Capítulo XV:
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PÁRAMO
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Donde mis demonios se esconden.
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Hay tres partes en la relación de Naruto y Sakura;
(1) El amor de mi vida.
(2) El punto de quiebre.
(3) El odio sin retorno.
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(1) El amor de mi vida.
―Itachi ya vámonos―
Su hermano volvió a ignorarlo, en su lugar siguió coqueteando con aquella mesera que llevaba una falda escocesa que dejaba muy poco a la imaginación. Sasuke bufo enojado como por cuarta vez mientras apretaba aquella botella de cerveza que su hermano mayor le compró para mantenerlo ocupado. Serian cerca de la dos de la mañana, hacia ya varias horas estaban en ese bar de mala muerte, él ni siquiera debería estar allí no sólo porque al otro día debía ir a clases sino y sobre todo porque Sasuke aun tenia solo catorce años de edad pero su hermano había estado actuando muy extraño esas últimas semanas y Sasuke no quería dejarlo solo, sobre todo porque en esas fechas se cumplía el aniversario del accidente de sus padres donde ambos murieron.
―Itachi es en serio― Bufo molesto acercándose a su hermano, el mayor lo miro de reojo con el ceño fruncido ―Mañana tengo clases―
La rubia lanzó una risita baja inclinándose sobre la mesa y dejando a la vista sus grandes pechos.
―Creo que a tu hermanito se le paso la hora de dormir― Bromeó.
Itachi largo una carcajada burlona y se volteo a hacia su hermano con una sonrisa de lado.
―Dame veinte minutos― Murmuro levantándose de la mesa y tomando a la rubia de la mano.
Sasuke apretó la mandíbula cuando lo vio perderse con la rubia hacia la parte trasera de aquel bar y se acabó la cerveza de un solo trago, se levanto algo mareado de la mesa y se encaminó al baño del lugar, varias chicas voltearon a verlo al pasar pero el pelinegro solo las ignoro. Cuando ingreso a aquel baño sintió el estomago revolverse y acabo vomitando en uno de los mugrientos inodoros del lugar.
―Que asco― Comentó limpiando los rastros de bilis de sus labios con la manga de su sudadera y tiro la cisterna.
Se enjuago la boca en el lavamanos, la puerta se abrió en ese momento pero él ignoro completamente a la persona que había ingresado, solo podía ver su rostro pálido y demacrado en el espejo.
―¿Te sientes mal? Pequeño―
Primero vio ese cabello rojizo, casi de un color zanahoria apenas rozando lo hombros y luego esos ojos verdes.
―Verdes― Susurró perdido y sintió como la chica lo arrinconaba entre su cuerpo y el lavamanos.
―Tranquilo, lindo― Se burlo pasando su mano por el inicio de los pantalones del pelinegro ―Yo te haré sentir mejor― Comento con una sonrisa y bajo despacio arrodillándose ante él.
Esa fue la primera vez que le practicaron sexo oral, una completa desconocida en un bar de mala muerte.
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―¿Te sientes mal? ―
El Uchiha solo asintió cerrando los ojos, hasta su vocecita le hacía doler la cabeza, sentía como si le fuera a explotar el cerebro y los ojos se le cerraban. La sintió levantarse de su pupitre alejándose de él, Sasuke se acomodo mejor en su pupitre descansando la cabeza sobre sus manos, por primera vez agradecía que Kakashi llegara tarde a clases. No pasaron ni quince minutos cuando ella regreso y un aroma a café embargo el ambiente llegando a su nariz.
―Sasuke― Lo llamo en voz bajita ―Para ti―
Él abrió sus ojitos negros solo para verla sentada en el pupitre frente a él con un vasito de cartón lleno de café.
―Verdes― Susurro observándola a los ojos y ella sonrió entregándole el vaso.
―Ten cuidado, esta caliente― Advierto.
Sasuke le sonrió de lado.
―Gracias, Sakura―
Naruto los observaba desde el otro lado del salón de clases, aún no entendía que le veía Sakura a alguien como Sasuke pero ese día tanto Sasuke como Naruto notaron lo maternal y cuidadora que podía llegar a ser Sakura con ellos, Naruto se enamoró de esa cualidad, Sasuke supo que debía aprovecharla al máximo.
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(3) El odio sin retorno.
―¿Sasuke?―
Él no respondió, tenía la vista fija en la puerta cerrada frente a ambos. El aroma a alcohol y desinfectante inundó sus pulmones. Sakura intento tomar su mano pero él se la quito de muy mala manera y volvió a golpear la puerta de metal con bronca. Eran las cuatro de la mañana y ambos adolescentes habían llegado a aquel hospital hacia cuarenta minutos. Los hicieron esperar en aquella sala de espera hasta que una enfermera se acercó a ellos anunciando que Itachi Uchiha había muerto.
Sakura creyó que Sasuke lloraría, o quizás gritaría enojado pero en su lugar quedó de pie, estático en su lugar observando a la enfermera alejarse por el pasillo.
―Deberíamos llamar a tu tío― Murmuro la pelirrosa.
Sasuke la ignoro completamente y volvió a golpear la puerta cerrada que daba al sector de cuidados intensivos. No pasaron ni diez minutos que escucharon los pasos acercarse y la puerta chirrió al ser abierta. Una doctora rubia y de ojos miel se aproximó a ambos con el ceño fruncido.
―Quiero ver a mi hermano― Exigió el Uchiha.
La rubia suspiro.
―Mi nombre es Tsunade Senju― Se presentó ―Lamento su perdida― Comentó acomodando las carpetas que llevaba en los brazos ―Pero un adulto mayor de edad debe ser quien reconozca el cadáver―
Cadáver. Esa sola palabra lo desquicio, apretó los puños con fuerza y sus ojos dejaron de ser negros, Sakura puede jurar que en ese momento los ojos del Uchiha quedaron tan rojos como la sangre.
―¡Que me deje ver a mi hermano!― Grito furioso haciendo retroceder a la rubia.
―Cálmate― Ordeno Tsunade colocando una mano entre ambos para intentar calmar al adolescente.
Sakura lo observo asustada y se acerco de prisa al Uchiha.
―Sasuke― Lo reto tomándolo del brazo ―Basta―
―No me toques― Chillo fuera de sí liberándose de su agarre.
Tsunade apretó el botón de emergencias a un lado de la puerta alejándose del chico.
―¡Quiero ver a Itachi!― Volvió a exigir en un grito.
Varios guardias ingresaron de prisa a la sala de espera, Sakura sabía que nada bueno iba a salir si intentaban acercarse a él.
―Sasuke, por favor― Rogó aproximándose nuevamente al pelinegro ―Tienes que calmarte― Ordeno tomándolo del brazo.
Él volteo furioso observándola y la empujó con fuerza por el pecho haciéndola chocar contra la pared, Tsunade se aproximó de prisa a la chica y dos guardias tomaron al Uchiha de los brazos en un vano intento de calmarlo.
―Sosténganlo― Ordeno la rubia cargando una jeringa con un extraño líquido amarillento.
Sasuke abrió los ojos cuando la vio acercarse a él.
―Ni se le ocurra― La amenazo apretando los dientes e intentando zafarse del agarre de los guardias.
Tsunade lo ignoro, atravesó la vena de su brazo izquierdo con cuidado y le inyecto el calmante, Sasuke comenzó a sentirse cada vez más dormido hasta que todo se volvió negro. Una lagrima cruzo su mejillas sonrojada cuando lo vio desmayarse frente a ella y sintió la mano de Tsunade en su hombro.
―Debes llamar a su tutor responsable― Murmuro ―O deberé llamar a servicios infantiles―
Sakura trago grueso, si servicios infantiles llegaba eran capaces de quitarle la custodia de Sasuke a Madara ya que el Uchiha aún tenía diecisiete años como por medio año más. Asintió despacio sacando el móvil del bolsillo y busco de prisa el número de Madara, una punzada de dolor cruzo su pecho.
―¿Estás bien? ― Le preguntó al verla sostenerse el pecho y sobarse despacito con la palma de la mano.
Sasuke la había empujado con demasiada fuerza.
―Si, gracias―
Cuarenta minutos después llegó Madara Uchiha. El adulto reconoció a su sobrino mayor quien había ingerido mas de veinte pastillas diferentes y se había cortado las venas esa noche tras fugarse del hospital psiquiátrico donde residía hacia ya mas de dos años, su cuerpo aún estaba tibio cuando Madara lo reconoció en la morgue. Respiro profundo sabiendo que le había fallado a su hermano menor quien lo había dejado al cuidado de sus dos hijos y junto valor para ir por Sasuke, aún debía cuidar del mas pequeño. Sakura quiso quedarse esa noche con Sasuke pero Madara prefirió llevarla a su casa.
Le dolía más el alma que el moretón que se estaba formando en su pecho.
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¿Podemos vernos mañana en Ichiraku y hablamos?* Naruto.
Sakura observó aquel mensaje en su móvil, desvió la vista al espejo mientras sentía las gotas de agua resbalar por su espalda desde su cabello mojado y paso la mano por el vidrio empañado, el enorme hematoma casi color violeta del tamaño de la mano de Sasuke se profundizo en el medio de su pecho. Estaba por responder el mensaje de Naruto cuando el móvil volvió a vibrar sobre el lavamanos.
Mañana es el entierro de Itachi. ¿Puedes venir?* Sasuke.
Sakura sabía que solo podía contestarle a uno.
Si.*Sakura.
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Acomodo su vestido con cuidado y envolvió aquella delicada bufanda blanca en su cuello. Hacía tanto frío esa mañana, el viento despeino sus cortos cabellos a medida que avanzaba por el lugar y lo vio de espaldas a ella. Rápido profundo antes de apoyar su mano en su hombro y él se volteo despacio clavando sus ojos en ella.
―Gracias por venir, Sakura―
Ella sonrió.
―Yo siempre te cuido― Comentó y paso la yema de sus dedos despacito por la helada mejilla del chico ―Sasuke―
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