Ladies and Gentlemen!
¡Es un milagro de fin de año! Pidan un deseo. Escribiendo un fic del anime que adoro tanto y de la pareja que todo este tiempo hemos amado. Tenía ganas de escribir algo de FT y pues, aquí me tienen. ¡No pude parar de escribir algo que se me ocurrió justo hoy! Así que espero que lo disfruten, realmente tenía que escribir algo relacionado a estas fechas. ¡Así que ahí vamos!
It's time to read!
It's showtime!
Aclaración: Fairy Tail no me pertenece. Es propiedad de Mashima Hiro. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.
Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.
Por fin la había hecho dormir.
No pudo evitar soltar un pesado suspiro y moverse con suavidad para evitar que aquel pequeño remolino de cabellos rosas se despertara y siguiera haciendo sus travesuras. De cierta manera, no podía evitar compararse con esa pequeña que dormía en sus piernas con su cabecita recargada en su pecho, era demasiado traviesa, siempre se metía en problemas, pocas veces lloraba pues la menor siempre mantenía una gran sonrisa en su rostro junto con algunos pequeños raspones. Soltó una suave risita, aunque no solo se parecía a él, también se parecía a ella. Ver aquellos grandes ojos chocolate brillar de la emoción al ver que uno de sus regalos de navidad se trato del libro que siempre había querido, la tierna manera en la que se disculpaba cuando sabia que su travesura se había pasado de la raya o cuando se escondía detrás de sus piernas para evitar el regaño de su madre y pedía a su padre con desesperación para salvarla.
Aquella pequeña tenia tanto de los dos que ahora comprendía el fuerte dolor de su espalda de llevarla de un lado a otro como el dolor de su cartera por todas las reparaciones que ha tenido que pagar gracias a sus destrozos. En ese momento, podía comprender a la perfección los problemas que le dio a Makarov cuando le avisaban que habían destruido un pueblo entero todo por querer agarrar a un ladrón.
Pero no se quejaba, porque amaba con toda su alma a esa pequeña de nombre Nasha Dragneel.
Así era la vida de Natsu Dragneel ahora que era todo un adulto y que, al regresar de aquella misión de 100 años, se dio cuenta que era momento de hacerle caso a lo que su corazón había querido decir desde hace mucho tiempo, aquellos sentimientos que siempre lo confundían y se transformaron en amor cuando se dio cuenta de a quien realmente quería a su lado, a Lucy Heartfilia. Y no solo eso, también deseaba que, en algún momento de sus vidas, sin importar que el tiempo avanzara, quería conocer al fin a ella.
En el momento que se enteró de la existencia de ella, ya la amaba. Al sentirla golpear con suavidad el estómago de su madre, sus ojos no podían evitar brillar de la emoción pues ya la quería tener ahí. Y cuando llego al fin, las lágrimas no dejaron de resbalar por sus mejillas mientras juraba una y otra vez que la amaría y protegería para siempre. Sin importar que en ese momento que la pequeña soltó un pequeño estornudo, la magia de fuego se haría presente en la menor y lo quemara en el proceso. Poco le importo, es más, estaba orgulloso de ella.
Era así como avanzaban los días, las semanas, los meses y los años.
Con una pequeña revoltosa que todos los días se encargaba de animar su hogar. Con aquellas grandes carcajadas que son capaces de escucharse hasta el gremio, las travesuras en las que siempre se metía con alguno de los demás niños. Esa tierna carita que hacia para evitar ser castigada. Los grandes abrazos que siempre les brindaba cuando los veía regresar de alguna misión que los había mantenido lejos por algún tiempo como los dulces besos que siempre regalaba a sus mejillas como premios por haber terminado la misión.
La amaba demasiado que solo le regalaba una suave caricia a su pequeña cabecita y la dejaba hacer sus destrozos. Al igual que una vez hicieron con él, solo es una pequeña niña que crecerá con bien y aprenderá con el tiempo. No había porque regañarla, la única obligación de ella, era aprender y vivir como un niño.
Estaba demasiado orgulloso de ella.
Bajo un poco su rostro para besar la frente de la misma y abrazarla un poco más para poder calentarla. Al alzar la vista, se dio cuenta por la ventana de su casa, que la nieve empezaba a caer y lo que menos quería, era que se enfermara. Inspecciono con atención la sala. En la esquina, se encontraba un gran pino adornado con muchas luces de diferentes colores como las esferas de diferentes tamaños. Una chimenea de donde se podía apreciar el fuego arder y calentar todo el hogar. Las botas colgadas en la pared como los tantos recuerdos que se encontraban pegados en la pared. Algunos estantes de los libros que había escrito Lucy como de los premios que había ganado a consecuencia de los mismos.
Aquella pequeña casita en el bosque, se había convertido en un hogar mucho más grande para poder guardar todo tipo de recuerdos como vivir los tres cómodamente como la familia que eran, claro, desde que empezó a salir con Lucy y en el momento que le propuso matrimonio, se aseguro de que su hogar creciera. Así como el creció en ese tiempo.
Bajo la vista para poder encontrarse con el piso donde aún se podía encontrar aún algunos rastros de papel rasgados como los juguetes que el adorable viejito regordete y de curioso traje rojo, le trajo esa misma semana.
Aun puede recordar a la perfección la dulce cariña de su pequeña al ver muchos regalos debajo de su árbol a la mañana de Navidad. Mientras Lucy y él compartían miradas cómplices, era demasiado bello ver que la menor, a pesar de que aquel era un mundo lleno de magia, ver la manera en que se emocionaba por cada uno de aquellos regalos mientras mencionaba que realmente existía y había pasado por su casa, era lo único que necesitaban para abrazarla con cariño ante aquella inocencia, besar su frente y ayudarle con cada uno de aquellos grandes paquetes cuadrados que le habían traído.
No importaba que la menor se hubiera portado bien o mal en todo el año. Era imposible que la dejaran sin regalos.
Si, así de locos de amor estaban por la menor.
-Si la miras tanto la vas a desgastar
Salió de sus pensamientos y sonrió tan grande en el momento que se encontró con Lucy bajando del segundo piso con una gran manta entre sus manos. La observo acercarse a ellos con paso suave, ambos querían evitar despertar a su pequeña niña que tanto les costo hacerla dormir. Desde muy temprano se había dormido y ahora que caía como piedra, no podían evitar mirarla un tanto embobados por lo linda que se veía. Paso la manta por detrás de la espalda de Natsu y con un movimiento rápido, Lucy se sentó a su lado y se envolvió en la misma mientras recargaba su cabeza en el hombro de él.
La mujer de cabellos rubios, no pudo evitar soltar un pequeño suspiro de satisfacción al sentirse calientita con su propio dragón de fuego a su lado.
-Es que me gusta ver a Nasha dormir -Sonrió Natsu al tiempo que con su mano libre, abrazaba a Lucy por la cintura.- Hace mucho tiempo que la conocimos en Edolas y ver que ahora se encuentra dormida entre mis brazos, siento que se puede tratar de un sueño
-Y tienes miedo de despertar -Hablo la maga celestial.- Comprendo aquel sentimiento, yo me siento de la misma manera, tal vez nos tardamos mucho tiempo para poder ser claros con nuestros sentimientos pero al final -Con una de sus manos, quito aquellos traviesos cabellos rosados que se habían pegado a sus mejillas.- Valió la pena
-Lo lamento -Se disculpo el de cabellos rosas.- Ambos somos unos idiotas
Suaves risitas soltaron en ese momento antes de mirarse a los ojos y brindarse un suave beso en los labios.
Se quedaron en silencio por un momento. Escuchando el crujir de la madera con el fuego, observando como la caía de la nieve se hacia un poco más intensa. Mirando a esa pequeña niña que se removía un poco entre sueños.
¿Qué más podían pedirle a la vida?
Realmente, ya lo tenían todo.
Tenían un hogar al cual regresar cuando llegaban cansados de alguna misión. Amigos a quienes querer por montones y proteger porque son parte de aquella gran familia que es Fairy Tail como los demás gremios de los que se hicieron amigos. Una pareja a su lado que amarían para toda la vida, aquel pequeño anillo dorado en sus dedos, confirmaban aquellos sentimientos que con mucha valentía pudieron sacar a la luz y de los cuales, aprovechaban en todo momento para decirse cuanto se querían.
Pero sobre todas las cosas.
Entre sus brazos se encontraba el resultado de su amor, de los dolores hacia sus carteras como de la razón por la cual cada día esperan ver aquella gran sonrisa en su rostro como los fuertes abrazos que la menor siempre les regalaba. Escuchar cada día aquellas adorables palabras: Te quiero mami, te quiero papi.
Bueno, había una cosa que Natsu le pedía a la vida con mucha desesperación.
-Espero que nunca se case y nunca se vaya de la casa -Murmuro un tanto molesto el de cabellos rosas.
-Vamos Natsu, que apenas es una niña pequeña, en cualquier momento, ella tendrá que irse, así como nosotros nos conocimos y quien sabe -Sonrió divertida.- Qué tal si encuentra a alguien en el camino o quizá ya lo encontró pero no lo quieres admitir
-Ni lo pienses Lucy -Se quejo el hombre.- Que estoy a punto de moler otra vez a golpes a Gray, todo porque aun no puedo amenazar a Greige
La mujer soltó una suave risita y le brindaba un suave beso en la mejilla para hacerlo calmar. Claro que a ella también le preocuparía si su hija se va de casa pero sabia que era parte de crecer, no podía hacer nada contra ello cuando su propia madre siempre le animo a vivir aventuras por el mundo. Bueno, después podía preocuparse por el futuro y como calmar a su pareja para evitar una aniquilación a todos los hombres por mirar a su hija, ahora solo quería disfrutar del presente con su pequeña niña y Natsu a su lado. Era lo único que necesitaba para terminar bien el día.
Mientras ambos se perdían en sus pensamientos, las campanas de la Catedral escucharon a lo lejos. Era posible escuchar el grito de todas las personas que aun se encontraban en medio de la noche, brindando y comiendo por el inicio de un nuevo año. Habían estado tan distraídos aquel día que se les había olvidado festejar en ese momento. Aunque bueno, aquella pequeña distracción tenía nombre, apellido y un bonito cabello rosa. Cada día que pasaban junto con Nasha, era una nueva aventura, nunca se cansaban, al contrario, esperaban ver que haría ese día.
Tanto Lucy como Natsu se miraron en ese momento al ver que ambos habían olvidado aquello. Alzaron los hombros despreocupados, besaron sus labios por un momento y pegaron sus frentes.
-Empezar el año con una sonrisa en el rostro no está mal -Comento Lucy.
-Yo diría -Se acerco una vez más para besar sus labios.- Empezar el año con las personas que amo a mi lado, es más que suficiente para mi -Suspiro un poco.- Es todo lo que necesito en esta vida, gracias Luce, por darme una pequeña con quien peleare en algún futuro
Se quedaron en silencio cuando vieron a la menor alzar su pequeña cabecita y mirarlos un tanto adormilados, una gran sonrisa apareció en su rostro y de pronto, se dejo vencer otra vez por el sueño. Ambos padres no pudieron evitar mirarla y soltar grandes carcajadas por lo de recién. Sin dudarlo, besaron la frente de la menor.
-Descansa mi niña -Susurro la mujer.
-Feliz año nuevo, Nasha -Cubrió a su pequeña con la bufanda que colgaba de esos pequeños hombros.- Por favor, sigue aguantando un año más a estos tontos padres que están locos por ti
Un golpe amistoso sintió Natsu en su hombro ante aquellas palabras. Al mirar a su lado, beso la frente de Lucy al mismo tiempo que la acercaba más a su cuerpo para disfrutar de aquel momento en familia. Donde ellos tres se encontraban encerrados en su propia burbuja.
Un año más empezaba. Nuevos momentos que disfrutarían juntos, grandes sonrisas que nunca faltarían con Nasha haciendo muchas travesuras y tanto Natsu como Lucy enloquecer por su pequeña niña. Empezar con una gran sonrisa en sus rostros, era más que suficiente.
¡Muchas gracias por leer!
Tengo que ser sincera con todos ustedes. Saben ustedes que ya tengo muchos años escribiendo de FT, tanto he escrito de los mismos que puedo asegurar, que no me he quedado sin ideas porque todo lo he escrito. ¡Así es! Ya he escrito de todo que hay veces en las que se me ocurre algo, siempre busco para no querer repetir tema y veo que ya lo escribí. Es por eso que me tomo mi tiempo para poder pensar y decidir. Así que no duden en mandar mensaje si es que se les ocurre alguna idea ¡Estaré muy feliz de saber qué más puedo escribir!
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¡Nos vemos a la próxima!
Atte.: AnZuZu Dragneel
Fecha: Viernes 29 de Diciembre de 2023
