Primera historia
YUGIOH no me pertenece
Pareja principal: Prideshipping (se demostrará más adelante)
Aquella camilla, tan solitaria pero a su vez cálida. Su felicidad yace sobre sus brazos, un rayo de luz que la guiaría en todo momento, aunque su acompañante no haya podido estar, ella sería quien cuidaría de la pequeña vida que sostiene
—Mi faraón, ¿está seguro de hacerlo? Si lo hace...no va a poder verlo
El silencio fue la respuesta del hombre que acompañaba al dicho, quien observaba todo detrás
—No merecen saber que su esposo y padre puso en blanco fácil sus vidas, lo mejor es alejarme de ellos
Con ello, se retiraron, mientras que en su pecho, un sentimiento mixto, felicidad y tristeza, su hijo ya nació pero no será capaz de compartirla por su error
Su mirada yace fija sobre la hoja de preguntas, se removió en su asiento y contestó cada una
—Bien alumnos, quiero todos los informes para mañana, tengan un buen día
Los tacones de la profesora se escuchó salir del salón, con ello risas y quejas de los estudiantes resonaron por todo el lugar
El joven se levantó de su asiento, sus ojos rojo amatista del dirigieron a su compañero que iba en camino a él. Con una sonrisa en su rostro trotó para abrir sus brazos y envolverlos alrededor de su cuello mientras que otros se envolvían en su cintura
—Vamos afuera, Marik de seguro tomó la delantera
Sin esperar una respuesta tomó su mano, era cierto que hasta parecía que había un amor platónico, pero nunca podría llegar a verlo más que un amigo. Desde que fue comprometido con un joven de familia rica su tiempo se vio limitado
—Yami, pero que sorpresa y dicha la mía de verte por aquí— un joven les interrumpió el camino, tomando la mano libre del tricolor, tirando de esta para acercarlo más hacia sí
—Dartz hay algo en lo que pueda ayudarte?— preguntó algo incómodo por tal cercanía
Asistían a la misma escuela, la obsesión del bicolor era tal que lo seguía todo lado o enviaba a alguien que lo siga
—Mi prometido, espero que no hayas olvidado nuestra cena a la-
—A la noche, lo se, no tienes que recordármelo— miro a otro lado molesto
Bakura cruzó sus brazos, aunque quisiese interrumpirlos Yami le prohibió hacerlo, pues el tricolor no se perdonaría a si mismo si algo le llegase ocurrir
—Bien, usa el regalo que envié, hasta entonces, nos veremos— sin dejar a que el otro reaccionase, lo tomó del mentón y plantar un beso fugaz en sus labios para después dejarlo y retirarse
El tricolor no se movió de su lugar hasta que la mano de Bakura se posó en su hombro
—Sabes, alguna vez deberías dejarme encargarme de él
—No lo haré, si su familia se entera de un solo rasguño no quisiera pensar
Los Doma, en su tiempo eran pacíficos cuando su líder era Ironheart, un hombre noble que en su juventud tomó el lugar de su padre. Su vida fue dicha con una hermosa mujer que dio a luz, no pudo ser más feliz al tenerlo en brazos
Pero, hubo un día, cuando Dartz tenía la edad de 6 años cuando jugaba con su padre y madre, hombres enmascarados con un particularista ropaje los rodearon. Extrañado, se levantó del suelo, procurando que su familia quedara tras de su espalda
—¿Algo en lo que les pueda ayudar?
—Solo seguimos órdenes de nuestro faraón
Aquel nombre, ese maldito nombre, según había leído, una yakuza con un origen extraño a su parecer. Había leído que su nombre se debía a él, pues el líder original era una mujer de belleza única, enamorada de ese hombre que se cruzó en el camino
Aknakamon, el hombre que estaba frente a ellos sentado sin dejar de mirarlos, cuando solo bastó con un golpe de sus subordinados para que todo se volviera negro
—Los tórtolos llegaron, harán que mi hermana me regañe por no llegar a tiempo
Ambos llegados rieron ante la queja del moreno, Bakura rodeó el hombro de este para encaminarlo al auto sin escuchar las protestas por llegar tarde
