Fic
Reto OctoBert 03 10 2020
DENTRO DE TI
Por Mayra Exitosa
La banda de rock era muy famosa, había estado por todo el país de gira en varias ocasiones recibiendo ovaciones en distintos lugares. Hacía falta un representante y él que había sido su propio representante desde que iniciaron, tenía que ver que mejoraran las cosas, un impulso para la banda era necesario con nuevas formas de administrar.
Albert era uno de los vocalistas y tocaba el bajo, mientras que el otro vocalista era Anthony ambos enloquecían en conjunto al cantar y unir sus voces, tocando las guitarras eléctricas en la batería estaba Terry que se sacudía y encerraba dentro de la música con tal entusiasmo que parecía no tener final, en el contrabajo lo dominaba Stear, los arreglos musicales y el teclado era de Archie. Entre los cinco se complementaban de una manera que nadie podía negar que llevaban más de siete años juntos. La Banda había tenido altibajos, pero ya había decidido por tener un nuevo representante que los lanzara aún más al éxito y poder tener mejor administración de los ingresos que a la fecha gozaban. En la litera del autobús que viajaba a la nueva ciudad donde tenían tres fechas por tocar, meditaba en los expedientes que le habían hecho llegar, para saber con quién se arriesgarían a que los representara, por una parte estaba Niel Legan un joven ambicioso y poderoso que había estado representando tanto en el género musical como en el actoral, por otro lado el señor serio y reservado George Johnson quien tenía una forma conservadora pero posiblemente no aceptaría tener en su clientela una banda de rock tan sonora como la de ellos y no estaba entre sus clientes su tipo de música que escandalizaba a los mayores por el estilo erótico y las letras musicales que daban un aire de libertad y era confundido en cierto modo por la sexualidad libre y el escándalo, cuando si lo escuchabas bien, era romántico y delicado pero más apasionado que todos los géneros. También estaba Martin Berners un hombrecillo que parecía no romper un plato, contrario a la realidad era tenaz, estratégico muy insistente, siempre se salía con la suya, andaba tras ellos para representarlos desde casi que inició la banda, era menos atractivo para cualquiera y parecía querer colgarse de ellos para lanzarse a la fama.
Al llegar el hotel ya tenía las reservas y los estacionamientos para los tres autobuses que se enfilaban con los logos de la banda, sabía que muchos querrían ingresar al hotel, con solo verlos llegar para estar cerca de ellos, sin embargo, la seguridad estaba primero y el hotel les garantizaba que estarían cómodos, sin ningún altercado contra alguno de su personal. Para eso se habían realizado las reservas para la banda y el personal que los apoyaba a que lograran sobrevivir en el mundo musical más arriesgado de todos.
- Hemos llegado, estoy cansado de este viaje requiero mi baño de espuma. Los otros reían por las palabras de Archie, a lo que Anthony le daba una palmada en las sentaderas y contestaba, - Si y con flores de lavanda para que te sigan los pervertidos de la otra noche. La cara de molestia que lanzaba Archie era para burlarse de lo mencionado, tiempo atrás habían seguido a la banda por tres estados resultaba que eran fans de Archie, solo por querer tocarlo, su esculpido rostro y sus movimientos al tocar los teclados excitaba a ciertos pervertidos, cuando el gozaba de una sana relación con las bellezas femeninas, y todas lo sabían por ser parte de un harem privado que se unía a cada concierto anunciándose como las divas de Archivald, pero saber que esos hombres hicieron hasta flores lilas para él lo ponía enfermo de recordarlo. - Nada que una buena chica no pueda borrar, Archie. Comentaba Terry pasando por su lado para bajarse del camión donde había tratado de dormir y no lo había logrado, portaba sus baquetas moviéndolas y girándolas entre sus dedos realizando pequeños sonidos de satisfacción por haber llegado y bajar al fin del largo trayecto. - Vamos chicos, mejor juntos antes de que seamos encontrados, no tardaran en llegar cuando vean que los autobuses han entrado a este hotel. Anunciaba Albert apurándolos a bajar a lo que Stear respondía - Si vamos, ahora estoy viendo por las ventanillas a los entrevistadores, me encanta la privacidad de este hotel, no se aguantaron ni a que bajáramos. Albert quien miraba hacia el grupo de entrevistadores que los abordarían en cualquier momento. Se quedaba sorprendido, eso era un récord antes ya los dejaban bajar para seguirlos pero ahora los estaban esperando, como se habían dado el lujo de averiguar donde se hospedarían.
Entrar fue imposible sin empujones, sus hombres los resguardaban y trataban de calmar a los reporteros, las llaves eran entregadas a Albert y este de forma discreta ponía mano a mano a cada uno para subir al pent-house y los tres pisos anteriores reservados para todos ellos. Uno a uno recibía las tarjetas. Con más de cinco hombres eran custodiados para subir a sus habitaciones, el que no lo lograba era Albert quien al estar entregando las tarjetas se quedaba al final, como debía tener ya al representante, hubiera llegado antes, preparado la entrada y descansar su llegada. En el pasillo se detenía con un suspiro resignado para atenderlos, a lo que giraba y notaba a una joven preciosa de mirada intensa, piel blanca y toda ella poseía un aura de deseos contenidos para él. La entrevistadora sentada en uno de los sillones que solo miraba sin empujar, así debía estar los demás, pero ella no hacía movimiento alguno, hasta que él se detenía y todos al amontonarse la golpeaban dejándola en el suelo y casi pisándola fue que molesto se negaba a que la lastimaran, al acercarse a la mujer el golpe en la cabeza era con la orilla de la mesilla de piedra y estaba desmayada por el santo golpazo que se había llevado. - ¡Basta señores! Ya golpearon a una de sus compañeras y todo por una entrevista que no debiera de llevarse de este modo. Tomaba a la chica que no abría sus ojos, la elevaba en sus brazos y respondía, - Habrá una conferencia mañana a las diez en el salón Preston de este hotel, ahí serán resueltas todas sus preguntas, ahora permítanme atender a la joven que no despierta.
Entraba hasta el pent-house y ahí dos de sus compañeros lo observaban, como traía suelta a una mujer en sus brazos y estos reían por lo que habría pasado para que Albert la trajera así de asustado. Debía ser una de sus fans y eso significaba que no tardaban en llegar también las demás chicas que los seguían. El gerente del hotel entraba tras él y aseguraba que ya venía un médico en camino para ese lugar, que no se preocupara por nada. - Demasiado tarde. Esto no era lo que habíamos acordado, le dije que llegaríamos en cualquier momento y usted me aseguró que no tendríamos ningún problema. - Señor, le aseguro que nos hacemos responsable de todo, no se preocupe. La señorita puede ser llevada a uno de los cuartos de servicio del hotel.
La joven ya no portaba su bolso, ni su identificación estaba totalmente absorta y el la dejaba en su cama esperando la llegada del doctor. Al colocarla sus hermosos rizos se desperdigaban por la almohada, sus piernas eran torneadas blancas y delicadas, sus brazos delgados y sus manos con pequeños dedos que portaban una limpieza impecable en toda ella dejándolo en shock de forma inmediata ignorando la petición del gerente de llevársela de ahí, como si ese lugar fuera para ella, no podía dejarla ir, no sin saber su nombre, sin saber que necesitaba y brindarle todo lo que requiriera. Recordaba haberla visto a sus ojos sorprendida, tenían un color verde fuerte y sus labios carnosos estaban sueltos, ella no esperaba recibir ese empujón que la aniquilara y dejara herida hasta lanzarla sobre la mesilla y al revisarla, tenía una grieta en su cabeza y comenzaba a sangrar, por el color morado del golpe anunciaba que estaba muy mal. Y antes de que se brotara comenzaba por cubrirle con un pedazo de tela húmedo que el mismo gerente nervioso le daba en la mano para evitar tocarla al ser él quien no permitía que nadie se le acercara. El golpe en la cabeza se comenzaba a colorear poniendo ahora muy nerviosos a todos los que la habían visto llegar. A lo que el gerente comentaba, - La frente o la cabeza siempre sangra demasiado, mi hijo se hizo un pequeño golpe y parecía muy exagerado. Albert lo miraba y respondía - Son las cejas las que sangran demasiado, no la cabeza y ella trae una grieta profunda de la punta de la mesa de piedra que estaba en su recibidor. Alguien debió tomarle su gafete de entrevistadora, ni su bolso ni nada había con ella cuando la levanté, envíe a su personal a buscar sus cosas y su identificación, la vamos a necesitar si no despierta pronto.
Albert le acariciaba y no sabía porque, pero le dolía verla tan débil y desvalida, para que esos hombres la hayan lanzado sin contemplación, ella no debía dedicarse a entrevistar a nadie, era tan pequeña, delgada y… bonita. Anthony se acercaba y comentaba, - Trata de moverla para ver si se despierta, Albert. - Y si la lastimo y si le duele su cabeza, mírala, es muy pequeña, esos hombres casi la aplastan. Terry llegaba y le tocaba la frente a lo que Albert quitaba a ambos y no dejaba que la tocaran, asustado porque temía que la dañaran más. - Lo siento, no quiero que la lastimen, Terry insistía, - Solo iba a ver si tenía fiebre, eso hace mi madre. Albert la tocaba y negaba, - No, no tiene fiebre y háganse atrás para que no se asuste si despierta, ya la golpearon y vaya a pensar que fuimos nosotros.
Stear reía y agregaba a Terry y Anthony, - Si háganse a un lado, que el hombre ya ha hablado, la quiere solo para él, mira como lo tiene, no deja que nadie la vea y hasta le ha cubierto las piernas, como si fuéramos unos pervertidos. Albert levantaba una de sus cejas respondiendo, - A sí, y la chica que le tocabas las piernas cuando solo te pedía un autógrafo. - ¡Eh! La empujaron y ella se subió por mi brazo, no le toque nada, bueno solo lo que ella subió encima de mí. Todos comenzaron a reír y se alejaban dejando a la moribunda con Albert, total a él se la habían aplastado y Terry se lo hacía saber, - Si una chica estuviera cerca yo mismo hubiera alejado a los hombres de ella y me atravesaría para protegerla, te viste lento y te sientes culpable, lo sabes, por eso estas molesto, porque pudiste evitarlo, ya la habías visto y la evadiste logrando que esos hombres no la vieran y tu estabas ahí. ¿No es así?
Molesto acariciaba sus rizos, tal vez tenía razón, la había visto y estaba sentada, no estaba con libreta en mano, ni grabadora, tal vez ni lo iba a entrevistar, debía haberla protegido de todos los que venían en esa estampida, pero no lo hizo y ahora estaba ahí en su cama, angustiándolo sin remedio. El gerente ingresaba con el médico, a lo que después de revisar sus signos básicos, comentaba que debían llevarla a realizarle una tomografía de su cabeza, el gerente llamaba a un hombre de seguridad para bajarla, pero Albert se negaba y el la llevaba en sus brazos, colocándose un saco y unos lentes, el sobrero de Archie lo tomaba en la salida y se cubría con él para llevar a la posible fan de ellos, en el hospital, los datos no podían brindarlos, pero esperaban que reaccionara y así lo hacía, para sorpresa tenía una amnesia temporal del lóbulo parcial al recibir el golpe, sus identificaciones aun no aparecían y era llevada de nuevo al hotel para encontrar su cosas personales y sus datos, mientras se responsabilizaba de ella Albert quien pagaba los gastos, cosa que el hotel le reembolsaría todo, pues ellos no querían que los jóvenes se fueran de ese lugar, llegaban más guardias y todos excedían ahora la seguridad del hotel.
- ¿Como te llamas? - No lo sé, ¿Qué es lo que hago aquí? - Estabas en la recepción del hotel, aun no encontramos tus identificaciones, estabas aquí, en este lugar, y unos reporteros te empujaron, te lleve a la habitación para que te atendieran y dice el medico que no tardas en recordar quién eres y podrás llamar a tu casa. - ¿Mi casa? No recuerdo nada, solo un dolor que me da, y… ¿Qué más paso? - Nada más, no te dejamos en el hospital por no tener tus datos y el hotel garantizará que encontraran tu bolso o esperaran a que alguien te identifique. - Gracias. ¿Puedo dormir? - Si, dijo el médico que eso te ayudará a que desinflame tu herida y puedas recordar. - Gracias. Ella se dormía en sus brazos como si ya estuviera en su cama, cuando aún estaban en la recepción del hotel, buscando su bolso y sus cosas en una cámara, ahí la veían ingresar, mientras esperaba a alguien, su bolso era pequeño y negro. Y ella mostraba una sonrisa, se sentaba en ese lugar, pero nadie llegaba hasta que se aglomeraba los entrevistadores y el bolso desparecía entre ellos.
Volvía a su habitación con su bella durmiente, pero ahora sonreía por como ella le había pedido permiso para dormirse y se había acomodado en sus brazos como si fuera su lugar, cosa que ante él era tan agradable, no pesaba nada, tenía una mirada brillante, una boca que inducía al pecado y una voz tan delicada como lo era ella, su tenue vocecita parecía hasta infantil, tan increíble, si no fuera por esas dos bellezas redondas y listas para salir de su blusa que se brotaban en su tórax demostrando que era toda una mujer y que ambas piezas necesitaban un masaje de sus manos porque estaban tan ajustadas en ese lugar. Un suspiro y se marchaba al baño al dejarla de nuevo en su cama, porque su dama solo lo había alterado y no tenía planes de seducirla de buenas a primeras, ese plan era algo que no había imaginado, solo que la verla las mil formas en que podía tocarla salieron a relucir y eso lo excitaba sobre manera, sus compañeros no debían verlo tan excitado, pero llevaba días sin una mujer y esa chica pedía a gritos ocupar ese puesto de forma inmediata y sin devolución, se salía de la habitación después de darse la ducha fría, pues solo verla lo enloquecía.
Candy en sus sueños estaba siendo perseguida y ahora alguien deseaba alcanzarla, tenía un arma y ella lo miro al rostro su piel morena, sus ojos obscuros y la boca decía algo que no escuchaba, ella solo corría alejándose de él, no tenía buenas intenciones, algo estaba tramando no podía dejar que la alcanzara. Corría tanto que temblaban sus piernas y cuando sentía que la tocaban soltaba un grito estremecedor. - ¡tranquila! ¿Una pesadilla? - ¡Hola! Si una pesadilla, me estaban alcanzando y ese hombre era horrible, muy feo. No quiero que me toque. Por favor no dejes que me toque, ajustaba sus ojos y se recargaba en le pecho enorme del hombre que la tenía en su cama. Con un suspiro tomaba del vaso que acercaba a sus labios sedienta, luego lo volvía a ver y soltaba un suspiro negando lo que había soñado.
- Estuviste en una estampida de reporteros, aquí en el hotel, ¿crees que sea eso parte de tu pesadilla? - No lo creo, era un callejón obscuro y era un solo hombre quien me perseguía, quería tocarme y corría para alejarme, era de piel obscura y su boca. Ella hacía un puchero de asco. Y el asombrado notaba como se escondía en su costado como pidiendo que no la dejara sola. El la abrazaba y revisaba su golpe en la cabeza y le daba un suave beso, agregando - Dormiste toda la noche, estuve aquí a tu lado por si despertabas, pero nunca me di cuenta, porque también me quedé dormido. - Gracias. Por no dejarme sola, si me hubiera despertado y no te hubiera visto creo que me habría espantado aun más. -¿Sabes quién soy? Preguntaba Albert inclinándose para ver su rostro, a lo que ella giraba y al verlo le sonreía y negaba, - No, lo siento no se me viene tu nombre ¿te conozco? - Si, te llevé al hospital, te traje aquí al hotel y te dormiste en mis brazos. - Lo siento, yo… ¿Cómo me llamo? - Parece que aun no se desinflama tu golpe y contrario a que comentaron que descansaras para que se desinflamara, siento que tu cabeza tiene un cuernito coqueto. Ella se acariciaba la cabeza y apenas pasaba notaba la molestia y al verlo sonreír y decirle que tenía un cuernito coqueto ella sonreía viéndolo y respondía -¿Cuernito coqueto? Esto es un chichón gigante. Ambos se reían y en eso tocaban la puerta entrando todos los de la banda. - Mira preciosa, el es Anthony, Terry, Stear, Archie y yo soy Albert y como no recuerdas tu nombre aun, te pondremos uno. Decía el rubio sonriéndole, ella también lo hacía emocionada por como ellos la miraban, mientras iban ingresando y sentándose alrededor en la habitación buscando como nombrarla.
CONTINUARA...
Reto: OctoBert del tres de octubre2020
Un fic por una palabra
Deseando sea de su agrado, gracias por sus comentarios
Un abrazo a la distancia
Mayra Exitosa
