Fuyuki, ese seria el campo de batalla para el Cuarto Heaven's Feel, la Cuarta Guerra del Santo Grial, donde el ganador reclamara el artefacto todopoderoso creado por las tres familias fundadoras, para así cumplir el deseo que anhelan en lo mas profundo de su corazón.
Kiritsugu frunció el ceño, mirando las tres marcas rojas en el dorso de su mano, brillando con un tono carmesí y ominoso representándolo como un Master elegido para esa guerra secretas entre magus. Había sido el nacimiento de su hija cuando el Magus Killer se dio cuenta que estaba en posesión de estas malditas y anheladas marcas.
- Kiritsugu ... Ven a cargar a tu hija. - La voz suave de su mujer interrumpió su proceso de pensamientos. - Es tan pequeña y hermosa, como un hada. -
- No puedo. - Dijo el hombre atormentado, mirando la tormenta de nieve que azotaba el castillo Einzbern esa noche. - Estas manos que no sostienen nada ... No tienen ese derecho ... -
- No digas eso. - Comenzó la mujer inhumana, sonriendo a su bebé mientras estaba postrada en cama, descansando luego del parto que dio como nacimiento un milagro. - Tu eres su padre, ademas, estamos mas cerca de tu deseo. -
- El deseo que solo te llevará al infierno. - Replico vorazmente Kiritsugu, mirando sus manos que habían matado a miles para salvar a millones.
- Kiritsugu ... Ese ha sido el destino de los Einzberns por generaciones, es la razón de mi existencia. - Decía Irisviel suavemente pero cada palabra era como un cuchillo para el hombre. - Si es por ti sueño, no me importaría morir por el. -
- ... Yo no lo merezco ... - Dijo el pelinegro entre dientes, mientras apretaba sus puños tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos.
- Recuerda, Kiritsugu. Estas tratando de crear un mundo donde nadie tenga que llorar. Ese es el ideal de Emiya Kiritsugu. Solo ocho años mas, y tu nuestro ideal se hará realidad. El Santo Grial te salvará, estoy segura de ello. - Dijo la albina, su voz calmada y compresiva. - Ahora, toma a esta niña y abrázala, y siéntete orgulloso como cualquier otro padre. -
Kiritsugu miro a su esposa, la cual sostenía a la pequeña fruto del amor entre ambos para que él la tomara en brazos. El pelinegro trago saliva y se acerco, por primera vez, sus manos que arrebataban solo vidas iban a preservar una vida.
...
Saber.
- ¡Dejen que sus ideales sean la esencia de este gran homenaje! -
Esos ocho años para la guerra que decidiría el deseo de Kiritsugu había terminado, en ese transcurso de tiempo, los Einzbern utilizaron su dinero e influencia para conseguir el mejor catalizador para el Magus Killer quien era su representante en este Cuarto Heaven's Feel. Y al final, consiguieron lo mejor que se podía imaginar.
Avalon, la Legendaria Vaina del Rey Arturo, que lleva el mismo nombre que la utopía que deseo para su reino, Camelot. Un Noble Phantasm y Arma Conceptual de gran poder y prestigio que simula aquella siempre distante utopía que hacia invencible al Rey Arturo hasta su caída cuando fue robada.
El mejor catalizador para invocar al legendario rey de Camelot.
Kiritsugu soltó un suspiro luego de salir de la sala donde acababa de invocar a su Servant, dejando a su esposa ahí también. La invocación había bien, sino que mas que bien. No solo invoco al mítico Rey de los Caballeros, sino que también en la Clase mas fuerte, Saber. Pero a pesar de ello, había un solo problema cuando pudo confirmar la identidad de su Servant.
Un individuo de casi la altura del Magus Killer se había hecho presente en el círculo de invocación. Portaba armadura de metal brillante y pulido junto a ropajes azules con bordados de oro brillante que pare que nunca conocieron mancha alguna en vida. Y para magnificar aún más su porte real, el sujeto ocultaba su rostro detrás de un casco de caballero con el diseño de la cabeza de un león con melena.
Un Rey León.
Pero la mayor sorpresa fue cuando mediante un mecanismo oculto el casco se dividió y compacto para formar parte de su armadura, así revelando la verdadera identidad detrás de la máscara.
Era ... ¿Una mujer?
Exactamente, la persona que se había presentando ante Kiritsugu y la esposa de este último, no era nada más y nada menos que una mujer caballero.
Su cabello rubio largo, dos mechones caían desde ambos lados de su cara, así enmarcando su hermoso rostro cuya belleza era sobrenatural por sus facciones perfectas que rozaban lo divino. Sus ojos eran color esmeralda, que analizaban a los presentes y responsables de su invocación pero como los ojos eran las ventanas del alma, tanto Kiritsugu e Irisviel pudieron notar cierta melancolía en aquellos hermosos ojos como pastizales.
- Servant Saber, he respondido a su llamado. - Ella había dicho luego de unos segundos. - Te pregunto, ¿Eres mi Master? -
¿Por que una mujer era el gallardo Rey Arturo de los antiguos mitos medievales? ¿Por qué ella se había sumergido en aquella carga de llevar a su reino fuera del sufrimiento a costa de su propias Humanidad? ¿Como si fuese solo por eso que nació? ¿Para ser una herramienta para los humanos?
Por un momento, comparo a Saber y a Irisviel, eran tan diferentes, pero al mismo tiempo tan similares.
Entonces, su mente se ilumino.
El no podría aprovechar el poder de Saber, el era un asesino, era rastrero y busca el mejor curso de acción para terminar rápido su misión. El solo podía trabajar en las sombras, pero alguien tenia que dar la cara con Saber.
Irisviel era perfecta. Y como bonus, podría utilizar el Noble Phantasm de Saber, Avalon para mantenerla segura si llegara a recibir algún daño.
Esa fue la conclusión a la que había llegado Kiritsugu.
El hombre suspiro, y se fue a su oficina en el castillo, tenia mas preparativos que terminar.
- Master, tengo una solicitud que hacerle. -
O al menos eso intento hacer el infame Magus Killer hasta que su Servant había ido directamente hacia el para hablarle.
- ¿Solicitud? - Kiritsugu frunció el ceño levemente ante las palabras de Saber.
Saber asintió. - Si, es un lugar al que debo visitar antes de ir al lugar de la Guerra del Santo Grial. -
- ¿Que? - El ceño del mercenario se profundizó ante el pedido de su Servant. - ¿Me estas pidiendo permiso para ir a un lugar en especial? Hay muchos preparativos que hacer, ¿Y quieres que nos desviemos por ti? -
Los ojos verdes de Saber se volvieron mas tristes, era como ver un majestuoso león encerrado en un jaula gris y sin vida.
- Se que suena egoísta, y quizás en verdad no tenga derecho de pedir esto pero ... - Una leve sonrisa melancólica se hizo presente en su rostro atemporalmente perfecto, ante los recuerdos nostálgicos del pasado siempre distante. - Le prometo por mi honor como caballero y en nombre de mi reino que no se va arrepentir de esta decisión. -
Kiritsugu miró fríamente las palabras de su Servant mientras sus ojos negros chocaban contra los esmeraldas en una batalla de miradas, pero a pesar de la leve expresión afligida de la mujer caballero, en ningún segundo se vio menos digna que un gran rey.
- ¿Por qué? - Fue la pregunta que el Magus Killer estaba obligado a hacer.
- Porque mi gran salón blanco me espera. -
El Caballero de la Espada.
El Sagrado Rey de los Caballeros.
...
Lancer.
- Dejen abierto el camino donde convergen todas las bifurcaciones inhóspitas. -
Kayneth estaba furioso.
Su prometida, Sola-Ui le había informado que el paquete que consiguió con la influencia de su familia de esta ultima ya debió llegarle, que contenía un pedazo de tela que debía pertenecerle a la realeza, que supuestamente podría ser de Alejandro Magno, Teseo, Vlad III o Rama, grandes reyes o gobernantes quienes serían perfectos Espíritus Heroicos para invocar, pero ...
El problema fue que el paquete no estaba. Kayneth le había reclamado a su prometida diciéndole que no estaba en su oficina como acordaron, lo cual termino en un gran pleito entre ambos. Al final, el Lord fue a consultar con el cartero de la Torre del Reloj.
Solo para llevarse la desagradable sorpresa que su "buen" pupilo, Waver Velvet había robado el catalizador.
Y con el comienzo de la guerra a la vuelta de la esquina ...
No era por nada, pero el magus estaba desesperado así que hizo algunos tratos con algunos contactos de su familia para conseguir una reliquia de ultimo minuto.
Así termino con un pedazo de pelaje de un lobo, pero no de cualquier lobo. Sino que se cree que es un pedazo del pelaje de un lobo descendiente de la legendaria loba Luperca, mensajera del Dios de la Guerra Marte, uno de los dioses más venerados de la antigua Roma.
Y lo que invocó ...
Un Emperador entre Emperadores ...
- Servant Lancer. - Dijo el gran sujeto con su voz resonante de su gran cuerpo corpulento y musculoso. - Así que tu eres mi Master, ¿Eh? - Una sonrisa se manifestó en su rostro que le dio una expresión algo aterradora en conjunto de sus ojos oscuros y pupilas rojas. - ¡Demostremos la fortaleza de la Gran e Inmortal Roma! -
Kayneth nunca imaginó que este cambio de imprevisto hubiese salido mejor de los esperado.
El Caballero de la Lanza.
El Ancestro Divino de la Civilización.
...
Archer.
- Declaren este santo juramento en este santo momento y en este santo lugar. -
- Ya hemos ganado. - Declaro Tokiomi, junto a el estaban Risei Kotomine el supervisor de la iglesia para la Guerra del Santo Grial, con quien había formado una alianza para hacer que los ganadores del Santo Grial fueran los Tohsaka.
Ademas, estaba su aprendiz, Kirei, hijo de Risei, con quien tenia varias estrategias planeadas gracias a que Kirei también era un participante de la guerra, y su Servant era Assassin, la identidad de este Espíritu Heroico fuese desconocida para los tres hombres.
Incluso llegaron a pensar que ese Assassin era un Wraith que encarnaba a aquellos que fallecieron en guerras sin sentido, siendo simplemente fantasmas del pasado sin nombres que recodar. Aunque eso era pura especulación.
Pero el Servant que acaba de invocar Tokiomi, hacia pensar al mismo cabeza del Clan Tohsaka que ya su victoria en la Guerra del Grial estaba en bandeja de plata.
- Al parecer tu eres el responsable de traerme a este inmundo mundo nuevamente, mestizo. - Dijo Archer, sus ojos rojos de serpiente mirando intensamente a su "Master" esperando una respuesta adecuada.
- Oh, mi gran rey. Hay un gran tesoro que creo que puede ser de majestad. - Dijo Tokiomi inclinándose hacia su Servant, queriendo tentarlo.
- Mm, te escucho, mestizo. - Dijo Archer, antes de darle una mirada fría al castaño. - Será mejor que este nuevo mundo tenga interesantes placeres ... -
- Créame señor, le gustara que que tengo que ofrecer. -
El Caballero del Arco.
El Primer Héroe de la Humanidad.
...
Rider.
- Alcancen todas las virtudes de los cielos perecederos. -
- Soy el Servant Rider ... Te pregunto, ¿Eres mi Master? - Fueron las palabras pronunciadas por el tono calmado y sereno del Servant hacia su maestro.
- Eh ... ¡Si! - Exclamo Waver, discípulo de Kayneth, quien participaba para demostrar su valor en la sangrienta competencia de magos.
- Ya veo ... - Los ojos azul cielo de Rider miraron a su Master. Analizándolo, observándolo, discerniendo al joven magus.
- Uh ... - Waver no pudo evitar estremecerse por la mirada de Rider. El hombre era alto y piel muy pálida en conjunto a su cabello albino.
Pero lo que mas denotaba era su porte de guerrero real, por su brillante armadura de oro y su esponjosa capa rojiza.
- Bien, acepto nuestro contrato, Master. - Dijo Rider llegando a su conclusión. Luego, en el rostro de Rider apareció una suave sonrisa. - Llevémonos bien a partir de ahora, Master. -
- ¿Eh? - Fue lo que logro decir Waver, ciertamente su Servant era raro, pero no parecía mala persona. - ¡Ganemos, Rider! -
- Como usted ordene, Master. -
El Caballero Montado.
El Maldito Héroe de la Caridad.
...
Assassin.
- Tengan dominio sobre todos los males del infierno eterno. -
Kirei volvió a iglesia, luego de la supuesta muerte de su Servant que con sus habilidades pudo "actuar" su muerte con facilidad, para hacer pensar a los Masters que el Servant mas peligroso para los magos estaba fuera de la guerra.
El ejecutor volvió a mirar los brillantes sellos de comando en su mano, luego de casi dos años de que el Santo Grial lo eligió, aún se pregunta.
¿Cual es mi deseo? ¿Que anhelo tanto para ser elegido?
Eran las preguntas que aún rondaban en su mente, pero nunca tuvo una respuesta así que las sello dentro de su ser, y solamente hará lo que su maestro, Tokiomi ordene.
- Master. - Dijo un Assassin, pareciendo frente a el.
Assassin era un hombre de su altura aproximadamente, cubierto con un traje de combate y armadura de mercenario, su rostro estaba oculto con una capucha roja y diversas velas negras. Lo más destacable eran las armas modernas que aquel Servant portaba, que a veces provocaba que Kirei se preguntara si en verdad podría ser un Espíritu Heroico muy moderno.
A pesar de que Assassin había fingido su muerte al escenificar una intrusión en el territorio Tohsaka, el Servant parecía como si no hubiese recibido ningún rasguño. Incluso si Assassin era la Clase más débil, los Asesinos Silenciosos tenían varios trucos bajo la manga.
- Assassin. - Dijo Kirei, su voz desprovista de emoción. Sus ojos vacíos miraron al rostro oculto de su Servant.
- ¿Me llamo? - Pregunto Assassin con voz hueca y sin emoción, como si fuese una máquina que solo siguiese órdenes.
- Empieza a buscar la ubicación e información sobre Caster, es el único que no se ha registrado. - Ordenó el sacerdote lo que su padre y su maestro le habían pedido como siguiente misión.
- Entendido. - Y despareció en las sombras, en busca de su nuevo objetivo.
Y su posible eliminación.
El Asesino Silencioso.
El Asesino Maldecido por la Justicia.
...
Berserker.
- Sometidos por la voluntad de la Copa Celestial, ellos responderán al llamado de sus sueños. -
- ... Berserker ... - Dijo uno voz femenina. Su rostro y cuerpo estaba cubierto por un vestido de batalla, que parecían espíritus retorciéndose en su ropa. Encima tenía algo de armadura, botas, guanteletes, hombreras, rodilleras y un casco que cubría la aparte superior de su rostro de metal negro y con venas rojas sangre en el.
Su casco era singular porque no tenia una apertura para ver, pero al Servant no le parecía un problema. Por una pequeña apertura del casco, salio su largo cabello blanco que le llegaba hasta las rodillas.
La Servant miraba el pozo de gusanos de no muy lejos de ella, ella temblaba mientras los miraba, parecía que estaba a punto de atacar.
- Ciertamente has invocado a un Servant singular, Kariya. - Fue la voz vieja y asquerosa del padre del susodicho que lo hizo mirarlo. - Y mira que esperaba que invocaras a la Gorgona o al Minotauro, pero ... Esta vez te has superado, al final serviste para algo. - Zouken sonrió, con una de sus sonrisas enfermizas.
- Berserker ... - Dijo Kariya, enfocándose en su Servant. Al principio iban a usar un catalizador de Europa, específicamente a uno de Gran Bretaña o de Francia, pero tenían otro de origen griego a la mano, así que fueron con ese.
Ademas, Zouken no tenia muchas esperanzas en su hijo.
La mencionada Servant dejo de temblar y se centro en su Master, lo miro ... O al menos, eso intuyo, no sabría decirlo debido a la falta visual del casco que usaba Berserker.
- Ayúdame a ganar esta guerra. - Dijo Kariya, su deseo siendo salvar a su sobrina, Sakura como prioridad de las maquinaciones de Zouken.
Berserker miro el pozo de gusanos por un momento y les gruño guturalmente, sintiendo la asquerosidad de la magia de Zouken antes de volver a centrarse en su amo y asentir le de acuerdo ante su petición.
El Guerrero Loco.
La Sombra de la Desesperación.
...
Caster.
- ¡Oh, Santos Guardianes del Equilibrio! -
Estábamos en unos apartamentos de la ciudad de Fuyuki, eran altas horas de la noche. Pero en uno de los apartamentos aún había alguien despierto. No, eran mejor decir que había dos personas luchando por su vida.
Una joven chica de unos quince años y una niña de unos siete años estaban tiradas en el suelo, ambos con graves cortes por donde su liquido vital se filtraba y le daba forma a un circulo de aspecto extraño que un loco había dibujado con la sangre de ambas féminas pero aparentemente no salio como quiso y se fue refunfuñando como un niño pequeño que no obtuvo su juguete nuevo.
Ese mismo loco allano su casa matando al padre de las hermanas, para luego apresar a ambas y cortarlas para dibujar ese circulo extraño mientras el tipo hablaba de cosas extrañas.
En este punto, la hermana mayor solo quería una cosa.
Que su hermanita viviera.
Su deber como hermana mayor, era velar por ella. No le importaba desechar su vida y futuro si era por la vida de su hermana menor.
Después de todo, el deber de una hermana mayor era proteger a su hermanita.
Quería que creciera grande y fuerte, que estudiara y se graduara, que conociera a alguien con quien pasar el resto de su vida y le diese algunos sobrinos para malcriar.
Como hermana mayor, ella quería ese futuro para ella, incluso a expensas de su propia felicidad. Lo que ella no sabía, es que ese deseo puro y honesto, era lo que evocó un milagro para asegurar ese futuro distante pero no imposible.
Un estruendo resonó, llamando la atención de la mayor, la menor estaba inconsciente por la perdida de sangre y el shock. Cuando la mayor centro su vista en donde escucho el estruendo, se encontró a alguien singular.
Era un hombre alto y complexión musculosa con piel levemente bronceada, tenia el cabello blanco despeinado junto a unos ojos color platino como un cristal puro y brillante.
Usaba una camisa negra ajustada con detalles dorados que definían sus músculos, junto a unos pantalones negros con cinturones rojo oscuro en los muslos, además de llevar unas grebas de metal gris junto a botas militares con punta de metal. Tenia una tela negra con detalles rojos como manga izquierda que cubría su brazo izquierdo por completo hasta la muñeca y era sujeto por unos cinturones de cuero que recorrían su torso y se unían en su hombro derecho.
En su mano derecha portaba un guante negro con detalles de metal y sin punta en los dedos. Y finalmente tenia una especie de gabardina roja con detalles dorados que daban una forma cercana a un árbol que le llegaba hasta por debajo de las rodillas sobre sus hombros que se mantenía en su lugar con unos broches dorados y un hilo blanco que pasaba por debajo del cuello del hombre. La gabardina tenia una capucha pero ahora mismo tenia descubierto su rostro para que la joven chica pudiera verlo.
También parecía llevar un collar pero no podía estar segura de eso.
- Servant de la Clase Caster ... - El auto proclamado Caster anunció antes de voltear hacia la menor de las hermanas. - Así que tu eres mi Master, ¿Eh? - El hombre peli blanco no pudo evitar hacer una mueca. - Y pensar que terminaría en una situación así. -
- ¿Quien ... Eres? - Logro vociferar la hermana mayor, mirando con desconcierto al hombre.
- Soy Caster, un espíritu de una leyenda del pasado. Un héroe en pocas palabras. - Responde Caster, luego apunta a la niña inconsciente. - Ella es mi Master, a quien debo proteger. -
- Ya ... Veo ... - La mayor suspira pero una sonrisa frívola se manifestó en su pálido rostro por su estado moribundo. - Por favor ... Cuida de ella ... - Suplico sintiendo como su vida se le escapaba de su cuerpo.
- No te preocupes, lo haré, pero primero, dime como se llama mi Master. -
- Ri ... Ritsuka, Fujimaru Ritsuka. - Fueron sus ultimas palabras antes de caer en el sueño eterno.
- Fujimaru Ritsuka, ¿Eh? - El hombre pronunció como si probara el nombre de su nueva Master hasta que a la final sonrío a la joven que acaba de fallecer. - Regocíjate, jovencita. Ahora puedes descansar en paz, todo estará bien a partir de ahora, porque ya estoy aquí. -
Caster se acerco a la niña con el nombre Ritsuka antes de arrodillarse ante ella, entonces en un resplandor apareció un pequeño Esculapio, que parecía una espada con la punta de un florete con dos serpientes negra y blanca respectivamente rodeando la cuchilla, y en la base del pomo tenia ágata azul.
Era un Código Místico.
Caster puso el Esculapio en el pecho de la chica y al instante una luz verde azulada rodeó el cuerpo de Ritsuka, y si uno tenia un ojo atento podría notar que los cortes en el cuerpo de la pequeña empezaron a cerrarse a un ritmo lento antes de progresivamente aumentar la velocidad hasta simplemente dejar algunos rasguños en comparación a los graves cortes que tenia antes.
Aunque el proceso duró varios minutos antes de que todas las heridas se pudieran cerrar.
- Es una fortuna que hayas tenido menos heridas, pequeña. - Murmuró Caster suavemente mientras miraba a la pequeña suavizar su rostro al no tener que sufrir más el dolor de aquellas laceraciones. - Lo lamento mucho, Master, pero tu hermana ya estaba lejos de la salvación ... Por lo menos se fue en paz, y le cumpliré su promesa de cuidarte. - Dijo Caster a su Master inconsciente antes de tomarla en sus brazos al haberse asegurado que ya estaba lo suficientemente estable como para trasladarla de lugar y finalmente salir de aquel apartamento ensangrentado.
Mentalmente, Caster no pudo evitar pensar que cosas le deparará en esta Guerra del Santo Grial.
El Magus.
El Guardián del Hierro Forjado.
...
Avenger.
- ¡Regocíjense! ¡Porque todos sus deseos se cumplirán! -
- ¡Lo hice! - Exclamo un hombre de cabello naranja, al igual que en el escenario anterior, había provocado una masacre con una familia y había dibujado un circulo intrincado con su sangre. - ¡Invoque un demonio! -
Efectivamente, frente a el había un demonio, eso era lo que su aura denotaba mientras que su apariencia femenina hacia creer que era humana. Usaba un traje ceñido de cuero negro que hacía resaltar sus curvas femeninas, usaba un faldón negro y una capa roja sobre sus hombros. Lo mas extraño era que usaba una venda negra sobre sus ojos, donde estaban sus ojos habían dos gemas. Un rubí en su ojo derecho y un zafiro en el izquierdo. En el resto del traje había alguna que otra gema como esmeraldas, amatistas, ópalos, entre otros.
La mujer le sonrió.
Luego, todo en la vista de Ryuunosuke se volvió sangre. Antes poder darse cuenta, ya estaba muerto.
- Si ... Soy un demonio, el diablo en persona. - Dijo la mujer haciendo aparecer un haori negro y cubrirse con el, ademas de ocultar su rostro con la capucha, antes salir del apartamento.
El Vengador.
La Mujer Maldita del Final.
...
Y aquí está, la re escritura del remake de Fate Unlimited Zero Over :v
Espero que les guste los cambios que decidí hacer.
