Sean bienvenidos a una nueva historia damas, caballeros y gente no binaria que desconozco pero existen en este vasto mundo!
Antes que nada, feliz navidad a todos aquellos que lo celebran!
Para aquellos que no, feliz lunes 26 de diciembre!
Cómo están? Qué me cuentan de sus vidas? Algo interesante?
En fin, como se darán cuenta, esta vez pude completar a tiempo cierto evento que se está volviendo una costumbre para fin de año. Así es! Hablo de los especiales navideños de Spiderman!
Por lo tanto no los retrasaré más. Disfruten de la narración y déjenme sus comentarios al final!
Sin nada más que aportar, solo aclararé que ningún personaje me corresponde ya que para eso están sus creadores originales.
THE KIDS FROM YESTERDAY
Necesitaba ser honesto consigo mismo el hombre de corta cabellera castaña y ojos color chocolate, pues si bien llevaba su uniforme de gala para la ocasión este no podía ocultar en su totalidad la fascinación que hallaba en todo lo que le rodeaba.
Tal vez algunas críticas personales sobre determinados aspectos en relación a los invitados o el propio traje proporcionado por un famoso experto de moda mutante, pero más allá de eso no tenía muchas quejas. Excepto el que no tuviese mucha interacción con las demás personas presentes, terminando relegado a una mesa mientras se dedicaba únicamente a observar de forma paciente cómo se desarrollaba toda la fiesta.
Una que específicamente hicieron para celebrar la navidad.
No era que se quejase de aquello, después de todo su poca familia estaba en otros estados. Y la gente que supuestamente era allegada a él tenía otras relaciones en las cuales enfocarse, por lo tanto podía disfrutar de una noche en una isla repleta de personas que le ignoraban mientras las bebidas y la comida era gratis.
-Salvo por este catering, el año volvió a ser una porquería…- tras haber plegado su máscara hasta el puente de la nariz, el cabeza de red musitó por lo bajo.
La música hacía vibrar el ambiente luminoso, embelleciendo a las esbeltas figuras femeninas que desfilaban entre invitados con enorme gracia, mientras que sus contrapartes masculinas bromeaban con aliados y enemigos en un día donde la paz parecía haberse convertido en una celebración de tregua anual.
En lo personal, Spiderman solo creía que todo era el preludio a una mala mezcla de ingredientes totalmente inflamables y explosivos, a la espera de la más mínima chispa de una discusión o pelea. Solo era cuestión de tiempo para que tuviese razón o no, y la verdad es que no deseaba estar presente cuando eso ocurra, pues conocía muy bien que de una manera u otra terminaría involucrado cuando ni siquiera fuese así.
-Hey, Spiderman- la voz de un rubio mutante, cuyo brazo derecho resaltaba por ser una composición tecno orgánica, despabiló al trepa muros.
-Cypher- realizando un sutil asentimiento de cabeza a modo de saludo, el aludido vigilante neoyorkino respondió mientras se limpiaba los labios con una servilleta.
-Espero que no te moleste, pero una de mis habilidades es la lectura precisa del lenguaje corporal. Y creo que aún tienes algunos asuntos pendientes con cierta pelirroja- como si estuviese avergonzado de informarle eso, el mutante rascó la parte posterior de la cabeza.
Tal información hizo que Parker alzase una ceja bajo su máscara, realizando a continuación una veloz pesquisa visual a todas las invitadas o anfitrionas que cumpliesen dicha característica, solo para hallar alrededor de una veintena de ellas.
-Temo decirte que hay muchas pelirrojas aquí. Y la verdad es que no he hablado con nadie desde que he llegado…acaso mi lenguaje corporal no decía eso? – sincero, el hombre oriundo de Queens replicó, para luego susurrar un pensamiento personal.
Un murmullo, que pese a la música y las apabullantes pláticas de los presentes, pudo ser escuchado por Douglas Ramsey.
En vísperas de tal revelación, el mutante rubio atinó a pedir disculpas antes de retirarse con una vaga excusa de haberse olvidado algo. Nada dijo para rebatir aquella mentira Spidey, esbozando apenas una suave sonrisa sin ánimos y volviendo a enfocarse en el paisaje sin prestar demasiada atención a la gente, preguntándose si estaba permitido el merodear en la isla.
Eludiendo el chocar contra los invitados y anfitriones de manera instintiva, Peter comenzó a circular por la zona de reunión con una copa en la mano. Teniendo un precario enfoque en los rostros, las orbes color chocolate ocultas por unas particulares lentes rojizas prefirieron ver atentamente la flora que emergía por cada recoveco posible, meciéndose gracias a un imperceptible viento y virando con sutileza al cabo de unos eternos segundos, demostrándole así al arácnido que la isla viviente también estaba presente de un modo u otro.
Aun así, estando incluso casi absorto del mundo que le rodeaba, las fosas nasales del vigilante captaron el sutil aroma de un caro perfume europeo danzando en el aire, aproximándose poco a poco hasta donde él estaba. Por una leve fracción de segundo él estuvo tentado a seguir caminando, pero aquello probablemente le ocasionaría problemas a futuro, por lo que simplemente eligió quedarse quieto y esperar a lo inevitable.
-Spiderman- rozando con sus finas falanges enguantadas, una elegante fémina de corto cabello rubio y ojos claros llamó.
-Emma Frost- emulando sorpresa para pasar desapercibido, el sobrino del deceso Ben Parker contestó mientras volteaba.
-Estoy encantada de que hayas podido asistir a la gala. Muchos aguardaban por tu llegada- parló la Reina Blanca, con una eterna sonrisa engatusadora en su esculpido rostro.
Sutil fue el ladeo que hizo Spidey con la cabeza hacia derecha, demostrando físicamente cuán irreal hallaba la última acotación tras los últimos sucesos que de nuevo lo alejaron de otras figuras heroicas.
-Aunque lo crea un tanto difícil a eso, agradezco con sinceridad el haber sido invitado a esta fiesta. Y también por este atuendo, Frost- siguiendo la corriente que profesaba el ambiente amistoso que se buscaba transmitir en la isla de Krakoa, el castaño dijo sereno.
-Por favor, llámame Emma. Además estoy segura de que Mr. Carnation estará encantado de escuchar tu opinión respecto a su obra- corrigió la telépata capaz de adoptar una adiamantada figura, guiñándole el ojo derecho tras verlo vestido de negro con una enorme araña roja en el costado diestro.
No obstante, Peter no estaba muy a gusto con el regalo. Sentía que desentonaba demasiado con respecto a los demás, quienes estaban vestidos apropiadamente para la gala. No se catalogaba a sí mismo como un erudito de la moda, mas en su interior deseaba haber obtenido un sencillo traje compuesto por un pantalón, una camisa y un saco; en lugar de lucir un fluorescente tono rojizo que le rememoraba a las bengalas de emergencias.
-En caso de que nuestros caminos no se crucen, dile que su estilo es fascinante- con una practicada sonrisa en la parte visible de la fas, el oriundo de Queens le hizo saber.
Solo para atestiguar cómo el siempre semblante beneplácito de la mujer se tornaba por un segundo en una reacción amarga, claramente disgustada por la falsa educación del ex fotógrafo del Daily Bugle.
-No tienes que ser tan condescendiente. Si no te agrada, sencillamente dilo- amonestó la fémina, quitándole la copa de bebida espumante para beberla en su lugar.
-He sido invitado y alimentado en la noche que, casualmente, es navidad. Una mentira piadosa como esa la puede dejar pasar cualquier, no lo crees? – sin ánimos para discutir y llamar la atención más de lo que estaba haciéndolo, el trepa muros alegó.
Tales enunciación hizo que la mutante sellase sus labios en una delgada línea mientras fulminaba con sus cristalinos ojos las nacaradas lentes rojizas del traje arácnido. Una parte de ella quería rebatir aquel diálogo con crueles y veraces, desde su punto de vista, comentarios. Pero antes de que pudiese abrir la boca, recordó todos los rumores que circulaban alrededor de la araña, comprendiendo que estuviese con la guardia en alto en un ambiente tan tranquilo como el de la presente noche.
-No soy alguien afín a las fiestas- cubriendo por completo su cara con la parte superior del uniforme, el hijo de los decesos Richard y Mary Parker habló.
-Con una actitud como esa, no es mucha sorpresa. Mejor sigo con los demás, no puedo perder mucho tiempo con una sola persona- Emma bufó en sincronía que esbozaba una irónica mueca, dándole unas palmadas en el hombro a su acompañante para consecuentemente empezar a retirarse.
-Ve tranquila. Y por cierto, Frost…trata de no tocar las memorias de otra gente. No todos son tan compasivos como yo- sin voltear ni mirar por encima del hombro, Peter habló en un tono lo suficientemente audible para que ella lo recepte.
-Pe…Peter? – atónita por la acotación, la Reina Blanca giró sobre su eje al instante para enfrentarse al vigilante.
Mas él se había esfumado entre los invitados, continuando con su travesía sin propósito en la isla, buscando un lugar en el cual relajarse por una noche sin peleas o disputas que terminaban por lo general con un muerto que revivía al cabo de unas semanas.
Periféricamente, el hombre araña avistó a numerosos sujetos que tranquilamente podía envolver con sus telarañas y depositarlos en una comisaría para luego verlos caminar tras unos días en el calabozo, replicando una y otra vez la tediosa costumbre del gato y el ratón con los villanos. También notó como cierta pelirroja estaba regodeándose con algunos mutantes, pero nulos deseos tenía por hablarle, no desde el incidente de su rescate en otra dimensión.
Sin contar que algo en ella activaba su sentido arácnido.
Pero como ya lo había predispuesto antes, el castaño se negaría a actuar en una noche donde podía tener el estómago lleno y dormir cálidamente en caso de conseguir ocultarse entre la maleza.
Más de un héroe quiso establecer una plática con él, y más de uno se quedó con ese deseo pues los evadía al ver las intenciones que tenían. Quería estar solo, realmente solo en medio de tanta gente, solo con sus pensamientos. Ese era el actual modus operandi que Spiderman se dispuso a seguir para no tener tantas desgracias en su día a día.
Algo bastante irónico, pues lo usual era que todos buscasen alejarse de su persona gracias a los malos chistes que se esforzaba en decir para alejar el pavor de las dramáticas y caóticas situaciones, esperanzado que más de uno le siguiese la corriente.
Por las malas había comprendido cuál era su lugar en la sociedad, ergo él aceptó que un poco de soledad no era mala compañía cuando su cabeza estaba a punto de explotar. Demasiados problemas tomó tiempo atrás, solo para terminar con las manos vacías y una reputación aún más arruinada. De nada le servía protestar o realizar una rabieta infantil, estaba prácticamente acostumbrado, y por todo eso es que solo añoraba disfrutar de una noche de paz.
La música, que previamente resonaba apaciblemente en cada recoveco de la zona principal, fue perdiéndose entre la espesa flora autóctona de la nación mutante, oyéndose meros ecos de la suave voz perteneciente a Dazzler. Flores de diferentes formas y colores decoraron el salvaje paisaje, transmitiéndole al arácnido un sentimiento de calma bajo la blanca luz de la luna, preguntándose por un instante si la falta de frío en el ambiente era debido a que la isla estaba en otro hemisferio o por obra y gracia de los propios habitantes.
Restándole importancia a ese detalle, Spiderman apreció durante un largo minuto la armonía pseudo silenciosa que el pequeño claro brindaba, dejándose caer con pereza al verde suelo y apoyando su fatigada espalda contra el tronco de un retorcido árbol que fácilmente le ocultaba de ojos curiosos. Aún con la máscara puesta, el castaño cerró los ojos y se reacomodó en su nuevo lugar, entrecruzando las piernas y brazos mientras poco a poco su cabeza bajaba en busca de una postura que no le produjese dolor en el futuro.
-Solo un poco de paz. No pido mucho- musitó para sí mismo el hombre, sumergiéndose en un fantasioso mundo donde solo los retazos de armonías cautivantes lo acunaban.
Pasos resonaron en el vergel, hojas crujiendo bajo el peso de personas que deambulaban en grupo lejos de la ruidosa gala que paulatinamente iba convirtiéndose en un foco de política con música de fondo. Las voces pertenecientes a cinco personas diferentes comenzaron a hacerse más audible con cada segundo, y aunque no estuviesen gritando, se podía oír con claridad lo que platicaban fervorosos.
Totalmente ajenos a la presencia cercana de un vigilante, el quinteto mutante liderado por una joven adulta de cabellos rojizos tomó asiento en el fresco suelo de la cálida isla viviente, ignaros de que la fecha no concordaba demasiado con la clásica postal a la que estaban acostumbrados la mayoría.
-No puedo creer que no nos dejen participar otra vez- Kevin MacTaggert vocalizó mientras continuaba en su forma de energía viviente, recibiendo asentimientos del resto.
-De qué te sorprendes? Ya se veía venir esto desde que somos su botón de reinicio cada vez que alguien muere- fastidiada, Eva Bell declaró entretanto veía sin importancia cómo su vestido de gala se ensuciaba.
Pues, a fin de cuentas, solo les dieron ropa para que no se sintieran excluidos en el refugio que les brindaron.
-Creo que esta es una de las pocas razones que odio ser mutante actualmente- arrancando un poco del césped que se asomaba entre sus dedos, confesó sin temor alguno Fabio Medina.
-Yo que tú no hablaría tan fuerte, Cypher podría escuchar todo y revelarlo en la próxima reunión del Concejo Silente- Foley, igual de cansado que el resto por el trato que les daban, advirtió mientras daba rápidos vistazos a su alrededor.
Acción que fue replicada al instante por las tres personas que anteriormente hablaron, mas solo una de las presentes se abstuvo de interactuar, eligiendo acostarse en la tierra y ver el oscuro cielo en sincronía que su mente divagaba en un mar de recuerdos distópicos pero sencillos en compañía de su ausente padre.
De más creía ella que estaba su opinión, pues al ser la líder de la afiliación mutante The Five, siempre era la que expresaba el disgusto que tenía por el trato preferencial recibido, donde nadie parecía percatarse de la jaula metafórica que construían alrededor de ellos, sometiéndolos con palabras bonitas y tareas que se tornaban monótonas gracias al protocolo de resurrección impuesto por el concejo.
-..pe…ope…Hope! – el llamado, que tras algunas reiteraciones se convirtió en un grito, pertenecía a Tempus.
Fémina que sacudió la pierna derecha de su compañera al ver que esta permanecía sumergida en pensamientos desconocidos para el resto.
-Qué ocurre? Ya se murió alguien de nuevo? No me digan, no me digan…fue Pyro, verdad? Siempre supe que alguien terminaría matánd…- comenzó a parlotear la hija de Cable, irguiéndose y refregándose los ojos, demostrando así lo hastiada que estaba de su labor.
-Wow…! – abriendo grande los ojos, Proteus fue incapaz de contener su asombro, interrumpiendo la sentencia de la pelirroja proveniente de un futuro apocalíptico.
-Tranquila, Hope! – Egg se apresuró en tranquilizarla, realizando dicho ademán con ambas manos mientras una nerviosa sonrisa se plasmaba en su rostro.
-Nadie ha muerto…creo- aseguró Elixir, para luego murmurar su suposición.
Valiéndole una bofetada en la nuca por parte del mutante capaz de generar esferas áureas, que servían como embriones a la espera de ser fertilizados.
Dando así inicio a un infantil disputa de golpes en brazos y piernas que terminaron por adormecer los músculos de dichas zonas en simultáneo que los demás observaban imperturbables lo que sucedía, como si fuese algo común a estas alturas en la pequeña familia que habían establecido en Krakoa.
-Qué sucedió? Para qué me necesitas? – dejando de lado la disputa física de sus amigos, la pelirroja inquirió a Tempus.
-No respondías. Te ocurre algo? – reveló Eva, plegando sus piernas hasta el pecho y recostando la cabeza sobre las rodillas.
-Nada…Solo quería…quería saber por qué no podemos pasar una navidad normal- soltando un suspiro contenido, e imitando la postura de la mujer de cabellera bicolor, Hope parló decepcionada.
Sentimiento que todos los presentes compartían, anhelando dejar de lado sus preocupaciones por al menos unos minutos mientras jugaban en la nieve. Disfrutar de la condensada humedad que caía del cielo, enrojeciendo las mejillas de cada uno mientras sus enguantadas manos terminaban por congelarse al amasar níveas bolas cuya función eran derribar a sus contrincantes en un vivaz juego de guerra.
-Y se lo pedimos a Ice Man? – sugirió Proteus, listo para hacerse de un cuerpo clonado para disfrutar de tal momento en caso de que se produjese.
-Bromeas? A Drake quieres pedirle algo? Al mismísimo Ice Man, quien últimamente estaba más preocupado por cómo luciría para la gala? – descreyendo lo que acababa de oír, Egg exageró de sobremanera sus retóricas preguntas.
-Vale, vale…me quedó claro. Cubito de hielo metrosexual se negará. No hacía falta que me respondieras así- desestimando la idea propia, el hijo de Moira espetó al mismo tiempo que agradecía internamente su aspecto físico para ocultar la vergüenza que sintió.
-De ser así, por qué no vamos nosotros para que puedas asimilar los poderes de Bobby, Hope? – habiendo frenado su disputa física con Elixir, cuestionó Egg.
Solo para ser él quien esta vez fuese el receptor de una bofetada en la nuca.
-Acaso se te olvidó que no podemos poner un pie donde los demás están? – amedrentó Foley, incrédulo por lo olvidadizo que fue su amigo.
Por supuesto aquellas acciones revivieron las peleas de golpes sin fuerza real, buscando únicamente deshabilitar las extremidades por algunos minutos en un punzante dolor que, al mismo tiempo, le generaba risas.
Dedicándoles un vistazo de reojo, Hope falló en contener un perezoso y poco fastuoso sollozo por lo prisionera que se sentía internamente. Quería gritar, maldecir a las decisiones que otros tomaron al aislarse, bastardear a quienes pensaron que ella no debía interactuar más allá del selecto grupo dado para servirles. De nada le sirvió viajar en el tiempo, si con ello terminaba perdiendo la libertad que el distópico futuro le regalaba al pelear día a día por su supervivencia.
-Es una lástima que no pueda volver en el tiempo? – dijo Bell, melancólica por la falta de accionar que había para superar la situación.
-Y eso por qué? – mientras le aplicaba una llave al cuello a Elixir, el mutante encargado de producir esferas de oro quiso saber.
-Krakoa se quiso comer a los X-men tiempo atrás. Además de que parece una maldita isla tropical los trescientos sesenta y cinco días del año! – explicó Tempus, finalizando su diálogo con una exacerbada opinión bastante exacta sobre la isla viviente.
-Qué hay de ti, Hope? Podrías viajar en el tiempo hasta otro lugar? – interpeló Proteus, haciendo que la mencionada levante la cabeza.
-Le prometí que papá que no lo haría. Es algo que quiero mantener- rápida, la mesías mutante negó, al punto en que su largo cabello rojizo se meció de lado a lado.
-Oh…hubiese sido grandioso poder viajar y disfrutar de la nieve- se lamentó Fabio tras liberar de su asir a Foley.
Mutante que, cansado de pelear, se masajeaba el cuello mientras respiraba hondo.
-La verdad es que sí. Incluso podría volver casi veinte años atrás y volver a jugar con ese niño que encontré una vez en Central Park- esbozando una tenue sonrisa en su fas, la pelirroja confesó.
Ganándose la inmediata atención de sus amigos, pues desconocían aquella anécdota. Sin más, el cuarteto restante realizó ademanes para que continuase con la historia, ya que no tenían nada más con qué entretenerse en aquel claro.
-No debí abrir la boca, verdad? – enseñando un creciente semblante de incomodidad, la joven adulta parló interrogativamente.
-Estamos interesados y no tenemos nada mejor que hacer- Elixir, representando a todos los presentes, respondió.
-Geez…Está bien. Sucedió hace unos años, antes de terminar en este tiempo. Le quité el dispositivo a mi padre y, siendo la irresponsable niña que era…- masajeándose las sienes por lo insistentes que podían convertirse en caso de que se negara, Summers procedió a narrar de manera resumida su vivencia.
-No has cambiado en nada- interrumpió Tempus con un gesto apático en el rostro.
-Eres más caprichosa incluso- Egg acotó, compartiendo la opinión de su colega mutante.
-Oigan! Quieren que siga o no?! – enojada por cómo se burlaban de ella, la pelirroja capaz de asimilar y potenciar habilidades ajenas exclamó.
-Perdónalos, sigue Hope- apresurándose en taparle la boca a su compañera, Proteus parló.
-Sí, sí…no los escuches, Hope- emulando la acción reciente, Elixir le realizó una llave al cuello de Egg para evitar que hablase.
-Bien, por dónde iba? Oh, cierto! Use el dispositivo de mi padre e intenté colocar cualquier fecha para ver qué sucedía- agradecida por el gesto de sus amigos, la fémina proveniente de un distópico futuro continuó con la historia.
Totalmente desconocido para ella, los miembros restantes de The Five compartió una sencilla mirada que transmitía cuán estúpida y peligrosa era aquella idea, para luego calmarse al ver que si ella estaba presente entonces era porque todo había salido bien.
-Para mi sorpresa y alivio, terminé en Central Park en pleno invierno. Y hubiese estado más tranquila de no haber sido porque destruí el muñeco de nieve que un pequeño niño con enormes gafas estaba construyendo en ausencia de su tío- la nieta adoptiva de Madelyne Pryor relató, alzando las comisuras de los labios ante el recuerdo.
-Desgraciada…! – excesiva y calamitosa clamó Eva antes de soltar una carcajada con el resto mientras la pelirroja solo procuraba arrojarle un puñado de césped al rostro.
-Quieren que termine mi historia o quieren seguir deprimidos porque no podemos ir a la gala? – espetó desafiante la mesías mutante, sintiéndose humillada por la falta de respeto a su persona.
-Ya, tranquila. Sabemos que no lo hiciste adrede. Sigue con tu cuento, por favor- dándole unas palmadas en la cabeza como si fuese un cachorro que quería pelear con todos, Proteus declaró.
Teniendo que eludir al instante un puñetazo en el rostro por parte de una enfurruñada joven adulta.
-En fin, el niño en lugar de llorar me miró sorprendido y luego se enojó conmigo. Acto seguido empezó a lanzarme bolas de nieve, lo cual me dejó estupefacta pero rápidamente reaccioné y le devolví el gesto, derribándolo más de una vez…- extendió su narrativa aquella dama de cabellera carmesí.
-Wow…muy madura de tu parte, Summers- interrumpió nuevamente Bell.
-Era un niño nada más. Hope, he visto más de una vez lo fuerte que lanzas cosas. Si no lo mataste por error fue porque ese niño es milagroso- Elixir dijo con terror al imaginarse la situación, donde el pobre infante terminaba en el suelo cubierto con una gruesa capa de nieve.
-Un milagro de navidad? – esperanzado y bromeando al mismo tiempo, el hijo de Moira cuestionó.
-Nah…solo un milagro- desestimó al instante Foley, agitando en sentido lateral la mano derecha.
-Muy bien, como tanto adoran interrumpirme volveré a recostarme en silencio mientras los demás se divierten con su lujosa gala de porquería! – harta de cada interlocución realizada en medio de su historia, Hope terminó por dejarse caer de espaldas al suelo y rodar sobre su costado izquierdo para fingir dormir.
En el preciso momento que Egg iba a abrir su boca para convencerla en seguir con la historia, la cacofonía de hojas crujiendo bajo un notable peso hizo que todos volteasen en dirección al origen, preparándose para atacar en caso de ser una emboscada enemiga o uno de los invitados peligrosos mostrando su verdadera naturaleza.
Sin embargo, para sorpresa primordial de cierta pelirroja, unas inexpresivas lentes rojizas observó impasible al quinteto en simultáneo que hacía a un lado algunas ramas bajas que intentaban interponerse en su camino.
-Me alejé de la fiesta para descansar en un lugar tranquilo. Pero veo que incluso aquí y ahora es imposible conseguirlo- la ronca voz del trepa muros puso en alerta a todos, viendo lo tenso que estaba a medida que se aproximaba más y más a ellos.
-Spiderm…- trató de hablar Hope, solo para que su sentencia pereciera antes de tiempo.
-Descuiden, ya me largo. Es la última vez que acepto algo de ustedes- pasando entremedio de ellos sin cuidado alguno, el cabeza de red se despidió.
Perdiéndose acto seguido entre la maleza salvaje que Krakoa era capaz de proporcionar en su hábitat natural.
Ninguno se atrevió a seguirlo e interrogarlo. La fatiga y el hastío amalgamados perfectamente les señaló que aquello sería una mala idea, prefiriendo mejor dejar que otro de los anfitriones de la Hellfire Gala se encargue de acompañarlo hasta uno de los portales o convencerlo de quedarse todavía.
-Qué le pasa a ese sujeto? – musitó audible el mutante cuyo cuerpo era pura energía.
-No has escuchado los rumores? Dicen que se volvió loco y atacó a los Fantastic Four- Elixir trató de hallar una respuesta clara mediante noticias que se trasladaban de boca en boca.
-Hoy en día todos atacan a ese grupo, cuál es la sorpresa? – recordando la invasión de dicho cuarteto a Krakoa por Franklin Richards, Tempus replicó antes de formular una interrogante propia.
-Que el propio Captain America lo persiguió por ello- Foley rebatió.
Consiguiendo que muchos abriesen los ojos, mientras que Summers entornaba la mirada en dirección a donde el arácnido se había retirado. En su mente más preguntas que respuestas que plasmaban, y aunque hubiese pasado bastante tiempo desde la última vez que interactuaron, ellos se habían separado en buenos términos luego de su entrenamiento en K'un-Lun.
Estuvo tentada a perseguirlo e interrogarlo. Pero desconocía qué excusa usar para eso, ya que no eran maestro y estudiante como antes, y mucho menos eran colegas heroicos debido al aislamiento que cada uno vivía a su modo. Sin mencionar que ningún lazo de cariño existía entre los dos, principalmente porque no sabía cómo era bajo la máscara incluso de compartir tantos días juntos.
-Venga, dejemos que los demás se encarguen de él. Seguro que solo tiene un mal día- percatándose del estado de la pelirroja, Egg hizo que su amiga tomase asiento de nuevo.
-Tienes razón…Quieren que termine de contar mi aventura en el pasado o hacemos algo más? – refregándose los ojos con el fin de olvidarse de Spiderman, la cuestionada pelirroja habló.
-Seguiste hostigando al pobre niño? – curioso y preocupado, Proteus cuestionó a la oradora.
-…No? – dudando por unos instantes, la hija de Cable desvió la vista antes de responder no muy segura.
Craso error de su parte, puesto que todos la vieron.
-Miraste a otro lado! Lo sabía, eres una desgraciada! – sin esforzarse en eludir la mueca burlona que se gesticulaba automáticamente en su rostro, Tempus clamó a carcajadas.
-Sí, lo derribé! Y qué!? Era un juego nada más, lo disfrutamos! Me hizo sonreír ese día y siempre lo atesoraré! – avergonzada en su máximo esplendor, la líder de The Five gritó lo que sentía.
Solo para terminar aún más ruborizada al notar las lúdicas muecas de los demás.
-Ustedes son de lo peor- bufó Summers, tapándose la cara en consecuencia.
-Viniendo de alguien cuyo primer enamoramiento es un niño que conoció al viajar en el tiempo…es un halago- emulando el bufido, Fabio se mofó de ella.
-Ya cállense! Mejor me voy a otro lado! – incapaz de soportar un segundo más como foco de burlas, Hope se irguió y retiró a paso rápido del claro.
Tácito y con la mirada extraviada se halló un hombre de cabello castaño frente a unos de los portales que dirigían a Krakoa desde New York.
La lluvia nívea, descendiendo a un ritmo parsimonioso, bañaba toda la superficie alcanzable en un tono blanco que contrastaba perfectamente con el oscuro cielo nocturno, donde más allá de los árboles circundantes abundaban las artificiales luces de los edificios repletos de personas en sus trabajos o familias pasando un rato juntos.
Spiderman, por su lado, permanecía estático en el lugar mientras le dedicaba un último vistazo a los objetos que cargaba en las dos manos. Un par de guantes rojizos en la extremidad superior diestra, mientras que en el brazo opuesto llevaba un viejo estuche con una enormes gafas de pasta en el interior, las cuales portó de inmediato.
Sin haberlo planeado con anticipación, y demostrando que solo las recientes revelaciones le obligaron a actuar, el cabeza de red vestido de civil realizó el sobrehumano esfuerzo de entablar diálogo con dos mutantes que conocía desde hace tiempo para que le permitiesen salir de la isla y regresar al cabo de unos minutos. Fue un momento tenso para ambas partes, pero tras cobrarse viejas deudas, o extorsionar a alguien por algo del pasado, Peter obtuvo lo que quería.
Desconocía si al final se arrepentiría de lo que estaba a punto de hacer, pero al menos trataría de disfrutar el breve momento mientras pudiese.
Soltando una larga bocanada de aire, que se materializó como un denso vaho en el frío clima neoyorkino, el ex fotógrafo del Daily Bugle se aseguró de llevar su invitación en el bolsillo previo a cruzar uno portales habilitados en suelo americano.
-Es la tercera vez consecutiva que cruzo uno de estos y ya odio la sensación que me provocan…- incapaz de reprimir un súbito tremor, Parker monologó por lo bajo mientras se sacudía el cabello que lucía algunas motas blancas.
Caminando de manera automática por un sendero de pulidas rocas que servían de escalinatas en dirección al foro principal de gala, el sobrino de May Parker apreció inalterable cómo diversas aperturas de entrada y salida a la isla viviente se hallaban a cada lado, siendo un claro indicativo que varias partes del mundo tenían acceso.
-Bub! Detenla! No dejes que cruce el portal! – el repentino grito de cierto mutante longevo hizo que Peter, una vez alcanzado el pseudo pasillo principal a donde todos estaban reunidos, alzase la mirada.
Sin comprender a qué se refería Wolverine, el trepa muros miró por encima del borde superior de las viejas gafas y notó como una estilizada figura femenina se aproximaba velozmente hasta uno de los portales que estaban a su espalda.
Nada de tiempo requirió él para saber de quién se trataba, pues la había eludido toda la noche para evitarse dolores de cabeza y corazón. Los frenéticos movimientos que ella realizaba, sacudiendo su blanco vestido de delicada seda, como asimismo el extenso cabello rojizo, fueron lo primero que atrajeron la atención del arácnido. No obstante, el constante reflejo enceguecedor que provocaban los reflectores contra aquel extraño collar, terminaban por molestarle de sobremanera.
Si se lo preguntaban en el futuro, lo negaría rotundamente al punto de jurarlo sobre la tumba de sus padres. Pero la tentación de negarse al pedido de James Howlett fue algo que susurraba en el lugar más recóndito de su mente, solo necesitaba hacerse a un costado y dejar que los mutantes se encarguen de lo que fuese que Mary Jane Watson hizo.
Aunque aquel imaginario escenario se plasmó en su mente, rápido superpuso los actores con algunos rostros que nunca en su vida sería capaz de olvidar. Un blondo ladronzuelo, esprintando con dinero en sus manos mientras que un avejentado policía le suplicaba que detuviese al malviviente.
Quizás por ello su cuerpo reaccionó de manera instintiva, permitiendo que la pelirroja pasase a su lado bajo un estandarte de confianza apócrifa, para acto seguido estirar la mano izquierda en paralelo al suelo y usar la capacidad de adherirse a las superficies sobre el extraño collar metálico, deteniéndola sin cuidado alguno antes de lanzarla varios metros de distancia del portal que pretendía usar.
-Toda tuya. Y no te preocupes por medir tus golpes, no es ella en verdad- dándoles unas palmadas en el hombro izquierdo a Logan, Spidey sugirió tras haber prestado atención a la razón de su sentido arácnido.
-Cómo…? – deteniéndose mientras veía cómo Sage y Kid Omega se encargaban de la mujer derribada, el mutante con Adamantium en sus huesos trató de preguntar.
-Conozco muy bien cómo late su corazón. Ahora si me disculpas, tengo que ver que cierto metrosexual de hielo cumpla su promesa- declaró Peter sin mirar atrás, atinando únicamente a golpearse con suavidad el oído siniestro.
Caminando despreocupado entre los invitados y anfitriones, que le dedicaban miradas inquisitivas debido a la vestimenta que llevaba, el castaño por un extraño motivo se sintió feliz. Casi como si estar fuera de aquel traje fabricado por el modisto mutante fuese una bocanada de precioso aire tras largos minutos de sofocante agonía. Ni siquiera se abstuvo de reprimir la mueca burlona que inconscientemente gesticuló al notar cómo Emma Frost trató de detenerle, concentrándose más en sujetar a Ice Man de la solapa de su gélido saco con el fin de arrastrarlo hasta el lugar que buscaba.
-Oye! Qué crees que estás haciend…!? – desconociendo lo que ocurría frente a sus ojos, Havok trató de detenerlos.
-Tranquilo, Alex. Tiene una invitación- cargando en su hombro lo que era el cuerpo inconsciente de una pelirroja, Wolverine amainó los ánimos caldeados.
-Pero por qué se lleva de esa manera a Bobby? – Monet quiso saber, tentada a seguirlos.
Nadie fue capaz de contestar aquella incógnita, atinando únicamente a divisar cómo el dúo se perdía entre la maleza. Ignorando cómo la Reina Blanca abría grande los ojos al realizar una veloz pesquisa mental en el mutante de hielo, la cual luego trató de no mirar a Firestar por un nuevo secreto que nunca debería revelar a menos que desease que Spiderman perdiera su redituable chantaje.
-Eres de lo peor…- Ice Man murmuró, rendido al hecho de poner resistencia y acompañando de mala gana a su viejo amigo.
-Ms. Lion- fue todo lo que el hombre con ojos color chocolate parló para hacerlo palidecer.
Incluso si el mutante estaba en su aspecto de hielo.
-Lo repito, eres de lo peor. Pero no te preocupes, tal vez pierdas esa memoria algún día de estos- trató de amenazar Drake, solo para ver cómo el castaño lo miraba de reojo.
-Tal vez…También existe la posibilidad de dejar escrito en una hoja al lado de mi cama el sabotear esos preciosos portales para enviarlos a una gigantesca máquina de moler carne a cada uno de ustedes cuando piensen usarlos- con un semblante serio y ojos opacos, el trepa muros refutó.
-Eres Spiderman, no matas. No matas, verdad…? – mostrándose seguro, Ice Man dijo, para después preguntar nervioso ya que el rostro del castaño no se perturbaba.
-Veo que aún siguen aquí. Perfecto, has lo que te indiqué y luego puedes retirarte si quieres- notando desde lejos como cierto quinteto permanecía en el claro, Spidey indicó.
-Hey! No me respondiste. Peter! Peter! – acatando el pedido, bajo extorsión, de su viejo colega heroico.
Estirando ambas manos, Bobby hizo que una nevisca precipitase sobre aquel determinado lugar, tomando por sorpresa a los jóvenes adultos que al unísono reaccionaron esbozando una amplia sonrisa que hace tiempo no veía en ellos.
Curioso por saber el motivo de tal pedido por parte de Spiderman, el mutante desvió la mirada hacia su derecha, lugar donde se localizaba oculto el castaño.
Donde inmediatamente alzó ambas cejas.
Peter, con una feliz pero maliciosa sonrisa, estaba armando con ahínco una bola de nieve con sus enguantadas manos debido a que la temperatura poco a poco iba descendiendo hasta el clima que New York tenía la noche actual. Diligente y con deseos de venganza pasada, el hijo de los decesos Richard y Mary Parker procuró armar al manos tres bolas más antes de adentrarse al claro donde The Five estaba construyendo un muñeco de nieve como de niños se tratasen.
-Hope Summers- con voz ronca y un semblante mortal, el vigilante vestido de civil llamó a la joven adulta por su nombre completo.
-Eh? …Un momento, yo te conozco de algún lado- volteando, la mencionada mutante entornó la mirada ante el hombre frente a ella que tenía ambas manos en su espalda.
-Deberías. Después de todo te dije que algún día me vengaría- gesticulando una ladeada mueca que prometía dolor, lo cual puso en alerta a todos, Parker espetó.
Los verdes ojos de la pelirroja dama analizaron meticulosamente al varón, incapaz de suprimir un viejo memento que aquellas facciones y vestimenta le traían a la superficie de su cerebro. Casi como si de un milagro se tratase, las gafas de pasta y los guantes rojos hicieron un "click!" en la mente de ella, provocando que quisiera abrir la boca ante tal revelación.
Pero que nunca consiguiese emitir sonido alguno, pues las manos del castaño se mostraron con su armamento listo.
-Ese muñeco de nieve me costó mucho construirlo. Ahora pagarás- sentenció el trepa muros, estirando hacia atrás el brazo derecho e inmediatamente aventarlo hacia delante con medida fuerza, donde una de las bolas de nieve salió eyectada en dirección al rostro de la fémina.
El resto del quinteto quedó estupefacto cuando la líder del pequeño grupo fue derribada sobre la construcción que previamente estaban haciendo, atinando a hacerse a un costado cuando el hombre adulto cerró la brecha y miró con saña a Hope.
-Alguna vez viste la primer película de El Padrino? – cuestionó el hombre araña en su faceta civil.
-Ay, no…- logró musitar la mutante capaz de asimilar y potenciar habilidades ajenas, pues sabía perfectamente de qué hablaba.
Sin darle tiempo a cubrirse el rostro, Peter comenzó a lanzarle todas las bolas de nieve que le restaban, para luego incluso hacer más y continuar con su venganza. Una que gestaba desde hace dos décadas y nunca más había vuelto a recordar de no ser por la historia que había oído de su antigua pupila en K'un-Lun.
Desesperada, Hope asió puñados de nieve con las dos manos, lanzándolos contra el hombre que, sorprendido por tal acción que no percibió como peligrosa, prácticamente estaba sobre ella. Con las gafas cubiertas de la precipitación blanquecina, Peter rápidamente terminó siendo derribado al tener sus piernas barridas, cayendo a un costado de la pelirroja que no perdió segundo alguno y rodó hasta quedar sobre él mientras en sus manos cargaba una cuantiosa cantidad de nieve.
-Tengo una duda, debemos quedarnos y nos retiramos? – viendo cómo la lucha que se desarrollaba frente a ellos iba tornándose más extraña con cada segundo, principalmente por las poses con las que peleaban sobre la nieve, Egg cuestionó.
-Gánale a esa desgraciada, extraño! – Tempus alentó, ignorando la interrogante de su colega.
-Ustedes vengan conmigo, les crearé un lugar parecido en el siguiente claro- Ice Man, quien dejó de esconderse entre la maleza tras finalizar su tarea de generar una nevada, parló.
-Permitirás que ese extraño esté con Hope? Ni siquiera parece ser un invitado de la Gala- señalando con cuidado al castaño que luchaba con falso esfuerzo contra la joven mujer, Proteus trató de averiguar.
-Créeme, lo es. Y por lo que sé, ellos dos se conocen de mucho antes de lo que todos creemos- aseguró Bobby Drake, empujando a Elixir y Egg para que caminen.
Con los cinco mutantes distanciándose varios metros, el dúo que se arrojaba nieve sin tregua alguna halló finalmente algo de paz en la violenta guerra navideña que habían pausado hace años debido a la activación del dispositivo crono temporal de la mesías mutante.
Absolutamente blancos por estar rodando de lado a lado en el suelo, el dúo alcanzó a posicionarse de rodillas uno frente al otro, respirando pesadamente al punto en que sus exhalaciones se volvieron visibles. A medida que los segundos avanzaban, el frío del clima en el claro provocó un súbito tremor en la sudada pelirroja, quien al no poseer abrigo como su contrincante masculino empezó a padecer la baja temperatura.
Aun así, las miradas desafiantes no cesaron. El anhelo de seguir luchando en una interminable guerra de nieve palpitaba a flor de piel, empujándolos a batallar sin descanso posible hasta que sus cuerpos dijesen basta o alguien viniese a buscarlos para retirarse. Quizás el razonamiento era estúpido para un observador que no estuviese involucrado en el tema, pero para el dúo que continuaba acumulando nieve en sus manos era como si volviesen a ser infantes de nuevo.
Párvulos que no debían preocuparse por obligaciones inhumanas.
-Cómo es que estás aquí? – preguntó la fémina, arrojándose hacia su izquierda luego de ver cómo una bola de nieve iba a su cabeza.
-A qué te refieres con eso, Hope? Siempre estuve aquí- burlón, Peter no pudo evitar establecer un juego mental con ella.
-Eres un invitado a la Gala?! – asombrada, la mesías mutante inquirió en una exclamación.
-Lo soy? Qué gracia tiene si te lo digo? Trata de adivinar quién soy, Hope- continuó hablando el arácnido, agachándose a tiempo para evitar ser golpeado por una lluvia de nieve.
Mas fallando cuando la mutante pateo un cúmulo del suelo en su dirección.
-No eres un mutante! De serlo, me hubieses atacado mucho antes! Eres uno de los invitados, eso es seguro! – intentando abalanzarse sobre el hombre nuevamente, lo cual no logró pues cayó de bruces al suelo, Summers exclamó.
-Muy bien. Vas por buen camino. Veo que tu entrenamiento sobre ser observador ha dado sus frutos con el pasar del tiempo. Me pregunto si lo demás también tuvo el mismo trato- aprovechando que estaba en el suelo la mujer, Parker se sentó sobre la cintura de ella para así empezar a empujar nieve en dirección al rostro.
Lo cual hizo que ella empezase a tener la mejillas rosadas por el frío.
-Agh! No! Aguarda! Estoy congelándome! – removiéndose bajo el vigilante para escapar, la hija de Cable chilló.
-Recuerdo haber dicho algo parecido antes. También creo que me dijiste algo como "No es mi culpa que seas tan pequeño", o no? – disfrutando del juego sin malicia real que mantenían, Parker emuló la voz que tuvo años atrás la mutante.
-Era joven! Esto ya es abuso! Eres un bravucón! – tirándole toda la nieve que pudiese desde su posición, Hope acusó en simultáneo que solo podía escuchar la risa del hombre.
Sonido que por alguna razón pudo reconocer de algún lado pero no conseguí dilucidar bien.
Pese a ello, y porque sintió cómo el hombre de gafas aflojaba su postura para darle una oportunidad de escape, la mesías mutante otra vez hizo que él terminase de espaldas sobre la nieve mientras ella se apuraba en tratar de levantarle las prendas del torso e inmiscuir tanta nieve como fuese posible.
-Usas mis trucos contra mí, Summers? Veo que has aprendido demasiado bien, pequeño saltamontes- sujetándole ambas manos y forzándola a pararse mientras él hacía lo mismo, Peter comentó ladino.
-Tú comenzaste esto, Peter! Está claro que me defenderé con todo lo que tenga! – pese al tono serio con el que sus palabras podían ser interpretadas, el semblante jovial expresaba todo lo contrario en ella al revelar el nombre que bien recordaba.
-Oh?! Estás segura de eso? Muy, muy segura de eso…Hope Summers? – gesticulando un apócrifo semblante de pasmo, la faceta civil de cierto vigilante oriundo de Queens preguntó con insistencia.
Ignorando lo que podía suceder en los siguientes segundos, la mutante hizo lo que mejor creyó para el momento. Agachándose velozmente y juntando un poco de nieve en las dos extremidades superiores, la pelirroja de ojos verdes se preparó para lanzárselas a su actual enemigo. No obstante su accionar nunca conoció siquiera el inicio, pues cierto sonido la paralizó.
THWIP!
Una delgada línea de telaraña se había unido a la cadera femenina, siendo halada al instante directo a los brazos del hombre con gafas de pasta y guantes rojos de lana. Atinando a colocar sus brazos en el cuello del varón, la fémina abrió grande sus ojos verdes para ver de cerca el rostro masculino, deslizando sus gélidas falanges por los marcados pómulos y el mentón.
-Pet…Peter? Eres Spiderman? – pudiendo expresar aquello a duras penas, la hija de Cable continuó observando con impulso la fas del castaño.
Quien, por su parte, le regaló una serena mueca previo a permitirse abrazarla para infundirle el calor que parecía necesitar si su figura trémula indicaba algo.
-Lo soy? Quizás hallé uno de sus lanza redes en un callejón. No tienes ni idea de las veces que dejaba sus cosas allí en los primeros años- realizando un vago esfuerzo por eludir la interrogante, Parker replicó.
-Aunque eso no lo dudo…- comenzó a decir la pelirroja con una elevación en las comisura de los labios.
-Auch- dramatizó un sollozo el castaño.
-…Sé que eres tú. Reconocí tu risa. Solo lo hiciste una vez en K'un-Lun, es imposible que me olvide de ello- afianzando más su asir al cuerpo del héroe que había regresado a Krakoa en su faceta de civil, Hope confesó con cariño.
Obligándola a separarse unos centímetros, lo cual le valió un poco de esfuerzo ya que ella parecía renuente a la idea, Spidey se quitó los guantes de lana y obligó a la joven mujer adulta a colocárselos para que la sangre fluyese con mayor frecuencia entre sus dedos. Apretando dichas extremidades para que el proceso fuese más rápido, el hombre de ojos color chocolate esbozó una mueca divertida que llamó la atención de su acompañante.
-Por qué sonríes? – agradecida con el gesto de cuidado que el ex fotógrafo tenía para con ella, la mutante de rojizos cabellos preguntó.
-Soy tu primer enamoramiento- con un raro rastro de orgullo que podía sacar a relucir durante una semana entera, Spiderman anunció juguetón.
-Escuchaste eso!? – avergonzándose por escuchar aquello de nuevo en la misma noche, la nieta adoptiva de Madelyne Pryor habló.
-No me fui de inmediato, tenía curiosidad por la historia y tu opinión al respecto- como una araña que había atrapado a un pajarito en su red, Spiderman reveló vanidoso.
Hope llevó ambas manos enguantadas a su rostro, cubriéndolo para impedir que su antiguo mentor supiese lo embarazoso que encontraba toda la situación. Sin embargo, su falta de respuestas vocales solo sirvieron para que tal suposición ganase credibilidad ante los oídos de cualquier persona.
Percibiendo cómo sus muñecas eran sujetadas en un firme pero gentil asir, los ojos verdes de la mujer se cruzaron con las orbes chocolate del cansado hombre, quien sin decir una palabra fue capaz de transmitir todo el peso que cargaba este último tiempo sobre su espalda, y que aun así se negaba a permitir que otro sufriese como él.
-Hop…- empezando a mencionar el nombre de la mutante, Peter fue interrumpido.
-Quédate en Krakoa. Serás mi invitado especial. Si se niegan, renunciaré a seguir obedeciendo sus protocolos. Quiere que te quedes conmigo y descanses todo el tiempo que necesites. Eres mi primer amigo, mi mentor, y mi…mi…diablos, Eva tenía razón…mi…- ella, veloz, habló sin temor a represalias.
-Tu primer enamorado? – burlón, el sobrino de May Parker completó la sentencia en un tono cuestionador.
-Cállate y bésame! – con las mejillas rosadas por el frío y la vergüenza, Hope imperativamente clamó.
-Y esa valentía repentina? – enarcando la ceja diestra, el vigilante araña trató de averiguar.
-Hay muérdago arriba nuestro. Así que hazlo y deséame una feliz navidad- estirando el dedo índice en dicha dirección, ella volvió a comandar con creciente apocamiento.
La sincera sonrisa del hombre se ensanchó por las casualidades de la noche, y siendo el caballero que se permitía ser con ella, inclinó su cabeza hacia abajo unos centímetros y conectó sus congelados labios con los de ella, sintiendo apenas la suavidad al comienzo pero cambiando inmediatamente al pasar los segundos.
-Feliz navidad, Hope- declaró el hombre araña, feliz de que al menos los últimos días de ese fatídico año le sonriesen.
-Feliz navidad, Peter- replicó la mesías mutante, sintiéndose con mejores ánimos luego de vivir en una prisión de cristal como lo era Krakoa.
Final del one-shot especial de navidad, gente!
Qué les pareció?
Fue interesante la perspectiva del tema?
Gustó como se desarrollaron los personajes?
Alguien más piensa que están mancillando demasiado al trepa muros en los comics?
Acaso Hope dejará de ser algún día una herramienta resucitadora de mutantes fallecidos?
Logan salvará a MJ ahora que Peter está con cierta mesías mutante?
Habrá especial navideño para el 2024?
Dejen sus comentarios, opiniones, sugerencias, quejas, etc. Solo así sabré como mejorar en el futuro.
Saludos y hasta la próxima!
