Era el último atardecer. TULA estaba sentado al lado de VAGINA, ambos estaban ya relajados.

-¿Por qué volviste?- Dijo TULA.

VAGINA cerró los ojos y notó lo evidente.

TULA cerró los ojos y vio un recuerdo en su cabeza: Era un Ralts, escondida en un montón de hierba con miedo a salir…


Los Ralts suelen vivir en un mundo al que no pertenecen. Mientras los animales pelean con sus garras y dientes, ellos solo observan siendo ajenos a todo. Así fueron los primeros momentos de VAGINA. Aparecer en un lugar donde ningún pokemón es de tu especie no es sencillo, más si no tienes otra opción que gruñir. Su capacidad de comprender era brillante, pero eso no valía nada en ese lugar donde solo podía esconderse del resto.

Cuando eres diferente existe una muralla infranqueable que te aparta aunque intentes acercarte físicamente. Pero cuando tu sensibilidad es más fuerte que el promedio, es cuando empieza la verdadera tortura. TULA y VAGINA sufrían la misma soledad, a pesar de vivir en mundos opuestos.

Entonces TULA comprendió la metáfora que unía el cielo negro, los cristales y el suelo. Era simplemente un intento de VAGINA de hacerlo comprender lo agradecida que estaba con él por haberla sacado de ese lugar monótono y llevarla a una aventura llena de color.


-Vaya… no sabía que había hecho algo tan bueno… pero…-


-¿Puedes comprender a alguien con solo verlo? ¿Sus intenciones? ¿Sus mañas? ¿Qué lo hace feliz, triste, enojado, lo que oculta, lo que lo frustra y por qué todo este mar de emociones es de esta manera?-


-Pero… en ese momento- iba a replicar TULA.

VAGINA, sin miramientos a los sentimientos de TULA empezó a llenarlo con recuerdos.

El arrepentimiento, las peleas, las reconciliaciones y la felicidad; todos los recuerdos salieron juntos. TULA pudo notar cómo su alma se destruía y se reconstruía en algo nuevo. La manera en que su bondad y su maldad iban girando como una rueda y cómo había parte de una en la otra. Sus miedos y sus valentías comenzaron a alinearse; sus ojos comenzaron a brillar.

Cuando el brillo llegó a su clímax, sacó la siguiente conclusión:

-Supongo que no estoy tan mal después de todo…- dijo sonriendo.

VAGINA soltó una risotada extraterrestre y luego sintió los brazos de TULA aferrándose a su cuello.

-No volvamos a separarnos-

¡Y su deseo se cumplió!

TULA empezó a sentir que flotaba y como su cuerpo sin peso empezaba a ser zarandeado por el viento. Tal que tenía que seguir afirmado de VAGINA si no quería perderse en la estratósfera.

VAGINA, que había salvado a TULA de su perversión vacía, de una horda furiosa, del millonario, de una horda furiosa x2, de su perversión vacía x2 y de la propia culpa que le generaba ser como es, caminaba triunfalmente con TULA prendido de su cuello como si fuera su capa.

VAGINA, la verdadera heroína de esta historia, llevó a TULA a una isla desierta lejos de la gente mundana y superficial, una isla donde podrían desencadenar su puro y sincero amor.

La magnánima VAGINA hizo un gruñido como diciendo adiós y se llevó a su amado con ella. TULA se quedó en paz en la espalda de VAGINA.