En el centro del universo existe un árbol de la vida, donde sus raíces y ramas que brotaban de él, mantienen unidos a los diferentes mundos y realidades.

En la parte superior del árbol cósmico estaba Asgard donde gobernaba el orgulloso Odín junto con su esposa Frigg, al lado de este, se encontraba Vanaheim, donde reinaba el titan Cronos

Y en la parte inferior estaban: Midgard que era hogar de los humanos, que no tenían ningún poder y solo se dedicaban a la caza y siembra de sus cultivos, Heidall, el inframundo, hogar donde las almas de los difuntos de cualquier mundo iban a parar y Jotunheim, hogar de los gigantes y elfos oscuros.

Y cada uno de ellos estaba conectado por el Bifrost, un puente de arcoíris donde los dioses cruzaban a cualquier universo, siempre y cuando pudieran atravesar aquella tela invisible, que el guardián Heimdall mantenía entre los mundos, para que así el equilibrio no se corrompiera y destruyera los diferentes mundos.