¡Saludos, queridos lectores!

Como pueden ver, estaré subiendo hoy todas las historias que pueda de los temas de esta semana, pues no sé si el trabajo /y mis malestares por el calor) me lo vayan a permitir. Aún si no subo las historias en el día que es, espero que puedan disfrutarlas en el momento en que puedan leerlas n.n

No haré más larga la introducción, y los dejo con la historia n.n

Día 12: Gato SasuKarin Month Junio 2023


Eran las cinco de la mañana y Sasuke estaba saliendo de su habitación en Oto para ir en camino a una misión que le llevaría un mes, y no es que fuera difícil o compleja, sino que debía viajar bastante lejos para completarla. De hecho, era una tarea muy sencilla, por lo que había rechazado cualquier ofrecimiento de sus compañeros por acompañarlo.

—Buenos días, Sasuke —se encontró con Karin a la salida de su cuarto.

—¿Qué haces despierta a esta hora?

—Me desvelé trabajando y cuando ví la hora, decidí prepararme algo de desayunar antes de irme a acostar. ¿Te gustaría acompañarme?

La verdad es que Sasuke iba a prepararse algo y llevárselo como almuerzo, pero no le parecía mala idea comer algo antes de salir a su misión, así que asintió con una sonrisa apenas imperceptible.

—Comeré un poco —dijo como una forma de informar que no podía quedarse mucho tiempo.

—Ya está listo —ella sonrió, lo tomó de la muñeca y emocionada lo llevó al pequeño comedor que tenían. Al llegar, la mesa ya estaba puesta para dos personas.

—¿Acabas de preparar esto? —preguntó, aunque era evidente que le llevó algún tiempo.

—Te dije que no he dormido —respondió ella sin mirarlo a la cara mientras servía jugo de naranja— Siéntate o se enfriará.

Él optó por ignorar el hecho de que era evidente que ella lo estaba esperando despierta y se sentó a la mesa, pero no pasaron ni dos minutos, cuando Suigetsu apareció.

—¿Y esto? ¿Acaso es una cita? —llegó como si fuera normal que él estuviese despierto a esa hora de la madrugada y tomó con la mano, un pedazo de omelette del plato de Karin.

—¡No le metas las manos a mi comida! —exclamó la pelirroja más que enojada.

Hozuki iba a tomar algunas uvas de la ensalada de frutas que Sasuke tenía a un lado, pero cuando este lo miró, fingió que no iba a hacer nada y se llevó las manos detrás de la nuca.

—Eres consciente de que él no va a cogerte sólo porque le hagas el desayuno. ¿Verdad? —dijo burlón mirando a la pelirroja y luego miró al azabache— Yo que tú, no me comía nada de esto. Podrías enfermarte y quedarte en el excusado por horas.

—¡Deja de decir estupideces! ¡Y por cierto, mi comida es buena! —gritó la pelirroja nerviosa y tratando de ignorar el primer comentario del albino— Y de todas maneras, ¿qué carajo haces despierto a esta hora?

—Mi instinto me dijo que debía salvar a Sasuke de una mala comida, y no me equivoqué. Ese omelette está horrible.

—Si es horrible, deja de intentar comerte el mío, idiota —dijo Karin muy enojada, clavando su tenedor en la mano del hombre, pero esta se convirtió en agua.

—Deja a Karin en paz —ordenó Sasuke mirando al albino con dureza. No entendía por qué él siempre la estaba molestando.

—Siempre la defiendes a ella, por eso la idiota se ilusiona —bufó Suigetsu molesto— Como sea, me voy a dormir. Esto es aburrido.

—¡Lárgate y no vuelvas a despertar! —exclamó la pelirroja más irritada, pero el albino fingió que no la oía mientras salía del comedor.

—Me voy, se me hace tarde —Sasuke se levantó de la silla, preparándose para partir.

—Pero Sasuke, apenas comiste —ella también se levantó de la mesa decepcionada.

—Es tarde y te dije que no podía quedarme mucho —respondió el azabache— Gracias por preparar todo esto. Voy por mis cosas.

Uchiha sólo fue a recoger su espada dispuesto a marcharse a su misión, pero Karin volvió a encontrarse con él en la salida de la guarida.

—Toma —le entregó un bento— Al menos llévatelo para que comas en el camino.

—Gracias —él le regaló una sonrisa de medio lado y con un ligero movimiento de cabeza se despidió antes de irse.

La verdad, es que Sasuke tenía ganas de tener un momento tranquilo junto a ella, pero si no era Suigetsu interviniendo y molestándola, eran Juugo y Orochimaru pidiendo ayuda para esto o para lo otro. Daba la impresión de que no podía haber un poco de paz entre ellos dos.

Pensando en ello, comenzó a considerar ser más activo en tener ese momento con ella al volver de su misión, no sólo buscando el momento apropiado, sino echando a quien intentara intervenir.

Quizá pedirle que lo acompañara en esa misión habría sido una estupenda oportunidad para ellos, pero Sasuke quería que ese momento fuera sin pendientes y sin preocupaciones, así que por ello no lo pensó lo suficiente.

Dió vueltas al pensamiento un par de veces mientras se alejaba, pero después de hora y media de camino, comenzó a notar que su alrededor parecía más grande lentamente, y no sólo los árboles y el campo abierto, sino también su ropa.

Extrañado, detuvo su andar y al mirarse la mano notó que esta no sólo se hacía más pequeña, sino que estaba cambiando de forma y se llenaba de pelos.

Cuando menos se dió cuenta, había terminado dentro de su ropa que le pesaba bastante, estaba en cuatro patas, por no decir tres, y peleaba por salir de entre la tela para tratar de saber qué carajo estaba pasando.

Al salir de la ropa, intentó mirarse las manos y su propio cuerpo, sólo para darse cuenta que se había convertido en algún animal de cuatro patas muy pequeño… o al menos eso supuso porque no podía verse la cara. Sin embargo, notó que tenía más flexibilidad en el cuerpo de lo común y pudo ver una larga cola que reconoció como la de un gato.

¡Se había convertido en gato! ¡¿Cómo carajos se había convertido en un gato?!

Lo primero que hizo fue buscar algo sospechoso entre sus cosas, aunque no sabía muy bien qué buscar, pues no tenía idea de qué le había causado esa metamorfosis. Sin embargo, no halló nada extraño. También intentó deshacerse de algún genjutsu en caso de que fuera el motivo de su transformación, pero nada resultó.

No había razones obvias del por qué se había transformado en gato a menos que…

Miró el bento que Karin le dio y quedó pensativo.

Concretamente hablando, él aún no tocaba la comida que ella le empacó, pero comió algunas porciones del desayuno que le sirvió, antes de que Suigetsu los interrumpiera.

—¿Para qué querría Karin convertirme en gato? —se preguntó en voz alta.

En primer lugar, Karin había servido el desayuno para ambos, ella también comió e incluso Suigetsu cuando estuvo metiendo las manos en los platillos, pero Sasuke no vio cuando ella preparó el desayuno ni cuando lo sirvió, así que aún había sospechas de ello.

De todas formas, volvía a su pregunta inicial: ¿por qué Karin querría convertirlo en gato?

No tenía mucho sentido, especialmente porque ella sabía que él estaría ausente por un mes y el efecto inició mucho después de la comida.

Sí, era absurdo pensar que eso había sido obra de Karin si el efecto había sido tan tardío y a menos de que ella fuera detrás de él, no tenía mucho sentido pensar que ella le había hecho eso. Sin embargo, no se le ocurría otra razón por la que se había convertido en gato.

¿Y si había pasado por algún sitio particular que lo provocó sin darse cuenta? La verdad es que esa teoría sonaba tan descabellada como pensar que Karin le había hecho eso, pero era más lógica teniendo en cuenta los tiempos en que ocurrieron las cosas.

Cómo fuera, su única opción para tratar de volver a la normalidad, sería regresar sobre sus pasos. Si en el camino encontraba algo sospechoso podría investigar, pero si no, tendría que volver a la guarida a pedir ayuda.

Resoplando, Sasuke iba a emprender el viaje de regreso, pero no sin antes esconder, con mucha dificultad, sus cosas entre unos arbustos.

Al pensar en volver a la guarida, Sasuke había pensado que su mayor reto iba a ser esquivar personas indeseadas o sufrir el ataque de algún animal, pero lo que realmente fue un reto, fue tratar de volver a la guarida que estaba a una distancia que como humano, había sido muy sencilla caminar y quizá, como felino no habría sido tanto problema de no ser que tenía que caminar y coordinar con tres patas y una cola.
Lo que se hizo hora y media como humano, logró recorrerlo en más de tres horas, no sólo por el problema de sus patas, sino que conseguir el equilibrio con la cola le llevó otro rato.

Para cuándo llegó a la guarida, estaba muerto de cansancio, sed y hambre, pero para su desventura, los problemas no terminaron ahí.

—¿Un gato? —Juugo se había encontrado de frente con él cuando salía de la guarida y vaya que era extraño que un animal se acercara, pues parecía que la fauna no se acercaba a la guarida como si supieran por instinto que Orochimaru era un peligro con todo aquel al que pudiera hacerle algún experimento.

—Llévame con Karin u Orochimaru, necesito que me ayuden a volver a mi forma original —habló Sasuke muy serio.

—Será mejor que te vayas, amiguito. Aquí no encontrarás comida —Juugo intentó acariciar su cabeza, pero el felino retrocedió.

—¿No me escuchas? ¡Necesito que me ayuden a volver a convertirme en humano! —levantó la voz.

—De verdad, no es buena idea que te quedes, podrías perder más que una pata aquí.

—¿En serio? ¿Trajiste un gato? —Suigetsu apareció detrás de Juugo— Orochimaru se lo va a comer si lo ve.

—Llegó sólo.

—¡Mira! ¡No tiene una pata! ¡Y es la pata izquierda delantera! —exclamó el albino tomando al felino del pellejo para levantarlo y mirarlo más de cerca— ¿No te recuerda a alguien? Hasta tiene la misma cara de superioridad.

—Va a arañarte. Bájalo.

—¡Llévenme adentro! —exclamó Sasuke enfadado.

—Olvídalo, es muy chilletas para ser Sasuke. No deja de maullar. ¡Ay!

El azabache le había dado un zarpazo al albino, quién lo soltó de inmediato.

—Maldición… no puedo hablar con ellos —dijo frustrado. No había considerado que no podría comunicarse.

—¡Largo de aquí, pulgoso! —Hozuki iba a pegarle enojado por el rasguño, pero Sasuke logró esquivarlo y se fue de su vista.

—No hagas eso. Él sólo se defendía —fue lo último que Sasuke alcanzó a oír de Juugo, y aunque oyó la voz de Suigetsu replicar, no prestó atención.

Necesitaba una forma de comunicarles quién era él para que pudieran ayudarlo, pero no confiaba en el albino para que pudiera entenderle, principalmente porque él estaba concentrado en otras cosas.

Juugo, por otro lado, era una mejor opción, pero saldría de misión con Suigetsu, lo que dificultaba su posibilidad de tratar de comunicarse. Claro, sin mencionar que ellos se irían, así que los obligaría a hacer un viaje de regreso cuando se dieran cuenta.

Su mejor opción, era ir a buscar a Karin, pues tampoco confiaba mucho en que Orochimaru se diera cuenta de su identidad antes de hacerle algo extraño. Además, si realmente había sido ella quien le hizo eso, se daría cuenta rápidamente.

Tras esperar que Juugo y Suigetsu se fueran, Sasuke buscó la forma de entrar a la guarida, y aunque tardó más de media, consiguió meterse directamente al cuarto de Karin por una pequeña ventana que ella tenía, y que, por suerte, había dejado abierta.

Debido a que la guarida era subterránea, la ventana estaba en la parte superior del cuarto, casi al ras con el techo, por lo que meterse por ahí, lo obligó a dejarse caer desde allí al suelo.

Como ninja, pensó que la caída le sería fácil de amortiguar, pero así como el andar, la forma de su nuevo cuerpo le dificultó las cosas, especialmente con la falta de su brazo y lo único que evitó que se lastimara, es que los gatos siempre caen de patas.

Quién fuera quien le había hecho eso, se las iba a pagar.

Bien, ya estaba dentro del cuarto de la pelirroja. Desde la ventana había visto que ella estaba dormida, así que ahora tenía que buscar la forma de subir a la cama y despertarla.

Saltar a la cama le llevó varios intentos… de verdad, sabía que la cola ayudaba a los gatos a ese tipo de tareas, pero una cosa era saberlo, y otra aprender a usarla para poder lograr el salto correcto. De hecho, el único motivo por el que había logrado subir, es porque se aferró a las cobijas con las garras cuando no alcanzó la altura y comenzó a escalar, a duras penas, hasta que quedó encima de la cama.

Todo eso había sido muy cansado, así que tuvo que sentarse a descansar un rato antes de intentar su siguiente movimiento. Sin embargo, le urgía conseguir ayuda, porque el hambre y la sed ya lo estaban debilitando.

Caminando con la cautela de los gatos, Sasuke se acercó al rostro de la pelirroja y la miró dormir.

—Si ella me hubiese hecho esto, me estaría esperando o me habría ido a buscar en lugar de dormir —comentó para sí mismo. Dio un suspiro y comenzó a hablarle— ¡Karin! ¡Despierta ahora! ¡Necesito tu ayuda para salir de este maldito cuerpo! ¡Karin!

Tuvo que sentarse cerca de su cara para poder usar su mano derecha para darle palmaditas en la cara mientras la seguía llamando.

Al principio, Karin le dió un manotazo dormida y le dió la espalda, pero él repitió el proceso hasta que finalmente ella se despertó.

—¿Qué diablos…?

—Karin, ayúdame —le dijo sentado frente a ella, pero recordó que ella no podría entenderle y que se había concentrado tanto en buscar cómo llegar hasta ella que no se había detenido a pensar cómo decirle que era él.

—¿Un gato? ¿Cómo llegaste a este lugar, pequeño? —Karin miró alrededor y sonrió al mirar la ventana— ¿Te escabulliste por esa pequeña ventana? ¡Eres un pillo!

El azabache miró alrededor buscando opciones para poder decirle su identidad, y aunque había un bolígrafo a la vista, sabía que no podría escribir con esa pata que no tenía un pulgar opuesto.

—Maldita sea.

—Que lindo maullido. ¿Tienes hambre? Pareces cansado —ella se sentó en la cama quitándose las cobijas de encima para tomar sus lentes de la mesita de noche— ¡Oh! Pero mira, ¿qué te pasó? ¿Te atacó un animal? —preguntó preocupada al ver que sólo tenía tres patas— Pobrecillo, ¿te perdiste? Estás muy lejos de casa.

—Necesito ayuda —dijo Sasuke sabiendo que era inútil porque no le entendería, pero a menos que encontrara algo con qué pintar con la pata, no iba a poder comunicarse.

—¿Me dejas acariciarte? —le preguntó acercando su mano lentamente al felino y aunque Sasuke iba a retroceder, decidió permitir el contacto para evitar que ella lo echara antes de poder comunicarse.

—Por favor, date cuenta —dijo desesperado y ella le hizo algunas caricias en la cabeza.

—Que lindo eres. Debes tener hambre, pero no tengo comida para gatos —lo seguía acariciando— Creo que aún hay algo de jamón y leche. ¿Eso te gustaría, pequeño?

—Supongo que puedo comer en lo que descubro como decirte quién soy.

—De acuerdo. Vamos a la cocina —respondió ella dando un bostezo, para luego tomarlo en brazos— No vayas a alterarte. ¿Sí?

Karin estaba preocupada de que el felino no se sintiera con la suficiente confianza para permitirle cargarlo, así que trató de ser cuidadosa, pero cuando se dio cuenta que el felino se estaba dejando, lo pegó a su pecho.

Sasuke quedó aturdido cuando Karin lo puso en su pecho, pues en cuanto su pata… o mano, sintió la suavidad, se dio cuenta que le estaba tocando un seno a su compañera.

Él se revolvió entre sus brazos muy nervioso tratando de no tener ese contacto, pero sólo consiguió hacer un tipo de amasado involuntario con la pata con la que intentaba alejarse, lo que lo ponía más nervioso.

—Lo siento —decía avergonzado.

—Quédate aquí —ella finalmente lo bajó a la mesa junto al refrigerador— No te vayas.

Karin abrió el electrodoméstico metiendo la cara en él, mientras tanto, Sasuke se sentó ahí donde ella lo dejó. Estaba tan avergonzado que quería irse y no mirarla, pero por otro lado, tenía demasiada hambre y sed, y estaba seguro que si intentaba bajarse de la mesa, no iba a ser lo suficientemente rápido para huir porque aún no dominaba el equilibrio de la cola.

—Deja de cargarme así. Vas a avergonzarte cuando vuelva a mi forma original —se dirigió a la pelirroja aún sabiendo que no le entendería, pero es que era difícil no intentar hablar.

—No llores mi amor, ya pronto te serviré de comer —ella le respondió, pues lo único que oía eran maullidos.

Después de un rato, Karin le puso un plato con leche y otro con trozos de jamón y aunque para Sasuke no era la mejor combinación para comer, al menos pudo recuperar energías y evitar la mirada de la pelirroja por un rato.

Mientras comía, Sasuke estaba decidido a comunicarle a Karin su identidad como fuera posible, no sólo porque ya estaba harto de ese cuerpo y sus limitantes, sino que quería evitar más situaciones vergonzosas.

—Necesito que te centres, Karin —pidió el varón una vez que terminó de comer y pudo mirar a la pelirroja a la cara.

—¿Terminaste? Que bueno, pero vamos a tener que conseguirte más comida —le acarició la cabeza— Me preocupa lo que puedo o no darte de comer. También te llevaré al veterinario.

—No necesitas llevarme al veterinario, lo que necesito es que me prestes atención —dijo Sasuke exasperado, pero miraba alrededor buscando algo con lo que pudiera escribir con la boca.

En una pared había un pequeño pizarrón que Karin había colgado para hacer notas, y justamente ahí, había un gis. Claro, no iba a poder escribir nada en ese pizarrón que estaba alto, pero si lograba conseguir el gis, podría escribir en el suelo una nota para ella.

Se puso de pie mirando el gis fuera de su alcance y luego miró los alrededores del pizarrón para encontrar una ruta. Por fortuna, había una repisa por la que podía dar un brinco hacia la pizarra y tratar de tirar el gis, y aunque sabía que saltar aún se le dificultaba porque seguía sin manejar bien la cola, la repisa estaba menos alta que la cama de Karin.

—Puedo con eso —se dijo así mismo muy confiado, pero cuando iba a dar el primer paso hacia la repisa, Karin lo levantó de la mesa.

—No te vayas, pequeño. Vamos a mi cuarto. Necesito cambiarme para llevarte a la aldea —lo pegó de nuevo a su pecho— También vamos a conseguirte un collar y un buen shampoo antipulgas para darte un baño.

—¡No necesitas eso! —replicó Sasuke peleando por soltarse— ¡Y no tengo pulgas!

—Sé que no es agradable el agua para los gatos y en sí no te ves sucio, pero es para evitar que te llenes de pulgas —Karin lo sujetó con fuerza para que no se le escapara.

—¡Maldita sea! ¡Sólo necesito el gis!

No importó cuánto peleara, Karin no iba a soltarlo y él no se atrevió a usar sus garras con ella, así que al final se dejó llevar. Después de todo, ella no iba a cargarlo todo el maldito día y en cuanto se descuidara, él podría ir a la cocina a buscar el gis.

En lo que Sasuke no pensó, es que Karin iba a cerrar la puerta porque iba a cambiarse y la ventana estaba demasiado alta para alcanzarla aún si dominaba esa estúpida cola.

—Tengo mucho sueño —comentó Karin bostezando, pues sólo había dormido un rato en toda la noche— Regresando de la aldea, tú y yo tomaremos una siesta —decía sacando ropa limpia— Así que pórtate bien.

Sasuke ni siquiera la miraba mientras ella hablaba porque tenía su atención en la puerta. Quería ver si había alguna posibilidad de poder abrirla, pero aún si lograba colgarse de la manija, las puertas de la guarida eran muy pesadas, y estaba seguro que el peso que tenía ahora no era suficiente para conseguir mover la manija o empujar la puerta.

Iba a tener que esperar a que ella se descuidara cuando abriera la puerta para escapar o que lo dejara andar por la guarida solo…

—¿Quieres salir? Espero que no necesites ir al baño. En cuanto me vista, buscamos un sitio que puedas usar —comentó la pelirroja— La cama de Suigetsu es una buena opción. Después de que arruinó mi desayuno con Sasuke, es lo menos que… ¡Ay!

Uchiha volteó para saber por qué la pelirroja había dado un gritito, pero el asunto quedó en segundo plano.

Lo que había ocurrido, es que Karin, al quererse quitar la pijama tipo de invierno, su cabello había quedado atascado en un botón y tiró de él sin querer, lo que la hizo gritar, por lo que a Sasuke le tocó ver a su compañera únicamente en pantaletas mientras trataba de desenredar su cabello.

Apenas notó la figura prácticamente desnuda de su compañera, Sasuke se sonrojó y desvió la mirada mientras trataba de darse la vuelta, pero en algún momento Karin había logrado deshacerse del nudo y lo levantó del piso repentinamente.

—Si vas a hacer del baño, hazlo aquí —dijo llevándolo a un rincón donde puso unos papeles viejos que encontró antes de sentarlo ahí— Voy a apresurarme a vestir.

Por fortuna para Sasuke, Karin no lo pegó a su cuerpo desnudo porque ella pensaba que intentaba hacer sus necesidades, pero le fue vergonzoso saber que ella se paseaba enfrente de él semidesnuda.

Claro, ella aún no sabía que se trataba de él y no estaba muy seguro de cómo ella iba a reaccionar cuando se enterara, pero de verdad, él no podía controlar esas cosas.

Lo único que podía hacer, era quedarse sentado en ese rincón mirando hacia la pared hasta que ella terminara de vestirse y disculparse cuando todo volviera a la normalidad… aunque no estaba muy seguro de poder quitarse por completo la imagen mental de lo que vio, porque aquella resultaba la primera vez que veía a una mujer casi completamente desnuda y jamás pensó que sería de esa forma.

De no ser por las pantaletas negras de su compañera, podría decir que vio todo su cuerpo.

Karin tenía un cuerpo cuyas curvas estaban donde tenían que estar y aunque no tenía un busto pronunciado, no la hacía menos atractiva. Es más, Sasuke prefería que fuera así, porque de lo contrario, estaba seguro que Suigetsu y algún otro idiota estarían detrás de ella sólo por ese detalle y le parecía bastante irritante que…

—¿Estás bien pequeño? Pareces inquieto —ella se acercó a él ya con un sostén y una blusa sin cerrar— Es una lastima que los animales comunes no tengan chakra, o podría darme una idea de lo que tienes— Creo que es bastante acertado llevarte al veterinario.

La joven mujer se apresuró a cambiarse y como Sasuke trató de mantener su vista a la pared y su mente en cualquier tema menos en el hecho de que su compañera se estaba cambiando detrás de él, le tomó por sorpresa cuando ella lo levantó del piso.

—¿Qué…?

—Llevas mucho tiempo mirando la pared sin moverte de tu lugar. He oído que los gatos que hacen eso, podrían estar enfermos —lo había levantado de modo que ella intentó verlo a la cara, pero él volvió a desviar la mirada, lo que, en la mente de la chica, alentó la idea del malestar— Definitivamente la visita al veterinario no se puede posponer. Que bueno que entraste a mi cuarto y no al de Suigetsu o al de Orochimaru-sama.

La chica volvió a pegarlo a su pecho y aunque Sasuke, de nueva cuenta estaba avergonzado, esta vez no luchó, pues quedó congelado. Es de decir ahora no sólo era consciente que estaba recargado en sus senos, sino que la imagen de su desnudez volvía a su memoria.

De hecho, ella lo dejó en la barra de la cocina mientras buscaba una bolsa de mandado y él había olvidado momentáneamente su objetivo en la cocina, pero logró recordarlo cuando ella se acercó al pizarrón y escribió un aviso al resto de que estaría fuera.

Gracias a que ella lo había dejado en la barra, le facilitaba la llegada a la repisa para saltar al pizarrón, así que cuando vio a Karin escribir en él, pudo recordar su objetivo y corrió hacia la repisa.

¿El problema? Seguía luchando por caminar con tres patas, así que tropezó, y Karin volvió a levantarlo.

—¡Suéltame! —protestó el azabache, pero ella lo metió a la bolsa del mandado.

—Lo siento, pequeño, pero no tengo una transportadora para ti, así que irás en la bolsa —le decía acomodándolo dentro aún cuando él intentaba salir— Pórtate bien, y metete en la bolsa. Si lo haces, te compraré premios para gatos. ¿De acuerdo?

Sasuke peleó por correr al pizarrón, pero se rindió pronto porque ya sabía que sin importar cuánto luchara, teniendo ese tamaño y ese cuerpo ella sería más fuerte que él. Eso sin mencionar que si lograba correr al pizarrón, ella podría atraparlo antes de conseguir el gis.

Era muy frustrante estar en ese cuerpo y que nadie pudiera entender lo que decía. Si al menos se hubiese transformado en un Nineko, habría podido decir desde el principio que se trataba de él, y se habría ahorrado su interacción con Juugo y Suigetsu y se habría evitado ver y tocar de más de su compañera… Y el verdadero problema con esto último era lo nervioso y avergonzado que lo puso, y los reclamos que vendrían cuando él volviera a tomar su forma original.

De mala gana, Sasuke se quedó en la bolsa y dejó que Karin lo llevara a la aldea. Después de todo, de nada servía huir si ella no miraba el mensaje y quién sabe, con un poco de suerte, el veterinario podría darse cuenta que no era un gato y ayudaría a que la pelirroja tuviera pistas sobre él.

La aldea vecina estaba a menos de una hora de la guarida, así que en el camino, Karin se la pasó hablándole sobre el lugar.

No entendía por qué tenía esa necesidad de hacerlo, es decir, él podía entenderle porque en realidad era un humano, pero si le estuviese hablando a un gato, estaba seguro que no le entendería ni una sola palabra.

Al llegar a la aldea, a Karin no le tomó ni cinco minutos encontrar un veterinario, y aunque tuvieron que esperar a que terminara de atender a otro paciente, no tuvieron que esperar demasiado.

—Buenas tardes, bienvenida —saludó el veterinario— ¿A quién vamos a ver?

—Buenas tardes —saludó Karin amablemente mientras lo sacaba de la bolsa— Venimos a revisión.

—Sólo apresúrate y dile a Karin que no soy un gato.

—¿Y a quién tenemos aquí? —preguntó el veterinario acariciándole la cabeza, y Sasuke sólo se dejó para apresurar el proceso.

—En realidad, no he pensado en un nombre. Se metió a mi casa por la mañana y lo traje para saber su estado de salud. Quiero adoptarlo.

—Bien, vamos a hacerle un chequeo general —dijo el veterinario levantando a Sasuke para mirar sus ojos, revisar su pelo, orejas y lo más incómodo fue cuando prácticamente lo abrazó y le palmeó el estómago, pero se dejó medir y pesar. Por supuesto, también le revisó la pata faltante y al levantarlo para mirarle los genitales, el veterinario no tuvo que palpar nada para confirmar el sexo— Es un gato macho de un año a año y medio.

—Le di un poco de jamón y leche porque era lo único que tenía de comida y antes de venir aquí, se quedó mirando a la pared sin moverse largo rato —informaba la pelirroja mientras el veterinario lo revisaba— Había oído que el que los gatos hagan eso puede ser peligroso, pero en realidad no sé mucho sobre eso, por eso no dudé en traerlo lo antes posible.

—A primera vista, parece estar sano. De hecho, es probable que haya escapado de alguna casa porque su pelo muestra que ha comido bien. También la herida de la pata tiene un tiempo y su cuerpo se siente en buena forma —explicaba el veterinario mientras se volteaba a una vitrina— Que mire hacia una pared por largo rato no es tan preocupante a menos que sea algo constante y por horas, pero a veces lo hacen porque están viendo algo que nosotros no, como pequeños insectos.

—Entonces está sano —aseguró Karin, aunque había sonado más a un tono de pregunta.

—Sólo estoy en un cuerpo que no es mío —dijo Sasuke caminando hacia Karin esperando que se fueran pronto de allí.

—Sólo manténgalo vigilado de que no haga lo mismo tan seguido. Si quiere estar segura, habrá que sacarle muestras de sangre —respondió el veterinario— Por favor, cargue a su mascota y sosténgala fuerte. Será sólo unos minutos y terminaremos la revisión general.

Sasuke no tuvo la oportunidad de mirar al veterinario cuando Karin ya lo había cargado y sintió algo que prefirió no volver a experimentar en la vida.

—¿Te dolió mucho? —Karin le preguntaba porque había dado un maullido muy fuerte.

—Es muy incómodo y debió asustarse —decía el veterinario mirando el termómetro— Su temperatura está bien. Parece sano.

—Métete eso en el culo y dime si sólo es incómodo —dijo Sasuke furioso.

—No te enojes, pequeño, te lo compensaré —Karin lo apapachaba y Sasuke no sabía si quedarse en sus brazos o huir por temor a que le hicieran algo igual o peor.

—Recomiendo que siga observando su comportamiento o si prefiere, se le puede hacer análisis para asegurarnos que está bien —decía el veterinario— En cualquier caso, si puede encontrar a su familia sería lo mejor para él. Debe extrañarla y puede ponerse melancólico —el veterinario intentó acariciarlo, pero Sasuke le siseó— Eso sí, si no puede regresar solo, es porque su familia debe estar muy lejos, de lo contrario, podría regresar por su cuenta.

Sasuke no supo cómo es que pudo sisearle al veterinario, sólo sabía que estaba muy molesto y que no quería que ese hombre volviera a tocarlo.

—No quisiera deshacerme de él, pero supongo que sería lo mejor —comentó Karin visiblemente decepcionada mientras le acariciaba la cabeza a modo de consuelo de su previa experiencia.

—Sí, es lo mejor, pero si la familia está tan lejos, las probabilidades de encontrarla son menores, así que podría acostumbrarse a usted antes de que eso pase —respondió el veterinario— También puede establecer un tiempo de si no los encuentra y quedárselo. Por lo que veo, usted parece gustarle, así que quizá él pueda acostumbrarse pronto.

—No tengo otra familia y nadie dijo que Karin me gustara —dijo Sasuke avergonzado, pero no podía evitar quedarse con su cara recargada en el hombro de la chica y disfrutar de sus caricias. Realmente le estaba resultando como consuelo.

—Supongo que intentaré buscar a su familia por un mes. ¿O es muy poco tiempo?

—Opino que es un tiempo adecuado —habló el veterinario— Si se ve obligada a entregar a este pequeño, y le interesa una mascota, puedo conseguirle un gato. A veces me dejan pequeños que ya no quieren —comentó el veterinario— A menos que prefiera a los perros.

—No voy a dejar a Karin —decía Sasuke aún más indignado con el especialista.

—Gracias, pero aún tengo que considerar si puedo quedarme con este pequeño —la pelirroja suspiró— ¿Hay algo más que deba revisarle o alguna recomendación que deba seguir?

—Primero que nada, será tratar de localizar a su familia. Si decide quedárselo, habrá que vacunarlo y de preferencia esterilizarlo.

—Atrévete a tocarme de nuevo y te mato —advirtió Sasuke mirando con hostilidad al veterinario.

—¿Es necesario esterilizarlo?

—Sí, especialmente si será un gato que ande en la calle y no uno casero el ciento por ciento del día, así se evita que haya gatitos callejeros. Además, también se evita la posibilidad de cáncer en los testículos.

—¡No soy un gato! ¡No puedo tener gatitos! —gritó Sasuke, pero enseguida le entró la duda… ¿Y si no lograba volver a su forma original?

¿Se quedaría como gato para toda la vida? Y el miedo no sólo estaba en que no pudiera decirle a Karin o al resto de los chicos que era un gato, sino que tenía miedo de que no existiera remedio para su condición.

—Ya lo pensaré cuando vea si se queda conmigo o no. Mientras tanto lo dejaré encerrado en casa —respondió la pelirroja— Por cierto, ¿qué comida debo darle? ¿Estuvo mal que le diera jamón? Es que no tenía nada más.

—Es preferible no darles embutidos, pero no pasa nada con que haya comido un poco. Le daré un folleto con algunas indicaciones generales —respondió el veterinario— Voy a llenarle una forma con la información del felino y si más adelante se lo queda, le haremos una cartilla con esa información.

—De acuerdo.

El veterinario sacó el papel que comenzó a llenar mientras Sasuke se quedaba pensativo sobre si se quedaría en ese cuerpo para siempre. Lo único que le daba algún consuelo, es que si lograba comunicarse con Karin, no seguiría siendo tratado como gato.

—¿Hay algún nombre que quiera ponerle mientras esté a su cuidado?


¿Sasuke podrá decirle a Karin que es él? ¿Karin logrará descubrir que ese gato es Sasuke? ¿Sasuke tendrá más citas con el veterinario? ¿Sasuke podrá decir que es él antes de que Orochimaru lo vea e intente hacer un experimento con él como Taka piensa que pasaría? ¿Quién le hizo eso a Sasuke? ¿Qué nombre le pondrá Karin a Sasuke-Neko? ¿Qué otras dudas les han nacido?

Me encantará leer sus teorías y sus dudas en los comentarios n.n

Hace tiempo que aparece el tema de gato en los calendarios del SKM, pero nadie había hecho una historia donde alguno de los chicos se convirtiera en gato, así que quise aprovechar esta oportunidad para escribir algo con esa temática, la cuál espero que les esté gustando, pero por sobre todo, que les esté divirtiendo.

Sin más por el momento, me despido n.n

¡Hasta la próxima actualización!

Anuncio para el SasuKarin Month: Este anuncio estará en todas las historias y capítulos que se estarán publicando durante el SasuKarin Month del 2023, así que si ya lo has leído en otra historia, puedes saltártelo.

Este año tengo cubierto la mitad del mes, así que verán historias según los temas, o bien capítulos que estarán asociados a los temas como he hecho en otros años. Así mismo, yo sé que aún tengo muchas historias en proceso y de momento estarán en hiatus hasta que termine el mes.

Dicho lo anterior y ya que debo muchas historias (y admito que abriré algunas este año), quiero informarles que terminado el mes de Junio, me daré una semana de descanso de escribir y para cuando regrese a la escritura, haré una evaluación de follows en Fanfiction y votos en Wattpad sobre las historias que tengo incompletas, y aquellas que tengan más de estos "likes", serán las que retome en ese orden para poder seguir actualizando. Si hubiese algún empate, tomaré en cuenta el número de comentarios.

Con algunas historias me tomaré algunas libertades debido a que están a muy poco de terminar, pero haré caso principalmente al favoritismo de ustedes, mis lectores n.n

Los resultados de lo anterior, los estaré subiendo a mi página de Facebook — SaKaSu Fanfics.

También quiero anunciar que espero en este mes pueda subir historias a Ao3, pero en esa plataforma intentaré subirlas en inglés. Por supuesto, esto me obligará a ir más lento porque me tomará un tiempo tenerlas en un idioma que no domino, pero lo hago porque me gustaría que mis historias llegaran a más personas.

Finalmente, quiero invitarlos a apoyarme en Ko-fi, donde su aporte será muy bienvenido, pero que de ningún modo, es una condición para que yo siga actualizando. Yo seguiré escribiendo haya o no apoyo en Ko-fi, pero tendré algunas consideraciones para quienes lo hagan sobre qué actualizaré. El link lo encontrarán en mi perfil o en mi página de Facebook. Si no puedes hacer una aportación, no te preocupes, un buen comentario es un excelente motivador para seguir escribiendo n.n

Lamento si el anuncio ha quedado largo. Te dejo seguir leyendo las historias de este mes y espero que las disfrutes n.n