Capítulo 2
Cuando Hermione entró a la casa por la puerta trasera, ni siquiera volteó a ver a Ron que se encontraba cerca, pero sí sintió su mirada, desaprobando lo que había visto y la noche en general. Ya adentro, caminó hacia la cocina, donde se encontraban Ginny, Luna, Theo, Blaise y George en plena discusión.
-Yo sé lo que te digo, hermanita.
-¡No, no y no! No vas a arruinar mi receta.
-¡Pero...!
-¡He dicho que no! -Hermione se sorprendió ante la escena, no sabía qué pasaba, aún así, le causó gracia, era un tremendo caos: típico de navidad en familia.
-Pero, ¿qué es lo que pasa aquí? - Harry estaba entrando por la puerta-. Su alboroto se escucha hasta la sala.
Zabini se acercó a él y le extendió un vaso con whiskey de fuego, claramente divertido con la situación.
-Lamento haber interrumpido tu plática con Draco Malfoy, Hermione.
-No te preocupes, Luna. Encontrará la manera de regresar con él, después de todo, es lo único que le importa.
-Ron... -George había dado un paso hacia Ron con la intención de que este se calmara, e impedir que montara un espectáculo en plena celebración.
-¡Nada de "Ron"! Tampoco lo puedo creer de ti, ¿cómo puedes estar conversando con... esta gente? -lanzó una mirada despectiva hacia, claramente, todos los Slytherin que ahí se encontraban. Un ruido los hizo voltear, era Draco entrando por la puerta trasera-. ¡Ah, pero si aquí viene el cínico más grande de todos!
-¿Qué demonios te sucede, Weasley? Es Navidad -le dijo Draco, mientras se giraba a servirse otro trago de whiskey de fuego, restándole importancia.
-Me sucede que estoy harto de ver cómo todos fingen tener buena relación. No somos sus amigos, fuimos enemigos en la escuela, fuimos enemigos en una guerra y seguiremos siéndolo por el resto de...
-Ron, ¡basta! -Hermione había alzado la voz.
-¡Ah! pero si luego estás tú. Pasé mi vida echándole bronca a Malfoy por las cosas que te decía y hacía, pero ahora... ¡Claro! Amigos por siempre, ¿verdad?
-Las cosas cambiaron, Ron.
-No puedo entender cómo puedes valorarte tan poco, como para ser amiga de estos est... -el sonido de un vaso estrellándose en la barra lo calló.
-Deja de decir tonterías, Weasley. O ve y dicelas a alguien más. Porque si en el pasado te enfrentaste a mí por las cosas que -le echó una mirada de disculpa a Hermione-, lamento haberle dicho a Granger, ahora me enfrentaré yo a ti, por la sarta de estupideces que le estás gritando.
-Pero si tú mejor deberías de ocuparte de tu fracasada familia. Ve a Azkaban a visitar a tu padre, que es donde también deberían estar tú y tu madre.
-Perfecto, Ron, es hora de sacarte de aquí... -esta vez había hablado Harry.
Es verdad que en el pasado él y Draco se habían odiado pero, aunque ahora no eran amigos íntimos, Harry estaba muy seguro que, de no ser por Narcissa, la guerra hubiera sido una victoria para Voldemort. El dejar a Narcissa y Draco fuera de Azkaban había sido lo correcto.
-Suéltame, Harry, aún no acabo.
-Entiendo que te metas con mi familia y con cada Slytherin que encuentres por el camino, Weasley, pero mira a tu alrededor... No es a nosotros a quienes nos afectas.
-Ron, somos amigos, y estás siendo cruel.
-¡Amigos! sí, Hermione, es justo lo que somos -cuando Ron la miró, ella no pudo evitar recordar el día en que él y Harry habían discutido en plena búsqueda de horrocruxes-. Porque decidiste dejar todo lo que teníamos en cuanto volviste a Hogwarts y te hiciste amiga del enemigo. ¿Decidiste que era mejor un estúpido mortífago, eh, Hermione?
-Ron... -la chica se acercó a él con cuidado, pasando a lado de Draco y aguantando las ganas de echarse a llorar ahí mismo. Nada era como Ron lo percibía, ya ni siquiera estaba con Draco, nunca pudo tener nada con él porque, justamente, temía que Ron se sintiera así-. Ron, las cosas ni siquiera son como dices.
-Deja de intentar suavizar todo, es imposible. Eres una traidora y no hay forma de decirlo de otro modo.
-Ron... -Hermione intentó tocar el brazo de Ron y este dio un manotazo bruscamente.
Luna sintió como Theo daba un paso hacia donde estaban ellos, a la defensiva. Y George vio a Blaise enfurecer aún más sus facciones mientras avanzaba unos pasos dirección a su hermano. Fue entonces cuando Draco la tomó por el brazo y la jaló hacia atrás de él, protegiéndola de Weasley y su arrebato de ira.
-Es momento de que te calmes, Weasley.
-No me digas qué hacer, Malfoy -Ron dio un paso adelante, retando a Draco.
-Tu ira se está descontrolando -Draco miró a los lados y ya había unos pocos vasos flotando en el aire-, vas a lastimar a alguien.
-Ojalá sea a ti, Malfoy -Draco solo subió con desdén los hombros, mostrando que no le importaba lo que decía.
-Inténtalo -Ron estaba colérico, tan rojo como el color de su casa que tanto presumía-. Pero no soy el único aquí y recuerdo que los hechizos que lanzas, difícilmente llegan a su destinatario.
-Podría desmentir esa idea justo ahora.
-Es suficiente -la voz de Ginny se había escuchado en toda la cocina. Los vasos empezaron a tambalearse con mayor inestabilidad y Draco dio un paso atrás con la intención de proteger lo más posible a Hermione, no confiaba en Weasley y sus habilidades mágicas-. He dicho que es suficiente, hermano.
-Bien... -la voz de Ginny había hecho que Ron entrara un poco en razón, al menos lo suficiente para que todos vieran descender los vasos con calma-. Me largo de aquí.
-Vamos, Ron -Harry se había acercado por un costado, lo tomó del hombro y lo hizo caminar hacia la puerta más cercana. Ginny salió detrás de ellos.
Cuando salieron y cerraron la puerta, hubo un silencio pesado e incómodo.
