Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.
Capítulo 59. La Advertencia Del Duque Riddle (2)
Tan pronto como el Duque Riddle se fue, Jasper se giró para mirarme.
—Creo que ahora está claro. Un hombre del Reino Occidental, otro de Rwibt, y otro de Bohean Azul. Claramente tienes una preferencia por los extranjeros, ¿no es cierto?
Su demente especulación había regresado. Esperaba que todo se mantuviera en calma.
Jasper frunció el ceño y apuntó a la espalda del duque que se retiraba.
—No tienes mucha experiencia con otros hombres además de mí. Solo porque hable con una lengua de plata no significa que sea un buen hombre.
Nota: 'lengua de plata' es ser elocuente y persuasivo al hablar.
Al contrario, el Duque Riddle era un hombre que hablaba sin rodeos, pero en vez de corregir a Jasper, lo observé estupefacta.
—Entonces, ¿qué tipo de hombre es un buen hombre.
—…
Si tenía consciencia, no diría que él mismo.
—¿Yo?
¿En serio?
Levanté una ceja ante él, y su expresión se tornó descontenta mientras suspiraba.
—De todas maneras, quiero que seas cuidadosa con tu comportamiento.
—Y yo… Buscaré un guapo y joven hombre del Reino Oriental.
Me observó en silencio, luego murmuró "Sí," y se fue.
Suspiré. No podía comprender lo que Jasper tenía en la cabeza. No le importaba haber traído a Irina, ¿pero le molestaba oír que su pareja Imperial tenía otros amantes?
—Su Majestad. ¿Estaba buscándome?
Mientras presionaba mi mano contra mi sien, el ministro se acercó apurado desde el baño.
—Lo siento, mi sistema digestivo ha estado funcionando extraño últimamente.
—Está bien.
Regresamos a la oficina, pero encontré difícil el ser capaz de concentrarme, y eventualmente acorté la reunión.
—Hablaremos nuevamente mañana. Descansemos un poco por hoy.
—Oh, muy bien.
—No puedo concentrarme mucho tampoco, así que no se preocupe.
Después de que el ministro se fue, me senté de brazos cruzados y observé la pila de documentos sobre la mesa. Jasper estaba siendo Jasper...
Pero, ¿qué quiso decir el Duque Riddle? ¿Qué es lo que el Príncipe Edward había estado arreglando durante años? No podía ser un edificio. ¿Un plan? La palabra "plan" tendría sentido.
—…
Tendría que preguntarle al Príncipe Edward. Él había hecho venir al Duque Riddle, y aun así ambos estaban intercambiando detalles despectivos acerca del otro.
…era extraño.
—Su Majestad, ¿se siente bien esto?
—…
—Su Majestad, ¿esto está bien?
—…
—¿Su Majestad?
Irina dejó de masajear los hombros de Jasper cuando no respondió a sus repetidas preguntas. Ella inclinó su cabeza sobre su hombro, y él, sobresaltado, movió la cabeza hacia un costado, causando que sus labios casi se rozaran entre sí. Irina sonrió, suavemente besó su mejilla, y lo abrazó.
—¿En qué estás pensando que no escuchas a Irina?
Su voz era encantadora, pero contenía un reproche.
—Oh... lo siento.
—Si es algún asunto nacional, Irina no será de mucha ayuda.
Después de disculparse, se encogió de hombros y se sentó en la mesa frente a él. Jasper negó con la cabeza.
—No es un asunto nacional.
—¿Qué es?
Irina habló con una voz medio distraída. El emperador no solía compartirle detalles de su día de trabajo. Él hablaba con ella cuando le apetecía, lo cual no pasaba a menudo, así que Irina preguntó sin pensarlo. Sin embargo, él hizo su propia pregunta.
—Pensándolo bien, Irina, el Duque Riddle se lleva bien contigo, ¿cierto?
¿El Duque Riddle? ¿Por qué Jasper lo menciona tan de repente? Irina respondió, perpleja.
—Él es cercano a Irina, ¿por qué?
Su siguiente pregunta fue incluso más sorprendente.
—El Duque Riddle; ¿es cercano a la Emperatriz?
Irina se estremeció muy ligeramente.
—¿Por qué lo preguntas?
—Los vi teniendo una conversación amistosa esta tarde.
Jasper exhaló con lentitud.
Antes...
Irina le dijo que el Duque Riddle se había ido por un tiempo, que no lo había visto durante horas.
No dijo a dónde iba. Así que debió haber ido a ver a la Emperatriz.
Irina recordó la confidente y traviesa propuesta del Duque Riddle para seducirla.
¿Estará realmente intentando seducir a la Emperatriz por mí?'
Irina silenciosamente apretó sus labios.
No, no por mí...
Debe haberlo hecho por sí mismo. Ella estaba de alguna manera ofendida, y Jasper lo notó y la llamó con un tono extraño.
—¿Irina?
Irina sonrió rápidamente.
—No, la Emperatriz no se lleva bien con el Duque Riddle.
—¿Es cierto eso?
—Si, el Duque Riddle es amigo de Irina.
Ante su rápida respuesta, Jasper la miró adorablemente.
—¿Qué?
—Realmente eres gentil y amable.
—?
—¿Estás defendiendo a la Emperatriz porque podría tener un desacuerdo con ella?
—Oh... ¿te diste cuenta?
Irina cubrió su rostro con sus manos y Jasper asintió.
—No llevas puesto el anillo que te di, ¿no es así?
—Anillo...
Irina escondió sus manos. A pesar de su bello rostro, sus manos eran feas y ásperas debido a los trabajos que había hecho de niña. Cuando Jasper vio sus manos ásperas, sus ojos temblaron.
Jasper se inclinó para tomar los dedos de Irina.
—Un anillo plateado con una joya roja en él, ¿recuerdas?
—¿Ah? Sí.
—La joya roja es conocida como 'Estrella de la Llama Roja'.
—¡¿!?
Irina recordó tres anillos que Jasper le había dado. Uno de ellos debió haber sido un anillo plateado con una joya roja. Ella creyó que era el más barato por ser el más pequeño, pero debía tener una gran reputación para tener su propio nombre.
—¿No te gusta?
La expresión de Irina cambió cuando se dio cuenta que le dio el precioso anillo a la persona que más odiaba.
—No estoy intentando presionarte si no te gusta. Pero ese anillo tiene un hechizo. El efecto no es obvio si lo llevas puesto poco tiempo, pero llévalo puesto por un tiempo y removerá las cicatrices.
¡El anillo era mágico! Irina dejó caer su cabeza sobre la mesa produciendo un sonido seco.
—¿Irina?
—Ohhh... qué desperdicio.
Jasper la miró fijamente, y ella se quejó contra la madera.
—Encontré a una sirvienta pobre y se lo regalé. No sabía que era ese tipo de anillo...
Después de mirarla con cierta sorpresa, Jasper explotó en una carcajada.
—¿Qué? ¡Jaja!
Irina quería llorar.
—¿Su Majestad, hay otro anillo con el mismo efecto?
—Lo hay, pero...
—Si Irina te pide otro anillo... ¿estaría bien?
—Bueno, si quieres uno similar, pues bien.
¿Podría tenerlo ahora? Cuando Irina lo miró con sus enormes ojos, Jasper sonrió torpemente.
—La Emperatriz tiene uno.
