II
Todos los reflectores estaban puestos sobre ella. La única estrella que más brillaba estaba en el escenario. El sudor bajaba por su frente. Su corazón latía apresurado contra su pecho. El sonido a su alrededor estaba distorsionado, provocándole una sensación de mareo y desesperación. Al levantar la mirada, la luz de los reflectores penetró con fuerza en sus pupilas, cegándola por unos segundos.
Entonces, todo volvió repentinamente a la normalidad, cuando los gritos de los presentes detonaron en vítores. Nico miró a su alrededor, recordando al instante en donde se encontraba. Los rostros de las personas que la rodeaban le parecían distantes, raros y, hasta cierto punto, le asustaban; pero, la emoción que recorría todo el lugar, como si fuera un líquido vital que se desplaza por el colosal escenario, terminó por contagiarla.
Una sonrisa apareció en su rostro, sincera y efímera. Las personas que la vieron de cerca llenaron de emoción el escenario una vez más
Ese efímero momento parecía no más que un sueño, un sueño tan corto que, apenas Nico se dio cuenta, despertó inmediatamente percatándose de su realidad. Era hora de afrontar el veredicto y dejar atrás esa cálida y embriagadora sensación.
Los resultados de las semifinales serían anunciados en cualquier momento. La voz del hombre que organizaba el evento ya resonaba entre la emoción y el nerviosismo. Proclamando cada palabra, y haciendo que el público se emocionara más y más a un punto de ser desesperante. Después de un tortuoso momento, las palabras que Nico tanto esperaba resonaron a los cuatro vientos.
La emoción la volvió a invadir entera; ahora de una forma más abrupta y explosiva. Sus piernas apenas si podían mantener el resto de su cuerpo y, de no ser porque Himeko llegó inmediatamente a su lado y la sostuvo del hombro, seguramente hubiera cedido y se hubiera derrumbado.
Nico dio un par de pasos hacia el frente y recorrió con la mirada las tribunas donde el público le gritaba y felicitaba. La sonrisa se acrecentó en sus labios y su pecho se expandió con más ímpetu; sintiéndose orgullosa de su logro.
Las palabras exactas que dijo para agradecer se perdieron en el viento. Su voz no eran más que susurros para ella y, la verdad, no importaban tanto, ya que estaba segura que simplemente había seguido el guión que ya estaba estipulado; agradeciendo a sus fans, a la agencia y a todos los que confiaron en ella.
No fue hasta que bajó del escenario que pudo sentir un poco de tranquilidad. Los sonidos fueron más claros para ella; las voces y las palabras que le dirigían también. Era como salir de lo más profundo del mar para tomar un renovador respiro de oxígeno.
—¡Nico! ¡Nico!
Una voz hizo que volviera la mirada. De larga cabellera negra y ojos afilados, vio a una mujer que a lo lejos la llamaba constantemente. Sin embargo, ella siguió su camino hacia su camerino, sin tomar en cuenta a aquella mujer que desesperada quería abrirse paso entre el tumulto de gente de seguridad y organizadores del evento.
Al entrar a su camerino por fin reinó el silencio y tranquilidad. Cansada, se dejó caer en el amplio sillón de piel y resopló un par de veces. Al instante y sin poder darle un momento más de privacidad, Himeko entró apresurada; cerrando la puerta detrás de ella con un sonoro golpe.
—¿Todo bien? —dijo Nico, sin mirarla directamente—. Pareces molesta.
—No, estoy bien. Es solo que…
—Ella vino —Nico ocultó su mirada detrás de su brazo. Cansada, dejó salir un suspiro.
—Eso parece.
—¿Estará bien?
—No te preocupes, ya nos encargamos.
Nico sintió su pecho temblar. Los dedos de sus manos se pusieron rígidos repentinamente. Otro suspiro salió de sus labios, enfriándole momentáneamente la piel. La oscuridad que veía a su alrededor debido a que su brazo aún estaba sobre sus ojos poco a poco se fue esclareciendo.
—¡No dejemos que eso arruine tu gran momento, Nico! —Una suave sonrisa apareció en el rostro de Himeko—. ¡Lo conseguiste! ¡Ganaste las semifinales! ¡¿Cómo te sientes?!
—Bien… —Fue la simple respuesta que dio. Aún estaba un poco aturdida después de la suma de emociones experimentadas—. Aún me cuesta un poco creerlo.
—¡Pues créelo! —Himeko se acercó apresurada y se sentó a un lado de ella—. Hiciste un buen trabajo, pero…
—¿Pero…?
—Ya sabes, aún nos queda mucho por hacer. Después de esto, los medios estarán sobre ti y casi no tendrás tiempo para prepárate para la verdadera batalla —Himeko la miró directamente—. Las finales serán dentro de un par de semanas. Apenas si tendremos tiempo para preparar todo. Tienes trabajos en programas de televisión, presentaciones en la ciudad y varias entrevistas más. Tenemos que centrarnos antes de que se nos acabe el tiempo, si no…
—¡Himeko! —Nico miró detenidamente a Himeko— ¿Qué hay de mi recompensa?
El ambiente, antes tranquilo, adquirió cierto aire de tensión entre las dos. El silencio anegó el pequeño espacio en el que se encontraban. Sus miradas estaban entrelazadas la una con la otra, parecía incluso que el tiempo se había detenido. Los labios de la mujer comenzaron a temblar; brillaban débilmente por el labial carmesí que los hacía parecer más provocadores. Nico esperó paciente, sintiendo como, conforme pasaban los segundos, su pecho se expandía y contraía debido al apresurado latir de su corazón.
Nico se apoyó con una mano en el sofá para poder acercarse más al cuerpo de Himeko. Está, por instinto, retrocedió y desvió la mirada. Sin embargo, Nico no se rindió. Amablemente la tomó del brazo, haciéndola parecer vulnerable ante la chica que ya estaba encima de su cuerpo.
—Obtendrás tu recompensa en otro momento —Dijo de forma contundente; aunque con una voz entrecortada y retraída. Los labios de Himeko se presionaron con fuerza—. Aquí no es un sitio apropiado para eso.
Los ojos de Nico se ocultaron detrás de sus párpados. Con toda la fuerza de voluntad que tenía, decidió resignarse ante sus precipitados impulsos.
Como si nada hubiera pasado, Nico retrocedió y se puso de pie de golpe. Caminó tranquila hacia el vestidor sin decir nada, dejando a Himeko un poco confundida.
—Sabes que hay mucha gente aquí, ¿verdad? —Musitó Himeko—. Los medios estarán tras de ti ahora que eres la ganadora de las semifinales; espero que lo comprendas.
—Lo entiendo —Dijo Nico con una voz monótona al otro lado de la cortina que las separaba a ambas—. Solo quería cerciorarme que no olvidarás nuestra promesa.
—No lo haría tan fácilmente —La mujer suspiró con cansancio—. Dejaré que te cambies tranquila. Tengo asuntos que hablar con el productor.
—Está bien.
El sonido de los pasos de Himeko resonó entre las cuatro paredes; después de un tiempo, fueron haciéndose más tenues, hasta desaparecer por completo. Nico, sin moverse siquiera, esperó a que la mujer saliera de la habitación para poder tomar un profundo respiro.
Casi decepcionada, se miró al espejo que estaba frente a ella. Se había quitado el vestido que había utilizado para su presentación y ahora solo estaba en ropa interior. En su reflejo aún se percibía el leve rubor que le había provocado sus acciones. Despacio, llevó un par de dedos a sus labios. Sus dedos estaban fríos y rígidos, quizás por los nervios de hace un momento, pero pronto se calentaron al transmitir el calor de sus labios con el de ellos.
—¿Qué se supone que estoy haciendo? —Musitó para ella, mientras veía fijamente su reflejo en el espejo.
Antes de perderse de nuevo en sus pensamientos, el sonido de la puerta abriéndose la alarmó. Apresurada, volvió la mirada hacia aquel lugar; aunque sabía que, detrás de la cortina, no podría ver quién había entrado.
Sin embargo, el sonido de los pasos que bien conocía la hicieron sentirse más tranquila. Una suave sonrisa apareció en sus labios y el rubor en sus mejillas volvió a aparecer sutilmente.
—¿Olvidaste algo, Himeko?
No hubo respuesta. Extrañada, Nico tomó la cortina del vestidor y miró fuera para cerciorarse de que todo estuviera bien.
La decepción la golpeó repentinamente, al darse cuenta de lo equivocada que estaba. Frente a ella no estaba la productora, sino alguien que no esperaba ver en ese momento.
—Eres solo tú —dijo desinteresada, mientras se escondía de nuevo detrás de la cortina del vestidor—. Debiste haber dicho algo.
—¿Esperabas a otra persona? —dijo Maki, desinteresada. Nico pudo escuchar cómo se dejaba caer en el sillón.
—¿Qué es lo que quieres?
—Yo… Bueno… —Las palabras difícilmente podían salir de la boca de Maki. Después de un rato en un suave silencio, por fin pudo volver a hablar—. Te quería felicitar…
—¡¿Eh?! —Nico abrió de nuevo la cortina, revelando que aún no se había cambiado. Maki, al instante, desvió la mirada. Su rostro brilló inmediatamente de un sutil carmesí—. ¿Hablas en serio?
—N-Nico… —A Maki le costaba hablar, y más al ver a la pelinegra en no más que ropa interior—¿Puedes vestirte al menos?
—¡¿OH?! —Nico, sin hacer caso, simplemente salió de detrás del vestidor—. ¿Acaso eres una especie de pervertida? —Maki presionó sus párpados; intentando no ver a Nico directamente—. ¿Te avergüenza? Ambas somos mujeres, así que está bien, ¿no?
—Quizás tengas razón, pero hay algo que se llama vergüenza, ¿sabes? Veo que tú no la tienes.
—De acuerdo, delicada —Nico volvió detrás de la cortina del vestidor y comenzó a vestirse. Después de un rato, la voz de Maki volvió a irrumpir entre el silencio.
—L-Lo hiciste bien ahí afuera.
—¿De verdad lo piensas?
—No estoy siendo sarcástica ni nada parecido. ¿Acaso no puedo felicitarte por haber hecho un buen trabajo después de todas las horas que pasamos ensayando juntas? —Nico, ya vestida, salió detrás del vestidor mientras se recogía el cabello.
—Bueno, no lo tomes a mal pero no pensé que tú, entre todas las personas, me viniera a felicitar.
—¿Qué opinión tienes de mí? —Maki dejó salir un profundo suspiro—. Hasta yo sé cuándo alguien hace bien las cosas. Además, me siento un poco orgullosa de que todo mi trabajo sirviera para algo.
—¿Eh? —Nico esbozó una amplia sonrisa—. Por alguna razón eso me hace un poco feliz. Después de todo lo que pasamos en las prácticas, estaba casi segura que me habías llegado a odiar un poco.
—¡¿Odiar?! —Maki la miró detenidamente—. No creo que sea tan sencillo.
—¿A qué te refieres?
Maki simplemente guardó silencio mientras veía a los ojos a Nico. Está, un poco confundida, apartó la mirada y siguió arreglando su cabello. El silencio entre las dos era casi abrasivo. El aire era difícil de respirar y la incomodidad, poco a poco, se acrecentaba entre las dos.
—Nico… —Maki habló repentinamente, cortando el silencio—. ¿Tienes algo que hacer después?
—¿Eh? —Nico volvió la mirada a ella una vez más—. ¿A qué te refieres?
—Bueno, yo… —Maki tomó un respiro y cerró los ojos—. Mi madre me dijo que fuera contigo porque tiene otras cosas que hacer —La voz de Maki temblaba. Le había costado mucho decir eso al punto de dejarla agotada—. Si no quieres ir, está bien, pero…
—¿De verdad Himeko dijo eso?
—Si… —Maki desvió la mirada—. Lo hizo. Aunque entiendo que no quieras ir conmigo, después de todo, ya debes de tener planes, ¿cierto?
—No, no los tengo, es solo que… —Nico, repentinamente, se sentó a su lado y buscó su mirada una vez más. Al no conseguirlo, se acercó más y más, hasta estar a un palmo de distancia de ella. La respiración de Maki golpeó en su rostro; sus ojos estaban cerrados y ligeramente crispados; sus labios temblaban ligeramente. Si Nico hubiera insistido un poco, seguro que escucharía sus palabras sinceras—. De acuerdo… —Dijo después de un tiempo, no queriendo presionarla más—, iré contigo.
—¡¿De verdad?! —Gritó Maki repentinamente, para luego aclarar avergonzada la garganta—. Bien, no es que me hubiera importado si decías que no, pero ya que lo dices, supongo que estará bien ir a algún lugar.
—¿De qué hablas? —Nico se apartó de su lado y continuó arreglando su cabello—. ¿A dónde vamos entonces?
—N-No sé… —Nico miró a Maki con irritación—. Bueno, ¿tienes hambre?
—Un poco —Maki esbozó una sonrisa.
—¿Qué te gustaría comer?
—Lo que sea está bien.
—No, tienes que decírmelo claramente —Maki desvió la mirada—. ¿Q-Qué es lo que te gusta?
—Maki… —La chica, pacientemente, esperó la respuesta—. ¿Por qué te esfuerzas tanto en saber todo esto? ¿Qué pretendes?
—¿Pretender? —Una creciente decepción se reflejó en el rostro de Maki—. ¿Acaso no puedo saberlo?
—No quise decir eso, es solo que… Bueno, se siente extraño que tú me digas todas estas cosas. Después de todo, pensé que no nos llevábamos tan bien.
—¿Eso crees? —la voz de Maki fue perdiendo fuerza—. Hemos pasado mucho tiempo juntas y, aun así, ¿qué es lo que soy para ti? ¿Acaso solo soy una extraña? ¿Solo soy tu instructora?
—No, bueno, es solo que…, tú sabes, Maki. Himeko solo te pido que me dieras clases de canto. No pensé que realmente…
—¿Acaso, solo porque ella lo dijo, no puedo acercarme a ti?
La mirada de Maki se llenó de convicción. Nico se sintió extrañamente presionada por la forma en la que Maki la miraba. Su corazón golpeó apresurado su pecho, pero ahora dentro de ella circulaba un nuevo sentimiento difícil de describir.
—¿Así que no me odias y quieres ser más cercana a mí?
—No es como que lo quiera —Dijo Maki con seguridad—. Pero hemos pasado mucho tiempo juntas, ¿no? Si no fuera por mí, no podrías cantar tan bien como para ganar este concurso. Quién sabe qué hubiera pasado si no te hubiera ayudado. Quizás no hubieras llegado hasta aquí —Maki finalmente se dio cuenta de lo que decía. Nerviosa, comenzó a balbucear, intentando que lo que había dicho quedará en el olvido—. N-No quise decirlo de esa forma, es solo que...
—Creo que ya te lo dije antes, Maki —A pesar de que las palabras de Maki habían sido contundentes, en el rostro de Nico apareció una sonrisa. Ni ella misma sabía porque se sentía tan tranquila después de escuchar a Maki ser tan sincera con ella—, no eres imprescindible. Seguro que Himeko podría haber contratado a otra profesora de canto —una risa salió de sus labios—. Quizás una con un mejor humor —Maki la miró con desconcierto—. Pero quizás tienes un poco de razón en lo que dices, y tengo que estar agradecida por encontrarme contigo.
—¿Lo dices en serio? —Nico, sin pensarlo, tomó a Maki de la mano y asintió con la cabeza.
—Si eso es lo que estabas buscando, lo encontraste. Querías que te agradeciera por tu trabajo, ¿no? Pues ahí lo tienes. Ahora, donde quieres ir después.
—¿Eh? —Maki miró con desesperación a todos lados—. ¿De verdad? —Nico asintió nuevamente con la cabeza—. No lo sé —Una sonrisa involuntaria apareció en su rostro.
—Así que si puedes sonreír —Nico se burló un poco, haciendo que Maki se avergonzara—. Es bueno verlo.
—¿Te estás burlando de mí?
—Quizás.
Nico le dio la espalda a Maki y se alejó de su lado. La mirada de la pelirroja estaba perdida en la espalda de Nico. Su corazón latía con fuerza, tanta que pensó que saltaría de su pecho. Finalmente se dio cuenta de que la sonrisa en sus labios seguía ahí y, por más que quería, no podía dejar de hacerlo. Solo esperaba que Nico no se diera la vuelta y la viera; moriría de vergüenza si eso llegara a pasar.
…
El auditorio se había quedado en silencio después de que el evento terminó. Las luces de los reflectores habían sido apagadas y solo unos pálidos focos iluminaban entre la oscuridad.
El eco de los pasos se escuchó fuerte y pesado; constante y reverberante y se detuvieron cuando estuvo a pies del escenario. Sus manos, temblorosas y rígidas, se aferraron a los barandales de las escaleras y subió peldaño a peldaño hasta estar encima del escenario. El constante vaivén de su cuerpo le dificultaba caminar. Con cada paso se tambaleaba al punto de casi caer al suelo. Sus pies temblaban, tanto que perdían la fuerza conforme más se acercaba al centro del lugar.
—Te dije que no te quería ver de nuevo —Una voz profunda y llena de enojo hizo eco. Los pasos se detuvieron repentinamente al escucharla—. ¡¿Qué pretendías al aparecer así?!
—Yo… —La mujer, tambaleante, volvió a caminar, intentando acercarse a la mujer que le había hablado—, quería verla —Una sonrisa apareció en sus labios—. Ella se ha vuelto muy fuerte y talentosa, ¿verdad?
—¡Cállate! —Gritó la pelirroja— ¡¿Qué pretendías maldita sea?!
—¡Es mi hija! —Un sollozo hizo eco en el lugar—. Quería estar aquí para apoyarla.
—Solo vas a ocasionar problemas si sigues así.
—Tú no puedes apartarla de mi lado, Himeko.
—Claro que puedo y lo haré…
—¿Cómo? —dijo con intriga. La mujer, de cabello oscuro y ojos afilados, se acercó un par de pasos más hacia Himeko—. ¿Piensas alejarla de mi lado? ¿Acaso buscas que me odie y me olvide? Nico no es así, ella es amable y sumamente comprensiva.
—Puede que tengas razón, pero, después de que la dejaste conmigo, dudo mucho que te comprenda —Himeko se cruzó de brazos mientras veía como la mujer se acercaba a ella—. Apestas a alcohol ¿sabes?
—¿Qué fue lo que le dijiste de mí? —La mujer encaró con violencia a Himeko—. ¿Qué mentiras le dijiste para que me mirara de esa manera?
—¿De qué estás hablando?
—Esta tarde, cuando terminó el concierto, solo quería saludarla. Cuando la vi a lo lejos y la llamé, lo único que conseguí fue que ella… —un sollozo salió de sus labios—. Ella me odia ¿verdad? —Himeko desvió la mirada—. ¿Qué fue lo que le dijiste? ¿Qué es lo que le hiciste a mi niña?
—Nada.
—¡No me mientas! ¡Teníamos un acuerdo, pero esto no era parte del trato! —La mujer rompió de nuevo en llanto—. Su mirada estaba llena de desprecio hacia mí —Su voz, entrecortada, resonó con un potente eco—. ¿Acaso me lo merezco? ¿Acaso es lo que acordamos? Si es así, lo mejor sería que rompamos ese acuerdo de una vez por todas.
—Eso no pasará —Himeko miró con determinación a la mujer—. ¿Quieres destruir su carrera por un simple capricho? —Amenazante, dio un par de pasos hacia ella, haciéndola retroceder—. Si es lo que quieres, tu egoísmo va a terminar por destrozarla. Prometimos que me haría cargo de su carrera artística sin importar el medio, y el tener una madre como tú no haría más que perjudicarla —Determinada, Himeko miró a la mujer—. ¿Qué crees que pensaran los medios de comunicación si se enteran de que no eres más que una alcohólica? Y, peor aún, ¿qué piensas que dirán si indagan más en el pasado de Nico y descubren que te prostituiste para mantener a tus hijas? —La mujer ocultó avergonzada su rostro—. No la dejaran tranquila ni un momento. Incluso si decide retirarse, la seguirán buscando, acosando hasta el día en el que muera. ¿Eso es lo que quieres? ¿Quieres ver como Nico termina destrozada por cumplir tu capricho egoísta de tenerla a tu lado?
—E-Eso no puede ser verdad.
—Ahora mismo Nico está mejor bajo mi cuidado; donde tengo los medios necesarios para cuidarla y ocultar su pasado. Tu perdiste el derecho de estar junto a ella cuando firmaste el contrato y la dejaste conmigo.
—¡Pero no pensé que las cosas serían así!
—Pues parece que te equivocaste —La mujer dejó salir un suspiro—. Entiende esto, Yumi, ella no volverá a tu lado.
—¿Por qué? —La mujer dejó salir otro sollozo—. ¿Por qué haces esto?
—Yo solo estoy haciendo lo que tu hija me pidió. La convertiré en una idol famosa aunque me cueste todo.
—¡No me vengas con eso! —Yumi levantó con molestia la mirada—. ¡Esto solo lo haces por ti!
—No me importa si eso es lo que piensas; eso ya no depende de ti. Ahora mismo su carrera está en ascenso y usaré cualquier método, sin importar cual, para lograr verla en lo más alto. Incluso si tengo que jugar con sus sentimientos, ella va a ser la próxima gran estrella bajo mi cuidado.
—¿A qué te refieres? —dijo Yumi con molestia.
Himeko, cansada de esa conversación, miró con determinación a Yumi, la cual retrocedió un par de pasos. No soportaba más la presencia de la mujer frente a ella, y quizás fue por la molestia que sentía que los sentidos y pensamientos de su cabeza estaban dispersos. Con fuerza presionó los párpados y soltó un suspiro cansado.
—Ella es capaz de tomar sus propias decisiones. Yo no elegí que se fijara en mí y, en principio, no lo quería. Pero si eso hace que se centre en lo que tiene que hacer para lograr el estrellato, me aprovecharé de ello para lograrlo.
—¿Qué? —Himeko no dijo ni una palabra más—. ¿A qué te refieres? —Yumi se acercó a Himeko, tambaleante y con una clara molestia acrecentándose—. ¡Contesta! —Gritó furiosa—. ¡¿Le pusiste una mano encima?! —Himeko dejó salir un suspiro—. ¡¿Qué le hiciste?!
—Yo no hice nada —Himeko se cruzó de brazos—. Ella ya está lo suficientemente grandecita para elegir con quien quiere estar. Y si ella me eligió fue porque quiere seguir el camino que yo le muestre.
—¿Te vas a aprovechar de sus sentimientos? —Himeko volvió a guardar silencio—. ¡No puedes! No te dejaré hacerlo.
—No, Yumi, estoy segura que lo harás —le dio la espalda guardando la compostura—. Porque una vez que intervengas para detener su futuro, todo se acabó, y lo sabes, ¿verdad? Si llegas a cometer una tontería y hablas de más, ella también te va a odiar.
—¿Qué?
—Como escuchaste. ¿A quién crees que le va a creer de ahora en adelante; a una madre que la abandonó o a la persona que ama?
—Eres de lo peor —La mujer, acabada, se dejó caer de rodillas en el escenario—. ¿Por qué haces todo esto? ¿Qué ganas tú?
—Eso no es algo que te importe a ti.
Himeko pasó por su lado, dejando a la pobre mujer desconsolada. Sus pasos resonaron fuerte. El eco remanente se perdió hasta que la mujer dejó el lugar. Suaves lamentos se escuchaban aun en el escenario, mientras que las últimas luces que iluminaban el lugar se iban apagando.
Buen día! Espero que todos esten bien.
No me esperaba el buen recibimiento de esta historia, asi que aqui les traigo el segundo capítulo que espero que les haya gustado.
Como seguramente ya notaron, a diferencia del fic de " Nuestra canción" esta historia no se va a centrar por completo en la música, sino en el ascenso de Nico como una idol con la ayud de Himeko y de Maki, principalmente. Sin embargo, tendrá que lidiar con su pasado y tomar decisiones que la lleven a la cima. Quien sabe si lo conseguirá. Yo digo que sí, la historia esta de chill no? no?
En fin, fue un gusto volver con una nueva historia refrescante para mí. Además, no creen que no he escrito en todo este tiempo. El próximo año espero poder actualizar cosas y subir mas historias. Eso espero. Se que siempre digo lo mismo, pero espero ser más constante, que siempre que me pongo a escribir recuerdo lo mucho que me gusta.
En Fin, espero su opinion de esta historia, se que no es algo usual que suelo escribir, pero, de lo que llevo escrito, me esta gustando el desarrollo.
Nadaoriginal: Buen día! Espero que estes muy bien.
Me alegra mucho verte de nuevo por aquí. Para serte sincero, después de tanto tiempo ausente, no espere que alguien fuera a comentar en esta historia, pero me hizo feliz ver tu comentario, de verdad, muchas gracias. Y bueno, pasando a tu comentario, en realidad la participación de Maki va a ser parte importante en la historia, es la segunda protagonista después de todo; en el capítulo tres se cuenta más desde su perspectiva. Y la verdad, el nombre de Himeko lo elegí cuando tome el último Kanji del nombre de Maki, que es princesa, y le puse el "Ko" de niño (a), bastante simple. Y pues bueno, queria dejar un poco más en la incógnita el trabajo de la madre de Nico, pero al corregir este capítulo pensé que en realidad no afectaba en nada que lo supieran, así que espero que haya cumplido tus sospechas. El foco principal se centrará en Himeko, y lo que va a hacer para lograr que Nico sea idol; como ella dijo, hará lo que sea; un poco obsesiva si me lo preguntas.
En fin, muchas gracias de nuevo y espero leerte pronto. Cuidate y pasa un buen fin de año.
Sin Más, Muchas Gracias por Leer y por Su Apoyo!
