Capítulo 9: Yo no soy un enemigo, YO…SOY…El…ENEMIGO.
La fe no los salvara, las mentiras no los protegerán, únicamente la voluntad es lo puede protegerlos. Y nada supera mi voluntad.
Magnus el rojo, primarca de la XV legión, e indiscutible alto señor de tierra. Estaba preocupado, desde que se enteró del escape de su XIII hermano, de su justo castigo por la atroz traición cometida ya hace más de 10 00 años, había estado buscándolo en las cambiantes corrientes de la disformidad, con creciente desesperación. En una ocasión casi logro un avance en su infructífera búsqueda, incluso llegando a vislumbrar la sombra del traidor en las infinitas posibilidades de lo que puede ser y será, lamentablemente tuvo que apartarse cuando algo más grande, y definitivamente más fuerte que él apareció. Después de eso, por mucho que lo intento, no logro nada. Eso era raro, muy raro, incluso si algún dios del caos lo estaba protegiendo, el debería ser capaz de vislumbrar su localización aproximada.
La búsqueda de los medios que su traicionero hermano uso para su escape imposible también seguía siendo infructuosa, Roboute simplemente no había dejado ninguna huella, física o psíquica tras su escape. Por lo que ¿Cómo?, ¿Cuándo? y ¿Por qué? Escapo, seguían siendo preguntas cuya respuesta era desconocida. Aun así, había varios sospechosos. Los cuales estaban siendo investigados a profundidad.
Primero y posiblemente el más problemático de la lista. El culto genestealer que había echado sus raíces en las profundidades más olvidadas de terra. Durante siglos han sido un problema latente, pero sus números siempre se consideraron tan pequeños que ningún alto señor de terra se había molestado en tratar con ellos. Incluso los Custodes por lo general los ignoran siempre que mantengan sus garras lejos del palacio imperial.
Sin embargo, tras el escape de Roboute, se realizó una muy exhaustiva búsqueda en los niveles más profundos del palacio, lo cual demostró que el culto genestealer muy posiblemente había estado cavando una entrada al palacio imperial, una muy por debajo de las que las patrullas normales.
Fue difícil, y muy largo el papeleo, pero Magnus logro que Trajann Valoris actual capitán general del Adeptus Custodes, se comprometiese a erradicar al culto genestealer que había hechado raíces en Santa Terra. Por lo que un total de 7000 custodes fueron desplegados en los niveles más inferiores de Terra, para dar caza a todos y cada uno de los posibles infectados, en una operación de exterminio, que se esperase durase alrededor de unos tres meses más o menos.
El siguiente en la lista de posibles aliados que Guilliman pudo tener en su escape, era un grupo de nobles cuya influencia había sido reducida en el último milenio, algunos de estos nobles podían seguir su linaje a la propia Macragge, allá en el segmentum Ultramar, sus familias habían sido leales por generaciones, pero tras que se les negase su petición de ayuda para una cruzada de reconquista. Su influencia había ido disminuyendo paulatinamente.
Contra este grupo no servirían las armas, ya que, si bien su influencia había disminuido en santa Terra, mucho de estos nobles aun eran respetados miembros de la sociedad, y poseían un férreo control en cientos de planetas alrededor del imperio. Eliminarlos sin una cantidad adecuada de evidencia en su contra, podría generar una nueva guerra civil, una que el Imperio no estaba en capacidad de librar.
Por lo que se necesitaría una solución más diplomática. Varios de estos nobles fueron invitados junto a sus tropas a la cruzada solar que estaba a punto de partir, rumbo a destruir por completo el sector de Ultramar. Y todos los que no fueron, serian investigados a profundidad por la legión Alpha, y eliminados silenciosamente si la situación lo requería.
Después de tratar con estos dos grupos, no había un grupo que poseyese un poder real como para realizar la tarea de liberar al primarca de la XIII legión. Aun así, varios asesinos y espías fueron desplegados entre la población de Santa Terra, solo para estar seguros.
Magnus se froto con cansancio su único ojo, incluso en una crisis como la que se encontraban, el papeleo simplemente no dejaba de acumularse. Bueno, eso era mentira, el primarca podía sentir como su carga había disminuido un poco, talvez, en alguna parte ¿Alguien competente había heredado un cargo de importancia? El primarca no se hacía ilusiones, pero disfrutaría el pequeño descanso, para enfocar sus esfuerzos en encontrar el rastro de su hermano caído.
Con cansancio el primarca dejo su tabla de datos, necesitaba tomar un descanso. Se recostó sobre su asiento, y su mirada se perdió en la ventana, donde se podía ver como las fuerzas que custodiaban el palacio y sus inmediaciones realizaban un pequeño desfile por el cambio de guardia.
-Sangre nueva para el matadero. –Comento con sarcasmo el primara rojo. Mientras veía el desfile. Los nuevos encargados de custodiar el palacio imperial poseían una heráldica que él no podía recordar.
Lamentablemente Magnus no pudo profundizar en esos pensamientos, ya que un muy alterado notario ingreso con una pila de documentos tan alta con el mismísimo primarca.
Magnus dejo escapar un suspiro de agonía mientras volvía a su trabajo.
Un torrente de información paso frente a su único ojo. Cientos de peticiones de ayuda caducadas, un recuento del diezmo imperial sobre el sector umbra, cientos de solicitudes que no deberían estar en su escritorio para empezar, un reporte donde se ordenaba la movilización masiva de una fuerza compuesta principalmente por hermanas del silencio en Venus, y un sinfín de otras cosas, algunas importantes otras no, todas totalmente desorganizadas.
-Por mi padre, el emperador, ¿Por qué aún no se ha inventado un sistema de clasificación que funcione? –Maldijo Magnus mientras comenzaba su interminable tarea al organizar algo de todo el desastre logístico que se conocía como el imperio del hombre.
Pasaron varias horas antes de que Magnus lograse notar un documento, uno muy bien organizado y redactado, el cual llevaba un sello que el primarca no había visto en más de 10 000 años.
-Roboute Guilliman. –Escupió Magnus mientras leía el interior del documento.
El documento resulto ser, una invitación a parlamentar, redactada por el propio Roboute Guilliman en persona. De hecho, Magnus podía notar como esta carta llevaba el mismo estilo de letra pomposo que su hermano usaba cuando quería reunirse para charlar, claro que eso fue hace más de 10 000 años.
Magnus hubiese roto el documento con rabia, si no fuese por su importancia. Si su hermano había escrito este documento el mismo, él podría usarlo para rastrear su presencia Psiquica.
Cerro sus ojos, y trato de enfocar sus poderes, pero para su horror lo único que pudo ver fue fuego y furia. No era de extrañar, Alpharius lo había estado torturando por las de 10 000 años. Aun así, Magnus se arriesgaría, esta era la primera pista real que obtenía sobre el paradero de su hermano.
Se levantó y con un movimiento aprendido ya cientos de veces llamo a sus hijos.
Si bien la invitación especificaba que tenía que ir solo, él no era tan ingenuo como para confiar en la palabra de un traidor. Roboue Guilliman podía estar aislado y sin recursos en territorio enemigo, pero eso no significaba que no fuese un primarca, uno de los hijos del emperador, creador para conquistar la galaxia. Aun así, era pronto para comenzar las hostilidades.
Magnus retrocedió, mientras pensaba en su siguiente movimiento, Roboute Guilliman lo esperaba en Pluton, o al menos eso decía su carta. Era imposible que su hermano realmente hubiese llegado tan lejos sin algunos aliados importantes. ¿Estaría aliado con alguno de los dioses del caos? No, ese no parecía ser el caso, él era incapaz de sentir la influencia de la disformidad en la tabla de datos. Además, tan cerca del trono dorado, los poderes del caos no deberían tener la influencia necesaria como para lograr algo sin dejar un rastro fácilmente identificable.
¿Debía avisar a Alpharius? No, eso sería imposible, incluso si él supiese donde se encontraba su hermano, este estaba organizando la flota que invadiría Ultramar, distraerlo podría retrasar la invasión.
-No, espera, me estoy adelantando, primero lo primero, ¿Por qué me está contactando en este momento? ¿Qué espera ganar al reunirse conmigo? Guilliman nunca hace algo sin tener un plan, no hay razón para que esta ocasión sea diferente. Así que mi enfoque debería ser; ¿Qué recursos tiene? ¿Qué aliados lo apoyan? ¿Qué información posee? ¿Qué está buscando? Y ¿Qué espera obtener de mí?
Magnus se volvió sobre su escritorio, y comenzó a repasar todos los eventos significativos que habían ocurrido en el último siglo en el sistema solar.
-No ha habido ningún reporte en ninguna de las estaciones de defensa, o de producción de recursos. Por lo que Roboute solo dispone de los recursos que pueda mover sin alterar el inventario de existencias. Y no hay nada que indique un movimiento importante de recursos, por lo que Roboute no tiene recursos. Talvez logro convencer a algunos humanos, incluso un regimiento, pero no hay nada que sugiera la movilización de esa cantidad de soldados. Roboute está solo. Obviamente ya sabe de la cruzada que se está organizando contra su reino. Debido a que su código de primarca fue revocado dudo que tenga información muy relevante, pero hay muchas cosas que se pueden averiguar con solo un poco de sentido común. Incluso en el peor de los casos mi hermano no debería saber más que un Inquisidor promedio. Roboute no posee información actualizada. Obviamente desea hablar conmigo, ¿Por qué? No puedo estar seguro, pero muy posiblemente sea para evitar la destrucción de su reino. Roboute está buscando evitar la destrucción de Ultramar. Es ingenuo pensar que mi hermano, siendo tan listo como es crea que puede convencerme de cualquier cosa, mucho menos de obligarme a hacer algo, a menos que ya haya vendido su alma al caos, sus posibilidades de sobrevivir se centran que lo que pueda sacar mediante la futura negociación. Roboute desea negociar. ¿Qué puede ofrecer? Es algo que solo puedo averiguar hablando con él.
Magnus se quedó allí, tratando de reunir cualquier información que pudiese sugerir que las conclusiones a las que él había llegado fuesen erróneas, pero nada. Todo parecía indicar que él estaba en lo cierto.
Como medida de precaución busco en las cambiantes corrientes del inmaterium en búsqueda de algún atisbo de lo que estaba por venir, pero nada, el futuro de su hermano estaba cubierto por una espesa capa de oscuridad, una que él no podía penetrar por mucho que tratase.
Magnus se rindió, sus poderes pre cognitivos no le ayudarían en esta ocasión. Por lo que tendría que depender de otros medios para tratar con su hermano.
Su legión.
Más de la mitad de la XV legión se encontraba fuera de Terra en estos momentos, luchando en las estrellas distantes contra herejes, mutantes, xenos, o demonios. Imposible estar seguro, pero eso no importaba. Magnus aun contaba con unos 500 marines normales, y unos 10 000 marines rubrica. Era suficiente, para organizar un cerco al lugar de la reunión, y así evitar cualquier posibilidad de que su hermano escape a la justicia.
Ahora solo quedaba la pregunta. ¿Él iría en persona, o mandaría a un doble? E incluso si iba en persona, ¿Él iría como negociador o iría como el instrumento de la justicia del emperador? Las dudas, lo llenaban.
No, todo este asunto había comenzado porque su hermano Alpharius no había matado a Roboute, esta situación pudo haberse evitado si su hermano no hubiese actuado en base a sus sentimientos personales, eso era un error que él no se podía permitir repetir.
Él iría en persona, y sería el instrumento de la venganza y justicia de su padre.
Con sus ideas claras organizo a sus hijos, y se dispuso a abandonar Terra.
Tal y como se le había pedido en la carta el viajaría en una nave sin armas, pero hasta allí, sus hijos levantarían un bloqueo alrededor de pluton, y estarían a la espera de sus órdenes, en caso de que su hermano poseyese algún As bajo la manga.
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Buenas noches damas y caballeros, Nosotros somos, ¡El entretenimiento!
Alpharius se encontraba organizando la línea de suministros de la cruzada solar. El primarca era terriblemente consiente que este tipo de trabajos no eran su fuerte, pero si la cruzada realmente iba a quemar Ultramar, era necesario, indispensable, que sus suministros fuesen entregados en el menor tiempo posible. Cualquier error en la línea de suministros, podía paralizar el esfuerzo bélico del imperio.
Por lo que él debía esforzarse, por supuesto que mientras organizaba lo mejor que podía la ruta que los suministros usarían, así como las tropas que los custodiarían, su atención no había dejado a sus hijos, todos sus espías dentro de las fronteras de Ultramar estaban activos, todos buscando Roboute Guilliman, primarca de los Ultramarines, y traidor de toda la humanidad.
Desafortunadamente no parecía haber información importante. Ningún puesto de control de la frontera había reportado algo fuera de lo común, incluso sus hijos apostados en los astilleros espaciales de Ultramar habían sido incapaces de escuchado algo útil.
Roboute nunca fue alguien que amase del anonimato, por lo que la total ausencia de reportes de su libertad solo podía significar que él todavía no había llegado a Ultramar, entonces ¿Dónde estaba? ¿Terra? Ojalá, Magnus lo estaba buscando allí, por lo que si el traidor asomaba su fea cara no tardaría en ser descubierto.
Dejando de lado su casería, las cosas estaban avanzando bien, quizás demasiado bien. La ruta establecida parecía ser segura, y una vez terminase de construir una fortaleza en el planeta de abajo, podría asegurar un nuevo sarcillo.
-Bien, el siguiente sistema a visitar sería el de Nocturne, espero que los amos de la noche puedan aportar algunas tropas a la cruzada solar.
Alpharius suspiro, mientras se preparaba para pasar al siguiente punto, algo llamo su atención, un coro astropatico, estaba transmitiendo un mensaje, un mensaje, destinado a todo aquel que pueda oírlo.
El primarca se levantó, casi podía sentir lo que se venía, pero aun así no pudo reaccionar antes de que el mensaje se derramase en la mente y alma de todos los presentes.
-Miles de años, han pasado milenios, y mira lo que ha sido del imperio, mira lo que han hecho con nuestro sueño, idolatría, ignorancia, sufrimiento, y miseria, todo en nombre de un dios, que nunca deseo serlo.
Esa era la voz de Guilliman, Alpharius lo sabía, incluso tras tantos milenios, el primarca de la legión Alpha no podía olvidar aquella voz. El traidor se había hecho con un coro astropatico, y lo usaba para amplificar su mensaje, para enviárselo a toda la galaxia.
-Rastreen ese mensaje, de inmediato.
Todos los presentes asintieron, y se pusieron a trabajar, pero ya era tarde, el mensaje continuo.
-Hemos fracasado padre, tu fallaste a tus hijos, y nosotros fallamos a la humanidad. acaso no fue Horus quien dijo que querías alcanzar la divinidad, se construyó una rebelión alrededor de esa afirmación…. Por los dioses, como se regodearía Dorm si pudiese ver el imperio en este momento. Especies alienígenas exterminadas, herejes ejecutados, mundos salvados, y mundos quemados. Mira lo desesperada que se ha vuelto la sola idea de supervivencia.
Mientras esperaba los resultados de sus hijos, Alpharius escuchó atentamente, tratando de averiguar todo lo que pudiese del estado en el que se encontraba su hermano, una conversación, incluso una donde ambos se encuentren a millones de años luz de distancia podía revelar mucho si se sabía cómo hacerlo.
Sus palabras no tenían ese deje de podredumbre que solían tener aquellos que ya han vendido sus almas a los dioses del caos. Eso ya era una ganancia, la galaxia no necesitaba un nuevo príncipe del caos.
- ¿Por qué sigo viviendo? ¿Qué más quieres de mí? Ya le di todo lo que tenía a esta, a este cadáver hinchado y putrefacto que se hace llamar imperio. Y mira lo que han hecho con nuestro sueño, el imperio ya no se mueve por la razón o la esperanza, sino por el miedo, y la ignorancia.
-Está delirando. –Declaro Alpharius, pese a que la comunicación astropatica no podía transferir el tono de las palabras, que su hermano se equivocase en una de sus declaraciones, solo podía ser porque su estado mental no era óptimo.
-Mejor habría sido que todos hubiésemos ardidos en la locura de la guerra, antes que vivir para esto.
-Reporte, ¿Ya tienen la ubicación del origen de esta transmisión?
-Lo siento mi señor, pero no tenemos nada.
-Maldición, ¡Sigan intentando! No sé cuánto durara su discurso, pero debemos localizarlo antes de que este termine.
-Así se hará mi señor.
-Aún hay esperanza, he visto lo que la humanidad puede logar, un futuro mejor aún es posible, pero solo llegara si aquellos que atormentan a la humanidad sean derrotados… toda esta miseria, todo este sufrimiento, no es culpa de la humanidad, es culpa de aquellos que traicionaron a la humanidad para convertirse en poderes del caos. Hijos míos levántense, es hora de luchar, de hacer pagar a los enemigos de la humanidad por cada horror que ocasionaron. Es hora de retomar lo que es nuestro por derecho.
Alpharirus tuvo que morderse la lengua para no despotricar ante la declaración de su hermano traidor, su encierro definitivamente le debieron haber dañado el cerebro, él no era la salvación de la humanidad, nunca lo fue, el solo era un traidor, uno que pronto moriría. Tan pronto como su comunicación fuese rastreada, será eliminado.
-Reporten, ¿Ya tienen idea del origen de la señal? –Pregunto Alpharius, listo para la batalla, pero no obtuvo respuesta. –Eh dicho que reporten.
Alpharius volvió su mirada al humano que manipulaba las comunicaciones, pero este no parecía poder responderle.
-Gloria… a… Ultramar. –El navegante, junto a otros cinco oficiales, gritaron, pero antes de que el primarca pudiese reaccionar, todos estallaron, producto de bobas que habían estado escondiendo debajo de sus ropas.
Alpharius estaba tan asombrado por lo que había pasado que tardo demasiado en darse cuenta, de lo que estaba pasando, eran agentes dobles, ¿Cómo era que estos se colaron en su tripulación?
El primarca corrió a la terminal, esta estaba destrozada, pero la destrucción no se limitaba a la cabina de mando, cientos de ataques suicidas habían ocurrido atreves de su nave en varias secciones diferentes, incapacitándola, esto era malo, trato de abrir un canal con algúna de las naves que lo escoltaban, pero al parecer todas las naves de su flota también fueron atacadas de la misma forma.
Alpharius sintió un severo deja-vu, Roboute estaba a usando técnicas de infiltración y sabotaje contra el maestro de la infiltración y el sabotaje.
¿Qué rayos estaba pasando?
Alpharius salto sobre la estación de comunicación, retiro los restos del técnico, y examino los datos que este había recopilado antes de que el código de activación en su subconsciente fuese pronunciado.
El resultado le helo la sangre.
-Necesito comunicarme con mi hermano en Santa Terra, pero ya.
-Es imposible mi señor, todos los astropatas de la flota parecen haber sido atacados, estamos incomunicados.
Alpharius sintió nuevamente un deja vu, ¿Acaso esto era lo que sus enemigos sentían cuando caían en una de sus trampas?
- ¡Maldición!
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Quiero venganza, quiero que sean conscientes de lo que se acerca, y de que nada podrá cambiar eso. Quiero que sientan mi dolor, mi miedo, y que sepan que eso serán lo último que sentirán mientras vivan.
Magnus se estaba acercando a Pluton, las coordenadas que le fueron entregadas pertenecían a una vieja instalación abandonada, según registros esa instalación fue abandonada antes de la era oscura de la tecnología, pero, por alguna razón parecía aun tener energía. Es más, parecía estarle esperando.
El primarca hubiese ordenado un bombardeo orbital, pero aun no confirmaba que su hermano estuviese allí, por lo que seguiría jugando su juego. Uso una capsula de desembargo y bajo al planeta.
Tan pronto como salió de su capsula, uso sus poderes, para rastrear toda la superficie del planeta, pero nada, literalmente era una roca desprovista de toda vida. Roboute le había engañado.
Magnus se disponía a retirarse cuando una solicitud, encriptada en un código que él no había visto en 10 000 años le llego.
- ¿Roboute Guilliman? –Pregunto sin rodeos el Psíquico.
-Más o menos. –Contesto una voz, que él psíquico reconocía.
-Estoy donde dijiste ¿Dónde estás?
- ¿Has venido a hablar, o has venido a ejecutarme?
-Lo decidiré después de escuchar lo que tengas que decir. –Mintió el Psíquico.
Una pesada puerta se abrió frente a Magnus, y las luces iluminaron un camino. Magnus no sintió nada, dentro de la estación no había nada, ningún alma que reaccionase en este lugar, ese lugar estaba vacío, totalmente vacío, de hecho, estaba tan vacío, que Magnus era incapaz de sentir incluso el lamento eterno de los servidores del culto mechanicus, aun así, algo había dado la orden de abrir las puestas y encender las luces. Algo se movía en su interior, algo lo esperaba en la absoluta oscuridad.
-Más te vale que esto no sea un engaño hermano.
-¿Hermano? Desde cuando te refieres a mi como "hermano" me podrí por 10 000 años en esa maldita prisión, y dudo que alguna vez considerases lo cruel que fue eso "hermano"
-Obtuviste lo que te merecías, por tus acciones.
Magnus no obtuvo respuesta, quizás era lo mejor, había algo en la voz de su hermano que no le gustaba, algo metálico, algo que no podía identificar, pero que hacia le doliesen los oídos al escucharlo.
Mientras caminaba por el pasillo. Magnus volvió a usar sus poderes, no pudo identificar el origen de la comunicación, pero sabía que este estaba dentro, en alguna parte. También escaneo en búsqueda de cualquier rastro de los dioses del caos, pero no encontró nada que indicase su presencia, lo cual era un poco relajante, su hermano aun no caía en la adoración a los dioses del caos.
En órbita sus hijos esperaban sus órdenes, las comunicaciones no parecían haber sido interrumpidas, lo cual siempre es bueno.
Todo estaba bien, tranquilo, demasiado tranquilo, era, casi como si fuese el momento antes de una tormenta.
-Ya basta de juegos, donde estas Roboute, vine como pediste, ahora revélate.
Magnus llego al centro de una especie de observatorio. Y fue allí conde sus sentidos le indicaron algo se escondía en las sombras, nuevamente uso sus poderes psíquicos, pero nada,de la nada, sus poderes dejaron de funcionar.
-Tus poderes no te servirán aquí, la disformidad no tiene poder en este lugar.
Magnus retrocedió, cuando las luces se prendieron revelando un inmenso dreadnought modelo Desprecio-Galatus ¿Esa cosa era su hermano Roboute Guilliman? Tenía sentido, las heridas que Fulgrim le infringió debieron ser muy graves, casi mortales. Talvez cuando escapo del campo de éxtasis los sistemas auxiliares de su armadura de combate combinados con la resistencia que todo hijo del emperador posee, le compraron algo de tiempo, puede que incluso días, pero sus heridas deberían ser demasiado graves, y sin la adecuada asistencia medida…. No eso era estúpido, incluso si por asares del destino un moribundo Roboute llegaba a encontrarse con un dreadnought disponible, el proceso para introducirlo y vincularlo a la maquina no es algo que alguien pudiese realizar por sí mismo, menos el quien nunca fue alguien muy dado a la tecnología. Tal vez si se tratase de Perturabo fuese más posible, aun así, era una idea muy poco creíble.
-Tu, tú no eres Roboute Guilliman. –Declaro Magnus, sin saber si la emoción que sentía era odio o desconcierto. - ¿Dónde está mi hermano?
-Yo podría preguntarte lo mismo. ¿Dónde está Magnus el rojo? hechicero supremo de prospero. - El inmenso dreadnought modelo Desprecio-Galatus se inclinó frente al primarca. –¿Y quién eres tú para tomar su lugar?
Magnus tuvo que tragar saliva, pese a que la diferencia de tamaño que había entre ambos no era tan grande, por alguna razón el primarca se sentía desnudo en este lugar. Sus poderes, se sentían, apagados.
El primarca considero por unos segundos llamar a sus hijos, ordenar un bombardeo orbital, pero, se negó, aún tenía que comprobar si lo que decía este armatoste era verdad.
- ¿Realmente eres tu Roboute?
-Ya te lo dije, más o menos. Pero eso no importa, el dreadnought levanto su garra de ceramita, señalando un punto brillante en el cielo estrellado. –Está a punto de comenzar.
Magnus no entendía lo que pasaba, pero de repente sus poderes regresaron, era extraño, era como si un velo que le hubiese estado impidiendo usar sus poderes se levantase.
-Miles de años, han pasado milenios, y mira lo que ha sido del imperio, mira lo que han hecho con nuestro sueño, idolatría, ignorancia, sufrimiento, y miseria, todo en nombre de un dios, que nunca deseo serlo.
-Hemos fracasado padre, tu fallaste a tus hijos, y nosotros fallamos a la humanidad. acaso no fue Horus quien dijo que querías alcanzar la divinidad, se construyó una rebelión alrededor de esa afirmación…. Por los dioses, como se regodearía Dorm si pudiese ver el imperio en este momento. Especies alienígenas exterminadas, herejes ejecutados, mundos salvados, y mundos quemados. Mira lo desesperada que se ha vuelto la sola idea de supervivencia.
- ¿Por qué sigo viviendo? ¿Qué más quieres de mí? Ya le di todo lo que tenía a esta, a este cadáver hinchado y putrefacto que se hace llamar imperio. Y mira lo que han hecho con nuestro sueño, el imperio ya no se mueve por la razón o la esperanza, sino por el miedo, y la ignorancia.
-Mejor habría sido que todos hubiésemos ardidos en la locura de la guerra, antes que vivir para esto
-Aún hay esperanza, he visto lo que la humanidad puede logar, un futuro mejor aún es posible, pero solo llegara si aquellos que atormentan a la humanidad sean derrotados… toda esta miseria, todo este sufrimiento, no es culpa de la humanidad, es culpa de aquellos que traicionaron a la humanidad para convertirse en poderes del caos. Hijos míos levántense, es hora de luchar, de hacer pagar a los enemigos de la humanidad por cada horror que ocasionaron. Es hora de retomar lo que es nuestro por derecho.
Esa, esa era la voz de Guilliman, y a la vez no lo era, era rara, no metálica como la que salía del dreadnought frente a él, pero aun así era una voz distorsionada, igual y diferente al mismo tiempo. ¿Cómo era eso posible?
- ¿Qué está pasando?
-Como nuestro padre alguna vez lo dijo, algunas personas no pueden aceptar el final de una era y el inicio de otra sin una ocasión que lo señale, que de significado a las cosas que está viviendo. Horus es un buen ejemplo de eso, ¿Realmente crees que él hubiese entendido lo que estaba pasando, si una ocasión que pudiese señalar en el calendario, donde se entregaron laureles y títulos hermosos a generales favorecidos? No, él no podría, Algunas personas necesitan toda esa atención y reconocimiento, otros no.
El dreadnought dio media vuelta y se marchó. Pero antes de que una pesada puerta se cerrase bloqueando su camino, dijo una cosa más.
-Cuando todo este dicho, y hecho búscame en Nocturne, allí pondremos fin a esto.
La puerta se cerró y Magnus se quedó inmóvil, sin saber que estaba pasando, ni cómo debería reaccionar. Trato de comunicarse con sus hijos en órbita, pero las comunicaciones estaban cortadas, cuando la tecnología fallo recurrió a sus poderes, y fue allí, donde se dio cuenta del problema en el que estaban.
El discurso de Guilliman había sido transmitido desde la mismísima Santa Terra, se reportaban cientos de levantamientos en todo el planeta, pero cualquier intento por regresar era imposible, ya que varios humanos normales habían realizado ataques suicidas en puntos estratégicos de cada nave, todo mientras declaraban su lealtad a Ultramar.
Magnus maldijo su elección de venir a este punto, había sido engañado para salir del planeta, mientras su hermano atacaba la cuna de la humanidad.
Pero ¿Realmente había sido engañado? Ese dreadnought claramente era algo más de lo que parecía. Negó con su cabeza, no podía perder el tiempo en perseguirlo, necesitaba una visión más clara de la situación en el palacio imperial. Trato de enviar su conciencia, pero nuevamente sus poderes le fallaron, algo en esta instalación le impedía usar sus poderes, debía investigarlo más tarde. Corrió tan rápido como pudo, por suerte la salida no estaba lejos. Afuera de la instalación, recupero sus poderes, y pudo ordenar a sus hijos por una extracción.
Mientras esperaba trato de contactar con Trajann Valoris, para un reporte general de la situación, pero lo que averiguo no fue agradable, Guilliman había logrado tomar el control de las defensas exteriores del palacio imperial, resulta que todos los marines que habían venido a cambiar la guardia resultaron ser hijos de Ultramar. En este momento los custodes junto a todos los aliados que pudieron encontrar se habían atrincherado en la entrada al Astronomicón, pero el futuro era sombrío, al menos 2000 custodes habían dejado de reportar, poco antes del mensaje de Guilliman, por lo que en este momento la defensa del palacio, solo contaba con poco más de 100 custodes, unas pocas hermanas del silencio, y todos los humanos que habían logrado unir a la milicia, ¡Ni siquiera contaban con suficiente armas para armar a la milicia!
Magnus sentía como si la historia se estuviese repitiendo, nuevamente estaba lejos, mientras su padre luchaba por su vida dentro de su palacio, el cual ya está controlado por los traidores.
Y en un momento de locura, envió su conciencia dentro del palacio, talvez no podría detener a su hermano, asumiendo que él realmente estuviese allí, pero si tomaba el cuerpo de uno de los astropatas, posiblemente podría crear una distracción.
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Los héroes no nacen, los forja la oscuridad, los moldea la batalla, los define el sacrificio.
Guilliman caminaba fuera de las instalaciones astropaticas del palacio imperial, no deseaba dañar estas instalaciones más de lo que ya lo había hecho. El imperio necesitaría poder comunicarse, aunque de momento las instalaciones estaban inhabilitadas temporalmente, nada que no pudiese repararse después, o al menos eso esperaba.
Bueno, no podía ser perfecto en todo.
El primarca se rasco la cabeza mientras recordaba su discurso, al final el momento fue tan emotivo que Roboute no pudo evitar soltar algo de los sentimientos que había estado reprimiendo desde el momento que despertó. Sentimientos que se habían estado acumulando con cada evento traumante que había vivido en este milenio de mierda.
No importaba, nada importaba, no estaba aquí para eso, debía concentrarse, o toda su preparación no habría valido para nada. Fue entonces cuando lo sintió, una sensación extraña subiéndole por la espalda, la recordaba, la sintió en luna, poco antes de que su enloquecido y poseído hermano Magnus se manifestase en el plano real, claro que en esta ocasión la sensación era muy más débil, y sin esa repulsión instintiva que sentía cada que uno de sus hermanos poseídos decidía presentarse.
Roboute examino los alrededores, todos los astropatas estaban incapacitados, todos excepto el que se estaba levantando.
-Magnus, que… -Guilliman se quedó sin palabras, la verdad no sabía cómo clasificar este reencuentro, en especial considerando todas las circunstancias que estaban ocurriendo. –Extraño placer, el volver a verte.
El astropata se levantó, obviamente el pobre diablo no estaba consciente de que su cuerpo, ya no le pertenecía.
-Guilliman, ¿Qué estas planeando?
-Quien sabe. –Roboute se encogió de hombros, un gesto que la armadura que estaba vistiendo no podía imitar. Por lo que no tenía sentido.
- ¿Te has vuelto loco? ¡Estas invadiendo el palacio de nuestro padre! Maldito traidor, debería haberte matado cuando tuve oportunidad.
Guilliman no respondió a esa acusación. En especial por lo ridículo que sonaba, en una línea de tiempo diferente, las cosas habían ocurrido de tal forma, que las declaraciones de ese mismo hermano en este momento no eran más que un chiste en sus oídos.
-Todos enloquecemos tarde o temprano hermano. Tú, yo, nuestro padre, la locura es constante, simplemente cuanto tardamos en caer es lo que cambia.
Eso era dolorosamente verdad, Roboute lo sabía, el recuerdo de los millones de rostros y voces con los que su padre le hablo en su línea de tiempo aun lo perseguían.
-Y que es lo que planeas invadiendo Terra en este momento, ¿Terminaras lo que Dorm no pudo?
Guilliman se rio, era obvio que su hermano estaba tratando de distraerlo, de llamar su atención, y comenzar una conversación que consumiría su tiempo. No importaba, todas las fuerzas que defendían el palacio imperial estaban ocupadas con algo fuera del palacio.
-Camina conmigo hermano, concédeme el honor de tu compañía una vez más hermano.
Guilliman se sorprendió a si mismo con esta petición, era extraño encontrarse con uno de sus iguales que no hubiese caído al caos. Era, un momento casi único, y no estaría mal aprovecharse un poco.
Magnus asintió, y se movió, al principio un poco torpemente, estaba claro que no se acostumbraba al cuerpo del astropata.
Magnus comenzó a caminar alado de su hermano, más que nada para esperar el momento adecuado para lanzar el golpe más fuerte que pudiese. Eso sería complicado el cuerpo del astropata no era ni remotamente adecuado para un ataque sorpresa, no solo eso, si Magnus usaba demasiado poder seguramente este cuerpo se quemaría de adentro hacia afuera antes de que lograse acumular suficiente poder como para rayar la armadura de su hermano.
- ¿Cómo fue que lograste que tus simpatizantes se infiltrasen en las naves de mis hijos?
-No lo hice, los agentes que sabotearon todas las naves del sistema solar son agentes durmientes de la legión Alpha, yo simplemente los reprogramé un poco.
Pese a que Magnus no emitió sonido, Roboute sabía que su hermano debería estar maldiciendo a Alpharius en ese momento.
- ¿Cómo te hiciste con sus códigos, yo nunca lo he logrado?
-Tiempo, y paciencia. Cualquier hombre puede lograr lo que se proponga si cuenta con esas dos cosas.
- ¡Estas evitando la pregunta!
-Que la respuesta no sea de tu agrado no es mi culpa.
- ¿Cómo lograste colar todas estas fuerzas en Terra?
-Alpharius siempre ha mantenido una puerta oculta en la retaguardia, con un sistema independiente, no subordinado a ningún ente de control, a él parece gustarle poder entrar y salir cuando quiera, pero parece ser incapaz de comprender lo peligroso que es mantener una brecha en la seguridad solo para sentirse como un fantasma.
Roboute se rio, su hermano, era tan impaciente como recordaba, incluso se podría decir que este Magnus le era más familiar que aquella cosa a la que se enfrentó en la superficie lunar.
Guilliman ingreso a una amplia habitación, una habitación donde 2000 custodes, los cuales estaban perfectamente alineados, con sus armas listas, pero ninguno se movió cuando el primarca entro.
- ¿Que les has hecho a los guardianes de nuestro padre?
- Nada, están atrapados en un campo de Stasis. El generador fue instalado en un piso inferior.
- ¿Y de dónde sacaste…? Eso es otro de los secretos de Alpharius ¿Verdad?
-Sí, el palacio imperial está lleno de sus secretos, si se me permite un comentario Alpharius no me parece tan leal como quieres creer.
Magnus nuevamente se quedó en silencio.
Roboute se quedó allí, parado, si había calculado bien el curso de acción que tomaría su hermano Magnus para tratar de liberar el palacio, su hermano debería estar llegando a Luna, seguramente la mayoría de sus naves fueron abandonadas a su suerte, por lo que solo constaba con unas pocas naves pobremente reparadas a las prisas, y un puñado de marines espaciales, una fuerza insignificante, en especial si quieren lanzarse a recuperar el palacio imperial, el cual está actualmente custodiado por más de 10 000 marines espaciales bajo sus órdenes.
Lo cual significaba que, aunque Magnus este muy enfadado con Alpharius y sus secretos, se vería obligado a usar a las fuerzas que la legión Alpha mantenía en estasis en una instalación escondida en luna.
Una de las ventajas de vivir en su línea de tiempo era que el tiempo le daba un conocimiento sobre las posibles jugadas ocultas que la legión Alpha podría usar en su contra.
El incidente de los durmientes, fue una tragedia ampliamente documentada en el imperio.
En el milenio 37 el inquisidor Zerus perteneciente al ordo Xenos, encontraría más de 50 000 marines espaciales de la legión Alpha durmiendo en una instalación no registrada de la luna. El inquisidor trato de eliminar a los durmientes al desactivar sus sistemas de soporte vital mientras seguían durmiendo, pero termino despertando a todos los marines traidores, lo cual lo obligo a huir a las profundidades de la instalación, en sus momentos finales, sabiendo que Santa Terra no estaba lista para enfrentar una fuerza como esa, exploto una bomba vírica, la cual encontró en una de las bodegas de la instalación. El virus devorador de vida fue liberado atreves de los ductos de ventilación matando a cada marine especial de la instalación, junto al inquisidor y sus acompañantes. Sus palabras finales fueron enmarcadas y aun son un dicho popular entre el ordo xenos.
- "Ni en las puertas de la muerte, me rendiré" –Pronuncio Guilliman mientras terminaba de recordar los informes que había leído sobre el incidente.
Roboute Guilliman espero, y espero hasta que una señal en su muñeca le informaba que el sello de seguridad había sido roto.
Pobre iluso, su hermano se había metido solito en la boca del lobo.
Con gran paciencia, se acercó al Astropata quien seguía inconsciente, lo agito levemente.
-Vamos, llámalo, llama a mi hermano, sé que la conexión aún no se rompe, seguramente Magnus aun te necesita para rastrearme, en lo que él cree será una invasión relámpago.
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Vaya entonces en este cuento yo soy el villano, ja ja ja, me parece perfecto, me agrada que yo sea el malo, total ya todos creen que soy el malo. No te preocupes, sígueles sonriendo a todo el mundo, mientras les dices que eres su ángel de la guarda.
Alpharius había logrado comunicarse con su hermano Magnus, ya que sus naves estaban incapacitadas, reunió a todos los marines con algún potencial Psíquico y creo una pobre imitación del coro astropatico.
La conexión no era estable, y la distancia a la que se encontraban no jugaba a su favor, pero fue suficiente como para llamar la atención del Psiquico más poderoso del imperio.
Lo que averiguo lo dejo sin palabras. Guilliman había logrado introducir a más de 10 000 marines traidores al palacio, y no solo eso, reemplazo a las fuerzas leales con sus hijos traidores. El palacio estaba nuevamente en manos de los traidores.
Los custodes no podían hacer nada, ya que la mayoría de sus fuerzas se encontraban cazando al culto genestealer que había echado raíces en las profundidades de Terra, muy posiblemente estos valiosos guerreros aún no se habían enterado del problema que ocurría en la superficie, e incluso si ya lo habían hecho pasarían semanas para que estos pudiesen emerger nuevamente a la superficie.
La mayoría de las hermanas del silencio habían sido enviadas a Venus, donde una puerta estable al inmaterium había aparecido, de la nada, asi que tampoco se podía contar con ellas.
La mayoría de los asesinos de los diversos templos habían sido enviados a cientos de misiones en todo el imperio. Por lo que los templos del asesinorum estaban vacíos.
Marte estaba incapacitado, un muy virulento código chatarra había sido liberado en la noosfera, por lo que tampoco se podrían mover a corto plazo.
Esto era una locura. Un caos tan ridículamente grande, que solo la mente de un lunático podría haber logrado organizar.
-Roboute Guilliman. –Alpharius maldijo el nombre de su hermano. Pero eso no cambiaría la situación, él estaba atrapado a media galaxia de distancia, lejos de Terra, y por sobre todo, esto era su culpa, el debería haber matado a Roboute hace milenios, en lugar de eso dejo que sus emociones tomasen el control de sus acciones, lo cual termino provocando esta situación tan descabellada.
-No, la situación aún no está perdida, mientras el astronomicon aun brille, hay esperanza.
Alpharius ordeno a los psíquicos de su legión que volviesen a conectarlo con su hermano. La situación aún tenía solución, aun le quedaban cartas que jugar a la legión Alpha.
-Hermano ¿Me puedes escuchar?
-Sí, te escucho hermano.
- ¿Cuál es tu situación actual?
-Regreso a Terra en una nave que se cae a pedazos, mis hijos lograron repararla lo mejor que podían, pero dudo que sirva de algo contra las defensas orbitales. Estoy atrapado en órbita, no, no solo es eso, incluso si pudiese descender al palacio, no tengo los números para inclinar la balanza en una batalla terrestre.
-Ya veo, ¿puedes llegar a Luna?
-Sí, ¿pero en que nos ayuda eso?
-Poco después de la rebelión de Dorm, me di cuenta que siempre necesitaríamos que una fuerza estuviese presente para defender el palacio imperial, por lo que puse en animación suspendida a todos los miembros de mi legión que sobrevivieron a la guerra de Ultramar. Te envió las coordenadas encriptadas. #$%# $##$ "#%"#$
- ¿Escondiste una Legion en Luna?
-No, solo son unos 40 000 mil, pero todos y cada uno de ellos es un veterano de las guerras en Ultramar. Están más que capacitados en las tácticas que usan los hijos de Guilliman, y como contrarrestarlas.
- ¿40 000? Como rayos pudiste mantener a tu legión sin esos marines espaciales.
-No fue fácil, pero la legión Alpha siempre ha sido más eficiente trabajando desde la sombra.
-Vale, supongo que con esos podría igualar el campo de juego, pero sigo sin poder descender al palacio sin que los cañones antiaéreos me partan en dos.
-Concentrare en despertar a mis hijos, ya buscare una manera de ayudarte con las defensas antiaéreas. ¿Sabes dónde está Guilliman?
-Sí, más o menos, estoy usando mis poderes para controlar a uno de los astropatas, en estos momentos. Guilliman y yo estamos conversando.
Alpharius se asombró ante esa declaración. Esta era posiblemente la distracción que el necesitaba para hacer su jugada.
-Bien, mantenlo distraído, yo me encargare de desactivar las defensas antiaéreas.
La conexión que sus hijos mantenían con el ciclope se cortó, era hora de llamar a alguien más.
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¿Por qué yo debería disculparme? ¿Por el mostró en el que me he convertido? No bromes hermano, nadie, nadie se ha disculpado conmigo por haberme hecho ser así. ¿O si Hermano?
Magnus estaba enfadado, muy, pero muy enfadado, los malditos secretos que Alpharius se esforzaba tanto en mantener habían sido la causa de esta invasión. Por fortuna había logrado mantener esos pensamientos alejados mientras hablaba con su hermano a través de una inestable conexión que los bibliotecarios de la legión Alpha habían logrado.
No podía comenzar una pelea con su hermano, no este momento. No hasta haber liberado el palacio imperial. No hasta haber matado a Roboute Guilliman, con sus propias manos.
Por fortuna logro llegar a Luna sin problemas, debajo de él se encontraba la instalación donde los hijos de Alpharius dormían, con suerte serían suficientes como para detener la locura de Guilliman.
Ya que no tiempo que perder, se aventuró a usar un teletransporte a la superficie. Normalmente era una locura transportarse a un lugar desconocido, pero la ocasión era tan apremiante que tomaría el riesgo. Junto a veinte de sus hijos, tomaría el riesgo.
La energía del teletransporte lo envolvió durante unos segundos que se le hicieron eternos al primarca, pero cuando la energía se disipo, estaba en la instalación, no todos sus hijos llegaron al salvo, ya que varios de estos terminaron enterados entre las paredes de rococemento.
Una perdida lamentable, una que no tenía tiempo de llorar. Con impaciencia se adentró en la instalación, una instalación sorprendentemente amplia para ser una instalación secreta, ¿Cuántos secretos más guardaba su hermano?
Tras un recorrido de más o menos 15 minutos, Magnus logro llegar a las cámaras de Stasis, miles de legionarios totalmente armados dormían pacíficamente en cámaras construidas a la medida, el nombre de cada legionario estaba gravado sobre la cámara, un recordatorio de su identidad, y de quien fue antes de ser sellado con la esperanza de despertar en la hora más oscura del imperio. Hora que aparentemente había llagado, por un descuido de su primarca.
- ¿Mi señor como despertamos a los miembros de la legion Alpha?
Magnus trago saliva, era más que obvio que se necesitaría un código, un código que de momento el carecía.
-Dadme un momento. Me comunicare con mi hermano. Magnus nuevamente se sumergió en la contaminada disformidad, buscando la conexión que le había permitido comunicarse con su hermano Apharius, tras una breve búsqueda la tenía a la mano, pero algo llamo su atención.
Guilliman parecía estar tratando de despertar al astropata que él había usado para comunicarse. ¿Por qué? Normalmente lo habría ignorado, pero necesitaba saber dónde estaba su hermano traidor en este momento, más que nada para saber dónde debía concentrar sus esfuerzos.
Cerro sus ojos, y al abrirlo estaba dentro del astropata una vez más.
-Me sorprende que no abandonases a este cuerpo a su suerte, ¿Acaso mi conversación movió algo dentro de tu alma, traidor?
-No precisamente, solo que cuando te fuiste, se me olvido decirte algo. Veras es una historia vieja, pero de seguro te servirá, en los tiempos de la herejía de nuestro hermano, los miembros de la legión Alpha fueron psicoadoctrinados para que respondiesen a unas palabras.
-Deja de jugar, no importa lo que me digas, mi confianza en mi hermano no flaqueara en esta oscura hora.
-Como quieras, solo te estoy advirtiendo que los legionarios de la XX legión están programados para funcionar en base a la primera palabra que escuchen tras un largo periodo de invernacion.
Los ojos de Magnus se abrieron, mas entendía a donde se dirigía la conversación y no le gustaba para nada.
-Por ejemplo, si un legionario de la XX legión escuchase la palabra abraxius, seria indiscutiblemente leal a la primera persona que pronunciase dicha palabra. Por el contrario ¿Para qué crees sirve la palabra Generalfount?
Un oscuro sentimiento se apodero del primarca mientras se daba cuenta de la situación en la que se encontraba.
- ¿Qué has hecho Roboute?
-Estoy harto de que de las tácticas que emplea Alpharius, no tiene honor, pero se cree la gran cosa, así que decidí vencerlo en su propio juego. Si nuestro hermano quiere una guerra de sombras y engaños, le voy a vencer en su propio juego.
Magnus regreso a tiempo a su cuerpo para ver como el primer legionario de la XX legión en despertar, le desgarraba los ojos a uno de sus hijos, todos correr, es una trampa.
Magnus y sus hijos salieron de la cámara disparando a todo aquel que se moviese. Ahora que debía hacer, sin estos legionarios, el simplemente no tenía los hombres para liberar el palacio de su padre, pero estos hijos de Alpharius estaban programados para matar a todo aquel que no perteneciese a su legión.
Magnus maldijo nuevamente a Alpharius y sus interminables secretos. Debía encontrar una forma de controlar a este ejército, pero hasta que lograse eso, debía esconderse. Corrió por los pasillos hasta que encontró una puerta la cual le llamo la atención, ya que en ella el signo de la XIII legión estaba pintado.
-Maldita sea, Guilliman sabía que esto pasaría. Esto es parte de su trampa.
Magnus maldijo, pero no perdió el tiempo, e ingreso a la puerta que su hermano traidor había señalado, allí dentro encontró una bomba vírica armada y lista.
Esto era extraño, porque su hermano no había activado la bomba, podría hacerlo matado en cualquier momento, y él no se hubiese dado cuenta.
¿Qué estaba planeando ese loco? ¡Debía averiguarlo!
Tras cerrar la puerta, y trabarla para que no se abriese, volvió a usar su conexión y despertar frente a Roboute, quien estaba sentado en el piso, esperando que él regresase.
-Podrías haberme matado en el momento que puse un pie en este lugar ¿Por qué no lo hiciste?
Roboute sonrió con burla.
-Por la misma razón por la que tu permitiste que me encerrasen por 10 000 años.
- ¡Yo no tuve nada que ver en tu castigo!
-Tampoco hiciste nada para impedirlo. Te contentaste escuchando las mentiras que Alpharius dijo sobre mí, y nunca te preguntaste si había algo más.
- ¡No escuchare las escusas de un traidor!
-Bueno, en todo caso déjame arrojar un poco de luz sobre tu situación. 30 000 marines de la legión Alpha, totalmente armados, tienen la orden de destruir todo, eso incluye, pero no se limita a la Santa Terra. No podrás desactivarlos, una vez son activados solo su primarca puede reescribir la orden que recibieron. Si lograste llegar a la bodega que señale, ya te habrás encontrado con la bomba vírica, la cual fue adaptada para liberar su mortal carga a los ductos de ventilación. En ti esta usarla y eliminar a esa legión de descerebrados que amenaza con destruir todo a su paso.
- ¡Si activo la bomba, seré consumido por el virus devorador de vida!
-Sí, eso es posible, considéralo tu castigo por ser incapaz de pensar por tu cuenta.
-Tú fuiste el que traiciono al imperio, mataste a los enviados que el admistratum envió para negociar sobre tus faltas, fue tu ambición la que te condeno. Por tu culpa millones de vidas se perdieron, tu apoyaste a Dorm en los primeros pasos de su traición.
A Magnus le hubiese gustado controlar su tono, pero la verdad era que la situación lo había superado tanto, que sus emociones se le estaban escapando.
-Es curioso, pero sabias que los nombres de esos enviados que el administratum supuestamente envió a negociar mis faltas, forman parte de un archivo clasificado de limpieza de la legión Alpha.
-No sabes lo que dices.
Roboute saco una tabla de datos, la cual le entrego.
-Alpharius tiene muchos secretos.
Magnus sostuvo la placa de datos, con los dedos del astropata pero no se atrevió a leerla, esto era una locura. ¡Una locura!
-Bueno, ya sin nada más que decir me despido, tengo que hablar con nuestro creador.
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Feliz navidad a todos los que lean mis historias.
Espero que este capítulo sea de su agrado, y no se olviden de comentar sus opiniones, sugerencias, o correcciones, siempre estoy buscando mejorar.
