Luces


El Pottervesro es de Rowling y los prompts de la cuenta SnapeCelebration en Tumblr


Prompts: Canela, Hogsmeade, Corazón, Milagros, Luces


— Severus, ven. Ayúdame a preparar las galletas navideñas.

Severus se dirigió a la cocina donde estaba la única abuela que conocía, la abuela Emily. Sabía que también tenía una abuela bruja, como mamá y como él, pero su madre ya le había dejado claro que sus parientes mágicos no querían saber nada de ellos.

— ¿Qué galletas haremos, abuela? — preguntó el niño.

— No tenemos muchos ingredientes… solo podemos hacer galletas de azúcar y jengibre. Y tus favoritas, por supuesto.

— Galletas de canela. — Severus agarró el molde de galleta en forma de arbolito.

— Siempre quieres las galletas con forma de árbol. — se fijó la anciana.

— Es en el que cabe más masa. — respondió Severus poniendo el molde de árbol encima de la masa.

— Haremos una masa de galletas de canela en forma de árbol y otra con otro tipo de galletas. ¿Cómo está tu madre? ¿Todavía sigue enferma?

Severus asintió.

En realidad, su madre no estaba enferma, estaba muy débil por la última paliza de Tobias.

El abuelo Harding y la abuela Emily no sabían que Eileen y Severus eran magos. Tobias los mataría si supiera que su esposa e hijo se lo habían contado a sus padres.

Severus corrió a ver las luces del árbol de Navidad en la plaza principal del pueblo de Cokeworth.

Había decidido volver a casa porque le apenaba que su madre estuviera tantos meses sola con Tobias. Quería ver si ella estaba bien. Se le encogía el corazón de solo pensar en las palizas que ella podría haber recibido durante su ausencia, sin que él pudiera protegerla.

Era precioso. El abeto verde rodeado de luces rojas, naranjas y amarillas.

— ¿Ves, Sev? El verde es más bonito rodeado de colores. El verde y el rojo. Nuestros colores de casa. No entiendo por qué Gryffindor y Slytherin tienen que rivalizar… un abeto verde es muy bonito, pero con el color rojo de la Navidad todavía lo es más…

El chico iba a responder que la Navidad no tenía nada que ver con la rivalidad Gryffindor y Slytherin, que las serpientes no toleraban a los leones porque eran unos idiotas que preferían los músculos en vez del cerebro… pero esas palabras jamás salieron de su boca al ver la cara de felicidad de su mejor amiga al ver las luces.

…..

Era la primera vez que Severus veía Hogsmeade prepararse para el Yule, la Navidad mágica. Desde su primer año en Hogwarts, su madre le pidió que se quedara en casa y solo volviera para el verano. Severus no quería desobedecerla, porque su madre se entristecía y después se sentiría culpable si Tobias la pegaba por ponerse en medio por defenderle… pero le apenaba dejarla sola tanto tiempo a manos de ese hombre al que estaba obligado a llamar "padre".

Deseaba ser un mago adulto y poderoso para proteger a su madre de ese…

De repente, vio en el escaparate de una librería un ejemplar de un libro de cuentos tradicionales mágicos que su madre le leía cuando era niño y que Tobias rompió.

…..

— Entonces, el mago se enfrentó al dragón y… — Eileen le leía el cuento mágico a su hijo, quien no quitaba la vista de las ilustraciones, delante de la chimenea.

De pronto, se oyeron unos pasos, un hombre le quitó el libro a la mujer y le dio una bofetada tirándola al suelo.

— ¡¿OTRA VEZ ENSEÑÁNDOLE ABERRACIONES DE TU MUNDO AL MOCOSO?! — bramó Tobias.

— Tobias… solo estoy leyendo un cuento de mi mundo al niño… no es necesario ponerse violento… — susurró la mujer.

— Cuento… — Severus alargó sus manitas hasta el cuento para seguir leyéndolo junto a su madre.

— ¿Cuento? — Tobias se agachó a la altura del infante. — ¿Quieres cuento?

— Sí. — susurró el niño.

— ¡Toma cuento! — Tobias le dio un fuerte golpe con el libro en la cabeza. Severus empezó a sollozar y puso sus manitas encima de la cabeza.

El hombre tiró el cuento en la chimenea. El papel no tardó en convertirse en cenizas bajo la triste mirada del niño.

…..

Severus estaba realmente feliz. Parecía que era un milagro de la Navidad poder volver a tener esa edición que le regaló su madre y Tobias rompió.

Pero no tenía dinero para comprarlo… tendría que ahorrar bastante. Esperaba que cuando tuviera el dinero, nadie hubiera comprado el libro. Aun así, al día siguiente del fin de semana que les permitían bajar al pueblo, también pasó delante de la librería para comprobar que nadie lo hubiera comprado.

….

Estuvo esmerándose en hacer pociones para sus compañeros serpientes a cambio de dinero, aumentó las tutorías y vendió más apuntes…

— Severus, no paras de trabajar, más de lo normal… Podrías enfermar. Deberías descansar. — le pidió su compañera Madeleine Borgin.

— Necesito el dinero. — respondió escueto el chico mientras terminaba una poción, encargo de una alumna de séptimo.

— Antes también lo necesitabas, pero no ponías tanto esmero… — respondió Barty.

— Lo necesito cuanto antes… — contestó mientras seguía trabajando.

— Si tan urgente es, puedes pedírnoslo a nosotros. — alegó Regulus.

— No quiero vuestra caridad por un capricho. — siseó Snape terminando la conversación.

Ya dejaba a un lado su orgullo y aceptaba el dinero de sus amigos para comprar comida o medicinas para él y su madre o material escolar roto por los Merodeadores. Pero no lo quería por comprar un libro infantil de su infancia arrebatado por Tobias.

Severus estaba realmente feliz. Al fin tenía el dinero para comprar el libro que le regaló su madre y que Tobias rompió, impidiéndole saber cómo terminaba la historia.

Pero cuando pasó por delante del escaparate, el libro no estaba.

Severus se quedó helado. Por un momento se quedó sin respiración. Lo había tenido tan cerca y tan lejos a la vez…

Entró a toda velocidad en la tienda y preguntó al librero…

— Señor, el mes pasado… tuvo un libro en su escaparate titulado…

— Sí, joven. Aquí está… — el anciano se puso detrás del mostrador y sacó el libro que el chico tanto anheló. — Vi que el mes pasado lo mirabas con tanto deseo que pensé que lo comprarías… pero finalmente, no entraste. Así que, supuse que no tendrías el dinero… por eso te lo reservé para cuando lo tuvieras.

El chico observó el libro. Sí, era ese… el libro de su madre… por fin podría releerlo de nuevo y leer el final; algo que su padre no le permitió.

Su corazón se llenó de felicidad.

— Gracias, señor. — Severus sacó su cartera y pagó con el dinero ahorrado.

— No hay de qué, joven. Espero que disfrutes su lectura.

Severus salió de la tienda con una sonrisa enorme en los labios.

Pocas veces en su vida tuvo una sonrisa tan grande.


Lo más probable es que los abuelos muggles de Severus murieran antes de conocerle a él y a su madre. Pero si estuvieron vivos durante la infancia de Snape, así los imagino.

Quería que Lily dijera la frase de Gryffindor y Slytherin viendo las luces de Navidad en el abeto navideño de Cokeworth; y la única forma de hacerlo era que ambos niños regresaran a casa por Navidad.

También hacía tiempo que quería hacer un fic sobre la escena de Eileen y Severus leyendo el libro y Tobias rompiéndolo y años después Severus encuentra el libro en una de sus primeras salidas a Hogsmeade y el librero se lo reserva. Y esta ha sido la ocasión perfecta.

Hasta la próxima