Capítulo XXXVI: 22 de Febrero, 2004
Eran casi las 19:00 p.m para cuando Justin y Frankie salieron del trabajo y volvieron a casa a buscar la ropa adecuada para la fiesta, no sabían mucho de lo que pasaría allí ni de lo que les esperaba, sólo sabían que era una sorpresa y que en parte era una celebración organizada por el personal de la serie y la cadena FOX al haber batido el récord de filmar cien episodios en tan sólo cinco temporadas.
Para no demorar tanto en arreglarse, Frankie invitó a Justin a su casa luego de haber llevado a su novio a buscar lo que necesitaba. Ahora ambos chicos estaban en casa de Frankie, más concretamente en la habitación del mencionado arreglándose para la fiesta, no debían ir con algo demasiado formal, tampoco demasiado informal pero sí más o menos "decente" como para aparecer en las fotos.
Justin se había traído una camiseta gris, unos jeans holgados, unos tenis deportivos y una camisa blanca con cuadros naranja claro que combinaba bien con la camiseta.
Frankie en cambio estaba indeciso, no sabía que ponerse para la fiesta hasta que su novio lo ayudó y encontró algo para que se vistiera y estuviese cómodo con lo que llevara puesto.
Ya se había colocado la camiseta amarilla, y se estaba ajustando una camisa blanca con rayas grisáceas cuando de pronto sintió un par de brazos rodear su cintura y un peso extra apoyado en su hombro. Alzó un poco la vista al darse cuenta de que sólo era su novio, quien se había acercado a él sin que se diera cuenta para poder abrazarlo y arrimarse a él.
-¿Justin? ¿q-qué sucede, cariño?-preguntó Frankie incapaz de entender la repentina acción por parte de su novio.
-¿Yo? no me pasa nada-contestó Justin separando la cabeza del hombro del chico al que estaba abrazando para observarlo con una sonrisa en la cara-¿tengo que tener alguna razón para querer abrazar al chico que amo?-
-Eh... no, desde luego que no-dijo el mayor un poco dubitativo mientras colocaba sus manos sobre las de su novio en un intento por apartarlo pero Justin obviamente reafirmó más su agarre-es que tú no eres así, normalmente soy yo el que tiene que dar el primer paso-
-Bueno, pero eso puede cambiar ¿no lo crees?-preguntó Justin para luego inclinarse más cerca y depositar un pequeño beso en el lóbulo de su oreja, eso hizo que el rostro de Frankie se calentara y su corazón comenzara a latir como loco dentro de su caja torácica-por cierto, siento que por alguna razón luces diferente esta noche-
-¿En serio?-pronunció Frankie en cuanto logró salir de su ensoñación y le fue posible calmar un poco sus emociones las cuales estaban fuera de control-¿no crees que esto es demasiado casual?-
-Para nada, amor. De hecho, creo que estás más hermoso... no es que no lo estés, siempre lo estás, pero hoy mucho más-le dijo Justin-de hecho, eso me dio una idea...-
-¿C-cuál es?
Justin no habló, en vez de eso le dio la vuelta a su novio para que quedara frente a él, lo miró de pies a cabeza con una expresión lasciva que generó una sensación de incomodidad en Frankie.
-Estaba pensando en esto mientras nos vestíamos-dijo Justin mientras se apartaba ligeramente para mirar a su novio a los ojos-¿y si mejor no vamos a la fiesta?-bajó la cabeza para depositar un suave beso en su cuello, provocándole escalofríos-¿y si mejor nos quedamos aquí toda la noche?-
Antes de que Frankie pudiera responder, sintió que Justin lo conducía directamente a su cama y lo recostaba sobre ella, luego se posicionó encima de él, acorralándolo contra el colchón para poder darle un beso feroz y cruel, que casi lo dejó sin aliento, mientras estrechaba su cuerpo en un abrazo.
-J-Jus...-Frankie no pudo terminar la frase ya que algunos gemidos se escaparon de su garganta al sentir como su novio comenzaba a dejar un camino de besos por todo su cuello, haciendo que se estremeciera aún más, inconscientemente, el mayor de ambos llevó sus manos a la cabeza de Justin, aferrando sus dedos en su cabello en puntas mientras cerraba lentamente los ojos, dejándose llevar por la sensación.
Justin dejó de besar el cuello de su novio por un momento para sonreír con cierta picardía, al parecer Frankie se estaba rindiendo lentamente y no pasaría mucho tiempo para que finalmente cayera completamente rendido a su propuesta, así que comenzó a sentarse a horcajadas sobre él en la cama, sus manos se deslizaron inmediatamente por toda la fascinante extensión de la espalda del mayor, las yemas de sus dedos recorrieron cada vértebra hueso, piel y músculo que tenía para ofrecer.
Debajo de él, Frankie se estremeció y giró la cabeza para mirar a otro punto de la habitación, estaba prácticamente jadeando y su cabello se estaba volviendo un desastre. La lujuria invadía el cuerpo de Justin, no había otra cosa que deseara más que desvestir a Frankie, rasgándole la ropa y una vez desnudo, poder follárselo todas las veces que quisiera pero por desgracia, no tenían mucho tiempo para hacerlo, así que se conformaría con besarlo y tocarlo por debajo de la ropa.
Como si hubiera leído sus pensamientos, pudo sentir las manos de Frankie subir hasta sus hombros, sus dedos se aferraron al cuello de su camisa y lo atrajo hacia sí hasta que sus narices rozaron la una con la otra, Justin volvió a mover las caderas contra él, presionando su cuerpo contra el de Frankie e inclinó la cabeza hacia abajo buscando otro beso. Frankie lo complació e, inclinándose hacia arriba, juntó sus labios. Ambos actores respiraban agitadamente por la nariz mientras se besaban, Frankie lo acercó aún más, haciendo que sus semi-erecciones se rozaran por la tela de sus pantalones.
En ese momento, Justin gimió y abrió la boca en un intento de normalizar su respiración pero Frankie se lo negó apretándolo con fuerza y besándose con rudeza, Justin lamió a lo largo de los labios de su novio buscando entrar pero en su lugar, Frankie coló su lengua en su boca y disfrutó del calor embriagador que desprendía aquella húmeda cavidad. A pesar de dejarse llevar por semejante beso, Justin pudo sentir el brillante escozor de las hormonas recorriendo su cuerpo y el de Frankie, la pasión con la que se besaban, era demasiado para él, le resultaba (en cierto punto) intoxicante.
Como si hubiera leído sus pensamientos, pudo sentir las manos de Frankie subir hasta sus hombros, sus dedos se aferraron al cuello de su camisa y lo atrajo hacia sí hasta que sus narices rozaron la una con la otra, Justin volvió a mover las caderas contra él, presionando su cuerpo contra el de Frankie e inclinó la cabeza hacia abajo buscando otro beso. Frankie lo complació e, inclinándose hacia arriba, juntó sus labios. Ambos actores respiraban agitadamente por la nariz mientras se besaban, Frankie lo acercó aún más, haciendo que sus semi-erecciones se rozaran por la tela de sus pantalones.
En ese momento, Justin gimió y abrió la boca en un intento de normalizar su respiración pero Frankie se lo negó apretándolo con fuerza y besándose con rudeza, Justin lamió a lo largo de los labios de su novio buscando entrar pero en su lugar, Frankie coló su lengua en su boca y disfrutó del calor embriagador que desprendía aquella húmeda cavidad. A pesar de dejarse llevar por semejante beso, Justin pudo sentir el brillante escozor de las hormonas recorriendo su cuerpo y el de Frankie, la pasión con la que se besaban, era demasiado para él, le resultaba (en cierto punto) intoxicante.
Por desgracia, su acalorada sesión de besos fue interrumpida bruscamente por unos golpes en la puerta de la habitación.
-¿Se encuentran bien, chicos?-la voz de la mamá de Frankie se escuchó al otro lado de la puerta.
Ambos actores separaron los labios con un sonido húmedo y ruidoso, pero ninguno se atrevió a dirigir la mirada hacia la puerta. En cambio, permanecieron en aquella cama, Frankie recostado sobre el colchón mientras Justin estaba encima de él, ambos tenían un sonrojo extendido en sus rostros producto de lo que acababan de hacer, hasta que Justin hablo para romper el ahora tenso ambiente en la habitación.
-S-supongo que deberíamos dejar esto para más tarde-le dijo Justin a su novio mientras se separaba de él y saltaba de la cama para reacomodarse la ropa.
-Sí, y quizás deberíamos irnos, no queremos llegar tarde ¿no?-le preguntó Frankie a su novio mientras se apartaba de él y saltaba de la cama para acomodarse la ropa, Frankie se quedó mudo en su lugar, luego reaccionó e imitó la acción del menor.
-¿Chicos? ¿Todavía están ahí?-preguntó la mamá de Frankie.
-Eh, s-sí. Aún estamos aquí, mamá-le dijo el chico mayor a su progenitora-ya salimos-
Dirigió su mirada a Justin que había terminado de acomodar su ropa, pero apenas notó que su novio lo miraba, no pudo evitar sonreírle.
-Muy bien, vamos-le dijo Justin mientras se dirigía a la puerta de la habitación, pero Frankie lo detuvo antes de que pudiera agarrar el pomo-¿qué pasa?-
-Tu camisa está mal, be... Justin-dijo Frankie, evitando pronunciar los apodos cariñosos que le daba a su novio, pues su mamá estaba fuera de su habitación y no quería que sospechara de su relación, a pesar de que llevan saliendo en secreto desde ya casi un año-ven aquí, déjame ayudarte-atrajo a Justin hacia él y luego hizo un corto pero eficiente trabajo en su camisa, colocándola de nuevo en su lugar original-ya está, ahora te ves perfecto. Pareces otra persona-
Después de darle a su novio un par de palmaditas en los hombros y un cariñoso beso en la mejilla, Frankie volvió a la puerta pero esta vez, Justin lo detuvo, y antes de que pudiera decir algo, sintió como el menor acercaba sus labios a su oído.
-Más tarde seguiremos con esto-susurró al oído del otro chico haciendo que Frankie se sonrojara, éste asintió rápidamente, abrió la puerta y ambos actores salieron de la habitación donde la mamá de Frankie aún los esperaba.
-¿Y? ¿cómo crees que nos vemos, mamá?-le preguntó Frankie a su madre, esperando una opinión, pues desde que tenía uso de razón y cuando apenas incursionaba en la actuación, nada le importaba más que dar una buena impresión y qué mejor persona para opinar su forma de vestir y prepararlo que su propia madre, quien desde que tenía memoria lo había apoyado en prácticamente todo.
-Los dos están preciosos, chicos-comentó la mujer, sonriéndoles-pero...-
-Oh, no. Ya empezamos otra vez, aquí viene un "pero"-pensó Frankie-seguro hicimos algo mal-
-¿No creen que esto es demasiado informal?-preguntó ella, sacando a su hijo de su tren de pensamientos e inquietudes.
-Mamá, nos dijeron que no nos vistiéramos demasiado formal, sino lo más casual posible-contestó el menor.
-Ah, está bien. Si eso es lo que pidieron, supongo que está bien-dijo su madre-por cierto, no voy a dejar que se vayan sin tomar algunas fotos primero-
-¿Qué? Mamá, no, no lo hagas-suplicó Frankie esperando convencerla-no es necesario, ya es muy tarde y tenemos que irnos-
-Por favor, no creo que vayan a llegar tarde sólo por un par de fotos-dijo la mujer.
-En serio, mamá. No es necesario y realmente tenemos que irnos...-intentó decirle Frankie, pero fue interrumpido por su novio, quien estaba parado detrás de él.
-Honestamente, no creo que nos tome mucho tiempo solo tomar un par de fotos-dijo Justin, Frankie solo se limitó a enviarle de forma disimulada una mirada que indicaba que tarde o temprano lo mataría por no apoyarlo.
-¿Ves, Frankie? hasta tu amigo piensa que no pasará nada si se toman unas cuantas fotos-le dijo su madre-ahora, vamos a la sala, ahí hay mejor luz-sin perder más tiempo, los tres bajaron las escaleras y se dirigieron a la sala-en serio, se ven tan geniales que quisiera conservar ese recuerdo-ambos chicos se sonrojaron levemente por su comentario, salieron de su breve trance al sentir como ella los sujetaba de las muñecas-¿qué esperan? vamos, siéntense-los guio hasta el sofá aun sujetándoles las muñecas y los sentó en éste-Frankie, cariño ¿por qué no te acercas un poco más a Justin?-
-Sí, cariño. Vamos, acércate, no voy a morderte-le dijo Justin de forma burlona, incitándolo a que se acercara y se sentara a su lado. Frankie no contestó sino que se limitó a agachar la mirada, más concretamente, hacia sus manos que estaban apoyadas en sus rodillas mientras se mordía el labio inferior, mostrando lo incómodo que se sentía en ese momento. Al verlo en ese estado tan vulnerable, una idea llegó a la mente de Justin. Sin que la madre de su novio se diera cuenta, aprovechó la corta distancia que los separaba para acercarse a Frankie y susurrarle-no voy a morderte, a menos que tú lo quieras, bebé-
Frankie no pudo evitar sentir que su corazón comenzaba a latir frenéticamente, temiendo que pudiera explotar en cualquier instante mientras sus manos sudaban por la incomodidad que sentía en ese momento.
-¿Están listos chicos?-Frankie reaccionó al escuchar a su madre hacer esa pregunta y alzo la mirada hacia ella. Justin simplemente asintió emocionado y tomó a su novio por el hombro, atrayéndolo en un cálido abrazo-perfecto, ahora, miren a la lente y... ¡cheers!-en un segundo, la luz cegadora del flash se hizo presente, lo que desorientó un poco a los chicos que tuvieron que parpadear un par de veces para poder ajustar de nuevo su visión mientras la mujer miraba a la diminuta pantalla de la cámara y una sonrisa aparecía en su rostro-hasta en las fotos se ven perfectos ¡Les prometo que en cuanto pueda revelarlas las pondré en mi oficina!-añadió con entusiasmo-ahora, me gustaría que saliéramos y nos tomáramos un par de fotos más con esa ropa-
-Mamá, no. Sabes que no me gusta que me saques tantas fotos y, además, ya es tarde y en cualquier momento pueden venir a buscarnos-le dijo Frankie a su mamá, tratando de hacer que desistiera de su idea; sin embargo, al igual que la primera vez, eso tampoco pareció funcionar.
-No digas tonterías, Frankie. Será rápido así que vamos-ya sin una excusa que les impidiera continuar con aquella vergonzosa sesión de fotos con su mamá, los tres se dirigieron al jardín trasero de la casa. Poco después, la madre de Frankie pidió a su hijo y a su mejor amigo (técnicamente novio) que se colocaran uno al lado del otro, mientras la mujer preparaba la cámara, Justin aprovechó para colocar a escondidas su mano en la cintura de su novio mientras se acomodaban para la foto. Ambos miraron hacia la cámara mostrando una expresión inocente pero nerviosa por parte de Frankie, como si lo que estuvieran haciendo estuviera mal, lo cual era cierto, pues el chico temía que su mamá sospechara de la forma en que ambos se acomodaron para salir en la foto y se diera cuenta de que entre ellos había una relación más allá de una simple amistad. Pero al parecer eso no sucedió, ya que la mujer les pidió que cambiaran de posición y ahora Justin rodeaba a Frankie con ambos brazos alrededor de su cintura como si fueran pareja, lo que incomodó más al chico de ojos azul-plateado. Antes de que su madre pudiera tomar la siguiente y (posiblemente) última foto de la noche, Frankie sintió que su novio acercaba rápidamente su rostro para depositar un tierno beso en su mejilla y se apartaba justo en el momento en que el flash de la cámara se activaba. Aquella acción por parte de Justin dejó al mayor de los dos un poco aturdido y con la cara ardiendo por tan atrevido contacto pero enseguida reaccionó apenas una idea fugaz le vino a la mente y sonrió levemente, si así iban a ser las cosas, entonces dos podían jugar ese juego. Frankie no lo pensó más, paseó sus manos por los brazos de su novio y poco a poco los fue colocando a su alrededor, rodeando una vez más su cintura en un delicado abrazo lateral. Justin se quedó un poco atónito al principio pero rápidamente se dejó llevar, abrazándolo aún más sin ejercer demasiada fuerza pero cuando lo hizo, no pudo evitar sentir que su corazón se aceleraba. Sin embargo, eso no pudo importarle menos después de notar que las mejillas de su novio lucían completamente rojas mientras correspondía tímidamente aquel abrazo, colocando un brazo alrededor de su cuello-bien, ¡sonrían!-fue lo último que la mamá de Frankie dijo antes de tomar la última foto de la noche-no puedo creer cuánto tiempo ha pasado y lo atractivos que se han vuelto. Bueno, lo sé respecto a Frankie, pero sobre todo tú, Justin, juraría que debes tener cientos de chicas detrás de ti-comentó mientras veían las fotos reflejadas en la pequeña pantalla de la cámara.
-Eso no lo discuto. No hay duda de que todos estos años actuando valieron la pena-dijo Justin-y si es con el fin de ganar más audiencia, entonces no tengo ningún problema en que me dediquen su atención-la mujer se rió de lo que decía pero Frankie en cambio lo observaba en silencio, lanzándole una mirada que le era imposible leer, como si con solo darle esa mirada ya lo estuviera enterrando cuatro metros bajo tierra-aunque, si he de ser honesto, solo me interesa la atención de una sola persona-pensó mientras observaba a su novio con cierta ternura oculta, pero éste ni siquiera le correspondió la mirada, solo mantuvo esa mueca imposible de identificar.
La mirada de Frankie comenzó a tornarse cada vez más sombría, adoptando una expresión de molestia que intentaba en vano ocultar, porque a kilómetros de distancia se veía que estaba celoso, aunque por supuesto, Justin sabía que nunca lo admitiría en voz alta.
De repente, los tres se sobresaltaron al oír la bocina de un vehículo. Salieron corriendo del jardín trasero hacia la entrada principal de la casa, viendo una limusina aparcada en la acera justo enfrente de ellos.
-Parece que vinieron a buscarlos, chicos-dijo la mamá de Frankie viendo el largo vehículo estacionado justo frente a la casa-pero, ¿no creen que esto es un poco... exagerado? ¿para qué necesitaban una limusina si podían llegar perfectamente en auto?-
-Tal vez sea parte de la sorpresa que planearon para nosotros, supongo-dijo Frankie-por cierto, desearía que pudiéramos quedarnos un poco más para tomar algunas fotos más pero ya nos tenemos que ir, mamá. Y se está haciendo tarde-
-Claro, váyanse entonces. No quiero retenerlos más-dijo la mujer, tanto Frankie como Justin estaban a punto de irse pero antes de que eso sucediera, ella tomó a ambos actores por los hombros-cuídense, por favor, cuídense chicos y traten de no embriagarse-
-Si mamá. Lo que tú digas-le dijo Frankie, pero tras ver la mirada seria de la mujer sobre él, rápidamente se dio cuenta de que no estaba bromeando-lo siento, quiero decir, intentaré no embriagarme, no te preocupes-
-Bien, porque no quiero ver otro accidente como el que tuviste en el episodio de acción de gracias, todo porque estabas ebrio-le dijo su mamá.
-Mamá, sólo pasó una vez, no creo que vuelva a suceder-la tranquilizó Frankie-bueno, ya debemos irnos. Nos vemos-
-Ya era hora de que llegaran-gritó Linwood histérico al ver llegar a los siete actores que componían el reparto de su serie-¡llevamos mucho tiempo esperándolos!-
-Relájate ¿quieres? sólo nos llevó media hora llegar hasta aquí-dijo Justin serenamente mientras bajaba de la limusina seguido por Frankie y Erik.
-Bueno, ¿adivina qué? Tu media hora es una hora completa para el resto del mundo-dijo el hombre guiando al pequeño grupo hacia el edificio donde se estaba celebrando la presentación del episodio número cien.
-¿Ya están aquí?-preguntó David interceptando a su jefe que acababa de entrar con los actores principales del programa.
-Sí, ¡por fin!-respondió el otro.
-¡Rápido, rápido!-les dijo David a los actores-¡los están esperando!-
-¡De prisa, vamos!-gritó Linwood.
Después de caminar unos minutos, los actores ya estaban en la fiesta, o más exactamente, en la entrada de la misma. Bryan comandaba el pequeño grupo, seguido de Jane, Christopher, Justin, Frankie, Emy y, por último, Erik.
-Muy bien, quédense aquí fuera y esperen a que los presente-dijo Linwood y tras decir esto, entró en la sala donde se celebraba la fiesta junto con David, dejando a los actores esperando afuera nuevamente. Erik aprovechó para acercarse a la puerta y evitar que se cerrara del todo, de esa manera todos podrían espiar un poco lo que sucedía dentro.
-Vaya, hay mucha gente ahí-comentó el menor. En eso, todos vieron como el creador de la serie se acercaba a un pequeño escenario con una cortina un poco desgastada, y una pantalla de presentación detrás, lo que daba a entender que tal vez iban a proyectar algo esa noche, tomó un micrófono y comenzó a hablar.
-Damas y Caballeros, lamentamos mucho el retraso pero ya están aquí. Así que démosle un aplauso y una agradable bienvenida a los actores principales de "Malcolm in the Middle"-anunció Linwood, la puerta que daba acceso a la fiesta se abrió y el grupo de actores entró mientras saludaban a todos los que allí se encontraban, inclusive algunos de sus familiares también estaban allí, quienes los recibieron con una ovación, aplausos y gritos histéricos. Al cabo de un rato, todas las miradas se dirigieron hacia Frankie y Justin, pero al primero no le importó demasiado y continuó saludando a la gente; sin embargo, Justin estaba incómodo porque sentía que casi todos los que estaban allí lo miraban raro y murmuraban cosas que no podía oír, pero al igual que su novio, prefirió no darle importancia. Erik no pudo evitar saludar a la gente mientras sonreía un poco nervioso debido a que aún no estaba acostumbrado a las grandes multitudes. Después de eso, el grupo se dirigió a una gran mesa que estaba reservada exclusivamente para ellos a pocos centímetros del pequeño escenario y todos tomaron asiento-antes que nada, quiero agradecerles a todos por venir a este evento que no sólo conmemora las hasta ahora cinco temporadas producidas para "Malcolm in the Middle" sino que también celebramos el hecho de que la serie ha llegado al centenar de episodios ¡wow!-dejó de hablar por un momento al escuchar como todos los invitados a la fiesta vitoreaban, gritaban y aplaudían eufóricamente, apenas transcurrieron un par de minutos y todos se calmaron, volvió a hablar-lo sé, lo sé. Una locura, ¿no lo creen? nunca imaginé que alcanzaríamos semejante récord, ¡y sin embargo aquí estamos!-se escuchan algunas risas por parte de los presentes-pero esta fiesta no es sólo para honrar el récord, el episodio número cien, ni para agradecer a los actores su participación, sino que se trata de todos aquellos que han trabajado muy duro para dar vida a este proyecto. Así que, a partir de ahora, muchas gracias a todos y... ¡disfruten del show!-
Tras pronunciar esas sinceras pero también emotivas palabras, Linwood bajó del escenario y se dirigió a su mesa mientras un proyector instalado en una esquina de la sala se encendía y comenzaba a reproducir el episodio cien de "Malcolm in the Middle", titulado "Lois' Sister", el cual contó con la aparición de la actriz Laurie Metcalf, quien debutaba por primera vez en la serie como Susan Welker, y que se encontraba en una mesa con otro grupo de actores que también formaban parte del reparto del episodio.
La secuencia inicial comenzó con Lois limpiando la mesa de la sala de estar, justo cerca de la puerta que daba al jardín trasero, cuando, en ese momento, se abre la puerta y entra un risueño Hal cargando una sillita de bebé.
-¿Qué tal el parque?-le preguntó Lois a Hal mientras dejaba de limpiar la mesa para ver a su esposo.
-Oh, estuvo genial. Nos lo pasamos genial-contestó Hal mientras colocaba la silla de bebé en la mesa, en eso, Lois se da cuenta de que algo no estaba bien.
-Hal-dijo Lois pero él la interrumpió.
-Lo sé, lo sé, está sucio. Decidí dejarlo salir a gatear un rato por la tierra, se divirtió mucho revolcándose con los otros niños. Lois, deberías haberlo visto.
-Hal...-dijo otra vez pero fue interrumpida.
-Lois, no puedes tratar al niño como si fuera de cristal. Estará bien-la tranquilizó Hal-podemos limpiarlo. Lo importante es que Jamie y yo nos divertimos juntos-
-Este no es Jamie-dijo finalmente Lois.
-¿Eh?-dijo Hal mientras levantaba la gorra del pequeño para comprobar el color de su cabello y entonces se percata de su error-sé exactamente con quién lo cambié. Hey-rapidamente tomó la sillita y salió de la casa.
La hermana menor de Lois, Susan, viene de visita y ese día Malcolm, Reese y Dewey estaban limpiando la casa bajo la supervisión de su madre, ahora los tres estaban limpiando la sala para cuando Lois llegó y los encontró aún trabajando en esa tarea.
-Chicos, la tía Susan llegará en cualquier momento. Les dije que limpiaran la cocina-dijo Lois mientras los chicos la miraban confundidos.
-Ya escucharon a su madre, háganlo de nuevo-dijo Hal mientras cargaba a Jamie con un brazo. Malcolm, Reese y Dewey salieron de la sala para limpiar la cocina aunque ya lo habían hecho antes.
-No, no, no. Esperen. Nadie va a limpiar-dijo Lois deteniéndolos-si Susan no puede aceptar como vivimos. Que se vuelva en su caballo y se vaya a esa tumba estéril que llama su hogar-suspiró y se puso a limpiar la encimera de la cocina sin mirarla.
-¿Por qué mamá siempre se muestra tan extraña con la tía Susan?-le preguntó Dewey a sus hermanos mayores.
-Papá era el novio de la tía Susan... hasta que mamá se lo robó-le explico Reese.
-Pero no sabemos nada de eso. También creemos que Francis es un año más joven de lo que realmente es-dijo Malcolm.
-Entendido-se limitó a responder Dewey, justo después de decir eso, un auto tocó la bocina afuera de la casa.
-Ahí está-dijo Lois mientras Malcolm, Reese y Dewey se acercaban a la ventana de la cocina y veían a una joven mujer saliendo de un auto rojo.
-¡Qué bien! ¡trajo el Mustang!-comentó Malcolm.
-Oh, vaya-dijo Reese.
-Bueno, cuando te aferras a cada centavo hasta que logras exprimirlo, puedes permitirte cosas lindas. Desearía que tu padre y yo fuéramos mejores en eso en vez de desperdiciar nuestro dinero en todos los gastos extras para ustede-comentó Lois mientras ella, Hal y los chicos caminaban hacia la puerta principal, la abre y Susan estaba parada en el umbral-¡Susan!-
-¡Estoy tan feliz de verte!-exclamó Susan mientras abrazaba a su hermana mayor-no quiero que te preocupes por tu última llamada. Te perdoné por completo-
-Yo también me alegro de verte. Supongo que el viaje en auto tomó un poco más de lo esperado...-dijo Lois con una sonrisa dibujada en el rostro-bueno, supongo el almuerzo sabrá bien frío-
-Hola-la saludó Malcolm.
-Hola, tía Susan-la saludó también Reese.
-Hola-dijo Dewey.
-Escucha sus graves voces. Increíble, Lois. Están casi crecidos y tú aún los estás pariendo-le dijo Susan a su hermana mientras miraba a sus sobrinos, luego miró a Jamie que aún estaba en los brazos de Hal-y este debe ser Jamie-hace una voz tierna-hola, bomboncito. Hola, bomboncito-
-Hola, Susan-dijo Hal a la mujer que había sido su novia en el pasado.
-Hal-dijo Susan secamente, luego volvió a poner su voz cursi hacia Jamie-mírate. Eres un encanto-
-Eh, chicos. ¿Por qué no van a sacar las maletas de la tía Susan de su lujoso auto?-preguntó Lois a sus hijos amablemente con una sonrisa aún dibujada en el rostro, Malcolm, Reese y Dewey salieron de la casa y corrieron hacia el auto.
-Ese auto es impresionante-le dijo Malcolm a su tía antes de salir de la casa.
-Bueno, a veces hay que darse un gusto-dijo Susan mientras le daba las llaves a Malcolm para que abriera el auto-ah, y traje un regalo para Jamie-agregó mientras abría su bolso y sacaba un sobre.
-Vaya Susan, gracias. Después de seis meses de compras, esto debe de ser una buena tarjeta-dijo Lois mirando el sobre.
-Oh, no es por la tarjeta, es lo que hay dentro. Es un bono de ahorro de cinco mil dólares-le dijo Susan a su hermana mayor.
-Bueno, no sé qué decir.
-Va a madurar justo cuando esté listo para ir a la universidad. Alguien tiene que pensar en eso-más tarde esa misma noche, toda la familia estaba reunida en la sala de estar hablando y bebiendo un poco de café con galletas luego de la cena-oh, esa pasta estaba fabulosa, Reese-
-¿Cómo está Larry?-le preguntó Lois a su hermana
-No para de pelear con mamá. El otro día ella entró sin permiso cuando él estaba en la bañera. Así que se levantó, le arrancó la peluca y se secó con ella. Muy a fondo-contó Susan mientras todos se reían entre dientes.
-Ese Larry es un guardián.
-Si, es genial que no sea una comadreja traidora-dijo Susan, luego le habla bajito a Jamie-una comadreja es un animal horrible-
Hay un gran silencio durante unos segundos hasta que Lois vuelve a hablar.
-Susan, he estado pensando en el regalo que le hiciste a Jamie.
-Lo sé, Lois, y no tienes que preocuparte por eso-le dice Susan a su hermana mientras dejaba su taza de café a un lado y se levantó para hacer su anuncio-también traje regalos para los otros chicos-
-¡Sí! sentarse aquí aparentando interés por fin tiene sus frutos-exclamó Reese emocionado mientras la mujer caminaba hacia el patio trasero.
-No, Susan. No me refería a eso-Lois trató de explicarle a su hermana menor-me incomoda la cantidad. Es terriblemente extravagante-
-Oh, tú crees que todo es extravagante-dijo Susan haciendo un gesto-ow, sé lo mucho que le gustan los dulces al pequeño Dewey, así que le compré una máquina profesional de algodón de azúcar-
Dewey da un dramático grito ahogado después de ver la máquina de algodón de azúcar.
-Susan, ¿qué estás haciendo? no tenemos un circo-dijo Lois mirando la máquina.
-Bueno, ahora pueden sentirse como si lo tuvieran-le dijo Susan-ahora, lo siento, pero ustedes dos van a tener que compartir un regalo. Les voy a regalar el Mustang-añadió mientras tomaba las llaves de su auto y se las mostraba a Malcolm y a Reese.
-¡Dios mío! ¡estás bromeando!-exclamó Malcolm con incredulidad.
-¡Gracias! nunca creí nada de lo que mamá decía de ti-dijo Reese mientras los tres se levantaban de sus asientos y abrazaban a su tía.
-Susan, no puedes regalarles un auto-exclamó Lois sin poder creer lo que su hermana estaba haciendo.
-Mamá, técnicamente esto es una transacción entre la tía Susan y nosotros-le explicó Malcolm.
-Y estoy dispuesto a contratar a un abogado para hacerla cumplir. Tú quieres ir hasta allí, yo iré hasta allí-amenazó Reese a Lois y Hal, incluso si éste no había hecho opinión alguna sobre el regalo.
-¿Sabes, Lois? Normalmente cuando alguien hace regalos, la gente dice "gracias"-le dijo Susan a su hermana mayor una vez que sus sobrinos se separaron de su abrazo.
-Bueno, lo siento, esta... repentina generosidad, viniendo de ti, es un poco desconcertante-comentó Lois con ligero asombro.
-Oh, siento que el concepto de abrir tu corazón y regalar te resulte tan desconcertante.
-No lo sé, algunas personas no lo ven como regalar. Algunas personas podrían pensar que es sólo presumir-dijo Lois.
-¡Oh, aquí vamos! sólo llevamos tres horas, y ya hemos recibido nuestra primera visita de la Abeja Reina de la Superioridad Moral-se quejó Susan.
-Oh, ¡y aquí está la víctima, justo a tiempo, Susan!-contraatacó Lois mientras se levantaba del sofá.
-¡Me convertí en la víctima en la noche de mi graduación cuando entré en la cochera y sorprendí a mi novio teniendo relaciones sexuales con mi hermana en el cofre de mi auto!-exclamó Susan con rabia.
-¿Hacia dónde miro?-susurró Dewey empezando a sentirse incómodo con la discusión de su madre y su tía.
-No hay ningún sitio donde mirar-contestó Malcolm también susurrando. Susan sale corriendo de la casa tras la discusión que tuvo con Lois.
Mientras tanto, para ganar algo de dinero extra, Francis se ofrece como voluntario para ser guía de un grupo de Girl Scouts con su líder, Megan, a través del desierto durante un fin de semana.
-Muy bien, chicas. Esta es la zona más salvaje y remota de todo el rancho-les dijo Francis a las scouts una vez que terminó de desempacar su equipo de campamento-¿creen que podremos soportar todo un fin de semana aquí?-
-Brittany y Ashley quieren casarse contigo-dijo una de las scouts mientras las otras se reían a sus espaldas.
Mientras se preparaban para irse, Megan inesperadamente recibe una llamada de su doctor.
-No, no. No puedes hacer eso, George ¡George!-dijo enfadada la mujer mientras cortaba rápidamente la llamada de su teléfono y miraba a Francis-lo siento, pero tenemos que volver-se disculpó-mi hermano está intentando quedarse con mis óvulos congelados para embarazar a su despreciable e infértil novia- miró a las chicas-vámonos, niñas-
-¡No!-se quejaron todas-¿tenemos que hacerlo?-
-Chicas, las Bellotas son valientes ante la decepción-les recordó Megan, con eso las chicas se quedaron calladas pero aún molestas por cancelar su viaje de campamento.
-¿Saben qué? tú llévate la camioneta de regreso-le dijo Francis a Megan mientras se le ocurría una idea-yo cuidare a las niñas-
-¿Seguro que puedes con ello?
-Absolutamente. Este es mi patio trasero. Además, mira esas insignias de mérito-respondió Francis mientras las niñas empezaban a alegrarse y saltar emocionadas porque, al parecer, su viaje de campamento no estaba perdido, también comenzaron a rogarle a Megan que hicieran el viaje con Francis mientras ella regresaba a la ciudad para resolver su asunto.
-Bueno, han estado esperando esto durante mucho tiempo-dijo Megan mientras miraba a las niñas.
-Estaremos bien-dijo Francis y todas las niñas empezaron a gritar de nuevo. Megan le da las gracias por ayudarla y se va en la camioneta.
Pronto, Francis y las Girl Scouts estaban caminando sobre el desierto sin idea de a dónde ir o que iban a hacer todo el fin de semana.
-¿Dónde estamos?-le preguntó Brittany.
-No lo sé, cariño. El Sr. León de Montaña no me dio tiempo suficiente para tomar mi brújula-le dijo Francis.
-Tengo hambre-se quejó la niña.
-Sí, bueno, me retracto con lo del león de montaña.
-¿Dónde vamos a dormir?-le preguntó a Francis una niña llamada Meagan.
-Chicas, por favor. Tenemos agua, encontraremos refugio y conozco el terreno. Hay comida a nuestro alrededor-dijo Francis en un intento de tranquilizarlas-miren, esos son hongos comestibles llamadas trufas-
-Esos son excrementos de venado-dijo Brittany.
-Ok, bueno, todos vamos a aprender mucho este fin de semana-dijo Francis mientras sacudía su riñonera, luego siguió caminando seguido de las niñas.
De regreso a la casa Wilkerson, Hal llegó a la conclusión de que lo mejor que podía hacer por los chicos era quitarles todos los regalos que Susan les había dado, pero no les dijo la razón, además quitó el motor del auto de Malcolm y Reese.
-Papá, por favor, no tienes que hacer esto-le dijo Malcolm a su padre tratando de hacerlo entrar en razón mientras él y Reese veían como Hal metía el motor removido dentro del garaje junto con la máquina de algodón de azúcar-amamos este auto, no vamos a tratar de conducirlo hasta que tú digas que podemos-
-¿Creen que su madre y yo nacimos ayer?-les dijo Hal a los chicos mientras metía el motor dentro del garaje.
-¿Cómo puedes hacer esto?-exclamó Dewey pero Hal no les hizo caso, cerró y aseguró la puerta del garaje.
-Chicos, por favor. Sé que esto es difícil de entender para ustedes, pero tienen que darse cuenta de que su mamá y su tía Susan están dementes-les explicó Hal-cuanto antes aprendan a aceptarlo, mejor-
Al día siguiente, Malcolm y Reese estaban sentados por delante de la puerta cerrada del garaje mirando fijamente su recién obsequiado Mustang con el motor extraído, ambos con cara de completa decepción.
-Esto es una tortura. El auto está ahí parado y nadie puede conducirlo-protestó Malcolm mientras miraba fijamente el auto.
-Sí, es como esa monja sexy que viene todos los años a traer juguetes-dijo Reese dándole la razón a su hermano menor pero sin apartar los ojos del auto-¿sabes qué? no vamos a dejar que mamá y papá se salgan con la suya-
-Olvídalo, Reese. Tu cortapernos no puede con esa cerradura. Y el cortapernos de papá está en el garaje- le dijo Malcolm.
-Eso no importa. No entiendes el poder de mi cerebro, Malcolm. Es como un profundo abismo que se encuentra en total oscuridad, pero de vez en cuando, sólo por un momento, un brillante rayo de luz llega directamente a él. Y ese es el momento en que se me ocurrirá un plan genial que nos hará meternos en ese Mustang.
-Entonces, ¿la única forma de que salgamos de esta situación depende de que tú seas un genio?-le preguntó Malcolm a Reese.
-Correcto-simplemente respondió.
Por otro lado, Dewey consiguió entrar en el garaje utilizando una diminuta ventana en lo alto de la pared y casi cerca del techo, una vez allí, aterrizó de pie, una música etérea sonó de quién sabe dónde mientras se acercaba a la máquina de algodón de azúcar. La enciende y empieza a hacer un enorme algodón de azúcar, viendo que aún le quedaban tres bolsas, Dewey se desborda con sus creaciones de algodón de azúcar hasta que queda atrapado en el garaje.
Al final no le queda más opción que comerse el algodón de azúcar para poder salir de su propia trampa.
De vuelta en la casa, Lois estaba leyendo una revista cuando Hal entró en la cocina con unas bolsas del supermercado.
-Así que, ¿dónde está Susan?-le preguntó Hal a su esposa mientras colocaba las bolsas en la mesa.
-Dijo que salió de compras-contestó Lois sin quitar los ojos de la revista-pero no me extrañaría que saliera a rentar un auto así que tendremos que aceptar su Mustang-alzó la mirada por un segundo para ver a Hal-ella es completamente capaz de hacer eso-
-¿Sabes, cariño? quizás quieras...-Hal intentó sugerir pero Lois lo miró seriamente-ok, no importa-
El teléfono móvil de Susan que se estaba cargando al lado del microondas comenzó a sonar.
-¿Puedes creerlo? música clásica, ¿qué tan pretencioso es eso?-le dijo Lois a su esposo tras oír el tono de llamada en el celular de su hermana-solo vamos a ignorarlo, estoy segura de que tiene buzón de voz, así que solo...-incapaz de soportar la intriga por más tiempo, Lois tomó el teléfono de Susan y atendió la llamada de un doctor-¿hola?-
-Hola, Susan. Soy el Dr. Dumont-dijo el médico al otro lado de la línea.
-Esta no es Susan. Es su hermana-le dijo Lois.
-¿Disculpe?
-Soy su hermana, Lois. Es que nos parecemos mucho.
-¿Eres la hermana de Susan?-le preguntó el Dr. Dumont con ligero asombro.
-Sí-respondió Lois.
-¿Su hermana biológica?
-Sí, ¿cuál es el problema?-preguntó comenzando a impacientarse.
-El problema es que debería haber estado aquí hace seis meses para un análisis de sangre.
-¿Qué? ¿qué está pasando aquí? ¿qué le pasa a Susan?-preguntó Lois preocupada. Gracias a la explicación del Dr. Dumont, supo que Susan se estaba muriendo de un cáncer de riñón y que nunca se lo había dicho por culpa de los roces entre las hermanas y sus familias.
-El caso es que si no consigue pronto un donante de riñón, ella va a morir. Y me dijo que era hija única.
En el desierto de Nuevo México, ya era de noche, Francis y la tropa de Girl Scouts instalaron el campamento dentro de una cueva donde se ha encendido una fogata. Las niñas esperaban dentro, hasta que Francis regresó con un par de ramas con algunas hojas verdes para usarlas como leña.
-Bien, niñas, tenemos una linda y acogedora cueva para dormir, una gran fogata crepitante... Yo diría que las cosas están mejorando-le dijo Francis a la tropa en un intento de ser positivo.
-No es suficiente leña. Tienes que mantener el fuego encendido toda la noche para mantener alejados a los animales-señaló Brittany viendo las ramas que el joven había traído con él, luego se dirigió a sus compañeras de tropa-bien, Meagan, Kirsten, vayan a buscar más leña, y asegúrense de que no sea esa tonta cosa verde que Francis consiguió-
-Whoa, whoa, ustedes niñas no irán a ninguna parte. Está oscuro ahí fuera. Yo estoy a cargo aquí y les digo que se queden-les pidió Francis.
-Voto por Brittany para que sea nuestra nueva líder-sugirió Meagan.
-¿Todas a favor?-preguntó una de las niñas y toda la tropa estuvo de acuerdo.
-Acepto. Ahora ustedes traigan la leña y ustedes muevan las mantas a la parte seca de la cueva-les dijo Brittany a las demás chicas.
-¿Qué están haciendo? No pueden cambiar al líder-se quejó Francis.
-Votamos-le dijo Brittany.
-No importa. Ahora, yo soy el mayor, así que eso me pone a cargo. Todas ustedes, niñas, siéntense, porque nadie irá a ninguna parte.
No obstante, Francis se encontró por encima de sus capacidades cuando las scouts comenzaron a entonar su himno.
-We are the Buttercups. We're true blue, we stick together just like glue. We never doubt what we can do, we're honest through and through.
Todas las niñas salieron de la cueva dejando solo a Francis, quién comenzaba a volverse loco.
-Estoy a cargo. Estoy a cargo-murmuró Francis débilmente para sí mismo tratando de ganar algo de motivación.
La escena cambia de nuevo a la casa Wilkerson, Susan estaba en la habitación de Lois y Hal vistiendo a Jamie con los nuevos conjuntos que le había comprado esa mañana.
-Mírate. Ahora eres un marinerito dormilón-le dijo Susan a un dormido Jamie que estaba dentro de su cuna-puede probarse el resto de sus nuevos conjuntos más tarde-le dijo a Lois mientras tomaba asiento en la cama-¿sabes? de verdad perdí el tren al no tener hijos. Tengo que admitir que te envidio-
-¿Es por eso que no aceptas mi riñón?-le preguntó Lois recordando lo que el Dr. Dumont le dijo hace rato.
-¿Qué?
-Tu teléfono sonó esta mañana. Lo contesté-dijo Lois-era tu doctor, Susan. Me lo contó todo. ¿Cómo pudiste decirle que no existo? ¿cómo puedes siquiera no pedirme un riñón cuando probablemente soy perfectamente compatible? ¿qué clase de extraños problemas psicológicos te hacen hacer esto?-
-¡¿Quién te dio el derecho de contestar mi teléfono celular?!-preguntó Susan sin poder creer lo que había hecho su hermana mayor.
-¡¿Cuál es tu problema?! si te doy uno de mis riñones, podrías vivir-le dijo Lois.
-Bueno, ese es el momento que todos estábamos esperando, ¿no? ¡la todopoderosa Lois ahora tiene el poder de concederme la vida!-exclamó Susan sarcásticamente justo en el momento en que Hal entraba en la habitación para sacar a Jamie.
-No se preocupen por mí. No me quedaré. Sólo estoy sacando a un inocente bebé de la línea de fuego. Disfruten de su charla. ¿Ven? Ya nos vamos. Adiós.
-¿Por qué siempre distorsionas todo lo que digo para que parezca que te estoy atacando?-preguntó Lois a su hermana menor.
-¿Por qué siempre dices "siempre"? ¡¿Tienes idea de lo estúpida que eso te hace parecer?!-le preguntó Susan.
-¡No cambies de tema! Dios mío, esto se parece al incidente con las empanadas de manzana-gritó Lois.
-¡No te atrevas a mencionar las empanadas de manzana!-Susan también grito pero luego hablo con más calma-oh, al diablo. He tenido quince años de terapia. Soy mejor que esto-se aleja.
-¡Estoy hablando contigo!-gritó Lois mientras Susan salía de su habitación y la de Hal.
-¡No soy tu títere!
En la habitación de los chicos, Malcolm estaba dormido en su cama y en la de Dewey, cuando oyó unos golpecitos en la ventana que lo despertaron, pero hizo caso omiso y volvió a dormir. Mientras esto sucedía, Hal y Lois estaban ahora en su cama, Hal dormía mientras Lois seguía despierta golpeando con sus dedos la mesita de noche.
-¿Qué?-le preguntó Hal a Lois medio dormido.
-Sé lo que hice mal, Hal. La dejé ir demasiado fácil-le dijo Lois a su esposo.
-Bueno, no pensé que nada se fuera a solucionar una vez que mencionaras cuál pez dorado les gustaba más-le aseguró Hal mientras se incorporaba en la cama y se refregaba los ojos.
-Tienes razón. Discutir con ella no sirve de nada. Por eso voy a hacer que un juez la declare mentalmente inestable.
-Eso nunca va a funcionar, Lois-le advirtió Hal.
-¿Estás bromeando? ¡Cualquier psiquiatra que pase cinco minutos con ella diría que está desquiciada!
-Lois, no lo tomes a mal, pero cuando ustedes dos se juntan, no tienes precisamente la razón sobre la locura.
-Bueno, ¿qué se supone que debo hacer, Hal? ¿Simplemente sentarme y verla morir?-le preguntó Lois.
-Yo tampoco sé qué hacer. Pero Susan es adulta. No puedes obligar a alguien a aceptar un riñón-dijo Hal mientras abrazaba a Lois intentando consolarla.
De vuelta en el campamento improvisado en la cueva del desierto, la tropa de girl scouts estaba preparando la cena para cuando Francis regresó, estaba sudando, con la cara llena de tierra y sosteniendo algo en su mano izquierda.
-Buenas noticias, niñas. Me llevó todo el día, pero atrapé dos lagartijas de aspecto delicioso y la parte trasera de lo que estoy bastante seguro es una ardilla-le dijo Francis a las niñas mostrando lo que logró atrapar.
-Meagan y Ashley construyeron una trampa y atraparon algunas liebres-dijo Brittany.
-¿Qué hay en la olla?-preguntó el joven.
-Encontramos algunas raíces y hierbas con las que hacer sopa. Y no vamos a meter tus asquerosas lagartijas-contestó Meagan.
-No pueden comer esa sopa. No hay forma de saber si lo que recogieron es seguro para comer.
-Pero sólo recogimos cosas que vimos comer a las liebres.
-Lo siento, es demasiado peligroso-dijo Francis mientras se acercaba a la fogata donde se cocinaba la sopa.
-¿Qué estás haciendo?-dijo Brittany deteniéndolo.
-Voy a botar la sopa.
-No, no lo harás. Es nuestra sopa-dijo una de las niñas mientras toda la tropa se levantaba para confrontar a Francis.
-Muy bien, hemos jugado a este juego lo suficiente-dijo Francis-yo estoy a cargo, soy un adulto-las niñas envían miradas a las otras y rápidamente comienzan a trabajar en un plan-y también resulta que soy mucho más grande y más fuerte que ustedes, niñas. Si es así como quieren jugar, está bien, pero yo...- Brittany se acercó y empujó a Francis hacia atrás haciéndolo tropezar, rápidamente comenzaron a golpearlo, lo ataron y lo colgaron boca abajo-están sobre una delgada capa de hielo, niñas. Un truco más como este, y no seré responsable ¡lo digo en serio!-
En la habitación de los chicos, Malcolm y Dewey seguían dormidos, Dewey se mueve y gruñe en su lado de la cama, suena un temporizador y la lámpara de la cajonera de detrás de la cama se enciende, despertando a Malcolm, quien se levanta de su lado de la cama, se da la vuelta y toma un trozo de papel arrugado con una nota escrita.
'35 Maywood dr. ¡Soy un jenio!'
Malcolm se da cuenta que fue Reese quien había dejado esa nota en la lámpara de noche, rápidamente se levantó de la cama, se vistió y corrió hacia el lugar donde estaba su hermano. Apenas llegó vio al Mustang, una grúa y a Reese hablando con el conductor que había llevado el auto al lugar escrito en la nota.
-Gracias-le dijo Reese al conductor de la grúa.
-¿Qué estás haciendo?-le preguntó Malcolm mientras se acercaba.
-Saboreando el mayor logro de una vida que hasta ahora ha tenido unos resultados bastante irregulares-contestó Reese mientras abría la puerta del auto y entraba-sube-
-¿Qué crees que vas a lograr en un auto sin motor?-le preguntó Malcolm a su hermano mientras entraba en el lado del co-piloto.
-Hay una fiesta de barril colina abajo-le dijo Reese-ya han estado bastante tiempo sin nosotros-
-Reese, estás loco-dijo Malcolm mientras el auto comenzaba a moverse.
-Sí, puedes discutirlo más tarde-tras decir esas palabras, el auto se deslizó colina abajo. Reese doblo bruscamente en un sendero de tierra donde se estaba celebrando una fiesta de barril. Había un montón de adolescentes allí ya, la mayoría paseando, otros vinieron con sus autos, y había algunos estéreos y barriles de cerveza esparcidos por todo el lugar-¡hola, gente fiestera las veinticuatro horas!-exclamó sin siquiera moverse del auto sin motor.
-Reese, imbécil. No puedo creer que creas que te saldrás con la tuya...-lo regañó Malcolm pero de repente fue interrumpido cuando dos bonitas chicas se acercaron al auto donde se encontraban ambos hermanos.
-Lindo auto-comentó una chica llamada Katie.
-Es un Mustang del 65-dijo Malcolm.
Más tarde, Malcolm y Reese seguían dentro del auto pero ahora ambos hablaban con Katie y su amiga, Olivia, respectivamente.
-Sí, conducir es genial. Pienso mucho cuando conduzco. Claro que a veces conduzco y no pienso, sólo conduzco. Pero no importa dónde conduzca o cuánto conduzca, me doy cuenta de que la gente sigue siendo gente-le dijo Reese a Katie, que ahora estaba sentada a su lado.
-Eso es tan cierto-coincidió Katie.
-Gracias por dejarme usar tu chaqueta-le dijo Olivia a Malcolm mientras envolvía su chaqueta alrededor de sus hombros.
-Claro-contestó Malcolm-déjame preguntarte algo ¿Recuerdas la semana pasada cuando te dije "hola" y tú dijiste "mira lo que intenta hablarme"?-
-¿Lo hice?-dijo Olivia confundida.
-Así que, ¿eres más amable conmigo ahora porque te das cuenta de que tenemos más en común de lo que pensabas, o porque encuentras nuestras diferencias intrigantes, o porque ahora tengo un auto?
-Uh, probablemente el auto-respondió ella.
-Cool-dijo Malcolm y dirigió su mirada a la cámara-a veces me encanta la preparatoria-
-Oye, ¿por qué no conducimos a otro sitio para tener un... poco de privacidad?-le preguntó Katie a Reese con un tono de voz insinuante. Ambos, Malcolm y Reese permanecieron en silencio incapaces de captar el doble sentido de sus palabras, hasta que Reese volvió a hablar.
-No veo por qué tenemos que conducir a alguna parte. Es una noche hermosa, estoy con una chica hermosa, hay unos hermosos arbustos por allí.
-Traeré algunas mantas-dijo Katie luciendo más convencida mientras se mordía el labio inferior seductoramente-vamos, Olivia-
Su amiga soltó una risita nerviosa y tras mirar a Malcolm por última vez, ambas salieron del auto dejándolos solos.
-Eres un Dios-le dijo Malcolm a su hermano con asombro. En ese momento, Frankie se cubrió la cara con la mano en un intento de evitar que sus compañeros de trabajo y novio se percataran del profundo sonrojo que apareció en sus mejillas señal de la vergüenza que estaba viviendo en ese momento, y que no hizo más que empeorar cuando se escuchó a sí mismo decir las siguientes palabras-un Dios de universo especial, donde nadie piensa en las consecuencias, y donde los que estamos limitados por la inteligencia y el sentido común no estamos admitidos. Pero tú me has invitado a entrar, y a partir de ahora, te seguiré a donde sea-
-¡Hey, hey, hey! hay patrullas en lo alto de la colina-gritó uno de los adolescentes mientras se acercaba al Mustang-todo el mundo fuera de aquí-
Las chicas gritaron y todos los adolescentes salieron corriendo de la fiesta, Malcolm y Reese miraron como todos se metían en sus autos y encendían los motores, desafortunadamente no lograron alejar su auto debido a la falta de motor y terminaron bloqueando las salidas de los autos de los demás, para cuando llegó la policía todos fueron arrestados, y eso presuntamente dio a conocer la razón de porque los demás adolescentes dejaron de invitar a Reese y Malcolm a sus fiestas más adelante.
De vuelta al campamento en el desierto, ya era muy entrada la noche, las girl scouts dormían plácidamente dentro de sus sacos de dormir mientras que Francis estaba sentado en una roca con las manos atadas a la espalda e intentando encontrar una posición cómoda para dormir mientras apoyaba la espalda contra una de las paredes de la cueva. De pronto, una idea surgió a su mente para recuperar el control sobre ellas, era arriesgada pero quizás podría funcionar.
-Meagan ¡Meagan!-le susurró Francis.
-¿Eh?-dijo Meagan mientras se despertaba.
-¡Shh! tengo algo muy importante que decirte-dijo Francis en voz baja.
-¿Qué?-le preguntó Meagan.
-Brittany me contó que Donny Frost le dijo que le gustas, pero no te lo quería decir porque piensa que eres una engreída.
-¡No me digas!
-Y también, me dijo que esos zapatos que dijo que te quedaban bien no te quedan nada bien. En realidad son ridículos-le dijo Francis.
-¿Por qué diría cosas tan crueles?-preguntó Meagan.
-Creo que es porque tiene dos caras. Pero eso no es importante. Lo importante es que una chica así no debería ser la líder. Tú deberías ser la líder. Eres más honesta que ella y más linda-dijo Francis tratando de convencerla.
-¿Yo? ¿la líder?-dijo Meagan sintiéndose un poco ilusionada.
-Por supuesto. Juntos podríamos hacer de esta la mejor tropa Bellotas de la historia. Sólo necesito que desates mis manos.
-De acuerdo.
-No te arrepentirás-al aplicar la disciplina de Lois sobre Meagan, Francis finalmente recupera el control sobre la tropa y al día siguiente todos salieron de la cueva y volvieron a internarse en el desierto.
La líder mayor de las Girl Scouts, Megan, volvió al desierto temprano por la mañana después de lidiar con su hermano.
-Me estoy preocupando, se supone que deberían estar aquí ahora mismo-le dijo Megan al conductor de la camioneta. En eso, se percata de la llegada de las Girl Scouts con Francis que estaba atado y era arrastrado por ellas-oh, Dios mío. Francis, ¿estás bien?-preguntó preocupada al ver el estado del joven-¿qué te pasó?-
Al enterarse de que las niñas se comportaron mal, se dispone a regañarlas. Pero Francis las encubre mencionando que fue culpa suya por no haberles preguntado qué querían hacer y que por eso se portaron mal y tuvieron serios problemas con él. Megan queda impresionada por su madurez y sentido de la responsabilidad y, en vez de castigar a las niñas, decide que esta vez harían bien la excursión por el desierto.
Mientras tanto, Susan se dirige al hospital y se encuentra con su doctor quien, casualmente, estaba en la recepción hablando con la enfermera en el escritorio y revisando algunos archivos.
-Dr. Dumont-dijo Susan llamando la atención del hombre.
-Susan, que gran día-dijo el Dr. Dumont.
-Sí, diálisis. Qué divertido-dijo ella con fingido entusiasmo-lástima que dejé mi sombrero de fiesta en casa-
-¿De qué estás hablando? hoy no haremos una diálisis. Hoy vas a recibir tu riñón.
-¿Qué?-dijo Susan mientras se le borraba la sonrisa de su rostro.
-Susan, hablamos de esto por teléfono hace cuatro días-le recordó el Dr. Dumont-aceptaste hacer el procedimiento hoy, tu hermana ya…-
-¿Mi hermana?-Susan y el doctor Dumont dejaron de hablar cuando vio a Lois salir de la sala de operaciones en una silla de ruedas, vestida con una bata y un pijama de hospital. Al descubrir lo que había hecho su hermana mayor, Susan no pudo evitar sentirse asombrada pero furiosa al mismo tiempo.
-Todavía no puedes salir de post-operatorio-le dijo el Dr. Dumont a Lois.
-¿Post-Operatorio?-dijo Susan aún conmocionada y asombrada.
-Sí. Resulta que yo era perfectamente compatible. Mi riñón está en una hielera al final del pasillo. Puedes aceptarlo o arrojarlo a la basura-le ofreció Lois a su hermana.
-Oh, vaya, esto no va a quedar bien delante de la junta-dijo el Dr. Dumont.
-¿Estás loca? ¿te quitaste el riñón luego de que te dije que no?-le preguntó Susan enfadada una vez que salió de su estado de shock.
-Susan, hey-dijo Hal mientras se acercaba a ambas hermanas con una taza de café-mira, sé que no te importa lo que yo piense, pero tengo que hacerte saber que estoy muy feliz de que aceptaras hacer esto-
-Oh, no he accedido a nada. Mi traidora hermana ha tramado una gigantesca red de mentiras para engañarme, ¡pero no va a funcionar!
-¿Qué? bueno, ¿ella no...?-dijo Hal y bajó la mirada hacia su esposa-bien, para futuras referencias, ¡esta es la clase de locura de la que yo hablaba!-
-No puedo creer que seas tan rencorosa como para permitirte morir después de lo que he hecho por ti-le dijo Lois a su hermana menor sintiéndose más herida emocionalmente que por el dolor que pudiera sufrir por la cirugía.
-¿Lo que has hecho por mí? ¡estoy harta de esto!-dijo Susan ahora irritada-¿sabes? en verdad me tienes con ganas de ir a la otra vida-
-Buena suerte. Papá está allí. Susan, por favor, toma el riñón. No quiero perderte.
-De acuerdo, ¿sabes qué? ¿puedes hacerme un gran favor y dejar de fingir que te importo?-preguntó la joven mujer.
-¿Qué? Susan, eres mi hermanita, ¡por supuesto que te quiero!-le dijo finalmente Lois.
-¡Oh, por favor! ¡nunca me has querido!-negó Susan.
-¿Ves esta cicatriz?-dijo Lois recogiéndose un poco el cabello, mostrándole a su hermana una cicatriz en el lado izquierdo de la cabeza-cuando yo tenía seis años y tú cuatro, papá dijo que no nos tocaba postre porque nos portamos mal y tú le echaste el pudín en la cabeza y dijiste: '¿ah sí? pues tú tampoco' y me reí tanto que me caí y me golpeé la cabeza contra la esquina de la mesita. ¿Ves esos cuatro puntos en tu tobillo izquierdo?-preguntó señalando la zona en concreto-solíamos jugar a conectar los puntos y yo dibujé un conejito y tú lo llamaste "Footy" y este agujero en mi oreja es de cuando conseguiste la caja de herramientas de papá y me perforaste las orejas por mí, porque era demasiado cobarde para hacerlo-añadió mientras mostraba la cicatriz-y esa tapa en tu diente es de cuando Cindy Bauer me llamo bruja y tú le diste una golpiza y creíste que yo nunca me entere. Y esta es la cicatriz del riñón que te di porque te quiero. No me digas que no te quiero-
-Oh, por el amor de Dios. Está bien, dame el maldito riñón-dijo Susan a regañadientes, terminando de convencerse por las palabras de su hermana mayor.
-Gracias-dijo Lois finalmente aliviada.
-Y no te emociones demasiado. Sabes que siempre fuiste la más grande. Ni siquiera sabemos si cabrá.
De vuelta en casa, tres días después de que Lois fuera dada de alta del hospital, estaba sentada en la mesa de la cocina bebiendo una taza de café, vio a Malcolm y Reese caminando por la cocina, Malcolm llevaba una pelota de basketball para jugar en la acera.
-Espero que no piensen que irán a alguna parte-les advirtió Lois.
-No te preocupes-le dijo Malcolm-hasta que todos los que estuvieron en esa fiesta no se mueran de vejez, no tendremos motivos para salir nunca-
Ambos salieron de la cocina, al parecer, habían aprendido la lección después de lo sucedido en la fiesta de barril.
-Hola, ¿cómo te sientes?-le preguntó Hal a su esposa una vez que entró en la cocina.
-Bien, han pasado tres días. Ni siquiera un "gracias"-contestó Lois.
-No, me refería a la incisión-señaló Hal.
-Oh. Todavía estoy bastante dolorida-dijo Lois.
-Sí, bueno, puede que Susan no lo admita, pero está agradecida. Y si te sirve de consuelo, se llevó el riñón. Ganaste-le dijo Hal tras sentarse a su lado.
-Hal, nunca se trató de eso. Nadie ganó-dijo Lois mientras miraba hacia otro lado pero luego sonrió levemente.
Al concluir la proyección, todos se pusieron en pie para aplaudir y ovacionar una vez más por haber creado un guión tan conmovedor y a la vez cómico. Linwood volvió al escenario donde el micrófono seguía en su posición, la única diferencia era que estaba apartado a un lado para que la gente pudiera disfrutar del episodio sin que sus miradas fueran bloqueadas, tomó el micrófono, esperó a que todos dejaran de ovacionar y aplaudir antes de volver a hablar.
-Bien... bien-dijo el creador de la serie a través del micrófono, su voz resonó por los altavoces mientras los gritos de ánimo del público se desvanecían y los aplausos se iban apagando poco a poco-antes de pasar a las fotos, quien tenga alguna duda o pregunta sobre el episodio o algo que preguntar a los actores sobre lo que hemos estado trabajando estas temporadas, puede levantarse y acercarse a la mesa donde están sentados para hablar con ellos. Eso es todo, ¿quién quiere ser el primero? de nuevo, muchas gracias por venir y que tengan una bonita velada-
Tras decir esto, se alejó del escenario mientras una cantidad considerable de gente se levantaba de sus asientos asignados y se acercaba a la mesa donde estaban sentados los miembros del reparto. Una joven se acercó a Justin, Frankie y Erik, empezó a hablarles pero como la música estaba tan alta les costaba oírla así que Linwood subió al escenario, se acercó a donde estaba ella y le entregó el micrófono.
-Hola chicos, ahora que Boomer me dio el micrófono puedo hablar mejor-los saludó la chica-mi nombre es Ashlyn y me gustaría preguntarles algo sobre un episodio de la cuarta temporada-
-Adelante ¿cuál es el episodio del que tienes dudas?-preguntó Justin amablemente haciendo que la chica se sintiera incómoda y nerviosa.
-Uh, bueno, yo... quiero saber... sobre el décimo episodio de la cuarta temporada ¿qué se sintió trabajar con las chicas que dieron vida a sus personajes femeninos?-preguntó Ashlyn apretando con fuerza el micrófono.
-La verdad es que no convivimos tanto con ellas porque todas sus escenas se rodaban con Jane por separado-contestó Frankie.
-Pero un día fuimos al centro comercial a ver el rodaje de una de sus escenas y, sí, fue genial conocerlas y darles a comprender algunos aspectos de nuestros personajes para ver cómo podían adaptarlos a sus versiones femeninas-le contó Justin.
-Resumiendo, son unas chicas muy geniales. Especialmente Janette-comentó Erik. Ashlyn agradeció a los tres sus comentarios y se alejó, pasando el micrófono a quien estuviera detrás de ella para que pudiera hablar con los chicos.
-Hola ¿cómo están todos? felicidades por llegar al episodio cien-les dijo un hombre que estaba invitado a la fiesta, tanto Justin como Frankie y Erik se lo agradecieron, al igual que Jane, Bryan, Emy y Christopher-soy Caleb, y mi pregunta es para Erik-
-Uh, bueno ¿qué tienes que decirme?-preguntó el menor un poco asombrado de que alguien se acercara a hablar con él.
-En realidad no es una pregunta sobre un episodio, sino más bien algo personal. ¿Cómo aprendiste a tocar el piano y el teclado tan bien?
-Ehh... bueno...-Erik permaneció en silencio por unos segundos, miró al resto de sus compañeros esperando que le dijeran qué decir; sin embargo, sólo lo alentaron a seguir, así que el menor volvió su mirada a Caleb y habló-bueno... tomé algunas lecciones para aprender lo más pronto posible-dijo bastante nervioso, ninguno de los invitados a la fiesta notó que el menor apretaba con fuerza la tela del mantel mientras sus manos sudaban.
-¿Alguna otra pregunta que quieran hacer?-preguntó Christopher para cambiar de tema y desviar la atención de la gente.
-Sí ¿van a dar algún adelanto de algún próximo episodio esta noche?-preguntó alguien.
-Suponemos que sí-respondió Bryan-pero eso no depende de nosotros, eso queda a discreción de Linwood y los productores del programa-
-¿Cuántas mascotas tienes ahora Frankie, y cómo se llaman?
-Tengo dos, en realidad. Un gato llamado Pumpkin y un perro, Cadillac.
Durante un largo periodo de tiempo las preguntas siguieron y siguieron, algunas estaban relacionadas con la serie, otras eran demasiado personales e incómodas. Para cuando se fue la última persona que se acercó a hablar con el grupo de actores, ya habían concluido esa etapa del evento, y pasaron a las fotos, mesa por mesa, y a la firma de autógrafos. A medida que pasaban las horas, Frankie empezó a aburrirse cada vez más, finalmente cansado de tanta firma de autógrafos y de tanta gente que se acercaba a sacarse fotos con él o a hacerle preguntas que (en parte) eran demasiado íntimas, dirigió su mirada hacia Justin y lo que vio a continuación le dejó prácticamente helado.
Frente a su novio había un grupo de cuatro o cinco chicas, éste se reía y hablaba con ellas, sonreía todo el rato como si fuera lo más normal del mundo, se acomodaba para sacarse unas fotos con ellas, les daba abrazos y besos. Frankie no pudo evitar sentir como se le calentaba la sangre, además de que estaba comenzando a sentir esos celos que sintió cuando tuvieron su primera cita en el Xtreme Park, y se puso aún peor cuando vio como una de las chicas, que rápidamente notó que era Ashlyn, lo tomaba de uno de sus brazos, a lo que otra de las chicas aprovechó para tomar la cara de Justin con una mano para que estuviera frente a ella y le dio un corto pero rápido beso en sus labios, dejándolo completamente atónito.
Cuando por fin se separaron, Justin seguía aturdido pero reaccionó de inmediato, sonrió nerviosamente a la chica que lo había besado y la abrazó por los hombros mientras otra le pedía un autógrafo.
Aquella escena desató aún más la furia y los celos del actor de ojos azul plateado, más porque Justin no había hecho nada para evitar que aquella descarada le robara un beso, pero obviamente no caería tan bajo, ni pensaba exponer sus celos; sin embargo, esta reacción no pasó desapercibida para Bryan.
-Frankie, oye ¿estás bien amigo?-le preguntó el hombre mirándolo con preocupación.
-¿Qué? eh, s-sí, estoy bien-respondió sin apartar la mirada de su novio y de aquel grupo de chicas.
-¡Frankie!-exclamó una de ellas llamando su atención-Frankie, Frankie. En primer lugar, felicidades por grabar cien episodios y, en segundo lugar, ¿me firmas un autógrafo, por favor?-
Frankie tomó el bolígrafo y firmó todo el papel; luego le devolvió el cuaderno a la chica de mala gana y se dirigió hacia donde estaba su novio para reclamarle por lo que acababa de hacer, pero cuando estaba a punto de acercarse a él, la voz del creador de la serie volvió a sonar por los altavoces.
-Su atención, por favor. Rogamos a todos los actores del reparto que se acerquen a un rincón de la sala para hacerse un par de fotos más con el pastel-anunció Linwood a través del micrófono "así podremos dar por concluido el acto, espero que todos hayan dejado espacio para este delicioso postre. Una vez más, gracias por venir y espero que lo hayan pasado muy bien-
Finalmente Frankie no tuvo más remedio que dirigirse a la zona designada con el reparto y el equipo, y Justin se les unió poco después, una vez allí, el fotógrafo les pidió que se colocaran en un semi círculo alrededor de la mesa cerca de un pastel que estaba cubierto con una foto comestible que habían hecho para promocionar el episodio cien, en uno de los bordes del pastel también había una pequeña tarjeta azucarada que decía "Felicidades al reparto y equipo", David se acercó al reparto con un cuchillo para que pudieran cortar el pastel y repartirlo.
Los primeros en tomar el mango del cuchillo fueron Erik, Justin, Frankie, Christopher y Bryan, luego se les unieron David, Jane y Linwood. Como pudieron colocaron la hoja a escasos centímetros de la foto comestible, miraron a la cámara mientras ponían sus mejores rostros para tomar la que sería la última foto de la noche.
Luego procedieron a terminar de cortar y servir el pastel, primero para ellos y luego para el resto de los presentes.
-Muy bien, ya fue suficiente. No quiero sonar grosero pero ya nos vamos-anunció Frankie quien pasó junto a sus compañeros de trabajo, se acercó a Justin y lo tomó bruscamente del brazo para sacarlo de ahl-lo siento, de verdad lo siento, ahora denos todas las libretas o lo que sea que haya traído para que lo firmemos porque ya nos vamos, apresúrese-
-E-espera, Frankie ¿cuál es tu problema, por qué la necesidad de regresar a casa tan temprano?-preguntó Justin sin entender el repentino cambio de humor de su novio-¿no podemos quedarnos un poco más?-
-No, Justin. No podemos-respondió Frankie sin soltarle el brazo.
-¿Eh? pero ¿por qué no?-preguntó una de las chicas de la fiesta.
-Porque si no nos vamos ahora, vamos a quedar atorados en el tráfico-contestó el actor de ojos azul plateado mirando a la chica, luego volvió su mirada a su novio para decir en voz baja cerca de su oído-además, tú y yo tenemos un asunto pendiente, y una conversación seria-
Justin no habló, su rostro se contrajo ligeramente mientras pasaba saliva por su garganta, dándose cuenta de que se había metido en un gran problema. Salió de su trance por un momento al ver a su novio pasar junto a Christopher, Bryan y Jane, apartó a Erik de un empujón y lo arrastró (literalmente) hasta la puerta del fondo, ignorando a David y Linwood que lo llamaban para que volviera a la fiesta porque aún no había terminado.
Para desgracia de ellos, para Frankie la fiesta ya había terminado tiempo atrás.
La puerta del salón se abrió de golpe, algo de música del interior resonó en el pasillo mientras Frankie y Justin abandonaban el lugar, el primero estaba bastante tranquilo y extrañamente silencioso, sumido en sus propios pensamientos mientras que Justin, bueno, obviamente seguía un poco confundido por el extraño comportamiento de su novio, aún no entendía qué demonios había hecho para que estuviera tan molesto.
Antes de que Justin pudiera hablar con Frankie de una manera razonable, sintió como lo sacaba fuera del edificio, se internaba en un callejón solitario y luego lo empujaba contra una pared detrás de un contenedor.
-Frankie...-fue lo único que pudo decir Justin al verse interrumpido por una repentina sacudida de su novio que lo sujetó fuertemente por los hombros.
-Eres mío, Justin. Sólo mío, ¿lo entiendes?-le susurró Frankie a pesar de ser los únicos que estaban en aquel oscuro callejón-me perteneces y no puedes permitir que otra persona se acerque a ti como lo hiciste con esas chicas, especialmente con la que te besó-
Justin no habló, miró brevemente los ojos azul-plateado de su novio, en estos se veía que estaba sumamente enojado por lo que solo asintió dándole a entender que la única persona a la que le pertenecía era a él y solo a él. Frankie sonrió aceptando su silenciosa afirmación, deslizó su mano hasta tomar fuertemente la mandíbula de Justin para luego proceder a besarlo ruda pero suavemente mientras con uno de sus brazos envolvía aquel delgado pero trabajado cuerpo en un abrazo brutal.
-F-Frankie...-fue lo único que Justin pudo pronunciar antes de que el chico mayor lo interrumpiera besándolo, lamiendo y succionando su labio inferior al punto de provocar escalofríos en Justin, que se retorcía desesperadamente. Seguidamente Frankie se movió hacia abajo, recorriendo a besos el cuello del menor, mordiendo su clavícula, moviéndose hacia el hueco en la base de su garganta, Justin respiraba agitadamente en ese punto, su pecho subía y bajaba mientras el actor de ojos azul plateado besaba su camino hacia abajo, con los dedos de su mano libre, apretó la tela con franjas blancas y naranjas de la camisa de Justin junto con la tela gris de su camiseta, deslizándola para dejar al descubierto un poco de la piel de su hombro, no pudo evitar relamerse los labios humedeciéndolos un poco, luego bajó su boca hasta el hombro ligeramente expuesto de su novio, atrapando parte de la tierna piel entre sus labios y dientes, desplazándola, presionando sus dientes contra ella-a... aah... F-Frankie~-
Justin cerró los ojos con fuerza mientras Frankie subía a base de lamidas dejando al descubierto un poco más de su cuello, soltó una pequeña carcajada mientras se inclinaba hacia él, encontrando el punto exacto de su cuello, bajo al contorno de su mandíbula, lo besó y mordió hasta que escalofríos recorrieron la espalda de Justin y empezó a temblar, ni siquiera se dio cuenta cuando su novio se desabrochó la hebilla del cinturón y el botón superior de sus jeans pero cuando bajó suavemente la cremallera, Justin se sobresaltó. Era demasiado, Frankie había dejado que su lado salvaje lo controlara, lo dominara, y le exigía que tenía que marcar lo que era suyo, que tenía que hacerle entender a Justin quién era realmente su dueño.
El menor, por su parte, sentía que se derretía de placer sólo con eso, y lo mejor aún no había llegado.
Entró en pánico en cuanto vio que Frankie bajaba lentamente sus manos por sus costados hasta llegar al dobladillo de sus jeans, logrando meter una de sus manos y...
-No-Frankie habló de repente mientras se apartaba de su novio. Justin lo miró, confundido e inseguro, su cuerpo comenzó a tensarse por la forma en que había dicho ese "no".
-¿Qué pasa?-preguntó Justin sin dejar de mirar al mayor.
-Aquí no. No quiero hacerlo en un callejón oscuro y sucio-dijo Frankie volviendo a levantar la mirada hacia el adolescente que tenía enfrente, luego miró a su alrededor-hay un lugar no muy lejos de aquí donde podríamos pasar la noche y seguir con esto. ¿Quieres venir conmigo? ¿qué dices?-
Justin sintió que su cuerpo se relajaba y sonrió.
-De acuerdo. Iré contigo-contestó pero de repente su sonrisa se borró cuando recordó algo-espera, pero, ¿qué pasará con la fiesta? ¿qué le diremos a los demás?-
-No tenemos que decirles nada-le dijo Frankie-van a creer que salimos a tomar un poco de aire fresco-
Minutos más tarde, ambos actores gritaban, reían a carcajadas y corrían hasta llegar al motel, Frankie sujetaba a Justin por el brazo mientras el último corría detrás de él. Entraron, corrieron por el lobby sin dejar de hacer ruido lo que terminó por molestar a algunas personas que aún se encontraban ahí, pero decidieron no darle importancia a ese par de raritos, tomaron la tarjeta de acceso a su habitación y luego se dirigieron a las escaleras, ambos subieron aún tomados de la mano, caminando con torpeza como si estuvieran ebrios y riendo sin control. A medio camino y un par de puertas antes de llegar a su habitación, Justin empujó a su novio haciendo que su espalda chocara contra la pared, colocó ambas manos sobre su cabeza y lo besó furiosamente; el mayor sólo alcanzó a corresponder el beso con la misma pasión, colocando sus piernas alrededor de la espalda baja de su novio.
-Sigues con ganas de que te haga mío, ¿no?-susurró Justin, haciendo que su novio se sonrojara furiosamente. El actor sonrió aún más y antes de que Frankie pudiera siquiera responder, volvió a besarlo mientras sus manos seguían recorriendo su esbelto cuerpo por encima de la ropa al tiempo que el de ojos azul plateado colocaba sus brazos alrededor del cuello de su novio, porque ya comenzaba a cansarse de tenerlos levantados.
-J-Justin... aah... vamos... ngh... vamos a la maldita habitación-pronunció Frankie entre jadeos, haciendo que el susodicho se separara para dedicarle una última sonrisa.
Tras eso, ambos retomaron su camino, como pudo (y porque sus manos temblaban de ansiedad) Justin sacó la llave electrónica del bolsillo trasero de sus jeans sin dejar de besar a su novio y abrió la puerta, empujándose a sí mismo y a Frankie dentro de la habitación. Cerró la puerta de una patada y ambos caminaron por el corto pero estrecho pasillo que conducía al resto de su habitación, Frankie volvió la mirada hacia Justin quien no perdió ni un segundo, se acercó a él y lo tomó de la mano, jalándolo hacia la cama matrimonial que estaba frente a ellos.
Frankie cayó de espaldas sobre el colchón y Justin hizo lo mismo, sólo que en lugar de recostarse de espaldas junto a su novio, se posicionó encima de él, antes de que pudieran continuar con lo que habían estado haciendo en el callejón, el joven actor se tomó un momento para mirar a su alrededor, entonces una sonrisa se dibujó en su rostro.
-¿Q-qué me vas a hacer?-preguntó Frankie dejando entrever un deje de nerviosismo en su voz.
-Eso ni siquiera se pregunta-respondió Justin quien volvió a besar a Frankie pero esta vez con una delicadeza y lentitud casi exasperantes, rió suave pero casi inaudiblemente ante la ligera frustración de su novio-pero si tanto quieres tener una respuesta, te la daré, pienso hacerte lo que quiera y más, amor-exhaló en voz baja.
-¿Sabes? ahora que lo pienso, no creo que sea mala idea que nos detengamos aquí... es decir, lo hicimos hace unos días, no nos dolerá que no hagamos nada más esta noche-sugirió Frankie.
-Frankie-dijo Justin seriamente haciendo que su novio centrara su mirada en él, a pesar de la tenue luz que se filtraba por la ventana de la habitación, fue capaz de verlo perfectamente-escucha, contigo lo haría como tu pareja, como amantes, como amigos de ser necesario. Pero, me importa más hacerlo contigo porque te amo y porque sé que nos amamos...-soltó sin rodeos, sin necesidad de endulzar sus palabras, después de todo no había razón para hacerlo.
Frankie sonrió y estuvo a punto de decir algo, probablemente diría que las palabras de su novio eran atrevidas y desafiantes, pero Justin lo detuvo rápidamente extendiendo una mano y colocándola sobre su pronunciada cintura, ejerciendo una firme presión para que tanto su espalda como su cintura se elevaran unos centímetros del colchón, se acercó y volvió a besar a su novio, no lo alejó, pero tampoco rechazó el contacto y cerró los ojos, dejándose llevar.
Justin movió sus labios contra los de Frankie, trastornándolo, haciendo que inconscientemente abriera la boca y lo que había comenzado como un beso tierno, sin mayor intención que esa, poco a poco se convirtió en uno mucho más candente, que lo alentaba a tener actividades mucho más placenteras.
Las manos de Justin se movieron hacia el pecho de Frankie y tomó su camisa de rayas grises, quitándosela lentamente junto con su camiseta amarilla dejando su pecho al descubierto, deslizo sus palmas por todo el cuerpo desde su pecho hasta su vientre, sintiendo cada centímetro de piel que su torso tenía para ofrecer. Se inclinó y comenzó a besar el cuello de Frankie lenta y dolorosamente, trazando su camino hacia abajo mientras el mayor no podía hacer otra cosa que cerrar los ojos y gemir, en cuanto el chico de ojos verdes llegó al dobladillo de los jeans de su novio, detuvo su atención por unos segundos mientras se sentaba para poder quitarse la camisa junto con su camiseta gris, dejando su propio pecho al descubierto.
-Dios mío, Justin-jadeó Frankie mirando fijamente el cuerpo de su novio.
-¿Qué pasa ahora?-preguntó Justin mientras rodaba los ojos.
-Nada... q-quiero decir, eres un Dios, Justin. Eres mi Dios-le dijo Frankie, pero el menor no daba crédito a sus palabras.
-Estás bromeando.
-¡No lo estoy! lo digo en serio-dijo Frankie mientras se levantaba hasta que la mitad de su cuerpo quedó sentado en el colchón-y lo que dije en el episodio cuando estábamos solos en el auto... lo dije en serio, de verdad-después de decir eso, cerró la distancia y besó a Justin mientras sus manos recorrían sus pechos, acariciando la espalda y costillas del otro. Frankie entonces pasó sus manos por la espalda de su novio y las subió hasta apoyarlas en su nuca, Justin se inclinó más cerca, haciendo que ambos cayeran al colchón una vez más y apretó su cuerpo contra el de Frankie. Sintió su corazón latir rápido, su pulso acelerarse bajo sus manos, hasta que Justin tomó su mano derecha, la deslizó desde su nuca hasta su pecho, conduciéndola más y más abajo, y se detuvo sólo cuando había llegado a su entrepierna-¡mierda!-
-¿Sientes eso?-preguntó Justin mientras obligaba a Frankie a aplicar algo de presión sobre su evidente erección-¿puedes sentir lo que me hiciste?-se impulsó hacia el chico de ojos azul plateado y le susurró al oído-me excitas tanto que apenas puedo contenerme cuando estoy cerca de ti-
-Sí, ya me di cuenta-respondió Frankie, un profundo sonrojo creció en su rostro mientras sus ojos observaban el bulto que su mano estaba aprisionando, luego volvió a elevar la mirada hacia su novio y una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro-y, ¿qué quieres que haga al respecto?-
-Nada, nada en absoluto-dijo Justin-de hecho, ¿por qué no simplemente te relajas mientras yo hago todo el trabajo por ti, cariño?-Frankie no habló, sino que permaneció con los ojos cerrados mientras las manos de Justin se deslizaban repentinamente una vez más sobre la piel de su pecho. No quería volver a abrir los ojos, no quería verlo, quería disfrutarlo; sin embargo, cuando sintió un par de labios rozándole el cuello, Frankie no pudo evitar sentirse como si lo hubieran electrocutado. Era un roce suave, casi inocente, pero que lo hizo estremecerse-hmm, parece que esto realmente te gusta-le susurró al oído.
Frankie sintió que sus manos volvían al dobladillo de sus jeans, los bajó junto con sus bóxers y sus manos exploraron el resto de su piel ahora enardecida hasta que tomó su erección, sintiendo como se ponía rígida bajo su tacto. La sujetó con firmeza y comenzó a deslizar su mano arriba y abajo, la sonrisa en su rostro se hizo más grande cuando oyó a su novio jadear, así que siguió acariciando su erección mientras su pulgar rodeaba fácilmente su punta que ya goteaba líquido preseminal. Después de unos minutos, Frankie decidió que no pasaría más tiempo siendo provocado, así que se acercó a Justin y se sentó en su regazo mientras sus labios hinchados se unían a los suyos en un beso demandante y voraz, sus manos sujetaron el dobladillo de sus jeans y los jaló hacia abajo junto con sus bóxers, Justin lo ayudó a quitárselos por completo moviendo sus piernas fuera del regazo de su novio, y una vez que se los quitó por completo, Frankie los arrojó a una esquina de la habitación. Pasó las yemas de los dedos por la suave piel de los muslos de Justin, moviéndose lentamente hacia su entrepierna, Justin no pudo evitar gemir al sentir como Frankie presionaba su mano contra su erección una vez más, arqueó la espalda ligeramente cuando el chico de ojos azules plateados entró en contacto con su pene, sujetándolo y acariciándolo lentamente, deleitándose en la tortura que estaba ocasionando en su amado.
Aparentemente esto provocó un largo gemido por parte de Justin y acto seguido, Frankie se inclinó, tomó su erección con una mano y la colocó frente a su rostro, sabiendo lo desesperado que estaba por sentir esa fricción.
Empezó a lamer lentamente, sintiendo cómo Justin se retorcía al verlo. Tomó al mayor por el cabello y comenzó a acariciarlo, disfrutando de la estimulación. Viendo que tenía permiso para continuar con lo que estaba haciendo, Frankie abrió la boca, introdujo el glande y comenzó a succionarlo, mientras con las manos acariciaba suavemente la base del pene de su novio, luego se hundió más profundamente hasta que logró introducir toda el pene en su boca, haciendo un delicioso vaivén, trabajando su lengua con pequeños movimientos rápidos, tratando de disfrutar todo lo que podía. Justin se aferró al cabello castaño claro de Frankie mientras bajaba la cabeza para verlo mover su propia cabeza arriba y abajo mientras se esforzaba por introducir todo su miembro, creyó que se correría en cualquier momento, pero antes de que algo así pudiera suceder, Frankie se levantó de su posición, e hizo algo que ni en sus fantasías más salvajes involucrando a ese chico hubiera sido posible: volvió a introducir su erección en su boca y se la metió hasta la garganta, oyéndolo jadear y luego comenzar a darle una profunda mamada al tiempo que sus mejillas se sonrojaban.
Joder, ¡qué bien sabía hacerle un oral! Justin no cabía en su sorpresa, Frankie podía ser endemoniadamente sexy cuando le convenía.
Fue sacado de sus pensamientos apenas los labios hinchados de Frankie se separaron de su erección y volvió a sentarse en su regazo, frotando su trasero contra el pene (ya bastante) despierto de Justin. Se acercó a él para besarlo suavemente pero el menor comenzó una desenfrenada lucha de lenguas con él, Frankie gimió por lo bajo, muriéndose de placer y suplicando por más, algo a lo que Justin accedió recostándolo de nuevo sobre el colchón y sin siquiera detenerse a pensarlo, se subió encima de él para continuar besándolo, al tiempo que lo envolvía con sus brazos en un abrazo para que lo sintiera cerca de él.
Tras un par de minutos, Frankie se separó del beso y, aferrando sus manos al colchón, gimió al sentir cómo Justin dirigía su erección hacia su entrada, dándole a entender que en cualquier momento estaría dentro de él.
Y justo cuando estaban a punto de llegar a la parte final de su acto, la puerta de la habitación se abrió permitiendo que una silueta entrara en su interior. A pesar de la escasa luz, ambos chicos pudieron darse cuenta de que se trataba de Christopher, quien al parecer había abandonado la fiesta con el propósito de ir a buscarlos para que regresaran, y supuso que tal vez se encontraban ahí, y que simplemente habían ido a descansar ya que había sido una larga noche para todos.
-¿Chicos? chicos, ¿están aquí?-habló el joven mientras miraba dentro de la habitación pero no podía ver nada-joder, debe haber algún interruptor aquí, no puedo ver nada con tanta oscuridad-
-¡No, Chris, no! ¡no lo hagas! ¡no enciendas el...!-dijeron al unísono Frankie y Justin; sin embargo, ya era tarde, pues apenas encendió la luz y en cuanto vio semejante espectáculo, el actor no pudo hacer otra cosa que quedarse parado donde estaba: en el pequeño pasillo, a escasos centímetros de la cama en la que yacían sus dos compañeros de trabajo totalmente desnudos.
Hubo un momento de silencio algo incómodo por parte de los tres durante unos segundos, hasta que Christopher volvió a hablar.
-Uhh... bien... esto se puso raro-dijo dándose la vuelta para marcharse de allí-si alguno de ustedes me necesita, iré al techo a suicidarme-
-Pff, no seas tan exagerado-comentó Frankie aún debajo de Justin, el joven adulto había pasado por cosas mucho peores como para traumatizarse con semejante escena.
-¡Chris, no! ¡espera!-exclamó Justin quien rápidamente salió del interior de su novio, improvisadamente colocó la manta que cubría la cama alrededor de su cuerpo y corrió torpemente a detener a su amigo-no te vayas... yo... nosotros... podemos explicarlo todo, pero antes que nada debo pedirte que no te alteres por lo que vamos a decir y si después de esto ya no quieres hablarnos ni seguir siendo nuestro amigo, lo aceptaré-
Más tarde, los tres actores estaban sentados en los sofás individuales que habían sido colocados frente a una mesa redonda en una esquina de la habitación, con la diferencia de que en vez de estar colocados frente a la mesa, los tres estaban sentados mirándose fijamente, Christopher en un sofá para él solo, frente a Frankie y Justin que también estaban sentados en los sofás uno junto al otro. Ambos se tomaron su tiempo para explicarle al joven lo que había visto, también le contaron lo que sentían el uno por el otro, le hablaron de su relación, de cómo empezó y del tiempo que llevaban juntos.
Al final, se creó un ambiente un poco tenso por unos segundos, Christopher no había emitido ninguna pregunta o palabra en cuanto Frankie y Justin comenzaron su relato y tampoco dijo nada cuando terminaron, de hecho, simplemente permaneció en silencio, con ambas manos entrelazadas bajo la barbilla, los labios fruncidos y de vez en cuando miraba a sus dos compañeros y amigos atentamente, como si intentara analizar algo o quisiera procesar toda la información que le acababan de contar.
-Bueno, creo que eso sería todo por ahora-dijo Frankie, sintiendo como se le llenaban los ojos de lágrimas y se le formaba un nudo en la garganta por las ganas de llorar, pero aun así, se esforzó por no mostrar dolor ante el joven sentado frente a él y su novio-lo siento mucho, lo sentimos mucho, Chris y... entenderé si sientes rechazo o asco después de esto pero, teníamos que decírtelo-
-Con todo respeto, no me importa si ya no quieres hablar con nosotros o ser nuestro amigo después de lo que te acabamos de decir. Pero lo que sentimos no podrá cambiar de un día para otro-le dijo Justin mientras tomaba la mano de su novio para consolarlo, ya que había notado que en cualquier momento rompería en llanto. Durante unos segundos más, Chris no habló y se limitó a mirar fijamente a ambos chicos, primero miró a Frankie, luego a Justin, luego a Frankie, y así sucesivamente, hasta que detuvo su mirada en un punto fijo de aquella habitación, respiró profundamente por la nariz, exhaló el aire y finalmente habló.
-¿Saben? yo... ya sospechaba algo así-dijo de repente el joven, sorprendiendo a sus dos amigos que lo miraron completamente asombrados-quiero decir, Frankie, si no recuerdo mal, hace un año cuando estuviste en Nuevo México, me dijiste que estabas enamorado de alguien. Pero, nunca se me pasó por la cabeza que ese alguien sería Justin, por el amor de Dios-
Justin no podía creer lo que estaba oyendo y rápidamente desvió la mirada hacia su novio sin soltar su mano en ningún momento.
-¿Se lo dijiste?-dijo Justin en voz baja y luego exclamó-¡¿le dijiste que estabas enamorado de mí?!-
-¿Qué? ¡claro que no! ¿hablé con Christopher aquella vez que estuvimos en Nuevo México? sí, lo hice. En ese momento estaba confundido y apenas podía entender mis sentimientos por ti, así que, fui a decirle que me gustaba alguien porque pensé que él me ayudaría, pero nunca le dije que la persona que me gustaba eras tú, amor.
-Lo que Frankie está diciendo es verdad, Justin-dijo Christopher llamando la atención del chico de ojos verdes-esa noche vino a hablar conmigo, pude notar lo angustiado que estaba, tenía mis sospechas de que era un caso de amor no correspondido así que me ofrecí a ayudarlo lo mejor que podía, pero antes que nada necesitaba saber de quién estaba enamorado Frankie-
-Pero por miedo a cómo se lo pudiera tomar, decidí no decírselo-continuó el chico de ojos azul plateado.
-Tuve mis propias sospechas después de aquella conversación, y aun así, opté por fingir que nada había pasado-dijo Christopher-o al menos así siguieron las cosas hasta el día después de grabar el especial de Acción de Gracias, momento en el que intuí que algo pasaba entre ustedes dos. Pero antes necesitaba aclarar mis dudas con Frankie-
-Entonces... ¿eso era de lo que hablaban aquel día en el baño?-preguntó Justin-quiero decir, aparte de escuchar a mi novio decir que estuvo a punto de tener sexo con una chica en estado de ebriedad pero luego, según entiendo, se acobardó-
-No exactamente, más que nada me hizo pensar en el hecho de que admitió delante de todo el mundo (incluyéndote a ti) que es gay. A lo que me atreví a preguntarle si lo era-contestó el joven-y... con lo que acabo de ver... me quedó más que claro que sí, efectivamente, Frankie es gay-
-¡No, no lo soy!-se defendió Frankie-quiero decir, no me interesan otros chicos, ni hay nadie más que pueda atraerme de esa manera, ¿lo entiendes? el único chico que puede hacer que mi vida tenga sentido, que todo lo que hago valga la pena y, el único al que sé que nunca dejaré de amar es a Justin-volvió a dirigir su mirada a su novio sentado a su lado, al que dedicó una dulce pero tierna sonrisa. Justin lo miró un poco estupefacto pero aun así le devolvió la sonrisa con otra casi idéntica.
-Está bien, chicos. Creo que me quedó más que claro lo mucho que se aman, pero esto ya es demasiada cursilería homosexual para mí en un solo día-habló Christopher, haciendo que ambos actores volvieran sus miradas hacia él-ahora que todo está aclarado. Quiero decirles un par de cosas, en primer lugar, no piensen que porque me hayan dicho esto nuestra amistad se acabará o las cosas van a cambiar entre nosotros. Todavía los quiero e intentaré respetar su nueva relación. Segundo, ¿soy el primero en enterarme de esto o hay alguien más que ya lo sabe?-
-Bueno, estaban Brittany y Reagan, pero hace tiempo que no sabemos nada de ellas-contestó Justin-así que podría decir que sí, eres la primera persona que lo sabe-
-Sólo te pedimos que no le digas a nadie lo que viste o lo que te acabamos de decir, ¿de acuerdo?-le dijo Frankie.
-Pueden quedarse tranquilos y confíen en mí, de esta conversación no saldrá absolutamente nada-les aseguró Christopher-ah, y hablando de eso... Linwood me mandó a buscarlos, dijo que la fiesta aún no termina y quiere que vuelvan-
-Bueno, dile que volveremos en un rato. Que nos espere-dijo Justin mientras se levantaba y acompañaba a su amigo de vuelta a la puerta de la habitación-todavía tenemos un asunto que discutir aquí, así que... dile que nos espere-
-Bien, pero no tarden mucho. No sé cuánto tiempo más podré distraerlo.
Tras decir esto, Justin empujó al actor fuera de la habitación y la puerta se cerró tras él.
De vuelta en la habitación, Justin esperó a que los pasos de Christopher dejaran de oírse en el corredor externo y, una vez hecho esto, no perdió ni un segundo para disfrutar de su renovada soledad con el chico que ama.
-Muy bien, eso fue demasiado... incómodo, si permites opinar-comentó Frankie una vez que Christopher abandonó la habitación para volver a la fiesta con el resto del elenco y personal de la serie.
-Ni me lo digas-contestó Justin mientras daba la vuelta y volvía junto a su novio, se acercó hasta quedar a escasos centímetros de él y acunó su rostro entre sus palmas mientras le dedicaba una pequeña sonrisa seductora-ahora, ¿en qué quedamos?-Frankie no contestó a la pregunta de su novio, sino que se limitó a soltar una suave risita, al tiempo que se acercaba a él y finalmente unía sus labios en un nuevo beso. El mayor gimió, provocando sensaciones indescriptibles en aquel beso; su cuerpo temblaba, anhelando más contacto de aquellas manos y aquella boca, pero al parecer, Justin tenía otros planes en mente, quería jugar un poco más con él antes de pasar directamente al acto final. Deslizó su lengua entre los labios entreabiertos de Frankie y penetró aún más, explorando las profundidades de su boca, haciéndolo gemir, su erección palpitaba de nuevo, frotándose entre sus abdómenes y frustrándose más con cada segundo que pasaba. Sus labios ahora hinchados se separaron de los de Frankie mientras lo llevaba de vuelta a la cama-date la vuelta-susurró contra su oído.
-¿Q-qué?-murmuró Frankie confundido, todavía intentaba salir de su trance.
-¡Sólo hazlo!-le ordenó Justin con impaciencia.
-Está bien, está bien. Cálmate, ahí voy-Frankie hizo lo que su novio le indicó y se recostó boca abajo contra el colchón, el chico de ojos verdes se relamió los labios ante la erótica visión que tenía frente a él, que le recordaba cuando habían hecho el amor en su auto durante su primera cita, Frankie se le había entregado en esa misma posición recostado en el asiento trasero, y ese excitante recuerdo fue lo que lo motivó a continuar. Besó con cuidado sus hombros, bajando lentamente para que sólo pudiera oírlo gemir, entre besos y lamidas, sus labios comenzaron a recorrer toda la espalda de Frankie, quien gemía sin discreción ante aquellas suaves caricias, siguió bajando hasta llegar a su trasero y una vez allí, comenzó a lamer su entrada.
-Justin, no. Por favor, ¡ahí no!-se quejó Frankie, pero fue inútil, con una sonrisa perversa en su rostro, Justin continuó estimulando aquel estrecho pasaje, penetrándolo de vez en cuando con su lengua-¡ahh~!-joder ¡eso se sentía increíble! aquella talentosa lengua se movía dentro de él de una forma tan erótica y deliciosamente placentera, era incapaz de creer que Justin pudiera hacer algo así, sentía que se correría en cualquier momento sólo con tener la lengua de su novio invadiendo sus paredes internas. Justin arqueó ligeramente las cejas ante las reacciones que él mismo estaba provocando en Frankie y continuó estimulando su estrecho pasaje, oyendo gemidos de puro éxtasis y lujuria hasta que sintió que estaba a punto de correrse, entonces retiró con cuidado la lengua de su entrada-a-aah... ¿qué? hey ¡eso no es justo! estaba a punto de correrme ¿por qué te detuvis...?-
-Dilo-exigió Justin interrumpiendo su pregunta.
-¿Eh?
-Dilo-repitió de nuevo, esta vez lamiendo y besando el cuello y los hombros del chico debajo de él.
-No sé qué se supone que debo decir-dijo Frankie un poco confundido.
-Sí lo sabes, no te hagas el imbécil. Ahora, dilo-le ordenó su novio, esta vez ejerciendo un poco más de seriedad en sus palabras.
-Justin... ah... h-hazme tuyo... por favor...
-Bien, eso era lo que quería oír.
Justin no perdió más tiempo, tomó a Frankie por las caderas y en la misma posición en la que estaban, introdujo su pene dentro del más que dilatado pasaje de su novio haciéndolo gritar de placer. Él también gimió moviéndose con fuerza contra sus caderas mientras dirigía su mano libre a su miembro para comenzar a masturbarlo al ritmo de sus embestidas.
-¡Aaah! Justin... Justin... m-más... nngh... ¡más, por favor ¡mmph!-pronunció Frankie entre gemidos sintiendo como el pene de su novio invadía profundamente sus paredes internas.
-Como quieras, amor-dijo Justin que inmediatamente embistió al mayor con más intensidad.
-¡Agh!
-Me encanta como gimes, sobre todo porque sé que esos sonidos no serán escuchados por nadie más aparte de mí-susurró lujuriosamente el chico de ojos verdes. Se inclinó y comenzó a dejar pequeños besos sobre su hombro, moviéndose de nuevo hacia su cuello y acarició la suave piel con su lengua, lo que hizo que Frankie se retorciera mientras Justin lo mordía con sus dientes, provocándolo aún más. Se estremeció y gimió debajo de él satisfecho con su endurecida erección golpeando el colchón, luego jadeó cuando con sus manos Justin jaló sus pezones juguetonamente, rodeándolos con sus dedos, pellizcándolos y jalándolos ligeramente.
-¡Oooh!-gruñó Frankie mientras se retorcía y gemía debajo de su novio. Justin le mordisqueó el cuello cuando de repente exclamó-¡deja de jugar y córrete dentro de mí, por favor!-
Ante tan atrevido comentario, Justin se separó del cuello de su novio para verlo a los ojos, enseguida sus ojos verdes recorrieron su cuerpo ligeramente tonificado y los latidos de su corazón se hicieron cada vez más veloces.
-Te divierte desafiarme, ¿verdad?-preguntó Justin-¿estás seguro de que quieres esto? ¿de lo desesperado que estás por sentir mi semen llenando tus entrañas? ¿eh? ¿estás listo para llegar hasta el final?-
-Sí, sí, estoy más que listo-respondió Frankie, Justin sonrió y lo besó por última vez esa noche, luego comenzó a moverse dentro y fuera de su novio nuevamente, sus ojos azul-plateado se abrieron de par en par mientras Justin se retiraba y se hundía en su interior creando su propio ritmo. Sus gemidos de dolor e inconformidad se convirtieron pronto en gemidos de placer indescriptible una vez que Justin logró golpear su punto "P"-¡oh, Dios!-
-J-Joder, estás tan apretado, Frankie. No importa cuántas veces te folle, por dentro siempre vas a estar estrecho-dijo Justin mientras lo penetraba, sintiendo el calor crecer dentro de él, casi como si el clímax estuviera a punto de llegar. Aumentó sus embestidas y lo penetró cada vez más fuerte, sintiendo cómo sus paredes internas se cerraban y apretaban alrededor de su pulsante miembro.
Frankie jadeaba con esfuerzo, tratando de normalizar su respiración, oyendo a Justin gemir pesadamente encima de él. Con algo de cuidado, el chico de ojos verdes salió del mayor, Frankie se quejó por la pérdida de contacto pero luego pudo sentir como Justin lo colocaba con la espalda ahora apoyada en el colchón y mirándolo de frente todo el tiempo mientras se preparaba para estar dentro de él una vez más.
-¡Aaah... Justin~!-gritó Frankie antes de alcanzar su orgasmo. Chilló y le clavó las uñas en la espalda al tiempo que se corría entre sus abdómenes, algunas embestidas más tarde, Justin sintió como su semen se esparcía en el interior de su novio.
Luego de calmarse un poco y tratar de normalizar su respiración, Justin sacó su miembro ya flácido del interior de su novio y se acostó a su lado. Frankie no habló en todo ese tiempo, pero le miró con algo de cansancio en los ojos, luego se acercó a él y le dio un corto beso. Justin sonrió levemente ante este inesperado gesto del chico al que amaba y se abalanzó sobre él para corresponderle el beso y tal vez, sólo tal vez, empezar una nueva ronda más tarde.
El resto de la noche transcurrió así, Frankie continuó gimiendo, gozando del placer que recorría todo su cuerpo hasta llegar al límite, pero aparentemente eso no fue suficiente para Justin, una vez que el actor había alcanzado el punto máximo de su orgasmo, hizo todo lo posible para llevarlo a ese límite una y otra vez, pronunciando su nombre entre gemidos, viéndolo temblar ante un simple toque o caricia. Frankie le pertenecía, era totalmente suyo, y esa era la única confirmación que Justin necesitaba.
Varias horas después, Frankie despertó con un ruido extraño que venía del otro lado de la puerta. Miró a su alrededor y notó que no estaba en su casa, al final no habían regresado a la fiesta como habían prometido, sino que estaba acostado en la cama de una habitación común de motel, con las sábanas esparcidas por toda la cama, apenas cubriendo su cuerpo desnudo, y sus ropas esparcidas por el suelo. También se dio cuenta de que la puerta del baño estaba entreabierta, podía oír el sonido del agua cayendo de la ducha y alguien tomando un baño allí, asumió que tal vez Justin había aprovechado la oportunidad para levantarse temprano y tomar una ducha antes de volver a casa.
Miró la alarma de la mesita de noche junto a la cama para comprobar la hora, eran las 9:07 a.m. con razón el día estaba tan soleado, habían dormido más de lo necesario, se había acostumbrado a tener que levantarse temprano los días que tenía que ir a trabajar, que simplemente no se había dado cuenta de lo mucho que su cuerpo le exigía descansar un par de horas extra. Refregó los ojos quitándose el sueño, lentamente se levantó de la cama, su cuerpo todavía estaba dolorido por todo lo que pasó anoche así que tuvo que tener cuidado con sus movimientos, comenzó a buscar sus pantalones, cuando los encontró, se los puso, caminó hacia la puerta del baño, la abrió y luego la cerró lentamente detrás de él. Se acercó despacio hasta llegar a la ducha que estaba a sólo unos centímetros de la puerta, el sonido del agua se hizo más intenso con cada paso que daba hasta que se encontró frente a la cortina de la ducha.
Pudo ver la silueta del cuerpo desnudo de su novio al otro lado de la ducha, completamente ajeno a lo que ocurría a su alrededor, sin atreverse a pensar en las consecuencias de sus actos, Frankie deslizó la cortina haciendo que Justin girara la cabeza y lo mirara con la boca abierta.
-¡Frankie! ¿qué... qué haces aquí? ¡casi me das un ataque, imbécil!-dijo Justin una vez que salió de su asombro. Frankie no le contestó, se acercó a su novio, lo tomó del brazo y lo sacó fuera de la ducha, cerró la llave bajo su ahora desconcertado rostro-Frankie, en serio, ¿qué está pasando con...?-dejó de hablar cuando sintió la mano derecha de su novio acunando su mejilla, luego volvió a mirar a Frankie que lo miraba perplejo con una media sonrisa dibujada en su rostro. Con la mano libre tomó a Justin por la nuca y presionó sus labios con los suyos en un cálido y tierno beso, él le correspondió el beso aún anonadado por la repentina aparición de Frankie en la ducha, ni siquiera sabía nada de lo que tenía en mente, probablemente creía que había quedado algo que no llegaron a hacer la noche anterior. La mano que estaba acunando su mejilla bajó lentamente por su espalda, continuando su recorrido hasta la parte baja de su espalda, sintiéndola arquearse al llegar a la línea que descendía a su trasero y palpando esos cálidos y suaves glúteos, las manos de Frankie los tantearon suavemente al principio, Justin comenzó a emitir suaves jadeos, exhalando más de lo que inhalaba mientras su cabeza se inclinaba hacia atrás para darle más acceso a su novio. Gimió cuando los labios de Frankie rozaron el lóbulo de su oreja, lamiendo y mordisqueando, haciéndolo temblar y su pecho comenzó a agitarse arriba y abajo ante el tacto-Frankie...-pronunció entre gemidos, Frankie se apartó de Justin sólo para asegurarse de que mantenían el contacto visual-quítate la ropa-
Frankie asintió, no había mucho que quitarse, sólo llevaba los jeans puestos. Justin le quitó esa prenda con nerviosismo y trató de mantenerse distraído mientras lo hacía, ya que las imágenes de lo que habían hecho la noche anterior volvieron a su mente, apartó la mirada de los lascivos ojos azul-plateado de Frankie.
-Mírame-le dijo con una suave sonrisa en sus labios. Hizo lo que le indicó, y a continuación Frankie le tomó las manos y las apartó de sus jeans ahora sueltos, sin darse cuenta Justin trasladó su mirada de las manos de Frankie a las suyas propias y luego a su entrepierna cubierta por sus boxers blancos lisos, se sonrojó incapaz de recordar si se los arrancó anoche o si llevaban el mismo color de bóxer. Salió de sus pensamientos en cuanto sintió la mano izquierda de Frankie moviéndose hacia su cabeza y acarició su húmedo cabello en punta dejándola allí-buen chico, ahora quítame los bóxers-los ojos de Justin se abrieron de golpe, su corazón comenzó a latir como loco dentro de su pecho con tanta fuerza que incluso podía escuchar su pulso. Tragó saliva, aún en estado de shock, pero se relajó al instante cuando sintió los dedos de Frankie recorriendo su cuero cabelludo hasta los extremos de su cabello en punta. Por desgracia, Frankie apartó la mano de su cabeza antes de que pudiera disfrutar más de ese tacto-vamos, quítamelos-
Hizo lo que se le había dicho en primer lugar, tomó el elástico del bóxer tirando hacia abajo y se quedó sin aliento cuando sus ojos se encontraron con la erección de Frankie.
-¿Y ahora qué hago?-preguntó Justin mirando a su novio, esperando una respuesta.
-Tranquilo, tómala-respondió Frankie. Justin dio un paso atrás y dudó, inseguro de tomar el pene erecto de su novio o no, al ver que no era capaz de tomar una decisión, el actor de ojos azul-plateado lo sujetó por la nuca y se introdujo en su boca húmeda y caliente, se oyeron ruidos ahogados a medida que Justin luchaba con la longitud de su novio que ahora estaba en el fondo de su garganta. Frankie enredó una mano en el cabello en punta de Justin y sacó su cabeza de su pene lentamente, luego lo introdujo de nueva cuenta sobre él, una vez que entendió lo que su novio quería que hiciera, Justin comenzó a seguir el ritmo, los ruidos de gorgoteo pronto se convirtieron en gemidos ahogados mientras trataba de recuperar la compostura y estabilizar su respiración. Cuando consiguió a duras penas estabilizar su respiración, Justin empezó a succionar, lamer y sorber un poco más el pene de Frankie, haciéndolo gemir, poniendo ambas manos en su cabeza, aferrando firmemente sus puntas-¡ah! ooh~-comenzó a mover bruscamente las caderas dentro de la boca de Justin, introduciendo su erección aún más en su garganta-ooh, Dios~- Justin llevó su mano a su propia erección y empezó a masturbarla mientras seguía succionando el pene de su novio, cada vez estaba más ansioso, las succiones se volvían más lujuriosas con cada segundo que pasaba y sintió la mano derecha de Frankie bajando hasta su nuca mientras se introducía más cerca de ese par de labios. Se movió un par de veces más observando al menor, contemplando cómo se ahogaba debajo de él y antes de que su pene palpitante finalmente explotara dentro de su boca, Frankie se apartó de él. Jadeó salvajemente con los labios hinchados una vez más y sus ojos verdes vidriosos por las lágrimas y el deseo buscaban los de su novio, intentó sujetar su erección, queriendo más pero Frankie se lo impidió-no-le dijo manteniéndolo alejado-¿qué tanto lo quieres?-
Justin lo meditó por un momento, pero luego soltó.
-¡Lo quiero!-al tiempo que intentaba nuevamente tomar el pene de Frankie; sin embargo, éste de nuevo se lo impidió.
-¿Qué tanto lo deseas, bebé?-preguntó Frankie burlonamente. Justin lo miró en silencio con ojos suplicantes mientras esperaba una respuesta.
-Frankie, por favor. No me hagas decirlo, cariño-pensó Justin con voz suplicante. Salió de sus pensamientos cuando lo vio darse la vuelta para salir del baño.
-Supongo que no quieres mi semen tanto como pensaba-dijo Frankie.
-¡No, espera! Frankie, ¡espera! si quiero-espetó Justin impidiéndole salir del baño-por favor, déjame chupártela-Frankie pareció pensárselo un poco, y bajó la mirada para observarlo, poniendo su mejor rostro inexpresivo-por favor, Frankie-no respondió pero sonrió, dando su consentimiento. Eso fue más que suficiente para Justin, quien no perdió más tiempo y volvió a embestir el pene de Frankie en su garganta, atragantándose una vez más en el proceso, Frankie lo ayudó a dejar de atragantarse sujetándolo del cabello y reanudó el sexo oral, la estrechez de su garganta y los ruidos de gorgoteo hicieron que su orgasmo surgiera. En tres rápidas embestidas llegó a su límite, mantuvo la cabeza de Justin en su sitio mientras se corría en su garganta llenándolo. Justin tragó el semi-amargo semen y cuando Frankie finalmente lo soltó, se dejó caer, con restos de semen goteando en la comisura de sus labios. Se lo limpió con el dorso de la mano y volvió a mirar a su novio con asombro, unas ligeras lágrimas se asomaban a través de ellos. Frankie se arrodilló en el suelo del baño, le rodeó la espalda con los brazos y lo acercó, colocándolo entre sus muslos, le besó la cabeza cariñosamente en un intento de tranquilizarlo-te amo-le susurró.
-Sí que eres un idiota-Frankie simplemente respondió aun abrazándolo.
-¡Oye! ¿Y ahora que hice?-se quejó Justin mientras se apartaba de Frankie para mirarlo con los brazos cruzados. Frankie no habló, se rió y atrajo a su novio de nuevo a sus brazos.
Minutos después, Frankie estaba de vuelta en la habitación, había salido del baño para que Justin pudiera terminar de ducharse mientras estaba ocupado vistiéndose y buscando la ropa de su novio para colocarla en la cama y la tuviera lista para vestirse en cuanto saliera del baño. La noche anterior había sido increíble y lo que hicieron en el baño sólo lo hizo aún mejor, Frankie deseaba que su idilio jamás terminara pero lamentablemente tenían que volver a casa o sus padres comenzarían a sospechar de su prolongada ausencia. Estaba terminando de colocar la ropa de Justin en la cama cuando el extraño ruido que vino de la puerta hace un rato volvió, un poco molesto, Frankie fue a abrir la puerta de nuevo con los pantalones puestos y mostrando su pecho, esto sin querer asustó a una pobre mujer de la limpieza que había oído todo lo que pasaba en aquella habitación. Antes de que pudiera decir algo al respecto, el actor le puso un dedo sobre los labios y con la otra mano, hizo un gesto hacia la mujer, ella asintió rápidamente, dejó algunas toallas extra, arregló la habitación como pudo y se marchó lo antes posible. Dando una última mirada por el rabillo del ojo, Frankie volvió a entrar a la habitación, cerrando la puerta tras él, justo cuando la mujer de la limpieza se había retirado por el pasillo externo, bajando las escaleras hacia la planta baja y Justin acababa de salir de la ducha, ahora estaba sentado en la cama, vistiéndose. Frankie se sentó a su lado y se puso su camiseta y la camisa otra vez, luego de eso se levantó y caminó de vuelta a la puerta de la habitación, abriéndola.
-¿Ya te vas?-le preguntó Justin a su novio con una mirada decepcionada y triste.
-Es tarde, solo tenemos dos horas más para ir a desayunar abajo-le dijo Frankie-además, tenemos que volver a casa-agregó sonriendo, se decepcionó, pero no iba a mostrarlo para que Justin no se sintiera aún peor.
El menor se levantó de la cama, se acercó a Frankie y lo abrazó con fuerza, apoyando su cabeza contra su ahora cubierto hombro.
-No quiero irme-se quejó mientras besaba su hombro izquierdo y frotaba sus costados con las manos.
-Lo sé, cariño. Pero tenemos que volver tarde o temprano-dijo Frankie mientras se daba la vuelta hacia su novio. Él mira hacia abajo y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, luego lo besó. Frankie lo detuvo antes de que el beso pudiera escalar a otra cosa y alejarlo dejando sólo unos centímetros de distancia el uno del otro-vamos, hay que comer algo-
-¡¿Dónde estaban ustedes dos?! ¿hmm? se escaparon de la fiesta a no sé dónde y no volvieron en toda la noche ¡tuve que despedirme de los invitados por ustedes! no dejaban de preguntarme dónde estaban ¡no sabía qué decirles!
Linwood continuó regañando a la pareja de actores por teléfono en cuanto regresaron a casa durante lo que pareció una hora eterna aquel sábado por la mañana, pero a Justin y Frankie no podía importarles menos lo que dijera, al fin y al cabo, habían pasado una noche increíble juntos y nadie ni nada podía arruinar esa felicidad, ni siquiera la reprimenda que les echó su jefe por varias horas o las preguntas del resto de sus compañeros de trabajo quienes estaban tan intrigados como él por saber dónde habían estado el resto de la noche. Pero por mucho que lo intentaran, sabían que nunca tendrían una respuesta, bueno, al menos no por parte de ellos.
Seh, este capítulo se me hizo bastante largo ¡pero al menos logré publicarlo antes de que termine el 2023!
No llegue a los seis capítulos prometidos, sucede que estos últimos meses estuve más enfocada en terminar de rendir mi examen previo, sumado a que tenía el examen final de inglés particular, y ahora que termine de estudiar y me gradué, me están presionando en casa para buscar trabajo por lo que en caso de tenerlo, menos tiempo libre voy a tener para escribir.
Así que, de ser posible, este verano me dedicaré a terminar de redactar los cinco capítulos que faltan de este fanfic el cual (por cierto) no falta mucho para que termine, luego empezaré a trabajar en la segunda parte aunque sea en mi cabeza y redactar el prólogo. Todavía no decido un buen título para la segunda parte, así que. si a alguien se le ocurre alguno, le pasaré más o menos cómo iría la trama y prometo darle el respectivo crédito por el título una vez salga el adelanto de este fanfic.
Espero sepan disculparme por mi demora, pero mi mente no se encontraba en posición de escribir o actualizar nuevos fanfics, mucho menos para dibujar.
Un saludo, espero verlos en Enero de 2024 con los últimos capítulos de "Si tan solo lo supieras..."
N3k00-Ch4N.
