Destino Inminente

Por mayraexitosa

Los personajes principales de este relato no son míos, me encanta inventar nuevos, pero trataré de describirlos y que lo imaginen como siento la historia tan palpable.

Capitulo 1

Albert no está

Después de Candy Candy… que sucedió… realmente hay mucho que arreglar… pues, la historia sigue así…

Albert, se retiro de Candy dejándola en plena libertad, de superar en ella con tiempo todo lo que deseaba dejándole un abrazo y una carta.

Querida Candy:

Me han salido problemas graves por resolver en mi trabajo, gozas de toda la libertad de superar en ti a la mujer que siempre has sido y serás, volveré a verte te lo prometo, te escribiré siempre, pero sobre todo te llevaré constante en mi pensamiento, me han comentado tus madres que deseas volver a trabajar en Chicago, junto a esta anexo una carta con especificaciones para que seas nuevamente contratada, se feliz, se libre y sobre todo supera todo lo que tengas pendiente. Recuerda eres más bonita cuando sonríes.

Tuyo siempre, Albert

En otro país cerca a Francia jóvenes heridos eran movidos en camillas después de haber sido rescatados, algunos mutilados, uno de ellos se quejaba de la falta de lentes y que los que traía estaban muy dañados, tenía heridas que sanaban y cicatrices que ya formaban parte de él, hacía meses que escribió una carta…

Hola Paty

Sé que te sorprenderá esta carta, sin embargo, sigo aquí, espero que si te casaste o eres feliz, rompas esta carta, de no ser así, necesito tu ayuda, estoy en graves problemas por las decisiones que tome, ayer accidentalmente una tropa encontró una prisión y muchos escapamos, nadie puede acercarse a lugares como donde vivió Candy puede que me encuentre en un lugar así no tengo como salir de este país, no cuento con documentos y no es fácil ser un varón al que siempre se les revisa. Salí de Alemania y entre a Francia en un lugar llamado Alsacia, camine rumbo a Suiza y escapare estaré pronto en San Raphael, ahí espero verte, de no ser así, encontraré la forma de buscar a alguien más. No respondas, solo ven si puedes

Tuyo

ACA

…misma que una religiosa le hizo el favor de enviar, con el fin de que al recibirla no se asustaran pues estar cautivo, ser salvado por los franceses accidentalmente, llegaron a un hospital infantil, que los refugio y los escondió, doce jóvenes militares cinco pilotos, seis soldados y un capitán, llegaron los comandantes, dijeron que era tiempo de devolverlos a sus familias, pero uno de ellos tenía miedo que fuera mentira, a otros les decían eso en distinto lenguaje y por una ranura vio como fueron asesinados y masacrados, se escondió entre los niños, llevándose solo a once soldados, la religiosa que lo sabía, que lo había ayudado, dijo que el otro se había ido. Con saber que salvaba una vida pedía perdón pero el joven se había ganado su cariño.

El joven huyo una noche, escondido en un puerto, como pescador y una joven sencillamente vestida, llegó al fin con él, en una pequeña cabaña, ambos se besaban, ella contando con capital, subieron a un barco rumbo desconocido, para huir con él, Alister Cornwell y Patricia O' Brian, se hicieron pasar por esposos, estuvieron días en su camarote, para que nadie los viera o reconocieran a Alister, esos días, Patricia, se convertía en la mujer más feliz del mundo, ella en su forma tan conservadora de ser, amaba de manera incondicional a aquel joven, esa tarde, estando en su pequeño camarote sencillo para no hacerse notar, cerrados con llave ella frente a él, besándose, abrazándose,

- Patricia, en cuanto bajemos del barco, te gustaría casarte conmigo mi amor,

- Alister es lo que más deseo en mi vida, estar siempre a tu lado, Dios te devolvió conmigo, es un milagro al que no pienso darle la espalda. Ambos ante esa declaración, se amaron, sus besos formaban una alianza de amor. Él la acariciaba con deseo, su dama es la mujer más hermosa, amorosa y especial, sus conocimientos eran parte de sus atractivos y de sus conversaciones, esa paciencia para con él, ella siendo una señorita de familia, arriesgo todo por él, para hacerse pasar por el matrimonio O' Brian. Los documentos de sus padres, para ocultarse, haber estado cautivo tanto tiempo sin amor, sin una mujer cerca, él la deseaba tanto era incontrolable no amarla, sus cuerpos unidos en ese deseo de pertenecerse el uno al otro, y al saberla solo de él, se decía, seré el mejor esposo del mundo, jamás nadie podrá ser mejor para ella que yo, la amo tanto es verdad que Dios nos dio una segunda oportunidad mi familia sabrá lo que hizo para rescatarme, para salvarme y será respetada, haré que todos la respeten siempre.

–Paty eres el amor de mi vida, te amo, nunca lo dudes amor mío, quiero sentirte más y ser solo tuyo para siempre,

- Ster yo… también te amo, deseo ser tu compañera, sentirte así tan mío.

–Tendré el mayor cuidado para amarte mi vida, el se abrazo de ella, se estremecía ante el cuerpo ardiente de él, la besaba, la acariciaba, le decía lo importante que es ella en su vida, que jamás nadie lo había amado tanto, ninguna mujer ama tanto a un hombre como ella. Ella al sentirlo, sin poder evitarlo rodo una lágrima, el con sus labios la tomaba, le besaba sus ojos, ella en pequeños movimientos de su cuerpo anhelando el de él, ya no podían contenerse más dieron rienda suelta a ese amor, su vida se transformaba en un amor que llegaba a la cúspide de sus deseos, se amaron todos los días que pasaron en el barco.

Patricia puso al tanto a Alister de Albert, temía que ella le contará a Candy, pues es muy impulsiva, era capaz de ir a la misma guerra por él, dijo

– Patricia no creas que amo a Candy ella es … como mi hermana, Candy me ve igual, es capaz de que si se llegará a enterar que ambos estamos en riesgo, vendría por ambos, hasta la misma Alemania entraría por ti o por mi…

- Lo sé, sabes lo que más me preocupa es que Candy me escribe una carta por semana, así que mi abuela le estará escribiendo que estoy fuera, si no tendría muchas cartas de ella, mira… le diste esta cajita, ella me la dio para ser feliz, cuando te perdí.

Al llegar a puerto en un pueblo se casaron pues el ante todo era un caballero, religiosamente ante un cura, se aceptaron como marido y mujer, no sin antes enviar una carta a George informando donde estaban, como habían escapado en secreto, que no se le informará a nadie de la familia solo a William Albert Andrew, porque después de su huída, lo habían estado persiguiendo por muchos lugares, en ese momento Albert estaba en Escocia, fue por ellos, los escondió en una villa que rentó a nombre de él, perteneciente a los Grandchester, mismo que les solicitó no divulgarán nada. Ahí arreglo los papeles de ambos, fueron unidos en matrimonio ahora por la vía legal. Patricia solicitó que les devolvieran sus papeles a sus padres, le entregaba una carta pidiendo su perdón, Patricia curaba amorosamente a Alister pues estaba bien, pero tenía espacios de ansiedad al soñar frecuentemente en su huída, después de haber sido capturado tanto tiempo, ella era la única que lo entendía, jugaban, se preparaban para que nadie los dañará, ahora él inventaba un arco especial para enseñar a su esposa a defenderse, realizaba inventos de defensa, mismos que Albert secretamente financiaba. Patricia le pedía que no comentará nada. Hasta que Alister se sintiera seguro para volver con su familia, ella se haría cargo de él. Los navíos están vigilados para ir a América, aquí en Escocia estaremos bien.

En Inglaterra dos hombres hablaban de su suerte, ante el luto de ambos, los Grandchester sufrían en silencio… Terry al haberse casado sin amor, solo con agradecimiento con Susana se había comprometido en hacerla feliz, sin embargo, una infección en la herida de su pierna formo una gangrena con el tiempo, haciendo que su cuerpo no resistiera, se le dieron varias complicaciones, después de un largo tiempo en el hospital su esposa, solo por documentos, había muerto, en el funeral lo acompañaron sus padres, ambos al verse, no pudieron dejar de admirarse, el Duque de Grandchester había sido obligado a casarse, dejando a su amor lejos de él, ahora hacía poco más de un año que en un accidente su esposa y dos de sus tres hijos fallecieran en un viaje a visitar a los suegros de él, dejando con vida a una jovencita, misma que ahora estudiaba en el San Pablo.

Terry era ahora su único descendiente varón, fue por él, este hastiado del giro que había dado su vida, desilusionado de todo, investigo, Candy ya se había casado, hace dos años se comprometió, la daba por feliz, las damas que lo rodeaban eran frívolas, ya perdido una vez el amor, convencido de que ese amor ya había hecho su vida y a sabiendas que a Candy jamás volvería a verla, le dijo a su padre que se iría con él, que estaba cansado de esta vida, que haría lo que él le pidiera, con el único detalle que con él se llevaría a su madre, estos aceptaron viviendo ahora en Inglaterra… El Duque le dijo que al casarse Terry obtendría el título, él podía ser libre de casarse con su madre. Ella acepto, pues lo amaba ante todo, jamás ningún hombre ocupo su lugar.

Tiempo después en New York, salía rumbo a Inglaterra Lady Elroy le comunicaba a George, tengo que investigar quien sería la dama más apropiada para William, con honor y prestigio para ser la dama Andrew, voy a visitar a unas amistades en Inglaterra pues sé de buena fuente que alguien apropiada estará por ahí para poder conocer a mi sobrino, sería mejor que venga acompañada por mí, para que quede claro, para William quien puede ser una buena esposa.

George, sabía que William tenía ya en su corazón a alguien, que sería muy difícil pensar en que le impusieran conocer a otra dama, que se casará con quién su Tía quisiera, pues el al final es el Patriarca de los Andrew, debía haberle consultado antes. En fin de regreso de New York rumbo a Chicago para llevar documentos después a Lakewood.

En Escocia un joven alto muy delgado, con facciones toscas ojos verde claro, bien parecido recordaba la muerte de su padre Hijo mío, mi testamento esta hecho, lo mejor que puedes hacer es casarte con una descendiente Andrew, nuestra fortuna está ligada a la de ellos, mi testamento no será dado hasta que te hayas casado con una dama Andrew, podrás seguir en Escocia y gánate la vida, porque es muy corta y no estaré contigo. – Padre por favor, no hagas eso, odio estar aquí en Escocia. Pasaba el tiempo el joven veía a una hermosa dama descendiente de los Andrew, lo había rechazado, seguía insistiendo, su fortuna dependía de ello.

-Malditos Andrew, porque tenían que existir, rechazarme, porque. Ese joven Paul Wagner.

En Texas los Legan habían salido adelante, Sarah cuidaba a Elisa pues era muy insinuante, estaba un poco cansada de su forma de ser, Sarah sabía que debía casarse, sentía que si no lo hacía pronto, se metería en un descuido con el jardinero, al que de inmediato despidió, habló con Niel y este ya tenía a una dama con la que querían comprometerlo, acepto.

Niel recordaba a Candy, su amor interno y oculto, ella era la única mujer que le inspiraba realmente deseo y amor, pero la vida se la había negado, Sarah para poder casarse Niel le condiciono que en cuanto se desocupara, los llevara a Escocia, que hablarían con la Abuela para casar a Elisa con Michael, un chico de buenas familias que le era agradable a Elisa, diciéndole eso tranquilizaban a Elisa.

El Tiempo ha pasado dos años desde que se despidió de ella Albert, unas cartas, visitas alrededor de Europa, tal vez algunas personas nuevas, pero para Candy, una distancia entre amigos entrañables, dos vidas unidas por el destino estaban separadas por sus formas de vida y sus profesiones, pero sus corazones seguían unidos a pesar del tiempo y la distancia, Candy ya cumplía veinte años, sus cumpleaños recibía cartas y futuras visitas, coincidían con trabajo excedente para estos últimos los festejaba antes o después visitando al hogar de poni, Albert le escribía, le hacía llegar hermosos regalos, pero para ella, los regalos no eran tan atractivos, su ausencia ya le había causado una grieta a su gran corazón.

Ya es tarde… todo ha sido en vano, he buscado la forma de sacarlo de mi mente, he visitado otros lugares tratando de alejarme y sigo regresado a Chicago, él ya lleva mucho en su natal Escocia… me siento tan sola, sentir lo que siento por él, comprender que es imposible, esta soledad ni dedicando todo mi tiempo, logro sacarte de mi mente, que algo me falta aquí muy dentro…Albert… lloraba mientras se quedaba dormida después de un día doble turno de trabajo.

Un mes después en el hospital, Candy trabajaba…

-Sra. Ana, no se levante… su doctor dijo que en un momento más viene, por favor hágame caso, puede marearse… (La dama muy engreída y déspota le desobedecía) -ah bueno se lo advertí (la Sra. Ana se levantó y calló), Adela ayúdame por favor, - Si Candy.

-Sr. Robert aquí están sus medicamentos, tome un poco de agua… listo. Bien

-Señorita Anderson aquí llego este mensaje, voy a revisar sus pendientes, favor de no moverse mientras cambio el suero.

Pasaba todos los días, una tarde después del trabajo. Ese día sentía un brinco en su corazón, compro flores, sonreía, se sentía tranquila, pasó a comprar algunos faltantes en su departamento, vio al cartero, no había nada para ella, pero no le importaba, compro pan y regresaba al que fuera su hogar, en la entrada había luz en su departamento, entró pensando…inquieta

- -mmm huele bien, -¡Albert! Sorprendida y feliz

-Hola Candy, acabo de llegar de viaje quería darte una sorpresa, vine a verte, me imagine que no tardarías en llegar a casa, ¿Cómo estás?

-Albert, que hermosa sorpresa, pensé que no te volvería a ver… desde hace tanto, nunca imagine encontrarte aquí de nuevo…soltaba las cosas, ponía rosas en un florero, dejaba una bolsita con panecillos, acomodaba las cosas que había comprado, se movía por todo el departamento, de un lado a otro dejando cosas y acomodando detalles.

Albert la vio, alta, delgada, su cabello recogido con algunos rizos saliendo por detrás de su cuello, se quedó asombrado, dos años. Candy había cambiado tanto, ella lo veía, sonreía feliz, pero noto que su mirada se perdía en ella, sentía que no le estaba poniendo atención a lo que decía... –Albert, ¡Albert!

-Perdona Candy, no te reconocí, que te paso, tan delgada, no has comido bien. Pensaba tratando de arreglar el descuido por su embobamiento ante tan hermosa mujer.

-Albert, es que ahora estoy en dobles guardias, ya sabes para poder pasar los fines de semana del próximo mes en mi hogar, además no sabía que vendrías, me hubiera propuesto en engordar, sonreía, creí que ya no ibas a volver jamás.

-¡Candy!, no cambias, ven toma asiento, vamos a comer aunque por la hora ya es merienda.

Candy recordaba, pensaba en aquella tarde del hogar de Poni, que fue la última vez que había visto a Albert, donde ella sabía que es su príncipe, tiempo después su adopción fue anulada, lo último es que se fue a Escocia a arreglar unos pendientes y ahora por fin regresaba.

-Como no voy a volver Candy tu eres mi familia, no porque ya no tengas el apellido Andrew dejas de ser mi familia, lo sabes, dejaste de ser una Andrew por tanta insistencia.

-Me da tanto gusto verte, te extrañe mucho, sabes me ofrecieron trabajo en otro hospital en el sur del país y pensé por un momento aceptar, no sabía nada de ti, qué bueno que estas aquí…

-Otro hospital, pero si vine por ti para que fuéramos a Lakewood, estos dos años no has tomado descanso, pensé que como voy a estar por allá me gustaría que me acompañarás y que pasemos unas buenas vacaciones ¿Qué te parece Candy?

-¡Maravilloso!, Albert tendré que pedir permiso, claro que me encantaría, estaría cerca del hogar y… ¿quienes estarán allá?

-Invite a Archie y Ann pero andan muy ocupados, George tendrá que estar viajando a New York y después irá a llevarme algunos documentos, no sé a quién desees invitar.

-Patricia salió de viaje al extranjero desde hace tiempo tal vez regresará en unos meses, me dijo que tenía planes muy urgentes eso ya paso desde hace año y medio, pero me imagino que la Tía Elroy estará allí.

-No, ella salió a Inglaterra, también se tomo unos días de descanso, pero si te preocupa tanto, estarán los sirvientes Candy.

-No me preocupa Albert, no me importa, total ya hemos vivido juntos… solo que ahora estaremos sin un apellido en común. Pensaba Candy.

-¿Candy, tal vez te gustaría viajar a Escocia conmigo?, si deseas en vez de Lakewood, así extendemos un permiso más largo.

-No, Albert Lakewood está bien. Además el clima es fresco y será muy buen descanso.