El Estanque de Stark, probablemente rayando el mediodía..., ninguno de ellos miró la hora. Kenny tomaba una cerveza para desayunar un día más. Ofreció a sus amigos y Kyle echó un trago de la botella. Stan no quiso.

Llevaban algún tiempo sin oír nada de los niños PC. No volverían a oír sus quejas. Un día, sin aviso previo ni explicaciones de ningún tipo, su canal de YouTube y sus perfiles aparecieron eliminados. Quizás siguieran cancelando a gente usando un nombre distinto, esta vez a escondidas. Timmy les mencionó en una de las ocasiones en que la pandilla se juntó en el bar que cada vez que se topaba con ellos en los pasillos del colegio, ellos evitaban mirarlo y apretaban el paso, y si el director o la subdirectora se encontraban cerca, se escondían detrás de ellos. La mayoría de los niños lo encontraba ahora...intimidante. Al menos los capacitados. Necesitarían un tiempo para acostumbrarse a él, ya que el Director PC le había permitido seguir en su puesto, argumentando que los niños le habían cogido cariño, que no había cargos ni acciones disciplinarias contra él y su...ejem, habilidad para sumergirse en la psique humana sería útil para darle a los alumnos de Educación Especial un tratamiento más adecuado. Timmy leyó en la mente de Mujer Fuerte que esta era la forma que tenía la familia de disculparse no sólo con él, sino con todos los Colegas de la Libertad. Sí, una disculpa de verdad habría estado bien. Es sólo que...nunca antes habían admitido que fuera posible que hubieran estado equivocados, y no sabían qué hacer. Uno no podía esperar mucho más de ellos. Por lo que pudo sondear en las mentes de los niños, estaban avergonzados de lo que habían hecho, pero nunca estuvo en sus planes admitirlo públicamente o tratar de enmendar las cosas. No obstante, con que esos críos no volvieran a darles por saco, ya se daban por satisfechos. Al menos esa era la opinión de Kenny, Stan y Kyle.

La opinión pública ya se había buscado un nuevo enemigo, de todas formas. Los Colegas de la Libertad eran unos corderitos sin mancha comparados con ese maligno electrificado. Sus constantes fechorías hacían que saliera en los telediarios casi todas las semanas. Parecía que no había un solo acto vil que no hubiera cometido. Lo que South Park no podría perdonar ni olvidar era el asesinato de sus padres, Stephen y Linda Stotch, sus amados vecinos, una pareja tan buena que era monstruoso que Caos, su propio hijo, los hubiera matado a sangre fría. Buscando por Internet, uno podía encontrar fácilmente todas y cada una de las maldades que había hecho en su vida, incluso cosas que el trío sabía que Butters nunca había cometido.

Kenny pensaba mucho en Butters, no sólo por las que liaba allá donde fuera. Y estaba precisamente pensando en él cuando Stan habló aquel mediodía en el Estanque de Stark:

— Wendy y yo nos casaremos en octubre. Y luego nos iremos de South Park.

— ¿...Estás seguro, Stan?—preguntó Kyle.

— La gente no hace más que ir a casa a molestar. Y el más cansino, mi padre. Quiere que seamos los cabezas de cartel de Granjas Tegridad. No los soporto. No puede ser bueno para Wendy. Ya tiene bastante con todas esas entradas en Internet sobre nosotros asaltándola a cada instante. Así que nos iremos...Pero volveremos. No sabemos cuándo, pero...Queremos que la niña crezca aquí, como nosotros, y que esté cerca de sus abuelos y eso. Tampoco queremos que desaparezcáis de su vida. Seguramente volvamos cuando haya nacido, cuando todo el interés por nosotros se relaje.

— Nosotros tampoco queremos perderos.

Sus ojos se volvieron hacia el hueco vacío en el banco. Un hueco muy grande.

Cartman, siempre presente, nunca, nunca los dejaría...

— ...Wendy y yo hemos escogido un nombre—Stan volvió a romper el silencio. Kyle se percató momentos después de que tenía los ojos puestos en él— . La llamaremos Kyley.

Kyle no pareció creérselo por un momento. La sonrisa que creció en la cara de Stan le hizo darse cuenta de que era cierto, que era por él. Kyle murmuró el nombre de su mejor amigo, visiblemente conmovido, y lo abrazó.

Kenny sonrió mirándolos, pero enseguida apartó la mirada, con la sonrisa desvaneciéndose al haber sido una forzada.

— Kenny...— cuando alzó la cabeza, Kenny se encontró con que Stan lo miraba a él ahora—. Lo que dijo Cartman...No es verdad...para nada...

— Lo sé. No os preocupéis, chicos—respondió.

— De hecho...Kenny...Uh, en fin, todos los niños necesitan tener a un adulto responsable que se asegure de que no se apartan del buen camino. Ninguno de nosotros lo ha tenido, pero quiero que Kyley tenga unos padrinos que cuiden de ella. Además, Wendy y yo hemos pensado que, si se diera el caso de que volvamos a lo de los superhéroes después de nuestras vacaciones, vamos a tener que planificar unas cuantas cosas, por si nos pasa algo a los dos. Los padres de Wendy tendrán la custodia legal, pero queremos que de todas formas haya alguien más. Un padrino y una madrina que se aseguren que no le falte de nada y que le enseñe a sobrevivir en este condenado pueblo. Sabes que a veces no podemos fiarnos ni de nuestras familias. Bebe dijo que le parecía bien y yo me preguntaba si tú..., bueno, si tú querrías.

Kenny se lo quedó mirando largo rato, parpadeando, como si no hubiera comprendido.

— ¿...Quieres que sea el padrino de tu peque?—murmuró, justo cuando Stan iba a repetirlo todo.

— No se me ocurre a nadie mejor que tú.

Kenny miró a Kyle, sintiendo que le estaba robando un honor que le correspondía.

— A mí no me mires, tío. Los judíos no podemos ser padrinos de un cristiano—se encogió de hombros mientras sonreía, evidentemente contento de no cumplir con los requisitos.

Convencido al fin de que Stan contaba con él y sólo él, los labios de Kenny se curvaron y devolvió la mirada a Stan y dijo:

— Me encantaría.

Y se quedaron ahí sentados un poco más, sin hacer nada salvo quedarse mirando las aguas tranquilas del estanque.


«Hoy, en nuestra sección ¿Qué fue de ellos?, han pasado seis años desde que los Colegas de la Libertad fueron desenmascarados. ¿Cómo han cambiado las vidas de los superhéroes favoritos de América en este tiempo? Veamoslo.

Pasorraudo / Jimmy Valmer. La habilidad de Pasorraudo para correr rayando la velocidad de la luz le ha permitido ser el primero de los héroes en llegar al lugar de los hechos y apartar a los civiles del peligro. Le hemos visto hacerse invisible para infiltrarse tras las líneas enemigas, y descubrimos en el año 20XX (y él también, por lo visto) que también puede viajar en el tiempo corriendo más rápido de lo normal, cuando alteró la línea temporal y salvó a los demás Colegas de la Libertad de morir en manos de la Mecha-Streisand. Cuando no está combatiendo el mal, es Jimmy Valmer, un monologuista con síndrome de Pfeiffer que recientemente ha recibido ofertas para aparecer en películas: pudo vérsele haciendo un cameo en la última película de Marvel, y ha aceptado el papel del secundario gracioso en La rosa púrpura, la próxima película de acción de Dwayne Johnson. En 20XX comenzó una relación con la rapera Sondra Summers, diez años mayor que él. Aunque siempre se ha considerado a Jimmy como un picaflor, nos sorprendió al declara a TMZ que se había mudado a su apartamento: «Me encanta pasar tiempo con los niños. Veremos cómo acaba esto», declaró. Y parece que fue allí para quedarse: aunque la pareja no está casada y no ha confirmado nada, instantáneas recientes podrían ser la prueba de que están esperando su primer hijo en común.

Mosquito / Clyde Donovan. Mosquito es uno de los miembros más populares de los Colegas de la Libertad debido a su disponibilidad completa para la prensa y a la famosa campaña de Navidad de 20XX en que habló de la importancia de los mosquitos para el ecosistema. Hijo del propietario de una tienda de zapatos, su alter ego, Clyde Donovan, trabajaba como pinche en un restaurante de carretera hasta que su identidad salió a la luz. El Presidente de los Estados Unidos le ofreció convertirse en su guardaespaldas personal, lo cual rechazó alegando que está «para servir a toda la gente»; no obstante, aceptó el puesto de entrenador de guardaespaldas. El pasado marzo anunció a través de su cuenta de Twitter que va a casarse con su novia Bebe Stevens tras muchos años de noviazgo. «HA DICHO QUE SÍ», tuiteó, posando con su ahora prometida en lo alto del Empire State en una foto que se hizo viral. «Todo lo que me ha pasado estos años ha molado, sí», declaró, «pero esto..., esto sí que es un sueño hecho realidad.»

Capitán Diabetes / Scott Malkinson. Con el azúcar como detonante, el Capitán Diabetes es el forzudo de los Colegas de la Libertad, capaz de levantar un barco grúa, como tal y como tuvimos la oportunidad de ver durante el Segundo Motín del Té. Durante la cancelación, el Capitán Diabetes fue el miembro de los Colegas de la Libertad que más sufrió la represión: su identidad como Scott Malkinson fue revelada, él y su padre perdieron su trabajo y permaneció tres días en la cárcel. Después del indulto al equipo, el padre de Scott fue readmitido, mientras que a él se lo ofreció un puesto en Defensa, en el que usa su fuerza descomunal para probar la resistencia de los vehículos militares y la letalidad de las armas. Ha aprovechado el empujón mediático en torno a su persona para concienciar a la población sobre su enfermedad, la diabetes, convirtiéndose en presidente de honor de la AAD y enseñando a los niños que la diabetes no es obstáculo para hacer lo que les gusta, como partir tráilers por la mitad.

Super Craig & Tweek Maravilla / Craig Tucker & Tweek Tweak. Una de las mayores sorpresas que nos llevamos cuando las identidades de los Colegas de la Libertad fueron reveladas fue descubrir que Super Craig, el bruto con fuerza descomunal y la habilidad de tocarle los cojones a todo el mundo, y Tweek Maravilla, el elementalista que controla el hielo, la electricidad y el agua sanadora, son un matrimonio homosexual. Los dos juntos consiguieron pararle los pies a la caren, y evitaron que el Profesor Caos destruyera Denver en 20XX. El New Yorker los ha considerado la pareja LGBT más influyente de América, y fueron galardonados durante la décima edición de los Premios LGBT por su «contribución a pacificar el país y ser un modelo inspirador», aunque ellos nunca han hablado en público sobre su vida marital o su sexualidad. Siendo una pareja muy celosa de su privacidad, se desconoce a qué se dedican cuando no están salvando el estado de Colorado. Sólo se conoce que han colaborado con la NASA y los servicios de prevención de desastres. También se ha sabido que, tras desmantelar una organización criminal regentada por una familia que usaba a sus dos hijos de doce y ocho años para mendigar y robar hace dos años, han acogido a los niños y es posible que hayan comenzado los trámites para hacer efectiva la adopción.

Tupperware / Tolkien Black. Todos creíamos que era un cíborg, pero debajo de la armadura se esconde un hombre, Tolkien Black, hijo del propietario de la popular Granja Credigree. Con su habilidad para teletransportarse, ha salvado cientos de vidas, y con sus conocimientos tecnológicos para construir torretas, se ha llevado por delante otras tantas. Sus compañeros de equipo le han definido como el hombre que lo tiene todo: músculos, cerebro y huevos. En cuanto a su vida personal, Tolkien solía trabajar en una empresa de ingeniería hasta que sorprendió a todo el mundo con su decisión de unirse al Cuerpo de Policía de South Park. Tuvo que enfrentarse al horrible dios antiguo Shub-Niggurath para conseguirlo, y este verano ha sido ascendido a jefe, convirtiéndose en el más joven del país. En 20XX, poco después de la revelación, decidió que «después de lo cerca que hemos estado de morir, no quiero dejar este mundo con asuntos pendientes» y se casó con su novia Emma, con la que llevaba diez años de relación. Actualmente están esperando su segundo hijo, después del nacimiento de Farrell. A la pregunta de la revista ¡Hola! de si va a llamar a alguno de sus hijos como un personaje de El señor de los anillos o El hobbit, respondió: «Y una polla. Odio esa mierda.»

Doctor Timothy / Timothy Burch. Todos sabíamos que el Doctor Timothy sufría una condición física que lo tenía postrado en una silla de ruedas, pero después de la revelación supimos con precisión que el hombre detrás del telépata del grupo sufre parálisis cerebral, lo cual, en sus propias palabras, «no le ha impedido pasárselo bien.» Trabaja como profesor de Educación Especial en el mismo colegio en que él y los demás Colegas de la Libertad estudiaron, donde sus poderes le permiten conectar a un nivel más profundo con los alumnos con necesidades especiales. Una de sus intervenciones más destacadas fue la frustración de un ataque terrorista durante la celebración del Año Nuevo en Nueva York. Aunque su polémica inducción al suicidio causó su dimisión del equipo, fue readmitido. También se ganó la redención ante la opinión pública al convencer a una mujer de que no se tirara del Puente Aurora durante sus vacaciones en Seattle. Y lo que es más, parece ser que la reconfortó de tal manera que siguieron viéndose y el año pasado se casaron en una ceremonia privada.

Mysterion / Kenneth McCormick. El nombre de Mysterion ha estado en boca de South Park durante años. Sus métodos violentos para combatir el mal han sido alabrados y criticados, pero una cosa está clara: South Park siempre ha valorado su presencia, llegando a declararse en numerosas ocasiones que la ciudad estaría perdida sin él. Aunque se ha revelado que su identidad es Kenneth McCormick, no se sabe mucho sobre él. Es un nombre imposible de rastrear en las calles, cambia de dirección de forma casi mensual; cuando se le pregunta mientras actúa como Mysterion, en ocasiones se pone agresivo. Todo lo que se sabe es que la familia McCormick suele acabar en los calabozos por delitos menores y que su hermana Karen se vio envuelta en el polémico caso de la Universidad de las Montañas, precisamente a raíz de haber defendido a Mysterion durante la cancelación. Kenny McCormick, por otra parte, es un nombre muy famoso en Rumanía, donde se convirtió en un cantante muy famoso en su niñez.

Cometa Humana / Kyle Broflovski. Puede volar. Puede crear olas de aire. Se llama Cometa Humana y hay una explicación a por qué no se le ve patrullando durante el Sabbath. El otro nombre por el que se le conoce es Kyle Broflovski, cuya propia madre alentó la ilegalización de los Colegas de la Libertad. Sin embargo, la señora Broflovski se define a sí misma como «la mayor fan de Cometa Humana», para vergüenza de su hijo: «Me da un poco de apuro que siempre me presente como Cometa Humana y que siempre vaya por ahí con mi cara en una camiseta.» Kyle tampoco es muy amigo de los medios, y prefiere vivir discretamente, sin aprovecharse de su alter ego heroico. Es archiconocido que rechazó trabajar para la Casa Blanca y que prefirió seguir en el bufete de abogados donde trabaja su padre, aunque ha declarado que está dispuesto a dejarlo todo para salvar a quien lo necesite. Se le ha visto con varias mujeres a lo largo de los años, aunque parece que vuela solo.

Escort & Herramientas / Wendy Testaburger & Stanley Marsh. De nuevo la sorpresa de que los maestros de la tecnología, Escort y Herramientas, eran pareja, y no sólo eso: Escort estaba embarazada del hijo de Herramientas durante la cancelación del equipo. A pesar de que casi muere debido a la campaña en redes sociales contra ella, el bebé salió ileso y nació en febrero del año siguiente (la foto de su nacimiento alcanzó los dos millones de me gustas en un solo día). La pareja se fue de South Park poco después de lo ocurrido durante unos meses, y recientemente ha vuelto al equipo. Herramientas, cuyo nombre real es Stanley Marsh, hijo de Randy Marsh, el propietario de Granjas Tegridad, sigue siendo compositor y músico, aunque ahora firma sus trabajos como Raven. Por el contrario, Escort, Wendy Testaburger, aceptó la oferta de la CIA, que le permite trabajar dese casa y cuidar de su familia. Ellos también prefieren apartarse de los focos: después de que su boda fuera reventada por el chivatazo del señor Marsh a la prensa, han redoblado sus esfuerzos por vivir tan discretamente como pueden cuando no están salvando al mundo...


— ¿Habéis visto cómo las aerolíneas-ups! Parece que hay p-p-problemas. Vuelvo enseguida, amigos...¿Veis? Ya he vuelto. Una falsa alarma t-t-t-terrorista en el aeroputero. No era más que un tipo que llevaba pa-pasta de dientes en el equipaje, ¿qué os decía? Lo sé, es una locura, ¿cuánto tiempo he estado fuera? Un segundo exacto. Os lo juro: este poder mola cantidad...Lástima que mi chica no p-p-piense lo mismo.

Stan se rió. El público se desternilló, aplaudió y Jimmy sonrió enseñando los dientes.

¡Gracias, gracias! ¡Guao, qué público!—dijo, agitando la mano, y Stan no podía esperar a que saliera su peli junto a La Roca. Era algo que se moría de ganas por ver.

Stan se dio cuenta de que Kyley estaba sentada junto a él, mirando la pantalla de su móvil.

— Lo siento, chiqui. Los chistes de Jimmy son para mayores—lo apagó y se puso en pie—. Mira qué guapa vas. ¿Estás lista?

— Aún no—Wendy se acercó con su mochila en la mano. Ayudó a Kyley a ponérselo; la mochila parecía más grande que ella. Sonrió al ver lo mona que era y parpadeó unas cuantas veces para hacerle fotos que envió mentalmente a sus abuelos—. Siento no poder ir contigo, cariño. Mami tiene ciberterroristas de los que ocuparse.

— ¿Me harás tostadas sonrientes para comer?—le preguntó Kyley.

— Claro que sí, amor—Wendy se agachó para besarla en la frente. A continuación, miró a Stan—. Es muy probable que se eche a llorar cuando vea llorar a los otros niños. Prepárate para un poco de drama. Por cierto, tenemos una boda más este año.

— Ah, ¿sí? ¿Quién?—preguntó Stan, frunciendo las cejas.

— Tu hermana—sonrió Wendy.

— Guao. Simplemente guao. El tal Albert no sabe dónde se ha metido.

— Voy a necesitar un vestido nuevo...

— No sé tú, pero...¿Qué? ¿Otro? ¡Pero si te compraste uno para la boda de Token, y te costó doscientos dólares!

— ¡Ya, pero no pretenderás que vaya a la boda de tu hermana con el vestido que llevé para la de Token!

— ¿Por qué no? ¡Los vestidos se pueden poner más de una vez!

Wendy se limitó a poner los ojos en blanco, como si Stan fuera demasiado tonto para comprenderlo.

— ¿Por cierto, sabe Kyle que Bebe y Clyde se casan?—preguntó él entonces, ya que tenía todo listo.

— Debe de saberlo. Todo el mundo habla de ello. No he querido invadir su bandeja de entrada—respondió Wendy.

— No sé si debería decírselo. Puede que se sienta herido, ¿no? Es decir, si Heidi va con su nuevo nocio...

— Se sentirá mal se lo digas o no—opinó Wendy, y Stan supuso que tenía razón. Kyle había estado tan implicado en su relación...Le dolió tanto la ruptura que nunca le contó los detalles. ¿Fueron los secretos que él había guardado lo que había apagado la llama? ¿Los cambios en la vida de Kyle, salir de casa de su madre, escapar del control de su madre (hasta cierto punto, porque ella llamaba todos los días), para vivir con Heidi, lo habían estresado hasta el punto de que estaba inaguantable? ¿No estaba siendo ella sincera cuando le dijo que no le importaba que soltara rayos láser por los ojos y que volara, que fuera Cometa Humana? Fuera cual fuera la razón, Kyle le había dicho que simplemente...ocurrió. Podría haber funcionado o no. Ambos lo habían intentado, pero no había funcionado. Era una lástima, porque esperaba que lo hiciera, pensaba que esta vez por fin había encontrado el amor. De todas formas, tal y como le había dicho Stan, al menos tuvo la ocasión de ser su novio, cosa con la que había soñado desde Primaria...Era eso lo doloroso para Stan: Clyde había conseguido tener su final feliz y él no.

Llamaron a la puerta.

— ¡Kenny está aquí!—anunció Stan, y Kyley dejó escapar un gritito excitado.

Abrieron y ahí estaba su padrino. Una decisión pésima en opinión de sus familiares, puesto que una de las primeras cosas que Kenny enseñó a Kyley en cuanto obtuvo cierto control sobre su cuerpo fue a darle puñetazos a aquellos que eran malos con ella. Pero él tenía buena intención y eso era algo que todos los niños debían saber hacer, así que Stan no le dio importancia.

— Hola, nana. ¿Lista para tu primer día de preescolar?—preguntó Kenny a Kyley con entusiasmo.

— ¡Yaaaaaaay!—chilló ella.

— ¡Pues allá vamos!—Kenny la cogió de la manita.

— ¡Que lo pases muy bien, cielo! ¡Te quiero!—Wendy dio un beso más a Kyley antes de que salieran.

— Kyle me ha dicho que está viéndoselas con unos aliens, que nos verá por el camino—dijo Kenny a Stan.

— ¿Aliens?—preguntó Stan con poco interés—. Mira, eso es nuevo...

— Ya, ahora son los putos aliens. Pero mientras no le echen el guante al moco zombie-nazi, todo irá bien...

— ¿Qué es un nazi?—preguntó Kyley con gran interés.

— Alguien a quien tienes que soltarle un buen soplamocos en cuanto lo veas, ¿vale?—le dijo Kenny.

— Estaba por preguntarte, tío, ¿qué tal le va a tu hermana?—preguntó Stan a su amigo.

— De momento genial. Le han puesto otra matrícula de honor.

— Jo, macho. Qué hacha.

— Sí...—Kenny tenía razones para sonreír. Karen había sudado sangre antes de entrar en la universidad. Cuando los Colegas de la Libertad recuperaron su popularidad y gracias a la asistencia legal del padre de Kyle, la universidad que la había rechazado se cagó por las patas para abajo y quiso readmitirla, discretamente, claro, para evitar escándalos. Pero Karen estaba en disposición de mandarlos a tomar por culo. Su intervención asistiendo a las víctimas del Profesor Caos atrajeron mucha atención en las redes. Su historia quedó al descubierto y la Universidad de Denver se puso en contacto con ella para ofrecerle una beca. Ella mantuvo en secreto su relación con Mysterion, pero era muy popular en el campus por su inteligencia y su simpatía. Su familia seguía igual que siempre, viviendo en la misma casa, cenando gofres congelados, sobreviviendo a base de trabajos de mierda, pero parecía que los días eran un poco más luminosos. Había esperanza para los McCormick al fin y al cabo.

— Hablando de hermanos, he oído que Ike está ganando un pastón con los videojuegos. Ya sabes, haciendo gameplays, farmeando, promocionando marcas...Más que ninguno de nosotros. Joder, se ha comprado su propia casa y por lo que me ha contado Kyle, no es precisamente pequeña. Nos hemos equivocado de carrera, tronco.

— Y que lo digas...

Había una hermana de la que no habían hablado, Shelley, pero Kenny no se molestó en preguntar. Sabía que desde que se había ido de South Park apenas había dado señales de vida. Sólo volvía para hacer a Kyley las visitas de rigor y había invitado a su hermano a su boda porque era una obligación moral. Fin de la historia. Y que se hubiera enterado de que tenía superpoderes no la había animado a acercarse. Stan tampoco hizo nada por mantener el contacto. Que saliera de su vida no le había afectado en casi nada, incluso había sido un alivio, después de cómo había sido crecer bajo el mismo techo que ella.

— ¿...Sabes a quién vimos Wendy y yo el otro día? A Mike Makowski. ¿Te acuerdas de él?—preguntó Stan en lugar de eso.

— ¿El vampiro?

— Ya no. Ahora es camarero en Tweek Bros. (Parece ser que necesitaban a alguien desde que Tweek se fue; sus padres pensaban que podría llevar el logo en su uniforme y todas esas cosas que mi padre nos había hecho a Wendy y a mí antes...). Se ha cortado el pelo, viste como la gente de este siglo, aunque parece que no puede revertir toda la cirugía que se ha hecho, o no tiene pasta para hacerlo. Ahora, en vez de sangre, bebe café, como un tipo normal.

— Ya iba siendo hora.

— Sí.

— ¡Mira, es Kyle!—gritó Kyley, señalando al cielo.

Miraron hacia arriba y vieron que alguien los estaba saludando.

— ¡Hola, Kyle!—seguía gritando Kyley, agitando sus bracitos.

— ¡Hola, bebé! ¿Quieres hacer el Superman?—le dijo Kyle.

— ¡Sí, sí, el Superman!

Kyle descendió para agarrar a Kyley y volvió a subir. Cualquier otro padre se hubiera puesto de los nervios al ver a su hija tan alto, pero Stan sabía que Kyley no iba a estar más segura en ningún lugar del mundo que en los brazos de Kyle. Y ella disfrutaba tanto que era una delicia verlo.

Stan adoraba ver reír a su hija...

...Pensar en lo cerca que había estado de perderla, antes de haberla conocido siquiera...

Esa posibilidad, o de que se quedara huérfana hizo que la decisión de volver al equipo hubiera sido muy dura para Stan y Wendy. ¿Aceptar los trabajos que Defensa les ofrecía, con un sueldo extraordinariamente bueno, que les permitiría cuidar mejor de Kyley y no entrañaban tanto peligro, o ser independientes de los caprichos y la corrupción del poder y ayudar a aquellos que lo necesitaban como un trabajo secundario muy sacrificado y puramente altruista? Stan se encontró pensando en Liane Cartman mucho más que en su propia madre. En lo que le dijo aquella noche. La paternidad cambiaba en verdad a la gente. Se miraba a sí mismo en el pasado y no se reconocía. El Stan de antes no habría podido aguantar las noches en vela, que el bebé le potara encima, las llantinas sin motivo aparente, la demanda continua de atención que obligó a él y a Wendy a abstenerse completamente de sexo e incluso de contacto romántico durante meses. Y luego pensaba en todas aquellas ocasiones en que Kyley estaba lejos de él, en la preocupación de que alguien la usara para hacerle daño a él, en todas las veces que le había hecho daño o molestado debido a su inexperiencia, en las trampas y aparatos que había colocado por toda la casa para asegurarse de que estaba libre de todo peligro...Nunca había oído verdades como las que ella le había dicho. Cuando te conviertes en padre, tu vida deja de pertenecerte: desde ese momento le pertenece a tus hijos. Al ver la verdad de sus palabras, haberlo experimentado, hizo que sintiera la lástima hacia aquella mujer que sus padres siempre le habían negado, y deseó que las cosas hubieran terminado de otra forma; aunque estaba convencido de que el que hubieran matado a su hijo, por muy horrible que fuera y por mucha vida que le hubiera robado, la hubiera matado de una forma mucho más cruel. Su único crimen de verdad había sido malcriar y amar demasiado a aquella semilla de Stan.

Intentó no cometer ese error, el de consentir demasiado a Kyley y convertirla en una tirana, pero le resultaba demasiado difícil. Wendy tenía que ser la estricta para compensar. Sus amigas se maravillaban a menudo de lo dulce que era Stan con su hija, queriendo jugar con ella todo el tiempo, sin importar a qué o cuándo. Siempre tenía tiempo para ella, siempre escuchaba sus balbuceos, si algo la hacía llorar volaba a su lado, le llenaba la cara de besos y se iba a dar largos paseos con ella al parque, aprendió a peinarla de diferentes maneras para que estuviera guapa. Wendy estaba un poco celosa porque estaba haciendo de Kyley una niña de papá, pero la verdad es que se alegraba. Desde que Kyley nació, Stan no había tocado el alcohol. No hacía falta escapar de una realidad de mierda. Ya veía a Kyley convirtiéndose en una adolescente rebelde que soltaría mucha mierda sobre su padre y huiría de él, y eso le rompería el corazón; por eso atesoraba esos momentos de los dos juntos y esperaba que Stan lo estuviera haciendo también.

— Ya es suficiente por hoy—dijo Kyle pasado un rato, dejándola de nuevo en el suelo.

— Aliens, ¿eh?—preguntó Stan.

— Es horrible, casi pierdo una pierna. Pero todo está bajo control, por ahora—dijo Kyle—. ¿Habéis oído lo último?

— ¿Que Clyde se casa con Bebe? Ya. Cada vez hay menos solteros en el grupo...—comentó Kenny, y Stan temió que eso hiciera sentirse mal a Kyle, pero éste no mostró emoción alguna.

— Ya lo ves. ¿Te has dado cuenta, Kenny, cómo a las chicas parece que les encantan los superhéroes y se mueren por salir con uno? En cuanto Heidi y yo cambiamos nuestros estados de Facebook, el buzón se me ha llenado de chicas que quieren quedar y eso. Chicas del colegio, del trabajo, algunas a las que ni siquiera conozco...¡Es una locura!

— Haz como Scott y yo y aprovecha—Kenny alzó los hombros—. Un rollete al año no hace daño.

— ¿Qué es un rollete?—preguntó Kyley.

— Pues verás, es cuando vas al club y te encuentras a una nena que tiene grandes las tetas y el c-

— Tío, no le cuentes esas cosas a la niña—Stan frunció el ceño y le tapó los oídos a Kyley.

— ¡Tenéis Internet y tele en casa, lo sabrá tarde o temprano, y será mejor que sea su padrino, que la quiere y sólo quiere lo mejor para ella, quien se lo cuente!

Ya estaban allí, Colegio de Primaria de South Park. ¡Oh, qué recuerdos! Casi entraron antes de que sonara la campana, como si el tiempo no hubiera pasado y aún fueran estudiantes. La gente los miraba porque todos lo conocían, no sólo porque habían estudiado allí.

— Bueno, Kyley, aquí estamos—Stan se puso de rodillas para supervisar que el pelo de Kyley estuviera en su sitio, lo llevara todo y hablarle a la cara—. ¿Estás nerviosa? Vas a hacer muchos amigos aquí, ya verás, y algunos serán tus amigos para siempre. Aquí es donde nos conocimos nosotros tres, cuando teníamos tu edad.

— Cuando entres en la cafetería, escucha con atención: puedes oír a Chef cantar—sonríe Kyle.

— Si tienes la mala suerte de acabar en clase del señor Garrison, piensa que no es para siempre y que siempre puedes contar con nosotros para darte clases extra—dijo Kenny.

— Algunos probablemente se meterán contigo o te dirán cosas malas por lo que Mamá y yo somos y hacemos. No les escuches—continuó Stan—. Y si tienes algún problema, sabes que siempre puedes recurrir a Timmy, y a los niños de Craig y Tweek, Rachel y Tyler: siempre estarán ahí para ayudarte. Como seguramente les veas hoy, diles hola de nuestra parte.

— Si intentan hacerte daño, pégales como te he enseñado: la nariz y los genitales son los puntos más sensibles—le dijo Kenny, con el dedo índice extendido como si fuera un académico dando una charla—. No te resignes a ser la víctima.

— Vendré a recogerte luego—dijo Stan.

— ¿Lo prometes?—preguntó Kyley.

— Lo prometo—Stan la besó en la cabeza y Kyley sonrió.

— Te quiero, Papi—con eso derritió los corazones de los tres hombres, trotando a continuación hacia la escuela.

Cómo pasaba el tiempo...Stan, Kyle y Kenny intercambiaron una mirada.

— ¿Queréis echar un trago, muchachos, o estáis muy ocupados?—preguntó Stan.

— Nah, yo estoy libre—sonrió Kyle.

— Y yo. Me apetece un montón un güisquito, aún no he desayunado—respondió Kenny.

Stan miró a su hija una vez más y sonrió. ¡Fíjate, parecía que ya había hecho una amiga!

— Me gusta tu mochila—le decía Kyley a una niña de pelo castaño recogido en dos coletas, gorda y más alta que las niñas de su edad.

— Gracias, me encanta Ladybug—respondió la niña, mirando con orgullo su mochila.

— A mí también—sonrió Kyley—. Soy Kyley Marsh.

— ¿Herramientas es tu papá?—la niña se volvió para mirar al padre que seguía mirándolas.

— ¡Sí!

— Yo no tengo papá, ni mamá...Vivo con mi yaya.

— ¡Oh, eso es muy triste!

— No pasa nada, mi yaya me deja hacer lo que quiero. Hace una tarta de manzana muy rica. He traído un poco. Por cierto, me llamo Erica Cartman.

Como una explosión, aquellas palabras dieron un vuelco a los corazones de los tres hombres. En cuestión de segundos sus caras perdieron todo color. Stan abrió la boca en un intento por pegar un grito, su mano intentó agarrar a su hija, pero la puerta de la escuela se cerró sin darle la oportunidad de prevenirla.


FIN