Vigilar a su hermano para asegurarse de que el plan marche sin ningún contratiempo no era tarea sencilla teniendo en cuenta a ese molesto amigo del príncipe Kion, Ono, cuya vista bien podía convertirse en la envidia de Zazu. Por suerte, eran tan escurridizos que todas sus infiltraciones al reino que les correspondía fueron exitosas, sin levantar sospecha de su presencia.

Vitani era, por mucho, destacada al igual que su madre en el arte de cazar y matar. Una digna leona. Digna de ser hija de Zira.

La leona tuvo que agazaparse un poco más cuando Kopa, el hijo de Simba, vuelve su mirada en la dirección donde se escondía antes de volver a su reflejo en el agua. Ese príncipe que se salvó de las garras de su madre parece haberse convertido en un joven fuerte, pero Vitani sabía que era débil, como su padre.

Ver a Kovu con los príncipes le pareció aburrido y una pérdida de tiempo por parte de su hermano. Debería intentar estar cerca de Simba ¡no compartir tiempo con ellos!

–Uhg –contuvo una mueca de disgusto al ver la aparente comodidad que muestra su hermano con esos.

La leona pensó que era mejor marcharse ya que, por lo que veía, no habría nada interesante que ver. No soportaba ver a los príncipes, en especial a Kopa, quien parece ser más cercano a Scar de lo que alguna vez ella pudo hacerlo y eso le molestaba. ¿Cómo era posible que su padre, ese miserable traidor, prefiriese al hijo de su enemigo? Vitani no recordaba mucho de su padre, siendo tan solo una mancha borrosa de en sus recuerdos. Nuka era el mayor, por lo que tenía más recuerdos que ella, no eran tan buenos, o eso es lo que ha dado a entender su hermano cuando comentaba algo con desdén.

Cuando supo que su padre vivía se emocionó, ella pensó por un momento que él vendría por ellos y los llevaría a casa. ¡Qué gran decepción fue el descubrir que él se habría rendido! ¡Peor! ¡Se había resignado! Y, según palabras de su madre, era culpa de esa humana que lo ha ablandado; que lo ha vuelto patético.

Sus garras se clavaron con fuerza en la tierra. ¿Acaso no era suficiente? ¿Hizo algo mal siquiera? No, Vitani niega, no ella no hizo nada mal. Su pecho subía y bajaba erráticamente, necesitaba irse, ahora, no soportaba ver a esos príncipes, menos a Kopa.

Kopa miro por el rabillo del ojo y creyó ver movimiento entre la maleza pero, al ser tan rápido, no le dio tanta importancia. Pero, con la sensación de ser observados se ha desvanecido, por ahora. Quizás deba hablar con Nadia sobre eso.

Scar caminaba solitariamente por las praderas hasta que se topó con Nadia, quien mascullaba maldiciones hacia un: "mandril lunático". Bufó al saber de quien se refería la humana. Se preguntó que le habrá dicho o enseñado Rafiki a Nadia para que ella pareciese dispuesta a escupir sobre él.

–Oh, querida, parece que has tenido un maravilloso día –comentó, con una sonrisa maliciosa formándose en su rostro. Nadia lo miró desdeñosamente, una mueca tirando de sus labios –. Siempre tan dulce.

–Veo que quieres tentar tu suerte. Ve que te hago dormir fuera de la cueva.

–Me necesitas para entrar en calor.

–Tengo a Simba dispuesto junto con la manada –replicó, altiva.

De la garganta de Scar salió un gruñido por lo bajo, cosa que la hizo jactarse por su pequeña victoria. Ambos empiezan a caminar por las praderas sin rumbo fijo, como hacen de vez en cuando.

–Kovu comparte tiempo con Kopa y Kion –habló Nadia luego de unos minutos –. Creo que se están llevando bien. Kovu es un buen chico.

–Oh, de seguro a Simba esto le fascinara –se burló Scar sin dejar de observar el camino –. Primero una estampida de rinocerontes con Kiara y ahora los príncipes. ¿Qué será esta vez? ¿Cocodrilos, búfalos o un acantilado?

–Scar –riño –. No es gracioso, Scar, ni un poco.

– ¡Que aburrida eres! –Nadia lo mira mal antes de soltar una sonora carcajada. La humana negaba entre risas por reírse ante esa cruel pero divertida referencia. Scar casi sonríe de lado –. Pero bien que te divierte.

–Que malo eres –consigue decir sosteniendo su estómago, con pequeñas lágrimas en los ojos. Recupero su compostura, enderezándose –. No es gracioso.

–No le diré a nadie.

–Más te vale.

Su tranquila caminata fue interrumpida por Bunga quien, al verlos, detuvo su carrera abruptamente terminando chocando con una roca de cara. Tanto Nadia como Scar hicieron una mueca ante eso; la primera se apresuró a revisar que no tuviese nada roto pese a que el pequeño es resistente a todo golpe.

– ¿Por qué tanta prisa, torbellino? –Nadia preguntó terminando de revisarlo –. Deberías tener más cuidado, no puedo curarte todo el tiempo.

Bunga, recién recuperado del golpe, observo a ambos con nerviosismo tanto que Scar frunció el ceño.

– ¿Qué hicieron? –Increpó Scar inclinándose hacia el tejón.

– ¡Scar!

–Hizo o hicieron algo, tiene cara de haberse metido en problemas –entrecerró su mirada verdosa en Bunga como si mirase a través de él –. Y ni se te ocurra mentirme, muchacho, sabes bien que eso no sale bien.

Bunga siempre ha destacado en ser el más valiente y temerario de las praderas, pero, tener a Scar frente a él mirándolo como lo estaba haciendo hacía que el pequeño quisiera que la tierra lo tragase o que un insecto gigante se lo llevara lejos; este último sería más fácil de enfrentar que el ex-malvado león. Nadia observaba sin interrumpir o emitir ruido alguno, no era tonta, era mejor no estar en el lado malo de Scar.

Y, finalmente, Bunga se rompió.

Confeso que Kion se había metido en un conflicto con un cocodrilo llamado Makuu por su creencia que la lucha es la mejor manera de solucionar un conflicto, en lugar de una forma pacífica, y ya que Kion se ha tomado la tarea "charlar" con él cocodrilo; la cosa escalo y ahora no solamente Kion está en un aprieto sino también Kopa y Kovu.

– ¡¿Qué hizo, qué?! –Scar lo interrumpió en un rugido por lo bajo; Nadia dio dos pasos hacia atrás. El león se dirige a Bunga –. Llévame con ellos, ahora.

–Pero… –quiso objetar Bunga.

–Ahora.

– ¡Sí, señor!

Nadia fue dejada atrás no sin antes de que Scar le advirtiese que no se metiese en problemas. Ella coloca su mano en su pecho, ofendida por la orden, ¡ya no se metía en problemas como antes! ¿Acaso eso se le olvida? No pudo reclamarle siquiera porque Scar se había ido con Bunga. Aunque ese armado no lo diga ni lo comente, Nadia sabe que quiere de cierta forma a esos príncipes y a Kovu, en el fondo, o eso esperaba.

–Claro, me quedare aquí en medio de la nada –masculló ella con ironía goteando en cada palabra. Echa la cabeza hacia atrás, soltando un sonoro suspiro –. Y ahora estoy hablando sola. Mhm. Lo que me faltaba. ¿Ugh?

De repente, la sensación de ser observaba se instala en la boca de su estómago, no era agradable. Sabe que está en las praderas lleno de otros depredadores pero estaba casi segura que no estaba en un territorio de caza, casi, pero estaba con Scar caminando y él no es distraído como ella en ese sentido; siempre procuraba evitar los territorios de otros felinos o cazadores.

Podría ser Mufasa quien quiera darle una señal divina o algo por el estilo, pero no había una brisa sobrenatural sobre ella; por lo que tuvo que descartar tal posibilidad.

Ella, sin saberlo, estaba siendo observaba ahora mismo por Vitani quien ahora parecía sopesar sus opciones al tenerla completamente sola y sin la protección de nadie a su alrededor. Vitani la observaba con odio y rencor; culpándola de ser la razón de que sus padres se hayan alejado, que su padre no este con ellos y los haya dejado a su suerte. Su madre le dijo que esa humana corrompió a su padre volviendo débil e inútil, incluso la responsable de hacer que les dé la espalda.

Pero, lo que Vitani no sabía, era que Nadia había advertido a Scar que las acciones de Zira provocarían que sus hijos pagaran injustamente las acciones de su madre; algo que se cumplió finalmente cuando Zira fue expulsada con sus seguidoras e hijos.

"Podría terminar con lo que mi madre empezó", pensó la joven leona al notar la cicatriz que su madre le dejo a la humana en su brazo izquierdo.

Nadia se vuelve al lugar donde se siente observada, con los ojos entrecerrados, sabe que alguien la está mirando. No era Nuka, de ser así, se habría mostrado ante ella de inmediato; tampoco Zira, esa no hubiese perdido el tiempo para abalanzarse contra ella. Así que, sopesando sus posibilidades, puede que sea ella.

–Vitani…

El desconcierto se refleja en el rostro de la susodicha al creerse descubierta, hasta que se dio cuenta no era así, que la humana simplemente ha dicho su nombre al aire. Se quedó quieta en su lugar entre la maleza, esperando a que diga algo más.

–Sé que estás ahí –la humana volvió a hablar con menos titubeo en la voz. Vitani se agazapa un poco más al suelo –. Oye, creo que una conversación frente a frente sería más… idóneo, ¿no crees? No quiero parecer una loca que habla sola –había un dejo de nervios disimulado con una mala broma –. No quisiera parecer al viejo Rafiki.

La humana espero más no hubo respuesta por parte de ella, suspiró.

–Creí que querrías hablar con respecto a tu padre o… ¡Ugh!

De pronto, Vitani salta sobre ella arrojándola al suelo bruscamente sobre su espalda, mostrándole los sientes de forma amenazante, gruñendo por lo bajo. Sus ojos de un tono azul con destello ¿lilas? ¿Morados? La observaban con furia.

–Linda. Idéntica a tu madre… –Una de las garras de Vitani se posicionan peligrosamente sobre su garganta, ríe nerviosamente –. De acuerdo, de acuerdo. Nada de bromas, no te gustan las bromas.

– ¿Cómo es posible que un ser patético como tú pudo cambiarlo?

–No cambie a nadie, si es que te refieres a quien creo que te refieres –replicó, echando la cabeza hacia atrás lejos de esas garras peligrosas –. Tu padre…

– ¡Él dejo de ser mi padre al abandonarnos! ¡Por tu culpa! –Vitani siseó, acercando más sus garras a su cuello, específicamente en una artería en la que un corte sería más que suficiente.

Algo en el olor de la humana se le hizo familiar, como ese olor extraño que su hermano Nuka tuvo impregnado por un tiempo.

–Eso no fue culpa mía –intentó conciliar la humana desde su posición nada ventajosa –. Y no me vuelvas la tercera en discordia en esto, Vitani, porque también intente procurar por ustedes.

–Eres una mentirosa, una serpiente –interrumpe sin creer en sus palabras –. ¿Y sabes lo que le hacemos a las serpientes?

–Decapitarlas.

–Al menos no eres tan tonta como mamá nos contó.

–Y tú eres tal y como te describió tu padre: fuerte, hermosa e inteligente –El rostro de Vitani muestra sorpresa por un segundo antes de volver a su máscara indiferente, llena de odio y resentimiento. Nadia casi ríe por eso –. No te esperabas eso, ¿cierto? Yo tampoco, pero él me sorprendió al hablarme de ti. Parece ser que te vio una vez, entrenando, derribaste a Nuka, ¿no? Lo enorgulleciste.

No. Eso que le contaba era imposible, una mentira para salvar su pellejo, pero, ¿y si dijese la verdad?

–Mientes.

–No lo hago –dice Nadia de inmediato –. ¿Qué ganaría con eso?

La tensión estaba en el aire. Vitani bien podría acabar con ella en un instante, tiene la oportunidad, pero estaba vacilando lo sentía en su patas sobre ella, y en las garras que se quedaron paralizadas sobre su cuello; algo no muy tranquilizador para Nadia pero era mejor que nada. De pronto, una nueva presencia se unió a ellas.

–Vitani, suéltala, ahora –La voz de Nuka las sorprendió a ambas quienes se volvieron hacia él –. Suelta a mí… Solo hazlo, hermana, ella no tiene la culpa de nada.

Al ver a su hermano la resolución llego a ella; esas caminatas largas que su hermano hacía de vez en cuando, ese olor extrañamente familiar que proviene de la humana, su cambio de actitud hacia ella y Kovu en general; Nuka tenía contacto con la humana y, por consiguiente, con su padre hasta cierto punto. Se sintió traicionada.

Nuka se acerca con cautela.

–Prometo explicártelo todo, pero no aquí –al ver que su hermana no se movía, insistió –. Vitani. Vitani, si nos ven podríamos comprometer las cosas.

Fue ahí que reacciono, el plan, debía asegurarse de que el plan siguiese su curso sin ningún contratiempo. Da una última mala mirada a Nadia antes de alejarse de ella. La humana por fin suspira como si hubiese aguantado la respiración. Nuka observa a su hermana mientras se acercaba a Nadia, ella le palmea la cara como diciendo: "Estoy, Nuka, solo fue un revolcón".

–Más vale que me lo expliques todo.

–Siempre y cuando madre no se entere –entonces agrega: –. Esto no compromete nada.

Vitani entrecierra los ojos al ver su interacción.

–Eso yo lo decidiré.

Nuka gruñe por lo bajo y, despidiéndose con un pequeño abrazo a Nadia, ambos hermanos desaparecen entre la maleza. Nadia se incorpora mascullando maldiciones sobre tener que lavar la ropa llena de tierra, echando la cabeza hacia atrás.

–Parece que no la tendré fácil con la niña –suspiró en referencia al tenso encuentro que acababa de tener con la princesita de Scar –. Siempre son las niñas.

Tal y como había predicho, tuvo que lavar su ropa y usar nuevamente ese vestido verde que, si bien, es lindo, no era tan bueno para sus actividades. Por el rabillo del ojo noto a un malhumorado Scar con la melena húmeda, barro, ramas y hojas en todo su cuerpo.

–Al menos mi día no fue tan malo –comentó en una risa poco disimulada.

Scar la mira con casi la misma intensidad que Vitani, ya sabe de dónde la leona heredo esa mirada asesina.

–Ni una palabra.

–Bien –se encoge de hombros para sorpresa del león que esperaba un interrogatorio o una burla, algo, entrecierra los ojos seguramente tiene algo en mente –. Pero acicálate, recuerda que debemos ver las estrellas esta noche.

–Insistes demasiado con esta noche.

–Es importante.

– ¿Qué planeas? –Interrogó, inclinando su rostro al de ella.

–Nada.

– ¿Segura?

–Segura.

Esta noche Nadia junto a Rafiki serán los cupidos de la sabana, sí, ¡será vergonzoso para ella!