Disclaimer: How to Train Your Dragon no me pertenece, es propiedad de DreamWorks Animation, Dean DeBlois y Cressida Cowell. La historia sí es original y de mi autoría, pero su creación y respectiva publicación es por mero entretenimiento.


Capítulo 21

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La ciudad de Berk, una isla de grandes acantilados y bosques profundos que no sólo presumía su clima cálido en verano y un espectáculo de auroras boreales en invierno, sino también por ser la única ciudad en el mundo en contar con dos verdaderos superhéroes. Porque mientras otros lugares tenían atletas famosos y oficiales condecorados, Berk tenía a Night Fury y Light Fury para protegerlos.

Sólo ellos sabían cuántos problemas y diferencias debieron enfrentar hasta lograr convertirse en compañeros y, aunque aún existían dudas, ambos estaban dispuestos a luchar juntos; incluso si una muy pequeña parte de la población no estaba de acuerdo.

Habían pasado tres meses desde el regreso de Night Fury y uno desde que fue secuestrado por el ahora temido criminal Grimmel Grisly. Desde entonces, el odio hacia Light Fury había disminuido, casi todos agradecidos con ella por salvar al héroe; irónico, ¿no creen?

¿Por qué el énfasis en "casi todos"? Porque aún existían personas que la consideraban una amenaza para la seguridad pública. Doblemente irónico, ¿verdad?

—Si continúas frunciendo el ceño, te quedará una marca—bromeó Night golpeándola amistosamente en el hombro.

—Si me dejaras romper esa pantalla ruidosa, quizá no estaría tan molesta—devolvió ella con un gruñido, ampliando su ceño fruncido.

—Le darías más motivos para odiarte—se rio el héroe, quitándole la capucha con un ágil movimiento, esperando con eso lograr distraerla o al menos dirigir su enojo hacia alguien más—. No necesitas más de eso.

La albina gruñó nuevamente, fijando esta vez la mirada en las luces de los edificios que iluminaban la noche. Ambos se encontraban sentados al borde de una azotea, con la brisa invernal colándose entre sus trajes y, frente a ellos, la enorme pantalla de publicidad donde Grimmel se había presentado un mes atrás y que ahora mostraba a la mayor némesis de Light Fury: El presentador del noticiero más popular en todo Berk.

—No entiendo por qué me odia tanto—se quejó cruzándose de brazos—, ya no causo problemas como antes.

Y la respuesta no tardó en llegar.

¡La única razón por la que ya no causa problemas, es porque Night Fury está aquí para evitar sus desastres!—exclamó el hombre en la pantalla con evidente molestia, golpeando su escritorio con el puño—. Él es el verdadero héroe y estoy seguro de que regresó para salvarnos de Light Fury.

—Para ser presentador de noticias, está muy mal informado—bromeó Night en un intento por aligerar el ambiente.

¡Aceptarla como compañera ha sido su mayor acto de bondad hacia nosotros!—continuó despotricando el hombre, golpeando nuevamente el escritorio.

Light se cubrió el rostro con fastidio, estaba cansada de escuchar su monologo diario.

—No deberías prestarle tanta atención—calmó Night palmeándole nuevamente el hombro—. Esto es más común de lo que crees, ya verás, ahora va a decir: "¡Light Fury es una amenaza!"—dijo esto último con una voz que intentaba imitar la del presentador.

¡Light Fury es una amenaza!—exclamó el hombre, ajeno a su conversación—. Y es ella quien no debería volver jamás.

Para su gran fortuna, la pantalla se apagó, dando por finalizada la transmisión.

Con una mirada, Night intentó decirle "te lo dije", mientras ella se dejaba caer hacia atrás, acostándose para admirar el cielo nocturno.

—Es fácil bromear cuando no es a ti a quién odian—suspiró, extendiendo sus brazos sobre el concreto frío, no importándole que su atuendo blanco se ensuciara.

—Es verdad que no te envidio por tener tu propio J. Jonah Jason—dijo despreocupado, sentándose a su lado—. Pero aquí entre nos—bajó la voz como si fuera a contarle un secreto—, yo tuve a mi propio capitán Stacey.

—¿Es otra referencia a Spider-Man?—preguntó con una ceja alzada.

—Sí…—respondió él con una mueca divertida y después añadió: —Está bien, dejaré a un lado los chistes.

Light agradeció en silencio. En otra ocasión se habría reído con él o intentado entender las referencias, pero justo ahora no estaba de humor para eso.

—Escucha—volvió a hablar Night, esta vez con porte serio—, no debes permitir que las palabras de sujetos como él te afecten—señaló con el pulgar la pantalla apagada—. La única persona con quien debes rendir cuentas es contigo misma. Y eso me lo enseñaste tú.

Le ofreció una mano para instarla a levantarse, ella obedeció sin pensarlo demasiado. Ahora ambos estaban sentados cara a cara, con tan solo unos centímetros de separación.

—No todos me adoraron desde el principio—continuó sereno—. Yo también causé muchos problemas. La única razón por la que mejoré fue porque tenía a Hiccup respaldándome—añadió con una sonrisa—, y aun así fui un dolor de cabeza para varios.

—¿El capitán Stacey?

—En realidad era un detective, intentó arrestarme varias veces—recordó pensativo con la mano en la barbilla—. Escuché que estuvo a cargo de investigar el incidente de hace tres años, hasta que lo transfirieron a otra ciudad—añadió, sonriendo ante las imágenes que su mente proyectaba sobre cada encuentro con él—. Me pregunto si aún querrá arrestarme.

—¿Cómo te enteraste de todo eso?—cuestionó Light un poco más animada.

—Conozco a alguien que es muy bueno con las computadoras—respondió él, encogiéndose de hombros.

—¿Hiccup?

Night volvió a sonreír ante su mención, pero esta vez la sonrisa no llegó a sus ojos. La albina no tardó en notarlo, sintiendo cómo el ambiente se volvía un poco tenso.

—¿Aún no quiere hablar contigo?—preguntó dudosa, sabía que era un tema sensible y no quería molestar a su recién obtenido amigo.

—Oh, sí me habla, a su manera, y eso lo vuelve peor—respondió con un suspiro—. Es frio, distante y cruel. Cada palabra suya es como una apuñalada en mi corazón—dramatizó, fingiendo clavar una daga en su pecho y cayendo de espaldas sobre la azotea polvorienta—. El verdadero problema es que no quiere escuchar lo que yo tengo que decir.

—Te diría que le des tiempo, pero ya pasaron tres semanas—dijo ella, tratando de ser empática con su situación—. Quizá te intimida de esa manera porque quiere que tú tomes la iniciativa.

—Se nota que no conoces a Hiccup—gruñó, cruzando los brazos tras su cabeza.

—Y se supone que eres tú quien lo conoce mejor—añadió Light con calma—. ¿Qué crees que haría él en tu lugar?

Night lo meditó por un momento, conteniendo un gruñido en su garganta antes de responder:

—Probablemente algo estúpido.

—Entonces hazlo tú también—decidió por él, levantándose para después extenderle una mano—. Piensa en lo que ocurrió y ponte en su lugar, entonces encontrarás las palabras adecuadas.

—¿Crees que me perdonará?—cuestionó inseguro, aceptando su mano y aferrándose a ella con un temblor nervioso.

Con una sonrisa y un movimiento rápido, Light lo obligó a ponerse de pie. Sacudió con su mano libre el polvo sobre sus hombros y le reacomodó la capucha, todo esto sin soltar el agarre de sus manos entrelazadas.

—Es tu hermano, estoy segura de que lo hará.

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TRES SEMANAS ATRÁS

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Una semana después del reencuentro de los hermanos Haddock, ellos y sus padres decidieron mudarse a un departamento en lugar de regresar a su casa, porque Grimmel, a pesar de estar desaparecido, conocía la ubicación y nada aseguraba que no volvería a enviar a sus secuaces tras ellos. No podían correr ese riesgo, Tyre incluso les sugirió dejar la ciudad por un tiempo, al menos hasta que lograra resolver el problema; pero si él era testarudo, su familia lo era aún más y no logró convencerlos.

La familia Haddock no volvería a separarse, ese era el trato y ninguno lo iba a romper. Aunque… A veces era muy difícil no hacerlo…

—¡Oh Toothless!—canturreó Hiccup caminando torpemente desde su habitación hacia la pequeña sala, la prótesis que usaba en ese momento era de lo más básica y minimalista, temporal hasta que pudiera construir una mejor que la que Grimmel le había dado y de la que no dudó en deshacerse.

Tyre, que había llegado hacía menos de cinco minutos en compañía de Leily, estaba acostado en uno de los sillones luego de lanzar los guantes y antifaz de su traje a la mesita de centro. Leily, despojada también de su antifaz blanco, lo observaba con gracia desde el otro sillón.

—No voy a ser tu conejillo de indias, Haddock—gruñó cubriéndose el rostro con un brazo—, hoy no.

—¡Vamos! Ni siquiera has visto qué es—se quejó Hiccup, para después dirigirle una mirada suplicante a la albina—. Ayúdame a convencerlo.

—¿Cómo podría?—respondió ella encogiéndose de hombros.

Los ojos de Hiccup regresaron a su hermano y este, con un suspiro, se descubrió el rostro para encararlo.

—Hiccup, son las tres de la mañana—inició su argumento, sentándose en el sillón—. Pasamos toda la noche buscando rastros de Grimmel y su gente, estoy agotado. Y déjame recordarte la regla de papá: Nada de experimentos en la casa—sentenció.

—Técnicamente no estamos en la casa, es un departamento—murmuró Hiccup con su característico sarcasmo y movimiento de hombros.

—Hiccup…—reprendió Ty.

—Además esto no se va a incendiar, es inflamable—añadió en voz alta—, creo…

Después de eso, ambos se sumieron en un duelo de miradas dónde la única espectadora era Leily, preguntándose en silencio cuál de los hermanos sería el vencedor. Afortunadamente la respuesta no tardó en llegar.

—¡Bien!—exclamó Ty—, dime de qué trata, pero se breve.

—Créeme, te va a encantar—dijo entusiasmado, mostrando la caja que había ocultado tras su espalda todo ese tiempo.

La abrió frente a ellos, descubriendo una chaqueta de cuero negro acompañada de unas hombreras cuyo símbolo rojo no tardó en reconocer.

—Te presento tu nuevo traje—reveló sonriente—. Aún no está terminado, me falta hacerle unos ajustes, pero moría de ganas por mostrártelo.

—No uses esa palabra—fue lo primero que pronunció Ty, con un escalofrío recorriendo su espalda.

Hiccup frunció los labios, conteniendo una disculpa, y retomó su explicación para evitar que el ánimo de su hermano decayera.

—¡Vamos, pruébatelo! Quiero ver si aún recuerdo tu talla.

Y comenzó a quitarle la parte superior del traje actual, ignorando los reproches y el sonrojo del azabache. No sabía si estaba enojado con él o avergonzado por la presencia de Leily, quizá era un poco de ambas.

—Puedo hacerlo solo—decía Tyre tratando de apartarlo—. Además, no necesito otro traje.

—Claro que sí, este ya está roto—declaró el castaño, lanzando la vieja chaqueta de cuero al sillón, dejándolo sólo con una playera gris sin mangas—, y no dice "soy Night Fury" por ningún lado.

—Hiccup…—había comenzado a desesperarse, esa cercanía lo ponía en estado de alerta y no lograba entender la razón—. ¡Dije que no lo necesito!—exclamó, apartando su brazo con más fuerza de la planeada.

Reaccionó al ver a Hiccup tropezar, se habría caído de no ser porque se aferró a su otro brazo hasta recuperar el equilibrio.

—Lo siento, no fue mi intensión—pronunció preocupado.

Pero la atención del castaño estaba en otro lugar y, cuando dirigió su mirada hacia el mismo punto en su brazo, entendió por qué no decía nada.

—Hiccup, yo…—comenzó con torpeza, tratando de zafarse de su agarre, algo a lo que el otro no se opuso, dejándolo en libertad.

—Ya entendí—detuvo él, observándolo con unos ojos cargados de decepción—, no necesitas mi ayuda.

Antes de escuchar una respuesta, tomó sus cosas y se marchó hacia su habitación, cerrando la puerta detrás de él.

Tyre no sabía que hacer, su cuerpo temblaba presa del pánico y el calor en su pecho no hacía más que incrementar. Fue hasta sentir un roce cálido contra su piel que finalmente logró reaccionar.

Era Leily quien estaba frente a él ahora, delineando las marcas en su muñeca con los dedos antes de alzar el rostro para encararlo. En sus ojos no había decepción, sino algo que él interpretó como comprensión y, quizá, algo de pena.

—Puedo explicarlo—logró decir al fin, deslizando su mano fuera del agarre de ella.

La albina negó tranquilamente.

—Me debes muchas explicaciones—dijo sin cambiar de expresión—, pero esta, se la debes a él—lo señaló a él y después a la puerta cerrada.

No dijo nada más, se despidió en silencio y se marchó, dejándolo solo y con un problema que, ahora sabía, había estado posponiendo sin darse cuenta.

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ACTUALIDAD

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Suspiró tras recordar aquello, el sentimiento de culpa y pesar no lo habían abandonado desde ese día. Pero, siguiendo los consejos de Leily, esta vez estaba decidido a resolver las cosas con su hermano. Hiccup iba a escuchar lo que tenía que decir, quisiera o no.

Aunque primero tenía que hacer algunos arreglos.

Volvió a suspirar, de pie sobre la cornisa del edificio donde vivían, observando la negrura del callejón solitario. Sin esperar más, sacó su teléfono del bolsillo interior de su traje e inició una llamada.

Escuchó uno, dos, tres tonos hasta que al fin una voz se hizo notar.

Identifíquese—ordenó una voz robótica desde el otro lado de la línea.

—Soy Knight—respondió y, tras otro suspiro, continuó—. Necesito un favor.

Esta vez se escuchó una risa traviesa, con un toque de malicia.

Knight, mi amigo—canturreó el otro, esta vez con una voz joven, libre de los filtros que usaba para distorsionarla—. Sabes que eso te costará, ¿verdad?

El azabache suspiró por última vez, casi lamentando su decisión, antes de responder.

—Sólo anótalo en mi cuenta.

¡Excelente!—no necesitaba verlo para saber que sonreía—, entonces, ¿qué necesitas?

Realmente esperaba que su plan funcionara.

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—Entonces…—carraspeó Storm aprovechando el silencio que se había instalado entre ambas.

Hizo una pausa para beber un poco de su chocolate caliente, esperando pacientemente a que Leily captara el rumbo de su conversación, aunque resultaba difícil dado que era medio día y, aún con medio café cargado en su sistema, la albina no terminaba de despertar.

—¿Hablaste con Tyre?

—Conversamos muy seguido…—respondió Leily automáticamente, delineando el borde de la taza con sus dedos.

—Sabes que no me refiero a eso—reprendió ella frunciendo el ceño—. Han estado posponiendo el tema todo el mes.

Leily gruñó, si antes no había entendido la pregunta, ahora realmente lo hacía. Sabía que Storm tenía razón, pero al mismo tiempo consideraba justo esperar luego de todo lo que había estado ocurriendo; y estuvo a punto de explicárselo, pero Storm no se lo permitió.

—Primero porque estaba herido y se acababa de reencontrar con su hermano—comenzó Storm con un volumen moderado para no llamar la atención en la cafetería—. Luego porque se iba a mudar y querías darle "tiempo de calidad con su familia"—dijo esto último con una voz que intentaba imitar la de Leily—. Y ahora porque tiene problemas con Hiccup.

Exhaló con tal enojo, que Leily pensó que en cualquier momento se pararía a gritar, pero no fue así. En su lugar, Storm comenzó a calmarse muy lentamente antes de continuar.

—En el tiempo que tengo de conocerlos—dijo con seriedad y confianza—, jamás han tenido una discusión que los deje sin hablarse por tres semanas.

Esa vez fue el turno de Leily para exhalar, fue como si toda la energía en su cuerpo saliera de golpe antes de volver a llenarse tras un último sorbo de café. Estaba tan cansada, que no sabía si era su propio agotamiento o el de alguien más.

Ese es precisamente el problema, Storm—habló al fin, irguiéndose en su silla—, realmente no han discutido.

—Entonces explícame porque no lo entiendo—señaló la otra frustrada.

—Piénsalo, Storm—inició, sopesando las palabras que seguirían a continuación—. Por tres años pensaron que Hiccup había muerto—susurró para que sólo ellas escucharan—, y luego descubrieron que no era así.

Se detuvo un segundo, deshaciendo el nudo que comenzaba a formarse en su garganta. Si para ella era difícil hablar de ese tema, para Tyre y su familia debía ser peor.

—Para Tyre no es fácil aceptar ese hecho y estoy segura de que para Hiccup es igual—dijo en voz alta, luego de recobrar la calma.

Lo cierto era que se habían estado esforzando demasiado por fingir que nada había ocurrido, no sabía si lo hacían inconscientemente, pero podía entenderlos. Si fuera al revés y su padre volvía algún día, además de estar extremadamente feliz, también estaría muy confundida. Probablemente no sabría cómo reaccionar, y terminaría haciendo exactamente lo mismo que los Haddock.

Perder a un ser querido es algo que nunca se supera, incluso aunque recuperes a esa persona, porque ninguno vuelve a ser el mismo.

—Ambos pasaron por cosas muy difíciles en ese tiempo, y aunque ninguno de los dos lo admitirá frente a otros, necesitan hacerlo entre ellos…

No era un secreto a voces, pero también nadie se atrevía a preguntar. Porque nadie podía entender todo lo que debieron sentir y continuaban sintiendo luego de eso. Ni siquiera ella, que había atravesado una pérdida de igual valor, podía intentar entenderlos, porque no era fácil y cada quién combate el dolor de maneras distintas.

—Se deben eso al menos, sólo así podrán sanar sus heridas…—determinó, confiando en sus propias palabras.

Si de algo estaba segura era que entre ellos podrían ayudarse, porque al final eran dos perspectivas de una misma lucha.

—Así que—carraspeó con los puños sobre la mesa y una seguridad que Storm no se atrevería a refutar—, si para ayudarlos debo esperar otras tres semanas, entonces lo haré.

—A veces odio que seas tan empática y buena con las palabras—dijo Storm resignada, no había manera en que pudiera contradecirla de nuevo.

—¿Eso significa que también le darás una segunda oportunidad a Tyre?—se atrevió a preguntar, aprovechando su reciente victoria.

—Pfff, ni que tuviera tanta suerte—la negativa de Storm fue rápida y certera—. Se fue sin avisar hace tres años y volvió de la misma manera, no aceptaré su disculpa tan fácilmente—sentenció, apuntándola con un dedo acusador—. Así que en esto no lograrás persuadirme.

—Odín sabe que lo intenté…—suspiró Leily, ahora ella se había rendido.

Storm también cargaba sus propios problemas y sólo hasta que se sintiera lista podría resolver las cosas con Tyre, de eso estaba muy segura. Sólo esperaba que, al igual que Hiccup, no demorara mucho en decidirse, porque, aunque Ty debía demasiadas explicaciones, no podía darlas si las personas a su alrededor no estaban dispuestas a escucharlo.

Sólo esperaba no equivocarse, porque si no sus preguntas también se quedarían sin respuesta.

*O*O*O*

La puerta del departamento se abrió y cerró con rapidez, en medio del silencio los pasos de Tyre se hicieron presentes por el pasillo estrecho hasta llegar a donde la sala y cocina se abrían paso.

—Tyre, has vuelto—saludó su madre con una sonrisa desde la isla de la cocina, parecía estar pelando y picando verduras, pero Ty no quiso averiguar la razón.

—¿Dónde está Hiccup?—preguntó en su lugar.

Valka pareció dudar un momento antes de responder, sabía que había problemas entre sus hijos y no deseaba que la situación se complicara aún más, pero cuando vio la expresión de Tyre, supo que esos problemas pronto iban a terminar.

—En la habitación.

Con un asentimiento, Tyre se despidió de su madre y se dirigió rumbo a su nuevo destino. Se escucharon golpes y algunos gritos antes de que volviera a aparecer, esta vez cargando a Hiccup sobre su hombro.

—¡Mamá, dile que me baje!—exclamó Hiccup con frustración y una mueca infantil.

La castaña se guardó la risa, más allá de la divertida escena, le alegró saber que al menos uno de sus hijos estaba intentando solucionar el conflicto.

—Hiccup y yo saldremos un rato—anunció Tyre, llegando a la puerta de emergencias con un par de zancadas.

—¿Volverán para la cena?—preguntó Valka con la mayor naturalidad, como si aquella situación fuera lo más normal en sus vidas.

—Lo intentaremos—respondió antes de desaparecer tras la puerta.

Debido a la estructura y antigüedad del edificio, cada departamento contaba con una puerta secundaria conectada a unas escaleras de emergencias que bajaban hacia un callejón. Como los demás residentes no solían usar ese acceso, Tyre lo aprovechaba para pasar desapercibido cuando, irónicamente, salía a atender alguna emergencia y esta ocasión era una de esas veces.

—Bájame o gritaré—demandó Hiccup con verdadero enojo mientras llegaban al final de las escaleras.

—No lo harás—dijo Tyre con un suspiro para después cumplir su petición, bajándolo frente a un auto negro—. Entra—indicó abriendo la puerta del copiloto.

El castaño no tardó en reconocerlo, pues lucía exactamente igual a la última vez que lo vio. Ese auto, viejo y con una abolladura junto al escape, había sido un regalo de Gobber cuando ambos cumplieron dieciséis. Entre los tres lo habían reparado luego de que Gobber lo encontrara en un deposito de chatarra y, cuando al fin estuvo listo, él y su padre les enseñaron a conducirlo.

—¿No vas a entrar?—la voz de Tyre lo sacó de sus pensamientos.

Esta vez no dijo nada, pero su mirada fue suficiente respuesta para el azabache que, tras un suspiro, buscó la cartera en el bolsillo interno de su abrigo.

—¿Esto es suficiente para tu tranquilidad?—reclamó, mostrándole la licencia de conducir vigente y con su nombre.

—Ni un poco—respondió el castaño con una mueca, abriendo la puerta trasera del auto, ignorando el anterior ofrecimiento del azabache—. Que sea un viaje rápido.

Tyre suspiró por última vez, agotado antes de siquiera iniciar. Su hermano podía ser la persona más madura del mundo, pero también la más inmadura cuando se lo proponía.

—En realidad será un viaje largo—murmuró para sí mismo, acomodándose en el asiento del conductor para después poner el auto en marcha.

Se había propuesto arreglar las cosas con Hiccup y no volverían a casa hasta conseguirlo.


Y eso es todo por ahora :')

Seré honesta, el capítulo no está completo. Si sintieron el final muy abrupto, fue porque faltaron dos (o tres escenas más), pero considerando que ya eran trece páginas y tenía un año y medio sin actualizar, pues decidí dejarlo así. No es la primera vez que lo hago, así que no pasa nada.

¿Y por qué tardé tanto? En resumen: Tuve tres crisis personales, cuatro bloqueos creativos, borré y reescribí el capítulo dos o tres veces... Y cuando finalmente me estaba gustando... Perdí la mitad del capítulo :) Y pues tuve que escribirlo otra vez. No quedó exactamente como lo imaginé la primera vez, pero quedó bonito (o eso creo).

De cualquier forma este es más una introducción luego de un pequeño time skip, lo verdaderamente crítico ocurre en las escenas que faltaron, así que pueden esperar que el siguiente tenga un nivel de intensidad más alto.

Y les pido una enorme disculpa por hacerlos esperar, y también por el spam de notificaciones de las últimas horas xD Quise poner bonitos los demás capítulos con los nuevos banners, NO edité ni cambié nada de los capítulos (no tengo tiempo para escribir nuevos, menos para corregir los viejos u.u) pero sí es algo que haré algún día.

Listo, no me extenderé más.

A todos los que siguen aquí y leyeron hoy... MUCHAS GRACIAS.