El sonido de los pájaros quienes anunciaban el nuevo día se le hacía odioso a más no poder, maldijo en reiteradas ocasiones la luz del sol que se colaba por la ventana entreabierta y se recordó a sí misma no volver a dejarla así por la noche. Sintiendo la cabeza taladrarse se levantó y se miró en el espejo. Gracias al cielo no se notaba la resaca que se traía encima. Mientras lavaba su rostro, los recuerdos de la noche anterior al lado de Neji la dejaron en blanco.

Se abrazaron, sus rostros estuvieron a nada de besarse y por si fuera poco, ella besó su marca… Cuando volvió a coger aire su rostro se puso colorado y, como un acto reflejo, revisó todo su departamento esperando no encontrarse a su compañero de equipo.

- "Tengo mi ropa puesta y Neji no está aquí… ¡Hay gracias al cielo!"- habló para sí misma. Odiaría con cada fibra de su ser que en su primera vez no estuviera lúcida para recordar a Neji.

Tenten no era una mujer tímida, nunca lo fue. Su personalidad era fuerte, decidida y extrovertida; si bien no al nivel de Guy-sensei o Lee, si lo suficiente como para tener claro a dónde le gustaría llegar con Neji. No era mojigata, claro que fantaseaba con el pelinegro, es decir, su atractivo masculino se notaba a kilómetros y tenía conocimiento que más de una chica en Konoha se lo disputaba. También sabía que Neji odiaba a las mujeres ruidosas que lo perseguían cada que caminaba por las calles, de ahí que ella se anotó mentalmente no ser una fangirl más. Sus sentimientos eran serios, no estaba dispuesta a ser una más del montón.

Se dio una ducha rápida que la hizo sentir mejor. Había pasado el exámen, sería maestra en la escuela, pero sus labores iniciarían hasta dentro de seis meses, ya que las y los estudiantes debían terminar el actual curso lectivo y, posteriormente, se haría la distribución de grupos. Tampoco tenía misiones y, definitivamente no buscaría a Neji, por lo que optó por quedarse en su apartamento a descansar. Mientras preparaba agua para el té, el sonido de la puerta la paralizó.

- "Demonios… No estoy lista para enfrentarlo aún." - murmuró para sí misma pensando que Neji había ido con el fin de pedir explicaciones sobre lo sucedido la otra noche. Respiró hondo tratando de tomar valor, se acercó a la puerta y al abrir un par de orbes color perla la recibieron. - "H-Hiashi…sama". - habló perpleja la castaña.

De pie frente a su puerta estaba nada más y nada menos que el actual líder de la rama principal del Clan Hyuga.

- "Buenos días, señorita, espero no importunarla." - habló el hombre mayor con diligencia.

- "N-No, claro que no. Adelante." - invitó. Honestamente, estaba cohibida, no se esperaba semejante visita a tan tempranas horas de la mañana. Lo primero que pensó fue en que se habían enterado de que Neji pasó la noche en su casa, por lo que sus nervios aumentaron.

Dispuesta a encararlo, sirvió el té con tranquilidad. Hiashi reparó en el aroma y color de la bebida dándose cuenta de una cosa: era té Gyokuro. Un té utilizado exclusivamente en el Clan Hyuga, característico por su tono verde oscuro, su gran calidad, pero sobre todo su alto precio. Que una jovencita externa a la familia tuviese un té como ese solo confirmaba sus sospechas: había una cercanía poco normal entre su sobrino y la chica de nombre Tenten.

- "Este té…¿Dónde lo consiguió? - preguntó interesado.

- "Fue un regalo de Neji por mi cumpleaños. Es su favorito, así que quiso compartirlo." - respondió la castaña con honestidad.

- "También era el té favorito de su padre." - reveló Hiashi con nostalgia.

Tenten sintió una punzada de dolor en su corazón. La muerte del padre de Neji aún era un tema delicado para el chico. Sin embargo, Tenten rápidamente cambió el rumbo de la conversación; estaba segura que el líder no estaba ahí para hablar sobre té.

-"¿A qué debo su visita, Hiashi-sama?" - preguntó directa la maestra de armas.

El aludido sonrió. Qué joven tan perspicaz. Con paciencia, dejó la taza de té sobre la mesa de la sala de estar y habló:

- "Vine a hacerle propuestas de negocios." - Tenten lo miró sin comprender. - "Verá… Actualmente el clan Hyuga está desarrollando un proyecto de preparación para la nueva generación. Muchos de nuestros niños iniciarán el próximo año en la Academia Ninja, mientras que otros se preparan para el examen chunin. Tengo entendido que es usted una persona con amplio conocimiento en el armamento ninja, por lo que me gustaría contratarla como institutriz personal." - finalizó.

Tenten estaba confundida. ¿De verdad era eso? ¿Al tío de Neji no le pareció fuera de lugar que una extraña a la familia tuviera un té exclusivo? Pensó que le había dado señales claras al patriarca sobre su cercanía con Neji.

- "Vaya, me siento muy honrada con su oferta, Hiashi-sama, pero me temo que iniciaré como sensei en la academia el próximo año así que…"

- "¿Usted pasó el exámen para sensores?"- preguntó curioso. Varios miembros de la rama principal aspiraron para sensores de la academia, pero casi todos fracasaron en el exámen.

- "¡Así es! Y con nota perfecta." - se jactó la castaña con orgullo.

Hiashi levantó una ceja. Bueno, debía reconocerle a la chica su mérito. No cualquiera era sensor hoy en día.

- "Le extiendo mis felicitaciones, señorita. Y justamente por eso, tengo mayor interés en contratarla. Tengo entendido que, si bien pasaron el exámen, los sensores deben esperar el nuevo curso lectivo y, mientras tanto, tienen prohibido realizar misiones a efectos de resguardar la plaza. Serían seis meses sin ingresos para su persona." - tentó el líder Hyuga.

Tenten razonó las palabras del hombre. Tenía razón. Estaba tan feliz por su ingreso que olvidó por completo ese pequeño gran detalle. Estar esos seis meses como institutriz le generarían un bien recibido ingreso; además, podría averiguar un poco más acerca del problema que estaba teniendo Neji con el clan. Le había quedado claro que el pelinegro no le contaría nada, ya que evadió su pregunta la mañana anterior, así que esa sería su única forma de averiguar la verdad.

- "Entonces… ¿cuándo empiezo?"- preguntó a modo de aceptación de la oferta.

Hiashi sonrió débilmente. Rogaba a sus ancestros que esta decisión fuera la correcta ya que, en el mejor de los casos habría un conflicto entre las ramas grave, y en el peor, su sobrino lo asesinaría.

- "La próxima semana. Solo, le pido que hasta entonces no le comente nada a mi sobrino. Tendrá una misión de varios días y quiero que se concentre." - pidió el mayor.

-"No se preocupe. Mis decisiones no dependen de Neji, así que es indiferente lo que él opine al respecto. Es un negocio entre usted y yo." - afirmó Tenten empoderada.

El Hyuga la miró impresionado. Para alguien que provenía de una familia con mujeres sumisas en su mayoría, escuchar tal contestación era escandaloso. Su actitud le recordó mucho a la esposa del primer Hokage. Dicen los rumores que Mito-sama era una mujer de carácter y temple fuerte, que no bajaba la cabeza ni siquiera ante s marido. Y debía admitir que físicamente compartían ciertos rasgos. Nunca entendería la atracción que tuvo una eminencia como Hashirama-sama, pero por lo visto su sobrino tenía gustos similares a los de su difunto. Aunque el hecho de que la maestra de amas tuviese ese carácter le daba tranquilidad porque estaba seguro que no le temería a los ancianos de la rama secundaria.

- "Perfecto. Entonces… la próxima semana finiquitamos detalles respecto al horario y la paga." - finalizó Hiashi.

Una vez que estuvo sola, Tenten sonrió y empezó a brincar contenta en su sitio. Había mucho en juego, pero estaba ganando más al aceptar dicha oferta: experiencia como educadora y cercanía con Neji. Mataba dos pájaros de un tiro.

. . .

Ese día en particular, Neji regresaba luego de una misión de tres días fuera de la aldea. Actualmente fungía como líder de su propio escuadrón ambu, por lo que las misiones que realizaba eran peligrosas. Sin importar la época de paz, los riesgos y organizaciones extremistas siempre existirían. Luego de dejar su informe con el Hokage, se dirigió a la zona residencial de Konoha, más exactamente, al departamento de Tenten. Desde la noche en que bebieron y compartieron un momento íntimo no alcanzó a verla y por ende no habían hablado sobre lo ocurrido. Si bien estaba el asunto del matrimonio arreglado con su clan, Neji no era un hombre que evadiera las responsabilidades de su actuar, por ende, su moral le dictaba darle la cara a Tenten.

Al llegar, entró por la puerta, pero encontró el departamento vacío. Decepcionado, se dispuso a volver a los dominios Hyuga para asearse y descansar, trataría de volver por la noche. Llegó cerca del mediodía. Estaba cansado por los días de desvelo, más esto no impidió que el sonido de armas ninjas proveniente de la zona de entrenamiento llamara su atención. Caminó por los pasillos y una vez que llegó, quedó perplejo. Tenten se encontraba entrenando a un grupo de niños del clan y, más apartado su tío Hiashi la observaba.

A la mente de Neji llegó la conversación anterior entre las ramas relacionado con su futuro, y de inmediato pensó en el peligro inminente para Tenten.

Hiashi notó la presencia de su sobrino. Lucía visiblemente alterado, algo poco común en Neji, y en cuanto estuvo lo suficientemente cerca la voz sombría de su sobrino solo lo inquietó:

- "¿Qué hace ella aquí?" - inquirió directo y sin rodeos, tratando de mantener hasta dónde le era posible la calma.

Hiashi levantó la ceja intrigado.

- "La señorita será la nueva institutriz." - respondió con tranquilidad.

- "¿Por qué?" - preguntó insistente el pelinegro.

- "Tuve buenas referencias de ella. Actualmente es la persona idónea para el proyecto que estamos desarrollando. Que estemos en época de paz no demerita la necesidad de estar preparados."

Neji desvió el rostro dirigiendo su mirada hacia la castaña quien ajena a la discusión continuaba el entrenamiento con los niños. Debía ser prudente. Si esas eran las "verdaderas" intenciones de su tío, no se expondría a revelar que tenía una debilidad por Tenten, mucho menos que se viera involucrada en la absurda discusión entre las ramas.

Cuando por fin sus ojos se encontraron con los color chocolate, Neji recibió una sonrisa pícara por parte de su compañera, lo cual significaba una cosa: ella ya tenía prevista su reacción y aún así aceptó la oferta.

- "Chicos, nos detendremos aquí, es hora de que almuercen." - habló Tenten al grupo compuesto por diez infantes.

- "Los alimentos están servidos en el comedor, adelante niños…" - ordenó Hiashi. - "Señorita Tenten usted también…

- "Ella vendrá conmigo." - interrumpió Neji tajante, mientras arrastraba a la castaña hasta la zona habitacional de la rama secundaria.

Hiashi observó la escena con diversión. Por lo visto, solucionar el problema para con su sobrino sería más complicado. Rogaba a los dioses que su plan diera el fruto esperado.

. . .

Neji guiaba a Tenten por los interminables pasillos de la mansión secundaria. Con sigilo cuidaba no ser vistos por alguna persona empleada o, peor aún, por alguno de los ancianos. Tenten, molesta, solo se dejaba guiar por el pelinegro hasta que esta la hizo entrar a una habitación y cerró la puerta con seguro.

-Tenten, ¿qué haces aquí? - preguntó rogando al cielo por paciencia.

- "¿Tú qué crees? Trabajando." - respondió la castaña con tranquilidad mientras detallaba la habitación. Si, era la habitación de Neji sin duda.

- "¿Por qué aquí? ¿Por qué aceptaste su oferta?" - preguntó el pelinegro mientras se acercaba a la castaña.

Tenten lo miró molesta.

- "Me hizo una buena oferta. Necesito el dinero, Neji. No iniciaré como sensei sino hasta dentro de 6 meses y tengo prohibición de aceptar misiones. Los mortales necesitamos comer." – respondió cruzándose de brazos

- "Pudiste buscar otra cosa, o decirme. Te aseguro que no permitiré que te falte algo." - respondió el pelinegro sin pensar muy bien en sus palabras.

Tenten sintió su corazón brincar. Le enternecía la respuesta de Neji, pero, si no era firme con él no le diría lo que estaba sucediendo en realidad.

- "¿Te volviste una especie de prestamista o algo así?" - preguntó irónica mientras se acercaba con una sonrisa burlona al rostro del pelinegro. - "Neji, no iba a rechazar una oferta de trabajo que, literalmente, llamó a mi puerta."

-"No sabes en lo que te estás metiendo." - se quejó el joven sin romper la cercanía.

- "Entonces, dímelo." - retó la castaña mirándolo con determinación. - "Y más te vale no tardar mucho. Que me hayas arrastrado aquí levantará muchas sospechas."

Neji suspiró con frustración. Tenten tenía razón, no serviría de nada seguir ocultando la situación, mucho menos a ella.

- "Sabes que por derecho debo ser el líder de la rama secundaria; es por eso que los ancianos quieren arreglar un matrimonio para mí con una mujer del clan." - reveló el pelinegro con honestidad.

Tenten estaba en shock. La situación le había caído como un balde de agua fría. Por un lado, le dolía este hecho, especialmente porque por un momento empezó a creer que Neji correspondía a sus sentimientos, pero por otro lado, entendía lo complicado que eran las relaciones políticas en el Clan Hyuga así como también que ella era ajena a la situación.

- "¿Y qué harás?" - preguntó tratando de mantenerse tranquila.

- "Hallar una solución." - respondió. - "Creo que Hiashi-sama está tramando algo para favorecerme, solo debo averiguar qué."

- "Sabes que puedes contar con mi ayuda si necesitas algo." - afirmó Tenten.

Si su destino no era estar con Neji no forzaría las cosas sin importar lo doloroso que fuera, pero al menos seguiría estando ahí para él y lucharía hasta el cansancio a su lado

- "Tenten, no estoy interesado en ese matrimonio." - habló el pelinegro.

La castaña lo miró comprensiva, sin embargo, en realidad no estaba entendiendo a lo que se refería el Hyuga hasta que éste sin previo aviso se abalanzó sobre ella besándola con intensidad. Neji maldijo por lo bajo. Le hubiese gustado que al confesarle sus sentimientos a Tenten el momento fuese menos conflictivo, pero había que adaptarse a las circunstancias actuales. Especialmente después de reparar en lo bella que se veía la castaña con las mejillas coloradas por el calor y la blusa de talle oriental ligeramente abierta. No pudo contener las ganas de besarla.

Tenten, luego de sopesar la sorpresa, correspondió al castaño sin mucha resistencia. Era un beso desesperado, pero no por eso menos embriagador. El aroma masculino de Neji la inundaba y sentir cómo buscaba devorarla la hizo temblar.

Olvidando por completo dónde se encontraban, Neji no tardó en empujar a Tenten sobre la cama y posicionarse sobre ella. Rápidamente, dejó sus labios y pasó directamente a degustar la delicada piel de Tenten haciendo que ésta soltara un suave gemido en su oído que no hizo más que encenderlo.

Sin embargo, así como las cosas subieron de tono, bajaron de golpe al escuchar la puerta de la habitación de Neji ser llamada. El pelinegro se separó de Tenten con un gruñido y activó su byakugan, alcanzó a ver que quien llamaba era su prima Hanabi. Se levantó dándole a Tenten espacio para arreglar sus vestimentas. Una vez que la chica estuvo lista, abrió.

- "Hanabi-sama…" - habló el pelinegro con tranquilidad a modo de saludo.

La menor heredera de la rama principal sonrió para sus adentros al notar a la acompañante de su primo. Su padre había acertado cuando le indicó que buscara a Tenten y a Neji antes de que el anciano se uniera al almuerzo.

- "Padre los busca, dice que deben almorzar. Yo la cuidaré, Neji-niisan." - habló Hanabi con alegría. Rápidamente buscó a la chica con la mirada y, en cuanto esta le devolvió una sonrisa corrió a abrazarla con efusividad.

Hanabi era una jovencita inteligente y así como supo desde muy pequeña que su hermana mayor estaba enamorada de Uzumaki Naruto, también sabía que a su primo le gustaba Tenten. Además, a ella le agradaba muchísimo la castaña; era amable y cálida, pero también era fuerte y valiente, tal como ella aspiraba a ser como futura regente de su clan.

- "Estaré en buenas manos entonces." - dijo Tenten divertida por la afirmación de la menor. - "Estás enorme, Hanabi, y muy bonita también." - halagó Tenten mientras salían de la habitación de Neji.

- "¡Tú también eres hermosa! Más que algunas de nuestro clan, lo sabías… ¡Dime! Cuando termines con los niños, ¿podrías entrenar conmigo también? - preguntó la adolescente entusiasmada.

Desde su habitación, Neji observó al par retirarse al comedor. Le alegraba que Tenten supiera entender en sus acciones lo que sentía por ella, y más que le correspondiera, pero al mismo tiempo le preocupaba haberla involucrado más de la cuenta. Cerró la puerta de su habitación y se dispuso a tomar un baño rápido para alcanzarlas.

. . .

En el comedor, ambas chicas ingresaron con tranquilidad tal como Hanabi le explicó que era lo más educado hacerlo. Una vez dentro, la castaña identificó a sus estudiantes, a Hiashi-san sentado en la cabecera, y, a un anciano sentado al otro extremo. Tenten lo reconoció de inmediato, era el actual regente de la rama secundaria, lo había visto en una ocasión cuando esperaba a Neji para partir a una misión.

- "Disculpen la demora." - se excusó la castaña.

- "¿Hacía algo importante, señorita?" - preguntó el anciano mordaz. Ya había llegado a sus oídos que Neji se llevó a la nueva institutriz para la casa de la rama secundaria.

- "Neji-niisama la guió al baño y me pidió ayudarla." - mintió Hanabi mientras le indicaba a Tenten que se sentara a su lado.

- "Los niños y yo estuvimos entrenando toda la mañana. Estábamos llenos de polvo y suciedad, es importante lavarnos antes de comer, ¿cierto pequeños?" - habló Tenten a los niños ignorando al anciano.

- "¡Estamos muy limpios!" - habló una niña perteneciente a la rama secundaria mientras mostraba con orgullo sus manos. Los demás niños secundaron su actuar. Tenten sonrió con ternura. Los niños Hyuga eran adorables.

Minutos después, Neji se unió al almuerzo sentándose al lado derecho del anciano. El pelinegro únicamente se disculpó por la tardanza y evadió mirar al actual líder por un asunto de mantener su cordura a raya. Desde la reunión, lo había evadido ya que juraría que le arrancaría la cabeza.

- "Antes de iniciar… Me gustaría unir al almuerzo a una invitada especial." - de la nada, las puertas se abrieron dejando ver a una jovencita perteneciente al clan Hyuga. Vestía un kimono visiblemente caro y también usaba maquillaje. - "Sé que los pertenecientes al clan la conocen, pero me gustaría presentarle a la señorita Tenten a Midori. Ella es la candidata de la rama secundaria para convertirse en la futura esposa de Neji."

Tenten y Neji se tensaron al instante; Hiashi miró de mal modo a su compañero, Hanabi desvió la mirada y los niños se encogieron en su lugar atemorizados por el tenso ambiente. Cuando Minami se sentó a la izquierda de patriarca de la rama secundaria, observó a Tenten con altanería, pero al mirar a Neji, suavizó su gesto. Sin embargo, para su desdicha, ésta la fulminó con la mirada totalmente disgustado. Tenten por su parte, suspiró. Sentía a la perfección la mirada penetrante del anciano sobre su persona escudriñándola. Analizando la situación, si el matrimonio de Neji había sido tema de conversación y Hiashi-sama estuvo a favor de Neji, lo más probable era que el anciano de la rama secundaria tuviese una posición contraria, no era casualidad que justo en ese día - cuando ella iba a ser presentada como institutriz oficial- presentara también a la candidata. De igual forma, estaba segura que a sus oídos había llegado el hecho de que Neji la llevara a su habitación. Más ella no se dejaría manipular por ese hombre. Averiguaría el plan de Hiashi y enfrentaría al anciano para ayudar a su amado. Se levantó y con una sonrisa se inclinó respetuosamente frente a la mujer.

- "Mucho gusto, señorita. Mi nombre es Tenten, seré la institutriz de los niños durante los próximos seis meses." - cuando levantó su rostro, la castaña reparó en los pequeños quienes se notaban temerosos. Les sonrió tratando de calmarlos, lo cual por fortuna logró.

Minami observó a Tenten de pies a cabeza. Comparada con su persona, esa mujer era tan ordinaria como cualquier otra; no entendía por qué el patriarca de la rama secundaria estaba tan inquieto por su presencia, ella podría superarla con facilidad.