cap no apto para amigas Taioras, SALTENSE ESTE.


CHICKEN TERIYAKI

por Syb

Capítulo V: Chismes


A Sora nunca le gustaron los chismes porque siempre se centraban en ella, Taichi y Yamato; y después de la estúpida novela de su cuñado, esos chismes plagaron las revistas rosas por un tiempo y quiso ser ella la que estuviese en Marte y no su esposo. Él no necesitaba distancia de los medios porque, después de todo, siempre era ella la mala del triángulo. Según se decía, Sora era la que había dejado al embajador Taichi con el corazón roto por irse con el astronauta Yamato, pero la pelirroja sabía que no era así.

Nunca lo diría en voz alta, pero había sido Taichi el que nunca hizo nada para estar con ella. Bromeaba con que le gustaba, sí, y tenía gestos galantes también; igualmente esperar por el momento en que el moreno le diera un beso e hiciera realidad sus deseos y fantasías, fue una eternidad. Ni hablar de lo poco claro y serio que era al respecto. Taichi le decía a Koushiro que Sora sí le gustaba, pero que no estaba listo, ¿para qué? Ni él lo sabía.

—¿Será que realmente le gusto? —le preguntaba en voz mientras veía su reflejo en la ventana. Hablar sola era normal para ella desde muy niña, ya que su madre se la pasaba en el atelier y de su padre casi no tenía noticias hasta que se interesó en la investigación del CITD.

Taichi sí sabía que a ella le gustaba, entonces, ¿por qué se demoraba tanto? Sora le había comentado lo mucho que soñaba con una familia tradicional, con un padre y una madre presentes; tal cual él tenía a diario, por lo mismo, a veces le parecía que Taichi primero quería huir de su familia tradicional y buscar la soledad que a Sora le sobraba hace tiempo, y luego volvería a un plan familiar.

Sora no estaba dispuesta a una eternidad para conseguir su familia tradicional.

—¡Sora, ya estás lista para ser la esposa de alguien! —le dijo Mimi cuando se quedó en su casa, una vez que fue a Japón para asistir al matrimonio de un primo en representación de su familia, ya erradicada en los Estados Unidos. Ese día, la chica todavía tenía el vestido y el maquillaje que usó en el matrimonio y no le importó mancharse de salsa picante cuando probó sus albóndigas. Sora sonrió, tímida, soñaba con un matrimonio y sabía que estaba lista para ello desde que entendió que su madre Toshiko nunca había querido ser una, pero solo había accedido a petición de su padre Haruiko.

Lo que las revistas rosas elegían ignorar, era que Yamato Ishida estaba igual de roto que ella, en todo lo relativo a familia. La primera vez que se besaron no había sido por nada especial, más bien fue por despecho por parte de ella y él…, pues no lo sabía, quizás Yamato sí estaba interesado en ella en la preparatoria.

La invitó a sus ensayos y se sintió extraña estando en la sala junto a las demás novias de la banda, Sora no se sentía como la novia de Yamato, pero entre más iba, más se relajaba y se hacía la idea. En ese entonces, se sentía culpable porque salía con Yamato y no Taichi, pero el rubio se empezaba a relajar con ella, y pronto empezó a besarle los labios y darle la mano cuando salían de la sala de ensayos.

"¿Eres la novia de Yamato?" escribió Mimi vía email. Sora no lo vio hasta dos días después, ya que ella no era buena con la tecnología como la chica de las estrellas en el cabello o Koushiro, ellos siempre se estaban comunicando durante la preparatoria. "No lo sé, es extraño, pero solo salimos de vez en cuando. No es nada serio" le respondió brevemente. Tenía miedo de que le dijeran a Taichi, especialmente si Mimi podía decirle a Koushiro y Koushiro a su mejor amigo.

—¿Quieres ir a tomar algo luego? —le preguntó Akira a Yamato luego de un ensayo.

Aún tenían las guitarras colgadas al hombro y ella había salido a un rato con la excusa de tomar un poco aire. La puerta había quedado entreabierta y Sora se quedó a un lado sintiéndose fuera de lugar. Nunca se había sentido bienvenida por el resto de las chicas que iban a animar a la banda.

—No sé —le respondió—, le debo preguntar a Sora.

—Ya —resopló con burla—, ahora que tienes novia, no sales mucho con nosotros.

Sora sintió que debía escribirle a Mimi inmediatamente para corregirse, no importaba si ella corriera luego con el chisme a Koushiro; ya que era algo que quería compartir con alguien en ese mismo instante. Su corazón se le aceleró y sus mejillas se le encendieron, le gustaba ser la novia de alguien. Le daba la pertenencia que siempre había buscado.

Yamato fue su primero en todo y había salido algo en él que nunca se imaginó que existía, era atento y siempre estaba tocándola, ya fuese un abrazo, una mano en su hombro o sobre su muslo. Incluso se había hecho el tiempo de ir a cenar con Toshiko y conocer a Haruiko cuando su padre se dignaba a aparecer.

—Es muy guapo —le dijo Toshiko con una sonrisa y Haruiko asintió con extrañeza, como si opinar de algo así no se le diera naturalmente. El padre de Taichi o el de Mimi seguramente dirían cosas más elocuentes.

Lo era, a veces sentía que no era lo suficientemente guapa para estar con él.

Yamato aguantó sus cambios de humor y todas las veces que explotó en llanto por culpa de su padre, pero no lograron durar en preparatoria. Se dieron un tiempo y los chismes sobre ella y el capitán de fútbol empezaron a llenar los pasillos. Mimi volvió a Japón y por fin pudo tener una amiga que era capaz de escucharla y no juzgarla, incluso si sus padres actuaran como una familia tradicional.

Supo por Mimi que Taichi empezó su tesis que dieron las bases políticas del CITD, y Yamato siguió con ingeniería con mención aeroespacial. Ella ya había empezado a trabajar en el atelier de su madre, con el fin de heredar en el futuro la tienda, no tenía tiempo para seguir lo que hacían o dejaban de hacer ni uno ni el otro. A la única que le enviaba reportes e imágenes de su avance en el atelier era a Mimi.

Sin embargo, comiendo en el centro de la ciudad con su padre, como lo hacían cada inicio de mes, no supo qué más decirle y le comentó lo que hacía su exnovio.

—Es guapo e inteligente —le respondió su padre.

Sora no sabía si se había enterado de que Yamato no era su novio hace años.

—Sí… —respondió incómoda, había obviado mencionar la motocicleta que aparentemente su padre Hiroaki le había comprado cuando entró en la universidad. Su cuñado Takeru años más tarde pediría un automóvil enorme a su progenitor.

Cuando volvió a ver a Yamato, él usaba una chaqueta de cuero y llevaba el casco de la motocicleta en una mano, ella usaba un kimono y llevaba el cabello recogido con un prendedor en forma de un pájaro con incrustaciones de cristales de color naranjo. No parecía que hubiesen crecido para volver a estar juntos.

No era su intención salir con él, ni siquiera había pensado en Yamato ni en Taichi, quizás por años.

—¿Qué es lo que quieres, Sora? —preguntó Yamato más tarde con un vaso grande de cerveza prendado a los labios. La pregunta era más bien retórica, eran solo dos amigos que se reencontraban luego de años de silencio.

Su voz era grave y más de una chica se había vuelto a verlo cuando entraron al local. Era quizás lo que más odiaba de salir con Yamato Ishida, todos coincidían que se vería mejor con una chica guapa como Mimi Tachikawa.

—Lo que siempre he querido —le respondió con los hombros caídos y una sonrisa tímida—. Casarme y tener hijos. ¿Y tú?

—Eso puedo hacerlo —rio con una sonrisa torcida como antaño.

Sora volvió a sentir lo que sintió fuera de la sala de ensayo. Cuando fue al baño, sacó su celular de su cartera que combinaba con su kimono y le escribió a Mimi Tachikawa. No esperaba que respondiera inmediatamente, la diferencia horaria entre lados contrarios del planeta perjudicaba la fluidez de su conversación, pero escribirle a Mimi era lo que había reemplazado sus pensamientos en voz alta. "Salí con Yamato, creo que pasará algo luego"

A la mañana siguiente, Toshiko fingió que todo estaba bien cuando lo vio salir de la habitación de su hija, con sus zapatos en una mano y el casco de la motocicleta en la otra.

En la actualidad, Sora no estaba dispuesta a ser el centro de otro chisme. Por eso, cuando Miyako le escribió de lo que su hija Kurumi había escuchado de la menor Izumi, no pudo evitar suspirar. "Osen le dijo a Kurumi que Michael irá a buscar a Ben porque es su verdadero padre" escribió la esposa de Ken.

Miyako se había casado con un detective, pero ella era infinitamente más curiosa que Ken.

Sora puso los ojos en blanco y suspiró con una sonrisa. "Osen es chica pícara, por supuesto que dijo eso para molestar a su hermano. Además, las fechas no cuadran, Ben es hijo de Koushiro" respondió Sora.

—¡Mamá! —gritó su hijo Kotaro con gracia—. Papi lo hizo otra vez.

Cuando se volteó, Yamato estaba sentado en la mesa con una mano en la cara mientras sus hijos se reían de él, a su lado en el suelo, un yogurt yacía aplastado por la gravedad de la que el rubio ya no estaba acostumbrado. Yamato constantemente soltaba las cosas que tenía en sus manos porque, en la estación espacial, todo se quedaba flotando, pero en su casa todo se le caía al suelo por la gravedad.

Miyako empezó a llamarla al celular y Sora se fue al patio a contestar.

—Dime —dijo Sora mientras cerraba la puerta tras de sí, Yamato por fin se había levantado del asiento para limpiar el desastre de la gravedad. Su hija Mayumi lo siguió de cerca para indicarle donde estaba la mopa luego de meses de ausencia de su padre y Kotaro se quedó esperando en su siento de niño pequeño.

—¿Michael es padre de Ben? Dime que no, por favor.

—No lo es.

—¿Por qué siento que faltan piezas en este rompecabezas?

—Es porque ves muchos doramas. A Mimi nunca le gustó Michael, solo estuvo con él un par de veces porque estaba convencida de que quería ser una chica moderna y libre, y tener muchos novios. Ella vio muchas veces Desayuno en Tiffany's cuando se mudó a Nueva York. Incluso se compró un ukelele para practicar Moon River.

—Quizás deba preguntarle a Daisuke, él fue un testigo clave cuando vivió con Mimi en Nueva York —resolvió Miyako como si fuera una detective del amor—. Decía que Michael era un buitre y estaba harto de él, por eso me prohibió hablar de Michael en su presencia.

Sora no quería seguir hablando de ese chisme, porque se trataba de Mimi y a Sora no le gustaba admitir que a veces sí le interesaban.

—Bueno, puede que se hayan casado muy pronto —dijo tímidamente. Qué importaba si ella y Yamato se habían comprometido de la nada—. Digo, Mimi suele decir que sus ovarios se enamoraron de Koushiro antes que ella. —Era una metáfora que la mujer usaba usualmente para no decir que no habían usado protección en la etapa fértil del ciclo de Mimi—. Por supuesto que Ben no es de Michael. Lo que quiero decir: lo único raro es que se hayan casado tan rápido, no la paternidad de Koushiro.

—Lo sé, Ben es de Koushiro…, pasa que no se parecen mucho —dijo Miyako, intentando cerrar el tema—. Aunque Osen tampoco se le parece a Mimi, pero sí sabemos que salió de ella.

—No pienses más en estas cosas.

—Aun no sabemos quién es el padre de Seiyuro, no necesitaba otro chisme de este calibre —reconoció la esposa de Ken.

—Ajá —suspiró Sora, pero no dijo nada más y terminaron por despedirse y cortar la llamada.

Yamato hace tiempo le había dicho lo que Takeru le dijo de Hikari y Seiyuro, y tenía cierta idea del padre del niño. Sin embargo, ella no era buena para mantener el chisme vivo. Sora podía entender por lo que pasaba Hikari en ese sentido.