Amor Incondicional

Por mayraexitosa

Capitulo 1

Alguien que me ame

Un Amor para mi…

Nací hace 22 años, soy enfermera, trabaje durante tres años en un hospital pero hace poco me despidieron, busque trabajo por mi cuenta, soy una de muchos hermanos, independientes todos re establecidos a la sociedad al no ser adoptados, conseguí un trabajo con una dama mayor que tiene una linda nieta llamada Patricia, con la cual trabaje seis meses, ella se re estableció muy bien ahora es una dama muy dinámica al igual que su nieta, me recomendaron con los Britter y trabajo actualmente para la señora Britter, su hija es amiga de Patricia, quien me recomendó hace tres meses, con Ann Britter, una joven muy hermosa que cuenta con un novio muy guapo y la quiere mucho.

Ella me invita a que salgamos en mi día de descanso, pero no me gusta interrumpir en su relación amorosa ya que ambos se dan muestra de cariño muy efusivas, me da pena, hace unas semanas me presentaron a un amigo de ellos llamado Terry Grandchester, solo que no le dijeron que soy empleada de la madre de Ann, me tiene muy asustada, con temor de que me vayan a despreciar en cualquier momento, el es muy guapo muy seductor, ya que su profesión como actor, hace que muchas damas se fijen en él. La sorpresa fue ayer que me dio un beso, me sentí en el cielo y en el infierno después, pues soñaba que era un ángel bello al ser besada por él pero escape, corrí, sentí que mi cuerpo se quemaba, me derretiría como todas las damas que están embobadas con él.

Llegue a la casa, sigo en mi descanso, la señora Britter me dice que salga a tomar el sol, que use el traje de baño que me regalo Ann, se me hace tan atrevido, es hermoso, nunca tuve uno así, es un color azul que le va muy bien a Ann por sus ojos, a la vez muy diminuto, tal vez por eso me lo dio dijo que no le quedaba, como me vio más delgada, en vez de estrenarlo, mejor me lo osequio, me siento tan bien aquí tomando el sol, sola… me hace pensar en todo lo que he pasado y relajarme un poco.

Tendida en la arena, después de pensar, analizar, lo que me había sucedido ayer con el guapísimo Terry, el es un chico muy bueno, solitario, muy guapo, pero mi vida está muy complicada como para poner atención en estos momentos a un noviazgo, sin embargo atreverse a besarme, que pensará de mi, que soy una loca, que salí corriendo, la verdad me llama mucho la atención, me agrada un joven guapo, actor de mucho prestigio como Terry Grandchester pero él piensa que soy igual que mis amigas, solo vengo como empleada, no pertenezco a ningún circulo social, en cuanto lo sepa, se arrepentirá de haberse fijado en mi, Candy White, una simple enfermera, que vino a cuidar a la madre de Ann Britter, que su amiga Patricia me recomendó por haber cuidado de su abuela, me aprecian por salvarlas de estar cuidando a sus seres queridos, que ellas tengan la necesidad de una enfermera, en fin. Ya se hizo tarde serán las 7:00p.m. Aquí en la playa, estuvo hermoso el atardecer, pero tengo que irme, sobre todo que aunque sea mi día libre, no hay que dejar mis obligaciones.

Caminando vi a lo lejos un joven recostado en la arena, por la orilla de la playa, lleno de arena, maltratado, corrí y lo vi tendido en la arena, lo revisé estaba muy lastimado,

- Puedo ayudarle, quiere que llame a una ambulancia. Me vio a los ojos, por dios que hermosos ojos, lo ayude a levantarse, lo encaminé a la casa donde cuido a la madre de Ann, lo pasé por la cocina, cerca estaba el cuarto de servicio donde me quedaba, lo pasé, le dije

– Soy enfermera, aquí trabajo, déjeme ayudarlo, lo metí a bañar para que se quitara la arena, que hombre, guapísimo, se me enchinaba la piel de solo tener que quitarle la arena, vi que tenía un fuerte golpe en la espalda, una herida en la pierna, lastimadas sus muñecas y algunos rasguños y raspones.

-¡Que cobardes! como pudieron hacerle esto, atacarlo por la espalda, me miro y se sonrío, vamos, la ropa no le quedaría, así que lo envolví en una toalla, le pedí que me esperara, busque en la habitación de la familia, encontré un short y una camiseta, ropa interior, le quedaría algo, mientras que lo enviaba a su casa.

- Encontré estas prendas, te pondré algo, para el dolor toma estas pastillas, recuéstate boca abajo, puse una pomada para bajar la inflamación, en su pecho y su cara tenía unos pequeños rasguños, los limpie con cuidado, me ponía nerviosa, no me dejaba de ver

– Gracias, mi nombre es Albert, la miraba, sentía que un ángel había bajado a cuidar de él.

- De nada Albert, que gusto que lo vi, pude ayudarle, se siente mejor, sentía mi pecho agitarse, eso de desnudar a un hombre y bañarlo, tal vez en otra ocasión con otras personas, pero a él, es hermoso, muy guapo y tiene todo lo que alguien puede desear.

- Si, mucho mejor. Sonreía por ver a la dulce dama, como se esmeraba por atenderlo sin saber quién era él, verla en traje de baño, tan bella, estaba conteniéndose por no mirarla de otro modo.

– Mi nombre es Candy, trabajo como enfermera, estaba en mi día libre, estoy en esta casa por ordenes médicas, cuidando a una dama, que descansa y es la dueña de este maravilloso lugar, su hija acaba de irse, salió con su novio, no tardará, espero no se moleste por ayudarle y meterlo a la casa, pero veo que necesita que también revise su pierna, traeré algo para curarlo. Tenía una pequeña abertura profunda, traté de poner Lidocaína para el dolor, que no sufriera mucho mientras cocía,

- Es muy valiente, no lloró, se soltó una sonora carcajada que me hizo reír, me acercó, me dio un beso en la frente, me dijo

– No soy un chiquillo para llorar señorita, como cree que lloraría, si tengo a una dama tan hermosa curando mis heridas, sonreí, me dijo hermosa que va, el hermoso es el pensé.

- Gracias por lo de hermosa, pero creo que le afecto el medicamento, Albert, conozco a muchas damas hermosas de verdad, no creo que cumpla esas exigencias, tomo mi cara, dijo

– No conozco una dama con un alma tan pura como la suya Candy, temblé de emoción, de estar tan cerca de un hombre como él, me dio un suave beso en los labios, dijo

– Estoy en deuda contigo, dime que puedo hacer para agradecerte que me hayas ayudado,

- ¡besarme!, dije sin pensar, me puse roja, que tonta había sido trate de corregir pero el estaba dando de risas y para terminar la conversación le dije – discúlpeme Albert, pero no sabía que besará a todas las damas que lo curan, sería usted muy popular en el hospital donde trabajaba, estaba toda roja de la pena, me contestó

– No Candy, no la bese por curarme, sino porque realmente es hermosa, quería que sintiera mi admiración por usted, pude haber sido un mal hombre, aun así usted me trajo al que aseguró que es su habitación, ahora me volví a poner de colores y se reía, -Cómo es posible que se apene tanto, se ruborice, acaso su novio no le dice lo hermosa que es, ahora me reí yo

– No, Albert no tengo novio, gracias por insistir en decirme hermosa, no lo sabía.

- En ese traje de baño tan bello, usted sea una enfermera, se ve divina. Por Dios no me había percatado, que estaba en la playa, con el traje que me regalo Ann, lo traje aquí, que pena, que pensará que me estoy insinuando,

- Discúlpeme, no acostumbro a usar traje de baño, hoy mi amiga me insistió de que casi no había salido a tomar el sol, que estaba muy pálida, me regalo este traje, no me percate, de mis prendas y usted, que pena me da, quiere que lo lleve a algún lado o desea hacer una llamada,

- Una llamada estará bien, estoy muy lejos de mi hogar, me intentaron secuestrar, puede creerlo,

- Santo Dios, por eso está herido, es usted alguien muy importante, por eso quisieron secuestrarlo.

– No Candy, se han de haber confundido, soy solo un hombre que trabaja de veterinario. La verdad no quería que nadie supiera quién es él y estaba nervioso, no sabía ni en qué lugar estaba, mucho menos si los dueños de la casa se enfadarían con la enfermera que desinteresadamente le ayudaba.

– Ah, entonces, no estamos en peligro, mínimo sabe ahora lo que le di para el dolor, lo que use en su espalda, su herida, que bueno un doctor veterinario es muy bonito oficio,

- Lo cree usted Candy

– Si, Albert, a mi me encantan los animales, son seres muy perceptivos y muy lindos, solo hay que saber cuidarlos.

Le pasé el teléfono, me dijo que podían ir hasta mañana por él que realmente estaba lejos de su casa, que si había un lugar donde quedarse, le dije que tomará mi habitación, que me quedaría de guardia con la señora Britter, que no ocuparía mi habitación, me sonrío, me dio un beso nuevamente, esta vez en la mejilla.

– Gracias Candy, eres muy amable, me puedo dormir aquí un rato realmente las pastillas me están haciendo efecto,

- Claro Albert, solo debo tomar mis cosas y bañarme, si no le molesta, pues saldré de inmediato.

- Claro que no me molesta, solo estaré dormido. Me hice el dormido, pero como me dice que se bañará, es tan bella, conmigo, todo lastimado, vaya suerte la mía, es una tentación completa esta dama, tan cerca, goza de la ingenuidad de alguien que no conoce a los hombres.

-Después de bañarme me saldré, lo dejaré descansar, vendré a revisarle para saber cómo sigue, después de revisar a la señora Britter. Salió de bañarse, se veía hermosa sus cabellos estaban húmedos y brillantes, vi cuando se cepillaba su cabello, me hacía el dormido, como es posible esto, que agonía, después de ser secuestrado, escapar y llegar a los brazos de Venus, que bárbara mujer.

Salí, el joven se quedo dormido, la señora Britter ya se había dormido, la cubrí, revise sus cosas pendientes, todo estaba en regla, ya había cenado me percate que Albert tal vez no había comido nada, preparé algo de fruta picada, un sándwich, jugo de arándanos y un trozo de pastel de chocolate mi favorito. Le llevé a la habitación, se asustó,

– No quería asustarlo Albert, le traje algo para que cenará

– Discúlpame Candy, gracias pero no me acompañaras a cenar, lo decía en un tono suplicante y tan amable, que ella no se podía negar.

- Bueno déjame traer mi charola, me quedo contigo, la señora Britter ya está descansando. Nos quedamos platicando, me conto de África, de Brasil, de lugares muy hermosos a los que ha viajado, después le platique de mi trabajo de que lo había perdido, ahora trabajaba por mi cuenta, pues pronto iría a Chicago, donde estaba un buen amigo y buscaría trabajo por allá solo que de momento estaba aquí en Florida, que la semana entrante viajaría a Chicago, pues la dama, sería llevada con su familia a Inglaterra, estuvo genial, muy ameno, hasta que lo volví a dejar dormido, lo cubrí. Ahora fui yo la que le dio un beso en la frente, me retire, me quede dormida en el sillón, llegó Ann y Archie su novio, estaban muy románticos, de inmediato sin que se dieran cuenta, corrí a mi habitación a esconderme, que pena, como iba a interrumpir, escuche gemidos, caricias mejor me quedé allí a cuidar de Albert, como iba a salir, con esa situación tan incómoda, me puse un lado de Albert en mi cama y espere a que se fueran pero me quede dormida.

Me desperté, sentía a alguien respirando cerca y la vi, estaba hecha un ovillo, hacía frío , me dijo que no vendría aquí algo debió haber sucedido, tal vez para que no se dieran cuenta que me tiene aquí escondido, en que lío la he metido, pero mira que bella es, jamás había estado así con una joven que se aprecia inocente, de quedarse dormida con su ropa puesta y acurrucada, puse atención, escuche a alguien, santo Dios había una pareja afuera teniendo relaciones, escuche gemidos, me puse muy nervioso, por eso ella ya no salió, ahora lo entendía, pobrecilla, como estoy herido, me duele mi pierna, no te apures, no te haré nada, levante la cobija, la cubrí junto a mí, estaba tan confiada en mí, que me siento alagado de inspirarle tanta confianza, ojala que nadie le haga daño jamás. Sentí movimientos en mi cama, recordé donde estaba y sentí un abrazo, estaba abrazada, por Albert, cubierta con la sabana, descansando a su lado, me levante de un brinco asustada y apenada,

- Discúlpame Albert, ayer estuve a punto de interrumpir a una pareja muy amorosa, no pude salir a otra parte, me quede dormida aquí, que pena, si te había dejado mi habitación para ti, lo siento, pero esta parejita no podía ser interrumpida. Me avergoncé no sabía que decir más, mejor guarde silencio y agache mi cabeza.

- Porque pena, si estoy muy alagado que hayas confiado en mí para dormir a mi lado. Estaba ruborizado ahora él, nos soltamos a reír, en eso tocaron la puerta, era Ann y Archie que nos descubrían, Ann se quedo mirándome y dijo

– Candy no sabía ¿que tenías novio?, menos que se quedaría aquí contigo, que gusto. Archie dijo

– ¡Tío! no sabía que eras el novio de la amiga de mi novia, menos que te encontrabas aquí, así se reían de nosotros. Molesta dije

– Es que anoche llego una pareja muy romántica, no quisimos interrumpir, por eso nos quedamos aquí, esperando a que se fueran. Ahora estaban muy ruborizados ellos, los que nos reíamos éramos Albert y yo. Satisfecha por quien pensará más mal de unos o de los otros.

Nos levantamos, me cambié por un short, una blusita fresca, para no hacer sentir mal a Albert, pues no le encontré otra ropa, coincidía con él, el short era beige y la camiseta blanca y mi blusa blanca, mi short beige, me reía, mínimo no se sentirá mal hice el desayuno junto a la señora Tifany, vi a Albert hablar con Archie por separado, me veía a la distancia, sonreía conmigo, se veía muy blanco, me imagino que al ser su Tío debe de ser alguien importante o tal vez de la familia, pero al fin ellos estaban hablando cuando llegó Terry a saludarnos. Ann muy aclarativa le dijo – Mira Terry te presento a Archie mi novio y a su Tío Albert, novio de Candy.

De inmediato me volteo a ver, me quede asombrada, pensé que Albert al saludarlo aclararía la situación, pero no lo hizo, quería enojarme, pero sabía que las aclaraciones las haría yo, fue muy fácil desilusionar a todos.

– No soy novia de nadie, trabajo para la familia Britter, soy enfermera, cuido de la señora Britter y de Albert sonreí, en eso llegó un chofer, hablo con Archie y Albert, le trajo ropa, estuvieron platicando, me retiré, vi una sonrisa de Terry le devolví una sonrisa también, me retire a cambiarme, me bañe, me puse mi ropa de enfermera, me fui a ver a la señora Britter, estaba despierta, se veía con mejor color, la verdad estaba muy bien, muy animada, tenía razón el doctor al decir que la playa le mejoraría su ánimo y su presión, llegó más tarde el doctor, la dio de alta, dijo que podía viajar pronto, que se cuidara mucho, aproveche, me despedí de ella, estuvimos platicando un largo rato, me dio mucho más que mis honorarios, es muy buena, me dijo que le dejará los datos míos a Ann por si quería irme con ellos a Inglaterra, le dije que viajaría a Chicago esta tarde, que no tenía caso quedarme más tiempo, cuando salí en la estancia estaba Albert muy guapo, vestido sencillamente, trajo un hermoso ramo de flores, me dijo