VIII Como león enjaulado

Pasaron varios días desde el incidente del cojín. El saiyajin estaba bastante contento con su logro, ya que había vuelto a dormir sintiendo la calidez de su esposa junto a él, como antes.

Sin embargo, ocurrió un incidente a mitad de la noche.

Bulma sintió algunas molestias, que le hizo notar a su esposo de manera muy sutil…

- ¡Por un demonio!¡Vegeta despierta! – exclamó intentando acomodarse en la cama con una mano, mientras que, con la otra, zamarreaba el brazo de su esposo.

Vegeta abrió los ojos de golpe y volteó a verla, asustado.

- ¿Q-Qué pasa, Bulma?

Ella frunció

- Uyyyy… ¿Qué no te das cuenta?... ¡Nuestro bebé quiere nacer!

- ¿A-Ahora?- preguntó abriendo muy grandes sus ojos, sin saber que hacer.

-¿Que acaso estas sordo? ¡No te me quedes mirando así y has algo, maldita sea!

-P-pero… ¿qué quieres que haga? -titubeó, no muy seguro de su papel en el asunto.

Bulma rodó sus ojos al ver la confusión del saiyajin y exclamó con sus dientes como cuchillas, mientras lo tomaba por la camiseta, obligándolo a acercarse a su rostro.

- ¡Muévete de una vez y llama al maldito médico! – exclamó, empujándolo.

Vegeta se levantó, corrió al comunicador y presionando el botón ordenó

- ¡Necesito al matasanos en mi habitación! ¡AHORA! - soltó el botón del comunicador, sin esperar respuesta y volvió con Bulma, para intentar contenerla mientras llegaba la ayuda.

- ¿Qué hago ahora?

- ¡Piensa en algo, Vegeta! ¡No voy a resistir mucho!... – exclamó sujetando su vientre - Son muy seguidas…

- ¿D-de qué hablas?

- ¡No puedo estar explicándote todo en este estado!... UYYYYYYY

Vegeta, al ver que el médico no aparecía, comenzó a desesperarse. Por lo que tomó a su mujer en brazos y se dispuso a llevarla al ala médica. No iba a esperar a que los incompetentes decidieran aparecerse en su cuarto.

Cuando iban por la mitad del pasillo se encontraron con los paramédicos que traían la camilla.

-Perdona… - le dijo Bulma, sonrojada.

Vegeta la miró extrañado, pero al depositarla sobre la camilla lo comprendió. Su mujer se había orinado encima.

-Hmn… - hizo, observando sus desnudos pies mojados.

-No es solo eso… - llamó su atención Bulma - Es que creo que las contracciones se detuvieron… - agregó, con una gotita en su sien y sonriendo.

- ¿Cómo es eso posible?

-Supongo que fue una falsa alarma, je, je…

Vegeta entrecerró su mirada y les dijo a los paramédicos, extendiendo su mano en dirección al ala médica.

-¡Llévenla con el doctor!

- ¿Qué? ¡No es necesario? – intentó detenerlos su mujer – necesito asearme…

Vegeta se cruzó de bazos y comentó

-Eso tendrá que esperar…No voy a arriesgarme a otra escena de las tuyas…

Bulma cerró sus ojos y se rindió, después de todo estaba de acuerdo con Vegeta.

Luego de revisarla y hacerle un breve chequeo, el doctor les explicó que efectivamente había sido una falsa alarma, que eran contracciones de prueba y que eran totalmente normales. Pero por la condición de Bulma, estás solo indicaban que estaban muy cerca del parto, por lo que debían estar alerta.

El resto de la noche, Vegeta no pudo pegar un ojo. Al contrario de Bulma, que luego de darse una ducha, se había vuelto a dormir al instante.

La estuvo mirando durante horas, mientras descansaba su cabeza sobre su pecho. Le pareció que se veía más hermosa que nunca y que había sido un completo imbécil por perderse la mayor parte del embarazado anterior de su mujer. Pero ahora tenía la oportunidad de redimirse con ella, de demostrarle que pasara lo que pasara él no la abandonaría. Después de todo lo vivido juntos, era lo mínimo que podía hacer por ella, sentía que le debía todo y que él había hecho muy poco a cambio, tanto en esta dimensión como en la creada por su hijo del futuro cuando los visitó la primera vez.

Suspiró cansado y decidió levantarse. Sentía su pecho apretado, por lo que iría a entrenar un momento para relajarse un poco.

Ingresó a la cámara, pero dejó la compuerta abierta, para poder estar al pendiente del ki de su mujer. Se quitó la camiseta y se dispuso a hacer algunas lagartijas para entrar en calor. Luego de eso saltó la soga e hizo algo de acondicionamiento con las pesas, pero no dejaba de sentirse inquieto, por lo que dejó de lado lo que estaba haciendo y optó por tomar una ducha e ir a desayunar.

...

Mientras tanto, en la habitación del matrimonio, Bulma se desperezó y estiró su brazo, buscando el calor de Vegeta, pero enseguida abrió sus ojos al darse cuenta de que él ya había abandonado el lecho hace mucho.

- ¿Hum? ¿Habrá ido a entrenar con Gokú? – se preguntó, sentándose con dificultad – No… El pobre ha estado muy hogareño y paranoico desde que se enteró que nacería su segundo hijo… -enseguida se sonrojó llevando sus manos a sus mejillas - ¡Pasa al pendiente de mí! ¿Quién diría lo mucho que ha cambiado?... – enseguida se puso seria - Sin embargo, me da mucha pena verlo así… Ese no es el saiyajin del que me enamoré…

Se quedó pensativa unos momentos "Aunque es muy gratificante tener a un esposo tan preocupado, es probable que se enferme si no se ejercita, como cuando decidió dejar las peleas… debo encontrar la forma de que vuelva a ser el de siempre…"

Una idea llegó a su mente y enseguida exclamó

- ¡Lo tengo! ¡Llamaré a Milk para que envié a Gokú y así Vegeta podrá entrenar y distraerse un poco!

Se levantó con cuidado y se dispuso a empezar su día, con una enorme sonrisa en sus labios.

Cuando Vegeta llegó al casino, se encontró con su mujer, su hijo y el grupo de "sanguijuelas".

-Buenos días, papá

-Tenga usted muy buenos días, señor Vegeta- lo saludaron con educación Pilaf y su pandilla.

El solo gruñó en aceptación.

Bulma lo miró tomar asiento y lo saludó, con una sonrisa.

-Buenos días, cariño… dime ¿Dormiste algo anoche?

-Hmn… Si, algo… - mintió, mientras tomaba algo de la mesa para llevarlo a su boca

-Te ves tenso…

-No lo estoy…

-Pues a mí me parece que…

- ¡Que no!

-Como digas, je, je… - le dijo ella, con una gotita en su sien. Su esposo si estaba tenso y ella sabía que era por lo del bebé. Por lo que prefirió cambiar de tema y volteó a ver a Trunks – Pronto nacerá el bebé así que necesito que me ayudes con su habitación…

A Vegeta se le apretó el estómago de solo escuchar esa última frase.

- ¿Pronto? – preguntó el niño.

-Sí, el doctor nos dijo que puede ser en cualquier momento… Así que tampoco quiero que salgas a hacer travesuras.

-Está bien, mamá… - dijo algo desanimado.

-Vamos no pongas esa cara… - le animó su madre - Puedes entretenerte con los niños…

Pilaf y Shu pusieron cara de horror.

-Supongo… - respondió Trunks, escarbando con desgano su cereal.

Bulma al ver el desánimo de su pequeño, pensó que sería una buena idea invitar también a Goten. Así su hijo estaría entretenido mientras esperaban el momento del parto.

- ¿Qué te parece si invito a Goten a quedarse unos días?

- ¿En serio mamá?– dijo su hijo, mirándola con esperanza, pero esta desapareció enseguida al recordar algo – No creo que pueda…

- ¿Qué ocurre? ¿acaso está castigado? – preguntó Vegeta de manera brusca.

-No es eso… - respondió Trunks, haciendo un mohín con sus labios - es que su mamá lo tiene estudiando todo el día… ¡Quiere que sea como Gohan!

Bulma se sonrió. Sabía perfectamente a lo que se refería su hijo.

-Mmm… Comprendo… Bueno, veremos qué puedo hacer – le comentó cerrándole un ojo.

Trunks le sonrió de vuelta a su mamá. Ella era la única que podía convencer a la madre de su amigo. Así que se puso feliz y continuó con su desayuno

-Señora, Bulma… - llamó su atención la niña del grupo - ¿Su bebé nacerá muy pronto?

-Oh, así es Mai… Podría ser en cualquier momento…

Vegeta sintió que su estómago se contraía nuevamente.

-Debería hacer ejercicios para que se ponga en posición – le recomendó la pequeña.

- ¿De que hablas?

-Me refiero a que haciendo ejercicio durante los últimos días de embarazo se tienen bebés de manera más fácil y menos dolorosa…

- ¿Es en serio? ¡Eso suena fabuloso!

-Si… - le respondió, para luego dar énfasis con un dedo en alto - es que nos hemos instruido en todo lo que tiene que ver con bebés para poder ser de ayuda cuando llegue el suyo…

- ¡Oh! ¡Eres muy amable, linda!– exclamo Bulma radiante - Les agradezco a los tres.

La niña no pudo evitar sonreírse, por el cumplido de la mujer, mientras Trunks sintió su rostro sonrojarse al ver a Mai con tan hermosa sonrisa.

Vegeta solo los miró y frunció. No le hacía nada de gracia que su mujer estuviera esforzándose cuando el médico le había dicho claramente que tenía que hacer reposo. Sin embargo, al ver a Bulma tan contenta, decidió cerrar la boca y tragarse su comentario. No quería iniciar una discusión con ella en su estado.

Luego del desayuno, Bulma se dirigió a su oficina a revisar unos papeles. Quería dejar lo más posible adelantado, ya que después estaría muy ocupada con su bebé.

Una vez hubo terminado, miró el teléfono e iba a cogerlo para llamar a Milk cuando su asistente la llamó por el comunicador

-Señora, Bulma. Tiene una llamada.

- ¿Quién es?

-Es la señora Son.

-Pásamela.

Tomó el auricular y habló

-Hola, Milk. ¡Tanto tiempo!… estaba por llamarte.

- ¿En serio? ¿Cómo estás, Bulma?

-Muy bien… De hecho, te daré una noticia que te sorprenderá…

- ¿De qué se trata?

-Voy a tener un bebé

- ¡¿Qué?! ¿Estás embarazada? ¿De cuánto?

-Oh, nacerá en cualquier momento…

- ¡Felicidades! Pero ¿Por qué no me lo dijiste antes?

-Bueno… Tu sabes que me gusta darles la sorpresa en persona… Pero sabiendo que no vendrán a verme…

-No seas así… Oh, ¡Casi lo olvido! Te llamé porque puede que Gokú y Goten estén en camino hacia allá…

- ¡Qué casualidad! – exclamó Bulma - Te iba a llamar para pedirle a Gokú que viniera a buscar a Vegeta… Ha estado tan difícil desde que se enteró que sería padre nuevamente…

-Por mí no hay problema… Pero si Gokú piensa en ir con él a entrenar donde ese tal dios de la destrucción, por favor retén a Goten. Él aún no termina sus lecciones de hoy y Gokú planea llevárselo con él…

-Está bien… Pero, Milk… ¿Por qué no se vienen a quedar tú y Goten unos días? Así me acompañan a mí y a Trunks.

-Es una excelente idea… Pero Goten debe terminar sus lecciones de hoy primero… Te veo más tarde.

-De acuerdo… Adiós.

Colgó el teléfono y decidió ir de vuelta a la casa. Si Gokú y Goten venían en camino, llegarían en cualquier momento.

A esa misma hora, Vegeta se paseaba nervioso por el jardín, cerca de la alberca. "Puede nacer en cualquier momento" pensaba, recordando las palabras del médico "Mi hija… Una princesa saiyajin, como nunca hubo una en la historia de nuestra poderosa raza…" Se cruzo de brazos y una media sonrisa adornó sus labios, sin embargo, sacudió su cabeza, recobrando la compostura "Hmn… Bulma aún está en la oficina… ¡es una maldita terca!... Sabe que debe estar descansando y aun así se lleva todo el día paseando… Argg ¡Solo se pone en riesgo a ella y nuestra hija!"

Continuó con su paseo, poniendo atención única y exclusivamente al ki de su mujer y de su hija. Para soltar un poco de tensión, tronó su cuello y apretó sus puños delante de él. Pero al soltarlos, su vista se posó en sus brazos, donde permanecían unas leves cicatrices. Recordatorio de los arañazos que le había hecho uno de los guepardos-mascotas de sus suegros. Volvió a cruzarse de brazos y sonrió nuevamente, recordando la anécdota que le había devuelto a su esposa en el lecho.

Flash Back

Esa tarde, después de la cena, fue en busca de Tama, para utilizarlo en el maléfico plan de recuperar a su mujer. Sin embargo, el gato estaba muy viejo y cansado para cooperar. Por lo que tuvo que modificar levemente su estrategia. Había sido una labor titánica. Primero debió conseguir que el animal comiese carne seca, que le había llevado a escondidas y luego de eso, debió esperar pacientemente a que bebiera suficiente agua. Una vez estuvo listo, voló a su alcoba en busca del trapo, intentando pasar desapercibido por los demás integrantes de la casa. Volvió después donde el animal y lo azuzó con el cojín, logrando que lo arañara, para después dejarlo inconsciente, consiguiendo su objetivo de arruinar el trapo completamente.

Fin Flash Back

Sacudió su cabeza, alejando los recuerdos y continuó con su actual preocupación. "Al fin decidió volver a la casa… Argg… ¿Por qué no se puede estar quieta un maldito segundo?… Si sigue así, no tendré más opción que amarrarla a una silla". Sonrió de nuevo, imaginando a su mujer atada. Pero de inmediato volvió a fruncir "¡Demonios! No estoy de humor para malditas sorpresas… Si algo llega a salir mal, voy a restregárselo en la cara lo que me queda de vida… ¡Es una inconsciente!"

Su paseo fue interrumpido por la voz de su coterráneo.

- ¡Hola, Vegeta!

Vegeta se sobresaltó, pues estaba tan ensimismado en lo suyo que no se había percatado del ki del hombre.

- ¡K-Kakaroto!

Gokú le sonrió y se llevó la mano a su nuca en señal de disculpa por haberlo sorprendido.

- ¡Tsk! –hizo Vegeta intentando ignorarlo. Giró sobre sus talones y caminó hacia la pagoda que su suegra había hecho instalar junto a la alberca, luego de él destruyera la anterior hace años.

Gokú no se dio por aludido y lo siguió.

- ¿Qué mierda quieres?

-Je, je… ¡Voy a ir a entrenar en el planeta de Bills!... ¿Quieres venir?

-Mhn… Esta vez no iré...

- ¿Eh?... – hizo extrañado el de mechas necias - ¿Y eso por qué?

Vegeta volteó a verlo molesto.

- ¿Cómo que por qué? ¿Acaso no viste a Bulma?Está por dar a luz.

Gokú levantó una ceja, incrédulo y le respondió.

-Si, pero ella es quien tendrá el bebé, no tú.

- ¡Imbécil! Si me voy justo ahora no me lo perdonará jamás.

-Pero no creo que a ella eso le moleste… ¡Vamos, Vegeta! Yo no estuve cuando nació Goten y Milk me sigue tratando igual…

Una vena apareció en la sien de Vegeta. La mente del otro guerrero era un verdadero enigma para él.

-Eso es porque eres un idiota…Pero, aun así, no pienso moverme de aquí.

Gokú no pudo evitar exclamar

-Eres un aguafiestas, Vegeta…

- ¡Cállate!

Una luz apareció ante ellos. Era Whis quien los saludó apenas tocó suelo.

-Saludos, señores.

-Whis, hola – lo saludo Gokú.

-Tanto tiempo sin vernos… ¿Están listos?

-Yo sí…- respondió Gokú, agregando luego con desgano – Pero Vegeta insiste en quedarse…

- ¡Oh! – exclamó sorprendido Whis - Y eso ¿Por qué sería?

Vegeta cerró sus ojos y respondió

-Hmn… Mi bebé está a punto de nacer…

El ángel ahora se espantó

- ¡¿Usted dará a luz?!

- ¡Yo no! - exclamó molesto Vegeta, indicándoles con su barbilla hacia su esposa -Es Bulma quién tendrá a nuestro bebé…

El ángel y Gokú voltearon a ver a la mujer, que en ese momento estaba en la terraza con los niños.

- ¡Oh! Entonces ¡Muchas Felicidades, Vegeta!... – exclamó Whis, comentando enseguida -Pero entonces si es ella la que tendrá el bebé ¿Porqué no puede ir usted?

Vegeta sintió que sus orejas y rostro enrojecía "Argg… No puedo admitir ante ellos que ella me preocupa… ¡Maldita sea! ¿por qué Kakaroto tenía que venir justo ahora e invitar a este tipo?"

Les dio la espalda ocultando su rostro de ellos para responder

-Yo… N-no puedo alejarme de su lado…

-Comprendo… - dijo Whis algo desanimado, para luego encogerse de hombros y agregar – Haga como quiera…¿Nos vamos Gokú?

-Sí…- le respondió, para luego dirigirse a su amigo - Oye, Vegeta. Después no te quejes si soy el más fuerte

-Tsk…" estúpido"…Ya veremos, Kakaroto…

El ángel y el más joven de los hombres se marcharon, luego de que este verificara que estaba el presente para Bills.

Vegeta alzó su vista para verlos alejarse y suspiró con alivio. "Puede que sea una buena oportunidad de entrenar, sin embargo, ese tal Whis no tiene mucho más que enseñarnos. Solo nos somete a entrenamientos sin sentido… De todos modos, tengo cosas más importantes que hacer por ahora. Ya habrá tiempo para eso después..."

Se giró y volteó su vista hacia la terraza. Allí estaba ella, tan linda como siempre. Decidió acompañarla un momento, para saber si sentía alguna molestia o algo que le indicara que había llegado el momento que tanto esperaba.

Bulma se sorprendió al ver a su esposo tomar asiento frente a ella en la mesa.

-¡Vegeta!

- ¿Qué?

- ¿Por qué no fuiste con Gokú a entrenar?

Vegeta se cruzó de brazos y se reclinó en la silla.

-No tenía ganas…

Bulma lo miró extrañada.

-¿? ¿Te encuentras bien?

- ¿Por qué me miras así? – preguntó él, mirándola a los ojos.

- ¿Estás seguro de que no hay otro motivo? – preguntó inquisitivamente su mujer.

-No – respondió, volteando a ver su hijo, que se estaba moliendo a golpes con el menor de su ene-a-migo. Luego agregó – Simplemente estoy harto del entrenamiento de Whis… Siempre es lo mismo.

Bulma al ver a su esposo, ocultando sus verdaderos motivos, sonrió y también volteó a ver a los niños. Su plan de sacarlo de su estado de ansiedad no había resultado, por lo que debía encontrar la forma de adelantar su trabajo de parto para que todo volviera a la normalidad. Inmediatamente recordó lo que Mai le había dicho, por lo que se puso de pie y le dijo a Vegeta, llamando su atención.

-Voy a ir a ver qué está haciendo ahora ese trío… Han estado muy silenciosos desde hace un rato.

Le dio un sorpresivo beso en la frente a su esposo y se marchó al interior de la propiedad, mientras Vegeta la veía alejarse"¿Hum? Conozco perfectamente bien esa mirada… ¿Qué demonios está tramando ahora?"

Iba a levantarse para seguirla, sin embargo, una explosión lo hizo voltear hacia los niños. Se puso de pie y apretó sus puños, mientras cerraba sus ojos intentando contener su ira "Malditos chiquillos… ¿Cuántas veces debo repetirles que no pueden hacer destrozos en la propiedad?"

Levitó hacia donde estaban y comenzó a gritarlos

- ¡¿Cómo mierda se los hago entender?!

Los niños lo miraron asustados, sin comprender mucho a que se refería el hombre.

- ¿Qué no dirán nada en su defensa? ¡Les he dicho hasta el cansancio que midan las descargas de energía cuando practiquen en la casa!… ¡Trunks! ¡Goten! ¡Van a trabajar ahora mismo en cómo controlar sus ataques en lugares estrechos!

- ¿Nos lo vas a enseñar, papá?

- ¡Tú ya deberías saberlo, Trunks! – le regaño dándole una mirada severa – Ahora estoy ocupado, por lo que tú le enseñarás a Goten… y los estaré vigilando… ¡No quiero más explosiones en la casa! ¡Mucho menos cuando tu madre está a punto de dar a luz!

Los pequeños bajaron la mirada avergonzados por su falta de tino. Pero enseguida Vegeta los "animó"

- ¿A qué están esperando?

-N-nada…

-Ya vamos, señor Vegeta…

Los niños volvieron a tomar su pose de pelea y Vegeta comenzó a alejarse, retornando a sus preocupaciones.

-Tu papá está muy raro… - comentó Goten

-Si… - le respondió Trunks, viendo hacia su padre - Además, dice que está ocupado, pero no lo veo hacer nada…

La vena de la sien de Vegeta se marcó.

- ¡Dejen de estar perdiendo el tiempo! – volteó a gritarles.

Ambos niños tragaron duro y se dispusieron a continuar con su juego.

- ¿Estás listo Goten?

- ¡Sip!

"Así está mejor" pensó Vegeta mientras se recostaba en un árbol cercano, vigilando ahora el ki de su mujer y de los niños, para que no sobrepasaran el límite permitido en la casa. Pero de un momento a otro sintió que su mujer se movía dentro de la propiedad y que se dirigía hacia un lugar que era sagrado para él "¡¿Qué acaso se volvió loca?!"

Estaba indeciso entre ir o no a encarar a Bulma, puesto que no deseaba discutir con ella, cuando apareció nuevamente Gokú frente a él.

Vegeta no esperó a que hablara siquiera y le dijo

- ¿En qué idioma debo decírtelo?... ¡No iré a ninguna parte!

-De acuerdo… No tienes que repetirlo, Vegeta… - respondió Gokú, llevándose una mano a su nuca - Lo que ocurre es que Zeno-chan quiere hacer un torneo de demostración…

Vegeta cerró sus ojos y le respondió

-Hmn… No sé a que te refieres con eso… - enseguida volvió a mirarlo y agregó - Pero ¿porque no llevas a tu hijo?

-Mmm… - hizo Gokú, mirando a su hijo menor, mientras se cruzaba de brazos – No lo sé… Goten y Trunks aún no están listos para este tipo de cosas.

-Tsk… - hizo Vegeta, pues él se refería al mayor de los hijos de su interlocutor.

Prefirió ignorarlo, pero repentinamente el otro exclamó

-Oye, me acabas de dar una buena idea… ¡Invitaré a Gohan! – llevó dos dedos a su frente y agregó, antes de desvanecerse – Gracias, Vegeta.

-Mhn… - hizo él en respuesta, desviando su mirada "Espero que se entretenga lo bastante para dejar de importunarme… Mejor iré a ver de una vez que está haciendo Bulma. Estoy seguro de que algo trama…"

Se puso en marcha hacia el interior de la propiedad, aunque alzó la vista para ver llegar un vehículo. Supuso que se trataba de la mujer de Kakaroto, pues recordaba que Bulma había dicho algo de que la llamaría y siempre que invitaban a Goten, su madre aparecía para llevárselo.

Los niños vieron llegar un vehículo y Goten exclamó

-Es mi mamá… seguramente viene a buscarme para ir a estudiar

- ¡Debemos escondernos! – sugirió Trunks

Sin embargo, no alcanzaron a despegar cuando oyeron a sus espaldas.

- ¡Goten!¿A dónde crees que vas jovencito?

Los niños se quedaron congelados en su lugar un momento y luego voltearon a ver a la mujer que había descendido al lado de ellos.

- ¡Mamá!

-H-hola, señora Milk…

-Hola, Trunks… Oye ¿Y tú mamá? ¿Dónde está?

-Ella… este… creo que está preparándose para la llegada de mi hermanito…

- ¡¿Qué ya saben que será?! – exclamó exaltada Milk.

-No… - respondió Trunks - pero está haciendo unos ejercicios para que nazca pronto…

- ¡Oh! ¡Entonces eso será en cualquier momento!... – luego se llevó las manos a su rostro - ¡Debo preparar un banquete de bienvenida! – miró a Goten y agregó – Goten ¿Tu padre dónde está?

-Se fue con el señor Whis, mamá.

Milk lo miró extrañadísima

-¿? Pero, me pareció ver a Vegeta…

Trunks le explicó enseguida

-Oh, es que mi papá no fue…

- ¿No?

-No. Él dice que está ocupado… - comentó el peli-lila llevándose las manos a la nuca.

- ¿Ocupado?

-Si… - dijo, para luego agregar - Aunque no ha hecho nada en todo el día…

Milk se extrañó. Pero luego de pensarlo un segundo, llegó a la conclusión de que Vegeta estaba preocupado por la situación de su esposa.

-Mmm… - hizo para después agregar, compasiva - Supongo que el pobrecito debe estar ansioso…

- ¿ansioso? – preguntaron al unísono los niños.

-Si… significa que quiere algo con muchas ganas… Mejor vayan a avisarle a Bulma que ya llegué… Mientras, me pondré a cocinar. Un banquete de bienvenida requiere mucha comida…

Los niños obedecieron felices, pues les encantaba la comida que preparaba la señora.

Bulma y el equipo de Pilaf estaban efectivamente dentro de la cámara de gravedad. Ella les había comentado que quería adelantar el parto, ya que su bebé parecía que no quería moverse de donde estaba, a lo que los chicos habían respondido con entusiasmo diciéndole que la ayudarían de inmediato con su problema. Por lo que le llevaron unos balones de goma y comenzaron con los ejercicios prenatales.

- ¡A la cuenta de tres repetimos! – exclamó Pilaf - Uno, dos, tres…

Todos comenzaron a rebotar suavemente mientras cantaban una pegajosa melodía.

"Pom-pom-pom… ¡Al bebé hay que sacar!… pom-pom-pom… ¡No queremos esperar!"

Contaron hasta veinte y cambiaron de ejercicio.

- ¡Ahora las manos al cielo y a mover las caderas! – gritó Pilaf haciendo un movimiento coqueto sobre el balón.

-Ja, ja, ja – rio Bulma - ¡esto es muy divertido!

En eso estaban cuando Vegeta se asomó a la puerta. Inmediatamente su cara cambio a una de horror

- ¡Bulma! – exclamó, llamando la atención de su mujer.

-Hola, Vegeta… Estamos haciendo ejercicios para el bebé – le respondió de lo más tranquila y sonriente, volteando a verlo.

-Tsk… ¿Tenías que ocupar la cámara?

-No te enojes… Pensé que no te molestaría, ya que hace mucho tiempo que no la usas…

¡Gracias por dejarnos usarla!

- ¡Hmp!… ¡Por tu culpa me oxidaré!

-Señora Bulma…- la llamó Mai - ¡Continuemos! Uno, dos, tres…

La mujer levantó sus brazos, imitando a los niños, y comenzó a menearse sobre el balón.

"Pom-pom-pom… ¡Al bebé hay que sacar!… pom-pom-pom… ¡No queremos esperar!"

Vegeta no pudo evitar que su vista bajase a las caderas de su mujer, sintiendo cierto calor invadirlo. Pero no era momento de pensar en esas cosas, a él le parecía que era una tontería que su mujer se estuviese moviendo tanto, contradiciendo las órdenes del médico.

Se quedó por largos minutos viéndolos ejercitarse, pero cada vez se iba poniendo más ansioso. Además, la cancioncita ya se le estaba quedando grabada en su mente.

-Tsk… ¿Realmente le hará bien hacer tanto ejercicio? – murmuró para si mismo, sin darse cuenta de que su hijo y su amiguito estaban parados a su lado.

-Mamá lo hace porque se preocupa.

-Yo tam… – iba a responder, pero se dio cuenta de que estuvo a punto de admitir que estaba preocupado por el estado de Bulma, por lo que retomó su seriedad y prefirió guardar silencio, frunciendo profundamente.

-Mai dijo que esos ejercicios le hacían bien… - comentó Goten, mirando después al príncipe mayor - Yo también estoy ansioso de que nazca pronto el bebé

- ¡¿Qué?! – exclamó el hombre, que no pudo evitar pensar que ese comentario iba dirigido hacia él, por lo que prefirió abandonar el lugar, para no ponerse más en evidencia.

- Yo no estoy a la espera del bebé… - comentó avanzando por el pasillo - Solo estoy aquí porque Bulma me lo pidió…

Los niños lo miraron extrañados, pues ellos pensaban que si estaba ansioso por el nacimiento, además sabían que Bulma había intentado mandarlo a entrenar.

- ¿A dónde vas, papá?

-Mhn… Iré a entrenar… cerca.

- ¡Yo también quiero ir! – exclamó sonriente el peli-lila

- ¡Y yo!

Vegeta volteó, dándoles una mirada asesina. Lo que menos quería en ese momento era compañía.

- ¡No irán! – exclamó para después agregar más suave – Trunks ¿acaso tu madre no te encargó que alistaras el cuarto del bebé?

Trunks sonrió

- ¡Es cierto! ¡Vamos Goten!

Los pequeños desaparecieron por el lado contrario del pasillo.

-Hmn… Será mejor pensar en un nombre… Uno que vaya de acuerdo con su estirpe saiyajin… - comentó para sí mismo, mientras avanzaba por el pasillo con la clara intención de perderse del escrutinio de cualquiera. No tenía ni el ánimo ni las ganas de entrenar, estaba demasiado nervioso e intentar ocultarlo ya lo tenía exhausto.

"Lo adecuado es elegir un nombre que simbolice todo el poder de nuestra raza… Después de todo Bulma eligió el nombre de Trunks. Ahora es mi turno…"

Continuará…