IX ¡Vuelve a mí!

Vegeta avanzaba por el pasillo, con rumbo hacia el exterior de la propiedad, cuando su ceño se frunció al encontrarse con Milk.

-Vegeta ¡Felicidades!

-Hmn… - hizo él, intentando pasarla de largo.

Pero la mujer, aparte de mirarlo extrañada, insistió

-Oye ¿Dónde está Bulma? ¡Quisiera felicitarla también!

-En la cámara de gravedad – le respondió, sin siquiera mirarla, continuando con su avance.

- ¡¿Qué?! ¿Acaso está ejercitándose?

Vegeta se volteó, algo sorprendido, pues parecía que a Milk no le había agradado tampoco que Bulma estuviese haciendo esfuerzos. Enseguida se cruzó de brazos y retomando su actitud de siempre, le preguntó, entrecerrando su mirada.

- ¿Por qué lo preguntas?

-Oh, porque solo significa que está intentando adelantar el parto…

- ¿Hmp? ¿Adelantarlo? – preguntó él, tragando duro.

-Sí – respondió la mujer levantando uno de sus dedos, para dar énfasis – Los médicos lo recomiendan… ¿Qué no lo sabías, Vegeta?

- ¡Por supuesto que no lo sabía! – respondió molesto, volviendo a su actitud de siempre – El momento de su alumbramiento me tiene sin cuidado – agregó, mientras cerraba sus ojos y se alejaba nuevamente.

Milk lo miró extrañadísima, mientras ladeaba su cabeza, pero enseguida recordó a lo que había bajado, por lo que prefirió darlo por su lado, dirigiéndose hacia donde estaba la esposa del saiyajin.

Cuando llegó a la cámara encontró a Bulma aun realizando sus ejercicios

"Pom-pom-pom… ¡Al bebé hay que sacar!… pom-pom-pom… ¡No queremos esperar!"

- ¡Felicidades por tu embarazo! – Saludó, apenas cruzó la entrada - ¡estás enorme!

Bulma se giró y la saludo sin dejar de dar pequeños brincos sobre el balón

-Hola, Milk ¡Qué bueno que llegaste! … Dame unos minutos y te atiendo en seguida…

- ¡Oh! No te preocupes por eso, Bulma… Ya dejé preparándose algunas cosas en la cocina, porque si tu bebé está por nacer, lo mejor es recibirlo con un banquete y seguramente vendrán muchas personas a conocerlo.

La peli azul le sonrió y volteando a ver a la pandilla de Pilaf, les dijo

-Suficiente, muchachos… Les agradezco, pero ahora debo atender a las visitas… y a buscar algo de beber.

-No tiene porque hacerlo usted – le dijo Pilaf – para eso estamos nosotros.

-Bulma, ¿Cómo se te ocurre? – intervino Milk - Yo misma puedo ir a buscarte algo, ya que de todas formas debo ir a ver lo que dejé preparándose… Es bueno hacer ejercicio, pero con esa enorme barriga debes tener cuidado y sobre todo alimentarte muy bien.

-Son todos muy amables… - comentó Bulma - Tienes razón. Lo mejor será ir a descansar un momento.

La condujeron hacia una sala en el segundo piso y allí, se instalaron los niños a hacerle compañía mientras volvía Milk.

Vegeta ahora deambulaba por el sector de los laboratorios. Ese día, si lo pensaba, había recorrido más de veinte kilómetros dentro de la propiedad. Pero no podía evitarlo, ya que, cada minuto que pasaba se iba sintiendo más ansioso. "Hmn, "Xivasa" no es un mal nombre… Aunque "Sicali" no se queda atrás…" Llegó frente a donde estaban los elevadores, continuando con sus pensamientos "Por lo menos Bulma dejó de moverse… ya era hora… No he oído ningún grito y su energía se mantiene estable aun…"

Ingresó a un elevador y se dirigió nuevamente a la propiedad."¿Nacerá hoy o piensa tardarse unos días más?" Presionó un botón del panel y volvió a cruzarse de brazos mientras observaba la puerta cerrarse delante de él, soltando un bufido "No creo poder soportarlo… ¡Demonios! Si sigo así me volveré loco…" Efectivamente, hace solo un momento había detectado a muchas personas en su hogar"¿Hum?" pensó mirando los números pasar en la pantalla "Me estoy volviendo paranoico… he estado sintiendo muchas presencias en la propiedad y eso es imposible, puesto que Kakaroto aún debe estar en ese estúpido torneo... Además, se supone que llevaría a su hijo" entrecerró su mirada "No puedo estar equivocado ¡Ese inútil ya está de vuelta!… ¿Pero qué mierda hace nuevamente en mi casa?" Apretó sus puños "Supongo que le contó a todo el que encontró a su paso del nacimiento de mi hija ¡Es un maldito inoportuno boca floja!"

Llegó al segundo nivel de su hogar y saliendo del elevador tomó de inmediato rumbo a la terraza, para averiguar si estaba en lo correcto en sus deducciones "Lo mejor será ignorarlos y poner atención a lo que hablen. No sé a qué se refería con ese tal torneo de demostración… ¿Debí haber ido? (¡Tsk!)…Seguramente era una idiotez…De todas formas, aún tengo que decidirme por un buen nombre para mi hija…"

Salió a la terraza e inmediatamente frunció "Argg… ese estúpido de Kakaroto no pudo mantener su maldita bocota cerrada… ¡Ahora trajo a todo el grupo de idiotas!"

Avanzó sin prestarle atención a ninguno de los auto-invitados, permaneciendo de brazos cruzados, dirigiéndose al barandal.

"Veamos que trama… Aunque supongo que vienen por lo del bebé…"

- Hmn… Echalott… no suena nada mal… - murmuró, mientras caminaba, fingiendo que no había notado a los visitantes.

-Hey, Vegeta… - Lo saludo Gokú.

El hombre volteó a verlo

- ¿Ya estás de vuelta?- le preguntó de manera despectiva, haciéndole notar que no le agradaba para nada la idea de tenerlo en su casa.

-Vamos, No te pongas así… Te tengo buenas noticias… ¡Podrás enfrentarte a tipos muy fuertes de todos los universos en un súper torneo del poder! A Toppo del universo onceno supe si lo podía vencer ni estando transformado en súper saiyajin azul…

Vegeta volteó a verlo sorprendido

- ¡¿Qué?! ¿Ni siquiera en azul?

-Así es… - respondió Gokú, muy excitado - Además, lo haremos todos a la vez ¡Los ochenta peleadores!

Ahora la sorpresa de Vegeta fue mayúscula "¿De qué mierda está hablando este imbécil?

Gohan se acercó a los hombres y comentó, aclarando un poco la disparatada historia de su padre

-A lo que se refiere es a que el Zeno-Sama organizó un torneo y en él se enfrentaran diez guerreros de ocho universos, todos a la vez y ganará el universo del que quede un guerrero…

- Dices ¿que ochenta a la vez?… Entonces será una "Batalla Real" – "Hmn… Si mal no recuerdo, así se elegía a la consorte del rey en Vegetasei en la antigüedad…"

-Se llevará a cabo pasado mañana, Vegeta – intervino Whis, sacándolo de sus recuerdos.

Vegeta ni lo pensó para responder

-No cuenten conmigo.

Todos se sorprendieron.

-Debo esperar a que nazca mi descendiente… - aclaró.

-Pero, Vegeta… ¿Qué no escuchaste? ¡Podrás pelear con los guerreros más fuertes de todos los Universos! – Lo intento de convencer Gokú.

-Tiene que acompañarnos, señor Vegeta – trato también Gohan.

Vegeta volteó a ver a su ami-rival

-Me parece muy extraño que me estés invitando precisamente tú… ¿Cuál es tu motivación? ¿No se supone que deberías de estar feliz de que no participe ya que así te podrás enfrentar más libremente a todos esos fuertes contrincantes?

-Si, es verdad…. Pero…- intentó rebatir Gokú, sin conseguir encontrar un argumento que no develara la finalidad de dicho torneo.

Bills que estaba de los nervios, decidió intervenir

- ¡Deja de decir estupideces! ¡Pelearas! ¿Me oíste? ¡Es una orden!

Vegeta, sin voltear si quiera a ver al dios, comentó

-Pues si tanto les interesa que vaya ¡Deberán encontrar la forma de que el bebé nazca antes!- cerró sus ojos y agregó - De lo contrario… ¡No pienso moverme de aquí!

Todos pusieron cara de horror, ya que Vegeta les estaba pidiendo un imposible. Bills miró a Whis, con algo de temor, y éste, soltando un suspiro, dijo

-Está bien… lo haré…

Ahora fue Vegeta el que se espantó y miró al ángel, apenas atreviéndose a preguntar

- ¿S-se puede hacer eso?

Whis le sonrió

-Por supuesto… es una de mis habilidades… pero solo está reservada para los inmortales, es decir, ayudar a venir al mundo a otros seres superiores… pero como se trata de una emergencia…

Gokú sonrió y miró a Vegeta expectante, al igual que los demás. Éste, algo indeciso, respondió

-De acuerdo… Háganlo.

Así que todos emprendieron la marcha, hacia donde se encontraba Bulma.

El grupo avanzaba por los pasillos casi a empujones, ya que no eran tan amplios para que todos avanzaran al mismo tiempo, sin embargo, apenas llegaron a la habitación donde se encontraba la mujer, decidieron dejar pasar solo a Whis.

Dentro estaba Milk y la pandilla de Pilaf

- ¡Qué bueno que te decidiste a descansar! Esa barriga esta que revienta…

-Ni me lo menciones y muchas gracias por preocuparte… – le respondió la peliazul.

Ambas mujeres voltearon al verse observadas.

-Disculpen la interrupción – dijo el ángel, entrando con propiedad.

- ¡Whis! ¿Qué haces aquí? – preguntó Bulma

-No puede entrar sin permiso… ¿No ve que estamos en una situación delicada?

-Por lo mismo vine… - comentó Whis, acercándose un poco más y observando atentamente el vientre abultado de Bulma, agregó – Veamos…

- ¿Q-Qué haces? – lo interrogó Bulma, algo asustada.

Los demás miraban atentos desde la puerta, semi ocultos.

Whis sin decir nada, aproximó su báculo a la barriga de Bulma y comenzó a concentrarse, mientras en su mente recitaba un antiguo mantra, conocido solo por los ángeles. Su báculo comenzó a brillar con intensidad, mientras algunas gotas de sudor perlaban su frente. Bulma no entendía lo que ocurría, mientras Vegeta abrió su boca en sorpresa "¡No puedo creer que realmente vaya a hacerlo!"

La habitación se iluminó por completo, encegueciendo momentáneamente a los presentes y entonces ocurrió. Se oyó un llanto y al desvanecerse la luz, descendió en los brazos de Bulma un pequeño bulto, envuelto en una delicada tela verde claro.

- ¿E-es mi bebé'? – preguntó Bulma, aun no convencida, pero enseguida sonrió y le dijo a su pequeña – Ya, ya… todo está bien…

Al instante la bebita se durmió plácidamente en los brazos de su madre.

- ¡OH! ¡Es sorprendente! – exclamó Milk.

Whis se sonrió y miró a Vegeta, que aún estaba choqueado por lo que acababa de ver

-Bien. Ahora podrá acompañarnos, Vegeta….

Bulma miró a Whis y le dio las gracias

- ¡Muchas gracias, Whis! De esta forma no dolió nada… Creo que te llamaré si es que tenemos otro bebé…

Vegeta al oír a su mujer, solo tragó duro y puso cara de circunstancia. No es que le molestara realmente, pero después de lo complicado que había resultado este embarazo, estaba seguro de que él no podría resistir otro y, así y todo, su mujer ya estaba evaluándolo, sabiendo lo riesgoso que podía ser. Pero algo lo distrajo de sus pensamientos. Míster Satán comentó algo de si la Tierra seguía existiendo. Vegeta lo miró extrañado "¿De que está hablando este tipo?

Gohan decidió intervenir

-Este… no dijo nada… – le explicó a Vegeta, mientras tapaba la bocota de su suegro y miraba nervioso al saiyajin mayor, agregando - ¡Muchas felicidades, señor Vegeta!... Lo mejor será ir a avisarles a los niños – comentó yéndose del umbral de la puerta.

Vegeta no muy convencido lo miró un momento, pero su atención volvió a su mujer, que tenía a su hija en brazos.

Era una escena realmente conmovedora.

El hombre se quedó como hipnotizado por unos minutos "Al fin puedo ver a mi hija… y Bulma luce tan feliz… Nuevamente me inunda ese extraño sentimiento… Definitivamente ser padre es lo mejor que me pudo haber pasado… Sin embargo, no deja de preocuparme ese estúpido comentario que hizo ese imbécil. Debió ser solo un disparate, pero en cierta forma me hace pensar en que ahora tengo aún más motivos para volverme más fuerte. No quiero perder a mi familia…. Ellos son lo más importante… para mí"

Bulma volteó a verlo y le sonrió, lo que hizo que Vegeta se sonrojara, incómodo. Enseguida dio media vuelta y decidió retirarse. Ya después de que se fueran las visitas tendría tiempo a solas con su familia y podría sentirse al fin en paz.

Bulma al ver que su esposo se marchaba, decidió seguirlo. Ya que, además, tenía en mente presentarle su bebé a sus padres y amigos en algún lugar menos incómodo que esa pequeña habitación.

Gokú y los demás, la acompañaron a la terraza. Allí estaban ya los señores Brief, impacientes por conocer a su nieta.

-Así que este es el nuevo hijo de Vegeta… - comentó Gokú

-Es una niña – le corrigió Bulma

-Je, je, je… disculpa, pero es que yo no sé reconocerlos cuando nacen… - se excusó llevándose una mano a su nuca - a menos que estén desnudos.

- ¡Eres imposible, Gokú! – le reclamó su mujer.

-Aun así… No se parece en nada a él – agregó el de las mechas necias.

Vegeta, que estaba de espaldas al alegre grupo, no pudo evitar fruncir ante los disparates que decía su compañero de luchas.

-No digas eso, papá… - le dijo Gohan - es de mala educación. Además, si se parece… en la nariz.

-No, querido… Lo que es igual, es su frente – lo corrigió Bunny, con una sonrisa.

El ceño de Vegeta ya no podía estar más fruncido ante tanta estupidez.

- ¿Puedo cargarlo? – preguntó el orgulloso abuelo Brief

-Claro – le dijo Bulma.

Y entonces comenzó la peregrinación, de persona en persona, de la pequeña. Todos le hacían morisquetas y ruiditos graciosos para que riera. Si n embrago, cuando llegó el turno de Míster Satán la pequeña lloró, lo que hizo que Vegeta sin siquiera darse cuenta elevara hasta el nivel azul su ki.

- ¿Qué pasa?¿hay algún enemigo cerca? -pregunto Gokú, de manera despistada, mirando hacia todas partes.

Bulma sonrió y miró a su esposo "Ay, Vegeta ¿no estarás demasiado sobre protector?"

Cuando Satán entregó a su hija, al fin Vegeta se calmó "Maldito, como se atreve a hacer llorar a mi hija"

Un grito lo hizo levantar la vista y fruncir aún más el ceño, al ver de quién se trataba. Yamcha saludaba alegremente a los presentes y se hacía el simpático con su mujer"¿Qué demonios? ¿Quién invitó a ese maldito insecto rastrero?... No te atrevas a tocar a mi…" Nuevamente su aura se elevó, cuando su pequeña comenzó a llorar al ser sostenida por Yamcha.

- ¿Qué? ¿Hay o no un enemigo cerca?... Vegeta, me estás confundiendo… - comentó Gokú, llevando una de sus manos a su nuca.

Vegeta sin embargo no podía dejar de estar furioso "Argg… Es un infeliz… Ya quisieras que hubiese sido tuyo el bebé… Será mejor que la sueltes o ¡Juro que te haré pagar tu atrevimiento, gusano!"

Por suerte, para Yamcha, éste devolvió la bebé a su madre y Bulma miró a su esposo, mientras una gotita corría por su sien.

Justo en ese instante llegaron Trunks y Goten.

-Ven, Trunks… Ven a saludar a tu hermanita – le dijo su mamá.

- ¿Hermanita?... – preguntó decepcionado, acercándose a la bebé – Hum… Hubiera preferido alguien con quien entrenar…

Vegeta miró de reojo la escena "Hmn, Trunks no ha pensado en que va a tener que ayudarme con el entrenamiento de su hermana… Una princesa saiyajin debe ser entrenada como corresponde a su linaje"

- ¡OH! ¡Que linda y pequeñita que es! – exclamó Goten, asombrado.

-Cuando naciste, tú eras igual de lindo – le comentó Gokú a su hijo menor.

Milk de inmediato lo regañó

- ¡Como puedes afirmar eso, Gokú! ¡Tú estabas muerto cuando nació él!

Nuevamente el saiyajin se disculpó

-Es verdad, Milk… Pero supongo que no estoy tan equivocado, ja, ja, ja…

Todos rieron con Gokú, excepto Vegeta que no soportaba ya a las visitas.

"Maldito Kakaroto… … No he olvidado que en aquella oportunidad se dejó asesinar en vano… y sé que lo hizo solo para humillarme… Argg, ¿por qué no se larga de una maldita vez ese inútil y se lleva a la tropa de indeseables?"

Bulma decidió que era un buen momento para que su hijo creara un lazo con la bebé, por lo que le preguntó

-Trunks, cariño ¿Quieres cargarla?

- ¿Qué? No, mamá… Se me puede caer…

-Vamos, si no pasa nada… - lo animó su madre, entregándole a la pequeña – Después de todo, ahora eres el hermano mayor y tu deber es protegerla.

En ese preciso instante la bebé despertó y le sonrió a su hermano, gesto que fue devuelto por Trunks con una sonrisa nerviosa.

Bulma levantó su vista y se encontró con la mirada de Vegeta, el que, al verse sorprendido, volteó de inmediato y carraspeó nervioso. Bulma sonrió"Creo que tiene celos de padre… lo mejor será hacer que la cargue… Sé que es presionarlo demasiado, pero, después de todo, tendrá que acostumbrarse a tenerla en brazos". Con esto en mente le dijo a su hijo

- ¿Por qué no le muestras a tu papá como la cargas?

- ¿Será una buena idea, mamá? Es que mi papá se ve molesto…

-Sí. No te preocupes – le respondió Bulma, cariñosamente - Solo acércate con ella en brazos para vea que eres un niño responsable…

El pequeño así hizo. Llegó junto a su papá y lo llamó

-Papá…

- ¿Qué quieres, Trunks? – preguntó Vegeta, volteándose a ver a su hijo

-Mamá me dejó cargar a mi hermana ¡Mira!

El hombre se quedó mirando a Trunks. Supo de inmediato cuales habían sido las reales intenciones de su mujer al hacer eso "Comprendo… Bulma quiere que la cargue… Pero no puedo hacerlo delante de todos estos malditos intrusos… Hmn, creo que podría hacerlo pasar como una lección para Trunks…. Si, eso es. Así nadie notara que deseo cargar a mi hija…"

Se arrodilló frente a Trunks y le dijo, o mejor dicho le ordenó

-Dámela. Esa no es la forma adecuada de cargar a un bebé…

- ¡Tu si que sabes de todo, papá! – exclamo sorprendido el niño al ver la delicadeza con que su padre cargaba a su hermana.

Vegeta obvio el halago de su hijo y luego de hacerse el ofendido, le dio un vistazo a su hija. Pero en ese momento, oyó claramente que discutían un tema que a él le interesaba y mucho.

-Bulma, hijita… Si aún no eliges un nombre para la niña, yo puedo pensar en uno – le comentó el señor Brief

Vegeta supo de inmediato que era momento de unirse a la conversación.

- ¡Ni lo pienses, anciano! – exclamó - ¡Ya elegí un nombre apropiado para una saiyajin como ella!

Bulma sonrió. Ella hace mucho que había decidido un nombre si es que era niña y ni loca iba a dejar que su esposo le diera un nombre saiyajin a su hija. Por lo que se puso de pie y sacó un pergamino, finamente decorado con el nombre de la bebé.

-Ya lo tengo decidido ¡Su nombre es Bra!

Vegeta quedó de una pieza.

- ¡¿QUÉ?! – fue lo único que pudo exclamar. "Demonios, fue muy astuta… Ella contaba con que yo me haría el desinteresado con respecto a la bebé delante de todos"

Los presentes comenzaron a felicitar a Bulma por la elección y reír felices de tener a una nueva personita con ellos.

Pero Vegeta no se iba a dar por vencido. Se sobrepuso a su orgullo e intentó hacerse oír una vez más, por encima de las risas.

-No puedes hacer eso, Bulma… ¡MI hija se merece un nombre digno de una saiyajin!

Su esposa le sonrió victoriosa, pues sabía que Vegeta no haría nada más por contradecirla, menos con tantos testigos presentes. Bueno, tal vez estar un poco molesto con ella por un tiempo, pero sabía que se le pasaría tarde o temprano, por lo que amplió aún más su sonrisa, de manera burlona.

El saiyajin solo dejó sus hombros caer en derrota. Su mujer nuevamente le había ganado la partida, por lo que sonrió imperceptiblemente y miró a su hija.

La pequeña le sonrió feliz, sin embargo, algo llamó la atención de Vegeta. Gokú se retiraba lo que lo hizo pensar en que seguramente iría a buscar a más de sus indeseables amigos. Soltó un bufido y prefirió no pensar más en ello, después de todo hoy era un día demasiado importante, como para prestarle atención a lo que hiciera o no su ami-rival.

Bulma no dejaba de mirar a Vegeta, sonriente. Pero Yamcha la sacó de su ensoñación.

- ¡Oye, Bulma! – gritó, llamando su atención.

El saiyajin frunció y le mantuvo la vista pegada al otro hombre "Espero que se esté despidiendo… es lo único interesante que podría decir ese idiota"

Efectivamente, Yamcha le dijo que volvería después, puesto que había recordado un asunto urgente que tenía que atender.

Vegeta no se quedó tranquilo hasta que lo vio perderse en el horizonte"Bah… ¡Que va a tener algo urgente que hacer! Seguramente recordó que no había alimentado a su gato" Prefirió volver a mirar a su hija y le dijo, casi en un susurro

-Hmn… ¿Bra? ... Supongo que no es un mal nombre después de todo…

Bulma al ver a Vegeta así, no pudo evitar sonreírse al pensar en todo lo que había cambiado aquel hombre con el paso de los años y en que de tan solo verlo cargando a su hija, la hacía amarlo todavía más. Pero su momento de ternura debió ser interrumpido, pues sus pechos le estaban avisando que era hora de alimentar a su bebé. Casi al mismo tiempo Bra comenzó a llorar, lo que hizo ponerse nervioso a Vegeta, que miró a su mujer, buscando ayuda.

Bulma le dio una sola mirada y se puso de pie, a lo que el hombre respondió levantando una de sus cejas, pero en seguida comprendió, prosiguiendo a seguirla al interior de la propiedad, intentando no ser visto por los demás.

Bulma ingresó a su habitación, donde aprovechó de cambiarse por algo más práctico para poder amamantar a Bra. A los pocos minutos, Vegeta entró. La peli azul le sonrió, volteando a verlo, mientras se terminaba de abrochar sus pantalones. Una vez listase sentó en uno de los sofás que estaban cerca del ventanal. Vegeta avanzó hasta ella y le entregó a la niña con cuidado.

-Yo… será mejor que espere afuera… - dijo finalmente, disponiéndose a marcharse.

Bulma levantó su vista hacia él y le dijo

-Quédate… por favor.

El saiyajin la miró extrañado un momento, sin embargo, accedió y se quedó de pie junto a su mujer.

Bulma se levantó la camiseta y liberando uno de sus pechos, comenzó a alimentar a Bra, mientras comentaba

-Hoy si que ha sido un día muy extraño ¿no crees?

-Hmn… - hizo, aparatando su vista un momento - ¿Lo dices por ella?

-Si… es decir… Por la forma en que nació…

-Supongo…

Bulma sonrió y ambos se quedaron viendo a Bra, mientras mamaba.

-Es una niña muy linda… - comentó ella, sin dejar de ver a su bebita para luego agregar con un dejo de tristeza – Pero al igual que Trunks no saco nada visible de tu raza… Yo lo…

-No digas tonterías – la interrumpió él - Sabes que eso no me preocupa en lo más mínimo. Es una saiyajin y eso me basta. Además, es bastante fuerte. No quise mencionarlo antes, pero podría ser aún más fuerte que Trunks.

Bulma lo miró sorprendida

- ¿lo dices en serio?

-Sabes que no bromeo con esas cosas…

Ambos se quedaron en silencio, cada cual perdido en sus pensamientos mientras continuaban viendo a la bebé.

Bulma cambio de lado a la pequeña y ahora preguntó, volteando a verlo

- ¿De que hablaba Whis cuando dijo que ahora si podías acompañarlos? ¿Irás a entrenar con él y Gokú?

Vegeta miró a su mujer y le respondió

-No. Harán un torneo de ocho Universos… y quieren que participe…

- ¿Lo harás? – preguntó, algo preocupada.

-Si… y supongo que Kakaroto debe estar reuniendo al resto de los peleadores…

- ¿Al resto?

-Son diez guerreros representantes… - luego agregó, mirando a Bra con calma - Supongo que será interesante… "Mhn, ahora que lo pienso, hace mucho que no tengo un combate con un verdadero rival…"

-Necesitarás un traje nuevo… - comentó, intentando leer a su esposo y agregó - Puedo hacerte uno más tarde, ya que el anterior está muy gastado…

-Hmn… Haz como quieras – le respondió, sin mirarla.

Bulma también volteó a ver a su pequeña. Si Vegeta estaba tan tranquilo, era porque realmente no tenía nada que temer. Suspiró y sin mirar a su esposo, le consultó algo que hace mucho quería saber

-Tú… ¿Piensas entrenarla?

Vegeta, que esperaba que ella le preguntara eso en algún momento, le sonrió a su mujer

-Aún no lo he decidido…Pero en algún momento deberá aprender a defenderse…

Bulma respondió a la sonrisa de Vegeta, pero no pudo evitar que sus ojos se aguaran. Se sentía tan plena y feliz, además de llena de hormonas, que simplemente no pudo evitarlo.

-Gracias, Vegeta…

-No te pongas sentimental… - la cortó él, poniendo una mano sobre el hombro de ella - Sabes que eso no va conmigo.

-Lo sé, pero es que me siento tan feliz con todo… - respondió ella, recostando su rostro sobre la mano del saiyajin - Me gustaría que las cosas fueran así para siempre.

Vegeta estuvo totalmente de acuerdo con su mujer, ya que hace no mucho estuvo a punto de morir y en lo único que pensaba en esos momentos, aparte de redimir sus culpas, era en su familia, pero sobre todo en Bulma.

Frunció al pensar en ello y prefirió cambiar de tema.

-No olvides que ella es mi responsabilidad. Así que no te la acapares – le dijo Vegeta, fingiendo molestia y retirando su mano para poder abandonar la habitación – Avísame cuando haya que cambiarla…

Y con esto el hombre se retiró definitivamente. Debía ir a ver que todo estuviera en orden con Bills "Aun no confió en ese sujeto… Es demasiado voluble…"

Cayó la noche en la Capital del Oeste y las visitas aún no se retiraban. Vegeta estaba comenzando a exasperarse, pues no comprendía el motivo de que Bills aun permaneciera en su hogar, junto con los otros"¡Maldito dios de pacotilla! Si el dichoso torneo no es hasta mañana ¿Qué mierda hace aun en mi hogar?...Además se nota muy nervioso. Tengo un mal presentimiento de todo este asunto del torneo… Creo que no han dicho todo respecto a él y eso me hace desconfiar aún más de su presencia en mi casa"

Whis y los Kaio Shin voltearon a mirarlo sorprendidos, pero Vegeta no se dio por aludido y siguió despotricando internamente contra Bills.

Había estado el resto de la tarde sentado en aquella terraza observando como Bills se había dedicado únicamente a comer y a dormir, sin hacer el más mínimo amague de retirarse. Y aunque se había levantado de su lugar un par de veces para ir a cambiar a Bra en el cuarto destinado a ella, volvía al exterior para estar atento a los movimientos de la deidad.

Bulma fue unos momentos a los laboratorios para ver lo del traje de Vegeta, dejándole encargada su bebé a su madre. Cuando se dio cuenta de que era tiempo de alimentar a su hija nuevamente, dejó pendiente lo que estaba haciendo, volvió por ella y luego dedarle de mamar, salió con ella a la terraza a ver a su esposo y a sus invitados. Se sentó al lado de Vegeta y le preguntó

- ¿Has visto a Trunks?

-No. Debe estar por ahí con el vástago de Kakaroto…

Miró a sus visitas y le comentó a su esposo

-Está visita ha durado más que ninguna que hayan hecho…

-Hmn… Yo también pensé en ello… Hay algo que no me cuadra en todo este asunto…

Bulma iba a comentarle algo más, pero en ese instante,Bra dio un gran bostezo, por lo que comenzó a arrullarla en sus brazos. Luego de unos minutos, ésta dormía plácidamente.

Vegeta sonrió al ver a su pequeña durmiendo en los brazos de su mujer, que le sonrió e intentó levantarse lo más sigilosamente que pudo, para llevar a su hija a dormir.

Estaba por dejar la terraza, cuando un grito hizo saltar a la bebé en sus brazos.

-AHHHHHH… ¡ESTO ES TERRIBLE! – gritó Bills, sentándose en la hamaca donde había estado durmiendo.

La bebita comenzó a llorar y Bulma optó por intentar hacerla dormir dentro de la propiedad.

-Ya, mi niña… -le dijo a su bebé, mientras la paseaba y mecía - ¿Te asustaste? Pobrecita… Iremos a dormir dentro, porque ya es muy tarde…

Diciendo esto se retiró al interior de la propiedad.

Vegeta no pudo evitar que su vena de la sien se marcara y que una de sus manos se apretara en un puño apretadísimo "Argg, estúpido Bills… Mi casa no es un maldito hotel ¡Vete a tu planeta de una vez!"

Whis calmó a Bills, que había despertado gritando producto de una pesadilla.

-Tranquilícese, señor…. Debió ser por comer mucho…

-Mmm… puede ser. Pero no puedo dejar de sentir que es un mal presagio… ¡ES UN MAL PRESAGIO! ¡ES UN MAL PRESAGIO!

Vegeta los miró de reojo. Sentía una ira asesina invadirlo, por lo que no pudo evitar que su ki aumentara dramáticamente.

Whis lo miró sorprendido

- ¡Vaya! Al parecer lo estamos incomodando, Vegeta…

El saiyajin volteó su rostro molesto y soltando un suspiro se tranquilizó.

-Hmn… Solo dejen de hacer tanto escándalo… Mi hija… ella necesita dormir.

Enseguida se puso de pie y se dirigió al interior de la propiedad. No necesitaba iniciar una discusión con el dios de la destrucción en ese momento.

Los presentes lo vieron marcharse y el ángel no pudo evitar comentarle a su señor

-Vegeta tiene razón… Usted es solo un invitado en su hogar y se ha estado comportando muy maleducadamente…

-No pienso disculparme… - dijo el dios, volviendo a recostarse - Soy un dios y él lo sabe perfectamente…

Whis lo miró molesto y luego soltó un suspiro de rendición.

-Como diga… Pero intente ser menos ruidoso. Sé que está tenso por lo del torneo, pero no es motivo para comportarse como un cretino desconsiderado…

Bills lo miró sorprendido un momento, pero enseguida se cruzó de brazos y cerró sus ojos para decir

-Está bien… lo intentaré, pero no prometo nada… Mmm – hizo olfateando el aire - ¿Qué hay de comer?

Whis solo sacudió su cabeza negativamente, llevando un mano a su frente.

Vegeta llegó a su habitación, donde sabía que estaba Bulma. Ingresó con cuidado y preguntó en un susurro

- ¿Cómo está ella?

-Ya se durmió… - respondió Bulma, también hablando bajito y agregó - pero no quiso hacerlo en su cuarto…

Vegeta se sonrió al ver que su mujer estaba de costado, recostada en la cama, aun vestida, y que junto a ella estaba la bebé. Pero frunció al ver que también estaba instalado Trunks.

-Hmn… - hizo, mirando a su hijo.

- ¿Bills sigue gritando? – le preguntó su mujer.

-Me da lo mismo que lo haga… - comentó, cruzándose de brazos - Pero podría ir a hacerlo a otro lugar… ¿Qué hace Trunks aquí?

-Tampoco podía dormir… Su habitación también da a la terraza…

Vegeta se aproximó a su esposa y le preguntó, mientras posaba una mano en su hombro.

- ¿Vas a dormir?

-Sí. Intentaré dormir un poco, Vegeta… ¿y tú?

-No.

- ¿Te quedarás vigilándolos?

-No me queda de otra… - respondió, mientras miraba a sus retoños.

-Si quieres, luego te relevo… Tuve que llamar a un turno extra de cocineros para poder atenderlos durante la noche…

- ¿Y las sanguijuelas?

-También estaban agotados… ¡Han trabajado todo el día!

-Comprendo – dijo Vegeta, alejándose de su mujer para tomar asiento en uno de los sillones

- ¿Qué haces?

-Voy a descansar mis oídos un momento… luego saldré a ver a los vividores…

Bulma se sonrió y se acomodó para dormir un poco. Aun no sabían a que hora despertaría Bra pidiendo de comer o un cambio de pañal.

Vegeta se cruzó de brazos y dejó caer su cabeza sobre su pecho. También estaba agotado, toda la tensión del día le estaba pasando la cuenta y lo sabía. Descansaría un par de horas para no empeorar su humor, ya que no estaba seguro de si podría contenerse ante otro exabrupto de Bills.

Un par de horas después, Bulma despertó al oír a su bebe gimotear. Pero cuál fue su sorpresa al ver que Vegeta la estaba tomando en brazos.

-Necesita cambiarse – fue lo único que le dijo.

Bulma le asintió, volviendo a cerrar sus ojos y no sabiendo más, hasta la mañana siguiente.

Vegeta, por su parte, luego de cambiarle el pañal a Bra, la llevó con él de vuelta a su habitación."Estaba en lo cierto. Atender a un bebé saiyajin no es para nada complicado…" pensó mientras entraba a su cuarto y avanzaba hacia la cama, pero por lo visto ahora era imposible que su hija volviera con su madre, ya que Bulma y Trunks estaban durmiendo desparramados sobre la cama. Vegeta se sonrió y avanzó hasta el sillón, donde se sentó con la pequeña en sus brazos,acomodándola para hacerla dormir.

-Hmn… - hizo, mirándola a los ojos para luego susurrar - Será mejor que te duermas.

Bra le sonrió y como si hubiese entendido, cerró sus ojitos y se dispuso a hacer lo solicitado.

Vegeta levantó una ceja, intrigado. "Vaya, eso fue sencillo… Creí que sacarías la terquedad de tu madre, ya que eres idéntica a ella… Luego te llevaré a tu habitación y saldré a ver que tanto hacen esos idiotas"

Pero no salió a vigilar a los dioses. Sin siquiera darse cuenta se fue quedando dormido, mientras observaba subir y bajar el pecho de su hija, sintiendo sus pequeños y rápidos latidos.

A la mañana siguiente despertó sobresaltado al sentir que perdía calor en su cuerpo. Pero de inmediato se dio cuenta de que era Bulma quien estaba frente a él, aun vestida con la ropa del día anterior y que le retiraba suavemente a Bra de los brazos.

-Buenos días, Vegeta…. ¿Durmieron bien?

El saiyajin frunció de inmediato y se ruborizó un poco. Él no tenía la intención de que su mujer descubriera que había dormido con su hija en brazos.

-Vamos, Bra…. Debes estar hambrienta – le dijo Bulma a la bebé.

La pequeña abrió sus ojitos y se quejó cuando la apartaron de su padre.

- ¡Vaya! Hay alguien que tiene "papitis"

-Hmn… No digas tonterías. Lo que pasa es que la tomaste de manera muy repentina.

- ¿Me vas a decir cómo tratar a mi bebé?

-No es mi problema… pero siendo su madre deberías saberlo.

Bulma frunció y le dijo de manera burlona, mientras acunaba a Bra en sus brazos.

-Parece que no dormiste lo suficiente…

-Hmn… - hizo él, algo molesto.

Vegeta se levantó, dejando la manta que su mujer le había puesto encima cuando lo encontró dormido, sobre uno de los brazos del sillón, y le preguntó

- ¿Por qué estás con la bata?

- ¡Oh! Casi lo olvido – le respondió sentándose en el sillón de enfrente, mientras acomodaba a Bra para que comiera. Luego miró a Vegeta y le dijo, con amabilidad – Hace un momento terminé tu nuevo traje de combate… Tú sabes, para que vayas al torneo ese... - luego indicó con su cabeza hacia la mesa de café que había en la habitación – está en aquella caja…

Vegeta relajó su gesto y miró la caja blanca que estaba sobre la mesa.

-Gracias – le dijo y enseguida salió de la habitación, con rumbo al casino, ya que no recordaba haber comido nada desde el desayuno del día anterior.

Bulma terminó de alimentar a Bra y antes de salir, aprovechó de levantar a Trunks.

-Cariño… Trunks… despierta – lo remeció con su mano libre.

- ¿Qué pasa, mamá?

-Ya amaneció y voy a necesitar que me ayudes un momento con tu hermanita…

- ¿Por qué yo? – preguntó, sentándose en la cama y restregando uno de sus ojos.

-Bueno, porque tu papá está ocupado y yo necesito hacer unas llamadas… Pero puedes decirle a Goten que te ayude. Gohan lo vino a dejar hace un momento y ya está revoloteando por los pasillos.

Su hijo la miró somnoliento y aceptó a regañadientes.

Mientras tanto, Vegeta engullía como si no hubiera un mañana. Necesitaba recuperar fuerzas y comer, lo que también le ayudaba a estar de mejor ánimo, el cual iba a necesitar, pues aun los dioses estaban instalados en su propiedad.

A los pocos minutos vio a su hijo llegar, acompañado de su inseparable amigo. Ambos se sentaron a comer y conversaban sobre cosas sin sentido para el hombre. Luego vio pasar a su mujer con Bra en brazos hacia la terraza y pedir un refrigerio. Decidió ignorarlos a todos y continuar desayunando, pero no pasaron ni diez minutos y oyó a Bulma llamar a Trunks. Intrigado, volteó a ver por donde salían los niños y observó que Bulma le entregaba la bebé, diciéndole algo. "¿Que trama ahora?" pensó, sin sacarles la vista de encima.

Los niños le hablaban bobadas a la pequeña, haciéndola reír, mientras su esposa con toda calma se instalaba en uno de los asientos y sacaba de su bolsillo su celular. Vegeta frunció, al darse cuenta de lo que tenía en mente su mujer "De eso se trataba… Ahora va a comenzar a presumir a medio planeta sobre nuestra hija…" Se la quedó viendo unos instantes, pero un grito de ayuda llegó a sus oídos.

- ¡Papá!

Bra había comenzado a llorar y los niños intentaban en vano cambiarle el pañal.

Vegeta salió presuroso y cambio el pañal de su hija en tiempo récord, ante la asombrada mirada de los pequeños.

- ¡Eso fue asombroso!– gritó Trunks - ¡Mamá tenía razón!

- ¡Ahora Bra está contenta otra vez! – exclamó Goten.

Vegeta se sonrió satisfecho y vio a su hija feliz, lo que lo hizo ampliar su sonrisa.

El resto del día paso más o menos igual. Vegeta se movía de la terraza solo para atender a Bra, al igual que Bulma, que luego de llamar a todos sus conocidos se quedó a acompañar a su esposo.

Al anochecer, algo llamó la atención de los presentes, por lo que todos se pusieron de pie y dirigieron su vista hacia el Este. Dos enormes presencias comenzaban a enfrentarse, haciendo temblar la Tierra. Todos sabían que se trataba de Gokú y Gohan, que estaban iniciando algún combate de entrenamiento. Vegeta sonrió imperceptiblemente, sin dejar de mirar en la dirección del ki de su ami-rival "Kakaroto… veo que no estás perdiendo el tiempo… Es hora de que me ponga al día con mi entrenamiento también… te demostraré en aquel torneo quién es el más fuerte" Giró sobre sus talones y se dirigió hacia su habitación.

Bulma al ver la mirada de su esposo, supo de inmediato que su intención era ir en busca de su nuevo traje para salir a prepararse para el torneo, por lo que decidió seguirlo.

Ingresó sin pensarlo a su cuarto y allí encontró a Vegeta, terminando de quitarse la ropa.

- ¿Q-Qué haces aquí? – preguntó él, algo incómodo, con los pantalones a medio bajar.

-Venía a despedirme… - respondió Bulma, mientras avanzaba hacia el interior.

- ¿A despedirte? – preguntó, mirándola confundido.

-Si, Vegeta. Sé que piensas ir a entrenar y quizás no te vea a solas hasta después del torneo…

-Estás equivocada… - le dijo retomando su semblante de siempre, mientras dejaba su ropa en el sofá y cogía su nuevo traje de encima de la mesa – Pienso ir al templo sagrado a entrenar…

- ¿Me lo prometes?

- ¿Qué pasa contigo? – preguntó molesto, comenzando a meterse en el traje.

-No lo sé… - dijo avanzando hacia el ventanal y clavando su vista en el exterior. Necesitaba saber si Vegeta pensaba igual que ella. El día anterior había intentado preguntarle al respecto, pero habían sido interrumpidos. Por lo que sin más le dijo

- ¿crees que nos hayan dicho todo sobre ese torneo?

Vegeta frunció. Él tenía el mismo presentimiento.

-No lo sé… - comentó, terminando de ponerse las botas, y poniéndose de pie, agregó intentando tranquilizar a Bulma - Sin embargo, no creo que haya nada de qué preocuparse, Bills siempre hace escándalo por todo – terminóencogiéndose de hombros.

Bulma volteo a verlo, intentando creer en lo que su esposo le decía, pero no podía dejar de sentirse algo incómoda. Vegeta estaba por terminar de ponerse los guantes, los que acomodaba desde su antebrazo. Se quedó viéndolo un momento, sin atreverse a decirle nada más.

Vegeta se mantuvo de espaldas a ella. Podía sentir la mirada de su mujer sobre él, por lo que soltó un suspiró cansado y la reconfortó

-Deja de preocuparte, Bulma… ya verás que estaré de vuelta antes de lo que crees.

Ella no soportó y avanzó hasta él abrazándolo por la espalda, lo que hizo que el saiyajin se tensara un momento, relajando su cuerpo al siguiente, pero sintió que su mujer comenzaba a sollozar. Supuso que se debía al estado emocional provocado por el nacimiento de su hija. Sujetó las manos de su esposa sobre su abdomen y le dijo,

-No te pongas así… N-no me gusta verte llorar…

-No puedo evitarlo, Vegeta… - dijo, abrazándolo aun con más fuerza – Siempre que debes marcharte me inunda un sentimiento de abandono e incertidumbre...

Él sabía perfectamente a lo que se refería su mujer, puesto que a él le ocurría algo similar. Pero no necesitaba que ella lo notara, por lo que la separó de su cuerpo y girándose, miró en sus azules ojos. Luego se sonrió y le dijo, en tono de broma para animarla, mientras la sujetaba por la cintura.

-Cuando vuelva, quiero sobre la mesa un enorme filete solo para mí con "la salsa secreta de la abuela"

Bulma se sonrió y le dio un beso lleno de ternura en sus labios. Luego se apartó, limpió sus lágrimas y exclamó, aún con unas pequeñas gotitas en sus ojos.

- ¡Por supuesto! ¡Y será el más sabroso que jamás hayas probado! ¡Ya lo verás!

Vegeta volvió a besarla, para después apartarse y dirigirse al ventanal. No quería que nadie lo viera marcharse, excepto ella. Pero Bulma lo sujetó de su mano casi inconscientemente. Vegeta volteó y le dio una última mirada, retirando su mano con suavidad, para luego salir definitivamente. Levitó y se alejó de la propiedad, dejando una estela de luz a su paso.

Bulma, con su mano aún estirada, se aproximó al ventanal y murmuró

-Sé que siempre vuelves…mi amor.

Suspiró, sintiéndose más tranquila, mientras cerraba el ventanal. Enseguida volvió al cuarto de su bebé, para relevar a su madre y decirle lo del encargo de Vegeta. Esperaría allí, a que su esposo terminara de entrenar.

Continuara...