Buenas
Esta es la primera historia crossover que escribo, por lo que espero poder llegar lejos con esta y mi historia de Danmachi.
Ya sin más que agregar, empecemos con esto.
(Advertencia: La siguiente historia puede no ser apta para todo público. Por lo que se recomienda discreción... o nó eso ya depende de cada uno. XD)
Danmachi X Queen's Blade: El Resurgir de los Héroes
Capítulo 1
Gekai, el mundo donde habitan los mortales.
Un mundo lleno de maravillas y peligros, bellezas y horrores, y mucho más.
Siendo este un mundo fantástico donde todo puede suceder.
En un día como cualquier otro, un joven no muy alto de cabello blanco y ojos rojos. Usaba una chaqueta marrón con un parche negro en el lado derecho del pecho, pantalones negros y botas marrón. También tenía una mochila en su espalda.
-Espero poder llegar pronto.
Este es Bell Cranel, un chico proveniente de un pequeño poblado en las montañas y ya lleva una semana viajando.
La razón, busca convertirse en un aventurero, son las personas que luchan contra los Monstruos. Poseen un Falna, que es la bendición de un Dios que estimula el poder dentro de uno.
Y una vez que recibes el Falna de un Dios pasas formar parte de la agrupación de personas de dicho Dios, conocidas como Familia.
-Solo debo seguir este camino y con suerte podré encontrar a una Deidad que me acepte. Espero que estés viendo abuelo.
El abuelo de Bell le habló sobre esas cosas, ya que desde pequeño le leía historias de héroes haciendo que este desee convertirse en uno.
Tristemente este falleció tras el ataque de unos monstruos y no pudieron recuperar su cuerpo. Por lo que luego de pasar un tiempo solo en casa, Bell tomó la decisión de ser un aventurero para así ser como los héroes de los libros que su abuelo tanto admiraba.
-Voy a convertirme en un gran héroe.
Miro al vasto y despejado cielo azul, no había ni una sola nube en él… salvo por una muy pequeña.
Teniendo una sonrisa de convicción en su rostro prosiguió con su camino.
Sin embargo…
-¡AUXILIO!
El grito de una persona, más bien de una chica en peligro llegó a sus oídos.
Saliendo del camino por el lado derecho, corriendo por unos arbustos hasta dar ver como una chica era perseguida por un grupo de siete Goblins.
La chica en cuestión es más baja que él, tiene el cabello negro muy largo atado en dos coletas y ojos azules. Usaba un vestido blanco corto con la espalda descubierta, guantes blanco hasta los antebrazos. Un lazo azul en el cuello, otro más grande por debajo de sus grandes pechos e iba descalza.
Ver esto le hizo recordar las veces que su abuelo le contaba sobre como los héroes rescataban a damiselas en apuros.
Era consciente de que no es ni grande, fuerte o tenía un arma con la cual protegerla, aparte de tenerle miedo a los Goblins desde niño.
Pero sigue siendo un hombre y un hombre no dejaría a una mujer en peligro.
Por lo que hizo lo único que podía hacer en esta situación…
-¡AQUÍ VOY!
Con ese grito y reuniendo todo el valor que tenía, empezó a correr hacia la chica.
Tanto la chica como los Monstruos lo vieron sin entender lo que hacía el chico, quien apenas llegó tomó a la muchacha entre sus brazos y la cargo como princesa mientras se alejaban de los confundidos Goblins.
Solo les tomó dos segundos a los pequeños humanoides verdes el ver como alguien huía con su presa, por lo que enojados lo empiezan a perseguir.
Viendo como los Goblins lo persiguen, Bell se vio obligado a apretar el paso para alejarse de ellos.
Un Goblin salto para caerle encima y golpearlo, el peliblanco logra esquivarlo por poco y da un giro tras un gran árbol logrando despistar a sus perseguidores.
-¡Cuidado!
La chica gritó al ver como los monstruos les lanzaron sus armas de piedra.
Al ver las armas Bell tuvo que esconderse tras un árbol para evitarlas, aunque un hacha de piedra le rozó el lado derecho del cabello.
Una vez las armas dejaron de caer, volvió a salir corriendo para volver al camino tan rápido como pudo pero los monstruos no dejaron de perseguirlos.
De vuelta en el camino, Bell siguió corriendo por casi dos minutos y ya se estaba cansando.
-¡Mira, ahí hay una granja!
La chica en sus brazos señaló a su izquierda y él vio lo que era una granja abandonada con todo y un granero.
Era el lugar indicado para esconderse, por lo que toma algo de fuerza extra y corre hasta la granja, sin saber que alguien más los estaba viendo.
El desconocido era una encapuchada que fue tras ellos de forma lenta y sigilosa.
Llegando a la granja, Bell comenzó a caminar hasta desplomarse contra la pared del granero mientras tenía a la chica en sus brazos.
-Pobrecito. Estás cansado de tanto correr y esquivar.
La pelinegra acarició la cabeza del peliblanco quien respiraba muy agitado.
Ella se puso de pie y empezó a buscar un pozo para darle agua.
Tuvo suerte de encontrar uno y bajo una cubeta que estaba cerca, teniendo cuidado de bajarla así como al subirla, por lo vieja que se veía la cuerda.
Con la cubeta en mano fue a dársela a Bell, quien al verla no dudó en tomarla para calmar su sed.
-Ahhh…
Suspiro satisfecho tras tomar el agua.
-Gracias…
-No. Yo soy quien debería agradecerte, por salvarme de esos Goblins.
-Bueno… No podía dejar a una chica hermosa estuviera en peligro.
Dijo Bell sonriendo con algo de pena y rascando su cabeza.
-A-Ah… Ya veo.
Ella bajó la mirada con un leve sonrojo y jugando con la punta de su cola izquierda del cabello.
-Igual te agradezco por salvarme. Fuiste muy valiente al rescatarme de esos Monstruos.
-Yo no diría que fui valiente. Huí de esos Goblins, les tengo miedo desde niño y no tengo algún arma o Falna para siquiera pelear con ellos.
Bajo la mirada con desánimo.
Siente como la mano de la pelinegra su mejilla izquierda y hace que levante la mirada.
-Para nada. No fue necesario que lucharás para salvarme de ellos, lo que hiciste fue muy valiente.
Ella le estaba sonriendo.
-Digo, salvaste a una diosa de esos feos Goblins. Debes sentirte orgulloso de eso.
-¿Eh? ¿Diosa?
No se había dado cuenta que la chica, más bien la diosa, poseía un aura divina que solo las deidades emanan.
-¡Perdóneme! ¡La toque sin saber que era una diosa y sin su consentimiento!
Al darse cuenta de que había había hecho, se puso de rodillas y puso la frente en el suelo.
Su abuelo le decía que los dioses merecen respeto casi tanto como las mujeres.
-N-No tienes que disculparte. Hiciste lo que tenías que hacer para salvarme, no te sientas mal por eso.
Le sorprendió el repentino actuar del joven.
Podía ver que no era alguien malo, incluso se ve que es alguien muy inocente.
-Por favor. No seas tan duro contigo mismo, ni te menosprecies así. ¿Sí?
Bell levantó su cara y vio como la diosa le sonreía de forma radiante.
-Pero-
-Sin 'peros'. ¿Quedó claro?
Al ver la cara seria que puso la deidad este solo asintió con la cabeza.
Ella no permitiría que este chico se denigre de esta forma.
-Muy bien. Creo que debo presentarme. Me llamo Hestia, Diosa del Hogar y de la Familia. Protectora de la Llama Sagrada.
Se presenta Hestia con una sonrisa.
-M-Mi nombre es Bell… Bell Cranel.
Bell se presentó mientras se ponía sobre sus rodillas y sonríe un poco.
La Diosa le extiende su mano derecha al joven y este la toma, para luego que Hestia ponga su mano izquierda encima de la mano de Bell y este hace lo mismo.
Ambos se ponen de pie mientras aún se sostienen de las manos.
Este era un agradable momento cuando escucharon unos gruñidos muy conocidos.
-¡GARH!
Los Goblins los habían alcanzado.
-¡Diosa, quédese detrás de mí! ¡La protegeré!
Bell se puso delante de Hestia y tomó una vara de metal que había cerca, la iba a usar como arma para defenderse de los pequeños monstruos.
Eran siete contra un chico sin Falna o entrenamiento marcial, más una diosa que él debe proteger.
Era una pelea muy desigual que iba a terminar en tragedia.
Iba…
-¡Alto!
La voz de alguien nuevo aparece y sonaba como una chica.
La encapuchada hizo acto de presencia y se quitó la capucha para revelar cómo era, cosa que sorprendió a todos.
Era una hermosa chica de ojos azules, rubia de cabello largo que tiene dos largas trenzas a los lados de su cabeza y tiene un gran cuerpo. Vestida con un peto que protege las parte frontal de su cuerpo con una faja roja en frente, varias correas marrones cubriendo su cuello y brazo derecho, mientras lleva un guantelete con un broquel integrado, y su piernas están protegidas por grebas y escarpes. Y claro usaba una tanga negra debajo de toda esa armadura.
En su mano derecha tenía una espada de doble filo, guarda dorada con forma de alas y una gema azul en medio, una correa oscura para el mango.
La chica se veía como una bella guerrera a la vista de los presentes.
-¡No permitiera que les hagan daño!
Declaró la chica apuntando su espada contra los Goblins, quienes la vieron como una nueva presa pero también como una amenaza a verla armada.
Por lo que un Goblin trató de atacar a la guerrera rubia con su hacha de piedra, solo para encontrarse con el broquel al final del camino y luego ser apuñalado por la espada de esta.
Al ver como uno de los suyos fue asesinado, todos los Goblins se centraron en la chica.
Dos Goblins le saltaron encima y esta se defendió tanto con su broquel como con su espada, logrando repelerlos pero quedando expuesta y dando una oportunidad a un tercer Goblin de atacar por sorpresa.
Sin embargo, la cabeza del tercer Goblin fue aplastada en pleno ataque por Bell y la vara de metal que usa.
Ahora quedan cinco Goblins.
-¡Eso estuvo cerca!
Bell corrió al lado de la chica mientras ponía a Hestia detrás de él y de la chica.
-¡¿Qué es lo que haces?! ¡Se supone que debías huir y proteger a tu diosa!
Le reclamó la bella guerrera mientras evita el ataque de un Goblin y lo golpea con su broquel.
-¡¿Y dejarte sola peleando con estos Goblins?! ¡Ni pensarlo!
Bell le da un golpe horizontal a otro Goblin.
-¡Solo por que no tengo un Falna, no quiere decir que sea débil!
La rubia responde mientras corta a un Goblin a la mitad por el torso.
-¡Espera! ¡¿No tienes Falna?!
-¡No, no tengo!
-¡Con más razón voy a ayudarte a pelear!
-¡Mejor vete, solo me estorbas!
Los Goblins al ver que los dos jóvenes estaban distraidos peleando entre ellos se lanzaron al ataque todos juntos.
-¡Cuidado!
El grito de Hestia hizo que tanto Bell como la chica vieran a los Goblins que se les venían encima.
Por la sorpresa, ambos jóvenes rápidamente movieron sus armas en todas direcciones golpeando y cortando a los Goblins.
Los dos jóvenes respiraban agitados tras la rápida sucesión de ataques que hicieron, mientras en el suelo quedaban los cuerpos de los Goblins inertes.
Todos pudieron relajarse y respirar tranquilos.
-Eso estuvo cerca…
Comentó Bell dejando la vara en el suelo.
-¿Por qué no te fuiste con tu diosa cuando pudiste?
Volvió a preguntar la chica de forma seria.
-¿Eh?
-Lo que escuchaste. No tienes armas o algún equipo de combate. Pudiste haber muerto y dejado sola a tu diosa.
Ella tenía un punto pero no estaba del todo correcta.
-Eh… B-Bueno…
Bell buscaba como responder, pero ahora que la veía ese traje que ella lleva solo resalta su bella figura, por lo que no pudo evitar sonrojarse y ponerse nervioso.
Y solo respondió con lo primero que se le vino a la mente.
-Por que eres… ¿una chica?
Eso sonó más como una pregunta que como una respuesta.
-¿Qué quieres decir?
Le cuestiono.
-Lo que quiero decir es que no podía dejarte sola con esos Goblins… No estaría bien dejarte sola, aun si eres más fuerte que yo pudiste salir lastimada… o peor.
Si bien uno se molestaría por esa respuesta, pero por la forma sincera en la que Bell decía esas palabras hizo que la chica se sonrojara y se avergonzara un poco.
Estaba siendo dura y él solo quería ayudarla.
-*Ahhh…* Supongo que tienes razón… Disculpa por ser tan testaruda.
Hizo una pequeña reverencia.
-Descuida igual tu pudiste acabarlos sola.
-No es cierto, casi me atacan por sorpresa y como sabes no tengo Falna, así que si necesitaba tu ayuda.
-Pero yo tampoco tengo Falna.
-¿Ah?
Esto la desconcertó.
¿Este chico que protegía a una diosa, no tenía Falna y aun así estaba dispuesto a ayudarla? ¿Cómo era eso posible?
-Disculpa. Pero tal vez pueda ayudar a aclarar esto.
Hestia decidió unirse a la conversación.
-Verás joven guerrera. Bell, aquí presente, me salvó cuando fui perseguida por esos Goblins poco menos de un día después de que descendiera a Gekai.
Y decía la verdad. Hestia había descendido del Tenkai, el mundo donde habitan los dioses, la noche anterior.
Para ello tuvo que sellar su poder divino, Arcanum, para así habitar en Gekai. Ya que los dioses tienen prohibido usarlo, debido a que eso provocaría un desequilibrio en el mundo mortal.
Sin embargo, los dioses pueden usar sus habilidades únicas relacionadas con sus dominios y estas no están ligadas al Arcanum.
-¿Osea que no es su dependiente?
Preguntó la rubia.
-Mm… No, no lo es. Por cierto, mi nombre es Hestia, Diosa del Hogar y de la Familia. ¿Y tú?
La diosa se presenta a la vez que pregunta el nombre de la bella guerrera.
-Mis modales. Me llamo Leina. Es un gusto conocerla, Diosa Hestia.
Se presentó la joven haciendo una reverencia.
-Bueno… Ya sabes mi nombre, pero igual me presento. Soy Bell Cranel.
El joven dio su nombre completo, hasta que se percató de algo.
-Disculpe Diosa, pero. ¿Puedo preguntar algo?
-Por supuesto.
-¿No estará buscando formar una Familia?
-Sí, es lo que busco.
-¿Podría unirme?
-¡¿Eh?!
Esto la tomó por sorpresa. Si bien ella planeaba formar una Familia, no se esperaba encontrar a alguien que quisiera unirse a penas conociendola.
Recordando un poco lo que le contaron algunas deidades que regresaron al Tenkai, era importante que consiga dependientes tan rápido como le sea posible y luego del ataque de los Goblins entendía el porqué.
Después de lo que Bell hizo por ella, estaba claro que este chico tenía potencial. No era alguien muy grande o muy fuerte, pero tiene un buen corazón y puede crecer para convertirse en un gran aventurero.
-Diosa Hestia. ¿Puedo yo también unirme a su Familia?
-¡¿Ehhh?!
La pregunta de Leina tomó por sorpresa a Hestia.
-¡¿Lo dices enserio?!
-Sí, Diosa Hestia.
Las palabras de la rubia eran genuinas por lo que escuchaba la dioses tienen la habilidad de saber cuando alguien les está ocultando algo o les mienten.
Y después de ver como esta estuvo dispuesta a protegerlos aun sin tener Falna, le muestra que es alguien de buen corazón.
-¿Están seguros? Digo, soy una diosa totalmente desconocida que recién llegó a Gekai.
Ella estaba preocupada de que al no tener nada que ofrecerles pudiera cambiar de opinión, pero al ver como Bell y Leina se pusieron sobre una rodilla mientras sonreían.
-Por favor. ¿Puede aceptar a este chico que viene de un pequeño pueblo de granjeros en las montañas?
Esas fueron las palabras de Bell.
-¿Podría aceptar a esta chica que contra todo busca convertirse en una aventurera como su madre lo fue?
Esa fue la pregunta de Leina.
Las palabras de ambos jóvenes eran honestas y estaban dispuestos a seguirla, pese al poco tiempo de conocerse.
Pero no iba a decirles que no, tenían buen corazón y eso era algo que le gustaba.
Sus labios se curvaron en una sonrisa y de estos salieron las siguientes palabras.
-Muy bien. Acepto. Serán parte de mi Familia.
Con ello, Hestia les extendió sus manos, Bell tomó la mano derecha mientras Leina tomó la mano izquierda.
Y de esta forma, es como dos jóvenes que buscan ser aventureros y una diosa recién llegada fundar la Familia Hestia.
Tras dejar la granja, los tres se dirigieron al pueblo más cercano para que Hestia pueda darle su Falna a Bell y Leina, de esa forma ellos serán oficialmente miembros de su Familia.
Durante todo el camino estuvieron hablando de varias cosas triviales para pasar el tiempo, aunque el muchacho del pequeño grupo tenía la mirada fija en el camino.
-"Mantén la vista en el camino. Mantén la vista en el camino".
Era lo que se repetía a sí mismo en su mente. La razón… sus dos compañeras de viaje.
Hay que recordar que Bell sigue siendo un adolescente sano, por lo que sentirse atraído por el sexo opuesto es normal.
Tanto Hestia como Leina son chicas muy hermosas.
La diosa si bien era de baja estatura tenía una belleza innegable y un buen cuerpo, pechos grandes, cintura esbelta y caderas anchas. Su largo cabello negro que le llega a la mitad de sus muslos, sus ojos azules y su hermosa sonrisa.
La guerrera rubia también era una belleza con un gran cuerpo, contaba con pechos grandes, cintura delgada y caderas anchas. Su cabello rubio llegaba poco más de la cintura, también tenía ojos azules y una hermosa sonrisa.
La vestimenta que ambas chicas llevaban ayudaban a resaltar sus atributos físicos, siendo el escote lo que resaltaba el área del pecho. Haciendo muy difícil el evitar mirarlas en esa parte.
"Solo mantén la vista en el camino y estarás bien…".
Ese era su pensamiento, pero al desviar su mirada hacia su izquierda donde estaba la diosa y tuvo una buena vista del atractivo físico de esta. Por vergüenza, desvió la mirada en la otra dirección, solo para ver ahora el atractivo físico de la guerrera.
Ante ello volvió la mirada al frente, pero entonces recordó una de las cosas que su abuelo le hablaba cuando era niño.
-"Cuando veas a una chica hazlo de forma disimula, así ella no sabrá dónde la estás mirando".
La voz de su abuelo resonó dentro de su cabeza.
-"Es más fácil decirlo que hacerlo".
Sacudió su cabeza a modo de negación, pero noto que todo se había vuelto silencioso y temiendo lo peor miró a sus dos acompañantes, quienes lo estaban viendo con sospecha.
-Bell…
-¿Nos estabas mirando?
Tanto Hestia como Leina estaban mirando fijamente a Bell mientras se le acercaban, tanto que el chico podía jurar que estaba sintiendo el cuerpo de ambas chicas contra el suyo.
-¡B-Bueno, si- digo no, no las vi! ¡Fue sin querer! ¡Lo siento…!
Se puso tan nervioso que su cara comenzaba a ponerse roja, esto hizo que las féminas sonrieran de forma divertida y ambas tenían la misma idea.
El chico era muy inocente, tanto que difícilmente podría con solo pensar en algo indebido podía avergonzarse.
-Oye, Bell.
-¿S-Sí Diosa?
-¿Crees que soy linda?
-S-Sí, sí lo creo.
Bell se sonrojo al decir eso.
-¿Qué hay de mi Bell? ¿También crees que soy linda?
Esta vez fue Leina quien preguntó.
-Sí lo creo…
Bajo un poco la cabeza mientras se sonrojaba más.
Las dos reían divertidas mientras se apoyaban en los hombros de este.
Bell era tan fácil de molestar que era lindo ver como reaccionaba.
Pero antes de que pudieran seguir con ello escucharon un ruido parecido a pisadas.
Entonces vieron cómo de entre los árboles salen tres Orcos, grandes humanoides verdes gordos con cabezas parecidas a las de un cerdo y visten un taparrabos mientras llevan garrotes.
Si bien estos monstruos tienen similitudes con los Goblins, pero estos son más fuertes. De hecho, solo estos tres los harían pedazos fácilmente.
Por suerte, sabían lo que tenían que hacer en esta situación.
Correr.
Tanto el joven como la guerrera y la diosa salieron corriendo tan rápido como sus piernas les dieron.
-¡ROARRRR!
Los Orcos salieron detrás de ellos, pues no tenían planeado dejar escapar a los viajeros.
Nuevamente empezó otra persecución, que para Hestia era la tercera del día, para Bell la segunda y Leina la primera.
Estando en el bosque, lejos del pueblo más cercano y no había garantía de que algún aventurero fuerte venga a salvarlos. Su mejor opción era escapar hasta estar seguros.
Lo bueno es que no tendrían que esperar mucho por ayuda. Ya que esta llegaría pronto. Más bien, vendría desde el cielo… Literalmente.
Sobre la pequeña nube solitaria en el cielo, se encuentra durmiendo una ángel muy peculiar de cabello azul. Vestida con una camisola blanca con falda, lleva un guante blanco largo en su brazo derecho y un largo guante de duelo blanco en su brazo izquierdo. Lleva calzado de acero con alas a los costados de las botas y un aro dorado en el muslo derecho. Tiene dos horquillas rosas grandes sobre su cabello y un cinturón donde porta una botella de Leche Sagrada. Lo más resaltante eran sus alas, siendo el ala derecha más pequeña que la izquierda.
La ángel empieza a abrir sus ojos, mostrando que son de color verde, dando un gran bostezo y estirándose un poco.
-Esa fue una buena siesta.
Esta pequeña ángel tenía el trabajo de observar lo que sucede en Gekai como varios de sus colegas ángeles, pero ella no era muy responsable que se diga, por no decir que era una vaga por tomar una siesta en su trabajo.
Al continuar con su labor, se bajó de la nube y fue descendiendo para ver más de cerca lo que sucedía al nivel del suelo.
Llegando apenas a estar encima a unos diez metros sobrevolando los árboles, observó la siguiente escena.
-Vamos a ver… Un chico y dos chicas siendo perseguidos por tres Orcos. Nada nuevo.
Para ella ver esto era normal. Pues era el trabajo que se le fue asignado, observar, no intervenir a menos que esté permitido.
Esto hubiera pasado como otro incidente hasta que se percató de algo…
-Un momento. La chica de cabello negro y grandes pechos la conozco es… ¡¿Hestia?!
Fue ahí que se dio cuenta que uno de los perseguidos era su mejor amiga, la cual no veía desde que la pusieron a vigilar Gekai.
Nunca supo cuando descendió pero eso no le importaba, su amiga junto a sus dos acompañantes estaban en peligro y eso es más que suficiente para hacer lo siguiente.
Invocando su arma, un Sable Celestial, que es una espada de un solo filo con una gran punto curva con una guardia y mango dorados. Usando su habilidad de telequinesis dirige su Sable Celestial como si fuera un proyectil.
Los Orcos estaban tan centrados en atrapar a sus objetivos que no se percataron del peligro hasta que la cabeza del líder fue partida a la mitad por el arma del ángel, el segundo acabó con un horrible corte por todo su cuerpo mientras al tercero se le cortaba la cabeza.
El Orco que aún quedaba vivo sostuvo su cuerpo por la herida sangrante, su vida terminó cuando su cabeza fue aplastada contra el suelo.
-Y así es como se hace una Falling Star Kick.
La ángel peli azul había descendido rápidamente y le cayó encima a la cabeza del monstruo con sus pies para acabarlo.
Tanto Bell como Leina estaban con la boca abierta. Ya que no esperaban que alguien los rescatara tan pronto y menos un ser celestial.
-¡Nanael!
Hestia por su parte estaba muy feliz de ser rescatada pero sobre todo por volver a ver a su mejor amiga. Fue tanta la emoción que no pudo evitar lanzarse para abrazar a la ángel.
-¡Hestia!
La ángel, conocida como Nanael, también se lanzó a abrazar a su amiga.
Las dos se envolvieron en un fuerte y afectuoso abrazo, se habían reencontrado luego de un largo tiempo. Sin duda este era un lindo momento.
Pese a la sorpresa inicial de ver a una ángel, ambos humanos entendieron que esto era un emotivo reencuentro que no iban a interrumpir.
-No puedo creer que estés aquí ¿Cuando fue que descendiste?
-No hace mucho, de hecho anoche llegué. Aunque tuve problemas con unos Goblins antes, por suerte Bell y Leina me salvaron.
-¡¿Qué te persiguieron unos Goblins?!
Se asustó al pensar que algún monstruos fuera a hacerle daño a su amiga, era algo que nunca les perdonaría. Pero entonces se dio cuenta de algo.
-Espera. ¿Quiénes son Bell y Leina?
Fue la duda que llegó a su cabeza.
-Esos seríamos nosotros.
Dijo Bell alzando la mano mientras sonreía junto con Leina.
-Mucho gusto, señorita ángel. Mi nombre es Bell.
-Yo me llamo Leina. Es un gusto conocerla.
Los dos jóvenes se presentaron respectivamente mientras hacían una pequeña reverencia.
-Pues mucho gusto. Yo soy Nanael. Ángel y mejor amiga de Hestia.
La ángel de cabello azul se presentó tras dejar de abrazar a la diosa.
-Me alegra que Hestia haya encontrado a dos personas tan buenas para cuidarlas, aunque solo uno de ustedes está vestido para el combate.
Su comentario sale del hecho de que la rubia estaba vestida para ser una guerrera mientras el albino viste como alguien normal. Cosa que él solo se apena un poco.
-Bueno. No he podido comprar equipo desde que empecé a viajar.
-¿Y eso hace cuanto fue?
-Mm… Como siete días que llevo viajando.
-Pues vas a necesitar comprar armas si planeas combatir monstruos y proteger a mi amiga. Por cierto. ¿Ya tienen Falna?
-Todavía no. Estamos yendo al pueblo más cercano para ello.
-Hum… Ya veo.
Ella asintió, sabiendo que era mejor estar en un lugar seguro para realizar el ritual que hacerlo en medio del bosque donde no sabes lo que puede estar acechando.
-Por cierto. Nanael. ¿Qué has estado haciendo?
Preguntó Hestia teniendo curiosidad por saber lo que hizo su amiga.
-Solo observar y ver que pasa en Gekai… Nada realmente emocionante hasta ahora.
Dijo sin mucho entusiasmo la peli azul.
Estar en las alturas y vigilar lo que pasaba en el suelo era aburrido, más aún cuando no podía hacer mucho más que observar como los mortales luchaban para sobrevivir y solo intervenir si se lo permiten. Lo cual no la dejaba actuar como quisiera.
La verdad es que ella preferiría ir por ahí como parte de la Familia de un dios antes que seguir de observadora. De preferencia ser parte de la Familia Hestia, pues Nanael no tiene en buena estima a muchos dioses por no decir que los odia.
-Oye… ¿Y si me dejas unirme a tu Familia?
-¡¿Eh?!
La pregunta de la ángel tomó por sorpresa a la diosa.
-Bueno…
No era como si ella no hubiera pensado en invitar a su amiga a formar parte de su Familia, pero temía que eso pudiera acarrear problemas con las leyes del Tenkai.
-¡¿Tener a un ángel con nosotros?! ¡Eso es increíble!
Leina no se guardó para nada su asombro.
-¡Es verdad! ¡Y ella es alguien muy fuerte, de seguro si entrenamos con ella podremos hacernos fuertes!
Bell está entusiasmado por la idea de viajar con Nanael, sabiendo lo poderosos que son los ángeles podría ser una oportunidad única de aprender y hacerse fuerte para cumplir su sueño.
-Por lo visto a los chicos les encanta la idea. ¿No crees Hestia?
Nanael disfrutaba del entusiasmo de los chicos y de las ofrendas de comida que le daban las personas al verla. Ella no era muy discreta.
Viendo que a los dos jóvenes les gustaba la idea, no podía decirles que no y si debía ser honesta consigo misma, ella quería que su amiga sea parte de su Familia.
Soltando un suspiro que no sabía que tenía, dijo las siguientes palabras con una sonrisa.
-Claro. Nanael puedes ser parte de mi Familia.
Con solo decir eso la mencionada se lanzó a darle un fuerte abrazo que no tardó en devolver.
-¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
Nanael estaba tan feliz que sacudía a su amiga de un lado a otro en ese abrazo.
Tanto Bell como Leina sonrieron felices al saber que ahora serían tres los que se unirán a esta Familia.
Aunque por accidente el joven ve como los pechos de ambas estaban presionando uno al otro en ese abrazo, notando como el tamaño de estos resaltan. Siendo casi del mismo tamaño, aunque los de la diosa son levemente más grandes que los de la ángel.
-"Son grandes… ¡¿Qué estás pensando?! ¡No puedes ver así a una diosa y a una ángel! ¡Bell Malo!"
Se estaba reprendiendo a sí mismo, solo esperaba que las chicas no hayan notado el sonrojo en su cara.
Luego de esto, reanudaron su viaje al pueblo más cercano tardando solo un par de horas pero lograron llegar.
En el pueblo hay algunas casas grandes y restaurantes, que funcionan como hostales para los viajeros y aventureros. Así como había tiendas de armas, un par de herrerías y tiendas de ropa, así como un mercado.
La gente vive del dinero que traen los viajeros, comerciantes y aventureros que pasan por su pueblo.
Tuvieron suerte de encontrar un hostal en donde poder pasar la noche con una habitación con una gran cama, un sofá, baño privado y un armario para poner sus cosas.
-Muy bien. Es hora de que les de mi Falna. ¿Quién va primero?
Ante la pregunta de Hesta, Bell, Leina y Nanael levantaron la mano al mismo tiempo, queriendo ser el primer integrante oficial de la Familia.
-Ah… Hay que decidir quién va primero.
La diosa no quería que esto se vuelva una discusión a penas empieza a formarse su Familia.
-Eso es fácil…
La ángel no se veía preocupada, pues recordó un método humano con el cual pueden decidir el orden de quien va primero.
Explicó que sacarán fósforos marcados con líneas y dependiendo del número de líneas que tenga el fósforo, será el orden en el que irán para recibir el Falna de Hestia.
Nanael pensó que esto sería fácil por lo que marcó los fósforos y se los dio a Hestia, quien los revolvió un poco en su mano.
Habían tres fósforos por los tres, cada uno sacó uno y al compararlos vieron el número que le tocó a cada uno.
Bell sacó el fósforo con una línea, Leina sacó el de dos líneas y para mala suerte de Nanael ella sacó el de tres líneas.
-Bueno… Creo que voy primero.
El joven sintió algo de pena por la peli azul que lo miraba con cierta envidia por la suerte que este tiene.
-Muy bien. Si recuerdo bien lo que debo hacer entonces empecemos. Bell, descubre tu espalda y recuéstate en la espalda.
Indicó Hestia.
-¡Eh! ¡P-Pero Diosa, no puedo hacer eso!
-¿Ah? ¿Por qué no?
-Es que no puedo desvestirme frente a las chicas…
Hizo una pequeña señal hacia Leina y Nanael, quienes lo veían curioso.
-Vamos Bell. No tienes de qué avergonzarte, relájate.
-Mm… Está bien.
No sonaba muy seguro pero procedió a quitarse su chaqueta y la camiseta, dejando su torso desnudo. Se sentía avergonzado por lo que pasó a recostarse boca abajo en la cama, esperando a que empiece el proceso.
-¡¿D-Diosa?!
Bell no se esperaba que Hestia se sentará en él a horcajadas.
-Hmm… ¿Estás bien Bell? Voy a escribir los jeroglíficos en tu espalda, por lo que intenta no moverte. ¿De acuerdo?
Explicó mientras se sacaba los guantes y con una aguja se pinchaba el dedo índice derecho.
-S-Sí, Diosa.
Con ello, Bell trató de calmarse aunque sintió como las manos de Hestia pasaban por su espalda lo hizo sobresaltarse un poco. Leina y Nanael se acercaron para ver el proceso.
Por casi un minuto, la diosa estuvo escribiendo con su sangre los jeroglíficos en la espalda del chico, los cuales empezaron a brillar y tomar forma de un gran tatuaje con palabras en el lenguaje de los dioses y en el fondo estaba la imagen de un altar de fuego.
Una vez terminado el ritual, Hestia tomó una hoja de papel y la puso en la espalda de Bell. Dibujando unos círculos con su dedo, hizo que apareciera impresa en la hoja el estado del chico traducida del lenguaje de los dioses al lenguaje común.
-Listo. Todo está hecho y salió bien, aunque lo diga yo.
Hestias se sentó en la cama mientras tomaba el papel de la espalda de Bell.
-Es la primera vez que como se otorga una Falna. Aunque no entiendo lo que dicen esos símbolos. ¿Es el lenguaje de los dioses?
-Lo es. Solo dioses y ángeles pueden leerlo. También pueden hacerlo los mortales pero son muy escasos los que logran aprender dicho lenguaje.
Nanael respondió la pregunta de Leina, aunque ella misma también estaba fascinada con el proceso.
-Felicidades, Bell. Eres oficialmente el primer miembro de mi Familia.
Con una sonrisa Hestia le entrega la hoja con su estado a Bell, quien la toma y la ve sorprendido.
-Bell Cranel-
Nivel: 1
Fuerza: I0
Resistencia: I0
Destreza: I0
Agilidad: I0
Magia: I0
Magia:
Habilidades:
-Mi propio estado…
El estaba algo atónito al terminar de leer su estado, fue tanta su emoción que las lágrimas se le escaparon.
-¿Bell?
Hestia lo vio preocupada así como Leina y Nanael, pero la diosa se sonrojó cuando el joven peliblanco la rodeó con sus brazos para jalarla en un abrazo.
-¡Muchas gracias, Diosa Hestia! Gracias.
Ante ello la pelinegra solo devolvió el abrazo con una cálida sonrisa en su nombre.
-Gracias a ti, Bell. Por unirte a mi Familia.
Tanto Leina como Nanael se aliviaron al ver que su amigo estaba bien y sonrieron al ver lo feliz que estaba.
-¡Ah! Lo siento. Me dejé llevar…
El joven al percatarse de lo que está haciendo y dejo de abrazar a la diosa.
-Descuida Bell y gracias por formar parte de mi Familia.
A Hestia no le molestó dicha acción, pero Leina y Nanael tenían sonrisas divertidas al ver como ella y Bell estaban levemente sonrojados.
-Bueno. Leina es tu turno.
-A la orden, Diosa Hestia. Pero ¿Puedo pedirle un favor?
-Hmm... Claro ¿Cual?
Ella le habló en voz baja para que Bell y Nanael no los escuchen.
Al escuchar su petición Hestia la ve con cierta duda, pero decide hacerle el favor viendo su cara de suplica.
-Muy bien lo haré. Empecemos de una vez.
La rubia asintió y se recostó boca abajo en la cama, ya que con su vestimenta actual tenía la espalda descubierta y solo tuvo que apartar su largo cabello.
Repitiendo el mismo proceso Leina consiguió su propio estado.
-Leina-
Nivel: 1
Fuerza: I0
Resistencia: I0
Destreza: I0
Agilidad: I0
Magia: I0
Magia:
Habilidades:
La bella guerrera estaba asombrada al ver la hoja que contenía su propio estado, podía sentir que estaba más cerca de su objetivo.
Ahora solo faltaba Nanael, quien apenas se levantó el vestido…
-¡Espera Nanael!
Hestia detuvo a su amiga agarrándola de las manos.
-¿Eh? ¿Por qué?
La mira con cara de palo antes de señalar a Bell, quien se estaba cubriendo los ojos mientras su cara se sonrojaba.
-Oh… Jijiji…
Al entender lo que pasaba fue que se le ocurrió hacer una broma.
-Oye, Bell~
-¿Sí, Nanael?
El tono tan divertido con el que la peli azul lo llamaba no le daba confianza.
-Aparte de su equipo ¿De qué color es la ropa de Leina?
-¡¿EHHHH?!
Dicha pregunta no hizo más que sorprender tanto a Leina como a Hestia mientras la cara de Bell se volvió más roja al responder.
-E-Es ne-negra…
-¡Correcto!
Nanael aprovechó para acercarse al chico y decirle algo al oído.
-¿Y sabes algo? La de Hestia es blanca.
La cara de Bell para este momento parece una farola roja que podría iluminar todo el cuarto y Nanael iba a continuar hasta que…
-¡Auch!
Su cabeza recibió un manotazo por parte de la diosa, quien no se veía muy contenta con su cara sonrojada de la vergüenza.
-¡No le digas esas cosas! ¡Leina, por favor lleva a Bell al baño en lo que terminó de darle su Falna a Nanael!
-¡Sí, Diosa Hestia!
La bella guerrera rubia tomó del brazo al peliblanco y lo metió al baño, cabe señalar que esta tenía la mirada baja para que no vieran lo sonrojada que estaba de la vergüenza.
Pasaron unos dos minutos hasta que el ritual fue completado y Bell pudo salir del baño.
-Ustedes no tienen sentido del humor.
Nanael estaba sentada en la cama con los brazos y piernas cruzadas mientras hacía un puchero.
-Lo tenemos, solo que no lo llevamos al mismo límite que el tuyo.
Fue la respuesta de la pelinegra al comentario de la peliazul.
-Por favor. Tienen que aceptar que ver a Bell avergonzado es divertido.
Nanael le sonrie en broma
-Bueno, eso es verdad.
Hestia no pudo negar eso y Leina asiente, aunque a Bell esto no le hacía gracia.
-Dejando eso de lado. ¿Cómo se ve mi estado?
-Ah, sí. Aquí está.
Le entrega la hoja con su estado traducido.
-Nanael-
Nivel: 1
Fuerza: I0
Resistencia: I0
Destreza: I0
Agilidad: I0
Magia: I0
Magia:
-Angel Punch-
Habilidades:
Para los dos humanos era increíble que la ángel tuviera magia en sus estado, pero Nanael no se veía muy impresionada pues algo le molestaba.
-¿Por qué solo puedo usar uno de mis hechizos?
Fue la pregunta que salió de la boca de la peliazul.
-¿Eso? ¿Acaso esperabas recuperar toda tu magia que fue sellada?
-Sí. De esa forma sería más fácil acabar con los monstruos y no depender de la Leche Sagrada.
Muestra la botella con leche atada a su cintura, el cual se ve que perdió un poco.
-¿Leche Sagrada? ¿Qué es eso?
-Como uno de los ángeles encargados de vigilar Tenkai, bajamos con nuestros hechizos sellados únicamente podemos acceder a ellos tomando esta leche. El problema es que solo podemos tener por tiempo limitado y tenemos que cuidarla cantidad que usamos.
Nanael respondió a las dudas de Leina.
-Entiendo, pero ¿Qué pasa con volar y mover tu espada en el aire?
-Bueno volar, usar telequinesis e invocar mi arma son habilidades propias de todos los ángeles, no están ligadas a nuestra magia por lo que podemos usarlas sin problemas.
Explico.
-Lo que no entiendo es porque solo tengo el hechizo más básico de los que conozco.
Eso era lo que la molestaba.
-Bueno, esta es una suposición mía pero es posible que al darte mi Falna, solo puedas acceder a uno de tus hechizos sin romper el sello. Por lo que si estoy en lo correcto puede que mientras subas de nivel irás accediendo al resto de tu repertorio mágico. Hasta que logres acceder a todos, necesitarás la Leche Sagrada.
Hestia había expresado lo que pensaba de la situación.
Nanael soltó un suspiro y aceptó la situación, por lo menos ahora tenía un hechizo a su disposición y era fácil de hacer.
Todavía era de día, decidieron salir a hacer unas compras, aunque primero Hestia tuvo que ocultar las Falnas de todos sus dependientes.
No podían ir por ahí mostrando sus estados, por muchos que casi nadie supiera lo que dijera, era mejor no correr riesgos… Y Bell recordó volver a ponerse su camiseta.
Primeramente fueron a una tienda de ropa, para buscar algo para el peliblanco ya que necesitaba vestirse más como un aventurero que como un granjero, cosa que lo ofendió.
El primer conjunto de ropa que se probó consta de una camiseta blanca debajo de otra camisa manga corta color verde, pantalones blancos, botas junto a un cinturón y guantes sin dedos color marrón, y un gorrito verde puntiago.
-No.
Fue la respuesta unisa de las chicas.
El segundo era un traje chino azul con grandes mangas blancas con detalles negros, pantalones blancos con zapatos negros y blanco a juego, y un gran gorro.
-Lindo pero no.
-Lo siento, Bell. No te queda.
-Siguiente.
Hestia, Leina y Nanael dieron sus opiniones.
El tercer conjunto era un traje de gala que consta de una chaqueta amarilla con capa sobre el hombro izquierdo, camisa y pantalones blancos con zapatos y guantes que hacen juego.
-"Que bien se ve. Luce tan elegante como un príncipe de los cuentos de hadas".
Pensó la diosa al verlo.
-"Así parece el hijo de un noble. Si tan solo fuera uno, el compromiso no me molestaría para nada".
Fueron los pensamientos de la guerrera.
-"No está nada mal. Con su aspecto de conejo y algo de trabajo, podría convertirlo en todo un galán".
Fueron las ideas de la ángel.
Por unos instantes las chicas se perdieron en sus fantasías, cuando regresaron a la realidad y notaron la mirada de desconcierto del chico, se sonrojaron y negaron con la cabeza.
El cuarto conjunto consta de una camiseta negra debajo de una camisa azul manga corta con detalles negros, un pantalón azul, botas negras con detalles blancos y rojos, unas muñequeras negras con bordes rojos que cubrían sus antebrazos.
-Ese es el atuendo indicado.
-Si, esa ropa te queda muy bien.
-Empiezas a verte como un aventurero.
Las chicas le dieron el visto bueno.
Compraron dos juegos más y algo de ropa para ellas.
Pasaron por la herrería para ver las armas y equipo que puedan comprar.
Tras unos minutos viendo lo que había, Bell pudo comprar una pechera negra con una hombrera izquierda de metal integrada mientras la derecha era negra e iba suelta, y un protector de metal para su frente que tiene una gema roja en medio con detalles en amarillo, la cual estaba oculta debajo de su cabello.
Como arma consiguió una espada corta que hacía juego con el protector en su frente y un cinturón negro donde lleva la funda de la espada. También consiguió un cuchillo con el mismo diseño.
De ahí pasaron al mercado a conseguir las provisiones para el viaje, claro que muchas personas fueron amables en hacerles descuento al ver a Nanael o hasta darles cosas extras.
Ver a un ángel no era algo muy común y muchos lo toman como algo de buena suerte. Claro, la peliazul disfrutaba esto.
Al llegar el anochecer, todos fueron a un restaurante por comida y a tomar algo.
Teniendo una cena muy amena mientras hablaban sobre una que otra anécdotas del pasado. Lo que creó un ambiente muy agradable que disfrutaron.
-¡Oigan hermosuras!
O lo era hasta que un tipo en otra mesa les habló a las chicas.
Voltearon a ver como un sujeto vestido como un aventurero cualquiera, estaba en otra mesa junto a su dos compañeros.
En la mesa de éstos había platos de comida y varios tarros de cervezas vacíos, por lo que estos tipos estuvieron bebiendo mucho. Estaban borrachos.
-¿Qué les parece si dejan al niño y vienen a divertirse con verdaderos hombres?
Los tipos se empezaron a reír por ello, lo cual molestaba a los demás clientes.
Tanto Hestia como Leina y Nanael vieron con desagrado al tipo antes de volver a la charla, pero este se acercó a la guerrera rubia y puso su brazo alrededor de sus hombros.
-En serio, nena. Tú y tus amigas estarán mejor con nosotros que con ese mocoso.
-No, gracias. Estamos bien.
Ella le apartó el brazo al sentir como este tipo intentó tocarla.
-¡Vamos, unas bellezas como tú, tu diosa y esa ángel la pasarán mejor con nosotros que con ese niño conejo!
El tipo veía a Bell con desprecio, cosa que no le gusto a las chicas y a él tampoco, sumado a que se burló de sus rasgos físicos.
-La verdad lo preferimos a él, es más agradable y lindo que ustedes.
Nanael con esa respuesta fue a tomarle el brazo derecho a Bell, para sorpresa de todos. Aunque no fue la única en acercarse al peliblanco, Leina tomó el brazo izquierdo de Bell y Hestia lo abraza por la espalda.
Cabe decir que todos en el restaurante veían esto expectantes y el tipo con sus amigos no se veía muy contentos.
Por su parte Bell sentía como su cara se calentaba y cómo no iba a hacerlo, su brazo derecho estaba siendo abrazado por una ángel, el izquierdo por una bella guerrera y su diosa lo abrazaba por la espalda. Podía sentir como los pechos de estas lo estaban tocando, no sabía si debería huir o disfrutar de ello.
-¡Vamos! ¡Es un niño que juega a ser héroe y saben como terminan, muertos!
Gritó mostrando su irritación hasta que se le ocurrió algo.
-Oh… Ya veo lo que pasa. El chico les pagó por una noche de diversión y por eso están con él. ¿No?
Los amigos del tipo se rieron pero esto no gustó a nadie sobre todo a la Familia Hestia, en especial a Bell.
-Eso explica sus atuendos tan provocativos. Deben ser una Familia de prosti- ¡Uagh!
No llegó a terminar su insulto pues recibió de la nada un golpe en la cara, cortesía del puño derecho de Bell. Quien sorpresivamente se movió tan rápido que las chicas apenas notaron cuando este se alejó de ellas. El tipo cayó al piso noqueado.
-¡Nunca vuelvas a hablar así de ellas! ¡¿Te quedó claro?!
El chico estaba enojado. Se había contenido para no hacer una escena pero cuando empezó a hablar de las chicas, no lo tolero y eso hizo que saliera un impulso que no sabía que tenía.
Respecto a su diosa y compañeras estaban estaban sin palabras ante lo que hizo Bell al haberlas defendido de esa forma. Si bien había mejores formas de manejar esto, ese tipo no entendía un 'no' por respuesta y no les gustaron como se les insinuaba, especialmente a la ángel que se contenía de invocar su arma para apuñalarlo.
-¡Estás muerto niño!
Los compañeros del tipo estaban molestos y se levantaron para atacar al peliblanco con sus armas.
Sus movimientos eran lentos y torpes al estar borrachos, por lo que Bell se movió a la derecha evitando al primero y luego a la izquierda para evadir al segundo.
Los dos tipos se voltearon rápido para volver a atacar, pero Leina levantó su pierna izquierda pateando al primero en su cara y Nanael con una patada voladora derecha le da al segundo también en la cara. Ambos tipos cayeron derrotados al piso.
-¿Verdaderos hombres? ¿Ah? Una sola patada y caen al suelo. Que decepción…
Nanael mira con desprecio a los aventureros.
-Solo son unos borrachos sin talento para pelear.
Comentó Leina al verlo como estaban tirados en el piso.
-Perdón que reaccionara así. No sé que se me pasó.
Bell se inclina disculpándose por su reacción violenta.
-No te disculpes. Ese tipo igual no iba a parar de molestarnos.
-La verdad, que bueno que lo golpeaste. Sino yo hubiera llevado las cosas muy lejos.
Confesó la peliazul haciendo que a los dos jóvenes les salga una gota de sudor por la sien.
La ángel usa su telequinesis para sacar a los tres tipos del restaurante. Todos en el lugar les aplauden por encargarse de esos revoltosos.
Algunas de las pertenencias de estos se quedaron en la mesa que ocupaban, entre ellas su dinero, que Nanael usó para ordenar la mejor bebida que tenían en el restaurante, aun si el resto de la Familia no estaba de acuerdo con ello.
Recibieron tarros con una buena bebida alcohólica que las chicas tomaron, pero Bell por tener 14 años todavía no podía beber hasta dentro de un año. Por lo que Hestia, Leina y Nanael disfrutaron de la bebida hasta quedar un poco pasadas de tragos.
Tras terminar la cena regresaron al hostal a descansar…
-Ese golpe que le diste a ese tipo fue muy bueno~
Leina tenía un sonrojo cruzando su cara mientras iba agarrada al brazo izquierdo de Bell.
-No fue tan bueno.
-¿Pero qué dices? ¡Ja! Noqueaste a ese imbécil y tanto que se pavoneaba de ser un hombre. No aguanto nada. Que perdedor…
Nanael sonrojada por la bebida estaba aferrada al lado derecho del chico.
-Tal vez hubiera podido resolver eso de una mejor forma.
-Para nada. Esos tipos tenían malas intenciones con nosotras, pero tú nos defendiste. Fuiste muy valiente, Bell~
Hestia iba sobre la espalda del chico, frotando un poco su cara con el cabello de este.
-Bueno… N-No podía dejar que hablaran mal de ustedes de esa forma. No me gustó.
Todas rieron encantadas mientras seguían caminando.
Finalmente llegaron a su cuarto, Bell fue empujado al baño por las chicas.
-¡Espere! ¡¿Qué hacen?! ...Y me dejaron encerrado.
Le cerraron la puerta, por lo que con un suspiro de resignación empieza a quitarse todo el equipo y sus botas. Justo cuando iba a quitarse la camisa, la puerta de baño se abre de golpe.
-¿Eh? ¡AHHH!
Fue sacado fuera del baño y empujado a la cama donde quedó sobre su espalda.
Lo siguiente que vio el peliblanco hizo que se sonrojara al tener a su diosa y compañeras encima.
-Vamos Bell. Esta noche no vamos a dejarte dormir~
Hestia vestida con un camisón blanco, pasó un dedo por el pecho de este.
-Jijiji~ Hoy vas a probar un poco del Tenkai, conejito~
Nanael lleva un camisón azul claro, se ría divertida por ver la expresión del chico.
-De verdad eres tan lindo como un conejito~
Leina también tenía un camisón rosa claro, le acarició un poco el cabello.
-¡No soy un conejo!
A Bell no le gustaba ser comparado con dicho animal.
-¡Nuestro conejo!
Las tres se echaron sobre él y Bell solo pudo cerrar los ojos ante lo que iba a pasar. Todo estaba silencioso… bastante silencioso… no había nada de ruido.
-"¿Por qué están tan calmadas?"
Fue entonces que abrió los ojos y se sorprendió de ver a las chicas todas dormidas plácidamente. De tantas emociones y tragos las dejaron cansadas.
Soltó un suspiro de alivio. Mentiría al decir que no se siente un poco decepcionado, pero eso se le quitó al verlas dormir de lo lindo.
Tomando con cuidado la sábana logró cubrirlas y estas sonrieron levemente mientras se le acurrucaban más.
-"La verdad esto se siente muy bien".
Sonrió al verlas tan tranquilas pese a que estaban encima de él. Mirando por la ventana y viendo el cielo nocturno.
-"Me pregunto. ¿Qué aventuras tendremos? ¿Cuántos lugares y personas conoceré en este viaje? ¿Habrá más personas que quieran unirse a nuestra Familia? ...Tengo ganas de ver cómo serán las cosas, ahora que soy parte de una Familia".
Fueron sus pensamientos antes de ser invadido por el sueño y dando un bostezo cerró los ojos.
-"Siento que estoy en el camino correcto, abuelo".
Finalmente se quedó dormido, en aquella cómoda cama. La mejor noche de sueño que ha tenido en días
Lejos de donde estaba la recién formada Familia Hestia, en un pueblo se puede escuchar el sonido de un silbato.
Y más lejos, otro pueblo está siendo sitiado por monstruos mientras en una gran mansión que se encuentra apartada, un hombre veía esto con una sonrisa siniestra.
Y hasta aquí llegamos con el capítulo.
Debo decir que de no ser por ZGMF-X13A Providence, quien con su propia historia y ayuda me animo a sacar esto. Ya que él conoce mejor lo que es lore de Queen's Blade, sobre los personajes, así como ciertos detalles y curiosidades.
Decidir cómo iba a ir la historia fue un poco complicado, ya quería hacer algo diferente a lo que normalmente se ve en otras historias crossover con Danmachi. Conforme avanza la historia irán saliendo cosas que estan a la vista y no solo cosas dichas por los personajes.
Por cierto, los diseños de Leina y Nanael son los de Unlimited, así como al resto del elenco de QB. Mientras que la nueva ropa de Bell es la misma de la imagen en miniatura, que la saque del twitter del mangaka que dibuja Sword Oratoria.
Espero que le haya gustado, si es así pueden dejar su review y yo lo vere.
Muchas gracias y hasta luego.
