En medio de la oscuridad de la noche, y dentro del vehículo, el silencio parecía aún más abrumador de lo habitual. El sonido de los aviones pasando sobre su cabeza cada 5 minutos, le ayudaba por unos cuantos segundos a silenciar aquellos pensamientos y el miedo que se estaba apoderando de ella con cada minuto que pasaba. Necesitaba concentrarse y esperar aquel sonido ensordecedor que aparecía puntualmente cada 5 minutos y le ayudaba a dejar de pensar. Estando en ese lugar, podía sentir la incertidumbre disipándose cada 5 minutos. El pánico siendo olvidado cada 5 minutos; y lo único que la calmaba, era saber que podía tener el control de sí misma cada 5 minutos. Pero no estaba siendo suficiente. Kate estaba perdiendo el control.

Habían pasado ya tres meses desde el rescate en enero de 2005 y por primera vez en mucho tiempo, sentía que la única opción que le quedaba era volver a huir.

Kate tomó un trozo de periódico que había dejado hace un rato sobre el asiento del copiloto de su automóvil rentado y, entre lágrimas, lo volvió a abrir para leer nuevamente su contenido:

"5 de marzo, 2005.- Parece que la pesadilla de Kate Austen – la fugitiva del vuelo Oceanic 815- aún no se termina. Durante la mañana de hoy, la fiscal del distrito Melissa Dunbrook, presentó los antecedentes a la corte de Los Ángeles, buscando la reapertura del caso de la Srta. Austen. De ser aprobada, esta acción dará inicio al proceso judicial con el cual se busca condenar a Katherine Austen por lo diversos delitos que se le imputaban antes de su desaparición en el accidente aéreo. Noticia en desarrollo."

Y rompió en llanto nuevamente.

Desde que habían sido rescatados, Kate había comenzado a vivir una nueva pesadilla. Los seis de Oceanic se habían convertido en la noticia más importante alrededor del mundo. En consecuencia, literalmente todo el mundo sabía que era fugitiva, que estaba siendo buscada por asesinato y perseguida por la justicia. Su rostro y el de los demás, estaba en las portadas de los periódicos y en la televisión constantemente, y era reconocida por gente en la calle. Y la gente podía ser muy malvada cuando quería. En más de alguna ocasión Kate había tenido que salir de alguna tienda porque uno que otro cliente la había reconocido y había comenzado a gritarle "Asesina". El tipo de experiencia -que al menos siendo fugitiva antes del accidente- no había tenido que vivir. Mientras tanto, Kate seguía siendo presionada y perseguida por la prensa en cada paso. Sentía que ya no tenía dónde escapar.

Excepto cuando estaba con Jack.

Kate y Aaron habían estado viviendo durante estos tres meses junto a Jack en la casa de Margo, madre de Jack.

Una vez que habían aterrizado en los Ángeles, la aerolínea había dispuesto de hoteles para que los seis de Oceanic se hospedaran mientras solucionaban sus propios asuntos. Hasta ese momento, todos habían sido declarados fallecidos, por lo que no contaban con identificación o dinero. Afortunados eran Jack, Hurley y Sun, quienes aún tenían el respaldo, amor y apoyo de sus familias. Por el contrario, para Sayid -y aún más para ella- las cosas eran un poco más complicadas. Nadie había venido a recibirla. Nadie se había alegrado de verla viva.

Kate esperaba que al menos su padre, Sam Austen, la recibiera a su regreso -y quizás- le perdonara lo que había hecho para proteger a su madre y a sí misma de las conductas abusivas de padre biológico. Ella realmente esperaba que al menos el fuese capaz de entenderla. Pero no había sido así. El sargento mayor Austen seguía en servicio activo dentro del ejército y simplemente era imposible tomar contacto con él.

Por el contrario, Margo- una mujer que nunca había conocido en su vida, de la cual solo sabía que era la madre de Jack y que debía ser una muy buena madre para haberlo criado en la manera que lo hizo- amablemente le había ofrecido hospedarse con ellos mientras todo el asunto del accidente y la "vuelta a la vida" se resolvía para ellos. Por suerte para Margo -que tenía la intención de pasar el mayor tiempo posible con su hijo ahora que había vuelto- el departamento de Jack estaría inhabilitado por varios días hasta que pudieran volver a hacer funcionar a luz y el agua. De todas formas, Jack contaba solamente con una habitación y a ella le sobraban varias en la casa familiar de los Shepard.

"Si hiciste lo que mi hijo dice que hiciste por él, no puedo más que agradecerte por ayudarme a traerlo de vuelta. Es lo menos que puedo hacer por ti." Le había dicho Margo mientras le daba un caluroso abrazo entre llantos.

"Además, no es buena idea que estés sola con el bebé en un hotel" había agregado Jack intentando convencerla de que esta era una buena idea.

"Cierto, el bebé y tu necesitan un hogar cálido por ahora" confirmó Margo.

"Deberías quedarte conmigo…con nosotros" continuó Jack corrigiéndose un tanto sonrojado frente a ella y su madre.

Kate había accedido y estaba increíblemente agradecida por lo que Margo y Jack estaban haciendo por ella. Al principio, se había sentido un poco incómoda, no solamente por el hecho de estar viviendo en la casa de una desconocida con un bebé que lloraba todas las noches y despertaba a toda la casa -aunque debía reconocer que Jack era muy bueno ayudándola a hacer dormir a Aaron y gracias a eso, habían logrado tener varios momentos a solas para conversar- más bien le incomodaba darse cuenta que ya no necesitaba huir, porque por primera vez en su vida, estaba teniendo el apoyo y soporte que su familia nunca le había brindado.

Entonces, era cuando se daba cuenta que su vía de escape era Jack.

Lamentablemente, toda esa sensación de seguridad se había desvanecido cuando sus peores miedos se estaban convirtiendo en realidad. Ya era un hecho que tendría que enfrentar el juicio que tanto trabajo le había costado evitar. Solo quedaba esperar la notificación y el inicio del proceso judicial. El tiempo se le había agotado y el único final que veía a esto era terminar tras las rejas por el resto de su vida.

Y ella no quería pasar injustamente el resto de su vida tras las rejas.

¿Acaso Aaron se merecía crecer sabiendo que la única madre que conocía era una asesina?, ¿Acaso Jack se merecía amar a una criminal? ¿Era necesario que más gente saliera herida por ayudarle? No. Tom había sido suficiente. Ninguno de los dos se merecía eso y sería egoísta de su parte pretender que estarían mejor con ella en sus vidas. Así que lo mejor sería desaparecer cuanto antes mientras aún no había una renovación de una orden de aprehensión que le impidiera salir del país.

Kate no podía evitar derramar lágrimas mientras cada minuto que pasaba se convencía aún más, que lo mejor para todos sería que ella desapareciera de sus vidas cuanto antes.

Otro avión pasó volando sobre su vehículo y el ensordecedor ruido volvió a silenciar sus pensamientos por unos segundos.

"Jack se merece una despedida. Se merece una explicación" pensó Kate.

Si iba a huir nuevamente y nunca más lo volvería a ver… él más que nadie merecía saber la razón por la cual había vuelto a tomar esa drástica decisión. La única persona que nunca la había juzgado ni le había preguntado si era culpable. El único que creyó en ella y le dio la oportunidad de dejar el pasado atrás para comenzar de cero. Ese era Jack.

Kate tomó su móvil con mano temblorosa. Realmente no quería hacer esto. Esta iba a ser sin duda alguna, una de las decisiones más dolorosas de su vida. Se tomó un par de segundos para respirar y calmarse al punto que pudiese mantener la conversación que necesitaba tener. Luego marcó.

"¡Hola!" Contestó Jack desde el otro lado de la línea con tono alegre.

"Hola" Saludó Kate.

"Recién salí del hospital. Voy camino a casa ¿Necesitas que te lleve algo?"

"Escucha Jack." Le interrumpió Kate con tono sombrío.

Jack notó que el tono de voz de Kate era mucho más severo y serio de lo normal, por lo que inmediatamente supo que algo no andaba bien.

"¿Oye, estás bien? ¿Qué sucede?"

"Nada, solo … solo quería que supieras que yo… darte las gracias por…" Kate no esperaba que fuera tan difícil decir a Jack lo que necesitaba decir.

Mientras manejaba su vehículo a casa, Jack notó -por la manera en que Kate era incapaz de terminar sus frases- que algo grave estaba ocurriendo y comenzó a buscar un lugar cercano para poder aparcar mientras hablaban.

"Kate ¿Qué está pasando? ¿Estás bien?" volvió a preguntar esperando poder obtener algún indicio de lo que ocurría "¿Kate?"

Pero no hubo respuesta.

Entonces, Kate no pudo más con la angustia y comenzó a llorar. Las palabras apenas podían salir de su boca. No podía despedirse de él así.

"Oye ¿Dónde estás?" preguntó Jack muy preocupado mientras detenía su vehículo a un costado del camino.

"No puedo seguir haciendo esto Jack. Me voy" respondió ella entre sollozos.

"¿Irte? ¿A dónde?"

"Lo siento" dijo Kate finalmente rompiendo en llanto nuevamente.

"Escucha, no sé qué está pasando ¿Dónde estás?"

Se escuchó un largo silencio del otro lado de la línea y Kate dudó en responder a esa pregunta. No quería hacer la despedida más difícil, pero pensó que esta seguramente sería la última vez en sus vidas que se verían y quizás…quizás Jack entendería.

"Kate, por favor. Iré donde sea que estés. Solo dime dónde."

"Estoy… estoy fuera del aeropuerto."

"Está bien. No te muevas. Estoy ahí en 20 minutos ¿Está bien?"

"Está bien."

Jack volvió a encender el motor de su vehículo y salió a toda velocidad en dirección al aeropuerto.


El lugar que Kate le había indicado en un segundo llamado, era un camino sin pavimentar que rodeaba las afueras de la pista principal de despegue del aeropuerto de los Ángeles. Desde allí, se podían ver los aviones elevándose sobre sus cabezas tan cerca, que el rugido de los motores al pasar era ensordecedor. Mientras acercaba el vehículo, pudo notar que el lugar estaba rodeado por una cerca metálica que impedía el ingreso de personas a la pista y que, en la oscuridad, las luces blancas y rojas parpadeantes iluminaban tenuemente el escenario nocturno. Luego, aparcado en dirección a la pista de despegue, estaba el vehículo que Kate había rentado hace unos días atrás.

Detuvo el motor de su automóvil a unos metros del de ella y salió para ir a su encuentro. Cuando se acercó a la ventana del piloto pudo verla absorta en sus propios pensamientos, sin siquiera haber notado que él había llegado. Entonces, Jack dio golpecitos en la ventana del conductor para llamar su atención. Ella se volteó un tanto sorprendida y Jack pudo notar su rostro cansado y sus ojos enrojecidos, seguramente por el llanto de los últimos minutos. Dio la vuelta por delante del vehículo para ingresar por el asiento del copiloto, abrió la puerta y se sentó junto a ella en silencio por un par de segundos.

"¿Qué está pasando Kate? ¿Qué estás haciendo de noche fuera del aeropuerto?" "¿Dónde está Aaron?" preguntó Jack de la manera más gentil que pudo.

Ella lo miró con tristeza mientras una nueva lágrima recorría su mejilla "No puedo seguir haciendo esto. No puedo quedarme aquí."

"¿Qué quieres decir?"

"Esto es del periódico de hoy" Kate le entregó el trozo de papel a Jack y mientras lo leía agregó "Es solo cosa de tiempo para que me pongan en prisión preventiva y me lleven a juicio."

A Jack le tomó tan solo un par de segundos para darse cuenta, que lo que habían temido todos estos meses desde que habían logrado salir de la isla, finalmente estaba ocurriendo. Una rigurosa abogada del distrito de los Ángeles, Melissa Dunbrook, había sido asignada para presentar oficialmente los antecedentes en contra de Kate e iniciar el proceso que la llevaría a un juicio por los crímenes que se le estaban imputando.

"Entonces ¿Cuál es el plan Kate? ¿Vivir el resto de tu vida huyendo de la justicia?" le interpeló Jack sin poder hacerse a la idea de que Kate abandonara toda posibilidad de defenderse ante el tribunal, y con ello, la posibilidad latente de no volver a verla.

"¿Qué esperas que haga? ¡Sabíamos que esto iba a pasar desde que nos rescataron! ¡Todo el maldito mundo sabe quién soy y lo que hice!"

Jack miró a Kate por unos segundos mientras sentía como sus ojos se humedecían con cada segundo que pasaba. Por primera vez en todos estos meses, Jack entendía que la situación de Kate era real y se les estaba acabando el tiempo.

"Todos los días Jack, todos los días la gente en la calle me reconoce y me grita que soy una asesina ¿Cómo crees que será para Aaron crecer sabiendo que quien cree que es su madre es una criminal? ¿Por cuánto tiempo crees que vamos a poder mantener esta mentira?"

"Yo solo…solo creo que deberías pensar, quedarte e intentar defenderte de los cargos. No te mereces seguir viviendo el resto de tu vida como si fueras una criminal."

"¡Soy una criminal Jack! Maté a mi padre… fui a su casa. Abrí la llave del gas. Esperé que llegará borracho como lo hacía todos los días. Lo puse en su cama y el bastardo intentó abusar de mí, así que lo dejé ahí e hice volar toda la maldita casa con el adentro. Soy una criminal. Me merezco esto."

Esta era la primera vez que Jack escuchaba directamente de su boca la razón por la cual era perseguida por la justicia. Hasta ese minuto, Jack la había conocido lo suficiente para saber que ella no era el tipo de persona capaz de hacer todo eso si no hubiese una razón importante, a alguien a quien proteger o se viera atrapada en una situación que la llevara a tomar una medida desesperada. Kate podía defenderse muy bien sola como para dejarse abusar por su padre …entonces, ¿A quién había intentado proteger? Jack sabía que Kate tenía una madre y un padre adoptivo, ninguno de los cuales había mostrado señales de querer contactarla en estos meses, así que parecía ser que la relación estaba bastante quebrada, o al menos eso parecía. Nunca había querido preguntarle. Como era usual, esperaría que ella estuviera dispuesta a contarle primero por voluntad propia. ¿Sabía la madre de Kate que su padre había intentado abusar de ella? ¿Qué clase de madre no sabría eso? Entonces, si sabía ¿Por qué no hizo nada?

Entonces Jack entendió:

"Kate estaba intentando proteger a su madre."

Si el hombre era un abusador, lo más seguro era que su madre también estuviese siendo abusada sicológica, físicamente o ambas. No era posible que Kate se arriesgara a hacer todo eso si no tuviese que proteger a alguien que amaba. Esa persona debía ser su madre.

Luego de confesarle el más grande de sus secretos, Kate no fue capaz de volver a mirar a Jack a la cara. Así que, avergonzada, salió abruptamente del vehículo para tomar el aire que le faltaba. Estaba entrando en pánico. Su respiración estaba muy acelerada y no podía parar de repetirse a sí misma que esto era lo que se merecía. Apoyó el peso de su cuerpo contra la puerta del vehículo, en un intento por encontrar algo que la mantuviera en pie.

Jack simplemente no estaba soportando verla así de frágil, angustiada y desconsolada.

Al ver que su llanto se volvía cada vez más abrumador, Jack salió inmediatamente del vehículo para alcanzarla y tomarla fuertemente entre sus brazos. Entonces, ambos se encontraron fundidos en un abrazo que ninguno de los dos quería dejar ir.

Kate apoyó la cabeza en el pecho de Jack y se dio un momento para ser frágil en sus brazos mientras, el intentaba calmar su angustia acariciando su cabello y masajeando cuidadosamente su espalda.

"No quiero ir a la cárcel Jack. No puedo." dijo por fin Kate entre sollozos encontrando algo de templanza.

Al escuchar estas palabras, Jack tomó un poco de distancia para poder mirarla directamente a los ojos mientras sus manos la sujetaban delicadamente por los hombros.

"Kate escúchame. Todo va a salir bien. Podemos contratar un muy buen abogado en lo que tengamos el dinero del acuerdo con Oceanic, armar una defensa sólida. Estoy seguro que lo que hiciste fue en defensa propia y…"

"No quiero que te involucres en esto por mí Jack, ya he dañado a mucha gente y no me perdonaría que te pasara algo por mi culpa" respondió Kate mientras negaba con la cabeza.

"Kate, por favor" insistió.

Ella lo miró por unos segundos y una sonrisa triste se dibujó en su rostro. Podía ver al mismo Jack de siempre, el que creía que todo se podía solucionar, que todo lo podía arreglar, el que no podía dejar ir. Se alegró al saber que ese Jack aún seguía estando ahí, junto a ella, pero le entristeció darse cuenta que, por esta vez, no bastaba con querer encontrar una solución. Esto era más grande que ambos y ella tenía que enfrentar esto por su cuenta.

"¿Acaso no ves que lo mejor para todos es que yo desaparezca de sus vidas?"

Esta vez, las palabras de Kate calaron en lo más profundo de los sentimientos de Jack. Él no se podía imaginar a Kate desapareciendo de su vida. Después de lo todo lo que habían vivido y sobrepasado juntos, que Kate desapareciera de su vida -para tener que seguir huyendo- era algo no le era posible aceptar sin antes dar la pelea. No. Se negaba rotundamente a esa idea. Tenía que haber alguna manera.

"Pero que pasa si no quiero que desaparezcas de la mía" respondió finalmente Jack mientras una lágrima se deslizaba a lo largo de su mejilla y una triste sonrisa se dibujaba en su rostro.

Luego de esta respuesta, el silencio y la profunda mirada que surgió entre ambos parecía reveladora entre tanto caos y sentimientos no resueltos durante tanto tiempo. Esa mirada entre ambos que bastaba para decírselo todo sin decir una sola palabra. Ella tampoco quería desaparecer de la suya.

Jack cerró aún más su distancia acercando su rostro instintivamente al de ella para mirarla cálidamente e insistir una vez más.

"Por favor, déjame ayudarte. Confía en mí. No vas a ir a la cárcel" le dijo mientras una pequeña sonrisa tímida se dibujaba en su rostro "No dejaré que eso pase."

Kate sabía que Jack era muy bueno cumpliendo sus promesas, se lo había demostrado un millón de veces y, por primera vez en mucho tiempo, le invadió una completa sensación de tranquilidad y seguridad. Desde Tom, Kate nunca había tenido a su lado a nadie que confiara tanto en ella y la apoyara sin importar lo que ocurriera. Ella se podía sentir completamente segura junto a Jack y no cabía duda de que mantendría su promesa. Si Jack era capaz de mirarla de esa manera y decirle con toda seguridad que podía ver una salida a todo esto, entonces seguramente la había. Jack tenía un plan.

Volvió a levantar su mirada para encontrar sus ojos marrones y como si estuviese viviendo alguna especie de déjà vu, se vio nuevamente aquel día en medio de la jungla cuando en un momento de desesperación y angustia, Jack se había acercado para confortarla exactamente de la misma manera en que lo estaba haciendo ahora, y hacerle saber que todo estaría bien.

Y de alguna manera, ambos sabían que mientras estuviesen en los brazos del otro. Todo estaría bien.

Entonces, en un impulso provocado por los mismos sentimientos de antes, Kate tomó el rostro de Jack entre sus manos y lo besó intensamente tal y como lo hizo la primera vez.

Aunque esta vez nadie iba a huir.

Primero, se dio el tiempo para besar suavemente su labio inferior para luego rozar con su lengua el superior. Jack, un tanto sorprendido al inicio- pero siguiendo el ritmo rápidamente- tomó a Kate por la cintura para acercar cada rincón de ella a su cuerpo y le respondió el beso encontrando su lengua a medio camino de ella. Solo él sabía cuánto la había deseado todo este tiempo. Sus labios le parecían en este momento el cielo que tenía la suerte de volver a probar.

Luego de unos segundos que parecieron la más hermosa eternidad, ambos tuvieron que salir a buscar el aire que se estaban robando. Sus frentes reposaron en la del otro mientras se daban un momento para procesar lo que había ocurrido. Esta vez, Jack tomó el rostro de Kate entre sus manos y la miró fijamente intentando descifrar qué era lo que estaba significando todo esto. Ella, le devolvió la mirada y una sonrisa tímida se dibujó en sus labios mientras asentía con la cabeza en señal de que todo estaba bien, de que esta vez nadie saldría corriendo y que su confianza estaba depositada plenamente en él. Kate no iba a seguir huyendo.

Así que Jack, mientras seguía con el rostro de Kate entre sus manos, acercó lentamente sus labios a los de ella, y tan apasionadamente como pudo la beso nuevamente, tal y como se había imaginado haciéndolo desde su primer beso.

En la oscuridad de la noche y con las luces del aeropuerto de fondo, ninguno de los dos se apresuró a terminar aquel beso hasta que ambos estuvieran satisfechos por completo. De alguna manera, sentían que se merecían el tiempo y la intimidad necesaria para poder terminar -de una vez por todas- con la tremenda tensión sexual que tenían hace tanto tiempo pendiente. Para cuando ambos decidieron darse un momento para volver a respirar, Jack envolvió nuevamente a Kate entre sus brazos y le dijo al oído:

"Es mi turno de cubrir tus espaldas. Vamos a superar esto juntos."

Sonaba como un buen plan.