y dijo:

-Bueno, vamos a almorzar. Llegaron al comedor y almorzaron sin perder tiempo, tenían que hacer recados. Los demás profesores por el momento no necesitaban ir allí, así que irían solos. Llegaron al otro lado de las puertas de Hogwarts y Severus le preguntó si prefería caminar o que se aparecieran, ella eligió la aparición, le apetecía descansar un rato antes de cenar y no podrían hacerlo si caminaban al pueblo. Severus estuvo de acuerdo, le dijo:

-Con permiso.

La agarró fuerte por la cintura, por segunda vez ese día, y los apareció cerca de Las Tres Escobas. Elvira se notó casi tan excitada como cuando estuvo a punto de caerse. Bajo la atenta mirada de la gente sorprendida por ver a Severus Snape con compañía femenina, fueron directamente a la botica que suministraba los ingredientes a Hogwarts. Pasaron un rato haciendo el encargo habitual de principios de curso, debido a las cantidades de ingredientes que harían falta, tardaría por lo menos una semana en estar preparado, quedaron en que, debido a la cantidad y peso del encargo, Hagrid iría a recogerlo cuando el dueño de la tienda mandara una lechuza a Severus, allí le mandaría la factura para que Dumbledore haga efectivo el pago. Una vez terminado el recado, Elvira y Severus, salieron de la tienda, seguían atrayendo todas las miradas… Elvira le dijo:

-Severus, te importa si vamos un momento a Madame Malkin a comprar unos vestidos de invierno. Se me ha olvidado traer algo más abrigado, Hogwarts es más frío de lo que recordaba y no me gusta mucho usar hechizos cálidos muy potentes…me hacen sudar demasiado.

-Está bien. Si no te entretienes mucho…

-No tardaré, con que sean negros y de un material cálido es suficiente, no me los probaré allí, no será necesario, la idea es transfigurarlos a mi gusto cuando vuelva al castillo.

-Vale, vamos allá.

Llegaron allí y Severus se quedó parado en la puerta cuando ella iba a abrir la puerta de la tienda.

-¿Qué te pasa ahora, Severus?

-Nada. Es por si quieres entrar sola, yo te puedo esperar aquí mismo o en la puerta de Las Tres Escobas.

-No seas tonto, entra conmigo, de verdad que no me voy a entretener mucho.

-Está bien.

Entraron y tanto dependientas como clientas miraron extrañadas a Severus, que enseguida se sintió incómodo.

-Ves, no debería haber entrado, me miran raro, les incomoda mi presencia. - Elvira resopló, después se acercó a él y le susurró al oído.

-Si les incomoda tu presencia, que les den, si quieres podríamos molestarlas aún más…podría mirar braguitas y sujetadores y pedirte opinión sobre ellos a gritos y diciéndote que me digas lo que piensas porque serás el que me los quitará.

Severus se apartó de ella ruborizado como un adolescente, se miraron por un momento y no pudieron aguantar la carcajada ninguno de los dos…toda la tienda los miró, no tanto por las risas sino porque el siempre serio Severus Snape estaba riéndose y bromeando con una misteriosa mujer. Una vez pararon de reír, Elvira, como prometió, compró 3 vestidos negros de invierno casi iguales, no quiso probárselos, para no perder tiempo, también se llevó un vestido verde largo y de una tela sedosa con mangas largas un poco anodino, pero el color verde esmeralda era bonito. A Severus le extrañó su elección y le preguntó para qué lo había comprado, después de todo ambos solían vestir de negro, no parecía de su estilo. Ella le contestó que al verlo pensó que con algunos arreglos podría servirle para el baile de navidad de Hogwarts. Después se pagar las compras, encogió las bolsas y las guardó en su bolso. Fueron al punto de aparición cerca de Las Tres Escobas y se aparecieron de nuevo en la entrada de Hogwarts con Severus agarrando la cintura de Elvira. Severus sentía que ardía su mano donde acariciaba su estrecha cintura…ella se sentía sumamente excitada sólo sintiendo el peso de su cálida mano a través de la tela de su vestido. Se apresuraron a entrar al castillo, Severus no la acompañó a su puerta ésta vez, tenía que ir al despacho de Dumbledore a contarle sobre el precio del encargo de los ingredientes del curso. Cuando llegó a su habitación se quitó la ropa, se dio una ducha rápida y se acostó un rato hasta la hora de la cena, puso un aviso para no llegar tarde. Cuando llegó a su habitación Elvira hizo casi lo mismo que Severus, sólo que ella antes tuvo que guardar sus compras en su armario antes de echarse una corta siesta en su sofá, también poniendo un aviso para no llegar tarde. Tenía ganas de divertirse con sus nuevas compañeras de trabajo, estaba segura de que se harían buenas amigas.