Nada de Katekyo Hitman Reborn o Harry Potter me pertenece, solo la historia y uno que otro agregado que aparecerán más adelante en la historia.


Future's Games

Capítulo 6

-... alguna idea de lo que es? - Miró a su mascota de nuevo, tratando de controlarse para no maltratarlo.

A las mascotas no se las maltrata. Iban a terminar todos castigados si esto seguía así, sin lugar a dudas, porque se estaban portando horriblemente mal a conciencia y francamente su paciencia estaba pendiendo de un hilo.

Sobre la mesa, porque habían terminado allí debido a que eran muchas cosas y porque su mascota quería enseñarselas todas de alante para atrás y de atrás para alante. El hecho de que fuera un vampiro no significa que supiera muchas cosas sobrenaturales, o no sobrenaturales. Su nii-chan era el que sabía de esas cosas, no él.

- ¿Tengo cara de enciclopedia por casualidad? - En serio, ¿no tenía otra fuente de información?, ¿no le vino con instructivo o algo?

- No lo molestaría si la tuviera. - Fue la respuesta pasiva, como si temiera ofenderlo solo por respirar tales palabras.

Miró otra vez a las cajas con huecos que había en la mesa. Mejor, dicho, miró las cosas que venían de esas cajas. Incluyendo a un animal que odiaba a su dueño, pero como que creía que él era el verdadero dueño o tenía algo especial para él porque le estaba dando caritas aun ahora. Suerte para el pequeño de que si tenía algo para él, aunque originalmente era un vano intento de alegrarse el día.

Un gato le dio las gracias y atacó el pan con mermelada que le arrojó, escapando de la vista de su mascota antes de que su mascota pudiera abrir la boca y regañarlo o entrar en una de las suyas. No estaba de humor, y tampoco el animal.

- Eso es un Pokémon. - Era obvio, ¿no? - No es un demonio, no como Natsu. - Hablando de Natsu, debía de estar aún durmiendo a pierna suelta. Había comido hasta decir basta. Al menos tenía a alguien que se deshiciera de los vanos intentos de darle regalos. - ¿Quieres mi opinión honesta? - No le iba a creer, estaba seguro.

Y no era como si fuera un experto en el tema, o supiera la gran cosa al respecto. Solo tenía 14, ¿qué demonios esperaban?, ¿conocimiento innato?, ¿salido de la nada?, ¿una conjuración al más allá para traer cualquier clase de conocimiento prohibido o que?

No era un mago, ellos si tenían libros con toda clase de hechizos. Ellos sí sabían cómo obtener conocimiento prohibido o al menos determinar qué demonios estaba viendo.

- ¿Si se me permite? - Hizo una doble toma a la mascota que al menos tenía la decencia de arrodillarse ante el.

Era su mascota, no su sirviente, pero apreciaba el gesto por una vez.

- Tu nueva mascota es un alienígena. - Lo podía tocar, por eso sabía que no era normal. Ese pelaje era… flexible, como el agua, y estaba casi seguro de que las garras y colmillos dejarían huellas duraderas a todo aquel que tocaran.

Tomando en cuenta que el Gokudera del futuro era un… Miró de vuelta al gato, luego a la mesa y decidió no revelar esto. ¿Por qué arruinarle la sorpresa?, si tenía al menos dos neuronas se daría cuenta. Que luego no dijera que no lo quería, ¡le estaba dando pruebas para incrementar su inteligencia!, ¿no era un buen dueño?

- De hecho, estoy casi seguro que todo esto es de procedencia alienígena. - Y, además de eso: - Y cosas de magnetismo, pero ya de eso sabrás tú. - Y solo porque era un buen amo: - ¿Por qué no ves Pokemon 2000?, esas cosas parecen sacadas del sistema de captura de los legendarios. - Sólo con mejor apariencia, y no de este mundo.

Desde donde estaba podía ver vistazos de un líquido plateado que parecía moverse solo, entre las "articulaciones" de los aparatos. Estaba seguro de que todo trabajaba con alguna fuente de energía, y esas cosas eran lo suficientemente flexibles como para ser moldeadas según dicha energía. Ahora que clase de energía…

- ¡¿LOS ALIENÍGENAS EXISTEN?!

Ese día Gokudera aprendió la dolorosa lección de nunca pegar semejante grito frente a su jefe o su gato, mayormente frente a su jefe, tanto por la integridad de su persona como la de su jefe.

Aparte de tener un vampiro con los oídos zumbando, lo había dejado de peor humor. Un horrible humor. El chico de pelo plateado sabía que lo iban a querer matar cuando vieran que Tsu-chan se había desaparecido otra vez y no estaba de ánimo para conversar con nadie, con absolutamente nadie. Gokudera no debió de haber pegado el grito al cielo con la parte de los aliens…

Pero…

- ¿De verdad existen…? - Eso nunca lo olvidaría, y más porque fueron las palabras de su jefe.

Horas más tarde, dentro del bunker…

- No, en serio, no tengo idea de como funciona esto. - Yamamoto se refería a unas tres cosas metálicas y cilíndricas, que no servían ni para cortar mantequilla.

Nadie parecía saber cómo funcionaba o que hacían, y por ello estaba aquí luego de darle una mala cara a Gokudera por haber hecho todo peor con Tsuna cuando el vampiro medio andaba tratable, por fin, y ahora estaba en esta situación, otra vez. Claro que cuando oyó lo de los aliens solo quería gritar en su almohada. Con razón, Gokudera era un fanatico. Y si, los aliens existían más no se lo iba a confirmar en ese momento porque no quería que el chico quisiera matarlo por no informarle antes, incluso si todos sabían que no le hubiera creído a nadie más que a Tsu-chan.

- La hipocresía. - Murmuró para sí, rodando los ojos. Rápidamente cambió de expresión al verse en la mira de alguien que lo miro en son de "¿disculpa?". - Nada, es solo con algo que paso, no es contigo, perdón. - Lo último que necesitaba era hacer todo peor solo por un comentario que no debió soltar en ese momento.

- Si tu lo dices… - Volviendo al tema en cuestión, Tsu-chan le dijo algo que no pensó: - ¿No tienen un botón o algo?, tienen que ser espadas, obviamente. Tu yo de este tiempo tenía espadas láser, y tienen que ser estas. - ¿Espadas láser?

¿En serio tenía espadas láser en el futuro?, ¿láser?

- Amo el futuro. - Espadas láser. Dios, tenía espadas láser.

- Bien por ti. - Fue el comentario más seco que hubiera escuchado en su vida. Por inercia, sacó el chocolate que aún tenía y se lo ofreció al vampiro que por un momento no lo aceptó, dándole toda la expresión de que con eso no lo iba a comprar. Al final si lo agarro, con mala cara en todo el proceso. - Entonces, ¿botón?

Le tomó más tiempo del que estaba dispuesto a admitir encontrar el botón, y fue por accidente. Por ello, una pobre cama quedó fuera de comisión, solo agradecía que no se incendió.

- Wow… - Y era azul. Era… un momento. - Estas son las espadas de Star Wars. - ¿Cómo no se dio cuenta antes?, era la misma forma, el mismo modelo incluso. No decía color porque en la saga había varios colores. El tamaño, por todo lo que sabía…

Tenía tres azules. De exactamente el mismo tamaño y brillo.

- ¿Esto significa que Star Wars es real? - Porque si las espadas de los Jedi eran reales, entonces… - ¿La Fuerza es real? - Peor aún: - ¿Me convertí en Obiwan Kenobi?

En otro lugar, a un par de galaxias…

- ¿Estás bien? - Antes de poder responder, volvió a estornudar con fuerza. - Tal vez deberías tomarte el día, parece que te quieres enfermar. - Pues no estaría mal un día libre, pero no era el mejor momento para eso.

- Parece que a alguien le está cayendo el viejo~ - La risilla del final estaba demás, junto con lo dicho.

- Calla. - No estaba de humor para oír esas cosas. Si, su pelo ya estaba poniéndose blanco, pero no hacía falta que se lo recordaran y menos de tal forma.

- Descansar debes. - Si el grande hablaba…

- Está bien, maestro Yoda… - Si el grande hablaba ya no había mucho que hacer allí.

Devuelta en el bunker…

-... existen, los aliens existen… - Miro a los demás, y se consiguió con que los de esta época no parecían para nada sorprendidos de que había roto a Gokudera.

- Ustedes no compartían mucho sobre lo… no humano, así que no cuenten mucho con nosotros. Ni idea de donde sacaste eso, y si es por la habilidad de mover cosas sin tocarlas, también la tienes. Y otras cosas raras, pero como sea, ¿eso te sirve o te buscamos-

- Claro que me sirven. - Eran espadas láser, ni muerto se las iban a quitar, ni muerto.

¿Es que nadie tenía la más mínima idea de lo genial que era esto?, espadas láser, tenía espadas láser. Y aparentemente la Fuerza, si aprendía a usar esa vaina. ¿Lo que decían en las películas sería cierro?, meditar sonaba más aburrido…

En algún lugar de la galaxia…

- Iré haciendo una sopa, esto te pasa por ir a entrenar debajo de la lluvia o quién sabe qué no quieres decir. - Que no había hecho tal cosa, por todos los cielos.

Abrió la boca para decir tal cosa, pero no lo logró. Volvió a estornudar, varias veces seguidas.

Se iba a tomar la semana.

En el planeta tierra, en una tienda de sushi, en otra época…

- Debes estar teniendo tu episodio. ¿Cuánto crees que dure?, pasaste dos horas solo porque viste a Derzath y ella respondió todas tus preguntas. Tsu-chan no debe de estar feliz. - ¿Era está su vida ahora?, pensó para sí el dueño de la tienda.

Su hijo, como si sintiera sus pensamientos, lo miró y le dio una sonrisa de televisión, como si solo con eso fuera suficiente para pedir disculpas por todo el daño mental que le estaban causando. Como si el simple hecho de ver a su hijo mover cosas con la mente no fuera suficiente, o de haberlo encontrado meditando en medio del dojo en medio de la noche por accidente, venía a iniciar otra conversación rara con el tipo que podía… ¿que?, ¿crear tentáculos y quién sabe qué de su piel?, ¿modificar su cuerpo?, no sabía ni que pensar.

Y hablando de ese hombre, justo ahora estaba viendo las noticias mientras tomaba refresco, pero no con una mano normal. No, no. Las manos las tenía en el respaldo del sofá, el tentáculo-mano que tenía el refresco que estaba bebiendo salía de uno de sus hombros y… temía preguntar si podía generar otra-¡Ay carajo!

- ¿Un día?, ¿dos? - Un tercer ojo salido de un tentáculo extra continuó mirando la tele. Lo demás estaba dándole atención a Takeshi. - Mi maleta se quedó, y tu sabes que mis artefactos desafían las reglas de la física. Tendrá un mal rato de hacer que funcionen como es sin… - El tipo señaló sus "creaciones" como si eso explicará todo. - Y a ti se te quedaron tus sables. Debes de estar dando brinquitos. - Qué.

- Solo lo digo por Tsu-chan. Pobre, los va a querer ahorcar. Si estuviera feliz no sería un problema, pero deben de estarle cayendo a preguntas con ese ánimo en particular cuando debe querer matar a alguien. - Ahhhh… ya…

- Dirás pobres todos si llegan a ver a Kyoya antes de que cambie. - El hombre de pelo gris comenzó a reír.

Era una risa que le ponía los pelos de punta.

- Y a Mukuro, pero Mukuro no lo hará por mal así que probablemente no pase nada con él. - ¿Qué podía ser peor que lo que estaba viendo?

¿Saben que?, mejor olviden que pregunto algo así fuera en su cabeza, no quería-

- Estaba celoso, ¿esperabas algo diferente?, aparte de que ha viajado por… ¿cuantos infiernos eran?, se me olvido-Crack.

- ¡Y yo quejándome con el vampiro!, ¡los demonios están más que prohibidos y mira lo que has hecho!, ¡pensé que era más que obvio y no hacía falta decirte nada! - Iba por la tabla, iba a mandarle a hacer un tatoo con las reglas a ver si-

- Nah, Mukuro no es un demonio. No hay un demonio aun, ¿verdad?

- No, aun no. Viejo, calmese. Igual, su hijo no causó nada, ni trajo nada. Son gajes del oficio.

¿Gajes del oficio?

- ¡No!, ¡la escoba no papá!

Extra

Este debía ser, si, debía de ser. Debía de-¡KABOOM!

- Sensei, mire. - Hizo una doble toma al ver quién hablo. ¿Era un robot o un cyborg?, ¿y que le paso en el pelo?, un afro rubio con humo no se veía bien.

- ¡No tenemos tiempo para estás estupideces! - El monstruo gigante se volvió tripas y sangre. De un solo golpe. - ¡Las ofertas acaban en 15 minutos! - ¿Ofertas?

Uh, a menos que las cosas hayan cambiado mientras no estuvo, los monstruos deberían de estar lejos de querer mostrarse tan abiertamente. La última vez que lo hicieron, hace cientos de años, no terminó bien para nadie.

¿Acaso ya se les había olvidado lo de la cacería de brujas, los incidentes de la piedra filosofal, y los verdaderos orígenes de las historias de fantasía que estaban ahora?

- Hola. - Miro a quien sea que le hablo, solo para encontrarse con una criatura que parecía una fusión entre un carro, un avestruz y un humano. - ¿Eres un héroe?

- Que. - ¿Héroe?, ¿el? - Mira, se fueron por allá. - Estaba seguro de que el tipo calvo con el… robot/cyborg no se molestarían. Esperaba.

- Que amable, gracias. - Dicho esto, la criatura siguió su camino, y se llevó muros, casas y… gente.

Mejor se devolvía, esto no tenía pinta de ser su casa y se le hacía tarde si quería conseguir su cena. Luffy haría todo lo posible por comérsela, y no quería meterse en otro problema con el cocinero con eso de que "moriría de hambre".

Ninguno de esos piratas entendía que lo único verdaderamente necesario en su menú era una sustancia rojiza que no era tan fácil de conseguir cuando ibas en un barco con gente loca, poderosa, o terca. O a la cual no querías pedirle nada, por distintos motivos.

Al ritmo que iban ya más que debían de saber que no era un humano normal, y si no fuera porque podía nadar diría que pensarian que consumió una de esas frutas raras de las que viven hablando. A veces era mejor no corregir a la gente.

Además, era divertido que estuvieran tratando de adivinar qué "poder" tenía, habían unas cosas tan locas que solo lo hacían reir al punto en el que le doliera la barriga. Creía que la mejor hasta ahora era que fuera un residente perdido de la antigüedad de una isla remota del mar de donde venía Luffy, porque aparentemente todo lo raro que no debía ser venía de esos lados.

Usopp seguía diciendo que era un vampiro, pero nadie le creía y hasta el pobre hombre dudaba porque, hola, estaba bajo el sol y no le pasaba nada.

Si tan solo supieran…