Fic

Historias de Albert y Candy

Amiga Mía

Por Mayra Exitosa

Reto Imagen / Kitten White

Creo que William necesita un descanso George, lo noto muy tenso, tú que siempre estás más cercano a él, dime la verdad, ¿tiene novia? - Rosemary, no puedo responder lo que no es mi asunto, solo sé que el trabajo está bien, tiene su vida privada blindada, así que no nos metamos en donde no nos corresponde, - Esta tarde mi Tía Elroy comentó que lo invitaría a cenar para organizar una reunión en Lakewood, con algunas amistades y… cree que la hija de Ferguson sería muy buen partido para mi hermano. - ¿estás de acuerdo con tu tía, cariño? - No, ella lo comentó y… no me parece mala idea, que al menos salga con algunas nuevas chicas, ya sabes que no se le pasen los años buscando imposibles, soñando en la mujer perfecta y única para él, eso en ocasiones no existe. - Yo no me metería en asuntos personales de tu hermano, él siempre tiene un as bajo la manga y no creo que organizarle una fiesta de cacería obligada sea lo correcto. Además, yo encontré a la mujer perfecta y única para mí, ¿Por qué él no podría? - ¡George! Si te comento esto es solo porque no nos ha presentado a nadie aun, tú y yo somos felices tenemos un hijo, ¿no te gustaría ver así de feliz a William? - Si, pero no elegiría una mujer para él… tenlo por seguro.

Johnson se metió a la ducha dejando a su mujer que continuara secándose el cabello, mientras el pelinegro meditaba que William estaba enamorado desde hace tiempo, ella no le correspondía, solo eran amigos, tenía una relación inmejorable con esa chica, pero ocultarle su identidad y decirle que se dedica a la venta de bienes raíces no era lo correcto. Sin embargo, ella lo consideraba su mejor amigo, el que su padre le había dejado cuando murió, lo invita constantemente cuando regresaba de sus viajes para contarle todos los detalles de las cosas que realiza en su supuesto trabajo de bienes raíces, hay algo entre ellos, pero no se consideraba amor solo una gran amistad, eso no era sano, él la ama y ni siquiera se da la oportunidad de pensarlo y finge no sentir nada, pues no desea perder ese lazo que tiene con su amiga, teme todo el tiempo que si se entera de todo lo que le había ocultado ella saldrá huyendo y más si se da cuenta que no era Albert Johnson, sino William Albert Andrew. El hombre que había mandado a la ruina a la familia de Candice Coleman, la única hija del anterior dueño del corporativo A&C el padre de la jovencita en aquel entonces había desfalcado una fortuna y dejado en quiebra su propia empresa por limpiar el nombre de su mujer, luego se había quitado la vida dejando a su hija sin un solo centavo, completamente sola y con las amistades que habían quedado en la ruina, nadie quería saber de ella, se temía que muchos salieran desquitándose con odio por todo lo perdido por su padre, la joven que estaba sin saber absolutamente nada, nunca había tenido una vida fácil, por el contrario su padre parecía olvidarse de ella y tratarla como una empleada más, de la noche a la mañana se hallaba completamente sola.

William al enterarse de lo que había sucedido, busco la manera de ayudar a Candy y cubrirla con la amistad de Albert Johnson, el amigo de su padre a quien le había dejado una fortuna oculta para que ella no se quedara en la calle, cuando eso no era cierto. Solo temía que los enemigos de su padre atentaran en su contra y eso no lo permitiría si podía evitarlo.

En el departamento de Candy ella cocinaba y probaba algo, más no estaba muy convencida, miraba la receta y se daba un golpe en la cabeza al haber olvidado un par de ingredientes, en eso se escuchaba la llave de la puerta, donde alguien abría y ella apagaba la estufa, corría para sorprenderlo con una radiante sonrisa y su aire de haber tenido un problema de nuevo en la cocina, - Hola Albert, estoy en un grave problema. - ¿Qué sucedió Candy? - Me temo que he arruinado la cena. - Déjame ver.

Albert revisaba el sabor y tomaba algunos ingredientes que tenía en la alacena, colocaba algunos sustitutos que no veían en la receta, solo lo sacaba por el sabor, mientras ella sonreía contenta porque siempre le salvaba la vida con algo, esta vez hierbas finas y aceite de oliva eran la solución perfecta. - Como es que siempre haces todo bien, ¿nunca te equivocas? - Bueno no soy un chef, pero me las ingenio para que la pasta quede perfecta, anda pásame el parmesano, le dará un toque diferente que hará que esto sea espectacular. Ella abría el refrigerador y sacaba un bote con queso en polvo, Albert agregaba algunas cosas extra a la ensalada y sacaba las piezas del pollo que ya tenía en una bandeja listas. - ¡hora de servir! - Ve a lavarte, yo me encargo, debes venir muy cansado, no te he preguntado ¿Cómo te fue en la venta? - Ya sabes igual que siempre, todo de maravilla. - Quisiera que me fuera así de bien, pero el Dr. Leonard es insoportable, todo debe ser perfecto y por más que hago las cosas bien, al final siempre suelta un grito ¡Candy! todo le molesta, hace comentarios horribles y creo que necesita una esposa. El soltaba una carcajada, Candy siempre andaba de cupido con todos en el hospital donde trabajaba y tenía muchas amigas enfermeras, ella quería ver felices a todos a su alrededor, porque para su análisis personal cuando los veía molestos significaba que nadie lo amaba.

- Candy, esta semana estaré aquí en Chicago, por si deseas me regalaron una tarjeta para hacer compras ¿te gustaría comprar algo? - Debe ser un bono por las ventas que haces, no debes gastar en mí, Albert. Eres el que hace el buen trabajo, deberías solicitar unas vacaciones y salir de paseo, no te he visto que tengas descanso. - sabes que no puedo salir aun, además tampoco has tomado vacaciones. - No es lo mismo, el dinero de papá no durara para siempre, además todavía no pago todo lo que compramos hace un par de meses. - Ya se encuentra todo pagado, no debes nada Candy. - Eso dices porque eres muy bueno conmigo, pero no hay que abusar de tu amistad, Albert. - No lo haces pequeña, te dije que mi departamento es tuyo, no necesitas pagar renta. - Si, pero es muy costoso mantener los servicios de este lugar, todo aquí es muy caro. - Pero todo queda cubierto. - Porque vienes a vivir conmigo para que entre los dos solventemos el departamento, si no, estaría en la calle. - No digas eso, nunca dejare que estés en la calle. Anda ven a cenar, debe estar riquísimo ese pollo. - No soy tan bueno como tu al cocinar, si no sabe bien, ya sabes lo cubrimos de aderezo. Albert soltaba una carcajada, ya se sabía todos los trucos que hacía para darle sabor a las cosas cuando estas no tenían un sabor a nada, ella realmente se esforzaba, pero no era precisamente aliada de la cocina, siempre le salía faltando algo, ni lo más simple que era la pasta le podía dar el sabor adecuado, hasta eso de ella, era genial y no la cambiará por nada.

Continuara…


De nuevo con un reto del mes de Abril, aun continuamos subiendo nuevas historias con la finalidad de completarlas y de no dejar escapar la inventiva

Muchas gracias por darle una oportunidad a esta historia basada en una de las imágenes de Kitten White que nos hace el favor de prestar

Agradeciendo también la amabilidad al respetar los escritos de mi autoría por no copiarlos ni adaptarlos en otras plataformas

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa