Esto era para el 25, pero no hay como el hoy… este será el penúltimo capitulo sin contar el prólogo, espero que sea del agrado del lector, los vere abajo.

Santuario Beastman de Reiwa.

La fachada había sido decorada estupendamente, incluso había un árbol de navidad natural en perfecto estado y decorado con adornos hechos a mano, esmeradamente por la chica conejo del santuario.

En un principio, solo habían planeado solo hacer la cena, para una celebración en su mayoría para adultos cansados y con hambre…

Pero bueno, Bufford, el beastman sapo dueño del edificio, tenia un hijo que era cuidado constantemente por dicha coneja, y Haruna tampoco se callaba la boca al respecto, así que terminaron poniendo el paquete completo.

Shirou atravesó la puerta de la recepción adornada con luces.

"Hey, miren quien vino" Una voz lo llamó desde una de las mesas colocadas improvisadamente junto a las sillas del recibidor.

Eran los hermanos gorilas, Gilbert y Donnie, junto con el avestruz, Ottis.

Los tipos que le provocaron una contusión en aquella carnicería.

"Es el policía malo" El mas grande de ellos lo acusó como burla.

El albino se acerco a la mesa, solo para saludar…

"Creí que la fiesta era solo para los habitantes del santuario" Y eligió el saludo mas brusco que tenia.

"¿Ehhh? Vamos, todos aquí somos parias, estamos juntos en los desastres y las fiestas" El gorila menor se excuso.

Shirou había tenido la misma reacción que Bufford al saber que querían venir a la celebración.

"además… también nos vamos a Animacity" Ottis añadió mientras seguía comiendo tanto estofado como podía.

Había pasado un tiempo desde que no había comido algo de microondas.

"¿Hah? ¿Por qué?" Cuestionó, pues estaba seguro de que Cletus solo se refería a los habitantes que quedaban en el santuario.

"¡No vamos a quedarnos con los humanos! ¡Están locos!" El gorila grande exageró, obviamente ebrio.

Si, ellos no lo sabían…

El resto de beastman tendrían que creer que los humanos empezaban a tomar acciones mas violentas contra ellos.

Ya se esperaban aun mas llegadas a Animacity.

"Además… habrá una inspección de salubridad en enero, no tiene caso intentar remodelar el negocio, así que aprovecharemos para empezar de cero" Gilbert murmuro por lo bajo, atrayendo una mala mirada del albino.

"… Cuando lleguemos a Animacity, me iré a trabajar a un restaurante de hamburguesas" Ottis les anuncio, trayendo miradas acusadoras de los otros dos.

Shirou decidió seguir con lo que hacía antes de que empezarán a discutir, topándose de frente con un beastman tortuga… muy pequeño, con un suéter azul y anteojos redondos.

La presencia de Bufford detrás de él, vestido en tirantes y un suéter le dio una pista de quien era.

"Buenas noche Bufford ¿es tu hijo?" Se inclino brevemente ante ambos, ablandando su semblante tanto como podía.

El chico pareció intimidado en un principio, su progenitor le dio calma con una palmada en el hombro.

"Feliz navidad lobo, si, se llama Joupe" Lo presentó humoroso "Es del que te hable" El hombre le susurro divertido al chico tortuga, quien paso del miedo a la impresión.

"¿Tu eres el que golpea a criminales humanos?" Preguntó con expectación y dando saltitos.

Ah, eso fue lo que Cletus le dijo de él.

"ah… a veces…" Se apeno de solo confirmarlo.

"Geniaaal" Los ojos del crio de lentes se iluminaron.

En la segunda planta… un hombre estaba sentado en una mesa, intentando no molestar a los demás.

Ichiro tenía una experiencia pésima con la bebida y un sentido de la responsabilidad único.

Cosa que lo distanciaba de ser un alcohólico.

Por eso, estaba forzándose a ingerir el liquido que lo haría sentir menos miserable.

Cletus había vaciado toda la cerveza en un barril, para disfrute de los asistentes, luego, le había pasado a Ichiro una jarra.

¿Qué fue lo que lo hizo precipitarse así en mitad de las festividades?

Tal vez fueron los días posteriores a aquella emergencia, el pensamiento de que Michiru seria capaz de ignorar lo que el sentía para cumplir con las expectativas de otras personas o el sentimiento de ser reducido a un eslabón menor en su familia.

Tal vez fueron los tres…ya no importaba.

Estaba en el hoyo, Michiru lo odiaba, Minorin también y Shirou seguro se estaba regodeando por verlo irse de cara frente a él.

"Señor Kagemori, debería beber un poco de agua" Se le ofreció una botella del liquido, este la tomo sin demasiada duda.

Sentía la lengua escaldada por el alcohol.

Se percato de que uno de sus anfitriones se veía muy familiar.

"¿Oh? ¿No estuviste en mi casa hace unos días?" Le pregunto a una chica conejo en un suéter añil.

A decir verdad, no había notado hasta ahora que estaba rodeado de beastman.

"Oh, si, soy yo, Haruna" Se presentó de nuevo, esperaba que fuera el efecto del alcohol y que realmente no la hubiese olvidado.

"Gracias por el agua… también lamento molestar" Aunque aquel hombre pelirrojo se negó a dejarlo ser enterrado en la nieve, e incluso le había ofrecido la propia bebida, a este punto sentía que estaba abusando.

Aunque ninguno de los presentes parecían querer detenerlo.

"No es molestia, Michiru es una gran amiga, lo mínimo que puedo hacer es procurar a su familia" Haruna le garantizo con una gentileza genuina.

Claro, tenia que ser por Michiru…

"… gracias" le correspondió en voz baja.

"Bueno, lo dejo solo…" Haruna tomo distancia de él, dejándolo en la mesa con algo de confusión.

Al voltear, vio la razón de esto, Shirou estaba de pie tras él, cubierto en parte de nieve y de un humor no muy bueno.

"Gracias Cletus" le agradeció a su anfitrión, mientras este parecía desinteresado por ambos.

la sola vista lo hizo desviar la mirada y plantarla en la mesa.

"Es hora de irnos, Michiru esta preocupada" Le anuncio, intentando guiarlo a la salida.

"No me toques" Se sacudió su agarre por puro impulso.

"Heh, vaya, tiene carácter" Cletus se burlo mientras comía una costilla con salsa.

Shirou ahogo un intento de gruñido, pero no bajo la severidad en su voz.

"Si no se mueve tendré que arrastrarlo, la nevada esta arreciando y no puede quedarse aquí" Intento negociar, fallo miserablemente en no sonar demandante.

"Hazme un favor, no finjas que te importa lo que me pase, me iré a otro sitio, solo necesito hablar con un compañero de trabajo" Farfullo entre dientes, solo si no fuera por el hecho de que dejo su teléfono en casa.

Dios, estaba siendo un niño.

"Es el padre de Michiru, de alguna u otra manera tiene que importarme, aunque no me guste" Le respondió por reflejo, temió haber metido la pata hasta el fondo.

Pero Ichiro apenas y reacciono.

"… no se te da convencer a las personas" Le crítico, volviendo a beber.

Si, era cierto… si se trataba de criminales el podía casi con todo, pero cuando había civiles de por medio, tenía un largo expediente de quejas y reportes…

"ese es el trabajo de Michiru" Murmuró inconscientemente, el oficinista pareció calmarse a la mención de la chica… mas bien, se puso melancólico.

"…"

"Es realmente buena en ello… muchos beastman vienen de estilos de vida agrestes, así que es mucho mas útil de lo que cree, que alguien les enseñe a vivir en la metrópoli" Le rectifico, logrando que soltara una risa agotada.

"Sigues con eso…¿Cuál es el punto? Tienen lo que quieren" Le lanzo pesimista, pero ya no parecía brutalmente a la defensiva.

"Lo que ella quiere es que tengamos mas cenas incomodas como esta, al menos una vez al año, aun si no nos soportamos… creo que solo vernos un par de semanas anualmente tampoco es mucho pedir" Intentaba su mejor imitación de la disposición de Gem… pero estaba fallando en sonar… reconfortante.

"…" Ichiro finalmente lo miro, aun con recelo, pero al menos ya podían hacer contacto visual.

Era ahora o nunca…

"Voy a hacer que entre a la universidad…" Finalmente se lo dijo, Ichiro levanto una ceja al respecto "el ayuntamiento de Animacity tiene algunos favores cruzando la costa, podemos asegurarle una plaza sin problemas… tendrá la mejor educación posible después de terminar el instituto"

Su suegro hizo bastantes caras, intentando buscar un pero…

No lo encontró… a decir verdad, no había pensado en su universidad en un tiempo, todo lo que le preocupaba era la sola necesidad de verla.

Solo pudo repensar una pregunta, no como ataque, solo como cuestión apremiante.

"¿Por qué mordiste a mi hija?"

Intento que la culpa no volviera a dejarlo mudo ¿pero que podía decirle exactamente? Cualquier cosa remotamente cercana a la verdad era información clasificada y extremadamente fantasiosa.

"… fue una situación que escapó del control de los dos… pero no hay día que pase en él que desee que eso no hubiese ocurrido" Fue lo mejor que se le ocurrió, y por lo que veía, había abierto mas preguntas de las que había antes.

"¿No estabas hablando de…?" Solo quería excluir esa sombra de duda.

"No, lo juro… no le haría daño solo por libertinaje" Shirou lo entendió al instante.

No había razón para que Ichiro le creyera, pero enserio quería tomar ese solo consuelo.

"…" No era reconfortante del todo, solo un poco.

"Lamento haberlo dicho así… creo que solo quería inmolarme" El albino se disculpo profundamente, mientras tomaba un tarro de la mesa y empezaba a beberlo.

Ahora Ichiro se sentía en desventaja, lo tuvo presente en todo momento, pero nunca estuvo dispuesto a aceptarlo.

Había sido un asno al manejar toda la situación... Desde que Shirou llego a su casa.

"… lamento haberte golpeado" Era hora de remediarlo.

Shirou le dio su atención, levemente esperando que eso fuese el punto de quiebre.

"… entonces ¿va a dejar que Michiru siga viviendo en la ciudad?" Se anticipo un poco, esperando no sonar como un oportunista.

"… eso nunca estuvo en mi control, aun quiero que este cerca de casa… pero no es mi futuro, solo tendré que aprender a vivir con eso"

"… ya veo" Era lo mejor que obtendrán, pero era algo digno de llevar como noticia a la peli azul.

"ella me odia ¿verdad?" Ichiro volvio a llamarlo, obviamente devastado en el interior.

No pudo evitar reír levemente.

"justo ahora, ella cree que usted la odia" Le informó con gracia, logrando contagiarla en el oficinista.

"… nunca, jamás lo haría"

"Bien, asegúrese de decírselo"

Ambos bebieron de sus tarros, Shirou lo detuvo con la mano, de ingerir todo el contenedor.

"Será mejor que cumplas con lo de la universidad" Le advirtió de un notable mejor humor.

Se había puesto una soga pesada en el cuello.

"Lo hare" Pero le dio su palabra con toda la seguridad del mundo.

"…" Ichiro mejoro su disposición al verlo tan serio.

"…" Ambos se quedaron en un apacible silencio por unos minutos, incluso la comida del santuario empezó a provocarles.

"¿… te cogiste a mi hija?" Pregunto de la nada, haciendo que Shirou tuviera un escalofrió espantoso que nació desde el inicio de su columna hasta la nuca.

"… e-eso no es importante" Intento ningunear el tema, las imágenes incriminatorias de su hija empezaron a invadirlo como si fueran demonios.

"Eso es un sí" Ichiro soltó un suspiro de decepción.

Minorin se lo había dicho, era una posibilidad, y no les correspondía meter las narices… pero solo quería sacarse la duda.

"… creí que era lesbiana" Ichiro revivió aquel episodio después de que preparara chocolates para Nazuna en San Valentín.

Pensando en todos los libros que leyó al respecto para prepararse para tal suceso.

Shirou se trago

Bueno, cualquiera de los dos era mejor opción que aquel chico raro que me pidió permiso para salir con Michiru a espaldas de esta.

"…Deberíamos volver" El albino volvió a sugerir, en secreto, solo queriendo ir de vuelta donde las demás para calmar las aguas.

"Si, deberíamos" El castaño empezó, marcando la pauta de salida.

Ambos se pusieron de pie, con la intención de agradecer a Cletus y a Vanko el haberlo resguardado.

Unos pasos más adelante, Shirou escucho como algo se caía detrás de él.

Ese algo era Ichiro.

"Ah si, bebió unas cuantas antes de que llegaras… creo que debiste detenerlo cuando llegaste" Vanko le explico, aproximándose al hombre tirado en el suelo.

"Si, debí" Shirou se aproximo al castaño, para levantarlo y llevarlo al auto de Cletus.

De camino a casa en el auto del pelirrojo, el lupino decidió llamar a Nazuna por adelantado para evitar pisar una mina.

"Lo encontré, vamos de camino, nos tomara un minuto" Le anuncio, sonando involuntariamente emocionado.

Nazuna guardo un poco el aliento, pensando como comunicarle lo que había ocurrido en su ausencia.

"Oh… oye, cuando llegues… ¿Podrías dejarlo en su habitación?" Le pidió mientras susurraba.

"¿De qué hablas?" Tuvo un mal presentimiento al respecto.

Llagaron al frente de la casa, la cual brillaba por la ausencia de la van, lo cual aumento esa alerta roja en su cabeza.

"Carajo…" Cletus se adelanto mientras bajaba del vehículo, el lupino cargo al castaño como un costal hasta la entrada, usando las llaves de emergencia que le habían dado en su primera semana aquí

Nazuna siguió hablando.

"Digamos que… la mamá de Michiru comenzó a beber de más… y a soltarse, nos dio un poco de información sensible… y pues, mi mamá se enojo también y… " Empezó a relatar de manera pausada.

Ingresaron a la casa, encontrando la sala vacía y con solo la luz de la cocina encendida.

"¿Dónde están?" El albino pregunto con preocupación mientras sostenía el teléfono.

"Tsss" Cletus siseo con dolor, señalando un montón de refractarios, con algunas piezas de la cena navideña, sumado a una nota que decía "Ichiro" en el frente, escrito en una caligrafía bastante femenina "Esto se fue al demonio"

Shirou le chito, recibiendo una nueva respuesta de Nazuna.

"En la casa de mi mamá, lo lamento, paso muy rápido… aun puedes venir, pero es mejor que dejes al señor Kagemori en cama… no queremos otra pelea" le pidió con mesura.

Shirou miro al castaño, mientras Cletus lo ayudaba a sostenerlo… una parte de él se sintió realmente mal por dejarlo a su suerte.

Pero lamentablemente, no había demasiado que pudiera hacer por él.

"… ya veo, te veré en unos minutos" Le anuncio con desanimo, esto enserio iba a apestar para Michiru.

"Ok, ven con cuidado" Nazuna colgó desde su lado.

"… tienen una linda casa" Cletus hizo la observación, intentando eludir la incomodidad generada.

"Lo llevare arriba ¿Quieres volver al santuario?" Le ofreció la opción de irse lo antes posible.

"Te daré el otro aventón, la noche es joven" Le brindo su apoyo, resignándose a esperar en la sala a que terminara.

Shirou cargo al murmurante oficinista a su cuarto, paso por la habitación que habían estado usando hasta el momento… parecía que Michiru y Nazuna habían tomado cuanto habían podido, pues el cuarto se veía casi vacío, exentando por el amueblado y la cama.

Siguió su camino a la penúltima habitación, en el taller de Minorin, había muchas cosas faltantes.

Finalmente, abrió la puerta de la habitación principal, había cajones vacíos...

Todo lo que pudo hacer fue dejarlo en la cama y poner la sabana encima… se sintió enormemente extraño.

"Suerte… y feliz navidad" le deseo lo mejor, antes de cerrar la puerta con cuidado.

Shirou decidió dar un vistazo a la puertita junto a la escalera, bajo un instinto de precaución, encontrando también la ausencia de varios de los regalos que habían comprado… para un poco de consuelo, los regalos dirigidos a Ichiro seguían ahí.

Lo que le provocó una sonrisa leve.

Saco la cabeza de ahí, antes de dirigirse a la salida.

En el exterior de los departamentos donde se alojaba Shion, Shirou bajo con cierta desconfianza, mirando la luz encendida del departamento.

"Mucha suerte Billy, cuidado con la cabeza" Bromeo con un poco de seriedad y compasión de por medio.

"Feliz navidad Rojo" Le deseo, haciéndole una señal de despedida, haciendo que el beastman arrancara.

Un recorrido por las escaleras y ya estaba en el departamento principal… se escuchaban risas escandalosas por dentro.

Dio un suspiro largo antes de tocar la puerta un par de veces.

Las risas pararon… la puerta se entreabrió, dejando ver los ojos de Michiru en su forma de tanuki.

"H-hola" por un momento, se sintió como cuando se encontraron por primera vez… solo que ahora se sentía estúpidamente nervioso.

Michiru le dedico una mirada aburrida, sin abrir la puerta por completo.

"Tu papá esta en casa… tomo algo con Cletus así que lo envié a la cama… me dijo que ya no esta molesto, se disculpo conmigo y… yo también me disculpe" le conto de manera apresurada, no dándose cuenta de que sonaba desesperado.

Michiru no cambiaba ese semblante plano en su rostro.

"¿Michiru?"

"Me mentiste" le espeto con algo de rencor.

Sus palabras se volvieron un nudo, sintiéndose inexcusable, no lo iba ni a intentar.

"… si, no pude evitarlo… no quería que estuvieras triste en navidad"

"y henos aquí" Le señalo la redundancia con algo de sarcasmo, y melancolía.

"si… te falle, y lo lamento" Se disculpo de nuevo, mirándola intensamente a los ojos.

"…"

"…" El silencio empezó a mortificarlo, sentía como si lo tuviera al borde de un vacio, mientras le apuntaba con un arco y flecha.

Pero Michiru aun estaba fuera de sus estimaciones.

"¿…me amas?" le pregunto de manera espontánea, sin dejar ese tono de voz neutro y nuboso.

De nuevo, era un manojo de vergüenza, pero las palabras parecían estar escalando desde su pecho esta vez, como si quisiera decírselo una y otra vez.

"… como no te imaginas" Esas palabras salieron envueltas en vapor por el frio.

Michiru le mostro una sonrisa minimalista, antes de cerrar la puerta.

Escucho la cadena siendo removida.

Luego volvió a abrirse.

El corazón le dio un vuelco al verla de vista completa, mas lo que se había estado ocultando tras la puerta.

Era un vestido, rojo, con volantes de peluche blanco en los bordes, este solo cubría la parte superior de sus pechos y el inicio de sus muslos, el hecho de que su cola se asomara por la parte trasera le daba la alarmante impresión de que no estuviese usando ropa interior.

Shirou la tomo y la metió de vuelta al lugar, esperando que nadie afuera la hubiese visto.

Adentro, encontró la cena desaparecida, en la mesa, sobre bandejas de metal, aparentemente ya habiendo sido degustadas.

Aprovechando el momento de descuido, Michiru se acopo a él, y le dio un beso, uno donde su lengua estaba participando, el sonido de un chupete sonó cuando se separaron, dejando un hilo entre los dos.

Había sido un beso bastante hambriento, que sabía a alcohol.

"¿Qué demonios traes puesto?" Fue la primera pregunta que se le vino a la mente, sus ojos estaban fijos en la vulnerabilidad del atuendo, especialmente el modesto escote, cosa que la chica tanuki noto.

"Es tu regalo, lo tuvimos bajo los suéteres todo el tiempo" Le ronroneo mientras se le pegaba al estómago.

Todo el tiempo, incluyendo la fiesta en casa.

"¿Cuánto llevas ebria?" Sonó incrédulo mientras la tomaba del rostro con cariño, intentando hacerla mas cooperativa.

"Solo un rato, el vestido era para mas en la noche" Se excuso mientras le guiñaba un ojo, sonando endemoniadamente linda.

Espera, dijo que "Tuvieron"

Al mirar el resto de la sala, pudo apreciar al resto de las mujeres desaparecidas, Nazuna estaba usando un vestido similar, a juego con su suéter, uno marrón, con el estomago blanco, con dos volantes blancos en ambos extremos, simulando a un reno.

Minorin y Shion estaban en un sofá aparte, sin abrigos, hablando en voz alta, en un lenguaje indescifrable y haciendo gestos torpes.

Al detectarlo, Nazuna vino directo a él.

"¡Llegaste!" Por un momento, se espanto al ver a Nazuna acercarse, esperando recibir un beso, pero se detuvo a la mitad, denotando que no estaba tanto en la misma condición que Michiru.

"¿Qué demonios paso?" Le pregunto a su otra confidente.

Esta tuvo una reacción visiblemente tonta a la pregunta.

"Lo que te dije, Minorin estaba deprimida, así que le hicimos compañía mientras bebía para calmarse… pero Michiru también estaba triste, porque creyó que querías dejarla en el pueblo, así que también bebió de una botella que trajo Minorin, al final, termine siguiéndoles el juego…" Explico de manera entrecortada y torpe.

No pudo evitar notar como el "Señora Kagemori" había pasado a "Minorin"

Había otra cosa que le molestaba.

"Hace calor" Corrió al termostato del departamento, encontrándolo ridículamente alto.

"¿Ehhhh? ¡Shirou! ¡la calefacción es cara!" Shion le reclamo al verlo trastear con su termostato.

"Lo se, por eso la estoy bajando" Se aseguro de devolverlo a una temperatura cómoda, pero económica y humanamente aguantable.

"¡Ehhhhhh! ¡pero hace frio!" Se sentó en el suelo mientras hacia una pataleta, contradiciéndose en el proceso.

No pudo evitar notar una falla en su vestuario, los dos siguientes botones de su blusa parecían intentar sostener su escote, mientras los primeros habían cedido tiempo atrás.

Tenia como cuatro tallas mas que su hija… ese pensamiento fue desastroso.

Shirou se puso rojo mientras chasqueaba la lengua y se dirigía hacia ella.

"Pues debería volver a ponerse su abrigo… y abotónese eso" Se agacho para arreglar los botones fugitivos de la prenda.

Fallando en sentir la forma del frente de la mujer.

Una vez hecho, se encontró con la mirada recriminarte de la pelirroja "Guarro" Lo llamó con una sonrisa boba.

Shirou la paso de largo mientras traía su suéter de otro sitio y la hacia levantar los brazos para ponérselo de nuevo.

Luego la hizo volver al sofá.

Minorin había desaparecido de su vista, la persiguió con la mirada, hasta encontrarla frente al microondas.

Se acerco con precaución, no sabiendo como lo tomaría al verlo.

"Oiga ¿se encuentra bien?" Se aproximo por su espalda, esperando que no fuera un momento duro para ella.

Los ojos de Minorin estaban entrecerrados, su Yukata desarreglado, teniendo varias vulnerabilidades.

Aparentemente, se había despojado de su abrigo interior en algún momento.

"¡Sh-shirou! Espera un momento, te estoy calentando la cena, aun no has cenado y ya son casi las doce, Feliz navidad" Le felicito hecha un lio mientras sacaba el platón de comida frita del microondas.

Recibió el plato, feliz de que no estuviese pasando un momento tan malo.

"Gracias, Feliz navidad" Colocó el plato ardiendo en la barra, para discretamente ayudarla a acomodar su atuendo.

No pudo evitar recordar cierto suceso, no tan lejano, pero mortalmente mortificante.

La mujer mantuvo una mirada expectante en el mientras le acomodaba el Yukata.

"Llámame Minorin" Le pidió con un humor burbujeante, no pudiendo estar quieta, haciéndolo tocar algo sin querer.

No tuvo reacción al respecto, contrario a el que casi se funde por el bochorno.

"… Minorin ¿Estaban cenando en la sala verdad? Vamos" Le complació mientras la empujaba levemente como guía a su lugar.

"Solo faltas tu, perdón por no esperarte ¿Quieres vino?" Siguió siendo una tarabilla, mientras la guiaban a la sala.

Al volver, las dos chicas en aquellos vestidos lo estaban mirando con reprensión.

"Te dije que se estaba volviendo codicioso" Nazuna le murmuro a Michiru.

"Lo se, solo era cuestión de tiempo" Le secundo la tanuki con una decepción fingida.

Si, estaban estúpidamente ebrias…

"Cállense y ayúdenme con ellas… ¿Dónde esta Yuu?" Les pregunto mortificado.

"… oh, esta allá" Nazuna señalo una puerta a mitad de una pared del departamento.

"Eso es un armario…" Lo sabia por la ultima vez que había estado aquí.

"Lo se" Le dio la razón sin mas.

"Dios santo" Corrió al lugar, encontrando a la peli azul dormida, con la cabeza apoyada en la pared.

Le dio unas palmaditas en la mejilla para despertarla y asegurarse de que seguía viva.

"¿… y-y-yaya es hora de volver a clases?" Fue lo primero que le pregunto al verlo.

Shirou se alivio de que no estuviese inconsciente o intoxicada, la saco de ahí guiándola de la mano para llevarla con las demás.

"Shirou, ven a cenar" Minorin le pidió con apuro, aun cuidando su platón de la cena.

El resto de la noche, además de confirmar que incluso pasando por el microondas, la comida de Minorin seguía siendo excelente.

las observo jugar cartas, tontear, incluso teniendo que interferir para que no hicieran algo irremediablemente vergonzoso.

Encendió la tele en un intento de distraerlas, sintonizando el canal donde se emitían películas navideñas, solo logrando que gritaran a todo pulmón una vez llegaron las doce.

Cada actividad o nueva ocurrencia lo estaban drenando.

Pero al final, fue el ultimo en prevalecer.

Llevo a las dos madres a la habitación de Shion, con la esperanza de que cesaran sus actividades hasta volver a estar sobrias.

Con el espacio reducido, tendrían que ser creativos.

Logro acomodar a cada una en un lado de la cama.

"¿Estas seguro de que estarás bien en el suelo?" La mujer del Yukata mostro verdadera preocupación mientras la arropaban.

"Me las arreglare, ahora sea buena, tiene que dormir" Ante la amonestación juguetona, esta sonrió inocentemente.

"Okay… buenas noches, Shirou~" Se acomodo en el ovillo, dejando de hablarle y pasando a respirar tenuemente casi al instante.

Shion estaba en su lado, con las cuatro extremidades dispersas bajo las sabanas.

Dándole un deja-vu.

La siguiente fue Yuu, quien tendría que usar el sofá grande de la sala.

"Lamento que sea tan limitado, pero las camas aquí son solo para dos" Le dio una sabana adicional, afortunadamente, Shion era una maniaca de tener una pila de ellas.

"estaré bien… lamento no haber ayudado en nada con… eso…" Yuu parecía una oruga arropada en el sofá, y realmente parecía resentir solo haber podido quedarse con la cabeza gacha durante todo el desastre.

"No te mortifiques, eso no era tu responsabilidad… ellos lo arreglaran por si solos… además, fue una linda fiesta, descansa" Le deseo tras tomar otra pila de mantas para llevárselas al par faltante.

Lo reiteraba, esto se sentía muy raro.

"buenas noches" Yuu se encogió en su sitio para dormir.

"…

Solo restaba el otro par de llevarlas sabanas extra, si mal no recordaba, se habían ido derecho a la habitación de Nazuna, apenas anunciar la hora de dormir.

Esperaba que al menos le prestarán una almohada antes de privarse en sus propios sueños.

Abrió la puerta sin la mas mínima precaución.

Casi azota la puerta tras él, pero se devolvió para atosigarlas con sentido común.

Ambas, Tanuki y Zorro, estaban uniendo sus labios, en un beso obsceno y hambriento, formando un impecable arco sobre la cama con sus figuras, dejando que sus pechos desnudos se frotaran entre ellos.

Los vestidos ahora solo cubrían sus vientres, dejando una vista plena de sus senos y sus posteriores desnudos a la tenue luz de una farola del exterior.

Se percataron de que había alguien mas con ellas.

"Al fin, creí que te tomaría toda la vida" Nazuna le dio la bienvenida, mientras abrazaba a Michiru por detrás y le exponía su desnudez junto con la suya en una invitación silenciosa.

El ojo de Shirou tembló.

"¿¡Están locas!? ¡Yuu esta durmiendo a una puerta de distancia, y sus madres, LAS DOS, están en el mismo edificio!" Les señalo histérico y gritando en silencio.

Pero ambas lo ignoraron, incluso encontrando su pérdida de temple como divertida, también notando como algo se abultaba en su entrepierna.

Nazuna se inclinó hacia el, mostrando su escote liberado y empezando a susurrarle.

"Mamá no despertará a menos que la rocíen con agua helada y la de Michiru duerme como una piedra después de beber… solo estamos nosotros tres… y podemos hacer lo que se nos antoje" La peli rosa lo invito a la cama "O… puedes esperarnos en aquella silla mientras jugamos un poco, es tu elección" Le dio a escoger con crueldad.

Una arruga apareció en la frente del albino ¿Desde hace cuanto dejaba que lo empujaran de esa manera?

Mirándolas con desaprobación, se dirigió a dicho lugar, y tomo el asiento, luego lo llevo a al frente de la cama y sentó en él.

Ambas parecían estarle cuestionando su elección en silencio, pero al final decidieron aceptarla.

"No somos monstruos, así que, si cambias de opinión, te dejaremos subir a la cama" Nazuna abrazo a la peli azul por la cintura, marcando la pauta para empezar.

Esperaron a que dijera algo al respecto, pero no parecía tener la intención de interferir.

"Adelante" Les dio un ademan para seguir adelante, aferrándose a su decisión y reclinándose en la silla.

Nazuna frunció los labios haciendo un mohín.

Fue Michiru la que la interrumpió de volver a cuestionarlo o de intentar persuadirlo, uniendo sus labios con los suyos en un nuevo beso francés.

Poco a poco, Nazuna empezó a dejar de pensar, siendo cada vez mas cooperativa con la tanuki vestida de santa.

Los besos fueron acompañados de un desliz de manos, la mano de la peli-azul fue la primera en meterse entre el arco formado con sus piernas.

La vulpina no pudo detener un ruidoso jadeo de escapar de sus labios.

Viendo su gesto como bienaventurado, la peli azul siguió masajeando aquella línea de pliegues que llevaban a un tesoro de color goma de mascar.

Incluso dándose a la travesura de meter un dedo dentro.

Encontró impresionante en varios niveles, lo atrevida que la usualmente compuesta Tanuki estaba siendo con ella esta noche festiva.

Cuando era con Shirou, se desenvolvían sin problemas, como si lo hubiesen hecho centenas de veces, siendo él quien mantenía el control la mayor parte del tiempo, y era enormemente permisivo con sus ideas.

Cuando era entre ellas, solían sobrecalentarse tras unos besos y terminaban dejándolo para después.

Peri justo ahora, a pesar de que sentía que sus venas estaban llenas de fuego y su corazón parecía un tambor.

Sentía que podían llegar hasta donde quisieran, solo eran dos novatas en una nueva rama de un experimento muy placentero.

La mano de Nazuna se volvio contra Michiru, imitando su gesto, viajando a su vagina, dedicándose a masajear aquel punto dulce y obteniendo una reacción encantadora de la tanuki junto con un gemido que fue un encanto para los oídos.

No sabia si esto contaba como una competencia, todo lo que podían hacer de momento era dedearse los coños en un intento de hacer que la otra cayera en un orgasmo paralizante, mientras se besaban y dejaban que sus pezones se tocaran de manera simétrica al son de un baile obsceno.

Creía que Shirou no haría nada sentado en la oscuridad… pero solo el hecho de que hubiese un espectador… hacia esto mucho mas catártico.

Le harían creer que lo excluirían esta noche, luego lo invitarían de nuevo como una señal de compasión, entre mas las deseara, mejor seria el evento que le seguiría.

Por ahora…

Podían sentirse las protagonistas de un show prohibido para un solo pervertido espectador.

Y la mas motivada por segundos, era la chica volpe en el disfraz de reno.

Nazuna estaba cada vez mas acelerada, mas agresiva en sus caricias y besos, al punto de que la chica del provocador vestido rojo se veía abrumada.

En un cambio en sus pesos, la traviesa volpe termino empujando a Michiru contra la cama, sacándole un susto.

Los ojos rosas se encontraron con los rojos, llenos de hambre, siendo alimentados por la lujuria de tener a su mitad inseparable de la infancia debajo de ella y la de ser observada por detrás por su novio como si fuera un espectáculo.

Amaba la sensación.

Se precipito por sus senos, empezando a mamar y a lamer viciosamente el pezón de uno de ellos, mientras seguía masturbando a una indefensa Michiru, quien había apartado sus manos sin saber como responder, llevando una a las sabanas mientras usaba la otra para morder su propio dedo en un intento de silenciar sus adorables gemidos.

Sus caderas se estaban levantando mientras sentía dos dedos estirar sus interiores y revolverlos en su interior como a un juguete sexual.

La voz de Michiru subió de volumen hasta desbordarse en el sonido mas angelical que habían escuchado.

No era suficiente, Michiru olía fantástico ahí abajo, y quería saber como era su sabor.

Bajo por sus piernas, y conoció de frente a su núcleo, tan rosado, tan caliente… tan apetecible.

"¡N-n-nAzuNA!" Chillo al sentir como su mejor amiga le daba un beso francés a su otra boca.

La volpe quería encontrar todos los puntos donde Michiru temblara al pasarles la lengua o succionarlos con sus labios, encontrando una reacción deliciosa en su clítoris.

Sus propios dedos se metieron entre sus piernas, empezando a acompasar el placer, sus movimientos al masturbarse junto con los de su oral.

Su mente se estaba empañando… iba a correrse si no tenia cuidado.

En el ultimo tramo, Nazuna abandono su tarea, dejando hilos de su saliva y el delicioso jugo de la tanuki.

Empezó a montar la pierna de Michiru, hasta deslizar su ingle y llegar a conocer la suya.

Habia visto suficiente material culposo… y sabia lo que estaba buscando por puro instinto.

Los roses entre ambas flores eran torpes, bruscos… desesperados.

Pero terriblemente efectivos y placenteros.

Ambas estaban deshaciéndose en jadeos, y exquisitos gemidos, mientras formaban esa torpe pero efectiva tijera.

La fricción entre ambas estaba quemando la cama y mojándola al mismo tiempo.

Nazuna no tuvo la noción de quien se vino primero, pero por un momento, juro que casi siente sus ojos rodar hacia atrás cuando llego a su clímax, mientras su propia voz emitía un sonido muy femenino, mucho mas de lo usual… y juraría que también escucho a Michiru usar otra voz al llegar al orgasmo.

Quería escuchar ese sonido mucho mas seguido.

Ahora, tendidas en la cama.

Ambas tenían algo en común, sus piernas estaban temblorosas y débiles tras su alocado intercurso, Michiru aun parecía estar recuperando el aliento con la cara pegada a la cama.

Ella por su lado, sentía que acababa de pasar por una fiebre, una que se desvanecía con el frio del exterior de su cúpula de amor.

Pero por otro aspecto, su vagina ahora estaba encendida, como si aun esperara algo mas.

Volteo hacia aquel asiento en la oscuridad.

Shirou, lejos de verse celoso o tentado como lo esperaba, parecía haberse dado una agasajo para los ojos.

Incluso se había dado el lujo de cambiar de forma.

De haber sido menos ético, sentía que pudo haberlo grabado para después "Se ve que se divirtieron, es raro decirlo yo mismo, pero fue una vista encantadora"

El brazo de Nazuna salió disparado hacia su ingle, tomando el borde de su pantalón y obligándolo a caminar hacia la cama.

"Dijiste que tendría la opción de solo mirar" No estaba preocupado en absoluto, se estaba burlando de ella.

Pero fue satisfactorio para la peli rosa ver que estaba erecto debajo del pantalón.

No se lo diría, pero estuvo a un solo milímetro de autocontrol de meterse a la cama con ellas.

"Cambie de opinión, trae el pito para acá" Le ordenó, intentando ocultar que estaba empapada.

"…" Shirou había tenido tiempo de sobra para sopesarlo, ni Yuu, Minorin o Shion iban a despertar o a interrumpirlos.

Y se moría de ganas por una probada de las dos.

Se quito hasta la ultima prenda, resintiendo el frío, pero expectante por entrar en el calor con ellas.

Nazuna se sintió culpable por saltar a su regazo para recibir un beso, Michiru, aun fuera de combate, tenia todo el derecho de ir primero, pero no podía detenerse justo ahora.

Solo unos minutos y le dejaría libre el camino.

Shirou la mimo con besos y caricias tanto como pudo, mientras su dura polla delineaba la hendidura de su vulva, aquella hecha a su medida.

Fue una infiltración limpia, estaba tan mojada que no hubo resistencia al penetrarla, además de sus suaves gemidos, Shirou le dio una gran ayuda al sujetarla por las caderas para ayudarla a saltar en su polla.

La sola posición la dejaba a su merced, y realmente le gustaba.

Cada nueva penetración era mejor que la otra, sus interiores así como su resiliencia estaban fatigadas, no pasaría mucho antes de acabar.

Solo podía sujetarse de sus brazos fuertes y largos y dejarse llevar.

Repentinamente, lo tomo de la muñeca para detener su vaivén, con una idea en mente, una muy mala.

"… Quiero que uses el otro agujero" Le musito en un tono ebrio, en todos los sentidos.

Shirou se espantó al escuchar de nuevo la controversial petición.

"… no es buena idea" Michiru tenia una resistencia impresionante, pero incluso ella fingió tener mucha mas tolerancia al dolor de la que estaba dispuesta a admitir.

Pero la volpe no parecía en aires de retractarse.

"Si duele solo tienes que detenerte ¿no? No me pasara nada" Intento ser persuasiva, mientras lo besaba en el hocico y guiaba la punta de aquella forma de carne caliente a su otra entrada.

Y realmente, no pudo oponer mucha resistencia.

La punta golpeo el inmaculado orificio… luego se deslizo dentro con un pequeño empujón.

Aun si estaba lubricado hasta la base por su juego anterior, se sintió como empalarse a si misma, cada centímetro adentro llevaba a dos hacia atrás por puro reflejo, ese juego de sube y baja siguió por un rato.

Pensó que se retractaría tras el primer pinchazo, pero subestimo lo necia que era… porque al final, se estaba sentando en su nudo.

Entre jadeos, sintió como su cabeza se apoyaba en su hombro desde atrás, con una enorme interrogante en sus ojos.

"¿V-vez? n-n-no fue nada" Evidentemente, tenia que fingir estar bien, pese a que su voz sonaba como un papel mojado, siendo estrujado.

Se aseguro de que se recargara en él, mientras le daba leves caricias, particularmente en sus senos y estomago, en busca de distraerla del dolor producido por su propia necedad.

A pesar de prácticamente ser empalada, sus interiores parecían acostumbrarse, lentamente, MUY lentamente y el regazo formado por el cuerpo del lupino era los suficientemente cómodo para sobrellevarlo.

Estaba tan ocupada mirando el techo y recibiendo caricias de esas manos engarradas, que no lo noto, hasta que sintió como le lamian la puerta delantera.

En un sobresalto apresurado, se encontró con Michiru, despierta… apenas, con la cara metida entre sus piernas, y lamiendo su venus como si fuera un manantial.

"¡Mi-Mi-michiru! ¡e-E-Spera!" Se desencajo en una maraña de niervos, no esperaba que fuera a castigarla justo ahora.

La tanuki había acoplado su boca a su entrada, introduciendo la lengua y golpeando su clítoris intermitentemente con su nariz fría.

Shirou también comenzó a moverse, fueron deslices leves en la base, pero aun así sentía como si estuviese empujando su interior en todas las direcciones.

La lengua de Michiru dándole una inspección profunda y la espada de carne en su otro agujero, Nazuna estaba segura de que podía desmayarse en cualquier momento.

"¿Quieres que pare?" Shirou le cuestionó de nuevo, ofreciéndole la oportunidad de volver al intercurso normal.

"… N-no" En un quejido saturado de placer lo detuvo en su intención de dar marcha atrás.

Michiru solo acelero lo que estaba ocurriendo, estaba teniendo el clímax mas intenso que había tenido, era su graduación de su otra virginidad, quería que la llenara hasta el estomago.

Las pequeñas y cuidadosas embestidas de Shirou aumentaron su velocidad mientras Michiru le daba un cunnilingus de lo mas profundo.

El nudo de Shirou, el que había estado sirviendo como soporte para la volpe, termino cediendo a los resbaladizos empujones del acto, deslizándose dentro de Nazuna y anudándola en el proceso.

La peli rosa aulló de la impresión al sentir la porción adicional de carne dentro de ella, finalmente llegando al clímax en la cara de la sedienta Michiru, al mismo tiempo, la semilla de Shirou se filtro a lo mas profundo de su ser, al punto de que juro que podía saborearla.

Michiru volvio de su pequeño transe, encontrándose de frente con una Nazuna que parecía haber sido atacada por un tornado, figurativamente por el aspecto de su cabello.

Esbozando una sonrisa satisfecha, esta se acerco a ella y le dio un nuevo beso, uno hambriento y húmedo, que fue correspondido muy apenas.

Luego fue tras de Shirou, metiendo su lengua en su hocico, quien solo aceptó el gesto de pura lascivia.

"Feliz Navidad, los amo a los dos"

Eso fue solo el inicio de lo que hicieron esa noche… y el hecho de que todos en la casa quisieran seguir durmiendo hasta la tarde siguiente, solo les dio la excusa perfecta para seguir.

Lamento no haber podido elaborar mas en ello, pero no podíamos retrasarlo más, los vere en el siguiente capitulo, el cual será el último de la historia principal, les deseo un feliz año a todos de antemano, espero que sigan leyendo mis historias y que podamos escribir mucho más.