Un poquito más

Senku acababa de lanzar exitosamente su cohete de cinco metros al espacio en la feria escolar, fue un lanzamiento exitoso y sabía que eso de seguro iba a ganarle una beca en la JAXA, lo cual era bueno ya que este era su último año escolar y ya estaba deseando estudiar más y dedicarse a la ingeniería espacial.

Como el lanzamiento ya había finalizado y la gente ya había dejado de atosigarlo con felicitaciones, Senku se juntó con Ryusui y Gen (ya que Taiju y Yuzuriha estaban en una cita) y decidió disfrutar un poco de la feria, sobre todo porque Ryusui estaba pagando por todo.

Sin embargo, pronto se encontraron con un lugar con puestos de "besos" que estaba siendo atendido por chicas del equipo de kendo y del club de periodismo para recaudar fondos. Tenían distintos besos a distintos precios, todos bastante caros.

Senku alzó una ceja al ver a Hizashi Kohaku allí, discutiendo con Minami y sus compañeras.

—¡JA, JA, me interesa un beso de alguna mujer hermosa! —exclamó Ryusui, yendo directo a una casilla donde las tres "hermanas deslumbrantes" hicieron fila para besarlo.

—A mí me interesa un beso de la estudiante de intercambio francesa del club de audiovisuales~ —canturreó Gen, caminando hacia una casilla donde la chica extranjera pelinegra que rondaba últimamente estaba esperando, misma cuyos ojos se iluminaron al verlo.

Senku vio que la tercera casilla estaba vacía, y que las compañeras de Kohaku la estaban arrastrando al puesto.

Alzó una ceja.

No conocía mucho a Kohaku, sabía que era la hermana de la novia de Chrome, y un par de veces almorzaron en el mismo grupo por tener amigos en común, además la había visto competir en torneos mixtos por ir a apoyar a Tsukasa. La había apodado "leona" y ella lo detestaba un poco por eso, pero por lo demás se llevaban bien.

Se acercó más al puesto, casi inconscientemente.

—¡Vamos, Kohaku, todas acordamos participar! ¡Al menos deja que te compren un beso! —insistió Minami—. ¡No vamos a recaudar mucho si no participan más de nuestros clubes! ¡No pueden negarse todas!

—¡Ja, nunca dije que estaba de acuerdo con esto!

—¡Vamos, solo un beso! ¡Eres la capitana, tienes que poner el ejemplo para que las demás se atrevan también!

—Agh… está bien. —Finalmente, arrastrando los pies, Kohaku se colocó en el puesto.

Senku notó que de inmediato varios chicos se acercaron a su puesto, con ojos interesados y sonrisas depravadas.

Por alguna razón, no le gustaba la idea de que hicieran pasar a una chica como ella por algo como esto, así que se adelantó aprovechando que estaba más cerca y se colocó a la delantera del tercer puesto donde Kohaku esperaba.

Ella lo miró sorprendida y también bastante confundida, pero luego sonrió.

—¡Ja, eres la última persona a la que habría esperado aquí! ¿Acaso el éxito de tu cohete ya se te subió a la cabeza? —Rio divertida, apoyando un codo en la mesada frente a ella.

Senku rio entre dientes, disfrutando un poco su actitud siempre tan enérgica.

—Te estoy ahorrando tener que besar a otro idiota, además, compraré el más barato, tampoco quiero desperdiciar dinero. —Rascó su oído con indiferencia, ignorando su mirada ofendida por decir que besarla era un desperdicio.

Sin embargo, ella no le dio mayor importancia y tomó el billete por la compra de un beso en la mano.

—En realidad, sí te lo agradezco. —Le sonrió mientras le tendía su mano—. No quisiera tener que besar en la boca a alguno de esos pervertidos detrás de ti. —Miró con cansancio a la larga cola de idiotas ingenuos que se habían formado detrás de Senku con la esperanza de ser los siguientes.

—Acabemos con esto. —Tomó su mano y la levantó para acercarla a su boca.

Besó el dorso de su mano, sorprendiéndose ante el tacto suave y cálido que se encontró con ese simple gesto, por lo que se apartó de inmediato, algo confundido.

No dijo nada y quiso largarse, pero apenas voltear se encontró con la sonrisa idiota de Ryusui que ya había terminado de besuquearse con las tres hermanas (Gen, por otro lado, seguía en lo suyo).

—¡JA, JA, nunca creí que estaría vivo para ver el día en el que besarías de cualquier forma a una chica! ¡Ofrezco pagarles diez veces más el precio del beso en los labios a los dos si se besan en la boca!

—¡¿QUÉ?! —gritaron todos los presentes, en especial Senku y Kohaku.

—¡Oh, por favor, Kohaku, acepta! —Minami de inmediato empezó a suplicarle.

—A mí no me molestaría tener más presupuesto para mi siguiente proyecto. —Senku rascó su oído con una sonrisa relajada, mirando de reojo a Kohaku, a su boca, a sus rosados y carnosos labios de apariencia suave y cálida…

Apartó la vista de ella de inmediato, tragando saliva mientras intentaba aparentar que no le importaba ni un poco el plan de Ryusui.

—Bueno… —Luego de que Minami le insistiera enormemente, Kohaku finalmente suspiró—. Es solo un beso, está bien.

Ambos se miraron fijamente, Senku, decidido a no prolongar esta ridiculez más de lo necesario, se le acercó de inmediato, tomó su barbilla y la alzó, y Kohaku cerró los ojos de inmediato, casi como si lo hubiera hecho inconscientemente.

Él no pudo evitar quedársele mirando, mirando a sus labios, su rostro, su piel, sus mejillas sonrojadas…

¿Desde cuándo era… tan hermosa?...

Tragó saliva pesadamente, consciente de todas las miradas que recaían sobre ellos.

No podía demostrar lo mucho que esto lo estaba afectando, tenía que besarla y punto. No era tan difícil, ella misma lo dijo, era solo un simple beso.

Se inclinó y presionó sus labios contra los suyos, besándola castamente y sin emoción alguna.

Y, de alguna forma, igual la sensación fue indescriptiblemente agradable…

Movió sus labios contra los suyos muy, muy ligeramente y la sintió temblar, cosa que disparó una señal de alarma en su mente y se apartó de inmediato, carraspeando.

—Muy bien, págame. —Se volteó hacia Ryusui y le tendió la mano.

Ryusui lo miró intrigado, queriendo descifrar si el beso lo había afectado, pero Senku hizo todo lo posible por mantenerse imperturbable, así que al final bufó y chasqueó los dedos para que Francois le tendiera un fajo de billetes primero a él y luego a Kohaku.

Senku volteó a verla de reojo, notando que ella estaba algo sonrojada, pero rápidamente fue a decirle a Minami que ya había cumplido su parte y quería volver a entrenar.

Ryusui y Gen lo estaban codeando con sonrisas idiotas, pero Senku los ignoró y prefirió regresar a su laboratorio, haciendo una mueca mientras les cerraba la puerta en la cara cuando quisieron seguirlo.

Qué ridículo. Solo fue un estúpido beso. No era la gran cosa.

Los días pasaron y Senku siguió trabajando como si nada, pero… de vez en cuando su mente volvía a ese beso.

Casi sin darse cuenta, empezó a tomar el camino largo hasta el laboratorio cada día, camino que le permitía pasar por los ventanales que daban al gimnasio donde entrenaba el club de Kendo, con una sección para el masculino, donde estaba Tsukasa, y una sección para el club femenino, donde Kohaku normalmente entrenaba duramente con Kirisame.

Senku caminaba muy lentamente cada día, a la hora de entrada, a la hora del receso, a la hora de salida, tomándose su tiempo en observar al club entrenar, o, más precisamente, observando a Kohaku.

Se sentía un maldito acosador y trataba de evitar mirarla tan fijamente, pero a veces lo hacía prácticamente sin darse cuenta.

Un día, cuando estaba caminando inquietantemente lento por el pasillo, mirando directo a Kohaku sin disimular porque ni siquiera era consciente de lo espeluznante que se veía viéndola así de tan concentrado que estaba en justamente verla, alguien lo descubrió. Y ese alguien no fue ella, porque las veces en las que lo descubría Senku apartaba la mirada rápidamente, pero esa vez ni cuenta se dio.

Por suerte, la persona que lo descubrió fue Tsukasa, que no era un idiota entrometido, chismoso e insoportable como alguien como Gen o Ryusui, pero de todas formas decidió enfrentarlo respecto al tema una vez cuando fue a ayudarlo al laboratorio.

—Senku… no pensé que fueras del tipo de los que acosan a las chicas del club de kendo… —Sonaba casi decepcionado.

—¿Qué? —Lo miró como si estuviera loco—. Yo no acoso a nadie.

—Te vi mirando a través de los ventanales a las chicas… varias veces. —Entrecerró los ojos, juzgándolo.

Senku se quedó en blanco, dándose cuenta solo en ese momento que seguro caminar muy lento con la mirada fija en Kohaku no se vería nada bien… y que tal vez no estuvo siendo tan sutil como había querido creer…

—No es lo que crees… —Carraspeo, mirando a los lados para asegurarse que nadie más escuchara la conversación. Por suerte ya no quedaba nadie más en el club—. No estaba mirando a todas las chicas, solo… miraba a Kohaku…

Tsukasa arqueó una ceja.

—Eso no te quita lo acosador…

—¡No lo hago apropósito! —aseguró, un poco a la defensiva—. ¡Ni siquiera sé por qué lo hago! Mira, hubo un estúpido puesto de besos y Ryusui ofreció mucho dinero. Bueno, yo al principio fui por mi cuenta, pero fue en la mano, y luego él… y luego acepte y… bien, la bese en la boca por dinero, ¡pero ella estuvo de acuerdo! Y luego seguí pensando en ella y realmente no somos amigos como tal, entonces tomo el camino largo, pero luego empecé a mirarla y… Oye, ¿a dónde vas? —Miró incrédulo como Tsukasa se encaminaba a la salida.

—Olvídalo, pensé que estabas siendo un acosador, pero solo estás enamorado. —Lo miró con cansancio—. Mejor habla con Gen de esos temas —dijo con simpleza, para luego marcharse, dejándolo congelado, con una mueca de asco.

Finalmente, reaccionó, dos minutos después de que se hubiera ido:

—¡Ni en diez billones de años!

Estuvo malhumorado el resto de la semana, sin volver a pasar por los ventanales del gimnasio donde entrenaban los clubes de kendo, pero tampoco sin poder dejar de pensar en esa molesta leona… Ugh, qué asco.

Pasó un mes completo, y todo ese mes estuvo atormentado por pensamientos de esa leona, sus labios, su piel, su voz, su sonrisa, toda ella… agh, de verdad que se odiaba.

A veces, en medio de sus experimentos, de repente se distraía al ver destellos del cielo, pensando en sus ojos azules… y por eso se castigaba a sí mismo dándose el doble de trabajo, durmiendo menos, y por lo tanto volviéndose cada vez un poco más loco.

—En serio, solo tienes que hablarle —murmuró Tsukasa luego de terminar de ayudarlo con una carga pesada en el laboratorio, viendo sus ojeras y sus manos tamborilear nerviosamente en su escritorio.

—¡No estoy así por esa leona! Tengo mucho trabajo…

—Hmm… Escuché que está buscando alguien que la ayudé a estudiar para sus exámenes… Si yo te comentará casualmente sobre eso, tú podrías ofrecerte casualmente …

Senku se tensó de inmediato, tragando saliva.

Era una pésima idea… pero una demasiado tentadora.

—Bien.

Y fue así como pocos días después Kohaku apareció en la puerta de su club, esperando a que él terminara con sus cosas.

Tragó saliva al verla, pero rápidamente se recompuso y comenzó a guardar sus cosas.

Se acercó a ella, que lo miró con curiosidad.

—Ja, me sorprendió bastante que Tsukasa me dijera que estabas disponible, pensé que estabas muy ocupado, sino te habría preguntado desde el principio. —Sonrió despreocupadamente, ajustando su mochila antes de cruzar los brazos bajo su pecho.

Él se esforzó por mantener la vista en sus ojos.

—Tengo algo de tiempo. —Encogió los hombros.

Fueron a casa de Senku y… estudiaron sin más. Él no hizo ni dijo nada extraño, ni siquiera se ponía nervioso con su presencia, ella era bastante agradable, prestaba atención y se esforzaba por entender, así que solo pasaron una hora de puros cálculos y teoría y luego ella se fue sin más.

Hmm, qué fácil.

Se sintió mucho más tranquilo al día siguiente, pero… aun así no pudo evitar seguir pensando bastante en ella, pero ya sin estresarse por ello, más bien deseando volver a verla…

Por suerte, al día siguiente a ese volvieron a reunirse para estudiar y Kohaku incluso le trajo helado como agradecimiento por sus clases.

—Lo aceptaré, pero también estaba pensando poder recurrir a tu fuerza de leona cuando necesite ayuda en el club —reveló con una risa maliciosa, antes de darle un buen mordisco a su lado.

—¡Ja, debí haberlo esperado! —Le dedicó una bonita sonrisa, antes de mirar a sus notas.

Pasaron esta vez casi dos horas estudiando y luego acordaron verse al día siguiente para retomar el tema donde lo dejaron, y Kohaku llevó más helado.

Mientras le enseñaba a resolver ecuaciones que según ella eran "más letras que números", terminó su helado y notó que ella justo se acababa su segunda paleta, dejándose una pequeña mancha de chocolate en la mejilla.

Casi sin pensarlo dos veces, se inclinó sobre ella y limpió esa mancha… con los labios.

Ella se apartó con un brinco, boquiabierta y sonrojada.

—¡¿Qué diablos fue eso?!

—Tenías una mancha del helado en la cara. —Se pasó la lengua por los labios, con una sonrisa descarada.

—¡P-pudiste haberme dicho!

—Vamos, ¿cuál es el problema? Ya nos hemos besado antes. —Rio despreocupadamente, tarareando para sí mismo, muy complacido por su sucia jugarreta.

—¡Ja, sabes que eso no cuenta! —Lo miró mal, pero luego tomó su cuaderno y siguió estudiando como si nada.

Senku siguió de muy buen humor.

Al día siguiente volvieron a reunirse para estudiar, pero Kohaku no llevó helado y Senku no pudo evitar reír para sí mismo.

—¿Nerviosa de que vuelva a besarte, leona?

Ella lo miró como si quisiera matarlo.

—¡Ja, tú deberías estar nervioso de que te mate de un golpe, porque si me sigues provocando en eso terminaremos! —Le enseñó el puño.

Senku no sintió ni una pizca de temor y mantuvo su sonrisita descarada, cosa que la hizo sonrojarse más y bufar, para luego estrellarle su cuaderno en la cara.

—Solo estudiemos, ¿quieres?

Al día siguiente, él trajo el helado, y ella lo miró sospechosamente, pero su apetito de leona pudo más y terminó comiendo a dos manos una vez más.

Senku no podía dejar de reírse por como ella constantemente se miraba en su celular para asegurarse de no dejarse manchas en la cara.

Una de esas veces, se entretuvo demasiado mirando su cámara, y el helado comenzó a gotear por su brazo hasta su codo, por lo que Senku no perdió oportunidad y le quitó el helado de la mano.

—¡Oye! —se quejó ella, pero él solo hizo que tomara el helado con su otra mano y luego tomó su brazo manchado con ambas manos, comenzando a repartir pequeños besos desde su codo hasta su antebrazo, limpiando con su boca y su lengua la línea de chocolate y fresas.

Kohaku lo observó en silencio, demasiado boquiabierta para reaccionar.

Cuando llegó a su mano, lamió suavemente su pulgar, antes de observar con las cejas en alto una pequeña gotita de helado que había caído en la piel desnuda de su muslo justo debajo de la falda escolar.

Miró directamente a los ojos a Kohaku, que tragó saliva y negó con la cabeza, casi rogándole con la mirada que no lo hiciera.

Una sonrisa involuntaria y totalmente maliciosa floreció en el rostro de Senku.

Su cuerpo se movió prácticamente solo, inclinándose hacia bajó para besar de forma superficial el muslo expuesto, notando de inmediato el estremecimiento y pequeño chillido muy poco propio de la fuerte chica.

Rio entre dientes y besó otra vez su muslo, moviéndose un poco más al costado, a la cara interior del muslo, luego limpió la mancha de helado con el pulgar y se lo llevó a la boca, mirando atentamente la forma sonrojada y temblorosa de su compañera de escuela.

Sin embargo, pronto ella se tensó y, acto seguido, Senku tuvo una bofetada enviándolo de cara al piso.

La marca de la bofetada le duró en la cara dos días, y Kohaku se negó a seguir recibiendo clases con él las siguientes dos semanas, hasta que llegó la semana anterior al examen de química y volvió con él arrastrando los pies, pidiéndole que la ayudara otra vez.

Él decidió ya no hacer nada raro.

La verdad, había echado mucho de menos el pasar tiempo con ella… no quería arruinarlo todo y alejarla otra vez.

No obstante, justo al final de su sesión de estudios, se acercó a Kohaku para señalarle una respuesta incorrecta y ella de repente jadeo, tensándose y cerrando los ojos.

Él la miró sorprendido por su reacción.

¿Acaso creía… que iba a besarla así tan de la nada? ¿O es que había estado esperando eso toda la tarde y por eso la notó tan distraída por momentos?

Tragó saliva, mirando fijamente sus ojos cerrados y su cabeza levemente alzada, con sus labios temblando…

Se mordió el labio con fuerza.

¿Por qué lo ponía en esta situación? Había estado luchando toda la tarde para no caer en la tentación de hacer algo indebido y ahora ella…

Lanzó un largo suspiro, antes de acercársele y besar apenas muy ligeramente la punta de su pequeña nariz respingona, haciéndola estremecerse y abrir un ojo con confusión mientras él se apartaba con una sonrisa resignada.

—Si ya terminaste con eso, esto está mal. —Le señaló la respuesta en su hoja—. ¿Me dejas explicarte por qué o quieres otro beso?

Ella se sonrojó profundamente, antes de cruzarse de brazos y apartar la mirada.

—E-explícame.

Al día siguiente volvieron a estudiar, pero ahora Senku fue más consciente de lo nerviosa que ella se ponía de repente cuando se le acercaba demasiado, y eso le hacía muy difícil concentrarse, por lo que intentó ignorar sus propios impulsos e hizo todo lo posible para avanzar con las lecciones.

Se mantuvo así el resto de la semana, ignorando los nervios de Kohaku y sus propios impulsos de hacer algo estúpido dominado por sus hormonas, pero empezaba a notar que ella al final de cada clase se notaba malhumorada, casi como si estuviera decepcionada de algo.

Las siguientes semanas, Kohaku pasó todos sus exámenes, y de inmediato corrió con él para darle las buenas noticias.

—¿Qué tal si vamos por helado? Yo invito, para celebrar —habló con ojos brillantes.

Senku accedió sin problemas, y, luego de terminar otro par de cosas en su club, fue con ella a una heladería y luego caminaron juntos a su casa.

Como la casa de Senku quedaba más cerca, ella lo acompañó a casa a él, lo que lo hizo reír mentalmente por la ironía de que la chica fuerte fuera la que acompañara al chico débil a su casa.

Aunque no debería estar pensando en esto como si fuera una cita, porque ella nunca dio señales claras de sentir algo por él… y él en verdad debía olvidarse de estos ridículos sentimientos que no parecían ir a ningún lado.

Cuando estuvieron en su puerta, él abrió la puerta sin más.

—Bueno, nos vemos el lunes. —Quiso entrar, pero Kohaku lo frenó tomando su muñeca.

Volteó a verla con curiosidad, y ella de pronto tomó aire, cerró los ojos y se lanzó a besarlo… pero calculó mal la trayectoria, por lo que sus labios acabaron deslizándose por su barbilla hasta su cuello.

Él tuvo que contener la risa.

—Agh. —Ella gruñó, tomó su corbata y lo bajó a su altura, para luego besarlo de lleno en los labios.

Ah… esto era tan agradable como lo recordaba… incluso más…

Le correspondió sin dudar y estuvieron así un largo rato, antes de que ella se apartara y se alejara varios pasos de él, cruzando los brazos y carraspeando.

—Ja, no pensé mucho en eso… Como te burles te mataré. —Le enseñó el puño.

—No pensaba hacerlo. —Se pasó la lengua por los labios y ella apartó la mirada, sonrojándose todavía más y viéndose molesta con ello, como si quisiera golpearlo por como ella misma se sentía por su culpa.

—Ja, como sea… Saldremos mañana —dijo como si fuera una orden, pero era una orden que él seguiría encantado.

—Bien. —Encogió los hombros, apoyándose en el marco de su puerta y mirándola atentamente, cosa que parecía molestarla y sonrojarla más.

Parecía estar considerando seriamente el besarlo otra vez o matarlo a golpes.

Qué leona tan encantadora.

—Y ahora eres mi novio —declaró con brusquedad.

Él alzó una ceja.

—Hecho.

—Y me tomarás de la mano al ir a la escuela —le ladró con un puño en alto.

¿Por qué lo decía como si él fuera a oponerse?

—Encantado. —Encogió los hombres.

—Y… y te puedo besar cuando yo quiera.

—Eso aplica en ambos sentidos. —Le sonrió descaradamente y ella se enfadó más y se sonrojó más.

—Y como estés jugando conmigo te tirare los dientes.

Senku rio entre dientes, acercándose a ella, que retrocedió un paso y cerró los ojos.

Él apartó los mechones de cabello de su frente y besó suavemente la zona, a lo que ella abrió mucho los ojos y lo miró con rostro sorprendido y casi vulnerable, a lo que él le sonrió con suavidad.

—No estoy jugando contigo, ni en diez billones de años ni nunca. Por si no te quedó claro, te lo diré: me gustas. Si yo te gusto, entonces empecemos una relación, así de simple. —Rascó su oído con una sonrisa despreocupada.

Ella finalmente sonrió, casi con timidez, con sus ojos brillando y alivio evidente inundándola.

—Ok.

Se besaron una vez más, dando inicio a una relación que ninguno habría esperado, pero que llenó sus vidas con un poquito más de brillo, un poquito más de felicidad.

Fin.

Holaaaa :D

Este es un regalo para mi querida Madai Aparicio!

Lamento la tardanza, espero q sigas por aquí y que esto te haya gustado :'D

Ojala a todos les haya gustado!

No olviden q se les ama~

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!