LAPSUS

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Historia hecha sin fines de lucro.

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Ranma bajó las escaleras corriendo, estaba atrasado para impartir su segunda clase del día, seguro los estudiantes ya estarían en el dojo. Iba a pasar de largo hasta salir de la casa cuando escuchó que su madre decía su nombre. Sin poder evitarlo, pensando que lo estaba llamando, se acercó un poco, ni ella ni Kasumi lo notaron en la puerta de entrada al comedor, así que la señora Saotome siguió hablando.

- Es que Ranma es tan varonil.

- Nada nuevo. - Pensó dándose la vuelta, su madre siempre hablaba así.

- Yo nunca pensé que mi hijo que era tan serio, tan reservado, ¡tan inmaduro! - Remarcó y Ranma giró y escuchó de nuevo. - Se convirtiera en el marido perfecto. Y el responsable definitivamente no fue Genma. - Se rio un poco.

- No es para tanto... - Se dijo un poco apenado. Era verdad que siempre intentaba hacer lo mejor por su esposa, pero creía que distaba mucho de ser perfecto.

- ¡Y se volvió tan romántico! ¡¿Lo has notado Kasumi?!

- ¡Si! - Contestó con emoción. Ranma torció el gesto.

- ¿Romántico? Estas mujeres se están volviendo locas. - Se aguantó las ganas de bufar y volvió a darse la vuelta cuando ellas continuaron.

- Ranma definitivamente parece un poeta sacado de los libros de amor. - Declaró Kasumi casi suspirando.

- ¿Qué? ¿Pero de que rayos hablan? ¿Romántico yo? ¿Poeta? ¡Eso jamás! - Arrugó las cejas, ¿por qué decían todas aquellas mentiras?

- ¡Oh! ¡Ranma es tan varonil! - Dijo de nuevo Nodoka y Ranma terminó por decidir que definitivamente estaban enloqueciendo. Se dio vuelta sin oír más y se fue a dar su clase.

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- La verdad Tendo, no sé de dónde sacó ese muchacho esa cualidad. - Dijo Genma mientras jugaban shogi. Ranma que venía de un mandado y estaba a punto de saltar desde el techo que estaba directamente sobre las cabezas de los hombres, se quedó rígido al escuchar a su padre hablando de una cualidad.

- ¿Papá diciendo algo bueno de mí? ¡ja! ¡veamos con que cosa sale esta vez! - Pensó creyendo que terminaría por decir alguna tontería

- Pues yo creo que el amor le sentó bien, ¿no? - Dijo haciendo su próxima jugada.

- Tal vez... aunque más bien creo que Akane lo ablandó.

- ¿Ablandarme? ¿De qué están hablando? - Torció la boca ante las palabras.

- Yo no lo llamaría "ablandarlo", más bien solo creo que está muy enamorado y agradezco que sea así, sé que Akane está en buenas manos. - Ranma suspiró, tampoco estaba sorprendido de que Genma lo llamara débil de forma sutil solo por esforzarse por su esposa y tuvo ganas de refregarle en la cara.

- ¡Qué tengas suerte de que mamá se conforme con lo mediocre que eres, no significa que yo quiera tratar igual a Akane! - Estaba dispuesto a enfrentarlo cuando Saotome continuó.

- Bueno, eso sí, en mejores manos que las de mi muchacho no podría estar, pero he de decir que si me sigo sorprendiendo cuando Ranma se pone cursi, eso nunca me lo hubiera imaginado de él. - Ranma se detuvo.

- ¿De qué habla?

- Si, hasta yo me sigo sorprendiendo, cada día parece más versado. - Dijo con ánimo el señor Tendo. - No sabía que Ranma era de esa clase de chicos.

- Ni yo... ni yo lo sabía Tendo.

- ¿Qué? ¿Qué clase de chicos?

- Mire Saotome que cuando yo tenía a mi mujer con vida era muy cursi, le decía constantemente que la amaba y hasta llegué a dedicarle alguna canción de amor, pero Ranma... ¡Ranma me quita el puesto número uno definitivamente!

- ¡¿Qué?! ¡¿Qué yo soy el más cursi?! ¡Están locos! ¡Ranma Saotome jamás podría ser considerado cursi! - Ahora si estaba decidido a bajar a callar a esos dos, cuando la voz de Akane interrumpió.

- Papá, tío Genma, ¿llevaron al dojo las cajas de uniformes para los estudiantes?

- ¡Ahora mismo lo hacemos hija! Tú no te preocupes por nada, ¿verdad Saotome?

- ¡Claro que si! ¡vamos allá! - Animó Genma como pocas veces algo que involucrara trabajar.

Ranma se quedó en el techo algunos segundos más, no quería protagonizar ninguna discusión frente a su mujer.

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- ¡Ranma! ¡Ranma! ¡Necesito tu ayuda! - Gritó Ryoga corriendo por la transitada calle. - Hola, Akane, perdona el alboroto, ¿cómo te encuentras?

- Bien, gracias, me alegro de verte tan animado Ryoga. - Comentó la mujer.

- Si, bueno... han pasado algunas cosas... jeje... - Se rascó la cabeza sonrojándose.

- Que bueno, les daré espacio para que platiquen, estaré en la tienda de allá. ¿vas por mí cuando termines? - Le preguntó a su esposo, éste asistió antes de acercarse y besar su cabeza para luego dejarla ir.

- ¿Y a ti cerdito? ¿qué te trae por Nerima? Hace tiempo que no te veía. - Caminó con rumbo a sentarse en una jardinera de un negocio local.

- ¡Ya te dije que no me llames así Ranma! - Se quejó como siempre sentándose a su lado.

- ¿Entonces?, dijiste que necesitas ayuda, ¿ahora en que problema te metiste? - Preguntó sin ánimo, era obvio que entre estar en la compañía de su esposa y con Ryoga, prefería la de Akane aunque tuviera que cargar bolsas, pensó mirando las cuatro que ya llevaba en las manos.

- Pues... verás... - El chico perdido se sonrojó. - Yo... necesito... orientación.

- ¿Orientación? - Levantó la ceja sin comprender.

- La cosa es que... ~fuuu~ - Soltó el aire nervioso. - Yo... ¡decidí pedirle matrimonio a Akari!

- ¿Y eso me interesa por qué...

- ¡Eres un grosero Ranma! - Lo regañó dándole un coscorrón.

- ¡Oye! ¡Entonces ya dime en qué demonios quieres ayuda! - Le regresó el golpe.

- Ya te lo dije, necesito orientación, consejo más que nada, no encuentro las palabras adecuadas para hacerlo.

- ¿Y me lo preguntas a mí? - Preguntó incrédulo con mala cara. - ¿No eras tú el que escribía esas cartas cursis? Dile algo como eso.

- ¡No, eso no es suficiente! - Lo tomó de la camisa y lo agitó para hacerlo "entender". - ¡Necesito algo mejor que eso! ¡Ayúdame Ranma!

- ¡¿Qué ridiculeces estás diciendo?! - Se lo quitó de encima, aún sin entender del todo.

- Vamos Ranma, si alguien puede ayudarme a encontrar las palabras correctas eres tú... ¡te lo pido por favor! - Juntó sus manos y suplicó.

Ranma se ofuscó.

- ¡¿Y a este qué demonios le pasa?! ¿se está burlando de mí? ¿cómo podría ayudar en algo así si yo ni me le declaré a Akane? ¡Está completamente loco!

- ¿Me ayudarás? - Preguntó temeroso.

- ¡Claro que no! - Contestó de inmediato.

- ¡¿Pero por qué no?!, ¡no seas un envidioso imbécil! - Le reclamó.

- ¡¿No entiendo de que mierda estás hablando?!, ¡yo no sé de esas cosas Ryoga!

- ¡Pero si se las dices todo el...

- ¡Oigan ustedes! - Los interrumpió Akane. - Todo mundo los está viendo, ¿qué está pasando?

- ¡Akane! ¡Por favor! - La tomó de las manos, cosa que hizo que inmediatamente Ranma se interpusiera con cara de querer matarlo por tocarla, pero Ryoga no se amedrentó, siguió hablando. - ¡Dile a tu esposo que me ayude a hacer un buen discurso para pedirle matrimonio a Akari! ¡Necesito poder transmitir correctamente mis sentimientos en palabras!

- Ehhh... bueno... - Akane se rascó la mejilla nerviosa ante el tema.

- ¡Estás completamente loco! ¡qué voy a saber yo de palabras!

- ¡Ranma! - Intentó golpearlo de nuevo Ryoga, sin más Ranma cargó a su esposa y se fueron de ahí, unas cuantas vueltas y Hibiki ya se había perdido.

- ¿Puedes creerlo Akane? ¡¿qué yo le ayude a hacer un discurso?! ¡¿de dónde rayos sacó que yo podía ayudarle con eso?! - Akane encogió los hombros.

- Pues... sabrá Dios... ¡que Ryoga tan ocurrente! ¿no? jeje... Mejor no le hagas caso... - habló en un tono condescendiente...

Aquella noche, mientras Akane platicaba aún con Nabiki en el comedor, Ranma estaba recostado en la cama, por más que le daba vueltas al asunto, era muy raro que Ryoga, siendo Ryoga, el chico más zalamero que conocía hubiera ido a buscarlo específicamente a él para pedirle ayuda con "palabras", todos sabían que eso no era lo suyo, pero aún más extraño, era que, si juntaba ciertos detalles, la situación se volvía más confusa, específicamente los comentarios que le había oído a su familia.

- Por más que lo intento, la plática con mis hermanas nunca se acorta. - Entró riendo de pronto Akane a la alcoba, como incluso antes de ir con su hermana ya se había enfundado en el pijama, estaba lista para dormir. Ranma al verla se sentó en la cama y palmeó el lugar entre sus piernas, ella sonrió apagó la luz del techo, solo quedando con la de la lámpara del escritorio y fue hasta su esposo.

Ranma recargado en la cabecera y Akane entre sus piernas recostada en su pecho, se dieron mimos por varios minutos antes de acomodarse debidamente en la cama.

- Oye Akane...

- ¿Qué? - Dijo ella quedamente, se estaba quedando dormida.

- Es que he escuchado algunas cosas curiosas.

- ¿Qué... cosas? - Dijo en un bostezo.

- Que yo... bueno... en resumen... que... ¡es una tontería! mejor descansa.

- No, dime. - Pidió con dulzura, cuando a Ranma se le metía algo a la cabeza por insignificante que fuera, no lo dejaba ni dormir.

- Que... que yo soy... ¿cursi?

- ¿Cu-cursi?

- Te dije que era una tontería... lo que pasa es que el tonto de Ryoga me hizo darle vueltas al asunto, con eso de que específicamente quería que lo ayudara en su discurso para pedirle matrimonio a Akari, ¡ja! ¿podrías imaginarlo? ¿yo ayudando con un discurso? ¡es una completa idiotez! ¡yo no soy de palabras! ¡ja! - Se burló de la situación. - Aunque... no sé porque lo dirían los demás... es decir...

- ¡Si que tontería! - Lo interrumpió. - Todos saben que tú no eres así, seguro solo querían molestar. Bueno... mejor vamos a descansar de una vez. ¿Apagas la luz? - Le pidió, él lo hizo y luego la abrazó bajo las mantas.

- Pues... dormir, dormir, no quiero exactamente. - Le dijo risueño antes de proceder con otras actividades que no eran para nada descansadas.

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La familia estaba reunida en la sala de la propiedad Tendo, eran los primeros días de enero y Nabiki ya había terminado de editar el video tomado en la fiesta de año nuevo.

En la pantalla nueva que Nabiki instaló para la ocasión el video se reproducía sin problemas.

- ¡Qué linda te ves Akane! - Dijo Nodoka, se estaba reproduciendo el concurso de Karaoke y Akane había participado con una nostálgica canción llamada "Llena de Recuerdos". - Estoy segura de que habrías ganado si no hubieras invitado a tus amigas a subir a cantar contigo. - Se quejó la señora.

- Oh, bueno, pero el punto era divertirnos. - Los espectadores rieron en la parte del coro donde Yuka desafinaba terriblemente. En comparación a otras fiestas en el dojo Tendo, esta había estado muy tranquila, el único que había asistido era Ryoga con su actual prometida, fuera de eso, ningún otro loco apareció.

Para la última parte de la canción, Akane había hecho el coro completamente sola, realmente tenía una voz que transmitía mucho.

- Akane, que bonito te salió. - Halagó Kasumi tomando más palomitas del pote que sostenía su esposo. - Además la toma de la cámara es preciosa. - Sin proponérselo Ranma asistió.

- No es para tanto... - Dijo roja ocultando su cara en el hombro de su esposo.

Al acabar la canción, como Nabiki había puesto cámaras en todos lados, hubo una toma de los invitados de la fiesta que estaban frente al escenario aplaudiendo. Ranma que miraba con mucha atención la actuación de su esposa se dio cuenta de algo, él estaba frente al escenario también y más allá de aplaudir, parecía como si estuviera en otro mundo, eso no le pareció realmente raro, le pasaba bastante seguido cuando se trataba de Akane, sin embargo, lo que si le pareció extraño fue que su boca se movía, como si estuviera hablando solo. Algunos de los otros invitados, por cierto, lo notaban y sonreían a lo que decía.

Más tarde, después de la cena cuando todos estaban retirándose a sus habitaciones.

- Vamos a dormir de una vez... estoy cansada. - Pidió Akane, hoy no tenía ganas de desvelarse.

- Si, ahora voy, subiré una jarra de agua. - Ella asistió y se retiró.

Dentro de la cocina Nabiki dejaba un vaso en el fregadero y se disponía a salir.

- Oye Nabiki.

- ¿Negocios a tan tarde hora? - Se burló, Ranma le hizo mala cara, pero a ella no le importó. - Habla rápido que tengo sueño.

- Para empezar, quiero saber si el día de la fiesta... bueno tu pusiste muchas cámaras... por todos lados.

- Si, ¿y?

- ¿Había alguna cerca del público?... ¿cuándo cantó Akane?

- Claro, la que apuntó al público y sus tomas son las del video. - Dijo con obviedad.

- No, me refiero a algo más cerca. - Explicó rascándose la cabeza. Verse a sí mismo moviendo la boca, le había dado curiosidad, no recordaba haber dicho nada mientras le aplaudía a su esposa.

- No, cámaras más cerca no, pero micrófonos sí, había por toda la plataforma, con el número ridículo de papá y tío Genma bailando tap, tuve que instalarlos para que se oyeran sus desincronizados zapatos.

- Ya veo...

- ¿Por qué la pregunta? - Ranma lo pensó un poco.

- No nada... - Terminó por decir, aunque tenía curiosidad, no quería que Nabiki se enterara de nada.

- Bueno, yo solo te recomiendo que ese "nada" que te interesa, me lo expreses pronto, recuerda que mañana me voy de viaje de nuevo. - Salió de la cocina solo para ser alcanzada por Ranma a los pocos metros.

- Yo solo quería saber si...

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- ¿Tienes mi dinero? - Preguntó la mediana al otro día por la mañana, se había reunido con Ranma antes de salir rumbo al aeropuerto.

- Pienso que es demasiado para lo que te estoy pidiendo. - Se quejó bailando el fajo de billetes en su mano derecha.

- Lo sé, pero tengo que tener un respaldo. Cuando Akane se entere de lo que hice, va a querer matarme.

- ¿A qué te refieres? ¿Por qué querría matarte? - Preguntó confundido.

- Básicamente no quiere que lo sepas. - Explicó encogiéndose de hombros.

- ¿Qué? Pero...

- ¿Lo quieres o no? No tengo tiempo Saotome. - Lo apresuró, Ranma con más curiosidad ahora, asistió y le dio el dinero, Nabiki le entregó un CD. - ¡Disfrútalo cuñado! - Dijo antes de salir de la habitación, Ranma la oyó bajar las escaleras donde la esperaba la familia para despedirse.

Mas tarde, mientras su esposa había salido a comprar algunas cosas, aprovechó y puso el CD en un reproductor que tuvo que desempolvar.

Al principio se escuchó precisamente la última parte de la canción de Akane, había comentarios del público y todo era ruido sin importancia, pero cuando la canción acabó, fue cuando empezó a escuchar su propia voz, había un pequeño salto con el sonido, como si Nabiki hubiera subido los decibeles de la grabación para escucharse más nítidamente.

"¿Cómo hace ella para ser así de perfecta?"

Ranma se sobre saltó con aquella frase, ¡nunca había dicho aquello! ¿cierto?, lo había pensado... ¿verdad?, la grabación siguió.

"Ella es tan preciosa sin siquiera darse cuenta, las personas la observan y solo con eso son felices, solo con mirarla, porque es perfecta, como una luz en medio de la oscuridad, y yo... yo más que mirarla... la necesito cada vez más cerca, porque a veces no puedo creer que siendo tan perfecta sea mi esposa."

- No, no, no, no, no... ¡no! ¡NO! ¡¿Por qué está pasando esto?!, ¡yo nunca dije eso en voz alta! Tal vez... tal vez alguien me hechizó y... - Su discurso se cortó cuando en la grabación volvió a sonar su voz.

"Mía, mi perfecta Akane es mía."

Ranma se tapó los oídos, durante algunos segundos no pasó nada más que ruidos ajenos, se quitó las manos de las orejas y al instante se volvió a oír su voz.

"Akane... baja ya de ahí, necesito abrazarte"

Su voz sonaba urgida, recordaba que ella antes de bajar se había detenido con sus amigas a hacer algunas bromas mientras el siguiente participante comenzaba a cantar.

"¿Por qué la tocan tanto? Es mía, es mi bebé, dejen de tocarla, solo porque sean sus amigas no es como que puedan tocarla tanto, mírenla si quieren, sean felices mirándola, no tocándola, no tocando su vientre, ni siquiera se le nota aún... La mujer más bella, la mujer más buena, la mujer perfecta."

Ranma recordaba que esa última frase había sido cuando por fin ella se dirigió a él.

La grabación siguió por algunos segundos más, luego terminó.

Saotome se quedó mirando a la nada sin saber que hacer. No, esto tenía que ser un sucio truco, no podía ser posible que sus PENSAMIENTOS se hubieran colado a su boca y salido a la superficie al alcance de todos los que...

- ¡NOOOOO! - Gritó, al darse cuenta de todas las personas que lo habían escuchado y pensando a mil por hora cuantas malditas veces había hablado en voz alta.

- Hola amor, ya lle... - Akane se congeló al abrir la puerta del dormitorio, su esposo estaba con las manos estirándose los cabellos, el torso ligeramente inclinado hacia atrás, las rodillas flexionadas y abiertas hacia direcciones diferentes. - ¿Qué... está pasando?

- Akane... - Dijo entre dientes, a juzgar por lo que dijo Nabiki, esa pequeña tramposa lo había sabido todo el tiempo.

- ¿Qué... sucede?

- ¡¿Cómo pudiste?! - Le hizo gestos con las manos completamente frustrado.

- ¿De qué estás hablando?

- ¡Estuve hablando en voz alta todo el maldito tiempo! ¡Y no me dijiste nada! ¡Todos piensan que soy un maldito cursi! ¡¿Por qué no me lo dijiste?!

Akane bajó la cabeza avergonzada y después de algunos segundos se acercó tímidamente a él.

- Yo... pe-perdón... es qué... bien... tú no te dabas cuenta y... - Aferró su mano a la manga del suéter de él. - Tampoco podía decírtelo directamente porque te hubieras avergonzado más... pensé que con el tiempo dejarías de hacerlo. - Levantó la mirada hacia él.

- Maldita sea... ¿porque tienes que ser tan bonita tonta? - Pensó con frustración que si seguía viéndolo así la perdonaría. - Espera... eso lo dije o lo pensé.

- ¿Qué cosa? - Ella ladeó la cabeza confusa.

- ¿Qué por qué tienes que ser tan bonita? - Se detuvo al notar lo que había dicho. - ¡Demonios Akane! ¡Ya no me hagas hablar!

- Perdón Ranma, pensé que con el tiempo te detendrías, o te darías cuenta por ti mismo que tenías esos lapsus y yo... yo sentía bonito cuando me decías todas esas cosas. - Dijo en tono lastimero.

Ranma se dejó caer en la cama bufando.

- ¿Estás muy enojado? - Se acercó a él y su marido lejos de rechazarla, le puso las manos en la cintura y dejó caer su cabeza donde su heredero reposaba.

- ¿Qué se supone que haga ahora Akane? Como voy a salir de este lugar sin sentirme avergonzado.

- Aún puedes fingir que no sabes nada... - Le acarició los cabellos.

- Ya, pero... todos hablan de mí...

- Un poco... - El silencio se extendió mientras Ranma se dejaba adormecer por las caricias de su mujer.

- ¿En verdad te gusta lo que digo?

- ¿Bromeas? Me encanta. - Le tomó de las mejillas y lo hizo mirarla.

- ¿Lo hago muy seguido? - Preguntó con miedo, Akane se mordió el labio antes de asistir con la cabeza, Ranma suspiró. - ¿Desde cuándo?

- ¿Recuerdas nuestra primera cita? - Se encogió de hombros mientras su esposo torcía más la cara. - Si te hace sentir mejor, yo también puedo decirte algunas cosas lindas en voz alta.

- Akane... tú siempre me dices ese tipo de cosas... - No sabía si estaba quejándose o sonriendo por las ocurrencias de su esposa.

- ¿En serio? - Jugó. - No me di cuenta. - Akane se agachó a besarle los labios, Ranma terminó por sentarla en sus piernas mientras oía un montón de palabras empalagosas que lejos de incomodarlo siempre lo hacían sentir bien. Le acarició el vientre sintiendo que nada en el mundo podía perturbarlo teniéndola cerca, sintiendo el ligero calorcillo que estaba seguro era de su hijo. Para cuando acordó, él también le estaba respondiendo los arrumacos verbales, supuso qué, como ella había dicho, podía fingir que seguía teniendo lapsus mentales.

FIN

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Para el 22.

Juraba que esta historia sería de como máximo dos o tres páginas, cuando llegue a la cuarta, me dije: "Naaa... no estoy tan pasada de mi meta inicial", y miren ahora, cerca de diez hojas.

Gracias a todos, en especial a:

· Crisel Grajeda

· Benani0125

· Nita-chan84

· GabyCo

· Psicggg

· Jesse rj

· gatopicaro831

· Vero,Guti

· Vane

· Sailordancer7

· Arianne Luna

· Akai27

· Akanita de Saotome

· Rowenstar,art

· Juany Nodoka

· Kris de Andromeda

· Sandy

· Adrit126

· Lelek An3li

· Rash24

Saludos a todos, de este lado del internet, AkaneMiiya.