Este es el último capítulo… de 2023 xD. Nos toca un año un tanto curioso, particularmente porque toca finalmente la película de Madoka Magica, por tanto tiempo esperada y que está generando bastante expectativa. A ver si dicha película le da una solución al problemón en que quedaron todas debido a Homura, o si pasa algo que amerite otra película que saldrá en otros diez años. Cualquier cosa puede pasar. Y ahora a responder:

Gerendo01: Sí llegó en diciembre. Casi en la calenda de enero, pero llegó en diciembre. Es verdad que me fumé de la buena para arreglar la batalla contra Oktavia para que volviese a ser Sayaka, y con todo y eso, igual Homura no contará con Sayaka, ni con Mami, ni con Kyouko. Y sí, Madoka en el capítulo anterior fue una troll de cuidado xD.

Ya no puedo depender de nadie I

─ Muy bien, mocosos, les presento a una nueva compañera de clases ─ dice Kazuko estando frente a la pizarra, y a su lado estaba la chica que señalaba ─. Vamos, preséntate rápido, que no tengo tiempo y quiero deshacerme de ustedes cuanto antes.

─ S-sí… ─ la chica se para en medio, frente a toda la clase, y rápidamente siente que le estaban temblando las piernas ─ Ah… M-m-m-m-mi no-nombre es… M-mi nombre…

─ ¿Quieres decir tu nombre ya mismo? Tenemos clase ya mismo y quiero irme a casa para descansar de todos ustedes, que ya lo acabo de decir ─ Kazuko se mostraba impaciente.

─ ¡Me llamo Akemi Homura! ─ la chica estaba que lloraba por la presión, pero eso no hace que Kazuko se ablandase.

─ Esta chica tiene problemas cardíacos y de vista y bla, bla, bla. Pórtense bien con ella y ya está, que si después hay problemas legales me lavo las manos de todo. Ya ustedes están grandecitos para asumir sus propios problemas. Ahora toma asiento, enana, que la clase ya empezó y no terminaré nunca si estás aquí ¡Rápido!

Homura temblaba de pies a cabeza. Saotome-sensei daba mucho miedo. Ese porte hacía que la pobre chica palideciese de miedo, al punto que tenía que hablar consigo misma para tranquilizarse.

─ "Vamos, Homura. No te dejes llevar por el miedo. Seguro que la sensei en el fondo es una buena persona…"

─ ¿Me estás escuchando, niñata? ¡Dije que a tu asiento! ─ Kazuko saca una regla metálica y golpea con fuerza el escritorio, haciendo un ruido que a casi todos en el salón les dolió.

─ "No funcionó. Vamos trata de imaginarla de otra forma para que no dé tanto miedo y así puedas moverte, Homura ¡Ya sé! Podrías imaginarla desnuda, tal y como a veces me recomendaba mi madre" ─ Homura hace un esfuerzo para seguir su propio consejo, pero eso la paraliza todavía más ─. "¡La sensei está bastante musculosa! ¿Qué es lo que come? A mí me serviría un poco de eso…"

─ ¿Quieres que te lleve de la oreja a tu asiento o qué? ─ Kazuko ya había perdido la paciencia, a lo que una chica se levanta e interviene.

─ Ya la llevo yo a su asiento, sensei. No se preocupe ─ la chica se lleva a Homura a paso rápido, no queriendo tentar la violenta respiración de Kazuko.

─ G-gracias… ─ dice Homura bastante avergonzada ─ No sé qué habría hecho si no…

─ No hables ahora. Saotome-sensei no está de buen humor cuando no desayuna. Ya hablaremos después ─ le dice esa chica antes de dejarla en su asiento y le guiña un ojo.

Homura asiente quedamente y con un fuerte sonrojo en su rostro. Ella misma no sabía decir si dicho sonrojo era por el gesto de esa chica o porque se sentía estúpida por haberse quedado parada pensando cosas que no la ayudaron en absoluto a superar su parálisis, pero en todo caso ahora podía sentir algo de alivio, prestar atención a las clases (aunque Kazuko ni siquiera miró a los alumnos en todo el rato) y pensar en qué decirle a esa amable chica.


Hora de receso

─ ¿Qué cuentas, forastera? ─ dice una chica que mira divertida a Homura ─ Escuché que viniste aquí porque tus padres estaban huyendo de la justicia de otro país ¿Es eso verdad?

─ ¡Eso no fue lo que oí! ─ dice otra chica con una mirada enojada ─ Akemi-san está aquí porque forma parte de un programa de seguridad secreto del gobierno. Lo sé porque lo dijo el amigo del amigo del amigo de la amiga de la vecina del novio de la prima del ex de una amiga mía de otra clase que forma parte del club terraplanista, y mis contactos nunca se equivocan.

─ ¿De verdad? Eso suena genial ─ dice un chico que estaba detrás de Homura, y por alguna razón ese chico tenía un cono de aluminio en la cabeza ─. A mí me habían dicho que Akemi-san está aquí escapando de sus padres porque quieren casarla con un magnate petrolero que en realidad no ama.

Homura estaba abrumada. No se imaginaba que los chicos de esa escuela tuvieran tal facilidad para imaginar semejantes ridiculeces a la hora de querer saber de dónde era ella ¿No podían simplemente limitarse a hablar con ella y preguntar de dónde viene como la gente normal? Quería irse de ahí, pero estaba rodeada de chicos que no paraban de hacer preguntas indiscretas sobre ella para luego responderse ellos mismos. Parecía que le iba a dar un ataque.

─ Vamos, que la están atosigando ─ aparece la chica amable que había ayudado antes a Homura ─. Lo siento, pero esta chica se viene conmigo. Tengo que llevarla a la enfermería, pues soy la encargada y necesito enseñarle el lugar para algún caso en que necesite ir.

─ De acuerdo ─ dice otra chica ─. Y a ver si la convences de que suelte los códigos que conoce para acceder a los secretos relacionados con experimentos con humanos que están urdiendo bajo el palacio de gobierno.

Esa gente no se cansaba de decir incoherencias ¿En serio creen que si ella supiese esas cosas la dejarían libre, a sabiendas de que es todavía una chica joven propensa a revelar esos secretos aunque sea por accidente? De todos modos se va con la chica amable, quien por segunda vez la salvaba de una situación sumamente incómoda y desagradable.


Pasillos

─ Por favor discúlpalos. Es que cuando les da por jugar a los conspiranoicos llegan a ponerse un poco intensos. Nunca se miden ─ dice la chica que llevaba de la mano a Homura ─. Por cierto, me llamo Kaname Madoka, y estoy para servir, Homura-chan.

─ E-el gusto es mío, Kaname-san ─ dice Homura con voz queda ─. Lo lamento por obligarte a protegerme. Es que he estado por mucho tiempo hospitalizada, por lo que no suelo tratar con nadie aparte de las enfermeras que me atienden, y sólo me dicen lo que necesito saber. No me esperaba esa actitud de los demás. No tengo cómo compensar todas esas molestias.

─ Vamos, no tienes que ser tan formal ─ la chica de nombre Madoka se detiene y mira cariñosamente a Homura ─. Sabes que tendrás en mí una amiga que te ayude en todo momento.

Homura se pone bastante roja, pero consigue asentir a modo de aceptación de la cortesía de Madoka. Realmente se sentía bien estar al lado de alguien que no actúe de manera extraña e impetuosa. Le traía paz y alegría.

Tal vez habían encontrado ahí ese pedacito de felicidad que necesitaba su vida.


Varias horas después

Homura transitaba tranquilamente en su camino a casa. Todo iba de lo más normal para ella, cuando de pronto escucha una voz algo extraña, una voz que se sentía hipnótica, sugestiva.

¿Por qué seguir adelante? ¿No sería mejor morir y así acabar con todo?

─ ¿Eh? ¿Por qué?

Nunca llegarás a nada. La muerte es la única escapatoria de tu miseria. No tiene sentido que te esfuerces más.

─ Morir… es lo mejor ─ dice Homura teniendo de pronto una mirada vacía.

Así es… Pero antes, ¿qué tal si haces garabatos en tu propio cuerpo con un trozo de vidrio? Qué más da darle la razón a quienes creen cosas raras de ti. Que piensen si quieren que los extraterrestres escribieron un mensaje sobre ti antes de matarte.

─ Está… bien…

No se había dado cuenta, pero una horrenda criatura se estaba acercando a ella, cuando de pronto es golpeada por dos rayos luminosos bastante fuertes que la obligan a retroceder. Eso hace que Homura recobre la cordura, y lo primero que ve es a la criatura tratando de levantarse mientras se estaba quejando de dolor.

─ ¿Eh? ¿Qué es eso?

─ ¡Agacha la cabeza!

Homura no tuvo tiempo para ver quién le dijo eso, simplemente obedeció y se tiró al suelo antes de que otro rayo luminoso golpease a aquella cosa y la hiciese desaparecer. Homura se cubre la cabeza con ambas manos mientras espera a que el destello se apagara y el ruido cese. Una vez que estaba convencida de que todo estaba bien abre los ojos y ve a dos chicas que ibas vestidas de una manera que lucían como si hubiesen salido de una convención de cosplay. No entendía lo que estaba pasando. Era todo tan surrealista. En ese momento una de esas chicas con cosplay voltea, y Homura la reconoce en el acto.

─ ¿K-Kaname… san?

─ Me alegra haberte salvado, Homura-chan ─ con eso se confirmaba que la chica que la había salvado era nada menos que Madoka, lo cual, curiosamente hacía feliz a Homura ─. Mami-san, aquí está la chica de la que te hablé.

─ Vaya, es un gusto, Akemi-san ─ dice la chica llamada Mami mientras Madoka ayuda a Homura a levantarse ─. Fue muy oportuno que apareciéramos y te salváramos de esa bruja.

─ ¿Qué? ─ Homura no entendía lo que Mami quiso decir.

─ Mami-san, ahora mismo Homura-chan debe estar abrumada después de haber sido atacada por la bruja. Vamos a dejarla descansar un momento y después le explicamos todas las dudas que tenga ─ Madoka se envuelve repentinamente en luz, y el vestido rosado que tenía de pronto se convierte en el uniforme escolar, dejando a cuadros a Homura.

─ ¿Q-qué? ¿Cómo te cambiaste tan rápido? ¿Qué significa todo esto? ─ Homura estaba más confundida que antes, y eso la estaba desquiciando de a poco.

─ Ellas son chicas mágicas. Se encargan de cazar brujas ─ una voz que surge desde detrás de Homura la asusta, por lo que voltea y ve un gato bastante raro detrás de ella ─. Y lo que acabas de ver es justamente a las chicas mágicas entrar en acción acabando con una bruja.

─ ¿Chicas mágicas? ¿Brujas?


Más tarde, en casa de Mami

─ ¿De verdad a esto te dedicas en secreto, Kaname-san? ─ dice Homura mientras recibía una taza de té y un trozo de pastel de parte de la anfitriona.

─ Así es, Homura-chan, aunque no lo hago todo el tiempo ─ responde divertida Madoka ─. Pero de nosotras dos, es Mami-san la chica mágica experta. Yo apenas me convertí en chica mágica la semana pasada, para que sepas.

─ Y en esta ocasión mejoraste bastante, Kaname-san ─ le dice Mami sonriente y con tono analítico ─. Vas avanzando de buena manera a convertirte en una chica mágica experimentada antes de que nos enfrentemos a Walpurgis.

─ ¿Hm? ─ Homura deja su té por un momento y mira a Mami ─ ¿Quién es Walpurgis?

─ Walpurgis, Noche de Walpurgis, Walpurgisnatch, o si se te antoja puedes llamarla Walpy-chan ─ Madoka se aclara la garganta para responder la pregunta de Homura ─. Se trata de la bruja más poderosa de todas, y las brujas en sí mismas son entidades que existen para sembrar maldiciones y pánico en los corazones de la gente.

─ Si las chicas mágicas representan la esperanza y la cordura, las brujas encarnan la desesperación y la disociación ─ Kyubey, que hasta hace un momento estaba ahí pero no había tomado la palabra, empieza finalmente a hablar ─. Todas las teorías conspiranoicas que han surgido a través de las etapas de la historia humana, como por ejemplo los poltergeist, los mensajes alienígenas, los zombis, los brujos que causan mal de ojo simplemente con mover de manera específica una mano en dirección a sus víctimas, programas secretos de hibridación humana con otras formas de vida, todo eso surge porque las brujas maldicen a las personas y les hacen cosas terribles. Tal vez no sean tan feas como los escándalos sexuales o de violencia que involucran a niños, o las trampas tras los intereses de los préstamos bancarios, pero igual son cosas que llenan de miedo y sospecha los corazones de la gente.

─ ¿O sea que cuando esos chicos me preguntaban esas cosas no era porque estaban realmente jugando? ─ dice Homura algo asustada.

─ Mucho me temo que algunos probablemente iban más en serio con sus preguntas de lo que me gustaría admitir, Homura-chan ─ Madoka toma la mano de la pelinegra y la aprieta gentilmente ─. Pero no te preocupes. Mientras esté contigo me aseguraré de que nada te haga daño. Haré todo lo posible para que estés a salvo de las maldiciones de las brujas.

─ Kaname-san… ─ Homura sentía que quería llorar mientras veía a la pelirrosa ─ Muchas gracias.


Varios días después

─ ¡No, Mami-san! ¿Por qué te tuvo que pasar esto?

Homura miraba horrorizada que el cuerpo de Mami había quedado completamente irreconocible. El hecho de que la rubia estuviese muerta no hacía menos grotesca la apariencia insectoide que había adquirido por culpa de Walpurgis, y Madoka sólo podía llorar al lado del cuerpo de su senpai.

─ No puede ser ¿Realmente esa bruja pudo convertir a Mami-san con tanta facilidad en una especie de…? ¿Mosca? ¿Cucaracha? No logro fijar algo concreto ─ Homura trataba de decidirse cuál era el aspecto de la rubia.

─ Homura-chan, parece que tengo que encargarme yo ─ Madoka se pone de pie, tratando de detener su propio llanto ─. No puedo permitir que Walpurgis siga causando más daño y sembrando más pánico.

─ ¡No lo hagas, Kaname-san! ¡No podrás tú sola contra esa cosa! ─ Homura sujeta la mano de la pelirrosa, desesperada y asustada a la vez ─ Si vas, esa bruja te convertirá también en un adefesio que la gente verá y asociará con cosas sin sentido. Nadie te odiará si huyes. Por favor, no quiero que tú también mueras y seas convertida en… ni siquiera sé qué decir al respecto.

─ Homura-chan, recuerda que soy una chica mágica. Mi destino es hacerle frente a las brujas, además que mi deseo cuando combato es defender a todos. No puedo echarme para atrás ─ Kaname se permite acercarse a Homura y le quita los lentes para verla directamente a los ojos ─. Quiero decirte algo, y es que en el fondo me hubiera gustado verte así bajo otras circunstancias. Trata de vez en cuando de lucir tus bonitos ojos, Homura-chan, pero te cuidado cuando camines sin lentes. Mi recuerdo más feliz fue cuando te salve de aquella bruja. No sé de otra batalla en la que mi satisfacción y mi orgullo fueran mayores.

─ Kaname-san, ¿por qué me dices…?

Un corto beso calla a Homura, y entonces Madoka le devuelve los lentes para ir de un salto a enfrentar a Walpurgis.

─ Esto lo hago también por ti, Homura-chan.

─ ¡KANAME-SAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN!


Poco después

Homura sólo podía quedarse viendo que ahora Madoka también estaba irreconocible. Si no fuera por algunos jirones de su uniforme que todavía se mantenían unidos a su cuerpo, Homura simplemente estaría viendo a un hombre lobo que yacía inerte en el agua.

─ Kaname-san… No puede ser… Moriste y te volvieron furra ─ Homura cae sobre sus rodillas y se pone a llorar ─. Debiste huir conmigo, Kaname-san. No mereciste morir, no así. Haría lo que fuera con tal de que no acabases así. Desearía haber sido de utilidad y luchado a tu lado.

─ ¿Entonces ese es tu deseo? ─ aparece Kyubey sobre unos escombros que estaban cerca ─ ¿Estás dispuesta a que cumpla ese deseo a cambio de llevar una vida de lucha contra las brujas?

─ ¿Realmente… puedes cumplir mi deseo?

─ Tienes el potencial necesario para luchar del modo en que quieres hacerlo, así que claro que puedo hacerlo, Akemi Homura ─ Kyubey mira fijamente a los ojos a Homura, llegando a perturbarla un poco ─. En ese caso, si estás lista para pedir tu deseo, dime lo que anhelas. Expresa qué deseas con tanto fervor como para asumir la carga que conlleva ser una chica mágica.

─ Mi deseo… Quiero estar ahí para Kaname-san. Deseo salvarla y no únicamente que sea ella la que me salve a mí. Deseo arreglar las cosas para que Kaname-san no tenga que morir de esta manera tan horrible.

─ Ya lo pediste, y ahora toca concederte el deseo, Akemi Homura.

De pronto la pelinegra siente un fuerte dolor en el pecho. Puede contemplar que de ella sale una luz morada que se eleva hasta estar un poco por encima de su cabeza. Como si temiese morir si dejaba salir esa luz, Homura la retiene con ambas manos y la pega contra su pecho, y en cuanto el resplandor se va. Homura contempla su gema del alma.

─ Felicidades, Akemi Homura. Ya eres oficialmente una chica mágica.

─ Entonces… ahora sí puedo hacerlo… ─ Homura se envuelve a sí misma en un brillo que la ciega por un momento, y entonces cierra los ojos.


Hospital

Al momento en que finalmente abre los ojos, Homura se sorprende de encontrarse en un sitio bastante familiar. Era la habitación en la que solía estar antes de ser admitida en la escuela en la que conocería a Madoka. Era extraño, pues Homura juraba que el hospital fácilmente habría figurado entre los lugares que habían sido gravemente afectados por el paso de Walpurgis, pero en cambio en el hospital reinaba una atmósfera de tranquilidad que daba la impresión de que todo había sido un sueño. Homura no lo entendía, se acomoda bien los lentes y comprueba el calendario que recordaba que estaba justo a un lado de la cama. No solo lo ve ahí, sino que, según las marcas que tenía en las fechas, parecía que Homura había vuelto en el tiempo, o que todo había sido simplemente un sueño.

─ ¿Volví? ¿O sea que tengo la posibilidad de salvar a Kaname-san?

Con gran emoción Homura se levanta de un salto, pero se resbala en el proceso y su cara da contra el suelo. Afortunadamente sus lentes no habían sufrido ningún daño, aunque igual Homura estaba convencida de que podría arreglarlos usando su magia.

─ Muy bien, ahora que tengo el poder que necesito para salvar a Kaname-san, lo que debo hacer es prepararme para ir a la escuela. Sólo espero que la sensei no sea tan cruel al momento de presentarme.


Escuela

─ Chicos, chicas, les presento a nuestra nueva recluta. Espero que se lleven muy bien con ella, pues ustedes saben que el compañerismo y el compromiso son nuestra bandera y son el principal incentivo para dar incluso la vida por la causa de nuestra gloriosa nación ─ Kazuko estaba vestida con un traje militar, dejando a cuadros a Homura, pues no recordaba haberla visto antes con ninguna de esas prendas ─. Díganos su nombre, joven recluta.

─ M-muy bien. M-mi nombre es… ─ Homura se pone a sudar frío, viendo que los nervios otra vez le estaban ganando ─ M-mi nombre…

─ Claro, su nombre. Dígalo, que no puedo mandar a grabar su identificación en sus chapas si no tengo su nombre ─ dice Kazuko interesada.

─ M-mi nombre… ─ Homura respira hondo, diciéndose a sí misma que Kazuko no iba a hacerle nada, que todo lo que tiene que hacer es presentarse con soltura ─ Mi nombre es Homura, hija de Hamura, heredera de Kalafina, señora de los ClariS…

De pronto los demás alumnos empiezan a reírse, y Homura se da cuenta de que había hecho el ridículo, lo que la hace sonrojarse y se pone a desear que se la trague la tierra.

─ Muy graciosa, joven, pero tomemos en cuenta que no tenemos tiempo para dedicarnos a contar chistes ─ dice Kazuko con tono serio ─. En ese caso me encargo yo de la presentación: Muchachos, les presento a Akemi Homura. La joven padece de algunos problemas en su organismo, especialmente en el corazón, por lo que no estará aquí para que la entrenemos a fin de que participe directamente en el campo de batalla, sino más bien para que haga de soporte en otras tareas en la que puede servir a la causa. Tome asiento, joven. Vamos, al trote.

Homura asiente tímidamente y va a su asiento sin esperar a tentar el estado de humor de Kazuko, cuando ve a Madoka justo enfrente suyo, lo que la hace emocionarse y olvidar lo que estaba haciendo, por lo que va a ella y le agarra las manos con alegría.

─ Kaname-san, yo también soy una chica mágica ¿Qué te parece?

─ Ah… ─ Madoka mira a su alrededor con nerviosismo, y es que los demás alumnos se las quedan mirando.

─ Joven Akemi, le acabo de decir que en este salón no estamos para bromas ─ Kazuko ahora estaba empezando a molestarse ─. Tome asiento ahora mismo. Su condición no es excusa para que haga lo que quiera a costa del rendimiento académico y militar del resto.

─ E-entendido, sensei ─ Homura se apresura y toma asiento.

─ Muy bien, ahora quiero que cada uno de ustedes se vaya levantando y recite en voz alta y clara el juramento de lealtad a la causa nacional, y quien se equivoque en la lectura lo debe empezar otra vez.

Homura por un lado estaba extrañada. Kazuko lucía más comprometida y emocionalmente estable de lo que la recordaba, y los demás estudiantes lucían serios y fuertes. Pero eran simplemente detalles a los que Homura se acostumbraría con el tiempo. Lo importante es que estaba finalmente con Madoka.


Después, debajo de un puente

─ Hora de transformarme ─ Homura cambia sus ropas por unas completamente diferentes, comprendiendo que ese era su aspecto como chica mágica ─. Muy bien, les mostraré de qué soy capaz.

Entre los elementos que conformaba su indumentaria se encontraba una especie de escudo, o mecanismo, o a saber qué era exactamente, pero el caso es que Homura lo activa y detiene el tiempo. Mami y Madoka estaban ahí, e incluso ellas se habían quedado congeladas. Homura ve aquella como su oportunidad para lucirse, así que avanza y usa un palo de golf para deformar a golpes un enorme bidón que tenía enfrente. Les cuesta más de lo que esperaba, y es que, no conforme con que su coordinación daba mucho que desear, también le faltaba fuerza en los brazos. Muchos golpes tuvo que dar hasta que el bidón había quedado irreconocible, y sólo entonces, ya estando Homura agotada, permite que el tiempo vuelva a fluir.

Madoka y Mami se quedan mirando el bidón mientras que Homura descansaba, y Mami ya tenía listo su veredicto.

─ Entonces su poder es el de detener el tiempo, ¿eh? Pero parece que todavía le falta practicar. Su dominio ahora mismo está lejos de ser perfecto. Las chicas mágicas tenemos nuestra propia batalla a librar, y para eso debemos estar siempre preparadas.

─ Ya veo ─ Madoka va con Homura y le dedica una sonrisa ─. Tienes futuro como chica mágica, Homura-chan. Tú sigue practicando y verás que en poco tiempo nada será demasiado difícil.

─ G-gracias, Kaname-san.

Las palabras de Madoka sin duda alegraron el corazón de Homura, pero sentía que tenía que hacer algo mejor por ella, por lo que en sus ratos libres se dedicaría a estudiar química para diseñar sus propios explosivos para así derrotar a las brujas a su manera. También entrenaría todo lo que pueda para ser de ayuda en el combate directo. Su deseo había sido ser quien salvara a Madoka, pero para hacerlo necesitaba mejorar como chica mágica, especialmente sabiendo que Walpurgis estaba en camino.


Varios días después

─ Nhhgg… ¡AAAAAAHHHHHHH!

─ ¡Kaname-san!

─ Tanta disciplina… ¿Para qué? ─ Madoka parecía que había perdido completamente la cordura en sus momentos finales ─ H-Homura-chan… Lo siento…

La pelirrosa alza su gema del alma, la cual se convierte repentinamente en una semilla de sufrimiento que se eleva al cielo. Homura contempla aquello con horror, y es que eso no se lo esperaba.

─ ¿Las chicas mágicas… pueden convertirse en brujas?

─ Siempre pudieron ─ aparece Kyubey detrás de Homura ─. En cuanto pierden el control de su propio equilibrio interno, la gema del alma de las chicas mágicas empieza a corromperse hasta que se convierten en semillas del sufrimiento. Así es como nacen las brujas, Akemi Homura ¿Acaso pensabas que simplemente nacían de los armarios?

Homura no se podía creer lo que acababa de descubrir, y lo que resultaba peor, no pudo salvar a Madoka. Su paso por ese lugar había resultado infructífero, así que no le queda de otra que volver al principio.


Hospital

Homura despierta de manera brusca, como si hubiese tenido una pesadilla. Esta vez mira el calendario, notando que otra vez estaba en el punto de partida. Eso significaba una nueva oportunidad para Homura, pero eso no lograba calmarla.

─ Kyubey nos ha engañado a todas. Necesito decirles a todas cuanto antes.


Escuela

─ Señoritas, caballeros ─ Kazuko vestía de una manera algo formal y anticuada, como estuviese en pleno siglo XVIII ─. Es de mi agrado anunciar que esta gentil dama estudiará con nosotros a partir de ahora. Preséntate, querida.

─ Mi nombre es Akemi Homura. E-es un gusto ─ Homura todavía estaba algo apenada, pero de alguna manera lograba acostumbrarse.

─ Nuestra nueva integrante tiene algunas complicaciones de salud un tanto importantes, así que agradezco su mayor comprensión y colaboración en caso de que necesite su ayuda, ¿comprendido? ─ todos asienten, y Kazuko sonríe complacida ─ Me alegra mucho ver esa disposición de parte de todos. En ese caso tome asiento por favor, Akemi-san, justo en el asiento que está ahí ─ Homura asiente y va directo a donde le señala la sensei, y Kazuko nota algo más ─. Oh, Miki-san, le agradecería que cierre un poco más las piernas.

─ Lo siento, sensei. Es la costumbre ─ dice una chica peliazul apenada.

─ Lo comprendo, pero no se puede hacer nada. A mí tampoco me gustó que aprobasen que las faldas de llegar a las rodillas las recortasen a mitad de los muslos, pero no podemos hacer nada al respecto. Esto sólo trae problemas, pero tenemos que adecuarnos a las nuevas normativas para evitar eventos desagradables.

Un ruido repentino llama la atención de los presentes, y es que Homura se había tropezado con uno de los pupitres. Al estar avanzando sin lentes, no pudo ver bien por dónde iba y terminó tropezando. Por suerte no se le subió la falda, aunque igual Kazuko se muestra escandalizada.

─ ¡Akemi-san! Santo cielo, no se quite los lentes si realmente los necesita. No queremos un incidente que comprometa su salud física o su reputación con sus compañeros, especialmente cuando recién está llegando.

─ L-lo siento ─ Homura se pone los lentes apenada y toma asiento.

Homura apenada toma asiento y mira por un momento a Madoka, la cual daba un aire sublime con la elegancia que mostraba, haciendo sonrojar a Homura. Aunque había algo más que la inquietaba, y es que al hacer un contraste de lo que había pasado hasta el momento, Homura había llegado a una conclusión.

─ "Hice más que solo viajar en el tiempo. En realidad viajé entre líneas temporales ¡El multiverso existe!"

CONTINUARÁ…


Y hasta aquí llegamos hasta 2024. Igual no es como que vaya a estar demasiado tiempo sin hacer nada (bueno, sí, pero hablo en el sentido de los fanfics), así que no crean que estarán demasiado tiempo sin saber de mí. Me despido, y nuevamente les digo que se porten bien.

Hasta otra