Regalo del Santa Secreto de Senku & Kohaku 2023
Para: Vanna Sandoval.
De: GabyMaría.
Nota del regalo: Estoy muy feliz al saber que a la persona que me ha tocado entregarle el regalo es a mi preciosa Vanna, así que decidí hacer algo súper especial que la haga morir de amor y ternura… ¡espero que me quede bien la personalidad de tu niña amada en este fanfic! ¡Y que lo disfrutes!
Nota para los lectores frecuentes: Quedarán bien confundidos, pero esto se enlaza con los dos fanfics de "Multiverse of Madness", además de que se enlaza con los AU de Hinamoriland, así que espero que de aquí salgan muchas teorías conspirativas.
Título del fanfic: Una Navidad lejos de casa.
Ella nunca habría esperado pasar una navidad lejos de sus padres.
Pese a que vivían en constante guerra, más allá de las implicaciones que tenía correr constantemente para procurar su bienestar como familia y por mucho que las navidades fuesen "diferentes" en su casa, Hikari nunca había tenido que pasar una navidad lejos de sus padres. Senku y Kohaku hacían hasta lo imposible por protegerlas, a sus cuatro hijas, las cuales eran la adoración para ellos, incluso aunque Lilith les diera muchísimas molestias por el poco control que tenía sobre su magia.
Hikari sonrió nostálgica mientras miraba una bola de energía que había hecho para intentar ver a sus padres a través del megaverso y del multiverso, pero nada, no podía encontrarlos, ni a ellos, ni a sus hermanas. Era demasiado amplio el territorio que tenía que explorar y todos los días revisaba aproximadamente tres universos con su magia, cada rincón, cada lugar, buscando a sus padres y hermanas.
Se levantó, de la cama y marcó un día más: 283 días habían transcurrido desde que estaba en ese universo y desde el extraño encuentro con ese Senku Todopoderoso que la había separado de sus hermanas y que probablemente las había dejado a todas dispersas por el megaverso.
Sería una locura si Hikari salía y se lanzaba a buscar con sus escasas habilidades, ella no había desarrollado del todo sus poderes por estar concentrada en las ciencias y, para hacer las cosas más complicadas, jamás había conocido alguien con quien estuviera dispuesta a hacer "un pacto". Sabía que, si lo hacía, tendría que ser para siempre y sabía que, si tomaba un pacto sólo "por tomarlo", su alma probablemente se corrompería y el poder obtenido no sería suficiente.
"Que complicadas las reglas mágicas de mi mundo" —pensó, agobiada, mientras terminaba se levantarse y caminaba hacia el baño de su habitación. Era igual de amplia que la que tenía en su universo, pero con la diferencia de que el Senku y Kohaku con los que vivía no tenían las mismas memorias que sus padres, lo que la había llevado a dilucidar que, en efecto, no lo eran, sólo correspondían a versiones alternas de estos.
Sería mejor que no pensara tanto y se alistara, porque había prometido a su "hermana" ayudar con los preparativos de la decoración del salón de fiestas donde se celebraría la fiesta navideña.
…
Caminaba de un lado a otro supervisando que todo estuviera en orden, mientras en sus manos llevaba una Tablet que le permitía llevar el control de absolutamente todo los preparativos, nada se saldría de sus manos, todo estaba estratégicamente diseñado por la estratega definitiva. Las habilidades de planificación de su padre, la agilidad de pensamiento y la memoria de su madre, eran una combinación perfecta para hacer que Ishigami Shinku pudiera ir más allá del pensamiento de cualquier ser humano… o bueno, casi cualquiera.
—Hola, Shinku-chan~ —saludó de repente una voz en su oído, él tenía esa mala costumbre de aparecer sorpresivamente tras ella y sobresaltarla, tan impredecible, tan sigiloso y sutil. Tanto que había hecho que ella se desestabilizara por un momento, yéndose torpemente hacia atrás y siento atrapada por los brazos del chico rodeándola por la cintura y acercándola hacia él.
Sus miradas quedaron fijas y la respiración de ambos parecía detenerse, mientras los latidos de ella se aceleraban.
—Se ve que aún te pongo nerviosa, Shinku-chan~.
—Hace mucho que no te veía, mapachélago —saludó ella, sonrojándose, al ver a su amigo, Asagiri Elioth, frente a ella.
—Ya sabes, soy el asistente de mi padre en su programa y me cuesta mucho sacar tiempo para visitar, pero… nunca desaprovecharía una oportunidad para molestar a mi chica favorita~ —canturreó el joven, sonriendo maliciosamente, y con sus ojos grises incapaces de dejar de mirarla—. Te extrañé mucho, Shinku-chan~ —afirmó, esta vez hablándole al oído, justo antes de darle un beso en la mejilla y ayudarla a enderezarse.
El sonrojo en la cara de Shinku alcanzó un nivel que hacía mucho no alcanzaba y ella simplemente miró hacia todas las direcciones posibles, buscando algún salvador, pero notando que, justamente, las personas que la ayudarían no eran buenos "escudos protectores".
Sen y Sia se encontraban en una de las esquinas armando el árbol de navidad, mientras coqueteaban entre ellos, lo que ruborizó más a Shinku. Yasuo y Danika estaban por la parte de afuera, retirando el exceso de nieve para colocar unas luces de navidad y, como si fuese algo "casual" (lo cual Shinku estaba segura de que no era), ninguno de los dos estaba mirando hacia ella. Su prima Rin estaba sobre una escalera acomodando el muérdago, y tampoco parecía estar dispuesta a salvarla.
—Yo también te extrañé, mapachélago —se vio obligada a confesar Shinku, mientras intentaba calmar los latidos de su corazón.
¿Qué rayos le pasaba? No era la primera vez que veía a Elioth, pero todo en ella estaba respondiendo diferente de cómo había sido la última vez que lo había visto, aproximadamente ocho meses atrás. Su corazón latía fuertemente, el calor que sentía en sus mejillas y el deseo de que ese beso hubiera sido en otra parte, estaba haciendo que Shinku se preguntara si había tomado la decisión correcta en aquel momento.
Él parecía estar a punto de decirle algo más, pero en ese momento por la puerta principal entró su nueva "hermana", una chica llamada Hikari que había aparecido ante su familia diciendo que era la hija de Ishigami Senku, pero que provenía de otro universo. Shinku fue hacia la entrada a buscarla, siendo seguida de cerca por Elioth, quien seguramente no se despegaría de ella, especialmente luego de cómo había reaccionado con ese gesto que él había tenido.
"Eres una idiota" —se regañó mentalmente.
—Hika… ¿todo bien? Ya empezamos a organizar. Puedes ir posicionando la mesa de comida, aquí está el plano de dónde debe ir la mesa y la distancia que debe tener con las demás mesas, supongo que nos vendrán bien tus poderes para ayudarnos con esto —mencionó con una sonrisa Shinku y Hikari asintió, mientras la mayor le entregaba los planos.
Hikari tenía sólo 17 años, pero había demostrado ser muy brillante, además de tener unos inexplicables poderes mágicos. No era exactamente igual a Shinku y su hermano, quienes tenían el cabello blanco-verdoso y los ojos rojos, sino que Hikari tenía la peculiaridad de tener el cabello totalmente albino y los ojos azul turquesa, como su madre, lo que hacía que tuviera un estilo mucho más adorable, pero innegablemente era hija de sus padres, ya que las pruebas de ADN lo habían confirmado.
—Esto podría terminarlo en tal vez una hora, aunque está milimétricamente planificado, así que tendría que hacer algunos cálculos para que efectivamente quede en el lugar correcto —expresó la chica sonriente—, mejor dame tres horas, por si las dudas. ¿Necesitarás algo más luego?
Shinku dudó y miró hacia los lados, no podía creer que nadie estuviera ahí para salvarla de tener que confrontar a Elioth, por lo que suspiró profundo y decidió que no tenía de otra que hablar con él.
—Sí, Hika, ¿podrías supervisar a los demás mientras vuelvo, por favor? —preguntó Shinku—. Si no entorpece tu asignación, claro está. En caso contrario, continuaré haciendo esto.
Elioth le dedicó una mirada de súplica a Hikari, a la cual conocía poco, pero lo suficiente como para atreverse a pedírselo y finalmente la albina, sonrojada, accedió.
Hikari les dio espacio y Shinku tomó la mano de Elioth, para arrastrarlo fuera del salón, sin decir una palabra, llevándoselo directo a su habitación y cerrar con seguro.
—Quieres que te dé una respuesta, ¿cierto?
—Si no es mucha molestia, Shinku-chan~ —respondió con voz cantarina y una sonrisa tan falsa que hizo estremecer a la chica.
Sabía que él, en el fondo, debía estar enojado con ella, por algo había mantenido el discurso de estar ocupado todos esos meses. Pero ella había sido la culpable y la que se había ganado que él la ignorara todos esos meses.
—Antes de hablar de eso, necesito que te tranquilices un poco, porque te conozco, ocultas muy mal tu enojo, mapachélago —lo regañó Shinku, intentando no sonar angustiada y a punto de llorar.
—Los mapachélagos no existen, Shinku-chan~, y deja de evadir el tema~.
Shinku suspiró y se acercó a Elioth lentamente, evitando mirarlo a los ojos, para luego abrazarlo y empezar a llorar. Estaba actuando demasiado patética al llorar de esa forma, pero no iba a poder concentrarse.
—Por favor… no quiero que me mires con enojo —habló lentamente, mientras sollozaba.
Los brazos de él la rodearon de inmediato y sintió cómo su cuerpo se ablandaba mientras ella lo estrechaba más fuerte y dejaba de llorar.
—Yo…
—Por favor, Shinku-chan, sufro mucho por esta situación, tienes que decidir entre el oxigenado y yo —habló él con más sutileza, y con una voz totalmente seria, haciendo que Shinku se estremeciera.
Aunque ella no quisiera, era el momento de sincerar sus sentimientos, sin importar las consecuencias que eso tuviera.
—Te quiero, mapachélago, y me ha dolido muchísimo tu indiferencia desde que te dije que necesitaba tiempo para pensar las cosas, porque sabes cómo soy y no puedo vivir mi vida sin un plan. La verdad es que no tengo que decidir nada, porque ya yo rechacé a X hace varios meses, por lo que es bastante obvio con quién quiero estar —contó ella, ruborizándose tanto que no era capaz de alzar su mirada para ver a Elioth.
Él no dijo nada, simplemente la abrazó con más fuerza y se quedaron así por un momento. No había necesidad de más palabras, esa era suficiente confesión para Elioth, ya que era evidente quién era el elegido, pero él la conocía bien, y tampoco la presionaría para nada más hasta que ella tuviera un plan estratégico diseñado sobre cómo querría una relación.
—Estaré aquí esperando pacientemente, Shinku-chan. No sabes lo feliz que soy en este momento —dijo Elioth sinceramente y ella dejó salir unas lágrimas de felicidad. Sabía que nadie más la entendería tanto como ese mapachélago.
…
Hikari se había quedado sola con los preparativos de la navidad, y Shinku estaba tardando un poco. Lo peor era que coordinar no se le daba del todo bien, pues, aunque tenía las anotaciones explícitas de Shinku, los demás no le hacían caso de la misma forma y sintió odio hacia sí misma cuando Sia de repente dijo que tenía hambre y Senhaku, sin siquiera preguntarle a Hikari, cargó a la rubia y salió del salón de fiesta. En lugar de obtener alguna respuesta razonable de Rin en ese momento, la joven aventurera corrió tras su primo para ir a comer también, y, afuera, Danika parecía haber sacado un gato de nadie sabía dónde y había dejado a Yasuo con todo el trabajo de colocar las luces externas.
Todo esto la hizo suspirar. Sabía que con Shinku jamás habría pasado algo así, incluso aunque pareciera una persona pacífica.
—Veo que tienes problemas —afirmó una voz conocida apareciendo tras ella y haciéndola sonrojarse de inmediato, como si ella definitivamente no pudiera controlarse cuando lo veía.
—H-ho-hola, Xtan-senpai —saludó Hikari, volviéndose hacia él—. Shinku me dejó un poco atareada —expresó sonriente, mientras miraba rápidamente de arriba hacia abajo al que todos llamaban "el soldado perfecto", y nuevamente se sonrojaba.
—¿Y a dónde fue? —preguntó Xtanley, recorriendo con la mirada el salón de fiesta completamente desordenado y vacío, mientras sacaba una chupeta y se la metía en la boca.
Hikari sonrió con el gesto casi infantil del joven, del cual ya estaba costumbrada, pero no dejaba de parecerle bastante tierno.
—Pues… fue a hablar con Elioth —expresó ella.
—Ya veo.
Xtanley parecía malhumorado y en ese momento caminó hacia una de las mesas para sentarse sobre ella.
—Igualmente, mis padres me pidieron venir a ayudar a los Ishigami con los preparativos de la fiesta de navidad. Así que… lo que usted me diga, joven Ishigami, seguiré sus órdenes fielmente —informó él, con una semisonrisa que hizo reír a Hikari.
Por un momento, pensó que Xtanley seguía interesado en Shinku, pese a que ella lo había rechazado meses atrás. Pero, contrario a ello, estaba divirtiéndose tranquilamente con Hikari, con quien parecía haber establecido un vínculo interesante desde el cumpleaños de él y su "hermana de vientre", el 29 de agosto.
—¿Lorelei también vendrá? —indagó Hikari, para sacarle más conversación, mientras se acercaba hacia él y colocaba las carpetas que Shinku le había dado sobre la mesa.
—Supongo, aunque creo que primero irá a buscar a Dyon Wright para que ayude también, es muy debilucha mi "hermana de vientre" —contó él, sin darle mucha importancia, encogiéndose de hombros.
—Espero que sí venga, ella es muy agradable —expresó Hikari, sin dejar de mirar a Xtan, mientras él también la miraba fijamente.
—A veces creo que mi atracción por Shinku era por lo casi imposible que resultaba para mí, a pesar de que era obvio que era que la rata tramposa siempre tuvo ventaja sobre mí —dijo Xtan de repente, mientras sacaba la chupeta de su boca y sonreía con pesadez—. Siempre su actitud hacia él fue diferente, creía en cualquiera de sus mentiras, caía en sus trampas constantemente. Y yo, yo simplemente jugué limpio en todo momento —aseguró él y Hikari no pudo evitar sentir pena por él.
Y, aunque ella era un cerebrito como la mayoría en su familia, tenía una parte emocional más desarrollada de lo que podrían esperarse, quizás por ser lo contrario a su hermana mayor, Lilith, quien era una especie de demonio encarnado. De forma que, al escuchar las palabras del joven soldado, un chico que raras veces se notaba tan vulnerable, Hikari no pudo evitar dejar de hacer lo que hacía y mirarlo fijamente mientras tomaba la mano libre de él entre las suyas.
—Yo… nunca me he enamorado, Xtan-senpai, pero pienso que es probable que lo que hayas llegado a sentir por mi hermana interuniversal sea nada más un reflejo de tu admiración hacia ella, y me lo has demostrado con tu notorio desinterés estos meses. Podría ser que simplemente necesitas alguien a quien seguir, pero tú no eres Stanley Snyder y ella no es el Dr. Xeno —explicó con tranquilidad, sin dejar de sostener la mano de él, quien sonrió de forma casi imperceptible antes de volver a meter la chupeta en su boca y mirar hacia arriba.
—¿Admiración, dices? Es posible, porque creo que no he sufrido tanto, sino no tendría tantas ganas de hacer lo que pienso hacer.
—¿De qué hablas?
—Mira hacia arriba.
Hikari alzó la mirada, sin terminar de entender.
—No sé si en tu universo sea igual, pero aquí cuando las personas están debajo de un muérdago, suelen decir que deberían besarse —comentó él con diversión y antes de que Hikari pudiera darse cuenta, con ágiles movimientos que sólo él podía hacer, bajó de la mesa, se paró frente a ella y se sacó la chupeta de la boca, para luego tomarla por la cintura.
—Espera, no puedes hacer…
A la hechicera no le dio tiempo siquiera de terminar de explicarle lo del pacto, porque él en ese momento la besó, sutilmente, empezando con tal suavidad que ella sintió que sus piernas flaqueaban, pero de repente haciéndose un poco más intenso y haciéndola suspirar, hasta que un dolor insoportable se apoderó de ambos y los hizo retroceder. Hikari se apretó fuertemente entre la región epigástrica y sus pechos, las dos marcas estaban posicionadas convenientemente bajo su ropa, por suerte. Pero las de Xtan fueron visibles, en su región cervical, formando un zigzag que recorría desde la inserción mastoidea del esternocleidomastoideo hasta su inserción clavicular.
—¡Oh, por Dios! ¡Acabas de hacer un pacto conmigo! —exclamó horrorizada y totalmente ruborizada, sin saber qué decir, pero con su corazón latiendo más rápido que nunca.
No quería decir nada más, sólo quería huir, pero lamentablemente Hikari tendría que explicarle a Xtanley que tras ese evento estarían marcados como pareja y eso significaba que el rubio podría desarrollar el mismo poder mágico que ella tenía.
…
¡Y eso es todo! ¡Este es mi regalo del Santa Secreto para mi amiga preciosa! Y sí, Vanna… ¡nuestra ship de OCs es canon! Amo mucho a tu Hikari bebé y me encanta su relación con Xtanley.
Y no, para los que no conocen a mi Xtan, no es que él la está viendo como un plato de segunda mesa, ellos tienen algún tiempo conociéndose y evidentemente Shinku bebé ya tiene varios meses de haber rechazado a X. Así que: ¡No es lo que parece! Mi Xtan sólo usó la excusa de hablar de Shinku para sacarle conversación a Hika.
En fin… como bien saben, los personajes de Dr. Stone no me pertenecen, e igual ni salieron en esta monda, sólo alusión a Senku y Kohaku como padres de las nenas y alusión a Stanley y Xeno como padres de mi Xtan. Los chicuelos de esta historia son de mi propiedad, excepto Hikari y sus hermanas (a las hermanas sólo las mencioné), que son pertenencia de Hinamoriland.
¡Espero que les haya gustado la historia y me puedan dejar comentarios, que me motivan a seguir escribiendo! ¡Los amo muchísimo!
