MAXIMA CULPA
Capítulo 19: El testimonio
El axioma dice que el estado de madurez se alcanza cuando el hombre está preparado para esperar lo inesperado, es decir ignoramos que nos puede acontecer a la vuelta de la esquina, pero sea lo que sea estaremos en condiciones de aceptarlos; ¿nos podremos convertir en criminales de la noche a la mañana? Esta historia nos hará reflexionar profundamente en este sentido.
EN UN HOSPITAL...
–Fischl von Luftschloss Narfidort. Por aquí, por favor. Adelante. –Llamó un médico accediendo a la princesa acompañada de Keqing.
–¿Algún problema, doctor? –Expresó la rubia.
–Bueno, por tu epilepsia pasa por lo que ya conversamos, los remedios son para tomarlos.
–Sí, es que a veces se me acaban.
–Sí lo sé, pero tienes que hacerte el hábito de tomarlos, sino vas a volver a caer en crisis.
–Sí, le prometo que voy a cambiar.
–Aunque el causante de tu último malestar no tiene nada que ver con la epilepsia.
–¿Cómo?, ¿qué quiere decir?
–¿Te acuerdas de los últimos exámenes que te mandé a tomar?
–Sí. –Afirmaba ella.
–Era para pedir cómo estaba mi olfato médico, y debo decirte que no me equivoqué.
–No me ponga nerviosa, doctor. ¿Qué pasa?
–Estás embarazada.
–¿Estás embarazada?, ¡qué rico! –Se emocionó su compañera Keqing.
–Lo extraño es que tiene cuatro meses de embarazo, no sé cómo no te diste cuenta. Te voy a recetar unas vitaminas. –Anotó el doctor.
La noticia enmudeció a Fischl, ella tiene 19 años y sabiéndose con el derecho de elegir sus pasos decidió no vivir en su casa con Oz; quería libertad, necesitaba experimentar la vida, soñaba con independizarse.
–Me dijo que tenía cuatro meses. –Aclara la rubia electro.
–¿Y no te habías dado cuenta? –Expresó el pájaro oscuro.
–No, si yo fui al médico por otra cosa y ahí me dio la noticia.
–¿Y qué piensas hacer?
–Tenerlo.
–Mira, si ahora peleaste con el padre del bebé, ¿cómo lo vas a hacer?
–Bueno, no sé. Apropiaré sola, total no voy a ser la primera madre soltera, ¿no?
–Mire señorita, los hijos necesitan atención y tú eres...
–¿Y yo qué?
–Eres como eres.
–¿Irresponsable quiere decir?
–No, no sé si irresponsable sea la palabra, pero yo no sé si tú estás preparada para ser mamá. –Concluyó el ave eléctrico.
Fischl se fue a vivir esporádicamente donde su amigo Venti, con quien logró establecer una extraña relación afectiva que incluso los más cercanos confundieron con noviazgo, este joven trovador albergaba en su garita cuánto amigos se lo pidiera si podía ayudarlo.
La maternidad para Fischl se transformó en un juego de niñas, le pareció buena la idea de ser madre y en ese contexto se contentó al proyectarse en algunos meses más con su hijo en brazos. Keqing, esta joven era la más alegre con la noticia ya que admiraba a Fischl quien en cierto modo se transformó en su referente como mujer.
Un 8 de agosto, Fischl salió con su amiga Keqing con destino desconocido; a Cyno quien también vivía en casa de Venti mientras estaba en Mondstadt ya que era de Sumeru le pareció extraño el comportamiento de esta joven ya que nunca se arreglaba tanto.
Razor es un personaje clave en esta historia, aquel 8 de agosto estaba en su casa adiestrando lobos para su sobrino.
EN UNA DISCO...
La noche de aquel día, tal como acordaron Fischl y sus amigos se reunieron en un boliche frente a la plaza de Mondstadt a escuchar música, como era su hábitat. Este era un punto de reunión desde donde salían y entraban sin darse explicaciones de ningún tipo; el grupo que ellos forman es bastante singular, ya que todos sus integrantes tienen edades y propósitos diferentes y es precisamente Fischl, el personaje aglutinador.
Los hechos que se recuerdan de aquel momento son pocos, como por ejemplo que Fischl y Keqing abandonaron el lugar alrededor de las doce de la noche. Todo hubiese sido parte de la rutina y por lo mismo insignificante si Venti y el otro amigo eventual no hubiesen decidido salir del negocio a solo minutos de sus amigas dando la sensación que la seguía.
El amanecer del 9 de agosto marca un hito importante en la vida de estos cinco personajes; Rahman, un guardia de seguridad de una empresa del sector que a menudo toma el trayecto para acortar tiempo, será a partir de ahora testigo ocular de un hecho espantoso, cruento y por sobre todo inhumano, cuya imagen jamás podrá borrar de su retina.
En estas condiciones apareció el cuerpo sin vida de Fischl von Luftschloss Narfidort; fue brutalmente asesinada con signos evidentes de violación, las marcas en su cuerpo hablan claramente que la joven se resistió hasta que perdió su fuerza ante los victimarios. Los primeros indicios hacen suponer que fue atacada por más de una persona, lógicamente el bebé en gestación que ella llevaba en su vientre abortó su desarrollo -al igual que el pájaro Oz-, pero lo que ignoraban los supuestos victimarios era que hubo una testigo ocular.
–Nosotros con Fischl nos fuimos sola, pero ellos no siguieron hasta la plaza, entonces igual hacía frío y Cyno fue a buscar una botella de vodka o de ron, no me acuerdo. –Testifica Keqing desde la jefatura de policía.
FLASHBACK
–¿En serio? –Habló Venti. –Ah, ¿y compraste?
–Listo, esto es lo que conseguí. –Dijo Cyno trayendo una botella de alcohol.
–¿Vodka?, ¿y no había otra cosa? –Agregó Fischl.
–No te alcanzó para un juguito, con vodka solo nos vamos a embriagar de una. –Se excusó el bardo.
–Si igual salva. –Comentó el peliblanco.
–Cuidado, por aquí pasan los hilichurls a cada rato. –Alertó Keqing.
–Sí, igual Keqing tiene razón. Si acá no podemos tomar. –Dice la rubia Electro.
–Vamos para la línea entonces, si allá no hay nadie. –Razonó el faraón.
–Eso, buena idea. Vamos Fischl. –Citó el azulado.
–¿A pie? Usted sabe que yo no hago caminar. –Cuestiona la oxigenada.
–Pero vámonos en taxi.
–¿Quién lo va a pagar? –Contestó la pelivioleta yandere.
–Entre todos nosotros, está ahí. Ya vamos. –Aseguró Cyno.
–Vamos a la avenida. –Lo guió Venti.
FIN DEL FLASHBACK
–¿Quiénes eran ellos? –Interroga el policía.
–Cyno, Venti, Fischl y yo, y otro tipo que no reconozco quién era, no había visto. Le decían Razor. –Contó Keqing sollozando. –Yo estaba ahí detrás de unos matorrales...
–Ya, ¿y? –Continuó el comisario.
–...y ahí lo vi. Se colaron y empezaron a abusarla. Fischl se quiso ir, pero ellos no la dejaron. –Confiesa ella poniéndose a llorar y bebe un vaso de agua para desahogarse. –Yo les grité para que no la violaran, pero estaban tan borrachos que ni escucharon. ¡Yo no sé qué más le habrán hecho! Yo me fui ahí, salí corriendo a buscar ayuda, pero no había nadie y cuando volví, Fischl era mi única amiga, criamos como hermanas. No sé qué voy a hacer sin ella.
Según su confesión, esos supuestos tipos la desnudaron para ultrajarla antes de que -uno de ellos- le lapidara con una piedra en la cabeza de la rubia Electro pereciendo en la escena.
El testimonio de su amiga Keqing, para la policía la única testigo de aquel horrendo y despiadado crimen fue la evidencia más significativa para dar con el paradero de los victimarios, muy rápidamente la policía consiguió el permiso del juez para detenerlos, obviamente en la seguridad que en el sitio del suceso nadie pudo verlos la policía tenía la certeza que los implicados a quienes menos esperaban serían precisamente a ellos. De este modo, Cyno y Venti fueron detenidos en su propia casa.
Posteriormente también fue arrestado Razor en otro sector.
–¡Debe ser un error! –Exclamó el peligris intentando oponer resistencia ante la policía.
Los tres inculpados llegaron a cumplir su etapa de procesamiento a la penitenciaría de Mondstadt, si bien son de clase media baja esta forma de entender la vida los marcó profundamente. Por supuesto, son muchos los impactos que sufren quienes son conminados a este presidio, pero estos hombres tempranamente se dieron cuenta que por ningún motivo debían confesar la razón de su encierro, ya que aquí los violadores reciben un ejemplar castigo.
Estos tres amigos son primerizos, pero por alguna razón extraña fueron ingresados a una calle de internos reincidentes con todo lo que ello implica para la seguridad de sus vidas; quienes acceden a este lugar sólo tienen dos opciones: o se mantienen al margen de la vida carcelaria o aceptan, como modo de incorporarse al resto de la población penal el consabido proceso de "prisionización". Este proceso significa que en muy rápidamente se adaptan a la forma de vida, a sus normas y fundamentalmente un vocabulario con el cual se relacionan quienes llevan años privados de libertad; desde luego esta opción es la que mejor medida permite una buena convivencia, pero a la vez es carta fundamental para matricularse en la escuela del delito.
–¿Te preguntaron algo? –Contestó Cyno tras ducharse.
–Les dije que veníamos por homicidio. –Comenta Venti.
–Estos tipos son capaces de violarnos.
–Pero no sé cuánto tiempo más aguantan aquí.
–¿Hablaste con el abogado?
–Sí, nos fue mal, cobra un ojo de la cara. Mis amigos no tienen ni uno.
–Dunyarzad fue a la corporación, no sé cómo se llama y es gratis, pero no entiende nada, son puros estudiantes (de Derecho).
–Y sin abogado estamos acabados.
–Y así que fue Keqing las que nos jodió.
–Sí, se fue con la poli y le creyeron todo.
–Estúpida de mierda.
–Oye, no te conté.
–¿Ah?
–Me encontré con un amigo aquí. –Decía el bardo.
–¿Sí está acá? –Preguntaba el albino.
–Por robo, es buena onda. Prometió ayudarnos en cualquier cosa.
–Y vos, ¿hasta cuándo crees que nos tengan acá?
–No sé, hasta que salga condena creo.
–Es que Dunyarzad está cada día peor.
–Pero por lo menos está aquí.
–Socio, desde que yo estoy acá yo sé que ella se va muriendo de a poco.
–Nos vemos en la visita. –Se aleja Venti.
El dicho en lapidario y siempre oportuno, "no hay mal que dure cien años ni persona que lo aguante". Sumidos en una insomnia angustia incontrolable; Venti, Cyno y Razor se mantuvieron aislados del resto de la población durante los primeros días, sus eventuales compañeros no hicieron más preguntas en relación a la factura de su delito, pero más temprano que tarde las mentiras se vuelcan como efecto búmeran en contra de quiénes las emiten.
La noticia aparecía en la prensa que develaba su carácter de violadores fue el gatillante que movió a los más osados a cobrar la vendetta carcelaria, que no es otra cosa que responder hacia los denominados "a ser violados" con la misma moneda.
Los días pasan y la incertidumbre crece aquí en la penitenciaría de Mondstadt, no hay noticias, ni buenas ni malas, sino el silencio que liquida la mente que va corriendo el alma hasta desgastar las pocas fuerzas que quedan con el encierro; no existe conciencia del tiempo y solo queda soportar la fatídica sombra de la eterna espera.
AÑOS DESPUÉS...
–Su alteza, si tienes cosas que hacer el domingo no venga. –Expresó Cyno a la visitante Dunyarzad.
–*Jadeo* Estás loco, ¿cómo no voy a venir? Claro que tengo que hacer, pero las hago después. –Alega ella.
–¿Habló con la jueza?
–No, siempre está ocupada. Me mandó a decir con el actuario que mientras prepara la condena no tiene nada que hablar del caso.
–O sea que tenemos para rato.
–Disculpen, ¿puedo hablar un segundo con ustedes? –Dijo un hombre.
–¿Quién es usted? –Preguntó el guerrero peliblanco.
–Wriothesley, soy abogado recién titulado.
–¿Dunyarzad consiguió un abogado? –Comentó sorprendido el albino.
–No, yo no lo conozco. ¿Quién lo mandó? –Respondía la dama.
–Por nadie, señora. Es lo que pasa que yo he estado leyendo el proceso de ustedes, me interesó ver qué puedo hacer. –Le explica el licenciado.
–Perdone señor, pero nosotros no tenemos con qué pagar un abogado. –Insinúa la de Sumeru.
–Señorita, yo no estoy hablando de dinero, ¿anda aquí tus compañeros? ¿Los puede llamar?
–Sí, claro. Venti, Razor. –Los llamaba Cyno a sus compañeros. –Él es abogado y dice que tiene que decirnos algo.
–Hola, Wriothesley. A sus órdenes. Yo sé que esto les puede parecer raro, pero tengo la intención de ayudarlos.
–Pero le dijiste que no teníamos ni uno. –Alegaba Venti en voz baja.
–¿Y nos quiere ayudar gratis? –Consultó Razor.
–Sé que puedo hacer algo por ustedes, solo vengo a que me autoricen para poder meterme del caso. –Respondía el joven de Fontaine.
–¿De verdad usted es abogado? –Dijo Dunyarzad.
–Sí señorita, Obtén mi tarjeta. –Le presenta su credencial. –Me imagino que usted es la representante de él, ¿no?. Usted podría ir a mi oficina, su testimonio puede ser importante.
–Pero, ¿qué necesita usted? – Preguntó Venti.
–Ya les dije, que me autoricen a que legalmente yo sea su representante, yo sé que eso es mucho pedir, pero les juro que aquí no hay nada escondido, chiquillos.
–Ya, no perdemos nada. Don... –Recalcó el lobero.
–Wriothesley.
–Don Wriothesley. Haga lo que quiera, pero nosotros no tenemos ni una mora. –Finalizó Razor.
EN UNA TARDE HÁBIL...
Era evidente que la postura del abogado quien ofreció sus servicios sin ninguna pretensión económica no creó confianza en Cyno ni en Venti. Sin embargo, este hombre concilió el proceso y se introdujo en el delito que los llevó a prisión. Su estudio en el expediente le dejó muchas dudas que por cierto quiso aclarar, para este efecto decidió ir al lugar del suceso y comprobar in situ sus contrariedades.
Reconocer este lugar e imaginar la visión de Keqing, cuyo testimonio irreversible sobre los acontecimientos permitieron su detención fue sin querer el documento que en mejor medida ayudar a Wriothesley a confrontar su punto de vista. Este hombre actuó con una acuciosidad absolutamente desmedida para un trabajo gratuito, a decir verdad inspirado en su conciencia social ya que tenía certeza que aquellos hombres estaban desprovistos de una defensa acorde a sus necesidades contractuales, agudizó su mente y doblegó esfuerzos para tratar de encontrar alguna hebra que pudiera ser beneficiosa para estos hombres.
El abogado no cesó en su intento por buscar pruebas que alivianaran el peso de una condena inminente hacia los procesados, su olfato detectivesco lo llevó a entender que una conversación con Keqing sería de vital importancia para sus próximos pasos.
–Señora, buenos días. –Dice Wriothesley consultando a una mujer
–Buenos días. –Recibía el saludo una tal Xianyun.
–Disculpe que la moleste, mirando buscando una joven que se llama Keqing. No sé si la ubica.
–Sí, sí la ubico.
–¿Sí?
–Pero ella ya no está acá, ella se fue a un sanatorio mental.
–Ah fíjese, ¿y usted sabe a qué lugar se fue?
–Sí, ella está en el manicomio de Liyue.
–Manicomio de Liyue. ¿Dónde queda, señora? Usted sabe... –Anota él en su libreta la ubicación señalada.
Entretanto y sin dar ningún crédito a la particular investigación de aquel desconocido abogado, el encierro comenzó a hacer mella en estos hombres que continuaban en la cárcel sin ningún tipo de pronósticos.
En solitario y con la fe de un ermitaño profesional, Wriothesley consiguió dar con el paradero del sanatorio donde supuestamente se encontraba Keqing. Desde luego ignoraba todo sobre ella y por lo mismo cualquier antecedente o perfil de su conducta sería significativo.
–A los cinco años, Keqing comenzó a vivir en hogares de protección. –Expresa el director del centro psíquico-mental.
–Pero ella ha estado tratando de ubicar a Xianyun, pero desgraciadamente no ha podido dar con su paradero. ¿Ella viene a visitarla? –Interroga el oriundo de Fontaine.
–No, nunca ha venido por aquí. Según la ficha sus padres están separados y al parecer están viviendo en Natlan.
–¿Y es tan agresiva como dicen?
–No, ella aquí tiene una actitud de respeto y de colaboración, es un poco manipuladora, pero casi todas lo son.
–Entiendo que ya se drogaba.
–Sí, así es. Pasta base, marihuana, alcohol, pero es el currículum de la mayoría.
–Me gustaría conocerla y ver la posibilidad de conversar a solas con ella.
–Sí, no hay problema. Es cuestión que me acompañe. –El director le indica en una ventana al exterior a Keqing. –Allí está, la niña que está sola allí. De pronto no es muy sociable.
–Supe que ha estado seis veces en el centro. –Contradijo Wriothesley.
–Sí, aunque en estricto rigor ella aún es una adolescente, su caso es un tanto perdido, su diagnóstico no es muy bueno.
–¿Cree usted que se podrá llegar a convertir en una delincuente?
–Lamentablemente señor, ya lo es.
La situación de desamparo de Keqing y fundamentalmente su condición psicológica no pueden dar fe de un testimonio tan claramente revelador a menos que la muerte de su amiga haya sido el detonante.
CÁRCEL DE MONDSTADT, DÍAS DESPUÉS
–Yo he estado revisando el proceso, me he encontrado con vacíos y contradicciones. –Comentó Wriothesley a los imputados.
–¿Usted cree que se puede hacer algo? –Decía Cyno.
–Siempre se puede hacer algo.
–Yo pienso lo mismo, pero yo creo que es demasiado tarde. –Opinó Venti.
–Ellos nunca han tenido una defensa permanente. –Expresó Dunyarzad.
–Si sale la condena estamos jodidos. –Lamentaba el albino.
–Por eso hay que moverse rápido antes que la jueza dicte esa condena. –Calmó las aguas el abogado.
–¿Y usted encontró alguna evidencia que lo favorezca? –Preguntó el bardo.
–Yo estuve en el lugar de los hechos y la verdad que me costó encontrar un arbusto porque el sitio es totalmente eriazo. –Respondió el pelinegro.
–¿Y eso qué tiene que ver? –Indaga la mujer.
–Lo que pasa es que esta joven Keqing, esta dice que vio el crimen y la violación aseguran todas partes que ella mientras ocurrían los hechos estaba detrás de unos arbustos.
–Pero, ¿y la jueza no se dio cuenta de eso? –Objetaba el de Sumeru.
–Ese es mi trabajo, hombre, que ya se dé cuenta estas cuestiones.
–Yo no conozco esa joven, pero debe estar loca, ¿no?. –Deduce aquella dama.
–Yo la conozco un poco más y pienso que debe haber consumido algo de droga o algo así, porque si no, no me explico lo que dijo. –Dijo el arconte.
–Y el asunto es que ella es considerada testigo ocular, desgraciadamente para los jueces eso es considerado una evidencia irrefutable, a no ser que nosotros demostremos lo contrario. –Mencionó el licenciado.
Un equipo de profesionales sometió a Keqing a un examen para medir su estado mental y su nivel de socialización en el medio que está virtualmente recluida, este peritaje exigido por el abogado Wriothesley es coincidente con la investigación que lleva a cabo la jueza.
–Ya no quiero hablar con... –Interrumpía la pelimorada presionada de los interrogatorios.
–Sí, yo creo que mejor la dejemos, por favor. Ya, tranquila. –Le ordenó el director del sanatorio.
En un juzgado, Dunyarzad esperaba atenta alguna novedad relacionado al caso.
–La sentencia aún no ha salido, señorita, la jueza aún se encuentra estudiando el caso. –Dijo un actuario saliendo del juicio.
–Pero, me dijeron que viniera en estas fechas, señor. Con todo respeto, ¿no cree que la jueza se está demorando mucho en el estudio del caso de mi protector? –
–Bueno, ¿y cuál es su apuro? Usted sabe que él tiene para rato en la cárcel y usted tiene que tener conciencia que no va a salir tan rápidamente.
–Pero él es inocente, señor.
–Para las madres, señorita, los hijos nunca crecen y por supuesto, siempre son inocentes.
–Usted conoce a la jueza, ¿cree que la sentencia será muy larga?
–Mire, una violación con resultado de muerte no me gustaría estar en el cuerpo de su hijo.
–¿Qué significa eso?
–15 años. –Tradujo la condena el actuario.
–¿Quince años? –Se impactó conmovida la joven.
–Como mínimo, ahora si es reincidente bueno, capaz que no lo dejen salir. Usted me pidió que se lo dijera, con permiso.
MÁS TARDE...
–Nadie ha querido escucharme, le puse dos de azúcar –Citó Dunyarzad recibiendo una taza de té.
–Muchas gracias, está rico. –Saborea Wriothesley la infusión. –Señorita, yo he hecho todo lo que está mi alcance, ¿ah?
–Lo sé, don Wriothesley. Mire, lo juro, que sea cual sea la condena de Cyno yo le voy a pagar todo su trabajo.
–No, no. Yo se lo dije la primera vez y se lo reitero ahora, yo quiero ayudarlos. Nunca he hablado de dinero, así que quédese tranquila.
–¿Se imagina si lo condenan a muerte?
–*Suspira* Eso no va a ocurrir.
–Se lo comenté al actuario y sabe, con toda tranquilidad me dijo que él creía justo que fueran quince años.
–¿Eso le dijo?
–Como se ve que no tiene hijos.
–Mire, yo sé que estas cosas nunca caminan lo rápido que uno quisiera, pero hay que tener paciencia.
–¿Y usted cree que no le he tenido? Si ellos van tres años sin nadie les ha dicho nada.
–Señorita, creo que yo he hecho un buen trabajo, en este minuto la jueza tiene todas las pruebas en su poder, hay que saber esperar.
–Perdone, don Wriothesley. Pero, ¿qué sacamos con eso?, si la jueza lo único que cree es el testimonio de esa joven.
La conversación con Dunyarzad quien nunca faltó a ninguna visita de Cyno alentó aún más a este hombre para hacer notar la serie de imprecisiones que según él tenía el proceso. La jueza ya estaba al tanto de todas las diligencias solicitadas por el abogado defensor, todos los plazos se cumplieron y ahora solo cabía esperar el veredicto; Cyno, Venti y Razor se cansaron de clamar justicia, nadie se detuvo a escucharlos, excepto este abogado Wriothesley. Donde pudieron a estos hombres aseguraban que ellos no habían sido y que dormían en casa cuando Fischl fue asesinada, pero el testimonio de aquella joven impidió otra versión y con ello hipotecaron su libertad. Ahora solo cabe la resignación y ante una posible pena de muerte, quince años pareció la sentencia menos mala con todo lo que ello significa para su alma.
–¡Cyno!, ¡Venti!, ¡Razor!, ¡a la sala del guardia! –Comunicó a gritos un funcionario de gendarmería.
–¿Escuchaste eso? –Contestó Venti.
–Te salió la condena. –Dijo el primer reo.
–¿Y por qué a esta hora? –Expresa Cyno a otro compañero.
–A esta hora cierran los juzgados. –Aclaró el prisionero.
–¿Vos crees? –Pensó el bardo.
–Sí, ¿para qué tontería llamar a esta hora? –Se excusó el primer recluso.
–¿Sabrá Dunyarzad? –Dudó el albino.
–Los abogados seguramente le deben haber dicho. –Agregó su colega.
–Ojalá que no me envíen fuera de Mondstadt, la doncella se me muere.
–¿Me irán a trasladar? –Dice el Arconte.
–Yo comprendo, pero tranquilo, si todavía tiene derecho a apelar. –Menciona el reo.
–Venti, ¿estamos listos? –Vocifera el funcionario.
–¿Nos cambiarán ahora mismo? –Indaga el faraón.
–No creo, pero tranquilo flaco, el tiempo pasa rápido. –Calmó las aguas el segundo convicto.
–Igual te deseo suerte.
–Cyno, ¿estás listo? –Dijo el gendarme.
–Sí. –Afirmó él mismo.
El trío de inculpados fueron dirigidos a la sala de guardia esperando su sentencia definitiva.
Estos hombres lucharon para que este momento no llegara nunca. Si bien más de tres años de prisión pudieron servir de acostumbramiento, de experiencia, para ellos vivir una condena injusta es un dolor eterno; ahora ya no queda esperanza, solo resignación.
–¿Estos son? –Indicó el gendarme capitán.
–Sí. –Dijo el encargado.
–¿Cómo te llamas? –Preguntó él.
–Venti. –Respondió él
–Y vos.
–Cyno. –Dijo el de Sumeru.
–Razor. –Contestó el lobero.
–¿Cuánto tiempo llevan aquí?
–Treina y nueve meses, dos semanas y un día. –Decía el bardo.
–¿Y por qué están aquí? Pregunten.
–Por homicidio y violación. –Corean los tres al unísono.
–No escucho.
–Por homicidio y violación. –Insisten ellos.
–¡No escucho, hombre!
–¡Por homicidio y violación!
–Ah, ¿y sus cosas?
–Nadie dijo que las trajeran. –Sopesó Cyno.
–¿Salió la condena? –Consultó el músico verdoso.
–Sí, salió la condena. Están absueltos, quedaron libres. –Decretó el gendarme capitán.
–¿Verdad? –Dijo Razor.
–Preparen sus cosas, mañana se van a ir a primera hora.
Al conocerse el veredicto final, ese trío se abrazaban emocionados y entre lágrimas su ansiada libertad que les hipotecó sus vidas tras más de tres años de encierro. Al día siguiente, ellos fueron recibidos con aplausos de los reclusos previa a la salida de la cárcel; también era esperado por amigos, conocidos y el propio Wriothesley en el exterior acabando esta tortuosa pesadilla, si no fuera con la ayuda de ese abogado defensor quien demostró su innato esfuerzo de dilucidar el caso que los implicó.
Varias fueron las evidencias que el abogado logró derribar, pero fue el cuestionamiento a la veracidad del testimonio de Keqing lo que dejó libre a estos hombres. Ustedes ahora están apreciando a los verdaderos protagonistas de esta historia cuyo testimonio los conmueve.
En Teyvat nunca se ha aplicado reparación por errores judiciales, el caso irá a una corte internacional buscando recompensa por el atropello a su dignidad.
Este problema no hubiese sucedido con la vigencia de la futura y nueva Reforma Procesal Penal.
Estos hombres están libres y son considerados inocentes, pero extrañamente nadie está preocupado de buscar a los verdaderos culpables.
Con este capítulo se da por finalizada la temporada que, de momento tomaré un receso indefinido por obvias razones e incluso está afectando mi salud; lamentablemente voy a tener que dejar de escribir y adaptar por un tiempo determinado que podría volver en unos meses, quizás en un par de trimestres.
Nuestros agradecimientos más sinceros a todos ustedes, quienes nos han privilegiado con su sintonía. Será hasta una próxima temporada... Gracias, y hasta la vista.
